El Flamenco. Orígenes.
El Cante Flamenco es un genero de composiciones musicales o estilos que empieza a ser divulgado, hacia la mitad del siglo XIX surgido como resultado de la yuxtaposición de modos musicales y folclóricos existentes en Andalucía. Las coplas en sus diferentes estilos expresan los sentimientos de un hombre, principalmente en los temas del amor, la vida y la muerte, sin atenerse a un patrón métrico, rígido y careciendo de las más genuinas figuras poéticas, sin que, por el contrario impresionan por su desnudez literaria. La música se desarrolla apoyándose en melismas y vibratos, y los temas melódicos describen una trayectoria especial en cada cantaor. La formación del cante desde sus orígenes básicos hasta la estructuración actual, es difícil calcular el momento de su iniciación, ya que es posible que exista años antes del siglo XVIII. Los estudios musicales realizados registran en primer lugar la influencia oriental, influencia que significa desde la llegada a las tierras del Sur español de fenicios y Cartagineses, aportando sus matices dramáticos por parte de sus interpretes, una constante de siglos esencialmente en la música Andaluza. Panorama musical armónico, como el resultado de la convergencia del Al-Andalus, de los diversos influjos orientales y helénicos, semíticos y autóctonos, laicos y religiosos. Entre tal variedad, aquellos en los que todos participaban, fue en los cantes y bailes propios del pueblo Arábigo-Andaluz: Jarchas y Zambras, ya que hasta el siglo XV, la cultura musical “arabigoandaluza” que comprendía la rica constelación señalada, dio la tónica a toda la
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península Ibérica. La reconquista de Córdoba y Sevilla, 1.236-1.248, no debió alterar las tradiciones musicales y folclóricas, siendo en términos generales, el arte y la cultura, en el resto de la península, tributo de la superior civilización islámica desarrollada en el Al-Ándalus durante seiscientos años, siendo considerada la influencia árabe como una de las más importantes del folclore andaluz. Ni los escritores ni los eruditos, han proporcionado documentación que Permita seguir la evolución y el desarrollo del Cante Flamenco en la litera Tura del siglo XVIII, a pesar de haberse compulsado manuscritos, romances de ciego, piezas teatrales y obras de investigación. El Cante Flamenco es la manifestación artística que comienza a partir del siglo XVIII, teniendo su primera expresión en lugares de trabajo en reuniones familiares, pasando a las tabernas y fiestas en público, siendo los gitanos y los campesinos sus interpretes, considerando la sociedad culta, este arte como cosa de gente baja. El primer cantaor que se conoce, es un gitano aguador de Jerez, llamado "Tío Luis el de la Juliana". El Arte Flamenco es por todo ello, el fruto de distintos, aunque un tanto Comunes elementos étnicos, que como acertadamente se ha escrito, sé fueron mezclando mágicamente en el crisol de Andalucía.
Etapa Hermética.
