Revista Mensajero /02-2016

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Con tu apoyo proteges a los niños y niñas de este país Empresas del

Futuro

Tu empresa y tú pueden hacer mucho por la infancia en nuestro país. La labor de Aldeas Infantiles SOS también es posible gracias a la mano solidaria de las empresas que desean comprometerse con la niñez y son capaces de responder mediantes acciones de Responsabilidad Social Empresarial.

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Créditos

Contenido 3

Editorial

Esta es una publicación de Aldeas Infantiles SOS Bolivia

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Edgar, un líder de su comunidad

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Bancosol donó botiquines Aceros Torrico apoya al Centro Infantil

Aprobación de contenido Alfonso Lupo – Director Nacional

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Con amor se supera la adversidad

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El amor de padre

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“Quiero ser el papá que no tuve”

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En los hombros de papá

Contenido y fotografías Jesús Arias Mijhail Calle Julio Jaldín Faviola Rivera Paura Rodríguez Lizeth Vicente Mónica Sánchez Impresión SPC Impresores

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Por el bienestar de sus hijos

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“Estamos preparados”

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Pintando sueños

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“Ser padre y madre”

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!Superarlo todo con mis hijos

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Un abuelo dedicado

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Una luz para Francisco

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Como padre de padres

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Edición de contenido Libertad Martínez – Responsable Nacional de Comunicaciones

Editorial Sabemos que en el corazón de un padre, un hijo será la mejor lección de amor y lucha. Desde ese especial momento del primer llanto, la primera sonrisa y las primeras palabras, la conexión entre ambos nace. Y es que los padres son los grandes héroes en el corazón de sus hijos. La protección, la seguridad, las simples lecciones para las grandes cosas de la vida, esa es la mejor herencia que dejan y es eterna. Porello,queremosdedicarestaprimeraedicióndelarevistaMensajeroAmigoSOSatodosaquellospadresquehanasumidocon tenacidad, compromiso y amor el importante rol que tienen en la vida de sus familias. Historias que reflejan que, ante la adversidad, estos padres encontraron en sus hijos el motor para sus vidas; historias que nos cuentan sobre la esperanza, la lucha diaria y la gran satisfacción que sólo puede dar el amor incondicional de un padre. Muchosdeellos,losprotagonistasdeestasgrandeshistorias,hanasumidoestedesafíocomoparticipantesdenuestrosprogramas de prevención del abandono y junto a ellos, aprendemos a diario que la fuerza del amor por los hijos es invencible. Cordialmente

Ana María de Granda Presidenta Junta Directiva Nacional Aldeas Infantiles SOS Bolivia


EDGAR, UN LÍDER DE SU COMUNIDAD (Santa Cruz) Ser papá para Edgar Romero, no sólo es una experiencia personal, además de dedicarse al cuidado de su hijo, ha descubierto su vocación de líder en su comunidad y se dedica voluntariamente al apoyo de familias donde los niños se encuentran en alto riesgo de sufrir abandono. Cuando su hijo Jhoan tenía nueve meses, la mamá del niño los abandonó y Edgar tuvo que asumir solo su paternidad. Al principio recibió el apoyo de su madre que le ayudaba a cuidar el bebé mientras él trabajaba y aunque ya estaba mayor, era de mucha ayuda para los dos. Este alivio no duró mucho, pues unos ocho meses después la señora falleció. “De nuevo me vi solo y tuve que aprender a cuidar a mi hijo sin la ayuda de nadie”, recuerda. Al ver sus esfuerzos por distribuir su tiempo entre el cuidado de Jhoan y el trabajo, un amigo le aconsejó que llevara a su niño a un centro infantil, refiriéndose específicamente al Centro Social que está a cargo de Aldeas Infantiles SOS. “Fui a preguntar pero no había espacio, tuve que esperar que acabe el año para que puedan admitir a mi niño”, indica. De esa manera Jhoan ingresó al servicio de cuidados diarios cuando tenía tres años. “Desde que entró al Centro Social, se me facilitaron las cosas, porque así pude organizarme mejor y trabajar de manera más estable”, manifiesta. Edgar trabaja en el rubro de la confección fabricando jeans en un taller que es de propiedad de su hermano. Explica que en los últimos años la producción nacional ha bajado bastante, pues existe mucha competencia de la ropa china y usada que se vende a precios muy bajos; sin embargo, explica que por el momento es la única fuente de trabajo que tiene. Para él resulta ventajoso trabajar para su hermano, pues conoce su situación y le permite tener un horario flexible para atender a su hijo y reponer horas de trabajo durante la noche, mientras el pequeño duerme. Edgar y su hijo viven en una habitación como cuidadores en la casa de su hermano, pese a estar un poco incómodos, están tranquilos, pues no deben pagar alquiler. Los primeros años de la escuela no fueron fáciles para Jhoan, tuvo un bajo rendimiento académico bajo

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ocasionado a problemas con el desarrollo del lenguaje. Ante esta situación, su papá buscó soluciones y recibió apoyo profesional en coordinación con Aldeas Infantiles SOS, desde octubre de 2014 pasaron a ser participantes del servicio de contención familiar. Gracias a un proceso de terapias y al empeño de Edgar, el niño ha logrado superar sus problemas de aprendizaje y tuvo un mejor desenvolvimiento en el colegio. Además de trabajar y dedicarse a su hijo, Edgar es tesorero de la Directiva de los padres de familia del Centro Social. Participa en reuniones y todo tipo de actividades destinadas a apoyar a las familias en alto riesgo. “Me preocupan los niños que por cualquier razón pueden quedar sin cuidado, yo sé lo que es estar solo y por eso apoyo a las familias, es una alegría cuando veo que alguna supera sus problemas”, señala. Por sus acciones, ha demostrado ser un líder responsable y de esa manera se ha ganado el respeto de su comunidad.


