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Drifting sobre hielo

Héctor L. Vázquez Berríos >hvazquez@elvocero.com

MONTREAL, CANADÁ — Es un cóctel único, donde el ingrediente principal es pura adrenalina, combinado con sobre 400 caballos de fuerza, cuatro onzas de vértigo, mucho ‘drift’, un sutil toque de freno y tanto hielo como jamás había visto. Un cóctel soñado para cualquier fanático del Porsche 911 y la experiencia de manejo más increíble que he tenido en mi vida.

Así lo viví, representando a la revista Zona junto al EL VOCERO, tras recibir la invitación de la marca alemana de autos deportivos, para vivir su Ice Experience, durante varios días en el norte de Montreal, cerca de Quebec, en Canadá. Disfrutando de una temperatura bajo cero grados, muy lejana al sol de Caribe, aceptamos el reto de desafiar el hielo en una experiencia soñada. El Porsche Ice Experience nació cerca del 1996 en Rovaniemi, Finlandia y fue importado en 2011 a Quebec. Se trata de un programa de invierno de los más grandes y prestigiosos del mundo, en donde los participantes se certifican en manejo de autos deportivos en hielo y nieve, obviamente a bordo del deportivo más icónico de todos, el Porsche 911.

EL ENTRENAMIENTO

De esta experiencia pudimos recibir adiestramientos, divididos en varios módulos, que tienen por objetivo controlar a los 911 en distintas circunstancias, el Slalom, Skidpad y Desestabilizar con freno. Los presentes eran el 911 4S, con tracción en las cuatro ruedas, mucho más sutil para manejar, y el 2S, de tracción trasera. El 2S nos puso a sudar desde el primer momento a pesar de lo helado que estaba el clima. La adherencia al hielo de un auto tracción trasera es muy poca o casi ninguna y más con la rápida aceleración que tienen estos motores que pueden marcar de 0 a 60 mph en 4.0 segundos. También estaba presente el Taycan turbo S, 100% eléctrico que frontea a simple vista con sus 750 caballos de fuerza, disponibles al momento. Ya estaba el banquete servido, con un paisaje cubierto por un manto blanco en el que sólo sobresale el amarillo de los 40 modelos de 911. Comenzamos el día en la pista de circuito Mecaglisse, una superficie forrada de nieve y sólidos pisos de hielo. Este track exigente no es para cualquier amante de la aventura, a pesar de que el circuito acepta desde novatos hasta experimentados. Depende de tu performance y tu “manejo de muñecas” te llevarán a tu nivel correcto. Nosotros pedimos el Super +.

Bailando En El Hielo

Vamos por partes: Un Slalom, que no fue nada complicado, ya que consistió en hacer curvas entre cuatro conos en un Carrera 4s. Este deportivo cuenta con balance perfecto y tracción en las cuatro ruedas —se me olvida el hielo— pero todo se complicó, y no es para menos, sobre 400 caballos de fuerza, en una superficie resbaladiza.

Como en cualquier Slalom, el secreto es lograr un buen ritmo. La idea es pasar cada curva con el vehículo cruzado, para esto el conductor tiene que corregir con la dirección en el volante y jugar con el acelerador. En mi primer intento, logré pasar dos curvas perfec- tas, para el tercero ya me sentía confiado y pude hacer hasta cuatro, pero en la curva final me sorprendió un poco la sensibilidad de la reacción, y pasamos muy cerca del muro. Esta fue la historia del resto del día.

Las claves de este desafío están en la agilidad que tengas en las manos, junto a la combinación perfecta en el acelerador, y sin perder la vista en la dirección correcta. El equilibrio justo de todo esto hace posible un ‘drift’ perfecto y disfrutar el momento sin terminar en la valla, o en un ‘spin’. Hablemos del Skidpad o sobre viraje. Un ejercicio en un área circular gigante, donde tratas de hacer que el 911 Carrera 4S se barra de frente, jugando con el peso del auto y luego corregir la dirección girando el guía y enderezar progresivamente con la aceleración. Un ‘drift’ acelerando sin tocar el freno. Resultado: muy divertido, en un espacio grande es muy seguro y siempre manteniendo los primeros dos cambios. Ya el tercer ejercicio del día fue desestabilizar con el freno. Aquí la idea es lograr que el 911 entre a una curva bastante acelerado y girarlo pero provocándolo solamente con el freno. Lo que suele suceder en esta maniobra es que el auto sigue de frente resbalando. Usando la transferencia de pesos en el vehículo, y el freno, giras la mitad de la curva y luego das dirección y corrección con acelerador y guía, claro está guallando gomas, peor que como lo haríamos un día de elecciones aquí en Puerto Rico, algo que fue muy divertido.

El Gran Final

Después de estos pasos vitales de aprendizaje, el plato fuerte del día fue el ‘Circuito Completo’, un recorrido lleno de curvas, algunas rápidas, otras bastante cerradas y todas perfectas para ir “drifteando” el 911 tanto como fuera posible.

Es tentador acelerar al máximo en cada curva, pues tienes en las manos uno de los autos más perfectos del mundo, con el poder de un tigre salvaje y que con el domador perfecto puede dar una lluvia de sonrisa a cualquier amante de la adrenalina automovilística.

Después de tres o cuatro vueltas a la pista, reconoces donde acelerar y donde no debes hacerlo. También añoras las curvas largas, donde puedes correrlas literal en 90 grados patinando las cuatro gomas. Esto es una experiencia única y solo vista en películas icónicas como Tokio de la saga de Fast & Furious. Más allá de vivir esta experiencia de guiar autos deportivos en un ambiente diferente, Porsche complementa esta aventura con un hotel icónico, con piscinas termales, saunas en medio del hielo, fogatas en la noche, experiencias gastronómicas únicas, y tantos detalles especiales como le explicamos al principio, esto es un cóctel con los complementos requeridos para disfrutar de a poquito, para que dure mucho y poder disfrutar al máximo.

De que es una fórmula mágica, sí es lo correcto y damos fe de ello.

Giovanny Vega >gvega@elvocero.com

Rafael Pinzón tardó una sola semana en conseguir nuevo equipo desde que anunció su ingreso al portal de transferencias de la National Collegiate Athletic

Association (NCAA). El canastero puertorriqueño informó, con una publicación en sus redes sociales, que se mudará a la Universidad de Bryant, en Rhode Island, después de disputar sus primeros dos años como colegial con la

Universidad de St. John’s. El movimiento de Curbelo ocurre a tono con la entrada de Rick Pitino como nuevo dirigente del equipo, lo que ha provocado que, al menos, siete canasteros se fueran. Uno de los que decidió cambiar de conjunto fue el armador boricua André Curbelo, que ingresará por segunda ocasión al portal de transferencias tras pasar el año pasado de la Universidad de Illinois a la Universidad de St.

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