Se menciona como característica importante de ella el hecho de que <el cante gitano> ó <cante flamenco puro>, se había creado prioritariamente en el ambiente cerrado "hermético" de los hogares calés. Fue conservado en secreto de un modo casi sagrado, 2
era cosa privada y tradicional de los gitanos andaluces>. Hasta el momento no se había encontrado ningún testimonio sobre la existencia de éste tipo de cante, hecho éste que no puede servir como prueba de su existencia secreta. Además esta hipótesis del ambiente <hermético> de las gitanos, no coincide con aquella otra afirmación de ambos autores, subrayando la cohabitación de los gitanos andaluces con otros grupos sociales bajos. Parece más correcto suponer que dicha hipótesis se elaboró determinada por la marginación de los gitanos y el posible desconocimiento de muchos de los matices de su mundo por parte de la sociedad paya (mayoritaria), fuente de muchas mistificaciones y prejuicios. No obstante, es necesario relativizar la marginación de los gitanos y los demás grupos sociales minoritarios y desprestigiados: su aislamiento fue el peculiar modo de su integración en el sistema socio-económico de la sociedad andaluza. Los gitanos pertenecieron en su mayoría a la <reserva industrial>, es decir, al sector social excluido de la riqueza económica y del poder político utilizados por las demás clases sociales como mano de obra disponible. Como se ve, el destino de los gitanos no fue diferente de otros grupos sociales en la misma situación económica. La represión sobre ellos que ejercieron las autoridades, sirvió para integrarlos, en cuanto al sector poco controlable por su modo de vida errante, en sistema de relaciones productivas. Apartándonos de las conclusiones de Ricardo Molina y Antonio Mairena sobre el origen <Gitano del cante flamenco>, podríamos reafirmar con Schucharrdt, que el cante es la consecuencia artística del agitanamiento de ciertas tradiciones poéticas y musicales, proceso en el que participaron no solamente poetas y músicos aficionados al mundo gitano, sino también artistas gitanos. La aportación gitana al cante es, pues, una aportación artística y no de raza. El historicismo romántico no, prestó atención a esta importante distinción, olvidándose que los cantes preflamencos, no habían surgido de otra fuente, sino del antiguo tradicional folklore andaluz; de lo que se deduce que el flamenco no es nada más que una interpretación artística moderna de ciertos elementos de la cultura tradicional andaluza, estrechamente vinculada con el gitanismo decimonónico que estimuló la integración en el proceso 3
artístico moderno.
Cafés Cantantes.
Café "El Burrero" (Dibujo - García Ramos)
De todas las etapas históricas por las que se desarrolló el Arte Flamenco, consideramos que la denominada de los "Cafés Cantantes" es la más importante, siendo por varias razones: La primera por el clasicismo y definición artística de los estilos. La segunda por ser los Cafés el escenario que motivara la profesionalización, con los condicionantes positivos que lleva el esfuerzo de la superación artística. Y tercera por ser el medio de expresión por el cual el flamenco tuvo una difusión casi Nacional, fuera de los límites habituales de Andalucía. Coincidiendo que esta época nacen y ejercen las grandes figuras de éste Arte, siendo Estos: El Mellizo, Silverio, Curro Dulce, La Parrala, Juan Breva, Don Antonio Chacón Ramón Montoya, La Malena, La Macarrona, Manuel Torres, La Serneta, Aurelio Selles, Pepe de la Matrona, La Niña de los Peines.... en resumen, es la Edad de Oro del Flamenco cuya herencia de escenarios y de interpretes, afortunadamente, ha llegado hasta nosotros. El cafés Cantante era el local donde se despachaban bebidas y se ofrecían recitales de cante, toque y baile flamenco. Permitiendo intensificar la practica del Arte Flamenco entre profesionales, teniendo su auge en la segunda mitad del Siglo XIX, hasta su decadencia en los primeros años veinte del presente siglo. Julián Pemartín sintetiza su función y características ambientales: Los Cafés Cantantes representan el lugar en el que el Flamenco tras una primera época de exhibición restringida, aparece ante un público muy numeroso, y deja de ser un arte minoritario para 4
