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EL RUMBO A LA LIBERTAD Caracas, 2018
Caras largas denotaban hambre, tristeza, rabia e impotencia en las calles de aquel desolado lugar. Cada día era semejante o peor al anterior sin distinción alguna, como si el rojo con el azul se tornara morado en un símil de miseria que cruzaba sin dificultad del Amazonas al Catatumbo y del dulce Caroní a las imponentes olas del Caribe. Todo parecía funcionar con naturalidad aunque las cosas no estaban bien; en 20 años, la bonanza de un comienzo “feliz”, en medio de las dádivas del paternalismo salvaje, opacaban la cruel realidad de lo que llegaba a parecer el triste final para muchos, en la medida en que los culpables lograban hacer cada vez más común aquel premeditado “para vivir viviendo”, que invitaba al subconsciente a no soñar, a vivir sin mayores aspiraciones, a agradecer lo poco aunque faltara todo; a mendingar, a esperar o a huir… mientras vivieran. Así pasaban los días de un país dirigido por el castrismo hacia la quiebra moral, propósito ideado para el sometimiento de la ciudadanía a las pretensiones de una cúpula de dictadores, percibidos como poderosos e indestructibles, dispuestos a encarcelar y asesinar a todo aquel que se les opusiera, con lo cual el temor y la desesperanza se convertían en condimentos cotidianos de la esclavitud, aparentemente normal. Protestas iniciaban y eran controladas por la dictadura de alguna u otra manera: repartían comida cuando temían el gruñir de estómagos vacíos, negociaban con la falsa oposición para desmovilizar a cambio de cumplir con sus intereses políticos o simplemente las reprimían y disolvían a la fuerza. Así el tiempo pasaba y la dictadura seguía; los días parecían meses –consumidos por la inflación-, la miseria enjuiciaba la vulnerabilidad de las personas atropelladas por la pobreza, la traición de la MUD en luchas sin resultados volvía al “pueblo” incrédulo ante cualquier idea para salir de la pesadilla comunista que había llegado “para quedarse”. …PERO EL DERROCAMIENTO FUE INEVITABLE.
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COMPRENDIENDO LA DESOBEDIENCIA Todos anhelaban Libertad, paz, prosperidad y oportunidades. Todos esperaban que ocurriera algo, clamaban a Dios, invitaban a la calle ¿Pero cuántos acudían en días que se alargaban mientras el tiempo se detenía en rostros que envejecían, en cuerpos que adelgazaban, en miradas entristecidas? Sin embargo, la lucha de los jóvenes se conservaba, se organizaba y se propagaba, con un valor superior a la vida. Muchos la ofrendaban, algunos la perdían, en un rumbo ya trazado hacia la emancipación pendiente de un país que liberó a la América del Sur y cobijó al mundo con su amor, dignidad y riquezas cuando fue necesario. ¡Cuántos llamados ignorados durante años, atosigados por el temor, decepcionados de la traición o simplemente regidos por el desinterés! Sin embargo, las ansias de Libertad siempre se mantuvieron clavadas en el alma de los seres libres, coincidiendo en armonía la razón y la pasión: “NADA NOS OBLIGA A ACEPTAR SER HUMILLADOS; NADA NOS OBLIGA A ACEPTAR VIVIR COMO ESCLAVOS”. La conmovedora comprensión de que ninguna dictadura podía obligar a nadie a aceptar ir en contra de sí mismo, de sus familias o de la humanidad, aumentaba en el ambiente significando un gran paso en la dirección correcta, distinguida por la valentía heroica de ciudadanos en protestas que una y otra vez se encontraban en algún lugar del país; en la ingenuidad pública, en la clandestinidad o en el exilio, trabajando en la caída de la terrible narcodictadura. Las revueltas aumentaban promovidas por el desespero de habitantes hambrientos y con ellas la represión testaruda de los déspotas que se negaban a perder el control sobre la colectividad. Los diálogos y las elecciones promovidas por los dictadores y sus opositores complacientes fueron muchas veces una gran coartada para la estabilidad del régimen opresor, sembrando en los hombres dignos frustración pero también muchas razones para resistirse al sometimiento y a la traición. La gente comenzó a entender la naturaleza de la narcodictadura que los dominaba y los motivos que la mantenían. La Resistencia por la Libertad se convirtió en necesidad cuando la coherencia de los jóvenes en rebeldía ganaba terreno con luchas y pronunciamien-