BANCOSOL DONÓ BOTIQUINES PARA LAS FAMILIAS SOS BancoSol dotó con 280 botiquines a los Centros Infantiles Comunitarios y familias SOS en las ocho ciudades donde esta organización está presente, llegando a 6.200 niños, niñas y adolescentes participantes de los programas de Aldeas Infantiles SOS. El material de primeros auxilios médicos se entregó en cada programa y se realizaron capacitaciones para el personal de atención directa de Aldeas infantiles SOS y utilizar los instrumentos y medicamentos que componen el botiquín equipado por la Cruz Roja Boliviana. En cada regional, un grupo de voluntarios de BancoSol visitó a las familias SOS para realizar la entrega del equipo, pero además tuvo una experiencia vivencial con cada una de ellas y conocieron de cerca el enfoque familiar de trabajo que se realiza en Aldeas Infantiles SOS.

ACEROS TORRICO APOYA LA CONSTRUCCIÓN DEL CENTRO MODELO INFANTIL (El Alto) La empresa boliviana Aceros Torrico entregó una donación de calaminas equivalente a Bs. 23.273.91 para el techado del Centro Modelo Intantil que construye Aldeas Infantiles SOS en coordinación con la Junta de Vecinos de la Urbanización Bautista Saavedra, Unidad Vecinal “J” en el distrito 14 y el Gobierno Autónomo Municipal de El Alto.

“En el marco de las acciones de Capital Social de nuestro programa de Responsabilidad Social Empresarial, decidimos apoyar el trabajo que realiza Aldeas infantiles SOS con los niños y adolescentes en la restitución de sus derechos para que puedan crecer y desarrollarse en el núcleo de una familia”, aseguró el Gerente General de BancoSol, Kurt Koenigsfest, a tiempo de anunciar la movilización nacional que realiza BancoSol para efectivizar esta iniciativa. Sobre BancoSol Esta institución financiera inicia sus primeros pasos en 1984 como institución sin fines de lucro apoyando el desarrollo de microempresas en el país. Consolida su fundación como el primer Banco de microfinanzas en 1992 con la visión de mejorar el futuro de los sectores de menores ingresos, mediante el acceso a servicios financieros integrales de alta calidad.

La directora del Programa de Fortalecimiento Familiar de Aldeas Infantiles SOS en El Alto, Gladys Villazón, expresó su agradecimiento en nombre de la niñez, ratificando el compromiso de trabajo por la protección y defensa de los derechos de la infancia. Por otro lado, el Presidente de la Junta de Vecinos de la Urbanización Bautista Saavedra, Gonzalo Limachi, saludo la cooperación que realiza la empresa y se comprometió a fortalecer la Red de Protección Infantil en este sector de El Alto. Aceros Torrico trabaja en el área troncal de nuestro país, además de Tarija y Riberalta proporcionando materiales de construcción como calaminas, alambres y otros.

El nuevo Centro Modelo Infantil albergará a 90 niñas y niños que recibirán protección y atención integral, además del fortalecimiento de capacidades protectivas, laborales y personales en sus familias. La empresa realizó esta valiosa donación a través de su Gerente General Victor Torrico Vargas, enfocados en apoyar la atención de familias de escasos recursos y que se encuentren en riesgo de la desintegración. Mensajero Amigo SOS

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CON AMOR SE SUPERA LA ADVERSIDAD (Sucre) Cuando muchos se aprestan a retornar a casa para descansar luego de una jornada de trabajo, Efraín está preparado para sus ocho horas laborales, él recorrerá aproximadamente 25 kilómetros junto a otros compañeros siguiendo y recogiendo basura en uno de los carros de la Empresa Municipal de Aseo, sin importar el clima o los riesgos que implica este turno. Luego del recorrido maratónico y con el orgullo de que al día siguiente la zona donde trabajó no estará con residuos de basura, retorna a su hogar realmente agotado, “todo vale la pena con tal de ver a mi familia sin pasar ninguna necesidad”, recalca Efraín, un joven padre de familia que logró sobreponerse a las adversidades teniendo como aliadas la fe, la esperanza y el amor por su esposa e hijo. Tras el abandonado de su padre, Efraín salió adelante junto a su madre y hermanos trabajando desde pequeño y pasando carencias; fue un tío quien lo apoyó para poder terminar el bachillerato, de ahí en adelante tuvo que asumir la paternidad y la responsabilidad de una familia. “No fue sencillo yo estaba enferma de mis nervios, peleábamos y discutíamos, a veces me olvidaba que mi hijito estaba ahí y no me importaba” cuenta Verónica entre sollozos, la también joven mamá y esposa en algún momento se sintió desesperanzada por su situación de pareja. Julio César, el primogénito, fue quien motivó cambios, estaba creciendo y ya había

la necesidad de dejarlo al cuidado de terceros mientras los papás trabajaban, de esa manera llegaron al Centro Social de Aldeas Infantiles SOS. Efraín encontró en el Centro Social un lugar donde no solamente cuidaban y querían a su hijo, también es el lugar donde comenzó a desarrollarse como líder, “me eligieron como tesorero, asistí a las reuniones y talleres de capacitación, también estuvimos apoyando con la amplificación para la kermés”, cuenta. Todo lo aprendido se fue poniendo en práctica en su hogar, las cosas mejoraron y ahora esperan la llegada de su segundo bebé, Julio César es el más emocionado, cuando le compran algo reclama y recuerda a sus papás que ahora son dos hijos y que todo se debe comprar por doble partida. La comunidad también se siente comprometida con esta familia que es muy desprendida a la hora de trabajar por los niños y niñas, “como sabe de carpintería ayuda a que los bancos, las mesas estén bien, para que no se lastimen los niños y ya le conocen en el barrio y le llevan a colocar puertas y ventanas, pero cuando sentimos más la ayuda fue cuando lo atacaron mientras estaba trabajando y con un botellazo en la cara le lastimaron el ojo, casi pierde la vista”, cuenta Verónica aún preocupada por la salud de su esposo quien es el único sostén de la familia. Todas las experiencias difíciles a las que han logrado sobreponerse, fortaleció más el vínculo en la familia de Efraín, ahora se sienten confiados y con nuevas metas que cumplir, “voy a estudiar carpintería en melamínico, no es difícil, pero es un reto que me he propuesto para este año, así voy a generar ingresos extras que me hacen falta para que mis hijos y mi esposa estén bien”, explica. Verónica también ha hecho todo lo posible para superar sus problemas de salud, aunque reconoce que es su pareja el que ha cambiado y la entiende, “me hace olvidar que estoy mal, se ha vuelto más bromista, ya no me puedo enojar con él porque termino riendo y se me pasa, hemos aprendido en los talleres que dan en Aldeas Infantiles SOS que estar peleando les afecta a los hijos más que todo, por eso el Efraín también ya no se enoja, más bien me pregunta y me charla para que decidamos los dos cualquier cosa” asevera Verónica. Seguro de que en una familia unida es más fácil superar los problemas, Efraín ve el futuro con mejores augurios, ha ganó experiencia, ha madurado, está más fortalecido, “mi familia es todo para mí” concluye mientras levanta orgulloso en brazos a Julio César y besa tiernamente la frente de Verónica.

