Cuando el cambio surge a partir de la reflexión

Page 1

Cuando el cambio surge a partir de la reflexión Una experiencia del Centro de Desarrollo Infantil Lucerito Tumaco, Nariño Relato de C armen A licia G arcía J enny V ergelia H urtado


Cuando el cambio surge a partir de la reflexión, 2016 Ministerio de Educación Nacional, Colombia Una experiencia del CDI Lucerito (modalidad institucional) Tumaco, Nariño Relato de Carmen Alicia García Jenny Vergelia Hurtado Proyecto editorial desarrollado por la Corporación Voces y Saberes Coordinación editorial Mariana Schmidt Quintero Carolina Turriago Borrero Redacción Juan de Brigard Pardo Asistencia editorial Juan Pablo Bonilla Carvajal Corrección de estilo Lilia Carvajal Ahumada Diseño y diagramación Marta Cecilia Ayerbe Posada Impresión Zetta Comunicadores S. A. Esta reseña se desarrolló en el marco de la Alianza por la Primera Infancia (Convenio de asociación 1375 de 2015), producto del diseño del esquema de reconocimientos e incentivos a buenas prácticas en educación inicial.


Vimos la necesidad de hacer evaluaciones y autoevaluaciones de nuestro trabajo. Habiendo construido un ambiente favorable para el diálogo y las críticas constructivas, cada una se evaluó a sí misma y evaluó a su compañera.


4

P

 Tumaco, Nariño 

areciera obvio que cuando atravesamos por una situación difícil, nos preguntemos cómo y por qué llegamos a donde llegamos y cuál es la mejor manera de cambiar el rumbo. No obstante este ejercicio de reflexión es menos frecuente de lo deseado, lo que es una lástima pues la verdad es que mirarnos a nosotros mismos y tratar de descifrar cómo hemos hecho las cosas y cómo podemos hacerlas mejor, es muy enriquecedor y, sin duda, muy distinto a dejar que sucedan por sí solas, sigan su propio rumbo y cambien según el capricho de la situación. En el CDI Lucerito, ubicado en nuestra querida ciudad de Tumaco, tristemente muy golpeada por la violencia, trabajamos guiadas por el ejercicio de reflexión constante con el cual buscamos saber si lo que hacemos funciona y cómo podemos hacerlo mejor. Un ejemplo que muestra claramente nuestras intenciones reflexivas y nuestro interés permanente por evaluarnos y mejorar, son los laboratorios de aprendizaje, uno de nuestros más grandes orgullos desde 2009 cuando varios hogares comunitarios nos unimos y acordamos que aprenderíamos día a día de nuestras acciones.


5

 Cuando el cambio surge a partir de la reflexión  El origen de los laboratorios Los laboratorios de aprendizaje surgieron de una reflexión en los grupos de encuentro pedagógico que hacíamos semanalmente con las docentes. Nos dimos cuenta de que no lográbamos lo que nos proponíamos con los niños y las niñas, no veíamos cambios en ellos y estos no podían aprovechar los espacios y los momentos pedagógicos tanto como queríamos. Todas juntas nos sentamos a pensar cuáles eran las causas y cómo solucionar las dificultades. Si miramos retrospectivamente, podemos decir que vivimos un proceso que tuvo tres grandes momentos. En primer lugar nos preguntamos por nuestra relación con los niños. Creímos que era fundamental tratar de entender qué pasaba en nuestros contactos con los pequeños y si funcionaban o no. Después buscamos saber si las actividades que les proponíamos eran las mejores. Es decir, reflexionamos sobre nuestras dinámicas pedagógicas, tratando de entender cuál era su papel en ellas y preguntándonos si estas serían las responsables de las dificultades que teníamos. Y por último, cuestionamos la estructura pedagógica, en otras palabras, pensamos en la forma, la duración y la metodología de las sesiones con los niños, tratando de buscar maneras de permitir que exploraran con más libertad y de motivar su curiosidad tanto como pudiéramos.


