REVISTA EL BÚHO TUERTO ED. 3 by Jhonny Wahider Cardona Hernandez

EJEMPLAR DE CORTESÍA

El búho tuerto “Si miro hacia el frente y veo mi sombra: el reflejo de mi cuerpo. Si miro hacia delante de mi reflejo veo mi sombra. Si miro hacia arriba veo mi sombra y si veo hacia abajo, miro mi cuerpo y mi sombra. ¿Que es? Es mi cuerpo, mi sombra; es mi cuerpo y mi sombra”. Ana Milena Garces

l a i r o t i d E

Comentarios, sugerencias y artículos a:

Eelbuhotuerto@gmail.com

s, nos o z a t e l tres a er lugares e d o l r e El vu do a recor ados. br va , ha lle tes vislum resunción ca an inguna p or el n u n anos to no es n os volar p Es erem u q e porqu ntero. se oe rtad d e b n i l u m de la ian s a l a Las n e inic para a e i d c extien la acroba evo de nu cometido. ue el te q hacer ted la par us e la Tome del ave d rará zca ont apete ción, enc a vida; nl ina imag mo todo e es a la n , co s razo a aquí l a sym upe, buena o se preoc ... ,n sazón uestión de es c ción. n todo u s e y pr estilo

Contenido Aforismo sin título

Introducción al pensamiento

Aclaraciones biológicas

Sin título

El rayo

Discurso circular

José Noel

Cirugía reconstructiva de Frankenstein

Doble moral

Factor rebeldía... factor muerte

AUGUSTO ROTAVISTA HERNÁNDEZ WAHIDER CARDONA HERNÁNDEZ Fotografía portada Dirección Art. y Edit: ELICENIA BEDOYA, CHARLES Z. R, GLORIA GARZÓN

PAOLA GÓMEZ Corrección

Colaboradores: ATAHUALPA QUINTERO, LUÍS E. TABARES

Diagramación y armada electrónica: EDICIONES VILLA GALLINAZO

Finanzas: REVISTA 2

Impreso en Pereira

AFORISMO SIN TÍTULO

Horacio Altuna. Chances

Somos sombras que apagamos la luz de nuestra mente fugaz; no hay un mañana cierto, pero tampoco una verdad escrita. Son muchos los pensadores y muchos los pensamientos y no solucionamos nada. ¿Por qué? Somos tan ineptos para reaccionar contra la negligencia mental y seguimos parados esperando ser atacados y afectados por palabras que no comprendemos. La acción es sólo un estímulo sexual que no tiene más que once minutos para manchar las entrañas de la ignorancia y, luego, zafarse como la pluma de un ave que vuela tan alto. El calor derrite las ganas de volar por debajo de la tierra inorgánica y contaminada con la idiosincrasia humana de creerse lo que nunca podrá ser: “Humanos así no puede haber una tecnología, el conocimiento se apaga por el miedo a ser libres”.

Kulebra 1

El búho tuerto

INTRODUCCIÓN AL PENSAMIENTO

Humanidad es más sentimiento que otra cosa, corazón más que ciencia... Por lo pronto no accederemos al Mundo Feliz magistralmente descrito por el Sr. Huxley (¿por fortuna?). Nos gustan las artes del espíritu, pero también admiramos las ciencias exactas. En el Renacimiento, en los tiempos más florecientes de la cultura oriental y entre los árabes de la antigüedad, por citar escasos ejemplos, no faltó aquel humano que no parecía serlo por la sobrenaturalidad de su intelecto o su grandiosa habilidad manual. Anoto que en aquellas antiguas épocas era más fácil para el artista ser científico a la vez (o visceversa), por los escasos descubrimientos e información logrados a esas fechas. Ahora, en esta convulsa historia de saberes en el mundo humano, encontramos incluso tratados sobre temas tan específicos que sólo una población determinada los puede entender e interpretar su utilidad: experimentación en plásmidos sobre transmisión del virus B19, procesos industriales del sorgo, ajustes de tasa de interés en créditos multifinanciados, delitos menores en derecho penal, la