alcanzar difusión y arraigo popular. Los Cafés Cantantes estaban instalados alrededor de un patrón general: Un salón lo más amplio posible y decorado con espejos y carteles de toros, en el que además de las sillas y mesas destinadas al público se levantaba el tablao donde actuaba el cuadro flamenco. Fernando de Triana cuenta, que el tablao del café del Burrero era tan amplio, que en el se lidiaron becerros de casta. En los lados del salón solían instalar palcos para el público adinerado, y cuartos reservados para juergas o comidas familiares. Los Cafés Cantantes que existieron durante los años comprendidos entre 1.847 y 1,920, surgieron en razón lógica de unos hechos naturales. Por un lado, el auge que toman en toda Europa los Cafés Cantantes con espectáculos, tanto musicales como, inquietud cultural. Por otro lado la necesidad de canalizar el costumbrismo andaluz. Para la Historia del Flamenco creemos que el hecho es positivo, no solo por su evolución, sino por limitación al definir bien los géneros que integran el espectáculo. Por un lado la Escuela Bolera, y por otro lo autóctono andaluz al integrarse al nuevo género flamenco con estilos que se crean y se perfeccionan, quedando la guitarra como instrumento único y definitivo, eliminándose estilos musicales e instrumentos como panderetas y violines. Y aquel naciente flamenco no tardó en llegar a todos los rincones de España, por la labor de difusión consiguieron los Cafés Cantantes. Por las salas y tarimas de los Cafés Cantantes, pasó todo lo mejor y lo mejor del genero del flamenco, el más insospechado, variopinto y abigarrado mundo de y variedades: Circo, Teatro, Musicales, Chirigotas, marcando la pauta el Café de Silverio. Pauloski, empresario ruso del teatro de Moscú, vino a Sevilla en 1.894, con el propósito de contratar las primeras cantaoras y bailaoras con el fín de introducir los espectáculos en Rusia. Respecto a los cafés cantantes podemos mencionar entre otros: Sevillanos: Café el Burrero, Café de Silverio, Café de Variedades Salón del Recreo. Madrileños: Café El Gato , Café El Imparcial, Café El Brillante, Café La Estrema, Café de Romero. Malagueños: Café del Turco, Café de La Loba, Café de Chinitas Café España 5
Rondeños: Café del Foro, Café de las Siete Revueltas Gaditanos: Café de las Jardinería, Café del Romero, Café del Perejil, Café del Palenque, la Primera del Jerez. Granadinos: Café del Mellar, Café Suizo, Café del Callejón. Almeriense: Café Santo Domingo, Café Lyon Barcelonés: Café Sevillano, Café La Alegría, Edén-Concert, Café Villa Rosa. Cordobés: Salón Recreo y Café del Gran Capitán; además de los que existieron en las zona mineras de Murcia y Jaén, así como diversos puntos de la geografía española.
La Ópera Flamenca.
En líneas generales y dentro de la historia del Flamenco, se le llama Opera Flamenca al periodo correspondiente entre 1.920 y 1.955, ya que los espectáculos de baile, cante, guitarra y canción que se prolifera por toda la geografía española, que organizan los empresarios y profesionales, y que preferentemente dichos espectáculos son celebrados en plazas de toros y grandes teatros. El origen de su denominación se debe a que sus promotores aprovecharan ingeniosamente una disposición tributaria, por las que los espectáculos públicos, los de conciertos instrumentales y la ópera solo tributaban el 3%, frente al 10 % que tenían que tributar los de variedades, y no pagar por el mero hecho de anunciar los espectáculos flamencos en cuestión con grandilocuencia o exaltación desmesurada como normalmente se ha pensado mucho tiempo. Esta época como la de la Opera Flamenca, ha sido debatida por los estudiosos, coincidiendo la mayoría en que resultando para la pureza y el desarrollo del arte flamenco de lo más nefasto, porque 6
