25 años de Vila Viniteca. Quim Vila y el secreto de la felicidad (según las uvas)

HISTÓRICA

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HISTÓRICA

La Mujer Cañón.

ABRIR LA PERSPECTIVA

ñedo no se perdiera, le compramos el terreno. De sus viñas procede La Mujer Cañón. Poco después, muy cerca, encon­ tramos otra viña muy pequeñita y la ad­ quirimos también. Es La Reina de los De­ seos. Desde entonces hemos ido com­ prando pequeñas parcelas, pero en todos estos casos lo hacemos para preservar el patrimonio".

EL CONOCIMIENTO VENDE

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TODAVÍA SOMOS PEQUENOS

En la Champagne hay tres mil elaboradores. En Burdeos, diez mil.

En toda España, 5.000 más o menos y nos quejamos de que ¡ay!, qué cacao para el consumidor, tantas marcas ... Al contrario, lo que falta es que hubiese muchos más elaboradores de calidad en España y que viajasen por el mundo a vender sus vinos. Eso haría que el vino español ganase el prestigio internacional que no tiene, porque todavía estamos muy lejos no de Francia, sino de Italia. Que todos esos elaboradores salieran al mundo nos permitiría vivir una nueva edad dorada.

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Lucía. Y más recientemente, de nuevo con Miguel Ángel de Gregario, un proyec­ to distinto: La Locomotora.

Mientras tanto, y sin salir de Cataluña, se desarrollan otras dos iniciativas cru­ ciales: de la mano de Cavas l'Origan, se inicia en 1998 un trabajo conjunto desti­ nado a elaborar cavas singulares de lar­ gas crianzas a partir del ensamblaje de vinos viejos; y al mismo tiempo, en Ca N'Estruc, se lleva a cabo una revolución.

La bodega, hoy dirigida por la hija de Sis­ cu, reconduce al cultivo de la viña todo el terreno que rodea a la casa pairal y dedi­ ca sus uvas, trabajadas de forma ecoló­ gica -biodinámica en realidad, aunque sin pub licitarlo-. a la producción de vinos na­ turales. En ningún sitio se trabaja tan a gusto como en casa.

O puede que sí. Puede que haya otro lugar tan importante para Quim Vila hoy como lo fue Priorat en su momento. Y puede que ese lugar sea la Sierra de Gre­ das. Allí se desarrolla su último proyecto con viña propia: "En 2010 visitamos Gre­ das con Dani Jiménez Landi y Fernando García, de Comando G. Vimos una parce­ la maravillosa y probamos a comprarle la uva a su dueño. Aquel señor era muy ma­ yor y dos años más tarde, para que el vi-

LA INCLUSIÓN DE MARCAS E IMÁGENES RESPONDE SÓLO A CRITERIOS INFORMATIVOS

En la trayectoria de Vila Viniteca, en es­ tos veinticinco años que han convertido a la empresa en una de las más potentes y respetadas del vino español en sus diver­ sos ámbitos de trabajo, ha habido infini­ dad de proyectos. Algunos no han salido bien, pero la mayoría sí lo han hecho: Ahí está esa forma de aproximar al productor y al consumidor que tiene su máximo ex­ ponente en la Música del Vi, pero tam­ bién en la Festa del Vi Novell, una cita mucho más local que presenta al público barcelonés los nuevos vinos de las bode­ gas cada año. O el concurso de Catas por Parejas, único en su especie y cada año más consolidado, que ha alcanzado en 2019 su décima segunda edición.

Todos ellos surgen de un perfil poco frecuente· en el mundo empresarial del vino. Un perfil que se manifiesta en ese atrevimiento controlado que permite lan­ zarse a descubrir caminos nuevos siem­ pre que surge una buena idea, pero tam­ bién en una vocación sincera y constante por trabajar en la difusión del vino para seducir al consumidor a través de la ex­ periencia y el conocimiento, ofreciéndole vías de aproximación siempre nuevas y sin exigirle más de lo que esté dispuesto a asumir.