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EL AMOR DE PADRE SE MULTIPLICA (Tarija) José es de un hombre que vivió en el campo y conoce de cerca la realidad que afrontan las familias campesinas que se ven obligadas a migrar a las ciudades para buscar mejores oportunidades, pero el amor también tiene cabida aún en los hogares más humildes , él conoció a Esperanza, cautivado por su dulzura, se enamoraron y luego se unieron en matrimonio. Ellos migraron a Tarija desde una comunidad de la zona de los Cintis en Chuquisaca, como ocurre con muchas de las familias migrantes, les costó encontrar trabajo porque no conocían la ciudad, no hablaban bien el castellano, no tenían dónde vivir ni qué comer; se encontraban en una situación de extrema pobreza. La situación empeoró al poco tiempo de haber llegado a la ciudad, la mamá de Esperanza murió dejando en orfandad a seis hijos entre cuatro y 14 años de edad. Como hermana mayor, estando ya casada con José y con dos hijos pequeños, decide hacerse cargo de sus hermanitos y albergarlos en el seno de su familia. Para José fue una decisión muy difícil, de un día para el otro su familia se había casi triplicado y veía venir una carga difícil de llevar, sus preocupaciones y miedos le limitaban y le costaba asumir el cuidado de sus cuñaditos y no creía ser capaz de dar amor a ocho niños. Ante esta difícil situación la solidaridad y la unión de la comunidad acercaron a esta familia a Aldeas Infantiles SOS, al principio ellos creyeron que podían encontrar una ayuda asistencial, sin embargo, la respuesta brindada les dio la oportunidad de desarrollarse como familia, aperturando el servicio de Familia Extendida. Este apoyo permite que los niños cuyos padres perdieron el cuidado parental por distintas razones, puedan crecer dentro de su familia de origen con algún pariente, en este caso con su hermana y su esposo.

“Él es muy cariñoso con ellos, cuando viajamos la gente nos dice: uhh ¡tantos hijos! Pero él responde: ¡esa es la bendición de Dios!, ellos piensan que todos son nuestros hijos y tampoco lo negamos, los trata bien. Cuando les preguntan a los chicos ¿cuál es el más buenito, tu mamá o tu papá? Ellos siempre señalan que su papá es el más buenito con ellos.” Refiere Esperanza Al principio José sólo pensaba cuidarlos por un año y luego volver al campo, pero su gran corazón hizo que los aceptara y ahora para él no hay ninguna distinción entre ellos y sus hijos biológicos… “hay que verlos hasta que sean grandes y puedan formar su propia familia, así cuando nosotros seamos viejitos ellos se van a acordar y nos van a cuidar”. El día del padre fue muy especial, pues no se dio basta para abrazar a sus ocho hijos y recibir los claveles en el acto que organizaron en el colegio; ahora ellos le dicen papá y para él son sus hijos queridos, no tolera la idea de separarse de ellos, de alguna manera está cumpliendo un sueño que tenía cuando era un niño: tener una gran familia unida.

En Aldeas Infantiles SOS encontraron una ayuda integral, Esperanza trabaja como ayudante de cocina, los niños pequeños asisten al Centro Social y recibieron apoyo con becas alimentarias. El apoyo también contempló el trabajo afectivo con José y Esperanza, ellos tienen una muy buena relación de pareja, ese mismo amor que impulsó a mirar a esos niños como sus hijos.

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“QUIERO SER EL PAPÁ QUE NO TUVE” (Oruro) un instituto donde se especializó en maquinaria pesada y egresó como técnico en maquinaria pesada, minera y vial. Hoy a sus 39 años de edad pone en práctica todo lo que aprendió en su familia SOS, está casado hace 16 años y tiene dos hijos: Michelle y Mauricio “son la razón de mi vida”, dice sonriente. Un día normal para él comienza a las siete de la mañana, después de desayunar con sus hijos se prepara para llevarlos al colegio y luego a su trabajo. Actualmente trabaja como mecánico de maquinaria pesada en el Servicio Departamental de Caminos de Oruro, las ocho horas incansables de trabajo, se vuelven una eternidad cuando quiere estar al lado de su familia.

Al recordar su infancia, don René no duda en asegurar que estuvo llena de alegrías y satisfacciones, pero con algunos matices de tristeza, pues a sus diez años perdió a su madre y junto a sus cinco hermanos sufrió el descuido de su padre, quién no podía encargarse de ellos. Fue así que don René y sus hermanos llegaron a conformar una de las primeras familias SOS de Aldeas Infantiles SOS de Oruro. “No tuve el padre que debería tener, pero tuve una madre SOS que me daba mucho amor”, señala al recordar su permanencia en la Aldea. Aquel vacío que dejaron sus padres biológicos, poco a poco fue llenado con el cariño de sus hermanos y la comprensión y cuidado de su mamá SOS, Marina. En su familia SOS don René aprendió a convivir con otros niños y niñas con quienes creció y comprendió la importancia de vivir como hermanos y como una verdadera familia. “Todos nos llevamos bien, éramos como una familia cualquiera, con alegrías y dificultades. Fue una de las etapas más bonitas de mi vida”, recuerda don René. Don René se caracterizó por ser un buen deportista, razón por la cual a sus 14 años de edad obtuvo una beca en una escuela de fútbol en la ciudad de Cochabamba, lugar donde paralelamente estudió mecánica, otra de sus pasiones. Con el apoyo de su familia SOS, ingresó a

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“Para mí ser papá es lo máximo, no importa si estoy cansado o con mucho trabajo; siento la felicidad más grande cuando veo a mis hijos sonrientes o dándome un abrazo y beso”. Don René se caracteriza por ser muy trabajador, no escatima esfuerzos para darles una vida de calidad a sus hijos. Por las noches don René se traslada a su tienda de lubricantes que lleva el nombre de su primera hija “Michelle”, este negocio lo emprendió hace más de 10 años con el apoyo de Aldeas Infantiles SOS. Las noches y los fines de semana los dedica a sus hijos, aunque señala que siempre los lleva en su mente. Los paseos y comidas especiales ya son tradicionales en su familia. Sus hijos y esposa conocen las circunstancias en las que creció don René, por eso valoran más el cariño de su padre y se sienten muy afortunados de tenerlo como esposo y padre. “Soy un agradecido de Aldeas, todo lo que he logrado fue gracias al apoyo y confianza de ellos, ahora tengo mi propio negocio y un familia a la que quiero mucho.


