UNIDAD EDUCATIVA FISCOMISIONAL JUAN PABLO II
MI EXPERIENCIA EN EL RIO LITA
Autor: Erika Daniela Padilla Quinteros Tercer Año de Bachillerato “B”
MI EXPERIENCIA EN EL RIO LITA Era un sábado de un feriado, junto con mis hermanas y mis primas estábamos de paseo en la parroquia de Lita, que está a hora y media desde Ibarra vía San Lorenzo Esmeraldas, acá vive la familia de mi madre. En eso de las 4 de la tarde, mi tío, nos invita a pescar en el rio Lita, pues le encanta y según dice es mejor en la noche y nosotros felices partimos río arriba, jugando entre las piedras y el agua, haciendo bromas y más, llegamos al sitio adecuado y aquí el tío le da una caña de pescar a una de mis primas, y la otra caña para él. No pasó ni un minuto y mi tío ya sacó un pez, y luego otro y otro; nuestras mamás hicieron una fogata para preparar los pescados que sacaba mi tío, mientras nosotras nos pusimos a jugar en unos pocitos de agua, aunque nos gritaban que no entremos muy adentro del río que es peligroso, pero nosotras que todas seguimos cursos de natación en Ibarra, no teníamos miedo y sin hacer caso a los adultos nos fuimos metiendo más , pero no sé si fue para mal o para bien, porque en un momento de descuido veo que del centro del río una señora me hacía señas para que le ayude, pues está siendo arrastrada por las aguas , yo no pensé más y me lancé al rescate, pero me doy cuenta que el agua en vez de ser turbulenta era tranquila como una piscina, mejor para mí, pero por más que nadaba no alcanzaba a llegar donde estaba la señora, ya la noche había caído y el agua lanzaba unos destellos que hipnotizaban mis pupilas, yo ya cansada vuelvo la mirada atrás a ver si mis primas y hermanas o alguien me seguía, pero fue grande mi sorpresa que no había nadie, me desesperé y quise no sé si gritar, llorar o regresar, pero una mano me alcanzó el brazo, al regresar a ver los nervios se me templaron, era la señora a la que quería ayudar, pensé que nos ahogaríamos y las aguas nos arrastrarían a las dos, pero ella con voz muy dulce me dice: “No te preocupes, por tu gran valor y voluntad de salvar a un semejante has sido escogida por la reina de los ríos a visitar sus dominios” , yo le respondí: “pero yo solo sé nadar un poquito”, no te preocupes respondió, pues LO IMPORTANTE EN CUALQUIER ACTIVIDAD ES EL COMIENZO, lo demás viene DE LA CONSTANCIA, PERSEVERANCIA Y
VOLUNTAD PROPIA DE CADA INDIVIDUO, sabias palabras que hasta hoy me suenan en mi mente. La señora se alejó nadando y yo, recordando sus palabras me atreví a seguirla y la verdad mi temor a ahogarme desapareció, me sentía tan natural y libre que mi cuerpo se deslizaba por el agua tal cual una sirena, al estar frente a una cueva que se formaba el agua con muchas piedras gigantes, nos sumergimos y llegamos frente a una reina que imponía presencia, pero con cierta dulzura que me encantó, y con señas me hizo que me acercara, tocó mi cabeza y dijo; “Por tu valentía te retribuiré” y movió su mano frente a un chorro de agua que caía y dijo; “ mira de hoy en adelante tú serás una digna representante mía sobre la faz de la tierra”, no entendía lo que quiso decirme en ese momento pero me quede callada, luego me mostró cómo vivían bajo el agua y para ser sincera no hay ninguna diferencia, pero me encantó que todos eran felices en sus actividades. Terminado el recorrido me dio un abrazo y me colocó en el cuello un collar de piedras azules y verdes que aún las conservo, me dijo; “Nunca olvides quien eres y lo que deseas ser” y me señaló la cascadita para indicarme la salida, crucé el agua y para mi sorpresa estuve de nuevo en la superficie del río con mis familiares que reían a carcajadas, como si nunca me hubiera alejado, qué raro!, yo incluso hasta hoy pienso que fue una laguna mental que pasa a veces por la fatiga, pero bueno yo no comenté esto a nadie y seguimos con la rutina normal. Casi las 8 de la noche ya regresamos al pueblo, yo ya no pude estar tranquila, y me fui a dormir pues