Depresión en el adulto mayor

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA PSICOGERONTOLOGÍA

DEPRESIÓN EN EL ADULTO MAYOR

PROFESOR Somarriba Rocha Laura


MARZO 2013

¿Qué es la depresión? La depresión (del latín depressus, que significa "abatido", "derribado") es un trastorno emocional que se presenta como un estado de abatimiento e infelicidad que puede ser transitorio o permanente donde predominan los síntomas afectivos (tristeza patológica, decaimiento, irritabilidad, sensación subjetiva de malestar e impotencia frente a las exigencias de la vida) aunque, en mayor o menor grado, también están presentes síntomas de tipo cognitivo, volitivo o incluso somático

Todos los seres humanos tenemos alguna vez en la vida, experiencias de tristeza, luto o melancolía. Esto es normal, sufrimos pérdida, crisis y dolor. Hay momentos así a lo largo de nuestras vida, pero si estos sentimientos no pasan en aproximadamente seis semanas, podríamos sufrir de depresión. Cuando una persona tiene un trastorno depresivo, éste interfiere con su vida cotidiana, su desempeño normal y ocasiona dolor y sufrimiento no sólo a quien lo padece, sino también a todos sus seres queridos.

El trastorno depresivo grave, también llamado depresión grave, se caracteriza por una combinación de síntomas que interfieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de actividades que antes resultaban placenteras (DSM-IV-TR, 2000).

La depresión el adulto mayor La depresión no es algo normal en el proceso de envejecimiento y la mayoría de los adultos mayores se sienten satisfechos con sus vidas, a pesar del aumento de dolores físicos. Sin embargo, cuando la depresión se presenta en adultos mayores, puede pasarse por alto porque en la vejez se muestran síntomas menos


evidentes y porque pueden estar menos propensos a sufrir o reconocer sentimientos de pena o tristeza. (Gallo y Rabins, 1999)

Los adultos

mayores suelen padecer condiciones

médicas tales

como

enfermedades cardiacas, derrames cerebrales o algún tipo de cáncer que pueden provocar

síntomas

de

depresión.

Igualmente

pueden

estar

tomando

medicamentos cuyos efectos secundarios contribuyen a la depresión.

FACTORES DE RIESGO

La depresión mayor es un proceso multifactorial y complejo cuya probabilidad de desarrollo depende de un amplio grupo de factores de riesgo, sin que hasta el momento haya sido posible establecer su totalidad ni las múltiples interacciones existentes entre ellos. Se desconoce el peso de cada factor en relación a las circunstancias y al momento de la vida en que se desarrolla. A

continuación

se

menciona

algunos

factores

de

riesgo

que

pueden

desencadenar la depresión en el adulto mayor:

Factores genéticos Algunos individuos con gran predisposición genética presentan síntomas tras acontecimientos desencadenantes poco importantes; otros con vulnerabilidad genética baja presentan el trastorno con desencadenantes graves, no es determinista ya que la influencia del ambiente está presente, y se ha encontrado que no todos los que tuvieron familia con depresión tiene que padecerla.

Trastorno de la regulación de neurotransmisores Se ha demostrado que en personas deprimidas que existe una disminución de monoaminas biógenas como la serotonina, noradrenalina y dopamina a nivel del sistema nervioso central.

Factores ambientales


Se encuentra una relación temporal general entre acontecimientos vitales estresantes y negativos (muerte de los padres, cónyuge e hijo, pérdida de empleo cambio de status social ataques graves a la autoestima) A continuación se menciona sucesos importantes en la vida del adulto mayor que pueden generar una depresión.  Jubilación

