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Iyará, donde se construye identidad, 2016 Ministerio de Educación Nacional, Colombia Una experiencia del Centro de Desarrollo Infantil Popular (modalidad institucional) Villavicencio, Meta Relato de Crhistian Camilo Alfonso García Lina Paola Martínez Hurtado Proyecto editorial desarrollado por la Corporación Voces y Saberes Coordinación editorial Mariana Schmidt Quintero Carolina Turriago Borrero Redacción Juan de Brigard Pardo Asistencia editorial Juan Pablo Bonilla Carvajal Corrección de estilo Lilia Carvajal Ahumada Diseño y diagramación Marta Cecilia Ayerbe Posada Impresión Zetta Comunicadores S. A. Esta reseña se desarrolló en el marco de la Alianza por la Primera Infancia (Convenio de asociación 1375 de 2015), producto del diseño del esquema de reconocimientos e incentivos a buenas prácticas en educación inicial.
Mediante la estrategia Cuerpo Sonoro, una novedosa propuesta del Ministerio de Cultura que busca cualificar y potenciar el trabajo pedagĂłgico, musical y corporal del cĂrculo familiar, el CDI Popular se propone retomar y proteger valores culturales nacionales y regionales.
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os llaneros somos recios y fuertes al hablar. Pisamos firme y cuando llegamos a algún lugar es fácil saber que somos del Llano. Desde pequeños montamos a caballo, usamos cotizas y conocemos la música de arpa y capachos. Tenemos ese carácter porque así crecimos, formamos nuestra identidad con los elementos que nuestro entorno nos ofrecía y nuestra cultura dejó su sello en nosotros. Estamos orgullosos de cómo somos y por eso educamos a nuestros niños y niñas de la misma manera. En el CDI Popular de Villavicencio, la Puerta al Llano, nuestros pequeños aprenden cada día sobre lo que significa ser llanero. Hoy en día, con la enorme influencia de elementos culturales no tradicionales que llegan a ciudades principales como la nuestra, es muy fácil que la herencia de nuestros padres y abuelos quede en segundo lugar, opacada por música comercial en inglés, zapatos hechos en China y motos que reemplazan a los caballos. Por eso en nuestro CDI tratamos de que todos los días los niños estén en contacto con las cosas que caracterizan a nuestra región y que nos hacen únicos en el país. Creemos que la manera de mantener viva nuestra propia cultura es enseñándosela a los pequeños e invitándolos a que se apropien de ella, pues si no la aprenden, si una sola generación queda privada de
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Iyará, donde se construye identidad estos conocimientos y estas prácticas, algunas cosas se perderán definitivamente. Justamente por ello mediante la estrategia Cuerpo Sonoro, una novedosa propuesta del Ministerio de Cultura que busca cualificar y potenciar el trabajo pedagógico, musical y corporal del círculo familiar, el CDI Popular se propone retomar y proteger valores culturales nacionales y regionales como la música, el canto, la literatura, la danza y el folclor en general. El programa nos llegó a través de una serie de capacitaciones dictadas por el Ministerio de Cultura en 2011. Algunos de los docentes de nuestro CDI las tomaron y al volver a sus labores compartieron con el resto del equipo todo lo que habían aprendido en ellas. Al evidenciar la importancia del programa y los beneficios para la población atendida, empezamos a incluir en nuestra planeación actividades de este tipo. Año tras año los agentes educativos de nuestro CDI siguieron asistiendo a las capacitaciones que se organizaban e implementábamos las propuestas con nuestros beneficiarios, pero no fue sino hasta 2015 cuando surgió la idea de transformar el salón de danzas en un quiosco ambientado para que los pequeños se acerquen a su propio folclor. El impulso lo tomamos luego de que el Ministerio y la Corporación Cultural Municipal de Villavicencio (Corcumvi) nos reconocieran en
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Villavicencio, Meta el evento de formación de ese año como los primeros en transformar esta estrategia gubernamental en una realidad viva, y exaltaran que habíamos encontrado formas de hacerlo tangible para los niños. Con mucho orgullo trajimos la noticia al CDI y, con el respaldo del coordinador, empezamos a buscar maneras de darle al programa aún más protagonismo en nuestra institución dedicando un espacio físico a ello. Nace el Quiosco Iyará El nombre de nuestro quiosco significa en guaraní “unión de sueños” y en él, Cuerpo Sonoro tiene una presencia importante. Lo diseñamos y ambientamos para que los niños jueguen, exploren, descubran y se apropien de los elementos culturales del Llano. Desde que lo creamos ha ocupado un lugar primordial en nuestro CDI. Su contenido es muy flexible y cambia cada mes, aunque siempre guarda relación con algún aspecto de nuestra cultura. Por ejemplo, en octubre pasado, mes en el que se celebra en muchas partes de país y del mundo el Halloween, el quiosco estuvo habitado por mitos y leyendas del Llano. Llevamos a cabo una rigurosa investigación y les contamos sobre la Bola de Fuego, la Patasola y otras historias tradicionales de nuestra región y nuestro país.