UN RECORRIDO EN LOS HOMBROS DE PAPÁ (Cochabamba) El recuerdo de su mejor ilusión luce así: caminando como dos kilómetros cuesta arriba bajo un sol árido, en un barrio que apenas se construye y con su hijo pequeño sentado en los hombros, pero con el poder de cambiar su historia, familia, la vida de su hijo y comunidad. Cuando José tenía 28 años de edad, junto a su hijo pequeño y su pareja, tuvo el sueño de construir su familia y una casa en el terreno que había comprado en un barrio alejado de la ciudad. Acompañado de su pareja y su hijo Benjamín, caminaba mucho tiempo para llegar hasta el terreno y empezar a construir la casa con sus propias manos, pero las circunstancias cambiaron la ruta, José y Benjamín quedaron solos, padre e hijo. “Afronté muchos problemas en mi niñez y tuve que dejar mi casa como a los ocho años. Prácticamente aprendí a vivir en la calle. Tuve una juventud muy difícil porque creo que jamás mantuve una figura paterna que me guíe (…) y cuando quedé solo con mi hijito, tenía muchos miedos y preocupaciones, pero sabía lo que significa no estar cerca de un hijo. Lo que me sucedió estaba a punto de repetirse, pero quise cambiar la historia”, comenta José. La situación difícil por poco lo llevó a dejar a su hijo, pero conoció uno de los Centros Sociales del servicio de Fortalecimiento Familiar de Aldeas Infantiles SOS, asistió al encuentro de padres solteros y encontró que existían papás en situaciones similares y tomó fortaleza. Para José las razones de inseguridad se convirtieron en oportunidades para invertir esfuerzos. Desarrolló competencias afectivas, protectoras y en pocos meses se convirtió en líder influyente en la comunidad de padres y madres. Muchas familias confiaban en él, y aquella carga emocional le brindaba seguridad. Se hizo más elocuente, activo y continuaba capacitándose en Aldeas Infantiles SOS. Así, las otras madres y padres encontraron en José una figura que debía continuar desarrollándose porque podría guiar el bienestar infantil en un nivel comunitario y barrial. Fortaleció su relación familiar con su hijo Bejamín, construyó la casa con sus propias manos y el apoyo de otras organizaciones. Lideró a su Organización Territorial

de Base para conformar comités de protección infantil que aboguen y respondan a las necesidades de sus niños y niñas. Su liderazgo se fortalecía tremendamente y su comunidad lo reconocía. Las mamás del barrio lo apoyaban mientras trabajaba y los padres de familia recurrían a él para resolver problemas de violencia familiar. Su hijo lo valoraba cada día más y su hijo crece con una figura paterna comprometida. José comprendiendo también la importancia de la figura materna, dibujó a la mamá de su hijo en un cuadro, lo colgó en la pared de su dormitorio y cada día le cuenta a Bejamín las virtudes que ella tuvo, para que la valore positivamente. “En Aldeas aprendí a responder a problemas que surgen en la familia y puedan afectar a mi hijo, y aquello comencé a aplicarlo y difundirlo también en mi OTB”, dice José. Y como para él es importante pasar tiempo con Benjamín, eligió utilizar la carpintería para trabajar los fines de semana, y así dedicarle tiempo y exclusividad a su hijo de lunes a viernes. Ahora aunque sólo quedó con su hijo, siempre que retorna de la ciudad hasta su casa, lleva a Benjamín cargado en sus hombros y siente felicidad porque su mejor ilusión se mantiene como una realidad, hecha de amor y decisión por mantenerse juntos, como la familia que son. Mensajero Amigo SOS

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POR EL BIENESTAR DE SUS HIJOS (Santa Cruz) La jornada laboral para don Ciro y doña Carmen comienza a las cuatro de la madrugada. A esa hora don Ciro va al mercado para comprar carne, mientras su esposa alista las ollas y pela la yuca. Trabajan de manera industriosa en el patio de una casa que alquilaron hace dos meses por la avenida Bolivia del Distrito 12 de Santa Cruz. “Lo único que quiero es que a los niños no les falte nada”, afirma en tono determinado don Ciro, refiriéndose a sus cuatro hijos. Muestra sus ollas, cocina, horno y sus gallinas, dice que se siente rico y bendecido. Hace un año, cuando llegaron junto a sus cuatro hijos desde San Borja, luego de que la inundación los dejara prácticamente sin nada, dormían en un pequeño cuarto en el suelo y tenían un solo vaso para compartir entre todos. Hubo días en que tuvieron que comer un pan con un poco de agua, recuerda. “No le miento”, dice don Ciro al contar su experiencia. El agua se llevó casi todo lo que tenían, quedaron con dos mudas de ropa y un dinero que les alcanzó para comprar sus pasajes y salir hasta Santa Cruz. En San Borja vivían de la venta de horneados y relleno beniano, así que en Santa Cruz decidieron continuar con el mismo negocio. Comenzaron vendiendo cuñapé y pan de arroz. Poco a poco comenzaron a remontarse, ganando algo de dinero para su alimentación, sin embargo, todavía la situación era crítica y cuando comenzó la época de enviar a sus hijos al colegio, no tenían dinero para comprar los útiles escolares. En ese entonces conocieron a una familia en contención que les habló de Aldeas Infantiles SOS y de esa manera entablaron relación con la organización y pasaron a formar parte del servicio de contención familiar. “No hubiéramos hecho nada sin Aldeas, confiaron en nosotros y estamos respondiendo”, dice don Ciro al recordar que la organización le proporcionó un horno para ampliar las posibilidades de su negocio. “Sabemos que tenemos que trabajar y por eso nos levantamos muy temprano”, comentan don Ciro y su esposa. Don Ciro es el que sale a vender, por el barrio