Es un proceso que lo lleva a su vez a otras pérdidas: del poder, de autonomía económica y del rol que venía ocupando dentro de la sociedad. En la actualidad es muy recomendable que todo individuo se prepare anticipadamente a vivir este proceso de cambio en la vida. Si la persona no se prepara para este evento tan impactante con un nuevo plan de vida que le proporcione satisfacciones y le permita seguir participando activamente en la sociedad sin ser segregado, posiblemente se encuentre un tanto desconcertado al llegar el tiempo de su jubilación. Es por eso que se recomienda que existan redes de apoyo que eviten el aislamiento, la soledad y la depresión, que pudieran inclusive llevarlo a la muerte.  Muerte del cónyuge Con mayor frecuencia vamos a observar la muerte del esposo, de tal forma que hay más viudas que viudos. En el caso de que ocurra primero la muerte de la esposa existen estudios que han reportado la mayor dificultad de los varones para adaptarse a vivir solos. Si esto sucede en edades tempranas de la vejez, el hombre se casa nuevamente, o vive frecuentemente en soledad y depresión. Si esto ocurre en edades más avanzadas, la depresión lo puede llevar a la muerte, sobre todo si no recibe atención o apoyo por parte del resto de la familia, o en los casos que así lo requiera, de ayuda profesional.  Pérdida de los hijos


En caso de muerte de alguno de los hijos, significa una pérdida muy significativa, donde los sentimientos son devastadores. Los padres esperan morir antes que sus hijos, es el orden natural de la vida. Cuando la situación se revierte y el hijo muere primero que los padres, parecería que algo está equivocado. El duelo después de la muerte de un hijo es uno de los más prolongados y una de las pérdidas con las que es más difícil vivir.  Soledad A muchos les resulta difícil adaptarse a estar solos, sobre todo cuando perdieron a su pareja y los hijos se van del hogar, lo importante es que no continúen en la cadena de la soledad que los lleva al aislamiento y posteriormente a la depresión. Aquí como en otras situaciones ya mencionadas es importante la existencia de redes de apoyo que le ayuden a manejar adecuadamente su soledad.

Ritmos biológicos Algunas personas presentan episodios depresivos en determinada estación del año (depresión invernal). La depresión mayor es un proceso multifactorial y complejo la probabilidad de su desarrollo depende de un amplio grupo de factores de riesgo, sin que hasta el momento haya sido posible establecer su totalidad ni las múltiples interacciones existentes entre ellos.

SÍNTOMAS 

Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, o vacío

Sentimientos de desesperanza y/o pesimismo

Sentimientos de culpa, inutilidad, y/o impotencia

Irritabilidad, inquietud

Pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, incluso las relaciones sexuales


Fatiga y falta de energía

Dificultad para concentrarse, recordar detalles, y para tomar decisiones

Insomnio, despertar muy temprano, o dormir demasiado

Comer excesivamente o perder el apetito

Pensamientos suicidas o intentos de suicidio

 Dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza, cólicos, o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento

Cualquier persona que experimente cinco o más síntomas durante un periodo de 2 semanas puede tener un trastorno depresivo.

No todas las personas depresivas padecen los mismo síntomas, la gravedad, frecuencia, y duración de los síntomas pueden variar según la persona y su enfermedad particular, no sólo los médicos tiene dificultades para identificar los sínotmas, también los pacientes.

TIPOS DE DEPRESIÓN

El trastorno depresivo grave, también llamado depresión grave, se caracteriza por una combinación de síntomas que interfieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer, y disfrutar de las actividades que antes resultaban placenteras. La depresión grave incapacita a la persona y le impide desenvolverse con normalidad. Un episodio de depresión grave puede ocurrir solo una vez en el curso de vida de una persona, pero mayormente, recurre durante toda su vida. El trastorno distímico, también llamado distimia, se caracteriza por sus síntomas de larga duración (dos años o más), aunque menos graves, pueden no incapacitar a una persona pero sí impedirle desarrollar una vida normal o sentirse bien. Las personas con distimia también pueden padecer uno o más episodios de depresión grave a lo largo de sus vidas. Algunas formas de trastorno depresivo muestran características levemente


