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Aurora, Modelo de Virtudes

Antonio Carrasco Cantos

Comienzo la introducción del artículo con el mismo lema de cabecera que anunciaba la magnífica exposición de Arte Mariano que la cofradía de la Vera†Cruz organizó en el pasado otoño, “AURORA IMAGO VIRTUTIS” y cuyo motivo principal era dar a conocer las nuevas pinturas dedicadas a la Virgen Dolorosa que formaran parte de las capillas ubicadas alrededor de la canasta de trono del paso de la Virgen de la Aurora. En los tiempos de pandemia que nos ha tocado vivir y de la que aún arrastramos desde dos años atrás, organizar cualquier actividad de carácter público era prácticamente imposible, sin apenas recursos de movilidad siempre bajo estrictas normas sanitarias y sin embargo en estas condiciones, la Junta de Gobierno y un grupo de colaboradores consiguieron llevar a cabo los objetivos previstos. La exposición también incluía una escogida selección de obras pictóricas de temas relacionados con pasajes de la Virgen María, pertenecientes a diversas familias baezanas y que en la mayoría de los casos salian por primera vez a la luz. Constituyen verdaderas joyas de pinturas abarcando diferentes estilos y épocas y que contribuyeron a dar un mayor realce al evento. La finalización de las doce tablas cierra un capítulo que tenía pendiente la actual Junta, llevar a término el proyecto que en su día

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fue presentado por Jose Garrido y Manuel Lozano ambos hermanos cofrades, un proyecto original y muy trabajado, en donde explican detalladamente el programa iconográfico de la vida de la Virgen y que en resumen viene definido por el desarrollo de cuatro conceptos: Eje de dolor y gloria. Estrella de dolor. La Santa Cruz y Corona de Gozo y Gloria. Fue un gran acierto elegir al pintor Francisco Huete, profesor emérito de la Universidad de Jaén de reconocido mérito en pinturas de temas religiosos. El programa iconográfico presentado por este autor recogía la idea manifestada en el proyecto arriba mencionado y plasmado en doce tablas al óleo en donde la figura central viene representada por la Virgen María en distintos episodios a lo largo de su vida terrenal. Cada tabla refleja un marcado carácter didáctico destacando su equilibrada composición en el estudio de los personajes bíblicos, y su rica policromía con una variada gama de tonos azules, violetas y rosas. Son característicos también los grupos de ángeles que aparecen en cada escena, significando la alegría que manifiesta el Cielo hacia la Madre de Dios. Su instalación definitiva en las capillas de trono exaltará en grado máximo el paso de la Virgen de la Aurora en su salida procesional en la madrugada de Viernes Santo. Siempre ha sido una constante de la Cofradía el espíritu de superación en todos sus órdenes. Desde su reinicio en el año 1945, que partía prácticamente de la nada ha ido paso a paso alcanzando las metas proyectadas, no con pocos sacrificios, esfuerzo y trabajo. Los recursos económicos no siempre han sido suficientes pero la ilusión aportada por cada una de las sucesivas Juntas de Gobierno ha sido infinitamente superior.

Así se hizo realidad las adquisición del nuevo trono en el año 1958, la restauración de la iglesia de Santa Cruz, la construcción de la primera Casa de Hermandad a partir de una antigua cochera en la zona de la Trinidad. El paso de la virgen de la Aurora y San Juan fue una realidad en los años 80. El proyecto cumbre por excelencia fue la adquisición del inmueble junto a la Plaza de Santa Cruz que

se convertiría en la segunda Casa de Hermandad y Museo. El origen de esta idea siempre estuvo presente entre los proyectos de nuestro recordado mayordomo Fernando Lucena(†) quien llevó durante muchos años el peso de la Cofradía y que no llegó a ver su terminación ya que nos dejó un año antes de la inauguración definitiva en el año 2003. El proyecto de ejecución lo realizó de una manera desinteresada el arquitecto José María Ponce. El tiempo transcurre inexorablemente y las nuevas generaciones toman el relevo, surgirán nuevas ideas y nuevos proyectos unidos por el hilo conductor basado en la fe depositada en nuestros Titulares. Una propuesta que quisiera lanzar a la Junta de Gobierno y que supondría un eslabón más en la cadena de proyectos es la edición y divulgación del libro de las Primeras Ordenanzas de 1552 que conserva la Hermandad ya que se trata de una autentica joya bajo el punto de vista histórico y artístico, como lo definió el padre Melgares(†). Y no quisiera terminar este año sin recordar a un gran amigo y compañero que nos dejó el pasado mes de julio, me refiero a Enrique Ruiz Colomer. Personalmente conviví con él desde los tiempos de mi infancia, bachiller y más tarde en los estudios universitarios, pero hubo además una unión más estrecha a través de la Cofradía. Nos remontamos hacía los años 50, Enrique se da de alta en la lista de hermanos concretamente en julio de 1955. Han pasado 66 años. Toda una vida dedicada a la Hermandad, donde desempeñó varios cargos. Se ha ido una gran persona a la que definiría como un hombre piadoso dedicado por completo a su familia, a sus amigos y a la cofradía de la Vera†Cruz. A Mari Carmen, Lidia, Enrique y María del Mar, me uno a vuestro dolor y siempre le recordaré, sobre todo en las momentos de vivencias más agradables que compartimos.

Que el Señor de la Vera†Cruz acoja a nuestro hermano Enrique.

Antonio Carrasco Cantos Semana Santa 2022

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