tos firmes que aclaraban el panorama hacia una verdadera solución al terror de la narcodictadura castrista. Cientos de publicaciones eran seguidas a través de las redes sociales, pero una en particular encendió la chispa de la intolerancia a la resignación: “…Las dictaduras se mantienen cuando el país opera con naturalidad, pues, quienes hacen que una nación funcione son sus ciudadanos cooperando con la gobernabilidad; es decir, que quienes cumplen con sus labores rutinarias, realmente están legitimando la estabilidad política de sus opresores. Las dictaduras necesitan de nosotros para que las instituciones públicas y las que aún no, FUNCIONEN –la salud, la educación, la economía-, con sus restricciones y limitaciones, pero que anden; con ello les generamos los recursos con los cuales procuran someternos y obtener nuestra obediencia. Es preciso que comprendamos, que con un giro en el comportamiento normal de los ciudadanos podemos lograr resquebrajar las bases que hoy sostienen a la narcodictadura para lograr su caída. ¡Tenemos un plan!” El mensaje, que había sido ideado y difundido por grupos de Resistencia que venían cohesionándose, resumía una verdad que había acabado con decenas de dictaduras en el mundo. La incredulidad de unos y la burla de otros no se hicieron esperar, los laboratorios de guerrilla comunicacional castrista intentaban restarle credibilidad, pero la esperanza en el plan carcomía la inquietud de un país que en su mayoría estaba decidido a actuar para liberarse, sin tener ya nada que perder. La organización de los estudiantes, gremios, artistas, religiosos, nuevos partidos, el exilio, policías y militares en la Resistencia, era la chispa que encendía la rebelión heroica de nuestra época contra la opresión; el despotismo estaba dispuesto a todo para detenerlos y los rebeldes determinados en avanzar hasta derribarlos, en DESOBEDIENCIA. Personas en contra alegaban que “las acciones de Resistencia eran divisionistas porque no seguían a los líderes de la MUD”; pero quienes apoyaban decían que “es preferible comenzar desde cero los que estamos claros si por este camino alcanzamos la Libertad, antes de ser traicionados una vez más por los colaboracionistas”… y éstos cada vez eran más”.
EL PLAN DE LA RESISTENCIA El plan estuvo comprendido en tres fases de acción, la liberación del castrismo, la transición para poner orden y la consolidación de la República de Venezuela con garantías que evitasen que el comunismo, u otras ideas totalitarias, volvieran a gobernar el país. El proceso de liberación contempló la intervención humanitaria respaldada por la comunidad internacional. Un pedir a gritos de millones de venezolanos moralmente aporreados por la desesperanza, pero rudamente criticada por politiqueros colaboracionistas, que proponían salidas simbólicas con representantes del régimen mediante vías que a lo largo de la historia sólo habían dado legitimidad y permanencia a los opresores. La ayuda internacional es fundamental para acabar con la destrucción del país. Por eso es vital que exista un movimiento de Resistencia interno que se prepare para recibir ese apoyo. Esto implica la necesidad de un proyecto de gobierno transitorio que marque la ruta de la estabilización en lo político, económico y social, y sea llevado a cabo por un equipo de hombres formados para ejecutarlo con pulcritud hasta generar el renacimiento de Venezuela. La coherencia y determinación de la Resistencia en la cual ahora participan personas de todas las edades, académicos y expertos en diferentes áreas de la vida nacional, les condujo a enfocarse en la formulación de un proyecto para la transición venezolana, mismo que meses más tarde le fue presentado al país y al mundo como una propuesta que abrió el debate público acerca del RENACER de Venezuela: la instauración del Estado de Derecho, la liberación de la economía y la creación de un Consejo de Estado como gobierno transitorio. El TSJ legítimo tendría que tomar el liderazgo que no existía en la clase política tradicional del país electa en la AN, para institucionalizar la lucha dentro y fuera de Venezuela. Paralelamente, se iniciaba la conformación urgente de un fuerte movimiento interno que comenzaba a sacudir a la dictadura y a exteriorizar la cualidad bestial del régimen antivenezolano. Un equipo multidisciplinario fuera del país, en compañía de líderes de otras rebeliones libertarias del mundo, lleva-
