5 minute read
Los sueños están para cumplirlos
De niña fui de vez en cuando al gimnasio, tomé clases de tenis durante unos meses, practiqué en ocasiones el patinaje, pero nunca mantuve estabilidad en ningún deporte. Te voy a contar algo de lo que de hecho me avergüenzo: empecé a fumar antes de cumplir la mayoría de edad y lo mantuve como vicio durante más de 10 años. Todas las mañanas me levantaba con un sabor horrible en mi boca, me tomaba un jugo de naranja para que se me vaya el mal sabor, y enseguida prendía un cigarrillo; así pasaba durante todos los días prendiendo y apagando mientras envenenaba mi cuerpo. A los 30 decidí que era ya hora de cambiar de hábitos, dejé este vicio para siempre y lo intercambié por el ejercicio. Desde que empecé he cumplido muchísimos sueños que pensaba que no iba a poder realizar: correr la famosa carrera pedestre “Quito Últimas Noticias 15K”, correr varias medias maratones, dos maratones completas, hacer varios triatlones olímpicos, cuatro “Iron Man” 70.3, llegar a la cima del Cotopaxi, cruzar varias veces el Lago San Pablo y hace pocos días, recorrer en bicicleta la Ruta del Sol.
Esta ruta es parte de la “Ruta del Spondylus” que comienza en Esmeraldas y continúa a lo largo de la Vía del Pacífico, cruzando por Manabí, Santa Elena, Guayas, El Oro e incluso Loja, terminando en Perú. La Ruta del Sol va desde Puerto Cayo hasta Salinas y tiene 115 kilómetros de longitud. Con algunos amigos decidimos emprender el viaje desde Santa Marianita; uno de los lugares mágicos y de mucha energía en nuestro país para llegar hasta Salinas, ciudad hermosa y moderna con balnearios muy conocidos como la playa de “Chipipe”.
Advertisement
Desde hace muchos años me llamaba la atención la idea de hacer este cruce en bicicleta y uno de los aspectos más hermosos del deporte es que te da la oportunidad de cumplir sueños. Todos podemos hacerlo, sólo es cuestión de prepararse.
Entrenamiento físico:
Para llegar a cumplir un sueño de esta magnitud (más de 200 kilómetros en bicicleta con una altimetría de 1600 metros) debes estar preparado. Muchos ciclistas piensan que necesitan kilómetros, kilómetros y más kilómetros, y aunque esta creencia puede ser real hasta cierto punto (sí necesitas hacer entrenamientos largos de fondo, es decir de varios kilómetros, pero de baja intensidad) también puede ser peligrosa, porque puedes cometer el gran error de ejercitarte demasiado y lesionar tu cuerpo. La mayoría de instructores hoy en día preparan los entrenamientos por duración y no por distancia, y se fijan mucho en la potencia.
Lo ideal es que consigas un entrenador para que puedas estar listo y realizar este paseo. Por otro lado, es recomendable un pulsómetro para estar familiarizado con los latidos de tu corazón al igual que un potenciómetro para que sepas tus zonas de entrenamiento por potencia. De esta forma sabrás exactamente qué tan rápido debes ir durante cada sesión. La mayoría de personas aprovechamos el fin de semana para entrenar ya que tenemos más tiempo. Para llegar a hacer 200 kilómetros en dos días, tienes que hacer por lo menos 3 o 4 largas de 3 a 4 horas. Durante la semana también uno o dos días de bicicleta más corto, pero más intenso. Es básico no exagerar y no someter al cuerpo a demasiado estrés. Recuerda ejercitarte, pero también parar, así que respeta las horas de descanso y de recuperación antes de afrontar otro entrenamiento de calidad.