6

 Tumaco, Nariño  Preguntas que nos movieron El primer momento nos dio a entender rápidamente que debíamos replantear las cosas desde la base. Atravesamos un duro proceso durante el cual tuvimos que preguntarnos por nuestro propio papel como agentes educativas. ¿Éramos solo cuidadoras? Cuando los padres dejan a su niño en la mañana y lo recogen en la tarde, ¿lo recogen exactamente igual a como lo dejaron? Con preguntas como estas en mente, y sabiendo que lo que nos correspondía hacer con los niños no era “entregarles” un conocimiento y estar pendientes de ellos durante el día, sino ayudarlos a desarrollar su potencial y crear ambientes pedagógicos que los motivaran, reflexionamos sobre nuestras relaciones con ellos y el papel que nosotras desempeñábamos en sus vidas. Nos miramos a nosotras mismas En el segundo momento, y a raíz de estas reflexiones, vimos la necesidad de hacer evaluaciones y autoevaluaciones de nuestro propio trabajo para saber en qué casos la manera que teníamos de hacer las cosas no era la mejor. Para esto nos apoyamos en parejas de maestras, que es el esquema que usamos normalmente en Lucerito. Habiendo construido un ambiente favorable para el diálogo y las críticas constructivas, cada una se evaluó a sí misma y evaluó a su compañera.


7

 Cuando el cambio surge a partir de la reflexión  Cosas que en otros momentos habrían sido mucho más difíciles de decir sin que fueran tomadas a mal, aquí fueron aprovechadas por cada una para aprender y mejorar su propia práctica. Facetas de uno mismo que es imposible ver sin la ayuda de alguien más, salieron a flote de manera respetuosa. Esto solo fue posible porque sabíamos que era parte de un ejercicio de reflexión, que estábamos en un ambiente seguro y preparadas para oír las críticas. También tuvimos que preguntarnos nuevamente por el papel del niño, porque la manera de diseñar un esquema pedagógico cambia enormemente si uno lo concibe como alguien que recibe el conocimiento pasivamente, o más bien como una parte activa y central del proceso pedagógico. Fue muy importante que todas tuviéramos presente que el aprendizaje es un proceso subjetivo y que debíamos procurar un trato individual para cada uno. Notamos que fallábamos al tratar de diseñar los procesos pedagógicos para un “bloque” de niños y niñas, en vez de pensar que cada uno debía comprender y apropiarse de lo que les mostrábamos. El diseño de los laboratorios El tercer momento fue, con todo esto en mente, sentarnos a diseñar una estrategia pedagógica que resolviera estas dificultades e implementara las nuevas


8

 Tumaco, Nariño  perspectivas. Llamamos al resultado laboratorios de aprendizaje. Cada laboratorio dura una semana, gira en torno a un tema principal y se apoya en una pregunta central y en otras secundarias u orientadoras. Funciona así: cada mañana los niños y las niñas son recibidos con una bienvenida que puede ser una canción o una ronda infantil relacionada con el tema que hayamos elegido para el laboratorio, y entre todos hacemos la construcción de las normas del día. Ellos mismos las proponen para establecer el orden del salón. El primer día de la semana comenzamos con una pregunta central. Por ejemplo, cuando elegimos como tema el cuidado de los dientes el eje temático fue el autocuidado, y la pregunta central era: ¿Por qué nos cepillamos los dientes? Durante el primer día los niños, en grupos pequeños o de manera individual, elaboran su propio material pedagógico. En este caso hicieron muelitas de papel higiénico y colbón. Durante los días siguientes las educadoras nos apoyamos en las preguntas orientadoras y llevamos a los chiquitos a descubrir qué es lo que pasa cuando un diente no se cepilla. Realmente es sorprendente cómo ellos mismos van encontrando las respuestas y dirigiendo el proceso: “Primero se ponen amarillos”, decían unos, “luego les sale un huequito y se hace cada vez más grande”. Gracias a las preguntas orientadoras que las educado-


9

 Cuando el cambio surge a partir de la reflexión  ras formulamos (planeadas entre todas) y usando el material elaborado por los niños y las niñas, ellos van logrando comprensiones más amplias. Al final, el último día de la semana, los grupos exponen su material frente a sus compañeros y lo que descubrieron. Este es un momento muy importante que nos permite a todos saber qué tanto comprendieron y se apropiaron de un tema y qué avances hay en asuntos vitales para nosotros: seguridad en sí mismo, lenguaje, relación con los demás, manejo de normas, etc. Esta metodología ha demostrado tener muchísimas ventajas. En primer lugar, se desarrollan diversas capacidades: creatividad y habilidad motriz y manual en la elaboración del material; análisis y pensamiento crítico cuando enfrentan las preguntas orientadoras; habilidad para expresarse y hablar en público durante la exposición. Pero además, los niños y las niñas son los que guían todo el proceso, de manera que la exploración se hace según sus propias inquietudes e intereses y no por imposiciones de los docentes, con lo cual desarrollan su autonomía. Puesto que en cada laboratorio el tema, las preguntas y el material son diferentes, las oportunidades que tienen de desarrollar sus capacidades a lo largo de unos meses son variadas. Por otra parte, para nosotras ha resultado evidente que los niños y las niñas disfrutan el proceso cuando trabajan con material elaborado por ellos mismos.


