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Refinada
y cordial,
dueña de un autocontrol
que sorprende, Annabella Azin de Noboa ha sido el
corazón de la campaña presidencial de su esposo. Su alta votación como diputada demuestra que no hay que gritar para ganar
arita de seguridad de la urbanización El Río en la vía a Samborondón. Los guardias piden autorización para el ingreso. ¿A cuál de las dos casas envío a los señores de Vistazo? Eliana Azin, hermana de la doctora Annabella de Noboa, hace el preámbulo a la entrevista. “No los recibimos en la casa grande porque no hay muebles todavía. Desde la casa “pequeña”, donde la familia habitaba hasta hace mes y medio, se observa el palacete de los Noboa Azin, un contraste tremendo con relación a otras casas de la urbanización, a la que los empleados conocen como la Casa Blanca, aunque en realidad es beige
La espera de la diputada más votada en las presentes elecciones es larga, porque con los políticos una nunca sabe, a pesar de tener cita. Una hora después llega Annabella Enma Azin de Noboa, 45 años de edad, doctora en medicina. Sonríe, no lleva una gota de maquillaje, está agotada porque su vida en la actualidad no tiene respiro.
“Una gran responsabilidad y un gran compromiso me acompañan, porque represento a un bloque de mi provincia importante y tengo que representarlos bien. Tengo que velar por los intereses de los ciudadanos en el Congreso Nacional, entonces es, sin duda,
una enorme responsabilidad”, dice.
¿Tendremos una primera dama en el Congreso o en el Palacio? es la pregunta del millón. “Bueno, la verdad, en muchísimas partes. Creo que donde menos la va a ver es en Palacio porque va a estar muy ocupada y tendrá poco tiempo para hacer oficina, va a estar en el Congreso, en el INNFA, en las diferentes provincias tratando sobre todo de ayudar en lo que se refiere a problemas de salud que existen en el país. Así que va a ser una primera dama bien ocupada, que va a estar viajando constantemente por todo el Ecuador”. Aunque Annabella es cautelosa, y habla con el “va a ser”, las personas que están en su entorno lo dan por hecho, como si ya hubiera ocurrido. Su hermana menor insiste en que las fotos deberían hacerse con
el estandarte del Ecuador dada su alta jerarquía, pero ella prudentemente se rehusa. Al inicio de la entrevista ha pedido que llamen de inmediato a su peluquera y maquilladora Rosa Montero para la sesión de fotos, pero con cara lavada no defrauda. Es guapa, dicen sus asistentes que será un lujo de primera dama. De lo que estamos seguros es que es culta, elegante, refinada, cordial y prudente. Tan prudente que no se le arranca una palabra de más. Habló exactamente 30 minutos y cuando
la grabadora sonó porque esa cara del casete concluía, ella se puso de pie.
Annabella es el balance total, en su look no hay excesos. Ni pulseras ni collares. Su anillo de matrimonio, unos pendientes muy pequeños, un reloj Cartier y nada más.
La familia Noboa Azin está compuesta de tres hijos varones: Daniel, Juan Sebastián, Santiago, la sobrina Carla, que vive junto a la pareja como una hija más.
En caso de ser favorecidos con el voto
¿vivirá la familia en el Palacio? “Yo pienso que no tiene importancia el lugar en donde vivamos. La sede del Gobierno está en Quito pero el domicilio del Presidente no necesariamente será el Palacio, hay muchos otros presidentes que vivieron en otras partes”.
Pese a las tres campañas en las que Annabella ha trabajado hasta el agotamiento, que la llevaron a perder 11 libras en los últimos tres meses, en las que la ha sudado recorriendo con sus brigadas médicas todo el país, reconoce que la política es algo que realmente seduce. “En mi caso, he estado un poco reacia mucho tiempo de participar activamente en ella, pero lo hice, porque pienso que hay que encarar muchas veces situaciones y dar el contingente para tratar en lo posible de cambiar, en este caso, la imagen del Congreso Nacional, tan venido a menos, y para tener una representación de la mujer ecuatoriana en el Congreso”.
Le mencionamos que su entrega ha sido valorada por la población y que le ganó incluso al ingeniero Febres-Cordero. “Pienso que la política no es una competencia, no he reparado en lo más mínimo en lo que se refiere si le he ganado a alguien, de eso no se trata. Se trata de que he adquirido una grandísima responsabilidad al tener esta votación y le agradezco mucho al pueblo ecuatoriano por haber depositado su confianza en mi persona. Voy a tratar en lo posible de responder a esa votación tan buena que he tenido”.