lingüística en las comunidades indígenas del Brasil, técnicas para el ajedrez. Saber mucho, es pues, saber de todo un poco… o sea saber nada (aquí podría citar como ejemplo aquellos que llenan muy bien crucigramas). Al dedicarse un individuo a un solo saber, ignora gran parte de los demás… “de eso si no sé nada” responderá ante lo que no sea de su dominio. Ya no es lícito hablar de cosas que no sean demostrables. ¿Será que esto nos condena, talentosos contradictores de la lógica, rebeldes de la “verdadera utilidad” a desaparecer? Tal vez sí, porque hace rato no he vuelto a ver ningún Goya, ningún El Greco, ningunos Picasso, Monet, Calho, ningunos Bach, Chopin, The Beatles, (que me perdonen todos los demás que aquí no aparecen por mi pigmea memoria), ningunos Shakespeare o, más cerquita, García Márquez. Se han visto reemplazados por transitorias estrellas del pop que son más bien publicidad de empresarios,

pululan las novelas amarillistas de algún amateur de periodista (escriben sobre sicarios, pandillas, en fin, todo lo que no es sorpresa, y con un pésimo estilo). Entre lo moderno sólo puedo felicitar a The Simpsons como obra filosófica de gran calidad y su creador Matt G. Igual seguimos enamorados, hasta los profanos en arte, de todo lo bello que ha marcado la historia… Incluso buscando en las culturas diferentes a la occidental, con las que estamos tan poco familiarizados, lamentablemente, por culpa de nuestras fuentes de información

durante la crianza. Y no muy lejos de esas fuentes de distracción mundanales mencionadas, se expande el mundo tecnológico, los microchips, la experimentación en biomecánica…. ¡Y nunca hemos visto si quiera un acelerador de partículas! ¿Será profético lo de The Matrix? Bueno humanos, en todo caso, si los genios (cuyas identidades permanecen en las sombras) deciden que sólo lo que es útil puede y debe subsistir. ¿Será menester que nuestra deletérea y fútil raza al fin se extinga…

Nadya

Robert ParkeHarrison. Bed and tree

El búho tuerto

ACLARACIONES BIOLÓGICAS Aún en mujeres con ciclos menstruales regulares no es posible predecir las fechas exactas de ovulación. Es cierto que los pulsos hormonales de la hipófisis funcionan casi con exactitud en el tiempo, y permiten establecer en un gran porcentaje de mujeres, los días fértiles aproximados (favor remitirse a libros de biología o afines para información respecto al ciclo ovárico). Sin embargo el otro pequeño porcentaje puede presentar ovulaciones muy tempranas o muy tardías en el ciclo (¿puede ud, si es mujer, estar segura de que no entrará en ese porcentaje en algún momento del año?). En biología nada es exacto, noten que resalto la palabra aproximado. En conclusión el método del ritmo no es confiable, y los anticonceptivos tampoco lo son el cien por cien (hay que combinarlos). Durante la cópula se depositan 300 a 500 millones de espermatozoides cerca del orificio externo del cuello uterino, que avanzarán al sitio de fertilización en pocas horas si las condiciones son propicias. Los espermatozoides humanos pueden mantener su capacidad fertilizante por 24 a 48 horas después de ser depositados en el aparato genital femenino. La fertilización ocurre en la trompa uterina en la mayoría de los casos (allí espera el ovocito u óvulo). La penetración de las capas del ovocito por parte del espermatozoide dura aproximadamente 24 horas. Los gametos

fusionados forman el Cigoto, el cual realiza divisiones mitóticas hasta convertirse en blastocisto. Éste se implanta en el endometrio uterino, proceso que se completa más o menos hacia el séptimo día después de la fertilización. Los anticonceptivos de emergencia son simplemente estrógenos los cuales actúan de dos formas: primero, si no ha ocurrido fertilización, crean un microambiente hostil para los espermatozoides. Segundo, ese mismo ambiente hostil evitará la implantación, si la fertilización ya ocurrió (ya no es anticoncepción, más bien anti-implantación). El conflicto respecto a los “anticonceptivos” de emergencia debe quedar en el pasado. De hecho un buen porcentaje de productos de la concepción (cigotos) se pierden espontáneamente por errores cromosómicos ¿se asustaron alguna vez con un atraso de la pareja femenina? No se trata de una cosa extraordinaria, está bien estudiado y es más frecuente de lo que imaginen. La implantación es, por analogía, una “invasión”: el producto para poder sobrevivir debe penetrar el endometrio para establecer contacto con los vasos maternos, por medio del trofoblasto (células que formarán la placenta). Así que en la primera semana de desarrollo nuestro

aspecto es así:

