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Actualidad
El Ayuntamiento invertirá 391.000 euros al año en el mantenimiento de centros escolares La Junta de Gobierno Local celebrada el pasado 28 de febrero dio luz verde entre otras cosas al inicio de contrato y convocatoria de licitación para el servicio de mantenimiento y reparación de los colegios de infantil y primaria de la ciudad por un periodo de dos años, con la posibilidad de realizar una prórroga de otros dos años. El precio inicial de la inversión municipal en los centros escolares es de 391.635´16 euros al año, tal y como detalló el concejal secretario de la J.G. L. Federico Alarcón Martínez. El edil también informó del acuerdo de reclamación a la anterior empresa de mantenimiento de colegios, OHL para que proceda a la subsanación de unos trabajos de reparación en el CEIP Romualdo Ballester, ya que se han generado filtraciones en la cubierta del pabellón. La junta dio luz verde a dos contratos menores, uno de 11.889 euros para el suministro de tres máquinas multifunción para el departamento de Intervención y otro de 18.128 euros para el suministro de repuestos informáticos. Igualmente pasaron el trámite facturas con omisión de la función interventora. En concreto, 13.858 euros por señalización vial de la Policía Local y 6.200 euros por el gasóleo de febrero del área de Deportes. Por otro lado se dio la conformidad a la segunda prórroga del servicio de vigilancia y salvamento en las playas, que estará vigente
El concejal secretario de la Junta de Gobierno Local, Federico Alarcón, ofreciendo los detalles de los acuerdos trammitados por éste órgano.
hasta el 6 de julio de 2021 y que supone una inversión de 321.887´50 euros. En otro orden de cosas fue acordada la nueva instalación o mejoras en parques infantiles distribuidos en las instalaciones deportivas municipales como campos de fútbol, zona de raquetas y la pista de atletismo. En total son dos infantiles y otro dedicado a la calistenia (sistema de ejercicios utilizando el peso del cuerpo).
Palabras enmarcadas Marco Antonio Torres Mazón
Las bellas imágenes Una costumbre que he recuperado últimamente es la de tener un libro en la mesita de noche; un libro que leo justo antes de dormirme y cuyas palabras son, por tanto, las últimas que escucho antes de conciliar el sueño. A veces sucede que al despertar todavía esas palabras reverberan en mi interior, como un eco perdido de alguna voz lejana. Es una sensación extraña pero sumamente placentera. Para este tipo de lecturas lo ideal, en mi opinión, son libros sapienciales, es decir, libros que contengan, en pequeñas o grandes dosis, esas píldoras de sabiduría que nos son tan necesarias. Pueden ser libros de aforismos o libros confesionales, libros biográficos o libros de poesía. En cualquier caso libros en cuyo interior palpite la búsqueda de la verdad. Así, ando estos días con las Confesiones de San Agustín. Se trata de una edición en octavo de Plaza y Janés, con encuadernación en piel y papel biblia, que alguien regaló a mi padre el 25 de mazo de 1987, tal y como indica la dedicatoria que se puede leer en la página de cortesía. Recuerdo al menos un par de ocasiones en las que mi padre me habló de este libro y del impacto que tuvo al leerlo. Sí, la voz de San Agustín deslumbra desde el principio por su sinceridad, su desnudamiento y su fuerza. Hace unas noches leí un breve pasaje que me emocionó sobremanera. Se trata de un párrafo en el que nos habla de la risa cuando era un bebé. Dice así: “Después también comen-
cé a reír: primero mientras estaba dormido, y después también reía estando despierto. Así me han contado y yo lo he creído, porque lo mismo vemos en los otros niños; pues yo no me acuerdo de estas cosas”. Cuánta ternura, cuánta capacidad de observación y cuánto sentido del humor. La imagen de un bebé dormido y sonriendo es algo que, seguro, todos hemos visto alguna vez. A veces incluso rompen a reír y resulta imposible no preguntarse por el motivo de semejante alegría: ¿qué estarán soñando si apenas han vivido? Ni el más bello amanecer ni la fortuna más grande ni todas las riquezas de este mundo son comparables a la visión de un bebé dormido sorprendido por la risa. Esa pequeña criatura es portadora de todos los futuros imaginables y es dueña de toda una historia por hacer. Aprenderá a caminar, a levantarse tras una caída, a balbucear las primeras palabras. Crecerá y se hará fuerte. Llenará su mente de conocimientos y de recuerdos y su alma de aspiraciones y de anhelos. Se enamorará y sufrirá desengaños y se enamorará de nuevo. Probablemente encuentre a alguien con quien compartir su vida. Seguramente tenga un hijo. Y un día, mientras el niño duerme, observará cómo se le dibuja una sonrisa. Decía Emerson que toda la plenitud de un bosque se encuentra en el interior de una semilla. Es verdad, como también lo es el hecho de que las más bellas imágenes tienen el trazo de la sonrisa y de la infancia.