UNIDAD EDUCATIVA FISCOMISIONAL “JUAN PABLO II”
CUENTO DEPORTIVO
CUANDO LAS MARIPOSAS VUELAN
JOHANA MINDA 10mo. “B”
CUANDO LAS MARIPOSAS VUELAN
Autora: Johana Minda Valores: Constancia y esfuerzo
¡Mamá, no quiero volar como las mariposas!, me dijo un día mi niña Romina; que quieres entonces?, le contesté. Quiero saltar alto, saltar largo y dar triple salto hasta llegar al cielo, alcanzar el sol en el día y las estrellas en la noche.
A pesar de que a Romina no le había visto interesarse por el deporte; pero en el colegio le escogieron para atletismo, y puso en marcha su entrenamiento.
Romina empezó a entrenar poco a poco, a practicar salto alto, salto largo y salto triple, cuando ya se acercaba la fecha para participar en los intercolegiales me hizo una pregunta:
¿Mamá será que lo logro? A lo que le dije, ¡Hija mía!, tú lo puedes todo, lo lograrás, mientras yo la alentaba, se quedó dormida, fue un sueño tan profundo que cuando despertó, no se encontraba en casa, sino en el campo de entrenamiento con otros participantes.
Romina despertó en el estadio, dispuesta a participar en saltos de longitud, pero lo que más le gustó de estas competencias, fue la forma de premiar a los ganadores, a los cuales se los trató como verdaderos héroes.
Aunque Romina participaba por primera vez, alcanzó el tercer lugar en una de las pruebas y fue el principio de su pasión. - Luego de esta participación llegó el verano, tiempo de vacaciones, nada de libros ni tareas.
- Una mañana despertó tan activa y decidió ir a entrenar, habían otros deportes; velocidad, salto en vallas, relevos, lanzamiento de disco y de jabalina; pero lo que más le fascinó a Romina fue salto alto, salto largo y salto triple.
Sin forzar su capacidad física, Romina pronto fue seleccionada para competencias intercantonales, la emoción de este nuevo logro invadía su pequeño ser, ahora Romina competía para ganar y ahora sí, esto demandaba mayor esfuerzo.
- En esta etapa, nuevamente ya fue inicio de clases en el cole y entre libros y el deporte, se mantuvo firme siempre.
- Mi pequeña, le dije, cumple tu sueño, tú puedes y así lo hizo……….el día llegó. En el estadio, competidores y asistentes eufóricos, sorprendidos al observar las capacidades de estos pequeños gigantes, corriendo, saltando por deporte o por salud, o por lo que la naturaleza disponga.
- Entonces en ese mismo instante se escuchó por los altos parlantes del estadio. ¡Competidores en sus marcas, listos… fuera!
Mi corazón se hinchó de emoción, al escuchar el nombre de mi Romina, que estaba a punto de participar en la primera prueba, ¡Salto alto!, ¡bravo dije yo!, Medallaaaaaa, de bronce, grité de emoción; segunda prueba, ¡salto largo!, siiiii, siiiii, esa es mi Romina, medalla de plata, y tercera prueba al siguiente día, ¡Bravo hija mía!, ¡salto triple!, ¡medalla de oro!, si señor esa es mi niña, todo esfuerzo valió la pena.
Aunque quise que Romina volara como mariposa suave y delicada, ella saltó fuerte y poderosa, ahora nadie la puede parar todo lo logrará.
¡Gracias a su constancia y esfuerzo!
P.D.: ¡Esta es mi historia!