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reparte pan de arroz y tortillas, los jueves atraviesa la ciudad para vender sus rellenos benianos en la feria de Cumavi, una feria muy grande ubicada en la Villa Primero de Mayo donde venden ropa usada. Allí él se instala y vende, hace 30 kilos de relleno acompañado de yuca, llajua y mayonesa. Lo mismo hace los domingos, sólo que ese día se va más lejos, llega con sus productos hasta la feria de Pampa de la Isla, zona ubicada en la carretera hacia Cotoca. También lleva refrescos preparados con maracuyá, lima, carambola o achachairú, dependiendo de la época. “Ahora podemos asegurar una alimentación adecuada para nuestros hijos, tienen ropa, vivienda y van al colegio tranquilos”, manifiesta orgulloso don Ciro, que muestra que su perspectiva siempre está dirigida a crecer. “Lo que ahora necesitamos es una embutidora, porque rellenamos los chorizos a mano y eso nos toma mucho tiempo y esfuerzo, hemos visto que hay embutidoras que facilitan esa tarea”, explica. Don Ciro tiene otros sueñas más, pretende comprar una heladera, así no tendrá que madrugar para ir a comprar carne. Su esposa lo apoya, y ambos trabajan a la par. Junto a sus hijos se han convertido en una familia ejemplar del servicio de contención en el Distrito 12.


“ESTAMOS PREPARADOS” (Sucre)

Don Grover, vecino del barrio Patacón de la ciudad de Sucre desde hace 20 años, tuvo que asumir la dirigencia en la zona desde muy joven, combinando estudios, trabajo y luego el rol de padre de familia con extensas reuniones, asambleas y la toma de decisiones para lograr en el barrio no sólo el crecimiento de infraestructura y servicios básicos, sino también el bienestar de sus habitantes. “El barrio ahora ha crecido, se ha tenido que distribuir en seis zonas para una mejor organización”, comenta argumentando que esta jurisdicción cuenta con una serie de instituciones como la Iglesia, la Unidad Educativa, el Módulo Policial próximo a estrenarse y Aldeas Infantiles SOS. Asumir la dirigencia le ha permitido ganarse la confianza y el respeto de los residentes de la zona. Con diligencia trabajó junto a las directivas electas para la conclusión de pavimentados, enlocetados, alcantarillados, etc., “durante todo este tiempo trabajamos muy de cerca con otras dirigencias, sub alcaldes, defensorías, Aldeas Infantiles SOS, siempre buscando mejorar todo tipo de atención”, manifiesta. Si bien gran parte de las necesidades básicas han sido subsanadas, el aspecto social es un trabajo que no termina por las personas migrantes que se tiene que ir integrando en las distintas actividades que realizan en la zona, esto permite conocer sus necesidades y analizar cómo solucionar sus demandas.

Como padre de familia, don Grover se preocupa de los casos de violencia que existe en su zona y que muchas veces tuvo que denunciar ante las autoridades correspondientes, “estamos preparados para ese tipo de situaciones, no podemos tolerar el maltrato a ningún nivel por eso coordinamos y nos apoyamos en el trabajo que hace Aldeas Infantiles SOS, estamos siempre al tanto de que los niños y niñas estén bien cuidados. En cierta forma el Centro Social es una garantía para nosotros, para que los papás y mamás salgan a trabajar mientras sus hijos están al cuidado de las educadoras”, indica. En el barrio también se ha trabajado los valores de la solidaridad y reciprocidad, hay varios casos de madres solas con hijos pequeños que en algún momento necesitaron apoyo, ahí también se trabajó coordinadamente para hacer que la familia salga adelante y supere la crisis que atravesaba. “Cuando uno es dirigente ve todo tipo de situaciones a los que debe coadyuvar para dar solución, cuando se nos informa de casos donde la comunidad debe dar respuesta se hace la convocatoria a todas las instancias”, dice don Grover. Han transcurrido los años y vienen nuevas generaciones de líderes que estarán a cargo del barrio, con ellos se tiene que ahondar el tema de responsabilidad y perseverancia para tener una buena gestión, son las recomendaciones de quien pudo sumar su granito de arena para la convivencia de las familias del barrio Patacón. Mensajero Amigo SOS

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PINTANDO SUEÑOS (Tarija) Pintar es la expresión de lo que se lleva en el interior del alma y no sólo se trata de pintar cuadros, sino también murales comerciales y letreros, el oficio de don Julio, un hombre admirable que encuentra la inspiración y la razón de su vida en sus cinco hijos: cuatro niñas y un niño. Cuando la más pequeña de sus hijas cumplió un año, su esposa abandonó el hogar, dejándolo solo con sus hijos. A pesar de la confusión, el miedo y la angustia, su único consuelo era estar con ellos. No fue la primera vez del abandono de su esposa, antes lo hizo con sus hijos y él sintió morir de la tristeza y la angustia por no saber de ellos, llegando incluso a pensar en quitarse la vida. En esta ocasión al cuidado de sus hijos, la reacción fue diferente y decidió luchar por su familia. A pesar de no contar con ingresos económicos estables, de compartir una precaria vivienda con otros familiares y de sufrir un accidente laboral en el que perdió uno de sus dedos, buscó una luz de esperanza en Aldeas Infantiles SOS. Acudió al Centro Social para que sus hijos puedan participar del servicio de cuidado diurno mientras él trabajaba; conociendo de su situación, ingresó al servicio de contención familiar para trabajar su autoestima y resiliencia para cuidar de mejor manera a los infantes. El trabajo dio frutos, las niñas mayores muestran también habilidades para el diseño y la cotillonería, este año ingresarán a cursos de computación y diseño gráfico, para que al igual que su padre, puedan profesionalizarse en esa área. Para ellas su mayor adoración es su padre, porque vieron todo el sacrificio que él realiza para brindarles un futuro mejor. En diciembre de 2015, Carina, la mayor de sus hijas, cumplió 15 años de edad y con el apoyo de toda la familia festejaron el inicio de esta nueva etapa. Con meses de anticipación, ella misma fue preparando los arreglos decorativos, las velas para las damitas, los centros de mesa y otros detalles que no podían faltar en su fiesta de quince años; don Julio miraba orgulloso como su familia se alborozaba ante este evento. La soñada noche llegó y mientras abrazaba la cintura de su primogénita, al compás de un vals, no pudo evitar derramar una lágrima, porque no solo era cumplir un sueño de Carina, sino estaba cumpliendo un sueño suyo.

