Autonomia y autorreconocimiento

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AutonomĂ­a y autorreconocimiento Una experiencia del Centro Comunitario Aldeas Infantiles Riosucio, Caldas Relato de S andra C arolina C ruz G arcĂ­a V iviana P iedad L argo B ueno


Autonomía y autorreconocimiento, 2016 Ministerio de Educación Nacional, Colombia Una experiencia del Centro Comunitario Aldeas Infantiles (modalidad comunitaria) Riosucio, Caldas Relato de Sandra Carolina Cruz García Viviana Piedad Largo Bueno Proyecto editorial desarrollado por la Corporación Voces y Saberes Coordinación editorial Mariana Schmidt Quintero Carolina Turriago Borrero Redacción Juan de Brigard Pardo Asistencia editorial Juan Pablo Bonilla Carvajal Corrección de estilo Lilia Carvajal Ahumada Diseño y diagramación Marta Cecilia Ayerbe Posada Impresión Zetta Comunicadores S. A. Esta reseña se desarrolló en el marco de la Alianza por la Primera Infancia (Convenio de asociación 1375 de 2015), producto del diseño del esquema de reconocimientos e incentivos a buenas prácticas en educación inicial.


Uno de los casos en los que es necesario hacer las cosas de una manera particular y diferenciada es el de los grupos indĂ­genas. Sus lenguas, sus tradiciones culturales, su cosmovisiĂłn, sus conocimientos e incluso su alimentaciĂłn son generalmente muy diferentes a las del grueso de la poblaciĂłn.


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n un país de 48 millones de personas todas tan distintas unas de otras y en el que hay tan variados grupos humanos, cada uno con una visión del mundo, con intereses y necesidades particulares y trayectorias de vida tan diversas, el Estado y sus instituciones tienen un reto nada fácil: trazar políticas que respeten y valoren esas diferencias, y que les permitan a los ciudadanos sentir que todos forman parte de un mismo proyecto de nación. Sin duda, es un reto conciliar las diferentes formas de ver el mundo y lograr la suficiente flexibilidad al fijar orientaciones, establecer estándares y diseñar guías y pautas que funcionen para toda la población de Colombia. La educación inicial, a la cual tienen derecho las niñas y los niños en cada rincón del país no se escapa de estas encrucijadas. Sin embargo Colombia cuenta con unos referentes políticos, técnicos y de gestión para la atención integral a la primera infancia en los que tiene cabida la diferencia: es lo que se ha llamado el enfoque diferencial y con él se pretende brindar una atención pertinente a las particularidades de cada niño; sobre todo las que están determinadas por su contexto cultural y social, y las que son propias de la niñez. Uno de los casos en los que es necesario hacer las cosas de una manera particular y diferenciada es el de


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 Autonomía y autorreconocimiento  los grupos indígenas. Sus lenguas, sus tradiciones culturales, su cosmovisión, sus conocimientos e incluso su alimentación son generalmente muy diferentes a las del grueso de la población colombiana, y ser indígena depende también de conservar justamente esos elementos. Por eso, como parte de su identidad y a la vez para conservarla, ellos tienen maneras particulares de educar a sus niños y niñas, lo cual exige flexibilidad de las entidades y personas que intervienen en la atención. Algo que no siempre es fácil de alcanzar y que debe garantizarse para que el enfoque logre hacerse realidad es la comunicación fluida entre los grupos indígenas y las instituciones. La relación de estos con las entidades depende en primer lugar, de que el Estado comprenda las necesidades de cada comunidad y brinde un marco lo suficientemente amplio y respetuoso para que cada una pueda plantear alternativas y aplicar las prácticas acordes a su cultura, sin detrimento de los propósitos de la política nacional. La pregunta más importante que el Estado o la institución debe responder es cómo contribuir con la garantía del derecho al desarrollo integral de los niños en primera infancia y ser consecuente con la política que en esa materia tiene el país, dentro del respeto a la autonomía y autodeterminación de los pueblos indígenas.