en aquellos espectáculos predominaban la interpretación de los cantes y porque abundaban los fandanguillos y los cuplés aflamencados. Anselmo González Climent, en su obra Flamencología, ha señalado acerca de la modalidad de la Opera Flamenca, los siguientes signos negativos: "Orquestación instrumental ", "Origen de la canción andaluza. Apogeo del cuplet flamenco, "Desjerarquización de la guitarra", "Preponderancia de los cantes livianos", "Desvirtuación de la copla", "Gaiterismo", "Estilizaciones" "Moda de la Zarzuela Flamenca", "Profesionalización total", "Resurrección de la pandereta", "Desprestigio intelectual", "Alianza periodística", y "Rendición de los buenos", puntos y consideraciones en los que se han apoyado todos los demás teóricos del flamenco para criticar el tipo de espectáculo denominado Opera Flamenca. La Opera Flamenca como las demás etapas del cante flamenco, responde a una serie de circunstancias que promueve la misma época. No se puede provocar violentamente una etapa artística que duró nada menos que de 1.920 a 1.955. Primeramente fijaríamos dos períodos: 1.920-1.936 y 1.940-1.955, que aunque uno sea consecuencia del otro, son completamente diferentes, y donde características que han quedado generalizadas para la opera flamenca, no son aplicables para los dos períodos, tan distintos entre sí. Nos ha sido exageradamente presentada como algo nefasto y peligroso, en relación con la concepción artística de los puristas del tablero. Creemos que no fue así, al menos en sus inicios, ni creemos que tampoco dentro de su maremagnum. Ocurrió que con motivo de la desaparición de los Cafés Cantantes a partir del año diez, el Flamenco como espectáculo tuvo que refugiarse y buscar nuevos ambientes donde manifestarse. En estos años reina la variación y la incertidumbre: music-hall, teatro, fin de fiesta, colmados, cine, varieté, alterne con el cuplé. El auge del cuplé mató en parte al flamenco. Así mismo surge la pregunta ¿No tiene el flamenco fuerza propia como para ser un espectáculo público? No. Verdines es el que prácticamente lo organiza y le da carácter para serlo. Y a partir de 1.920 es cuando se agranda las actuaciones de los artistas flamencos. Los numerosos colmados típicos andaluces el flamenco adquiere una gran demanda, al ser llevado al teatro y al cine con 7
gran continuidad. Así mismo los medios especializados para estos espectáculos, tienen la exclusividad para la realización de concursos, espectáculos flamencos, dando el salto a la realización en plazas de toros y teatros. Otra forma que la gente descubre el flamenco, es por las ganas de diversión que justifica el exotismo y él corre de los alegres de los años 20, siendo escuchado el flamenco en hoteles y salas de listas de Madrid como Turo Park, Ideal Rosales, en el Music-Hall del Palace Hotel, en Majestic Club ect. Como consecuencia de esta facilidad de contratos de trabajo, muchos artistas intimistas estuvieron tentados por las actuaciones teatrales, a excepción de José de la Matrona, Tomás Pavón, Aurelio Selles, aunque luego volvieron a cantar en sus lugares de siempre. El resurgimiento artístico de los Niños y Niñas en esta época del flamenco, fue rápido, pues pocos mantuvieron y consolidaron su prestigio no asegurando la momificación del cante ya que como afirma González Climent, lejos de los perjuicios de su calidad, una de las cualidades de la opera flamenca, reside en que había espontaneidad, naturalidad u aportes personales, cosas que no se desarrollaba en flamenco actual, haciendo todo lo que estaba a su alcance, y destacando lo positivo a nivel de los aficionados. En esta época del flamenco, y al menos en el primer período no se puede decir que no hubo Buen flamenco, ya que entonces grandes cantaores estaban en su plenitud en este arte, entre otros D. Antonio Chacón, La Niña de los Peines, Manuel Torres, Tomás Pavón, Niño Gloria, La Pompi, Antonio El Mellizo, Enrique el Morcilla, Bernardo el de los bobitos, Paco Cepero.
El Cante Jondo.