En la segunda, más o menos:

Blastocisto (futuro embrión)

Trofoblasto (invadiendo endometrio)

Y en la cuarta semana ya somos embrión, con una longitud de 1.5 a 2 milímetros

Lo que sigue es la diferenciación de los tejidos que van a formar los órganos y sistemas, adquiriendo durante el proceso, forma similar a los embriones de cualquier especie del phylum cordata (es decir, un embrión de reptil es idéntico a uno nuestro

en cierta etapa). El embrión claro que tiene corazón, pero su desarrollo neuronal todavía es incipiente; ¿siente un embrión? la respuesta al parecer es no. El corazón no es el alma, más se le aproxima el cerebro. La forma humana se adquiere como a la novena semana (tercer mes) de desarrollo, cuando ya se puede hablar de feto. Sin embargo todavía su tamaño es de 7 a 9 centímetros. Ya en el cuarto mes dobla esta longitud y sigue creciendo rápidamente a lo largo de la gestación. Por su parte la placenta, que es el pulmón fetal, continúa su íntimo contacto con el endometrio materno (susceptible de sangrado ante desprendimientos, con nefastas consecuencias mientras más avanzada esté la gestación). No es mi propósito inducir a opiniones unánimes, sino emplear la mayéutica como hiciera Sócrates (conducir al pensamiento). Que quede a consideración de los lectores si empatizan o no con los métodos antiimplantación o con el aborto ; aquí sólo expongo la información básica necesaria para preveer los riesgos y tomar las decisiones en momento oportuno. Todas las personas deberían saber cómo funcionan por dentro.

ANTONIA GALVIS Sugiera temas: juana7@gmail.com

El búho tuerto

Sin título

La orgía onanista ha comenzado. Ahora es tiempo de tirar la toalla, Y pensar en la imposibilidad del otro. Imposibilidad diatésica. Diátesis social, diátesis total. Masturbar entre tres el cuerpo sin órganos. Como dirá Arthaud: El orgasmo es una fiesta del clítoris… Pero no deja de ser una simulación femenina. Caníbales sociales… Sólo hay caníbales sociales. Por doquier. Cuando menos absorbe tu cuerpo y tu cerebro entre papeles y lapiceros. Suicidios colectivos entre ascesis de SIDA y gonorrea. Os veo, Haciéndote creer que es así. No observo más que una imposibilidad dialéctica entre un chovinismo ubesco e hipocondriaco. Una orgía social. Declarar el estado de alerta ante la orgía social.

Jhon Alex Herrera

EL RAYO “Pero el relámpago gobierna la totalidad del mundo” (Heráclito, Fragmento 64).

“Lo ente” termino que procede del latin “ents, entes” (“lo que es”), se presenta, es aquello que aparece; su aparecer esta asociado a la luz que permite observar de forma clara las cosas; es la posibilidad de conocer ligada a la metáfora de la luz, pero será sólo un uso literario al que continuamente se recurre, empíricamente, poder ver el ente es posible gracias al albor pero, ¿a que luz nos referimos? ¿Aquella cuyo exceso es tanto que nos ciega? Pues bien lo dice Platón en el Mito de la Caverna[1] “La luz te ofenderá a los ojos, y el alucinamiento que habrá de causarte, te impedirá distinguir los objetos cuyas sombras veía antes”. Dentro del pensamiento griego tenemos el traducido como ser; en el texto Caminos de bosque dice: “el propio ser se aclara en lo ente”, este aparecer corresponde a una propiedad del ser en la que él mismo se muestra en lo que presenta, pero paradójicamente el rasgo fundamental del ser es ocultarse, porque lo ente, con la luz que tiene sobre él vela el ser. Lo ente con ese proyector de luz sobre él simplemente queda ciego para ver al ser emisor, la ceguera del ente lo hace caer en errores “lo ente acontece en el error” dice Heidegger[2]; todo no ha sido