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“Para nosotros, papá es más que papá, es nuestro amigo, tenemos confianza en él, cuando estuvimos con los cambios de la pubertad, fue difícil para él hablar con nosotras de esto, pero no fue imposible y eso nos unió aún más como familia, porque notamos como se preocupa e interesa por cada uno de nosotros”, comentó Carina mientras abraza a su papá. Ahora don Julio no solo pinta letreros comerciales, sino crea y diseña calendarios, anuncios y otras aplicaciones comerciales, aprendió a diversificar su campo laboral y sus hijas se muestran interesadas en seguir esa área. “Yo nunca imagine que pasaría por lo que pasé, pero la fortaleza y las ganas de vivir se las debo a mis cinco hijos, tal vez somos raros los padres que nos quedamos con nuestros hijos, pero yo digo que sí se puede, a pesar que a veces el dinero no me alcanzaba, veía la manera de que no les faltara la leche y el pañal para la bebé, yo no sabía cómo cambiar pañales pero aprendí y no me avergoncé de cambiarle el pañal cuando salía con ella. No puedo darles lujos pero ellas saben que todo lo que les doy es desde el fondo de mi corazón”,


“SER PADRE Y MADRE” (Oruro) No hay mayor recompensa para un padre que llegar a casa y que sus hijos lo reciban con abrazos y besos, es la mayor satisfacción para don Cristian, un hombre de 36 años de edad que es padre y madre para sus hijas. Después de trabajar toda la noche como taxista, haciendo recorridos por la ciudad, trasladando a pasajeros de norte a sud, cualquier chofer llegaría a su casa a descansar un poco, para luego, retomar la jornada. Sin embargo, don Cristian llega a la casa que su hermana cuida a encontrarse con sus dos hijas pequeñas, Eliana y Ana. El rostro de don Cristian refleja cansancio y desvelo, pero nada importa cuando sus niñas lo esperan cada mañana con una sonrisa para darle la bienvenida. Un abrazo rodea su cuerpo, un beso aplasta sus dos mejillas y la frase “papito, ya llegaste papito”, hacen que don Cristian despierte y pierda el sueño. Cada jornada es agotadora para don Cristian, tras el volante trabaja en el día y por la noche los fines de semana y los miércoles. Lo hace por sus hijas que son “todo” para él. Hace siete años don Cristian conoció a la madre de sus hijas, al principio fue la pareja ideal, hasta que los vicios del alcohol acabaron con su matrimonio. “Yo trabajaba como minero en Colquiri, un tiempo estaba solo allá pero después llevé a mi esposa y a mis hijas, nuestra debilidad fue la bebida. Como mineros cada martes y viernes compartíamos bebidas alcohólicas y eso nos trajo problemas familiares, ella volvió a Oruro y todo empeoró”, recuerda don Cristian. Al volver a Oruro, la pareja de don Cristian, durante un tiempo se encargó de cuidar sola a sus dos hijas, él se responsabilizó de cubrir los gastos de alimentación y educación, además las visitaba algunos días entre semana. Pero aquel vicio del que fue presa la madre de sus hijas, no había sido superado. “Cada vez me enteraba que mi esposa se dedicaba a tomar más y más, y que mis hijas se encontraban en mal estado, cuando las iba a visitar las veía desaseadas sin desayunar o sin ir a la escuela, fue cuando comencé a solicitarle a mi esposa que cambie por nuestras hijas o que me permita hacerme cargo”, cuenta don Cristian. Según cuenta don Cristian, la madre de sus hijas, trabajaba todo el día y por las noches las dejaba solas en su casa, bajo el cuidado de su hija de siete años. Durante este tiempo, don Cristian decidió convertirse en un inspector de oficio, pues al enterarse que su esposa salía por las noches, él se encargaba de vigilar a sus hijas desde a fuera de su casa. “Estacionaba el taxi afuera de la casa de mi esposa y tocaba

cada tres horas la ventana de mis hijas para preguntarles cómo se encontraban y ellas me decían que tenían miedo y lloraban, yo las calmaba y les decía que estaría afuera hasta el amanecer, solo así dormían tranquilas”. Cuando Aldeas Infantiles SOS, a través del Servicio de Fortalecimiento Familiar de la ciudad de Oruro, tomó conocimiento del caso, decidió actuar inmediatamente, involucrando a la Defensoría de la Niñez de esta ciudad para velar la protección de las niñas. “Se conversó con la madre para que inicie sesiones de rehabilitación además de charlas para cuidar mejor a sus niñas, también se le habilitó una habitación en alquiler para que sus hijas vivan en buenas condiciones y se dotó de víveres, pero todavía falta trabajar mucho en ella, porque no aceptaba su situación. También trabajamos con el papá que ahora tiene la responsabilidad de sus hijas, él participó de talleres de protección infantil y otras sesiones para fortalecer sus capacidades parentales”, manifiesta Cecilia Choque, facilitadora de Aldeas Infantiles SOS. Si bien la custodia de las niñas aún no está definida, la Defensoría de la Niñez decidió que don Cristian desde hace siete meses tenga bajo su responsabilidad el cuidado de sus dos hijas hasta que su madre se rehabilite. Durante este tiempo don Cristian aprendió a cuidar de ellas gracias al apoyo de su hermana Iran y de Aldeas Infantiles SOS. Ser papá de niñas es para don Cristian todo un reto. Aprendió a peinarlas para enviarlas a la escuela y quehaceres de la casa, pero sobre todo a quererlas cada día más y más. “Es difícil ser padre y madre para mis hijas, además de trabajar como taxista durante el día y algunas noches, también tengo que hacer las cosas de la casa, pero este esfuerzo vale la pena por ver felices a mis hijas. Agradezco a Aldeas SOS por acompañarme y no dejarme solo por el bien de mis hijas.”, señala. Don Cristian y sus hijas no tienen una casa propia, comparten una habitación en la casa que su hermana cuida, el taxi que maneja no es suyo y él solo conduce para ganarse la vida. Aldeas Infantiles SOS hace lo posible para ayudarlo con víveres y atención a las niñas.