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Haciendo nuestro trabajo de manera excelente nos aseguramos de que no solo el ICBF y los ministerios de Cultura y de Educación queden satisfechos, sino de que se cumplan también los derechos de los niños, lo cual es el sentido de nuestras acciones.
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Villavicencio, Meta Para este y otros temas hemos recurrido a los conocimientos de los adultos mayores de la zona. Hemos logrado que los padres y los abuelos nos cuenten sobre su propia infancia y las historias que les contaron a ellos cuando niños. Esto cumple un papel fundamental en el rescate de tradiciones porque en ellos la cultura está viva y podemos apoyarnos en sus conocimientos y experiencia para conocer mejor nuestra propia historia, además, esta es una manera de involucrar a la comunidad en los proyectos del CDI. Iyará se ha integrado muy bien con el resto de las actividades del CDI. Como es un lugar especial, más ambientado que los salones, en el que se encuentran muchos materiales, instrumentos, disfraces y donde hay suficiente espacio para moverse como uno quiera, los niños y las niñas sienten una atracción particular por el sitio y por las actividades que llevamos a cabo allí. Es distinto de los espacios cotidianos; pone a los niños en una disposición diferente y nos permite desarrollar momentos pedagógicos particulares (como el de exploración) con mucho más éxito que si simplemente lo hiciéramos en un salón ordinario. Allí tienen posibilidad de representar los cuentos que las maestras les leen, trabajar con plastilina o greda y bailar, todo en relación con el tema del mes y con su propia cultura. Siempre se llevan la sensación de que habitaron por un momento un mundo mágico.
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Iyará, donde se construye identidad Pero la función del quiosco va más allá: esta iniciativa tiene relación directa con la intención de la Estrategia De Cero a Siempre de convertir los derechos de los niños en el centro del trabajo con la infancia. No debemos olvidar que uno de esos es el derecho a tener una cultura. Creemos firmemente que es un deber de nuestra institución ayudar a que ese derecho se realice en cada niño, y que el peso de las culturas extranjeras, presente a través de diversos medios y de objetos a los que están expuestos los chicos, exige de nuestra parte un compromiso aún mayor. Nos sentimos orgullosos de nuestra propuesta y consideramos que es una buena manera de poner en práctica esos principios que la Estrategia ha planteado en el papel. Lo que hizo posible a Iyará Al volver sobre el camino que hemos andado para llegar hasta aquí, después de haber visto cómo y de dónde surgió Iyará, logramos entender con más claridad qué cosas fueron las que lo hicieron posible. La propuesta del Ministerio de Cultura era una base excelente y sobre ella pudimos construir, con mucha dedicación, un programa que es solo nuestro. Para nosotros, la manera de llevar la gestión en el CDI fue la pieza clave del proceso. Sin un esfuerzo conjunto y dedicado a presentar un buen proyecto y a utilizar las herramientas que el Ministerio y el ICBF nos ofrecían,
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Villavicencio, Meta habría sido imposible sobresalir como lo hicimos. Aunque en ningún momento se habló de un premio o un reconocimiento, realmente nos concentramos en que el trabajo quedara bien hecho, hasta tal punto que esa recompensa vino sin que la esperáramos. La posibilidad de hacer realidad lo recibido en una capacitación tuvo un fundamento administrativo importante. En nuestro CDI cada una de las capacitaciones que algún miembro del equipo recibe es luego replicada para los demás, como sucedió en el caso del proyecto Cuerpo Sonoro. Compartir estos aprendizajes con todos los colegas, además de tener la ventaja evidente de permitir que más personas accedan al conocimiento, logra integrar al equipo, ponerlo de