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ban meses diagnosticando cada debilidad y fortaleza de la narcodictadura venezolana. Al mismo tiempo, dentro del territorio se iniciaba el reclutamiento de activistas libertarios probos. El diagnóstico fue fundamental para la creación de tácticas especialmente dirigidas al debilitamiento del castrismo, y el reclutamiento, elemental para la organización y formación intensiva de quienes dirigirían la estrategia en las calles con responsabilidad hacia la caída de los déspotas. Cinco mil activistas de la Resistencia fueron reclutados, formados y distribuidos en los Estados de Venezuela. Los grupos no mantenían comunicación unos con otros y difícilmente se conocían, las informaciones eran recibidas y devueltas por un equipo resguardado fuera de las fronteras, con la finalidad de mantener la seguridad en la organización en caso de que dirigentes fueran capturados durante la lucha. Esto hizo de la Resistencia una estructura sólida y con capacidad de autoregenerarse ante cualquier situación; el rumbo hacia la Libertad ya había comenzado. Las redes sociales de la Resistencia se usaron como canal principal de comunicación para convocar a las fuerzas vivas de la sociedad civil, y los activistas en las localidades –ya con la formación adecuada- fungían como motores inspiradores de la desobediencia. Los mecanismos de Lucha No Violenta y los tiempos para ser aplicados, iban siendo divulgados por medio de los canales de Telegram de la Resistencia y cadenas de whastapp. El movimiento estudiantil funcionó bajo la misma premisa que en 2007 contra la reforma: en todo hogar hay un estudiante para transmitir la información. El símbolo de la Resistencia estaba en murales, folletos, franelas y medios alternativos, creando entre los ciudadanos una identidad común patriótica. La valentía de sus guerreros abonó la confianza de millones que esperaban un plan claro, coherente y honesto en el cual creer para decidirse a actuar. Esto permitió activar con facilidad protestas nacionales y culminarlas cuando era necesario. En cuanto el plan fue divulgado, la Resistencia comenzó a tomar fuerza. La disposición de la gente decidida a desafiar a la dictadura, dio inicio a un tipo disciplina que sólo requirió de la
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voluntad propia de los ciudadanos para desobedecer –resistirse a cooperar con el enemigo-, avanzando en el resquebrajamiento de las bases que soportaban al régimen. La Resistencia se preparaba en todos los flancos en el marco del plan de liberación, lejos de la improvisación que caracterizaba a la clase política tradicional, causante de muertes, encarcelamientos y persecuciones sin resultados efectivos.
el desafio de la Resistencia Protestas iniciaban espontáneamente, motivadas por un pernil, un kilo de harina o el mero ímpetu de querer hacer algo ante la desesperación. Era inevitable. Este período era previsto por los grupos de Resistencia, que se adelantaban a encauzar el descontento nacional hacia el debilitamiento sistemático del castrismo en el país. Niños morían enfermos y otros por desnutrición, en cualquier hogar era igual la dificultad, pues quien no lo vivía, podía presentir lo que le venía. Ya no había clase media, sólo algunos con un poco más o un poco menos ¿pero cuántos con tres comidas en su mesa? los enchufados o un empresario sobreviviendo, quienes no tardarían mucho en rendirse o en luchar. Los primeros en sumarse a la lucha activa de calle, fueron los jóvenes de bachillerato y universitarios quienes sedientos de futuro y convencidos de hacer historia, blindaron las acciones en la organización. Jovencitos de 12 años en adelantes con una conciencia determinada y corajuda, se unían a la Resistencia. La sed insaciable de Libertad unió al país en un gran movimiento de liberación y la coherencia, firmeza y valentía de sus dirigentes condujo con disciplina la anhelada rebelión que muchos percibían en el ambiente, pero no llegaba.