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La primera iniciativa de personas de la cultura, presentan lo que significó la defensa de los valores esenciales del Arte Andaluz. Esto hace que en el año 1.922 marque un hito en la historia del flamenco, pues simbólicamente señala el final de la edad de Oro del cante Flamenco, pero por encima de todo es el año del "CONCURSO DE CANTE JONDO DE GRANADA", que tanto pesaría en la vida cultural granadina. El autentico cante flamenco desplazado por las nuevas tendencias, motiva que estas personas organizaran un concurso que sirvieran para poner en lo alto y exaltar las cualidades genuinas de esta arte como es el Flamenco. El músico Manuel de Falla, tiene la idea inicial de esta celebración, compartiendo conversaciones con otros aficionados al flamenco y artistas granadinos de distintos géneros, entre ellos Fernando de los Ríos, Hermenegildo León, Manuel Jofré, Fernando Vilches, Miguel Cerrón, y el poeta Federico García Lorca, que apoyó la idea con gran entusiasmo. La solicitud de una subvención del Ayuntamiento de Granada, y a través del Centro Artístico y Literario, haciendo hincapié en la categoría artística del Cante Flamenco, tanto en su aspecto lírico como en su aspecto musical, siendo apoyada la solicitud por numerosos músicos, escritores, catedráticos y pintores de renombres. Una vez que se concede la subvención para el Concurso, surge un enfrentamiento de opiniones entre los defensores y los detractores del Concurso, acentuándose cuando se editan las bases del Concurso, excluyéndose en ellas a todos los profesionales mayores de 21 años, error que consideran lamentable, pues para nosotros la sabiduría del Flamenco está precisamente en la sabiduría y conocimiento de los profesionales más competentes. Juan Crespo y Rafael Gálvez, ponen en marcha el 7 de Mayo, la escuela de cante, y empieza la búsqueda de aficionados, que cantarían los palos según los viejos cánones. Así mismo el pintor Zuloaga consigue que Manuel Torres y Juana la Macarrona accedan actuar fuera de concurso, proporcionándole al mismo concurso la brillantez y la fiesta. Antes del concurso se celebraron actos culturales y artísticos, como pórtico, actuando Andrés Segovia dan 9
do un concierto de guitarra, y Federico García Lorca leyó el poema de los paisajes. El Concurso se celebra los días 13 y 14 de Junio en la Plaza de Los Aljibes, estando el ambiente granadino muy influenciado y recomendado por los organizadores, las gentes asistieron al concurso ataviados con trajes típicos. El Jurado del Concurso, según la crónica de Eduardo Molina Fajardo, lo preside el emperador del cante Don Antonio Chacón, integrado el resto del Jurado por Andrés Segovia, virtuoso de la guitarra, Antonio Ortega Molina y Antonio Gallego Burín, presidente y Vicepresidente del Centro Artístico, Amalio Cuenca, Gregorio Abril y José López Ruiz. El Evento lo presenta el escritor Ramón Gómez de la Serna, explicando en breves frases El alcance del Concurso que iba a desfilar sobre el escenario. Comienza el Concurso con la actuación de un niño de once años, que se arrancó por seguiriyas, cantándola con gran sentimiento, siendo esta la letra: “Corre y dile a mi mare, que no llore más, sino que valla a la audencia de Caí, por mi libertá”. Este era Manuel Ortega, sobrino de los Gallos e hijo de su mozo de espada, el cual se llevó uno de los dos premios. Seguidamente continuaron cantando con el mismo sentimiento puesto por el mismo que abrió el Concurso, estos fueron: Juan Soler el de Linares, con la guitarra de José Cortés; Carmen Salinas, alumna del Cartero, acompañada por Montoya, cantando por Soleares y seguiriyas; Conchita Moya, Pambo, Conchita Sierra etz. La gran actuación insospechada por el público, fue la actuación de Diego Bermúdez Calas El Tenazas de Morón, un viejo cantaor que en una fiesta privada causó la admiración de Don Antonio Chacón, Montoya, de Falla y de Zuloaga. El Tenaza empieza a cantar en un expectante silencio que envuelve el escenario, éste con un jondo suspiro se arranca por seguiriyas con estas letras: Mundito engañoso, 10
Las guertas que da, Los pasitos que yo doy p’lante, Se me van patra. Modulando y cantando con una voz fuerte y rotunda que levantó la exclamación y asombro de todos los asistentes, así mismo cantó por soleares de Paqurri, terminando con el cante de la Caña, con el que gana el 1o premio, siendo la cantidad de 1.000 Ptas., y la gran ovación del público asistente, proclamándolo el padre del Cante Jondo. Una vez que termina la primera parte del Concurso, los espectadores ovacionan a Don Antonio Chacón e insisten en que és te cantara, pidiéndole muestras de su arte. Este complaciendo al público cantó por seguiriyas, la Caña, y por granainas, haciéndolo con estas letras: Quiero vivir en Graná, porque me gusta oí, la campana de la vela, cuando me voy a dormí.
