Con esa fineza de espíritu el genio alemán confluía con la sabiduría milenaria de las Upanishad que dicen que el sentido más importante para el mundo divino es el oído…Y a él dedicó su vida, al oído intimo que es capaz de escuchar las prosodias, los ritmos de la poesía divina, inscrita en una naturaleza que amaba profundamente, que era su refugio e inspiración, en esos veranos donde las notas le asaltaban en los senderos del bosque y donde su temprana sordera no era obstáculo sino capacidad de concentración. “Mi voluntad es quedarme en el campo. Mi desgraciada sordera no me atormenta aquí, es como si los árboles me dijeran: “¡alegría, alegría! ¡gozo en el bosque! ¡suave calma! ¡Que el viento no me retenga en Viena!” Cuadernos de Beethoven (fragmento). A lo largo del año 2020 ciudades de todo el mundo conmemorarán el 250ª aniversario del nacimiento del gran compositor alemán Ludwig van Beethoven (Bonn, 1770 – Viena, 1827). Se recordará y rendirá homenaje a una de las figuras clave de la historia de la música, uno de los forjadores del espíritu moderno. Del que se señalan varios pilares que caracterizaron al nuevo ciudadano del mundo, innovador, revolucionario y humanista. Beethoven fue un genio temprano, dio su primer concierto con solo 7 años. A los 10 tocaba el órgano en las misas de la parroquia de San Remigio, y a los 14 cobró su primer sueldo como organista. Sería uno de los primeros músicos en vivir libremente de su oficio, y no como empleado de alguna corte, aristócrata o dignatario religioso. En esa libertad sucede una
“La música es una revelación superior a toda la sabiduría y filosofía” Ludwig van Beethoven transformación que Beethoven lidera, el paso de la música clasicista al romanticismo al compás de un genio que necesitaba expresar un mundo emocional cada vez más contemporáneo, menos racional. Una necesidad de romper lo que en el romanticismo se consideraban cadenas, estructuras intelectuales y racionales
42 |Febrero 2020