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 Riosucio, Caldas  Tal vez la clave es conocer la opinión que estas comunidades tienen de los proyectos estatales y los esquemas institucionales. Para nosotros en Aldeas Infantiles SOS Colombia este siempre ha sido un peldaño fundamental en la relación con las poblaciones que atendemos. En el resguardo de San Lorenzo, en Riosucio, Caldas, Aldeas ya había trabajado en un programa agroecológico de fortalecimiento familiar, de manera que cuando solicitaron nuestro acompañamiento a la comunidad para asistirlos en algunos casos de abuso infantil1, sentimos que teníamos la ventaja de entrar con una relación ya establecida y por solicitud de ellos mismos. Contrario a lo que le ocurre a otras entidades que trabajan en territorios indígenas, en este caso ni siquiera tuvimos que pedir un aval especial, sino que la comunidad solicitó nuestra participación. La propuesta que hicimos para este caso, tras muchos diálogos con las autoridades indígenas, fue diseñar un programa completo de protección de derechos de la primera infancia. Trabajar con el aval de la comunidad y con la confianza depositada en nosotros por la autoridad po1 En Aldeas Infantiles hablamos de “abuso infantil” y no de “maltrato” para mostrar la indefensión de un niño frente a un adulto.


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 Autonomía y autorreconocimiento  lítica indígena (el cabildo) fue invaluable. Ello ha favorecido nuestra presencia en su territorio para seguir ampliando la atención a la primera infancia. Hace ya cerca de siete años que conformamos nueve hogares comunitarios sobre los que luego, casi cuatro años después, se construyó el CDI de modalidad familiar que opera en el resguardo. Fue en ese momento, al inaugurar la modalidad familiar, cuando nos vinculamos a la Estrategia De Cero a Siempre y cuadruplicamos nuestros cupos. A partir de ahí hemos desarrollado nuestra relación y hemos ampliado el alcance que tiene nuestra presencia. Hoy en día, lo que hacemos en San Lorenzo son fundamentalmente dos cosas: en primer lugar fortalecemos a las familias para que sean entornos protectores para los niños y las niñas. Pensamos que si las familias están fortalecidas, los derechos están garantizados y ese es el objetivo más importante de todo el proyecto. Lo segundo es servir como una fuerza para que la comunidad embera-chamí conserve las tradiciones culturales que la hacen única y que pueda ser atendida con esquemas que respondan específicamente a su pertenencia étnica. La caracterización de las familias Para cumplir con estos dos objetivos nos hemos apoyado mucho en el CDI Familiar. Ese es el eje en torno


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 Riosucio, Caldas  al cual gira el programa y nuestro soporte para lograr los avances que nos proponemos. La pretensión desde el comienzo, tanto nuestra como de la comunidad, fue que diseñáramos una estructura que permitiera generar entornos protectores. Lo primero sería conocer a las personas que solicitaban nuestra intervención, así como sus expectativas, pues esa es parte de nuestra manera de trabajar. Por eso mismo llegamos con la disposición de oír qué necesidades tenían las familias y de acompañarlas a que desarrollaran capacidades que les permitieran enfrentar sus situaciones de vida, en lugar de que nosotros impusiéramos las soluciones. Al principio tuvimos dificultades con la caracterización de la población, pues las herramientas que teníamos para hacerlo eran insuficientes en el contexto indígena, sin embargo nuestro pilar fundamental son las familias y para nosotros era absolutamente indispensable que estas se reconocieran a sí mismas. Es decir, necesitábamos encontrar una manera de que se miraran reflexivamente y reconocieran qué dificultades, necesidades y fortalezas tenían. Era muy importante que los miembros de la familia pudieran mostrarse a sí mismos como ellos se sentían, y no cómo un observador externo los percibía. Sentíamos que teníamos la opción de hacer esto de otra forma. Con eso en mente atravesamos un largo


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 Autonomía y autorreconocimiento  proceso de reflexión y terminamos por construir nuevas herramientas que concebimos a partir de nuestro propio sistema de reconocimiento. Con esta metodología logramos que los habitantes del resguardo tuvieran la posibilidad de expresar sus opiniones, inquietudes y necesidades por medios sencillos, haciendo uso de un lenguaje poco técnico. Diseñamos principalmente dos herramientas: la primera, un genograma familiar, es decir, una especie de árbol genealógico o diagrama de parentesco que toda la familia reunida, completa de manera didáctica; nos da los datos básicos de cada uno de los miembros y sus relaciones. Además nos brinda también información sobre el tipo de conflictos que podríamos esperar entre ellos, qué dinámicas hay en la casa, etc. Pero lo más importante es que esta actividad se convierte en un espacio para que ellos mismos noten cuál es su propia realidad, expresen sus necesidades y exterioricen sus dificultades y preocupaciones. Esto además, a largo plazo, tiene incidencia en la manera como las instituciones conciben las necesidades de sus beneficiarios, pues significa una retroalimentación de información sobre las familias que puede ser muy útil a la hora de trazar las políticas. La segunda herramienta hace uso de la lúdica y ayuda a las familias a encontrar un camino para resolver problemas. Consiste en usar la imagen de


