E R N E S T O M O N T EQUIN
LITERATURA
Y OTRAS PASIONES VICT ORIA OCAMPO Y LOS ESCRIT ORES DE
GALLIMARD
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LITERATURA Y OTRAS PASIONES. VICTORIA OCAMPO Y LOS ESCRITORES DE GALLIMARD
“Los extremos me tocan”, escribió famosamente André Gide, uno de los padres fundadores, junto con Jacques Copeau y Jean Schlumberger, de la Nouvelle Revue Française en 1909. El autor de Los falsos monederos acaso no previó que el joven diletante a quien encomendaron, dos años más tarde, la dirección de la editorial nacida de la revista, aplicaría con los años ese aforismo libertario para crear un catálogo que iba a confundirse, inextricablemente, con la literatura francesa y al que sólo la calidad literaria garantizaba una entrada libre. Desde 1911, cuando asumió el control de las Éditions de la NRF –que poco tiempo después rebautizaría con su apellido–, hasta su muerte, ocurrida en 1975, Gaston Gallimard logró reunir todos los extremos de la literatura francesa del siglo XX bajo las austeras tapas color marfil fileteadas en rojo y negro: desde el barroco y católico Paul Claudel, hasta el protestante y neoclásico Gide o el agnóstico y experimental Marcel Proust; desde el ultrafascista Lucien Rebatet hasta el marxista humanista JeanPaul Sartre; desde el monárquico Jean Dutourd hasta el stalinista Paul Éluard; desde el antisemita Louis-Ferdinand Céline hasta el
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judío converso Max Jacob, muerto en el campo de concentración de Drancy en 1944. La vastedad y riqueza del territorio literario explorado durante un siglo por Gallimard desalienta cualquier enumeración que no sea caótica. Como señala su biógrafo Pierre Assouline, de los grandes editores de su país sólo Gaston Gallimard pudo afirmar, al final de su vida: “la literatura francesa soy yo”. Durante sus cuatro décadas de existencia, Sur reflejó las magias parciales de ese vasto universo editorial y mantuvo una amistad particular con la Nouvelle Revue Française y la Editorial Gallimard. La intensidad y la duración de ese vínculo privilegiado no sólo se explican por la voluntad de difundir sostenidamente en el ámbito hispanoamericano las nuevas voces de las letras francesas, sino también por las complicidades sentimentales, las afinidades electivas y aun las simpatías imperfectas que unieron a Victoria Ocampo con los escritores de “la fábrica editorial ” Gallimard, algunos de los cuales –Drieu La Rochelle, Roger Caillois, Albert Camus, André Malraux– integraron el mítico comité de lectura de la editorial y fueron sus huéspedes en Villa Ocampo. La historia visible de esas relaciones personales puede reconstruirse fielmente recorriendo las páginas de Sur y la nómina de los libros publicados por la Editorial; la otra, en cambio, más secreta y elusiva, está aún dispersa en cartas, dedicatorias y fotografías, esperando la mirada que sepa trazar las líneas del dibujo que las integre a una constelación mayor. Algunos de esos vínculos excedieron la admiración intelectual para abarcar una intimidad amorosa, como la que la fundadora de Sur compartió, en diferentes etapas de su vida, con Drieu La Rochelle y con Caillois. Otros estuvieron desprovistos de pasión física, pero no por ello carecieron de un fervor imperioso por un hombre y su obra, como los que mantuvo con Paul Valéry, Saint-
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John Perse, Camus, o Malraux, entre muchos otros. Los rastros que todos ellos dejaron en su paso por la vida de Victoria Ocampo están registrados, con sus matices y sus escrúpulos, en la biblioteca y en el archivo de Villa Ocampo, recientemente acrecentado con el fondo documental de la Fundación Sur, y la mayor parte de ellos se exhiben hoy por primera vez. Cada uno de esos objetos ofrece un retrato imaginario pero certero de su artífice. Así, podemos ver a Drieu La Rochelle inclinándose para dedicar, antes de adherir por nihilismo o desesperación al Tercer Reich, uno de sus libros “A Victoria, Venus y María”, delatando así la sensualidad y el ascetismo que luchaban en el cuerpo de su amante; a Camus, encerrado en Villa Ocampo en 1949 como protesta por la censura que funcionarios peronistas impusieron a una de sus obras, mientras anota en un ejemplar de El Extranjero las fechas y los lugares donde se ha encontrado con su amiga argentina y cierra la enumeración con un interrogante; a un Malraux ministerial paseándose en 1959 por el jardín de Villa Ocampo, dejándose fotografiar con aplomo, convencido de que su cara ya está grabada en la historia de la eternidad. También podemos imaginar a Saint-John Perse dedicando con caligrafía cuneiforme un ejemplar de su Anabase “A Victoria, grande y verdadera”, o enumerando en otro las combinaciones posibles que permite su nombre, como si invocara una pandilla de heterónimos; a Valéry agradeciendo en un español agreste el regalo de un poncho de vicuña; a Jean Paulhan, el legendario secretario de la NRF, haciendo una pausa en el escritorio minúsculo donde da un sentido más puro a las palabras de la tribu Gallimard para saludar a la directora de Sur con un proverbio malgache y el dibujo en colores de un náufrago en alta mar… En esa constelación rumorosa hay otros nombres esenciales para la diversidad poética, en prosa y en verso, que alcanzó Sur, como el