diferentes a las descritas anteriormente o pueden desarrollarse bajo circunstancias únicas. Sin embargo, no todos los científicos están de acuerdo en cómo caracterizar y definir estas formas de depresión. Estas incluyen: Depresión psicótica, que ocurre cuando una enfermedad depresiva grave está acompañada por alguna forma de psicosis, tal como ruptura con la realidad, alucinaciones, y delirios. Depresión posparto, la cual se diagnostica si una mujer que ha dado a luz recientemente sufre un episodio de depresión grave dentro del primer mes después del parto. Se calcula que del 10 al 15 por ciento de las mujeres padecen depresión posparto luego de dar a luz. El trastorno afectivo estacional, se caracteriza por la aparición de una enfermedad depresiva durante los meses del invierno, cuando disminuyen las horas de luz solar. La depresión generalmente desaparece durante la primavera y el verano. El trastorno afectivo estacional puede tratarse eficazmente con terapia de luz, pero aproximadamente el 50% de las personas con trastorno afectivo estacional no responden solamente a la terapia de luz. Los medicamentos antidepresivos y la psicoterapia pueden reducir los síntomas del trastorno afectivo estacional, ya sea de forma independiente o combinados con la terapia de luz.2 El trastorno bipolar, también llamado enfermedad maniaco-depresiva, no es tan común como la depresión grave o la distimia. El trastorno bipolar se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo que van desde estados de ánimo muy elevado (por ejemplo, manía) a estados de ánimo muy bajo (por ejemplo, depresión).

LA DEPRESIÓN EN LAS MUJERES La depresión es más común en mujeres que en hombres. Hay factores biológicos, de ciclo de vida, hormonales, y psicosociales que son únicos de la mujer, que pueden ser relacionados con que las tasas de depresión sean más elevadas entre las mujeres. Investigadores han demostrado que las hormonas afectan


directamente las sustancias químicas del cerebro que regulan las emociones y los estados de ánimo. Por ejemplo, las mujeres son particularmente vulnerables a la depresión luego de dar a luz, cuando los cambios hormonales y físicos junto con la nueva responsabilidad por el recién nacido, pueden resultar muy pesados. Muchas mujeres que acaban de dar a luz padecen un episodio breve de tristeza transitoria, pero algunas sufren de depresión posparto, una enfermedad mucho más grave que requiere un tratamiento activo y apoyo emocional para la nueva madre. Algunos estudios sugieren que las mujeres que padecen depresión posparto, a menudo han padecido previos episodios de depresión. Algunas mujeres también pueden ser susceptibles a sufrir una forma grave del síndrome premenstrual, a veces llamado trastorno disfórico premenstrual. Esta es una enfermedad producida por cambios hormonales que ocurren cerca del periodo de la ovulación y antes de que comience la menstruación. Durante la transición a la menopausia, algunas mujeres experimentan un mayor riesgo de sufrir depresión. Científicos están explorando la forma en la que la elevación y la disminución cíclicas del estrógeno y de otras hormonas pueden afectar la química del cerebro que está relacionada con la enfermedad depresiva. Finalmente, muchas mujeres enfrentan el estrés adicional del trabajo y de las responsabilidades del hogar, cuidado de los hijos y padres ancianos, maltrato, pobreza, y tensiones de las relaciones. Aún no está claro por qué algunas mujeres que enfrentan desafíos inmensos padecen de depresión, mientras que otras con desafíos similares no la padecen.

DIAGNÓSTICO Para realizar el diagnóstico de un trastorno depresivo mayor no se tienen en cuenta los episodios de trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias (debidos a los efectos fisiológicos directos de una droga, un medicamento o a la exposición a un tóxico) ni los trastornos del estado de ánimo debidos a enfermedad médica. Además, los episodios no se explican mejor por la presencia de un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un


trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado TRATAMIENTO

La depresión que se vincula con trastornos reactivos, por lo general no requiere farmacoterapia y pueden tratarse con psicoterapia con el paso del tiempo. Sin embargo, en los casos graves, particularmente cuando los signos vegetativos son significativos y los síntomas han persistido por más de unas cuantas semanas, a menudo la terapéutica con fármacos antidepresivos es eficaz. La terapéutica medicamentosa también se sugiere por una historia familiar de depresión mayor en pacientes de primer grado o una historia de episodios previos El tratamiento de la depresión pretende disminuir la morbi-mortalidad debida a este trastorno: suicidio o intento de suicidio, accidentes debido a la pérdidas de atención, fracaso en los estudios, pérdidas de trabajo y los costos derivados de los problemas familiares, absentismo laboral o disminución en la productividad y gastos sanitarios.