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 Riosucio, Caldas  un árbol como modelo para representar problemas o situaciones difíciles: las raíces son las causas, el tronco se refiere al problema propiamente dicho, las ramas son las acciones que pueden emprender para terminar con él y el fruto es el resultado o las consecuencias para la familia al solucionar esa situación. Con esta herramienta logramos ayudar a la gente a expresar sus dificultades de una manera emocionalmente manejable y considerando con claridad las formas de resolverlas. Lo que resulta fundamental aquí es que la información con la que trabajamos la tomamos de la voz de la familia y no de lo que un observador externo ve en ellas. Ambas herramientas permiten que los niños puedan participar activamente en el proceso y que su voz sea tenida en cuenta. Con este tipo de apoyos estos pueden comprender bien lo que están haciendo y vincularse directamente al programa dando sus opiniones. Las estrategias de acompañamiento En líneas generales el sistema que mejor nos ha funcionado es llevar a cabo un riguroso análisis, caso por caso, tomando como base la información y las pautas que la misma familia nos da. Con esto podemos adelantar acciones muy cercanas a lo que las familias y los niños en verdad necesitan y así llevar a cabo una educación realmente etnodiferencial y una


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 Autonomía y autorreconocimiento  protección efectiva de los derechos de los niños y las niñas. Consideramos que la única manera de que el enfoque diferencial se realice verdaderamente es empezar, justamente, por identificar las diferencias que ameritan una manera particular o distinta de trabajar. Creemos importante comprender que la situación de los niños indígenas es diferente de la de aquellos que viven en otros contextos. Cuanta mayor sea nuestra comprensión de su realidad, mejor vamos a poder atenderlos y estas herramientas han permitido precisamente eso. Sirviéndonos del conocimiento profundo sobre las familias que brinda nuestra metodología de trabajo, en Aldeas Infantiles tenemos un amplio y comprometido programa de acompañamiento en crisis. Buscamos no limitarnos a hacer prevención en contra de, por ejemplo, el abuso intrafamiliar, el abuso sexual o el abuso infantil por negligencia, sino también acompañar a las personas (en especial a los niños y las niñas) que ya han sido víctimas de esas situaciones. El acompañamiento depende de que las familias, o al menos las víctimas, acepten que el problema existe y soliciten ayuda. Siempre dejamos que ellos mismos pongan los límites de hasta dónde trabajamos nosotros. Otra tarea que asumimos es la de ayudarlos, si lo desean, a exponer el caso ante el ICBF o ante la justicia ordinaria, pero aún en estas circunstancias


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 Riosucio, Caldas  seguimos acompañando a la familia durante todo el proceso. Tenemos dos fuertes círculos de apoyo para circunstancias excepcionales: el primero es un programa de acompañamiento a madres que han sido víctimas de abuso sexual. Está centrado en la relación que esas mujeres tienen con su feminidad y en cómo pueden restablecer los lazos con la Madre Tierra y con su condición de mujeres. El segundo es un grupo de apoyo a adolescentes en embarazo no deseado. En este caso ponemos el énfasis en el hecho de que si bien este es un gran reto, su vida no ha terminado y que aún cuentan con un amplio abanico de posibilidades para realizarse como personas. Estos dos grupos de apoyo son la manera que hemos encontrado de acompañar constantemente a las mujeres que están en estas situaciones. Confiamos en su impacto positivo porque permanentemente evaluamos nuestros métodos y reflexionamos para encontrar formas de hacerlos funcionar aún mejor. Aunque pueda parecer que estos apoyos benefician solamente a las mujeres que participan directamente de ellos, nuestra apuesta (que la realidad ha confirmado con el tiempo) es que cuando mejora la calidad de vida de una madre, mejora inmediatamente la situación de sus hijos e hijas. Quien ha sido abusada sexualmente, o que está esperando un hijo


