Hay muchas maneras de cuidar la piel y mantenerla sana, el masaje es una de ellas, con muchas virtudes en su aplicación. Los masajes orientales están de moda. Con efectos relajantes y anti edad son los preferidos por las españolas como cuidado personal y de la piel de forma natural. Esta especialidad facial es derivada del Anma, antepasado del masaje shiatsu que nació en Japón alrededor del siglo XV. Se trata de movimientos para estimular los músculos de la cara. Más que un tratamiento facial, con presión, vibración, percusión y golpeteo, este masaje fortalece los músculos y tonifica toda la cara, mientras promueve la circulación sanguínea. Es un cuidado anti envejecimiento particularmente apreciado por la piel madura. También se llama estiramiento facial natural. El masaje comienza por el busto para estimular la circulación sanguínea y el drenaje linfático. Se masajea el lado derecho e izquierdo—lado yin y yang—, relacionados con órganos y vísceras. Al estimular ambos lados se consigue equilibrar el “Qi” la energía vital. La práctica regular de este masaje, una vez a la semana
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o incluso dos, al menos durante diez sesiones y luego ocasionalmente (una vez al mes), consigue reafirmar los tejidos de la piel, tonificar los músculos, suavizar la expresión y matizar las líneas y las arrugas menos profundas.
¿Cuál es el ritual del Masaje facial japonés? Limpieza y drenaje Comenzamos con una limpieza facial con camomila Romana o Hidrolato de rosas. Aplicamos sobre el rostro una toalla caliente y húmeda para abrir los poros de la piel y facilitar la limpieza y detoxificación. También se puede usar una pequeña sauna facial con el mismo fin. Cuello y cráneo son los primeros beneficiados con el masaje. Además, con una sesión de shiatsu comenzamos la preparación, estimulación y relajación. Posteriormente se realizan movimientos y presiones para ayudar al sistema linfático a drenar líquidos acumulados y toxinas. Estiramiento e iluminación Llega la fase de aplicación de aceites naturales específicos para el rejuvenecimiento. Elegimos entre aceite de semillas de uva, jojoba, rosa de mosqueta y mezclamos