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¡SUPERARLO TODO CON MIS HIJOS! (Cochabamba)

Ramiro tiene 38 años de edad, piel morena y con chispas de alegría que inspiran confianza, es padre de Sofía (5) y Álvaro (7), y lleva una sublime rutina con sus hijos. Con la confianza de un león que protege su vida, se encarga de peinarlos, cocinarles, llevarlos a la escuela, alimentarlos, comprenderlos, jugar a las escondidas, cantar en el micro, acurrucarlos para dormir, lavarse los dientes y un sinfín de actividades diarias que se complementan con la actividad principal, contactarse con su esposa y mamá de sus hijos, quien viajó a España en las olas migratorias para encontrar un empleo.

que una guardería: “Conocí el Centro Infantil Luis Espinal de Aldeas Infantiles SOS creyendo que es una guardería, pero existen una infinidad de diferencias en la manera que apoyan a las familias y los niños. Para empezar aprendí de sus talleres para padres solteros” manifestó.

Hace muchos años la familia entera viajó a España, pero la crisis económica los obligó a retornar a Bolivia el 2012. Quisieron abrir un negocio pero el mercado fue bastante complicado y en medio de una decisión peliaguda, su esposa decidió volver a migrar.

Fruto de su aprendizaje y la protección demostrada, otras mamás y papás recurrían a Ramiro en busca de consejos y acciones para mejorar sus vidas familiares.

Invadido por el temor e inseguridad, Ramiro quedó al cuidado de sus hijos y sus primeros meses representaron los retos más grandes de su vida. Estaba acostumbrado a cuidar de sus hijos junto a su esposa, pero quedar con la responsabilidad solo, parecía un largo viaje sin respaldo. En el servicio de Fortalecimiento Familiar de Aldeas Infantiles SOS, Ramiro encontró lo que él llama, infinitamente más

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En poco tiempo, Ramiro superó el viaje de su esposa y sus hijos desarrollaron resiliencia. Como padre, a partir de los talleres y acompañamiento psicológico, desarrolló capacidades afectivas y protectoras para cuidar a sus hijos y se convirtió en líder de otras familias participantes del servicio.

Ahora Ramiro es un padre autónomo y seguro, consolidó un negocio que le genera ingresos sin depender estrictamente del tiempo, y así se dedica al cuidado de Sofía y Álvaro. Su actitud de liderazgo comunitario con otras familias lo llevó también a ganar confianza para asumir la presidencia de su Organización Territorial de Base y casi cada domingo, junto a sus hijos buscan el teléfono para llamar al otro lado del mundo y escuchar a mamá, con la frente en alto y con muchas historias que contar.


UN ABUELO DEDICADO (Santa Cruz)

El día que Mario cumplió seis años su abuelo Sacarías lo vistió con su mejor ropa y lo llevó por el mercado para comprarle una porción de torta y así festejar juntos es día especial. En el camino pasaron a ver a su asesora familiar y Mario muy feliz le contó que era su cumpleaños. Don Sacarías y su nieto son una familia participante del servicio de contención de Aldeas Infantiles SOS desde hace siete meses. Su asesora familiar destaca la actitud de don Sacarías el día del cumpleaños de su nieto, pues en general, entre las familias que se encuentran riesgo y están en contención, no es común ver que los familiares recuerden o celebren los cumpleaños de sus hijos, por diversos motivos como la falta de dinero y porque los problemas cotidianos los absorben tanto que los detalles pasan a segundo plano. Don Sacarías cría a su nieto como si fuera su hijo, desde que tenía tres meses, cuando su madre que estaba en la cárcel de Palmasola lo dejó a su cuidado mientras ella iba a recoger una herencia a su pueblo. La mujer tuvo al niño como producto de una relación con el hijo de don Sacarías que todavía está recluido en Palmasola. Desde entonces el niño quedó al cuidado de don Sacarías y su esposa, que lo adoptaron y le dieron sus apellido. Hace siete meses quedó viudo, su esposa con la que compartió la vida durante 33 años, cayó muy enferma

y él tuvo que vender gran parte de sus pertenencias para comprar remedios e intentar curarla, en esta etapa se dedicó casi totalmente al cuidado de su esposa y el pequeño Mario quedó un poco abandonado. En su escuela detectaron que estaba desnutrido y de esa manera, la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia lo derivó a Aldeas Infantiles SOS para comenzar el servicio de contención. A los 64 años las cosas no son fáciles para don Sacarías, toda su vida trabajó como albañil, haciendo contratos de construcciones grandes que le permitían vivir tranquilo; sin embargo, ahora debido a sus edad y su estado de salud afectada por problemas con la vista y articulaciones, sólo realiza algunos trabajos como ayudante de albañilería y de manera eventual, esto provoca que siempre estén con una economía apretada. Pese a las dificultades y a la tristeza que todavía le pesa por la muerte de su esposa, él manifiesta que es feliz con Mario, pues es su compañía. Se ocupa de su alimentación, de su ropa, de enviarlo a la escuela y de hacer tareas con él. Los domingos van a visitar a su hijo a Palmasola, t iene la esperanza de que pronto salga en libertad. “Ojalá que yo no me enferme y no me pase nada para que pueda seguir cuidando a Mario”, señala con preocupación. Mario, sonríe, es un niño alegre y expresivo, quien lo abrazo con fuerza.