10

 Tumaco, Nariño  Esto les permite estar mucho más cerca de las cosas que exploran e interesarse por ellas de manera directa. Gozan y comprenden mucho más cuando investigan con sus propias acciones, en vez de que —como se hacía antes— las docentes les “entreguemos” el conocimiento sin que puedan participar en su construcción. Hemos visto también que las actividades en las que los pequeños despliegan sus propias capacidades, proponen, eligen y establecen sus propias reglas, les ayuda a desarrollar su autonomía, a ser más independientes, autorregulados y seguros de sí mismos. Por ejemplo, aunque nuestros niños son muy pequeños, en Lucerito no tenemos control de baño. Ellos van solos y saben que deben respetar los turnos y los espacios de cada uno. El respeto y el cumplimiento de las normas se logra también, pues saben cuál es el sentido que tienen. En nuestro CDI hemos visto que cuando a los niños se les invita a pensar y a reflexionar sobre cómo y por qué hacer las cosas, el impacto del aprendizaje sobre ellos es mucho mayor. El conocimiento no es como un vaso que se llena, sobre todo en el caso de los chiquitines, lo importante es que descubran el mundo por sí mismos. No se trata simplemente de darles unos contenidos específicos, sino de mostrarles cosas nuevas y brindarles oportunidades para explorar, resolver problemas y reflexionar. Por eso un modelo


11

 Cuando el cambio surge a partir de la reflexión  como el de los laboratorios logra que estos aprendan en todo el sentido de la palabra, mucho más de lo que aprenderían en una clase que no los involucra y que no pide nada de su parte. El tablero interactivo Otra de las herramientas que usamos a diario en Lucerito surgió, al igual que los laboratorios, de una dificultad que observamos y del proceso de reflexión y análisis que llevamos a cabo en grupo para solucionarla: las docentes no lográbamos comunicarnos con los niños tanto como queríamos. Muchas veces los veíamos llegar tristes o de mal humor al CDI y nos era muy difícil averiguar qué les pasaba, pues no podíamos motivarlos para que nos contaran sus sentimientos. Preocupadas, nos sentamos a diseñar una herramienta que nos permitiera entablar esa comunicación. Al identificar esta situación que nos tenía inconformes y después de analizarla, se nos ocurrió hacer un tablero —el primer prototipo fue muy sencillo, de cartulina— en el que los chiquitos pudieran identificarse a sí mismos y mostrarnos qué sentían. Conseguimos fotos de cada uno e imágenes de situaciones cotidianas, positivas y negativas, que pueden vivir los niños de entre dos y cinco años: una niña comiendo Cheetos, uno comiendo verduras, una niña riendo


12

 Tumaco, Nariño  feliz, un niño hablando por teléfono, un niño llorando, una niña corriendo, etc. Lo llamamos Tablero interactivo de participación. Para enseñarles a usarlo, una de las docentes puso su propia ficha en el tablero y la llevó junto a una imagen explicándoles que ella quería hablar de lo que mostraba la imagen. Poco a poco, imitando a su profesora, los niños fueron entendiendo que podían tomar su foto y ponerla al lado de la imagen que representara cómo se sentían o de qué querían hablar. Al principio fueron pocos los niños que se animaron a usarlo. Por supuesto no era obligatorio. Pero de uno en uno fueron aprovechando la herramienta para expresarse y dejar ver a las educadoras y a sus compañeros cómo se sentían. Después de un tiempo todos participaban y funcionaba muy bien. Finalmente nosotras podíamos hablar con ellos de lo que sentían. Sin embargo había mucho desorden. Sin nuestra intervención ellos mismos lo solucionaron: fueron ordenándose para pasar de uno en uno al tablero. Cuando lo notamos simplemente tuvimos que darle un nombre a lo que hacían y surgió el monitor infantil. El niño que es monitor ese día (rota de manera natural día a día) está encargado de establecer el orden para que los demás pasen de uno en uno al tablero. Hoy en día todos utilizan el tablero y lo hacen de manera ordenada.