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La fortaleza de la dictadura se basaba en demostrar la brutalidad de sus fuerzas represivas en el control y amedrentamiento de cualquier intento de sublevación. Lograr la sumisión de la gente era la mejor manera de obtener su obediencia para mantenerse –con la cooperación de factores de “oposición”. La fortaleza de la Resistencia se basó
en demostrar que tal fortaleza militar, policial y represiva realmente no existía; lograr la confianza de las personas era la manera de obtener desobediencia para derribarlos -a opresores y traidores. La Resistencia había diagnosticado la baja de unos veinte mil soldados y policías en las protestas del 2017, unos por temor a caer en la lucha contra un pueblo decidido a ser libre y otros por la convicción y el juramento de no alzar sus armas contra la Nación. El hambre en los cuarteles acrecentó el descontento y la Resistencia militar comenzó a tomar forma con la valentía de funcionarios policiales y militares dispuestos a defender la Libertad de los civiles. Esto representó un riesgo que el régimen no estaba dispuesto a permitir y querían borrar del imaginario de la gente cualquier presunción de debilidad, llevándolos incluso a pedirle a los militares que dejaran a sus familias en nombre de la revolución. La madrugada del 15 de enero de 2018, un centenar de funcionarios criminales, incluyendo fuerzas de operaciones especiales del castrismo, tanques y armamentos de guerra en manos de paramilitares, participaron en la Masacre del Junquito: el asesinato de Oscar Pérez y su equipo. Tuvo la finalidad de mostrarle a la población civil y militar que la cúpula de dictadores seguía siendo “poderosa e inexpugnable”. Esta acción desmoralizó al país. Sin embargo, más policías desertaban siguiendo el ejemplo heroico de Pérez y sus otros 6 compañeros. El miedo de la sociedad se convirtió en ira, y se tradujo en desprecio al comunismo: las conciencias se unificaban en la idea de negarse a vivir esclavizados en la miseria de los narcoterroristas, y convertían a los caídos en héroes de la Resistencia que se fortalecía. De esas actitudes desesperadas iban siendo víctimas centenares de familias enlutadas y perseguidas por la cobardía palpitante detrás de fachadas inquebrantables; pero el valor se inmutaba en el espíritu de un país que se negaba a entregarse.
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La evolucion en el desafio Primer trimestre del 2018, las acciones avanzaban en la organización y mucha gente, en muchos lugares, cooperaban en desobedecer. Las distintas actividades simultáneas hacían impredecibles las operaciones de la Resistencia y la transmisión masiva por medio de internet, ridiculizaba la fragilidad de unas fuerzas represivas, que por más bruscas que fueren, no lograban controlar tantos tipos de protestas a lo largo y ancho del país, dejando en evidencia la real flaqueza del castrismo: rudo pero incapaz. Un día las calles amanecían pintadas con mensajes incitadores a la desobediencia y otros días folletos con anuncios similares aparecían debajo de las puertas de los hogares de toda Venezuela. “¡No somos esclavos, somos gente libre! ¡LIBERTAD O NADA!” No era casualidad, todo estaba dentro del plan. La confianza crecía y el apoyo voluntario de la ciudadanía era cada vez mayor, la comunidad internacional tenía sus ojos puestos una vez más en Venezuela, atenta a los acontecimientos.
militar extranjera que también le apoyara. La organización de Resistencia llegaba a su momento crucial, para lo cual se había preparado, el régimen de facto, se negaba a permitir la entrada de la ayuda humanitaria, tal como se había previsto por su carácter genocida y la población se enfrentaba al mayor reto de la lucha, desafiar a la dictadura en desobediencia para respaldar el ingreso y lograr su caída. Cuando Bolívar pierde la primera República, se fue al exilio a buscar todo lo que no encontraba en Venezuela para logar la victoria. Al volver, lo hizo por la única zona fronteriza que se encontraba en manos de los patriotas. Las fronteras serán abiertas con la lucha activa de la Resistencia y centenares de venezolanos en el mundo, dispuestos a recuperar la Patria, estarán listos para derrocar al dictador. Unas fuerzas represivas sin capacidad logística para desplegarse, representaban la debilidad más grande de la indomable tiranía y la Resistencia usaría todos sus medios para comunicar y coordinar cientos de protestas en todo el país para desestabilizarlos.