La alimentación:
Si vas a hacer un paseo largo y con muchas cuestas aliméntate bien, ya que lo que comas jugará un papel muy importante para el rendimiento. Cada cuerpo es diferente, por lo que es ideal que visites un nutricionista antes de empezar a entrenar. Un ciclista debe alimentarse antes, durante y después de cada sesión de entrenamiento. Además toma en cuenta la intensidad y la cantidad de horas que pasarás sobre la bicicleta. Según estos factores los alimentos cambian. Antes de nada necesitas entre - garle a tu cuerpo “gasolina” y tener suficiente energía hasta el final. Si vas a hacer entrenamientos de alta intensidad ingiere alimentos con más carbohidratos y si vas a hacer de intensidades bajas, consume aquellos ricos en grasas. Siempre incluye algo de proteína que te ayudará a reponer y recuperar el músculo. Alimentos que podrían ayudarte antes de entrenar son plátanos, avena, pasta, quinua. Durante el entrenamiento consume guineo, barras energéticas, geles o gomitas, y por qué no, también un pan o un “sánduche” con mantequilla de maní. Estos alimentos te proporcionarán el combustible necesario. Hoy en día puedes obtener carbohidratos en bebidas isotónicas, si eres de las personas que prefiere tomar líquido y no sólidos. Recuerda durante el entrenamiento hidratarte como es debido: toma líquido por lo menos cada 15 o 20 minutos. La comida después es casi o más importante. Todo lo que ingieras será lo que condicione tu proceso de recuperación. Por lo tanto hidrátate bien y entrégale a tu cuerpo los mejores alimentos ricos en proteína y carbohidrato para que pueda absorberlos. Prueba batidos recuperadores, come huevo, cereales, fruta y vegetales.
La Ruta:
Viajé a Manta el día anterior y me encontré con amigos con quienes realizamos el paseo. La noche anterior hubo que preparar todo: tener listas las bicicletas, tubos de emergencia, un automóvil con chofer para que nos acompañe en el trayecto, un enfriador con bebidas isotónicas, bebidas de rehidratación oral, agua, “sánduches” de mermelada con mantequilla de maní y fruta.
La aventura comenzó con un recorrido de 65 kilómetros con fuerte altimetría hasta Puerto Cayo. Nos hidratamos, comimos, descansamos unos diez minutos y emprendimos viaje nuevamente. Después de 50 kilómetros y 4 horas y media de viaje llegamos a Ayampe. Almorzamos ceviches, pescado y el famoso plato local que es el corviche. Cuando realizas un esfuerzo tan importante es básico comer mucha proteína e hidratarte con regularidad. Sabíamos que aún nos faltaban muchos kilómetros por recorrer al día siguiente, por lo que estiramos cada grupo muscular para que al día siguiente las piernas no se sientan tan “pesadas”. Llenamos el enfriador y fuimos a cenar. En la noche es muy importante recargarse con algo más de proteína, pero sobre todo carbohidratos para tener energía para lo que viene. Al día siguiente desayunamos “sánduches”, fruta y granola y salimos asustados porque sabíamos que el reto más difícil enfrentar era traspasar 15 kilómetros de subidas intensas en la cordillera de los cinco cerros, que divide Manabí de Santa Elena. El miedo fue innecesa- rio ya que estábamos muy bien entrenados, y el esfuerzo duro fue durante menos de una hora hasta Montañita. De ahí para adelante fueron 85 kilómetros de una ruta más fácil, plana y rápida hasta llegar a Salinas. En total más de 200 kilómetros de pura adrenalina, alegría y emoción.
La meta
No hubo medalla, no hubo diploma, no hubo premio. Entonces ¿qué me motivó a realizar este recorrido? Quería recorrer la “Ruta del Sol” que es una de las más hermosas en el país y quería hacerlo sobre una bicicleta, empujada solamente por mis piernas. Cuando te subes en un automóvil normalmente vas rápido y en una especie de “piloto automático” hasta que llegas a tu lugar de destino, sin recordar casi nada de lo que viste. La gran diferencia de recorrer lugares en bicicleta es que vas consciente, atento, observando los detalles de los lugares, en una presencia absoluta que te hace disfrutar real-
Por Cynthia Wright