Psicoterapia La tendencia actual de tratamiento consiste en combinar psicofármacos y técnicas psicológicas en la mayoría de los casos de depresión. Sin embargo, en casos muy leves con historias estresantes psicosociales que explican el cuadro depresivo, y también en ciertas depresiones crónicas, el tratamiento puede ser exclusivamente psicoterapéutico, de tipo dinámico, conductual, grupal y aún psicoanalítico. Las mismas deben ser llevadas a cabo por un especialista. La psicoterapia individual o de grupo puede ayudar a la persona a reasumir de modo gradual antiguas responsabilidades y adaptarse a las presiones habituales de la vida, acrecentando la mejoría conseguida por el tratamiento farmacológico. La intervención psicoterapéutica específica es tan efectiva como la terapia con antidepresivos en los trastornos depresivos. La terapia conductual cognitiva y la terapia interpersonal son las intervenciones con eficacia documentada. Ambas


terapias pueden ser administradas individualmente o en grupo y se requiere de 8 a 16 sesiones semanales. Con la psicoterapia interpersonal, el individuo recibe una guía para adaptarse a los diferentes papeles de la vida. La terapia cognitiva puede ayudar a cambiar la desesperanza de la persona y los pensamientos negativos. La psicoterapia aislada puede ser tan eficaz como la terapia farmacológica en casos de depresiones leves. Aunque la combinación farmacoterapia-psicoterapia es ampliamente utilizada en la comunidad psiquiátrica, la evidencia de efectos aditivos es limitada

Un estudio sobre el tratamiento de la depresión en adultos mayores descubrió que los pacientes que respondieron al primer tratamiento de medicamentos y terapia interpersonal presentaron menos probabilidades de volver a sufrir depresión si continuaban con su tratamiento combinado durante al menos dos años.

La terapia cognitivo-conductual

La terapia puede ayudar a cambiar sus estilos negativos de pensamientos, sentimientos y comportamiento, que pueden contribuir a la depresión. Al enseñar nuevas maneras de pensar y de comportarse, la terapia cognitivo-conductual puede cambiar los sentimientos, los pensamientos y la conducta, y con ello mejorar el estado de ánimo. Este método se sustenta en la idea de que los tres componentes del estado de ánimo (pensamientos, sentimientos y conducta) están interrelacionados, y esa también es la dinámica de la depresión. Con esta terapia se puede cambiar los pensamientos, los sentimientos y las conductas negativas a positivas, en un lapso de tiempo relativamente corto, aliviando así la depresión. La terapia cognitivo-conductual ha sido probada como una terapia más eficaz que las terapias analíticas o no-directivas , y como una terapia eficaz específicamente para los adultos mayores con depresión.


Terapia de luz

La fototerapia es un tratamiento efectivo para la depresión grave con variaciones estacionales,

particularmente

aquellas

depresiones

que

surgen

durante

otoño/invierno. Su eficacia en la depresión no estacional no se ha establecido. El tratamiento usual es de al menos 30 minutos por día de terapia de luz con un dispositivo estándar de fototerapia durante todo el episodio de otoño/invierno.

Terapia electroconvulsiva (ECT)

La terapia electroconvulsiva ha sido y continua siendo el tratamiento más efectivo para la depresión grave. Entre el 60% y 80% de los pacientes depresivos que han recibido una ECT han respondido al tratamiento. ECT debe ser considerado como un tratamiento de primera línea en pacientes depresivos con características psicóticas, pacientes con ideas suicidas y pacientes que no hayan dado respuesta o que no toleren la quimioterapia antidepresiva. Aunque el mecanismo de eficacia de la ECT permanece confuso, la electroencefalografía muestra una disminución de la actividad en la corteza prefrontal (lo cual refleja fundamentalmente un proceso neurobiológico) en pacientes que responden a la ECT.

Terapia medicamentosa

La depresión se trata con medicamentos antidepresivos. Los antidepresivos trabajan para equilibrar algunas de las sustancias químicas naturales que se encuentran en el cerebro. Estos productos químicos se llaman neurotransmisores, y afectan nuestro estado de ánimo y las respuestas emocionales que tenemos.


Los antidepresivos funcionan actuando sobre los neurotransmisores como la serotonina, la norepinefrina y la dopamina. Los tipos o clases más populares de antidepresivos se conocen como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).