Un amanecer trajo un soplo de esperanza cuando en rueda de prensa anunciada desde el exilio, el TSJ en la vocería de su Presidente, comunicó la aprobación del Gobierno de Transición para Venezuela, juramentando a un grupo de venezolanos distantes de la política tradicional con la misión de orientar los esfuerzos de la comunidad internacional junto a la Resistencia para la salvación del país. Como primeras medidas, el nuevo gobierno pidió al mundo el reconocimiento de la decisión del TSJ que condena a Maduro a la cárcel por el caso de corrupción Odebrecht y reconocieran y apoyaran al Consejo de Estado de la República de Venezuela en su plan para recuperar el territorio. El respaldo de la comunidad internacional se hizo inminente desde los gobiernos de la región y esto hizo que las relaciones diplomáticas de la narcodictadura fueran disminuyendo rápidamente. La Resistencia, se dirigió a los venezolanos pidiendo estar atentos a lo que sería el paso definitivo para la liberación y solicitó la urgente intervención humanitaria para el ingreso suficiente de medicinas y alimentos que atendieran a la población golpeada por la miseria comunista, mientras se consolidaba una coalición
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De la Resistencia a la Transicion El plan de transición expuesto por la Resistencia para instaurar la República de Venezuela, y la lucha de largos días de esfuerzos y sacrificios de los ciudadanos, parecían mostrar una luz al final del túnel. También ayudaban las declaraciones de líderes y gobiernos de la región respaldando al gobierno transitorio en sus intenciones de continuar apoyando hasta ponerle fin a la opresión. Las sanciones económicas a personeros de la dictadura no se detenían. La condena al régimen forajido crecía a lo interno de los organismos multilaterales. Las relaciones diplomáticas se debilitaban con los días y el avance en la desobediencia de la ciudadanía hacía inevitable el desmoronamiento del régimen. Las calles se tornaban intransitables con el coraje de hombres y mujeres dando muestra de desobediencia, pero donde el tráfico fluía y la ciudadanía aún no asimilaba, valerosos ciudadanos se plantaban en el desafío llamando a la rebelión. “¿Quiénes somos? VENEZUELA ¿Qué queremos? ¡LIBERTAD!” Venezuela se convertía en un festejo de la desobediencia; más de cien ciudades de todas las regiones del país habían sido activadas en protestas por la Resistencia, desde acciones simbólicas como vigilias, concentraciones o marchas multitudinarias donde no se tenía permitido, hasta la toma de arterias viales en centenares de autopistas, avenidas, carreteras y organismos secuestrados por la dictadura. Era parte del desafío que estaba dirigido a unir a la sociedad en una sola fuerza política y espiritual de lucha para sacar a los usurpadores del poder. Jóvenes que exponían sus vidas luchando por rescatar a Venezuela, era lo que inspiraba a más gente a salir a la calle. La sangre era una constante de la represión, la muerte era inevitable en quienes consciente de ella priorizaban la Libertad; el sudor y sacrificio de los heridos abonaban una lucha que se intensificaba y la muerte de los caídos no sería en vano ante el último grito y compromiso del himno libertario: ¡si yo me muero nunca dejen de luchar! La consciencia era la mejor aliada cuando la esperanza intentaba sucumbir ante el temor, entonces la valentía desafiaba toda forma de opresión donde no hacer nada dejaba de ser opción. Los más jóvenes
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reafirmaban su determinación en la frase de Neomar Lander “la lucha de pocos vale por el futuro de muchos”. Los más grandes sabían que si no luchaban con sacrificio en este momento histórico, vivirían para siempre como esclavos del comunismo. Dios no abandonaba a sus hijos. A quienes se aferraban a la fe les daba fortaleza para continuar. Un amplio gremio de maestros, profesores, padres y representantes ahogados en la miseria que jamás pensaron vivir, decidieron desobedecer a quienes coartaban el futuro de la Patria. Los niños no eran enviados a clase con regularidad, los maestros simulaban estar enfermos o impartían enseñanzas desde sus hogares, dando ejemplo de valentía, con el único propósito de influenciar a su entorno hasta que comprendieran que debían empujar juntos el muro de la opresión. A la expectativa de la intervención y en el fervor de la rebelión se hacía común que se observase en entidades públicas y privadas -oficinas bancarias, alcaldías, ministerios- desde papeles expresando consignas de Libertad, hasta empleados renunciando en público, dejando explícito un claro llamado a la consciencia de los usuarios a hacer algo más allá de subsistir. Estas acciones se hicieron contagiosas entre los venezolanos. De manera directa o indirecta, la valentía generaba lazos más fuertes de confianza en la lucha. Todos luchaban orgullosos como venezolanos y no como militantes de la MUD o del PSUV. En las distintas estaciones del Metro, los trabajadores denunciaban los abusos a los que eran sometidos. Publicaban los nombres de los funcionarios que los perseguían para que fueran rechazados ante la opinión pública. Esto se convirtió en un ejemplo a seguir en muchos ministerios e instituciones del Gobierno: la cohesión entre los trabajadores públicos vencía a los “intocables” del gobierno, que terminaban expulsados de sus oficinas y despachos. De igual manera la dictadura despidió y castigó a varios de ellos, pero fue insuficiente para detener a una población decidida a desconocerlos y a no cooperar con criminales que asesinaban sin piedad con hambre o con plomo. Era ahora o nunca. Habían comprendido.
