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11 SET 2016 2016
Estando – Por Pekos Sandoval (Semana del 12 al 18 de setiembre de 2016) Día uno: Siempre me llamó la atención la forma en que Dios encaró a Adán cuando éste decidió seguir su ego. Génesis 3.9 (NVI): “Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás?” Me llama la atención, porque Dios sabía perfectamente dónde estaba físicamente. Es más, estaba en el mismo lugar físico de siempre. Y la segunda pregunta de Dios fue: “quién te dijo que estabas desnudo” Esa pregunta tiene una connotación muy importante, porque quien le dijo a Adán que estaba desnudo le dijo también su concepto de Dios. Ahora, yo te pregunto: ¿qué dios te dijeron? ¿Es el Dios verdadero? ¿O es un dios del que crees poder esconderte? Hoy vemos que Dios nos dice: ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ Día dos: Presencia: La presencia es la práctica del presente. Presencia no es Ausencia. ¿Quién está ausente? Quien no está presente. O estás presente o estás ausente. ¿Y la presencia de Dios? ¿Qué significa la presencia de Dios? Para vivir la presencia de Dios debes estar presente, aquí y ahora. Si no estás viviendo la ausencia de Dios. La Ausencia de Dios La ausencia de Dios es una creencia muy aferrada en la cultura universal mundial y el EGO quiere mantenerte ausente. El concepto de que estamos separados de Dios y que nuestra vida no tiene ninguna relación con Él, pues Él está ausente. Él está allá y yo aquí. La gente vive un agnosticismo disfrazado de cristianismo. Dios allá y yo acá. Eso es un engaño. Esa es la razón por la que lo “buscamos” las respuestas... ¿dónde? ¡¡¡AFUERA!!! Esa es la razón por la que lo llamamos y oramos a Él, pues pensamos que Él está afuera. Tenemos un concepto de Dios como del azar: “a lo mejor Dios me bendice”, “puede ser que me vaya bien”, “no sé si va a ocurrir lo que estoy pidiendo”. Y clamamos, y repetimos, como si fuera un tirano al que debemos conmover para que nos conceda, Y buscamos que alguien “más ungido” ore por nosotros, para que Dios nos conceda eso que buscamos. ¡Ese dios no es el Dios de la Biblia! ¡Ese es un dios ausente que no sabe lo que necesitas o deseas! Amigo/a, tu respiración no depende de ti, Dios no está ausente. Sabe lo que sientes, lo que piensas. Lo siente, lo entiende. ¿Sabes qué es perder la vida? Es perder la conciencia de lo que estamos diciendo.
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