más que un mirar oscuro, el ser permite la presentación pero conduce al error histórico de él mismo. El relámpago en medio de la oscuridad presume tener el ente, conocerlo, captarlo, aprenderlo, él se hace presente como lo que es. Pero sucede que el ser tras la aparición de lo ente se oculta, aporta al desocultamiento del ente y él se esconde, se olvida el ser, y esto es propio de su naturaleza. Es interesante lo expresado por Heidegger; es probable que el rayo no sea más que resplandores de una tormenta pasada y que sólo quede un reflejo de claridad de lo ya sido; un recuerdo de una tormenta anterior; una reminiscencia a la manera platónica, -Por que hemos concedido en que es muy posible que quien ha sentido una cosa, es decir, quien la ha visto, oído o, en fin, percibido por cualquiera de sus sentidos, piensa, a propósito de ella, en otra que ha olvidado y con la cual tiene la que ha percibido alguna relación, se le parezca o no se le parezca. De manera que es necesario, o que nazcamos con esos conocimientos y que los conservemos toda nuestra vida, o que los que aprenden según

El búho tuerto

es el ( rey divino), líder de los dioses olímpicos y el dios del cielo y el trueno.

Renè Magritte. Incerteza principio virtuom

ocurre en nosotros, no hacen más que recordar, y la conciencia no es más que una reminiscencia- (Fedón o del alma, memo. Pág. 31). Como gran resplandor de luz o como débil reflejo de lo pasado es pensado el ser de Heráclito, entendido como rayo, el que propicia el aparecer de lo ente. Gobernar, dirigir, funciones extrañas para un relámpago pensado como fenómeno; pensado como metáfora de la luz que permite contemplar lo ente es más aceptable, la visión proporcionada por el rayo es conocimiento, estaríamos hablando de un ser que da a conocer y, que gobierna la totalidad del mundo; -En la descarga del relámpago resplandece lo mucho en el sentido del “todos”- ¿En que medida puede un relámpago iluminar la “totalidad” de las cosas, y en esa misma medida gobernarlas o permitir conocerlas? Sólo si entendemos como “todo” las cosas finitas delimitadas; que el rayo procura, puesto que se esta a merced de lo que el rayo muestra, es decir lo ente; o si se entiende el rayo como atributo del gran Zeus, considerado dios del orden y el que todo lo controla por la repartición poco equitativa respecto a los demás dioses. Cuando leemos que Heráclito dice “Pero el relámpago gobierna la totalidad del mundo”, no podemos dejar de pensar en la mitología griega y en Zeus. Un relámpago que gobierna es fácil de asociar con la imagen de descendiente de Cronos) o Días,

Renè Magritte. Incerteza principio virtuom

En el texto Heráclito Pág. 10-, dice Fink[3] “el relámpago considerado como fenómeno natural significa el irrumpir del ruidoso rayo en la oscuridad de la noche. Así como el relámpago resplandece durante segundos y en la claridad de sus resplandor muestra las cosas individuadas en su contorno, así también el relámpago saca a la luz, en su sentido profundo, las muchas cosas en su unión articulada”, la claridad del relámpago que irrumpe en la oscuridad es la que permite ver lo ente, contemplarlo. Parece como si en medio de la tranquila noche, el rayo con su sonido atronador llegara a ilustrar de una forma violenta, obviando que el rayo tenga que ver con un principio físico, puede tomarse el movimiento del relámpago como conocimiento que se impone sobre los hombres, es el ordenador que esta por encima de los otros dioses entendidos como mitos con miras a representar la multiplicidad del pensamiento humano. Dice Jean Brun[4] “el fuego heraclitiano es en efecto, la sustancialización del logos que ilumina, del combate que devora, de la armonía que purifica, del dios que gobierna y de la sabiduría que da la luz”. Lo que el rayo saca a la luz ese es el ente, lo que se conoce, esa es la totalidad gobernada por el gran Zeus, aquel que representa un nuevo orden y la autoridad superior. En Heráclito está presente una división