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De pronto en los hospitales los médicos se rebelaron ante sus directores. Hicieron un llamado que comenzó en el Hospital Clínico Universitario de la UCV que se hizo viral inmediatamente: “El gremio de la salud organizado desconoce al director del hospital y procedemos a nombrar a uno nuevo en el marco de la meritocrácia y por la vida de nuestros pacientes. A partir de este momento, solicitamos a la Resistencia, que nos ayuden con los insumos y recursos necesarios para ofrecer el servicio que necesitamos dar: salvaremos a nuestros compatriotas cueste lo que cueste” Las huelgas encendieron las noticias nacionales e internacionales. En otros hospitales se replicaba la experiencia con el apoyo de los pacientes y sus familiares, dispuestos a todo y motivados por el sacrificio declarado de personas indefensas pero con mucha valentía. Los médicos estaban conscientes de las consecuencias de sus actos, pero la confianza y la unión con la población en Resistencia los hizo enfrentar y superar con gallardía todas las calamidades. La Resistencia, con los venezolanos en el exilio, pudo enviar toneladas de insumos médicos para estos hospitales. Las universidades autónomas que se encontraban en permanentes huelgas solicitando recursos para su funcionamiento, decidieron ir a paros generales indefinidos en vista de los llamados de la Resistencia. La protesta en los hospitales fue estímulo para que las universidades privadas se solidarizaran y en asambleas estudiantiles se sumaran a acciones de alcance nacional.
rojas huían en busca de salvación, también policías y militares comenzaban a desobedecer las órdenes de dominación contra multitudes donde se encontraban amigos y familiares clamando Libertad. Estos funcionarios se sumaban a diario a la Resistencia, fortaleciendo la cohesión social y mostrando a un dictador todos los días más débil. Cada acción era causa y consecuencia de otra, la represión se salía de control. A pesar de las heridas del 2017, el entrenamiento y el método de lucha con los que los activistas de la Resistencia fueron preparados, resulto en que los muertos, heridos y encarcelados disminuyeran en esta oportunidad. Toda esta situación generó las condiciones para que finalmente ingresara al país la Fuerza Soberanista del Gobierno Transitorio. Estaba conformada por voluntarios venezolanos que vivían dentro y fuera del país. Una coalición militar extranjera, conformada por voluntarios latinoamericanos la acompañaron. Con sus acciones iban liberando los territorios, junto al pueblo organizado en Resistencia, para acorralar a los déspotas hasta Caracas. Era un éxito la combinación cívico-militar-policial, sus líderes, sus funciones y sus operaciones a donde llegaban. “¡Muera la tiranía, viva la Libertad!” Las asociaciones y federaciones de empresarios, junto a productores agropecuarios, organizaron multitudinarias acciones de recolecta de insumos para la Resistencia. Esto aceleró la velocidad con la que los guerreros lograban sus objetivos, pues el crecimiento en las tropas de liberación no se detenía en la medida que seguían los avances. La no-colaboración de estos sectores con el sistema, representó el colapso definitivo de la narcodictadura. Todo lo que se comenzaba a producir, era comercializado entre la población liberada y no se permitió más la intromisión del régimen en la economía. Así, avanzaba la lucha, esa era la intervención de la que hablaba la Resistencia para poner fin a la narcodictadura castrista en Venezuela.
