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Control interno o control externo
Control interno o control externo Autor: Psic. Cristina Figueroa Quirino Tel: 01 246 4580393 | psicologiaclinicaintegral@gmail.com
En psicología, el término locus de control o lugar de control se refiere a la habilidad de una persona de identificar sus resultados de vida como propios o ajenos. Es decir, se refiere a la percepción individual de tener control o no tenerlo con respecto a las experiencias de la vida.
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Una persona que reconoce sus resultados de vida como propios, esto es, la suma de sus esfuerzos personales, se ubica como alguien con locus de control interno. Alguien con estas características, en primer lugar se fija metas y objetivos de manera realista; se propone un plan de acción y pasos estructurados a los cuales apegarse para la consecución de dichas metas. De igual manera, se hace responsable de sus actos y, sea cual sea el resultado obtenido, es consciente de que éste fue directamente proporcional a su esfuerzo.
Por el contrario, una persona con un locus de control externo atribuye sus resultados a otras personas o a aspectos subjetivos externos a ella, como la suerte. Creen que los demás ejercen una influencia extrema en ellos y en caso de que sus resultados de vida no sean los esperados, “culpan” a quienes consideran fueron los responsables, o incluso a las circunstancias que tienden a catalogar como adversas. Un ejemplo será el de la persona cuyo estado emocional depende del clima, o los niños en edad escolar cuando mencionan “el profesor me reprobó” o “por tu culpa bajé en calificaciones”.
La teoría de locus de control fue propuesta inicialmente por el psicólogo Julian Rotter en 1966, como parte de su teoría del aprendizaje social. Desde entonces y a la fecha ha tenido algunas revisiones.
A continuación se mencionan las características personales propias de los individuos con locus de control interno y externo, (Rotter, J.B. 1966: “Generalized expectancies for internal versus external control of reinforcement”) y que actualmente se encuentran vigentes por los psicólogos especializados en el tema.
Personas con locus de control externo:
• Culpan a las fuerzas externas por sus circunstancias. • Creen que cualquier posibilidad de éxito se basa en la suerte. • No creen que puedan cambiar su situación mediante sus propios esfuerzos. • Se sienten desesperanzados o incapaces de afrontar situaciones difíciles. • Son más propensos a experimentar indefensión aprendida (sugiero leer la teoría de Seligman).
Personas con locus de control interno:
• Asumen la responsabilidad de sus acciones. • Tienden a estar menos influenciados por las opiniones de otras personas. • A menudo se desempeñan mejor en las tareas al trabajar a su propio ritmo. • Se consideran eficaces. • Tienden a trabajar duro para lograr las cosas que quieren. • Se sienten seguros frente a los desafíos. • Informan ser más felices. • Denotan mayor independencia.
La mayoría de las personas que acuden a terapia poseen un locus de control externo, por lo tanto, uno de los principales objetivos terapéuticos consiste en lograr que reconozcan su lugar interno de control. Esto se logra con diferentes técnicas, una de ellas y muy importante es que el terapeuta les ayude a modificar su lenguaje, tanto a nivel oral como en la escritura. El psicólogo Michael White ha brindado grandes aportaciones al respecto con su terapia narrativa.
Otra técnica consiste en la identificación y modificación de pensamientos irracionales, para lo cual es muy útil la reestructuración cognitiva, propia de la terapia cognitivo conductual, es decir, se le enseña al paciente a cambiar su manera de pensar.
Una persona que cambia sus pensamientos, modifica sus acciones y obtiene resultados distintos.
Sería un buen propósito de Año Nuevo comprometerse a modificar pensamientos relacionados con el lugar externo de control y desarrollar el interno. ¡Feliz Año 2021!