del mundo arriba-abajo a los hombres corresponde el abajo y el arriba es donde habita dios, la traducción griega presenta el “arriba” como el lugar del fuego, y la tormenta como lo que posibilita unir el cielo con la tierra, comenta Brun. Las pregunta de Valery “¿Qué hay más misterioso que la claridad?”, el misterio del ser, aquel al que se debe la claridad, ¿cuál será su fuente? Esto continuará sin resolver, mientras se siga recibiendo el resplandor cegador de la

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fuente. El fuego está asociado a la transformación “todas las cosas se cambian por fuego y el fuego se cambia por todas las cosas, al igual que las mercancías se cambian por oro y el oro por mercancías” (Heráclito fragmento 90). Brun presenta dos posturas en cuanto al fuego, la catastrófica que consume y la renovadora que transforma y purifica. Si el mundo está en llamas parece como si advirtiera de un incendio devorador, se ve como el purificador que todo lo trasforma es un fin del mundo que propicia un comienzo, es la idea heraclitiana del eterno retorno, es el cierre del circulo, en Grecia cuando se “decía tiempo decía también ciclo” (Ibíd. pág. 69) “Puesto que el fin del mundo y el comienzo del gran año coinciden con este incendio en el cual el mundo se consume para renacer de nuevo, la conflagración universal no es solamente una catástrofe. Es así mismo una apoteosis” (Ibíd. Pág. 71). La catástrofe es necesaria para la transformación. El fuego es condición de lo condicionado, por decirlo de forma kantiana; aquello de lo que todo parte y de lo que todo retorna, el rayo (fuego) de esta manera controla la totalidad, en lo desgraciado el fin y el principio se rozan; lo catastrófico es que “la vida nace de la muerte” pero también está la visión renovadora que de la destrucción

se da la creación. Este es el movimiento del logos; el que gobierna dirige y determina es el logos, él es el conductor del timón del barco, aquel que en su movimiento dirige lo que se mueve. El relámpago es momentaneidad, es el símbolo del ocasionar que se da en medio de la noche. No gobierna en la particularidad sino en la totalidad de aquello que se conoce; es la fuerza que da curso, tal vez si de manera violenta como llega el rayo en la noche y se impone sobre lo velado, pero este es el acontecer que le es propio, el relámpago es quien debe gobernar todo. El acaecer del hombre trae consigo un nuevo amanecer, el logos es purificación para el hombre porque le permite trasformarse, con el logos lo catastrófico adquiere un carácter renovador que a su vez está dirigido al ocaso, es un circulo si se quiere pesimista u, optimista si se ve como oportunidad; se está sometido al ser con su ir y venir y sus continuos altibajos.

[1]Platón. Mito de la caverna. Momo. [2]Heidegger. Caminos de bosque. La sentencia de Anaximandro. [3]M. Heidegger y E. Fink. Heráclito. [4]Jean Brun. Heráclito el filosofo del eterno retorno, Madrid EDAF, 1976.

G. G. V

JOSÉ NOEL

se Schad. Pareja

Todos los días hacía mucho verano en el pueblo, todo era seco. El polvo se hacía nube fácilmente, los venteros de limonada no daban abasto. Un anciano nacido en esa tierra de lagartijas y arenales, decía sentado en su mecedora con ochenta años de verano constante sobre el cuerpo “¡que calor!”. El sudor le brillaba en el cuello. Entre semana todos los adultos parecían estar escondidos, excepto los ancianos que reposaban en una butaca a la sombra de un almendro. Los otros no se veían. Los hombres en el campo sembrando piñas, atarrayando en el río o partiéndole desde el borde de la raíz el tallo a la caña dulce. Ellas, las madres y las solteras, encerradas en su oficio de ser mujeres, eternamente condenadas a la esclavitud doméstica, no se asomaban ni a la puerta. Era así como el pueblo de lunes a viernes era de un solo dueño: los muchachos. Los títulos de valor sobre el pueblo que tenía José Noel eran reducidísimos. Él salía poco, tenía escasos amigos, además su talante nunca era actual, era siempre tímido y muy silencioso. Cuando salía en las tardes lo hacía en su bicicleta cross, compraba limonada,