nos tocaba regresar a Ibarra, para el día lunes iniciar las clases del siguiente año, que es lo que todos los estudiantes esperamos con ansias para volver a ver a nuestros compañeros y profesores. En mi colegio tengo deportes a las 3 de la tarde y mi licenciado nos invita que cada alumno escoja un deporte para practicar y ser seleccionado del colegio, yo como si un imán me halara voy a natación, mis compañeros se ríen pues cuando íbamos a la piscina yo siempre tenía miedo de soltarme y nadaba pegada al costado, ya una vez formado los grupos de los diferentes deportes, en natación estábamos solo un compañero y yo; para completar el cuadro, él
era discapacitado de las piernas, siempre andaba con muletas, el licenciado nos miró y dijo; “Les aseguro que aquí están los verdaderos campeones”, el cuerpo se me erizó y hasta se me salieron las lágrimas. Si no lo vivo, no lo creería, entrenábamos todos los días dos horas diarias, a las 7 de la mañana y 3 de la tarde, mi compañero se lanzaba al agua y por supuesto avanzaba poco, todos los presentes que nos veían se burlaban, pero él les ignoraba, y yo ahí recordé las palabras de la reina del agua “ Tú serás mi representante en la tierra”, y comprendí que el destino me puso frente a este reto y ejemplo de esfuerzo de mi compañero, desde ese momento me prometí que lo ayudaría hasta desvanecerme del cansancio, y todos los días antes de iniciar los entrenamientos yo le incentivaba a mover los pies hasta lograr que fuese casi normal, pues su incapacidad era de las piernas a la altura de las rodillas por lo que sí pudo mover los pies. Llegó el gran momento, las competencias intercolegiales de Imbabura, muchos contrincantes de colegios que eran los favoritos frente a nosotros fueron cayendo uno a uno y nadie se imaginó una final varones donde estaba mi compañero frente al campeón del año anterior y otros cuatro competidores de colegios que tienen piscinas propias, suena el disparo mi compañero realiza una salida espectacular que le da un segundo de ventaja, los gritos en los graderíos por mi compañero que ya se había ganado el cariño del público nos dejan casi sordos, ya casi no fue una admiración, todos ya esperaban que sea el campeón y reconocieron que lo que uno se propone lo consigue venciendo todos los obstáculos, que a veces parecen imposibles, EL GRAN CAMPEÓN DE IMBABURA EN NATACIÓN VARONES. La hora de la verdad ha llegado para mí , pues también estoy en la gran final frente a las cinco representantes de los otros colegios, inclinada en posición de salida esperando el disparo, llena de nervios miro al frente la piscina me parecía tan larga y a mis contrincantes las miro y todas tenían cola de sirena, casi me desvanezco, me cogió un temblor en las piernas, mi corazón latía a mil por hora, cerré los ojos sacudiendo la cabeza, al abrirlos trate de disipar todos mis temores y fue así que sonó el disparo, mi estilo se había hecho casi tan perfecto, mis esfuerzos daban fruto ya alcanzaba la meta y regresé a ver y mi adversaria más cercana estaba como a siete metros, pero no disminuí el
ritmo, más bien aceleré pues no estaría mal romper algún record estudiantil, nuestra dedicación dio sus frutos, arrasamos medallas, quedé CAMPEONA ESTUDIANTIL DE IMBABURA y ahora hasta llegamos a los juegos nacionales y no tengo que decirles que mi compañero fue UN GRAN CAMPEÓN, fuimos becados para entrenar en la selección del Ecuador de alto rendimiento. Este año lectivo fue muy provechoso, hasta en mis estudios logré pasar el año con buenas notas y solo espero con ansias las vacaciones para viajar a Lita, ya ustedes se imaginarán para qué. A mis amigos y compañeros que ahora trabajan con muchas ganas en todos los deportes que escogieron, son también embajadores ante la ciudadanía para que no se menosprecie al ser humano por alguna discapacidad, pues esta es reemplazada por otras capacidades y sobre todo VOLUNTAD Y PERSEVERANCIA y es más a veces la discapacidad está solo en la mente. FIN