Ver la casa nueva de Annabella es como estar fuera de este país. Es una edificación con ascensor, 13 cuartos de baño, cancha de indor y piscina en la terraza, y un yate para que su marido se traslade a la Molinera cuan-
“Mis hijos son muy unidos conmigo y muy engreidores. Carlita, la sobrina de mi esposo, es la hija mujer que no tuve”.
do hay mucho tráfico. Le preguntamos si se siente una mujer con una vida privilegiada. “Para decirle la verdad sí. No tengo realmente necesidades básicas, tengo amor en mi familia, tengo hijos sanos e inteligentes y un marido muy bueno, buen padre. Créame que esas condiciones son realmente fantásticas y por eso tengo que sentirme privilegiada, además de otras bendiciones que he recibido en el aspecto político. Pero lo primero que le dije es realmente para mi lo importante”.
Al tocar el tema de sus hijos, como que brillan sus ojos azules. ¿Qué han heredado ellos de usted? “La sensibilidad mía, han heredado mi preocupación y mi vocación de servicio, ellos son chicos que están muy involucrados en lo que hacemos. Algunos de ellos han heredado mi amor por el deporte. También han heredado la intuición en lo que se refiere a la naturaleza de las personas que están a su alrededor. Ellos no viven en un mundo rosado. Daniel, por ejemplo, fue un niño adulto. Es muy responsable. Sabe cuidarse muy bien y eso me da tranquilidad. El chiquito es el más político de todos. Es el primero que se pone su camiseta del PRIAN y dice ‘¿ahora adónde vamos?’. La familia está
“Mi personal de servicio no es mucho pero es eficiente. Aunque la casa se ha agrandado, el personal es el mismo”.
se nota. Su maquilladora Rosa dice que es de colita de caballo, pero que para las fotos ha decidido hacerle unos cuantos risos para darle volumen a su rostro y ponerle pestañas individuales. “Claro que he contemplado la posibilidad de una cirugía, pero me da miedo la anestesia. En el año 1996, me hice una pequeña liposucción en las caderas, es lo único. Por más que me tratan de convencer, me inclino por la cosmética no invasiva”.
¿Cuál es la persona más interesante que usted ha conocido en su vida? “Bueno, mi esposo es un hombre interesante y también conocí un doctor en los Estados Unidos que fue uno de los pioneros en la investigación del sida. El doctor Antonio Gordon, que muy tempranamente comenzó a tener sus teorías de que eso iba a ser una pandemia. Era el año 1986. Él viajaba a Haití en plena guerra civil para hacer el estudio de la población con sida. Esta gente tan desinteresada me inspiró, era un equipo de personas admirables, la devoción y el grado de dificultad con que
Annabella ha trabajado hasta el agotamiento. Ha sudado por su escaño congresil. En los últimos tres meses ha perdido 11 libras, y recorrido con sus brigadas médicas todo el país.
integrada, ellos deben apoyar y ser solidarios con sus padres. Es la única forma que se solidifiquen los lazos de unión”.
Annabella se confiesa de pocas amigas. “Para cultivar una amistad nueva hay que tener tiempo para retribuir las demostraciones de cariño. Mis amigas de siempre son incondicionales, guardan mis secretos porque soy una persona que no le gusta hablar de la gente, a mí no me gusta ni criticar ni juzgar al prójimo”.
La única vez que hace un gesto de disgusto es cuando le preguntamos si de verdad su esposo Alvarito tiene una biblia mormona, pero no le huye al tema y dice. “El tiempo de televisión es oro y él (Carlos Vera) lo malgasta. Más bien debería encaminar la energía negativa que sale de su boca. No veo a Vera, porque estoy a esa hora haciendo ejercicio y por lo general, trato de dormir un poco más si me he acostado tarde. No lo veo”.
A pesar de su belleza, el paso del tiempo
trabajaban era lo que merecía mi respeto”.
¿Qué es lo más importante de su vida en pareja? “Que he tenido un esposo que ha sabido respetar mi libertad individual”. ¿Será verdad doctora, que con los años la relación se convierte en rutina? “Yo pienso que hay momentos. La pasión no termina sino que se adormece y luego resurge. La habilidad de la pareja es rescatarla y no dejarla que muera y afloren otros sentimientos. Mi esposo es un hombre tierno y hasta me escribe cartas. Siempre ha sido así”. Todavía algunos recordamos aquel beso francés que se dieron ustedes al pie de un avión y que fotografiamos hace unos años en Vistazo Ríe, siempre dosificada como es ella. “Me gusta ser discreta. Aunque debo reconocer que sí fue un beso francés, porque también es lindo ser espontáneo”. v
Por Mariana Romero mromero@vistazo.com