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 Autonomía y autorreconocimiento  que no quería tener, es primero que todo una mujer. Reconocer esto hace que ellas se valoren más a sí mismas y eso repercute directamente en la relación con sus hijos. El trabajo con padres y personas mayores Otro aspecto que el enfoque diferencial pone en primer plano es la relación de los hombres con la familia. En la comunidad embera-chamí, a veces no es bien visto que los hombres hagan parte de las labores de crianza, pero en Aldeas Infantiles creemos que es posible revertir esta manera de concebir el papel del hombre y estamos trabajando para lograr que la perspectiva de la comunidad cambie y que los hombres se involucren más en la vida de sus hijos. Estamos convencidos de que esto es posible sin violentar su cultura, porque el papel del padre en la vida de sus hijos es importante independientemente de cuáles sean las costumbres de cada grupo. Por ejemplo, hacemos grandes esfuerzos por rescatar la tradición oral de estas comunidades y esa es una labor en la que los padres y abuelos hombres pueden involucrarse muy bien. Es importante que esa tradición sobreviva en las nuevas generaciones. Una buena manera de lograrlo es reunir a los niños con sus mayores para que oigan de su boca la ley de origen de su grupo, sus historias, su lengua y sus canciones.


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 Riosucio, Caldas  Esto además termina por vincular a toda la familia, porque una vez se le devuelve el estatus a los adultos mayores, toda la familia se reúne a oírlos. En esos encuentros los abuelos cuentan cómo era su vida cuando ellos tenían la edad de los pequeños que los escuchan. Simplemente oyendo sobre su cotidianidad, los niños aprenden mucho del grupo al que pertenecen y de cómo es que la comunidad emberachamí, es única. También están invitados los médicos tradicionales y las parteras, pues es una manera de que los niños se puedan hacer una idea de cómo era su vida antes. La clave en este caso es valorar los saberes que solo ellos conservan, y preocuparse por encontrar la mejor manera de transmitírselos a los pequeños. También hemos conseguido que el conocimiento agrícola tradicional que aún se conserva, empiece a enseñárseles a los niños y las niñas nuevamente. Este es un punto muy importante, porque es uno de los pilares de la cosmovisión embera-chamí y atraviesa un enorme número de tradiciones culturales. En realidad es un asunto que va mucho más allá de la mera consecución del alimento: permea todas las esferas de la vida en sociedad y de la organización del cosmos en su visión de mundo, de manera que conservarlo es preservar un aspecto fundamental de esa cultura y entregárselo a los niños es vincularlos definitivamente con el grupo al que pertenecen.


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 Autonomía y autorreconocimiento  Por los derechos de las niñas y los niños En Aldeas Infantiles sentimos que estos esfuerzos han contribuido realmente a que el enfoque diferencial sea una realidad. Creemos que aportamos a la preservación de las tradiciones brindándoles a los niños la oportunidad de conocer su propia cultura. Los esfuerzos que hacemos se traducen en derechos que pasan del papel a la realidad: a tener una cultura y una identidad, a tener una familia y no ser separado de ella, a la participación y a la protección contra toda forma de abuso y abandono son algunos derechos que nuestro programa ha fortalecido. Todo esto dentro del esquema de atención integral a la primera infancia. La Estrategia De Cero a Siempre ha traído grandes cambios para todos, pero para nosotros el que tal vez es más importante es la posibilidad de tener un enfoque diferencial, pues este ha cambiado la relación de las instituciones del Estado y particularmente del ICBF, e incluso de Aldeas Infantiles, con la población. La Estrategia nos ha invitado a ver que el enfoque diferencial no consiste solamente en tener políticas distintas para algunos grupos, sino en entender realmente las necesidades de cada uno para poder prestarle el mejor servicio posible.


La reseña que aquí se publica forma parte de un conjunto de 27 relatos cortos en los que gestores de buenas prácticas en educación inicial —  de la modalidades institucional, familiar, comunitaria y de educación intercultural — exponen algunas de sus actuaciones a favor de las niñas y los niños en el marco de la atención integral a la primera infancia. Colombia ha caminado hacia la cualificación de sus prácticas en educación inicial buscando que estas respondan a un enfoque de desarrollo integral, a los avances investigativos en asuntos de primera infancia y, por supuesto, también a las características y particularidades de cada niño y cada niña que recibe atención. Esta reseña es una prueba fehaciente de las transformaciones que se vienen dando y un reconocimiento a quienes las hacen posibles: equipos humanos de unidades de servicios regadas por todo el territorio nacional, que trabajan minuto a minuto, día a día, cumpliendo lo que como país hemos establecido en la Constitución y en el Código de Infancia y Adolescencia: el derecho impostergable de niños y niñas a recibir una educación inicial de calidad. ¡A los gestores de la experiencia que se relata en esta reseña, como a de las demás de la colección, nuestros reconocimientos!


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