se iba hasta el río y nadaba un rato con otros muchachos que como él, le huían a las tareas y al oficio doméstico, recorría todas las calles del pueblo varias veces hasta la llegada de la noche y luego se iba a su casa a esperar los regaños de su padre y a ver televisión antes de dormir. José Noel era intrascendente en la vida del pueblo, si acaso se ahogara en el río o se perdiera en un normal día asoleado cazando mariposas, nadie lo

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notaría. Si se cayera en un hueco profundo, el olor a animal muerto alarmaría a la gente, pero no buscarían nada y sencillamente esperarían a que los gallinazos y los gusanos arreglaran el problema. Con la misma indiferencia de siempre José Noel cumplió trece años, él no festejó la fecha porque a su mamá que le dolió parirlo ni lo abrazó ni lo bendijo. Sin embargo, ese aire de novedad que le trajo la fecha lo animó y algo cambió para siempre ese día. Quiso sentirse atractivo para las mujeres, él veía como otros andaban con lindas señoritas, y notó que instintivamente les miraba los pechos y las caderas además de la cara. A pesar de su cuerpo flaco y su nariz larga, quiso ser deseado por esas mismas doncellas que él veía besarse en las esquinas con otros mayores que él. Y sin pensarlo mucho y sin saber que la testosterona no le corría por el cuerpo, hizo una sencilla analogía. Él comparaba el torso masculino de su padre, su espalda ancha, sus brazos que parecían templados con fibra de caña, su pecho sólido y prominente, y sus nalgas, que su madre adoraba sin saber porque, con sus insípidas tablitas donde a penas cabía la silla de la bicicleta. El padre tenía nalgas africanas, deportivamente moldeadas en el trabajo y que se le pronunciaban debajo del pantalón que usaba, por eso supuso que ese era el principal atractivo

de su papá porque imaginó que todas las mujeres de la tierra eran como su mamá. José Noel notando su delgadez infantil, supó que sus nalgas aplanadas a correazos no le permitirían nada a la hora de la conquista, decidió agrandar ficticiamente sus nalgas, para eso se compró una billetera con los colores del camuflado militar y la llenó de calendarios, fotos familiares, calcomanías de calaveras y un par de recortes de periódico y ni un solo billete, hasta hacerla decentemente gorda y enseguida la guardó en el bolsillo de atrás del pantalón. Para el otro bolsillo, el izquierdo, enrolló en su mano treinta vueltas de papel higiénico y rellenó el vacío hasta equilibrar las prominencias. Salió feliz a la calle con su rutina y miraba de reojo para ver si funcionaba y tristemente no funcionaba, las niñas sencillas del pueblo no notaban nada. Esperó un par de semanas más y nada. Probó dar su paseo de la tarde caminando y se dio cuenta que su estilo no era interesante. Entrenó un estilo de modelo de televisión frente al espejo y cuando estuvo listo salió estrenando meneo de cadera en medio del calor del las tres de la tarde. Pero no funcionó. Su cuerpo blanco, sus huesos nada largos, su mirada inocente de niño con acné, no lograban abrir la brecha para poder unirse a una o varias mujeres. La madre ordenó a José Noel llevar a casa de Doña Carmen un encargo

José Noel corrió hasta cansarse y se puso a llorar. Cuando llegó a su casa no dijo nada. Quemó su billetera y regresó el papel higiénico al baño.