acuerdo y hacer consciente a cada uno del trabajo de los demás. Podríamos poner como ejemplo las capacitaciones sobre buen manejo de alimentos: normalmente solo las manipuladoras tendrían que atender a este tema, pero si todas las personas del CDI reciben los mismos conocimientos, podrán brindar un mejor servicio al ayudar al personal de cocina y sabrán apreciar y valorar el trabajo de sus compañeras. A esto se suma que volver a relatar un aprendizaje lo hace más consciente y obliga a las personas involucradas a comprenderlo mejor, reforzarlo y a reflexionar sobre él. Con el tiempo hemos descubierto que este ejercicio de reproducir las capacitaciones facilita la ar-
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Iyará, donde se construye identidad ticulación administrativa. Con el Quiosco Iyará fue evidente, pues cuando volvíamos al CDI después de cada encuentro, nuestro coordinador, que era la persona capaz de dar continuidad y fuerza a esta iniciativa, oía de primera mano lo que nosotros habíamos hecho y aprendido. En esas reuniones reconoció el valor de lo que estábamos haciendo y nos dio cada vez más apoyo. Una herramienta que nos ha funcionado muy bien es asignarle a cada tema un responsable. Siempre hay alguien a quien le corresponden determinadas tareas, de manera que se reduzcan las posibilidades de que las cosas se queden sin hacer, o queden mal hechas. La persona responsable es quien debe hacer un seguimiento completo y consistente de cada una de las tareas. Esto, más que una presión, es una manera de garantizar que las acciones están repartidas con claridad. Lograrlo depende de una buena articulación entre las diferentes partes —un equipo cohesionado— y de gente comprometida y bien capacitada. Por ejemplo, aunque el Iyará está a disposición de todos los docentes del CDI, las personas que asistimos a las capacitaciones del Ministerio somos quienes más cercanía y cariño le tenemos. Nosotros somos responsables de que funcione adecuadamente y de que se mantenga en buen estado. Esto aplica a todos los procesos administrativos y burocráticos de la institución.
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Villavicencio, Meta Otro de los grandes intereses de nuestro CDI es que nuestro talento humano se capacite permanentemente, puesto que la cualificación del equipo hace una diferencia muy significativa en la calidad del servicio que brindamos y, en últimas, en el bienestar de los pequeños. De nuevo, el caso de Cuerpo Sonoro lo hace evidente: las capacitaciones fueron el origen del proyecto y lo que dio lugar a que este creciera cada vez más, hasta conseguir el reconocimiento. Sin el aval y el impulso de la Fundación Bien Estar, operador del CDI Popular, esto habría sido imposible. Es en este orden de ideas que nosotros buscamos apoyar individualmente a todos los miembros del equipo que desean cualificarse. Lo hacemos porque comprendemos que es importante que se sientan respaldados por parte del CDI y que la capacitación (en la medida en que mejora el trabajo de las personas) sea reconocida por el mismo CDI y tomada en cuenta dentro de sus iniciativas. En relación con el mismo punto, quisiéramos también hacer énfasis en el papel que desempeña la empresa administradora de nuestro servicio (Fundación Bien Estar) en el buen funcionamiento del CDI. El vínculo entre la administración del CDI y la representante legal tiene que ser estrecho y bueno. Es importante que hayan exigencias de parte y parte, de