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UNA LUZ PARA FRANCISCO (Sucre) Don Francisco llegó a Sucre hace 10 años cargado de ilusiones y deseos de establecer junto a su esposa un hogar. Desde los siete años de edad en Talula, su comunidad de origen. Aprendió a leer en coca y curar con yerbas, tuvo un maestro muy anciano del cual sólo recuerda su rostro y sus enseñanzas, con él aprendió detalldamente esta delicada tarea. Hoy en día lo visitan personas de distintas ciudades y comunidades que están en busca de una cura para sus males. La esposa contrajo una enfermedad incurable y pese a todos los esfuerzos que se hicieron no lograron salvarla. Don Francisco es papá de seis niños, Bernarda (11), Nancy (9), Rocío (7), los gemelos Jhohan y Gladys (5), y Ever (3) con quienes pese a su condición humilde hacen todo lo posible por llevar una vida ordenada y armónica. El carácter tranquilo del padre se refleja también en los niños que mientras juegan con su cachorro Shifu, se cuidan entre si, “mi mayor temor es que les pase algo a mis hijos, me dijeron que podía dejarlos con algún familiar mientras yo fuera a trabajar a otro lugar para solucionar mis deudas con el banco, pero no, nunca haría eso, mis hijitos son lo único que tengo” dice don Francisco dejando rodar por sus mejillas lágrimas que demuestran el dolor que la sola idea de alejarse de su familia le provoca.

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La dura situación económica y emocional de don Francisco requería de un apoyo oportuno y adecuado, facilitadores del Servicio de Prevención de la Pérdida del Cuidado Parental de Aldeas Infantiles SOS, tras conocer el caso lo visitaron y comenzó el trabajo con la familia. “Vinieron de Aldeas Infantiles SOS para saber cómo estábamos me explicaron varias cosas, principalmente el cuidado que debo tener con mis hijos y vimos cómo solucionar mis problemas, ahora ya estoy mejor organizado, trabajo también como peón y en construcción, mi cuñada y mi mamá se quedan con mis hijos mientras yo no estoy”, nos cuenta. Una luz al final del túnel, fue lo que vislumbró don Francisco, un nuevo comienzo con mejor calidad de vida para su familia, tendrá que hacer algunos cambios más pero lo fundamental es que seguirá al cuidado de sus hijos e hijas, el trabajo “in situ” por parte de Aldeas Infantiles SOS también continuará mientras la familia logra estar fortalecida, evitando que los niños pierdan el cuidado parental y continúen desarrollándose en su familia de origen. Antes de que se ponga el sol toman una pelota de trapo, don Francisco prevé ropa abrigada para volver de la cancha por la noche, se los ve perderse por una angosta senda, pero van juntos riendo y Shifu meneando la cola porque él también es parte de esta familia.


COMO PADRE DE PADRES (Cochabamba) Es habitual encontrar a Ramiro caminando los pasillos del Centro Social del servicio de Fortalecimiento Familiar en Aldeas Infantiles SOS, saluda a todas las madres y padres, extendiéndoles las mano, preguntándoles por la salud de sus hijos, por su vida familiar y los retos que implica un mejor cuidado. Hace algunos años, Ramiro descubrió que para trabajar los problemas familiares existen varias maneras de resolver conflictos con empatía y terapia. Desarrolló habilidades afectivas para su familia en talleres de buen trato y se convirtió en líder comunitario para apoyar a otras familias a superar sus conflictos. “Primero asistí a los encuentros de capacitación con otras familias en crisis. Allí descubrí muchas posibilidades para mejorar y apoyarnos como una comunidad. Recibimos apoyo psicológico y aprendimos a cuidar a nuestros hijos. Antes creía que velando porque no les falte nada ya cumplía

mi trabajo, pero no es así, en realidad debemos apoyarlos, escucharlos, hacerlos sentir protegidos, y así, la economía es sólo una responsabilidad”, comenta Ramiro. Rápidamente, comprendió el rol de un líder y se posicionó como uno en su comunidad. Sí existía algún problema en las familias, sentía empatía y actuaba con un enfoque comunitario para resolverlo. “Ser líder, a veces, es como ser padre de los padres porque tenemos que actuar por el bienestar de sus familias. Realmente es aprender a vivir en comunidad”, comenta él y suena muy seguro. Ramiro, su esposa y dos hijos han crecido como familia. Él se encarga de llevarlos a la escuela, donde también asumió liderazgos entre los padres de familia. Atiende a sus hijos con cariño, su esposa es fundamental en su vida y menciona que cada mañana despierta pensando en las decenas de familias en crisis que conoce, en la manera de apoyarlos y cómo involucrarlos en una comunidad que proteja a la niñez en sus familias. Es tarea continua para él, de su compromiso, de su experiencia.

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Empresas del

Presente

LABORATORIO GEN Y VIDA

DIAGNOSLAB S.R.L

MARCO BAZOBERRY GARCIA

Empresas

Comprometidas ARG AGENCIA DESPACHANTE DE ADUANA ● CONTEC LTDA. ● EDICIONES GES ● FREMAR ● IFA ● INSTITUTO DEL OJO MOLINA ● LINK TECNOSHOP ● RECAUCHUTADORA POTOSI ● RITAGRO ● TRANS SALVATIERRA SRL ● TRANS CHARITO SRL ● TRIPLEX LTDA. ● TIERRA Y TECHO ● UBICAR ● DELIGHTS ● PREMIER INTERNACIONAL S.R.L. ● KORIGOMA LTDA. ● MALDONADO EXPLORACIONES SRL. ● IMCRUZ COMERCIAL S.A ● IMBEX S.R.L ● KLIMAX LTDA. ● VISTA URBANA ● EMPRESA HOTELERA CALACOTO S.A. ● TELCAT INNOVATIONS ● ACERGAL S.R.L. ● PRODELAC S.R.L. ● CONSULTORA NACIONAL CONNAL S.R.L. ● DENTARIA S.R.L. ● J & B WAYAR ABOGADOS S.C. ● INSTITUTO TÉCNICO OPEC R.M. 355/93 ● LAS CHACHAS EMPANADAS ● HOTEL LP COLUMBUS ● PANAMERICAN HOTEL ● PANAMERICAN SECURITIES S.A. ● MOLINO Y FABRICA DE FIDEOS AURORA S.R.L. ● OPTICA IRIS ● JAWITAS MI CHULUMANI ● ALIMENTOS DON NENE SRL. ● CONCRERIOS ● DR. NÉSTOR GARECA-CLINICA LOS OLIVOS ● IFC LABORATORIOS FARCO ● IMPORTADORA ALCOCER ● CLINICA DENTAL ROCA ● IPROJECT PARTNERS BOLIVIA SRL ● AGENCIA REGIONAL COSSMIL CBBA

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