13

 Cuando el cambio surge a partir de la reflexión  La herramienta ha sido muy buena, pues además de haber hecho más fluida la comunicación entre nosotras y los niños y las niñas, nos ha permitido diagnosticar situaciones de falta de atención por parte de sus padres, transformar situaciones de agresividad o mal humor de manera amable, y resolver dificultades cotidianas sin que se conviertan en problemas mayores. El tablero es excelente para conocer algo de las realidades en sus casas, pues muchas veces solo sabemos de ello por lo poco que vemos cuando están en el CDI. A veces esa información no basta para darles un trato integral y para garantizar que sus derechos están protegidos, de manera que esta herramienta, en la medida en que puede incrementar su bienestar, es muy exitosa. La importancia del proceso reflexivo Mirando los logros de los últimos años, vemos que el factor común de todas las cosas que han resultado bien es fruto del proceso de reflexión que las guió. Todas nuestras iniciativas han surgido de la observación de situaciones y de identificar aquello que debemos mejorar, lo cual nos lleva a sentarnos a pensar y discutir cómo podemos hacerlo. El proceso de reflexión, el esfuerzo por entender dónde estamos, cómo llegamos ahí y para dónde debemos seguir es una parte imprescindible para mejorar realmente. Esto se nota


14

 Tumaco, Nariño  en muchas cosas distintas, por ejemplo, al momento de comenzar a diseñar los laboratorios pedagógicos, incrementamos mucho la cantidad de registros escritos que llevábamos. Al comienzo esto fue difícil para nosotras. Antes no estábamos acostumbradas a escribir tanto, ni a tanto papeleo, pero rápidamente nos dimos cuenta de que llevar registro del progreso de los pequeños nos daba muchas luces sobre el camino por seguir y nos permitía una atención mucho más personalizada. Lo notamos también en los grupos de encuentros pedagógicos. Al comienzo tenían una frecuencia semanal y eran demandantes y pesados, pues reunirse cada ocho días durante un par de horas a discutir las dificultades toma mucha energía. Con el paso del tiempo y la implementación de las nuevas estrategias conseguimos hacerlos cada quince días y hoy por hoy son mensuales. No se trata de trabajar hasta no poder más, se trata de que el trabajo que se haga quede bien hecho y de que los recursos disponibles (y en esto se incluyen la energía y las ideas de las educadoras) se inviertan de manera que den frutos. Si todo esto se hace siempre teniendo a los niños y las niñas en mente, no puede salir mal. Es indispensable que la atención de todo el personal del CDI esté siempre en ellos y en sus derechos. Si estos procesos reflexivos son regidos por esos principios, siempre


15

 Cuando el cambio surge a partir de la reflexión  significarán una ganancia para el talento humano y para los pequeños. La intención es que los derechos de la primera infancia, y el bienestar que reflejan, sean los motores principales del cambio. Deben ser la marca que prenda las alarmas cuando algo va mal y la luz que dicta la dirección en que hay que moverse para solucionarlo. Una de las cosas más bonitas de las que nos hemos dado cuenta en este tiempo, es que la herramienta que más nos ha servido para mejorar el servicio que prestamos y la calidad de vida de los niños y las niñas, es la misma que tratamos de que ellos también tengan: la reflexión. Como sabemos que la educación no es cuestión de simplemente entregar un contenido, sino de mostrarles maneras de pensar y reflexionar y, por supuesto, de invitarlos a explorar por ellos mismos, hemos dirigido nuestros métodos y nuestros esfuerzos en esa dirección. Creemos firmemente en que esto no se olvida y que hará una diferencia durante toda su vida. Y probablemente, una vez tengan esas capacidades, los hombres y mujeres en que esos niños se hayan transformado, sí van a tener la capacidad de detenerse a pensar en dónde están, para dónde quieren ir y cómo llegar allá.


La reseña que aquí se publica forma parte de un conjunto de 27 relatos cortos en los que gestores de buenas prácticas en educación inicial —  de la modalidades institucional, familiar, comunitaria y de educación intercultural — exponen algunas de sus actuaciones a favor de las niñas y los niños en el marco de la atención integral a la primera infancia. Colombia ha caminado hacia la cualificación de sus prácticas en educación inicial buscando que estas respondan a un enfoque de desarrollo integral, a los avances investigativos en asuntos de primera infancia y, por supuesto, también a las características y particularidades de cada niño y cada niña que recibe atención. Esta reseña es una prueba fehaciente de las transformaciones que se vienen dando y un reconocimiento a quienes las hacen posibles: equipos humanos de unidades de servicios regadas por todo el territorio nacional, que trabajan minuto a minuto, día a día, cumpliendo lo que como país hemos establecido en la Constitución y en el Código de Infancia y Adolescencia: el derecho impostergable de niños y niñas a recibir una educación inicial de calidad. ¡A los gestores de la experiencia que se relata en esta reseña, como a de las demás de la colección, nuestros reconocimientos!


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.