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Iyará, donde se construye identidad manera que se ayuden mutuamente a trabajar bien. Es justamente allí donde vemos que ir más allá del estándar exigido es posible. Esto es muy importante, porque además de ser lo que separa una buena práctica de una práctica cualquiera, mejora mucho la situación de los niños y las niñas. Aunque tal vez no sea fácil verlo siempre, para ellos no es igual tener un equipo que hace todo lo posible por cumplir con la calidad más allá de las exigencias básicas, que uno que busca solo el mínimo. En todo nuestro trabajo notamos continuamente que los estándares de calidad son pautas generales que marcan una dirección, pero para nosotros ha sido fundamental tomarnos en serio el hecho de que por sí solos no son suficientes. Marcar el rumbo a partir de ellos implica hacer un esfuerzo constante por ir más allá y tratar de entender el sentido que tienen, en vez de simplemente cumplirlos. Nuestro trabajo con el programa de Cuerpo Sonoro fue exactamente igual a como habría sido si hubiéramos sabido, desde un primer momento, que había posibilidad de que el Ministerio de Cultura lo reconociera, y ese fue el secreto para hacerlo bien. Las sugerencias de actividades que nos dieron en ese caso eran relativamente sencillas, pero nosotros las tomamos y las llevamos mucho más allá del mínimo y, por supuesto, alguien decidió premiar nuestro trabajo.
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Villavicencio, Meta Por eso creemos que los estándares están hechos para garantizar el cumplimiento de los derechos de los niños, pero que estos no son la base: la verdadera base es la realización de los derechos mismos. Yendo más allá del estándar les damos a cada niño una oportunidad para que, además de aprender lo básico y de tener un estado nutricional bueno, puedan aprovechar verdaderamente su niñez viviéndola como niños. Haciendo nuestro trabajo de manera excelente nos aseguramos de que no solo el ICBF y los ministerios de Cultura y de Educación queden satisfechos, sino de que se satisfagan también los derechos de los niños, lo cual es el sentido de nuestras acciones. Mirando hacia atrás resulta claro: desde la preocupación por ofrecerles a los pequeños la posibilidad de que conozcan su propia cultura, pasando por el compartir capacitaciones, hasta las buenas relaciones entre las personas que se ocupan de lo administrativo y de la gestión, estamos siempre comprometidos con el bienestar de los niños y las niñas como lo exige nuestro programa integral. Para nosotros los derechos no deben estar simplemente escritos en un papel, sino que deben, como el Quiosco Iyará, transformarse, pasar de lo teórico a la realidad para que los niños puedan disfrutar de ellos todos los días.
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Mirando hacia atrás resulta claro: desde la preocupación por ofrecerles a los pequeños la posibilidad de que conozcan su propia cultura, pasando por el compartir capacitaciones, hasta las buenas relaciones entre las personas que se ocupan de lo administrativo y de la gestión, estamos siempre comprometidos con el bienestar de los niños y las niñas como lo exige nuestro programa integral.
La reseña que aquí se publica forma parte de un conjunto de 27 relatos cortos en los que gestores de buenas prácticas en educación inicial — de la modalidades institucional, familiar, comunitaria y de educación intercultural — exponen algunas de sus actuaciones a favor de las niñas y los niños en el marco de la atención integral a la primera infancia. Colombia ha caminado hacia la cualificación de sus prácticas en educación inicial buscando que estas respondan a un enfoque de desarrollo integral, a los avances investigativos en asuntos de primera infancia y, por supuesto, también a las características y particularidades de cada niño y cada niña que recibe atención. Esta reseña es una prueba fehaciente de las transformaciones que se vienen dando y un reconocimiento a quienes las hacen posibles: equipos humanos de unidades de servicios regadas por todo el territorio nacional, que trabajan minuto a minuto, día a día, cumpliendo lo que como país hemos establecido en la Constitución y en el Código de Infancia y Adolescencia: el derecho impostergable de niños y niñas a recibir una educación inicial de calidad. ¡A los gestores de la experiencia que se relata en esta reseña, como a de las demás de la colección, nuestros reconocimientos!