De esa inquietud por el conocimiento nacen los tres grandes proyectos de in­ vestigación en los que se encuentran in­ mersos en Vila Viniteca en este mamen-

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La idiosincrasia de un espacio concreto como el Priorat ha hecho que no hubiera muchas bodegas grandes allí. Claro, a la que haces números desde la visión empresarial de una gran compañía las cifras no te dan. No cuadra nada. El coste del kilo de uva es tan bestia que para una gran compañía industrial no funciona. Esto ha preservado la zona y a los micropropietarios.

Pero hay otro aspecto determinante en aquella zona que creo que ha faltado y falta en otras. Allí ha venido gente de otros países a hacer vino: americanos, franceses ... hay una multiculturalidad muy atractiva, que es algo que aún no ha llegado a zonas como Gredas -donde va a pasar- y muy especialmente a Galicia. Si en Ribeira Sacra, Valdeorras o Rías Babeas hubiera mucha gente de fuera, habría un boom bestial.

to. Sí, así como suena: proyectos de in­ vestigación encabezados por una distri­ buidora de vinos que cuenta con su pro­ pio departamento de l+D+i.

El primero ya casi ha finalizado: se tra­ ta de una gran clasificación mundial de los vinos en base a su origen: denomina­ ciones de origen, zonas, pueblos, clasifi­ caciones locales, etc. Una ordenación sistemática y profunda que las incluya a todas, que les sirva como herramienta a ellos y que después pueda compartir a todo aquel que la necesite.

El segundo es una colaboración con la Bullipedia encabezada por Ferran Adria: En este caso se trata de aplicar la pers­ pectiva Sapiens -un método de pensa­ miento científico que estructura las diversas ramas del conocimiento- para cubrir todas las necesidades que se le puedan plantear a alguien interesado en aproximarse al conocimiento del vino.

El proyecto inicial era elaborar tres libros.

Finalmente serán seis.

El tercer proyecto es el más fascinan­ te. Se trata de la creación de un comité de cata interno formado por quince indi­ viduos, todos ellos seleccionados entre los distintos departamentos de la em­ presa. Su función, ecualizar los paráme-

tras de percepción del vino. Los inte­ grantes de este particular comité han si­ do entrenados desde hace más de un año y medio para reaccionar de la misma manera -con variantes mínimas- ante los distintos estímulos sensoriales que ofrece un vino: todos puntúan con varia­ ciones que no superan las décimas más de quince atributos positivos del vino y diez negativos. Son, con perdón de la ex­ presión -que en absoluto queremos que suene peyorativa- un ejército de autó­ matas capaces de evaluar de forma pre­ cisa y conjunta aspectos como la acidez, el dulzor, o los taninos de un vino con­ creto.

Pero también, y ahí es donde empieza lo interesante, son capaces de registrar de forma uniforme las variaciones que ejercen sobre esas evaluaciones aspec­ tos externos como la temperatura del vi­ no o de la propia sala de cata, el volumen o el tipo de música de ambiente, el tipo de recipiente en el que se realiza el servi­ cio (¿metal, cerámica?), el efecto que ejerce una determinada copa sobre un determinado vino, alargándolo, aplanán­ dolo, etc.

Todo ello para permitir al profesional del servicio interactuar con el cliente a la hora de ofrecerle un vino. Todo para sen­ tar una base científica a partir de la cual fundamentar la experiencia del consumo placentero y dar respuesta a preguntas como hasta qué punto podemos modifi­ car la percepción de un vino alterando en el servicio los factores ajenos al propio producto embotellado.

Una herramienta genial al servicio del vino cuyos primeros resultados comen­ zarán a verse en este 2019 en el que Vila Viniteca cumple sus primeros veinticinco años de historia. Ojalá cumpla otros vein­ ticinco, o cincuenta o cien más. El vino español lo agradecerá.

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