INTERESES CREADOS, PROVECHO PROPIO VS INTERÉS EN JESUCRISTO FILIPENSES 2:21 En nuestra época es muy común la práctica de utilizar el evangelio para el provecho propio, donde cada uno de los predicadores su afán número uno es el lucro, el lujo, las comodidades, el derroche, la vida ostentosa, la vanagloria, el protagonismo, la egolatría, la fama, la publicidad, entre otras causas; y bueno sería desde el aporte de la Biblia, que nos dice sus protagonistas principales, cómo vivieron, cuál fue su compromiso con la vida de su época, que transmitieron, que enseñaron, cómo incursionaron en el medio para impactar a sus allegados y a las comunidades de su tiempo. Es importante entonces indagar desde la cosmovisión de uno de los principales gestores de la causa cristiana, como lo fue el apóstol Pablo, que vicisitudes tuvo que afrontar en su vida, como predicador itinerante, quiénes se opusieron a su mensaje, y cómo le tocó llevar su vida, siendo uno de los hombres preparados en el judaísmo con un futuro prominente, donde bien podía quedarse en la comodidad de su hogar, para heredar el negocio familiar que tenía su padre o su abuelo con el imperio romano en la fabricación de carpas de campañas para los soldados romanos y allí tener todas las ventajas habidas y por haber. Lo que encontramos primeramente era que las maneras de sobrevivencia de su época de predicador itinerante era la desempeñarse dentro de las opciones que se daban en su tiempo: 1. Predicar en las plazas públicas y pedir una limosna y vivir de ello 2. Poner precio a su enseñanza y cobrar y de allí derivar su sustento 3. Ser tutor o pedagogo entre las familias ricas de la aristocracia griega-romana Más sin embargo, el apóstol no escogió ninguna de estas tres, ante por el contrario decidió por una cuarta opción que era la menos apreciada, y era trabajar con sus propias manos como a manera de esclavo, con una paga irrisoria y siendo despreciado hasta por los filósofos griegos y de los su raza, que veían denigrante esta opción, con todo lo preparado y formado que era el apóstol, como bien lo afirman la Escritura (1ª Corintios 4:8-13; 9:7-16; 2ª de Corintios 4:7-18; 6:3-10); para demostrarles a la gente de su época, y en especial a las primeras comunidades cristianas que eran conformadas por gente que eran libertos, esclavos (1ª de Corintios 1:26-29) para anunciarles que el evangelio que Pablo predicaba era también para todos aquellos empobrecidos de su tiempo, ya que si él escogía la tercera opción que era la que escogían la mayoría, entonces les estaría comunicando a esos esclavos que el evangelio no era para los pobres, que diferencia con los predicadores de hoy que solo apuntan al provecho propio, al lujo, la comodidad; es por esto que enfrenta a los que sólo buscan el interés propio o el propio provecho, que mutila, cercena la verdad del evangelio, ya que hace a estos predicadores egoístas, mezquinos, ruines, que sólo apuntan al crecimiento económico de sus cuentas personales y no buscan lo que Pablo buscaba el interés de Jesucristo, Por ello recomendaba a uno de sus discípulos que eran formados en la mentalidad que Pablo traía y me refiero a Timoteo y Epafrodito, del primero se expresa “Pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros. Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús. Pero ya conocéis los méritos de él que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio…”
De Epafrodito dice: “Mas tuve por necesario envíaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, vuestro mensajero y ministrador de mis necesidades. Porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado…” Qué gran lección nos suministra el apóstol de sus discípulos que son con la misma visión y misión de su pastor y maestro, cuando confrontamos a los pastores de hoy, todos aspiran a ser pastores por la fama, el dinero, el poder, la riqueza y caer en manos de semejantes líderes, ¡Dios nos libre y ampare! Para rematar y no ser la piedra en el zapato, veamos cómo se presenta el apóstol en Tesalónica: “Ustedes saben, hermanos, que nuestra visita no fue inútil. Después de sufrir malos tratos en Filipos, como ya saben, nuestro Dios nos dio valentía para anunciarles la Buena Noticia de Dios en medio de una fuerte oposición. Es que nuestra predicación no se inspira en el engaño, ni en motivos sucios, ni usa el fraude; sino que Dios nos encontró dignos de confiarnos la Buena Noticia y nosotros la predicamos, buscando agradar no a hombres, sino a Dios, que examina nuestros corazones. Ustedes saben, y Dios es testigo de ello, que nunca los halagamos con palabras bonitas, ni usamos pretextos para ganar dinero; tampoco hemos pretendido honores humanos, ni de ustedes ni de otros, aunque podíamos como apóstoles de Cristo, hacer sentir nuestro peso. Al contrario, nos portamos con ustedes con toda bondad, como una madre que acaricia a sus criaturas. Sentíamos tanto afecto por ustedes, que estábamos dispuestos a entregarles no sólo la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra propia vida: tanto los queríamos. Recuerden, hermanos, nuestro esfuerzo y fatiga: noche y día trabajamos para no serles una carga mientras les proclamábamos la Buena Noticia de Dios” (1ª Tesalonicenses 2:1-9 Qué pasaría si este predicador el apóstol Pablo se presenta hoy a las Iglesias, lo dejarían entrar, predicar, enseñar sobre todo viendo la pobreza y situación precaria que tenía el apóstol como lo dice 2ª de Corintios 6:3-10 o en el mismo libro 11:16-31, Dios los continúe bendiciendo Arturo Rafael Real Peralta Licenciado en Ciencias Religiosas Pontificia Universidad Javeriana Especialista en Estudios Bíblicos Fundación Universitaria Claretiana