Estudiantes de los liceos se negaron ir a clases, paralizando el curso de la educación media y diversificada, apoyados por una importante representación de docentes dispuestos a defender con coraje el futuro de Venezuela en la calle. El caos interno y las sanciones internacionales significaban el aislamiento de la dictadura y la feroz represión era la mayor muestra de desesperación de un régimen que veía cerca su salida, mientras fichas
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La caida de los tiranos El gobierno de transición representado en el Consejo de Estado, promulga una nueva Ley Fundamental como símbolo de la refundación de la república: Declaración de la Libertad y la Constitución de Venezuela. Los representantes del Consejo de Estado, han adelantado conversaciones con China y Rusia, garantizándoles que los compromisos adquiridos del régimen anterior serán honrados en nombre de la República. Asimismo, realizó su último pronunciamiento desde el exilio, exigiéndole a los usurpadores del poder la rendición incondicional, garantizándoles el debido proceso. Hizo un llamado a las fuerzas policiales y militares aún leales a Maduro para que depusieran las armas en contra de Venezuela en 48h, de lo contrario, la población cívico-militar en Resistencia tendrían la obligación de capturarlos a como dé lugar y entregarlos a la justicia.
Venezuela fue liberada gracias a la valentía de hombres y mujeres que comprendieron la importancia de la Libertad como lo más importante para la existencia del hombre y que cuando el despotismo usurpa el poder, la desobediencia es un deber. La conformación de la Resistencia como una respuesta saludable de la sociedad, significó la esperanza de la época y la certeza de nuestros días. La confianza en el plan de la Resistencia para vencer al castrismo y a la falsa oposición significo la victoria. Nunca se olvidará la alegría del regreso de millones de compatriotas a sus hogares, y de cómo esas familias de la época convirtieron a Venezuela en el más grande y glorioso país de las Américas.
El narcoterrorismo, legado de Chávez y Maduro, ya no tenía cómo responder ante la insurrección generalizada en contra de sus superiores. En medio de la intervención de nacionales y extranjeros, los trabajadores petroleros y de las empresas básicas comenzaron a manifestarse en huelga, en apoyo al proceso de liberación del país, denunciando además la explotación y la persecución a la que estaban sometidos durante mucho tiempo. El régimen castrista, desesperado, abandonado y atrincherado, como un zorro acorralado, mostrando los colmillos pero con el rabo entre las patas, débil como nunca imaginó, enfermo y hambriento como el país que humilló, sediento de Libertad como a quienes asesinó, apresó y persiguió, íngrimo y lastimero saboreando el final, ya estaba derrocado: la liberación de los Estados Federales y el avance a Caracas, era indetenible. Solo le ofrecimos una opción: rendirse. En 200 años, la lucha libertaria de toda una generación de venezolanos será recordada como la Segunda Independencia.
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EDITOR RODERICK NAVARRO El plan para la liberación ya se encuentra en ejecución y fue distribuido por medio del cuento EL RUMBO A LA LIBERTAD, con el propósito de invitarte a comprender hacia dónde vamos y lo que lograremos si identificas y asumes junto a nosotros tu rol en la Resistencia. ¡LIBERTAD O NADA!
TEXTOS JORGE REYES DISEÑO GRAFICO VICTOR ROSALES
Jorge Reyes.
Rumbo Libertad es un movimiento libertario al servicio de la Resistencia venezolana. Hemos delegado en Roderick Navarro y Eduardo Bittar su coordinación política general. Dentro de la estrategia global de la lucha, han ejecutado gran parte de la agenda internacional de la Resistencia, debilitando a la diplomacia de la falsa oposición y del régimen. Gracias a esos esfuerzos junto al de otros compatriotas y organizaciones, los parlamentos de Sudamérica, la OEA, la ONU, la UE, los EEUU, Canadá y otros países de Europa, han sido contundentes contra la narcodictadura. Ahora, muchos gobiernos y fuerzas políticas respaldan la posición de la Resistencia como verdadera oposición. Por esta razón, Nicolás Maduro declaró como terroristas a nuestros líderes, y ha encarcelado, asesinado y torturado a más de 50 miembros de Rumbo Libertad, así como a otros grupos hermanos de lucha miembros de la Resistencia cívico-militar.
www.rumbolibertad.org @Rumbo_Libertad