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franco-uruguayo Jules Supervielle y el belga Henri Michaux, con sus letras como briznas. Pero el centro lo ocupa, por derecho propio, Roger Caillois, cuyas dedicatorias son quizá las más vibrantes, las más confesionales de todas. Invitado por su protectora a dar conferencias en Argentina a mediados de 1939, Caillois permaneció en la Argentina hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. Su estadía le hizo conocer una naturaleza indómita y una literatura nueva que había asimilado sin complejos la cultura letrada europea para crear una tradición propia. Eran tiempos en que la política cultural era concebida como una continuación de la guerra por otros medios: con el apoyo de Sur, Caillois fundó la revista Lettres Françaises, desde la cual difundió la obra de los escritores de su país exiliados en América y, en un doble movimiento, hizo traducir, tempranamente, los primeros cuentos fantásticos de Borges al francés. El emprendimiento alcanzó muy pronto una dimensión mítica: Raymond Aron hizo imprimir en Londres un número antológico de la revista en miniatura que aviones de la RAF arrojaron sobre la Francia ocupada. Caillois no limitó su proyecto a la revista, también auspició la publicación de libros como la colección La Porte Étroite, donde clásicos redescubiertos, como Constant, Nerval o Baudelaire, dialogaban con textos de Valéry, de St.-J. Perse, de Supervielle y aun de la fundadora de Sur. De regreso en Francia, Caillois se convertirá en el cónsul honorario de las literaturas latinoamericanas en Francia al crear, bajo el sello Gallimard, una colección especialmente destinada a difundirla y que dirigirá durante veinte años. La Croix du Sud se inaugurará en 1951 con Fictions, la primera traducción integral de un libro de Borges publicada en el mundo. Había nacido una nueva constelación que unía los cielos de dos hemisferios y que desde entonces no ha dejado de expandirse.
Del mismo autor En las ediciones Villa Ocampo Victoria Ocampo et les origines de Sur. Catálogo de la exposición. París, Maison de l´Amérique latine, 2005. Autorretrato con libros: La biblioteca de Villa Ocampo. 2010. La Biblioteca convulsa: Surrealismo en Villa Ocampo. 2010. Testimonios de Villa Ocampo. Num. 1, Igor Stravinsky; Num. 2, Roger Caillois; Num. 5, Jacques Lacan; Num. 6, Albert Camus. De nuestro catálogo Villa Ocampo, Escenario de Cultura, por Ivonne Bordelois y Fabio Grementieri. Buenos Aires: Sudamericana, 2005. Prilidiano Pueyrredon, pintor de San Isidro. Ediciones Villa Ocampo y Municipalidad de San Isidro, 2006. Saint-Exupéry en Argentina. Edición de Clara Rivero. Catálogo de la Exposición. San Isidro: Villa Ocampo, 2008. Tres fábulas de Villa Ocampo. Film documental. Buenos Aires: El Pampero Cine, 2011.
La exposición “Literatura y otras pasiones: Victoria Ocampo y los escritores de Gallimard” forma parte del Proyecto Tandem Paris/Buenos Aires. Es una realización conjunta entre el Proyecto UNESCO - Villa Ocampo y la Embajada de Francia en la Argentina. Curaduría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ernesto Montequin Producción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luciana Olmedo-Wehitt . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Maximiliano Maito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Victoria Nacucchio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ricardo López Prensa y difusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Pablo Correa Diseño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hernán Turina UNESCO Villa Ocampo Director Ejecutivo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Nicolás Helft Coordinadora General . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Silvana Mazalán Embajada de Francia Consejero, Cooperación y Acción Cultural. . . . . . . . . Aldo Herlaut Agregado Cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hervé Delmare Libro y Edición Regional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pauline Barraud REPRESENTACIÓN ANTE EL MERCOSUR