Estos incluyen: Fluoxetina (Prozac) Citalopram (Celexa) La sertralina (Zoloft) La paroxetina (Paxil) El escitalopram (Lexapro). Otros tipos de antidepresivos son los inhibidores de la recaptura de la serotonina y norepinefrina (IRSN). Los inhibidores de la recaptura de la serotonina y norepinefrina son similares a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina e incluyen a la venlafaxina (Effexor) y duloxetina (Cymbalta). Otro antidepresivo que se utiliza comúnmente es el bupropión (Wellbutrin). El bupropion trabaja sobre el neurotransmisor llamado dopamina, es único ya que no encaja en ninguna de las familias de fármacos antidepresivos.
 
 Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y los inhibidores de la recaptura de la serotonina y norepinefrina son populares porque no causan tantos efectos secundarios como los antidepresivos iniciales (los primeros en salir al mercado). Entre los antidepresivos iniciales se encuentran los tricíclicos , los tetracíclicos y los inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO). Para algunas personas los tricíclicos, los inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO) y los tetracíclicos pueden ser los mejores medicamentos.

Efectos secundarios

Los antidepresivos pueden causar efectos secundarios leves que por lo general no duran mucho tiempo. Si presenta reacciones inusuales o efectos secundarios, estos deben ser reportados a su médico inmediatamente.
 Los efectos


secundarios más comúnmente asociados a los ISRS y los IRSN incluyen:  Dolor de cabeza, que generalmente desaparece en unos pocos días.  Náuseas (malestar estomacal), que generalmente desaparece en unos pocos días.  Insomnio o somnolencia, lo que puede ocurrir durante las primeras semanas, pero luego desaparece. A veces la dosis de la medicación tiene que ser reducida o la hora del día a la que se toma el medicamento necesita ser ajustada para ayudar a reducir estos efectos secundarios.  Agitación (sentirse inquieto). Los problemas sexuales, que pueden afectar tanto a hombres y mujeres y pueden incluir reducción del deseo sexual y problemas para tener y disfrutar del sexo.

RECOMENDACIONES PARA UNA PERSONA CON DEPRESIÓN 

Asígnese metas realistas.

Divida las tareas grandes en tareas pequeñas, establezca algunas prioridades y haga lo que pueda, cuando pueda. • Trate de pasar tiempo con otras personas y elija un amigo(a) o familiar de confianza, como confidente. Trate de no aislarse y deje que los demás lo ayuden. • Espere que su ánimo mejore poco a poco y no de inmediato. No espere salir de su depresión “de la noche a la mañana”, ni en “un abrir y cerrar de ojos”. Con frecuencia, durante el tratamiento de la depresión el sueño y su apetito comenzarán a mejorar antes de que su estado de ánimo deprimido desaparezca. • Aplace las decisiones importantes, tales como contraer matrimonio, divorciarse, o cambiar de empleo, hasta que se sienta mejor. Hable sobre estas decisiones con otras personas que lo conozcan bien y tengan una visión más objetiva de su situación.


• Recuerde que los pensamientos positivos reemplazarán a los pensamientos negativos a medida que su depresión responda al tratamiento.

CONCLUSIÓN

Es importante conocer y valorar la unicidad de cada adulto mayor, sus experiencias en el pasado y en el presente y cómo éstas forman su realidad, ya que eso puede contribuir a tener una vejez sana y equilibrada emocionalmente y físicamente, que cualquier otro medicamento o tratamiento. Realmente se debe escuchar al adulto mayor y ofrecerles el apoyo que requieran, se les debe brindar ambientes de cuidado que aumenten y propicien un buen funcionamiento físico y emocional.

BIBLIOGRAFÍA

American Psychiatric Association, 2000. Diagnostic and statistical manual of mental disorders (DSM-IV-TR), 4a. ed., revisada. Washington, D.C.: American Psychiatric Association.

Gallo, y Rabins, 1999. La depresión sin tristeza: presentaciones alternativas de la depresión en la vejez. Americana Family Physician.

Recuperado de http://www.geriatria.salud.gob.mx/descargas/24.pdf el 26 de febrero del 2013.


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