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Bayamón defiende su labor con los animales
(DRNA) donde tampoco había los recursos necesarios para su mantenimiento, comunicó ayer el alcalde de Bayamón, Ramón Luis Rivera.
“Dos veces los rescatamos… de una casa y del Departamento de Recursos Naturales”, afirmó el alcalde en rueda de prensa al tiempo en que aseguró que cuando el oso llegó al parque estaba más flaco que él, y ahora pesa entre 250 a 300 libras, lo que está dentro del rango que se considera saludable.
Istra Pacheco >ipacheco@elvocero.com @IstraPacheco
El oso negro de 21 años que vive en el Parque de las Ciencias fue rescatado dos veces: la primera de la familia que lo mantenía en el espacio reducido de una casa y lo alimentaba incorrectamente con comida de perro. El segundo rescate, del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales
En el parque también hay alrededor de media docena de tortugas que vivían en un lugar pequeño perteneciente a Recursos Naturales y ahora están en un espacio más amplio y les construyeron dos cobertizos donde a veces hacen cuevas, similar a lo que tienen en la vida real, explicó el veterinario José Trujillo.
Algunos de los 25 a 30 reptiles que viven en el parque, Recursos Naturales los llevó ante la falta de lugar para mantenerlos. En otras ocasiones llegan tras ser incautados por la Policía y son parte de investigaciones de las que no se ofrecieron detalles. Rivera indicó que los que son de fauna nativa se rehabilitan y son liberados si están en condiciones. Otros pueden ser trasladados, según la necesidad del animal, indicó por su parte el herpetólogo Edgardo Marrero.
¿Qué pasará con Tommy y Osi?
Ayer se informó que dentro de dos semanas personal de un santuario de animales en el estado de Arizona llegará al parque para evaluar las especies que alberga y determinar cuáles se deben trasladar a otro hábitat.
Sin embargo, es poco probable que el hipopótamo Tommy o el oso negro Osi vayan a vivir en otros lugares debido a que ambos ya excedieron su expectativa de vida y son muy mayores, y en el caso del oso, no tiene garras en las patas delanteras, por lo que no puede convivir con otros de su especie, explicó el ejecutivo municipal.
“No tiene pezuñas, en las patas de al frente no tiene ninguna de sus garras… Es como tener un gatito sin sus uñas y soltarlo al medio ambiente, no se puede defender”, agregó el veterinario.
En el parque hay un avestruz que sobrepasa los seis pies de altura y dos emús. Para tán aquí”, expuso Rivera, quien admitió que le llamó erróneamente santuario.
El Parque de las Ciencias está en remodelación luego de un acuerdo a 15 años con la empresa Educational Park Management, dueña del Parque Toro Verde, que operará parte de las instalaciones, excepto el antiguo zoológico, que ahora es el Centro de Rehabilitación y Recuperación de Animales.
Las inmediaciones estaban acabadas de pintar y de desyerbar, había cemento fresco en algunas verjas y el establo para los ponis enanos está acabado de construir.
Además de las cuatro especies para las que se requiere licencia, hay seis tortugas, cinco ponis enanos, tres burros, más de una docena de venados, dos pavos reales, dos cacatúas, cerca de una docena de papagayos, una cotorra no nativa, entre 25 y 30 reptiles y serpientes, y cinco aves adicionales —incluyendo un guaraguao ciego y otro al que le falta una pata— así como un búho que no puede volar porque tiene un ala afectada.
Según Rivera, desde hace algunos años han ido transformando el concepto del zoológico debido al cambio de mentalidad de que se debe tener empatía con todos los seres vivos de la tierra. Una vez vayan faltando, ya sea por traslado o fallecimiento, le darán otro uso a las áreas que ocupan.
Yolanda Álvarez, presidenta de la Federación Protectora de Animales de Puerto Rico, señaló que es un primer paso, evaluar cuáles de los animales pueden ser trasladados a santuarios donde tengan el espacio más parecido al hábitat natural de cada especie.