Flamencología.
El conjunto de conocimientos, técnicas, teorías, datos históricos, etc., constituyen lo que es en si la Flamencología sobre el Cante, el Toque y el Baile, definiendo al mismo tiempo una etapa que revaloriza el flamenco. Este tuvo su origen en el interés demostrado por unos intelectuales por la conservación de un arte andaluz al que consideraban en estado decadente. Fueron estos intelectuales los que iniciaron la reivindicación de estos estilos de los cantes básicos, empleando la actitud de los organizadores del Concurso de Cante Flamenco de Granada en el año 1.922. Esta campaña fue muy acertada planeada por escritores, poetas, investigadores y músicos, para renovar el flamenco, y con la
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colaboración de varios interpretes de prestigio, favorecían el resurgimiento de lo tradicional, y así mismo la aparición de nuevos cantaores le proporcionaran al cante flamenco una época brillantísima y autentica, siguiendo la sugerida línea en la pureza y la ortodoxia. Las dificultades en que sobrevivía el cante flamenco, en los años mil novecientos cincuenta, era por su división en dos ambientes muy distintos. Uno era el de los espectáculos folklóricos, los cuales se realizaban en teatros y plazas de toros, mezclando los estilos puramente Flamencos con los de canción aflamencada y las variedades. El otro ambiente era el que se daba en las ventas y en los colmaos, los cuales eran frecuentados por cantaores, los que conservaban las esencias y la ortodoxia de este arte flamenco, siendo por esta época el panorama muy desolador. Fue concretamente en el año 1.955, cuando apareció el libro Flamencología, siendo un ensayista argentino Anselmo González Climet, (1.927-1.989), fue hijo de padres gaditanos, quien pone de relieve los valores espirituales y humanos de este Arte Andaluz, siendo analizado en profundidad y con acierto. De hecho este libro fue una llamada de atención provocando inquietud en los medios intelectuales y artísticos, siendo la convocatoria de un Concurso de Cante Flamenco en Córdoba, y la creación de la Cátedra de Flamencología, la consecuencia de esa inquietud por lo flamenco. Hay que añadir en favor del Cante Flamenco, un hecho de gran importancia, siendo ésta La grabación y la divulgación en el año 1.954 de la primera Antología del Cante Flamenco, siendo otra de las iniciativas relevantes en el Cante Flamenco. Esta obra discográfica rigurosa en todos los aspectos, de la marca Hispavox, cuya labor en pro del cante flamenco tendría su culminación en el año 1.982, con la publicación de la Magna Antología. Otro hecho que tampoco hay que olvidar, es el auge de los tablaos en Madrid, siendo estos locales por los que pasaron y se forjaron las primeras figuras de la nueva etapa o época, destacando por su seriedad y pureza el Tablao Zambra, en el cual reúne en su elenco a los más relevantes y excelentes interpretes y artistas del Cante Flamenco, a partir de los años sesenta y con el apoyo de las Instituciones y Organismos Oficiales, y la paulatina aparición de las Peñas Flamencas, que se extendieron por toda Andalucía, y otros puntos 12
de la geografía Española, complementan y engrandecen una labor de intensa revalorización del Flamenco, en la que la colaboración de los medios informativos, y en especial la emisoras de radio. Todas estas iniciativas son las que han estado dando sus frutos y configurando un panorama extensísimo, llegando hasta nuestros días con una espléndida proyección.
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