Egon Schile. Sin título 10

envuelto en hojas verdes de plátano. Cuando llegó la puerta estaba abierta, él llamó: -ña' carmenza, buenos días.- esperó un momento y repitió el ritual de los mandados. Una voz contestó muy desde atrás en el patio: -siga m'hijo, entre, venga, estoy aquí atrás.-. José Noel pensó poco y atravesó primero la sala que tenía unos muebles rotos, siguió al lado de la puerta del baño que olía a berrinche, caminó por el corredor de la cocina lleno de verduras a medio picar en un mesón y un par de ollas medianas al calor de las brazas de la madera, hasta que llegó a la puerta. Cuando la vió salió corriendo y dejo el manda'o esparcido sobre la tierra. La mujer dueña de tres hijos, estaba sentada desnuda con las piernas abiertas hacia la puerta. Él sabía que en ese lugar estaba el secreto, había visto sobre los bikinis un tierno bultillo delicado, estaba al corriente de que por ahí nacían los niños, y si los niños eran tan lindos y tiernos era porque ese lugar debía ser así de fino, suave y blando como los niños. Ella estaba allí, monstruosa como una cucaracha patas arriba, con una porción de estropajo negro entre las piernas debajo de un abdomen que colgaba de lo gordo. Ella sólo alcanzó a decir: -venga m'hijo, no se asuste.-, pero él ya estaba de nuevo bajo el arreciante sol de la calle.

En su soledad decidió dejar la idea de las mujeres, volvería a buscar a los muchachos del río y seguiría su vida de antes. Atahualpa Quintero

El búho tuerto

CIRUGÍA RECONSTRUCTIVA DE FRAKENSTEIN

Frankenstein es un mito universal presente en cada región del globo; se levanta por encima de las naciones, la diversidad de costumbres, tradiciones e idiomas. Es un espejo de nosotros mismos, de lo que podemos convertidos. No obstante, revive el drama de otro ser de origen mítico: Prometeo, quien entrega el fuego a los hombres, quienes escapan al control del titán y de los dioses. El moderno Prometeo es una imagen reinvertida del mito original, un nuevo ser que habrá de encarnar a la humanidad emancipada y regida por la ciencia. Poco importa hablar de lo estrictamente literario, decir que, la historia contada en estilo epistolar, evoca el dramatismo de Aline y Valcour. Incluso el discurso revive el drama de las tragedias griegas, que existen expresiones homéricas: “(...)¡Demonio! exclamé-. ¿Te atreves a acercarte a mi? ¿Acaso no temes que la furia de mi brazo vengador se descargue sobre tu cabeza?”. Esas cuestiones simples y vacuas se le deja a la malsana crítica de las facultades de literatura. Frankenstein posee un valor más real, su trasfondo, más que filosófico, realiza una alegoría al mal del siglo,

preocupación recurrente en la literatura alemana del romanticismo: “(...)En su semblante se reflejaba una amarga angustia, a la que se combinaba el desprecio y la maldad”. Es la proyección de la debacle que la ciencia impulsada por el racionalismo podía causar experimentando sin preveer las consecuencias éticas. El valor de la literatura reside en su capacidad de advertencia hecho que no hace la filosofía. En este sentido, Frankenstein no es una simple novela gótica, desnuda la irresponsabilidad de una humanidad que experimenta sin vislumbrar las repercusiones de sus actos. Con Mary Shelley, el horror deja de ser sobrenatural transformándose en una posibilidad real. Como obra de anticipación científica, se alimenta de la obsesión por la creación de un autómata que tuviese la capacidad de pasar de incógnito entre los humanos, propósito de los creadores de autómatas como Pierre Jaquet Droz y sus hijos Henri-Louis y Jaquet, los Maillardet (Henri, Jean-David, JulienAuguste, Jacques-Rodolphe), Bouchon, Falcon y Vaucanson. No se trata del terror lejano cercano a los miedos ancestrales que en las

noches febriles asolaban al hombre. Melmoth el errabundo de R. C. Maturin es el drama de lo sobrenatural; del mal que no se puede vencer y para el que no existe objeto simbólico de protección. Maldoror, como ya lo ha señalado George Bataille es la gran epopeya del Mal. El drama de El moderno Prometeo es humano, cercano a la sociedad industrial y a las utopías sociales de Owen y SaintSimon. Frankenstein era el sueño por dominar la muerte, la evolución; representaba la utopía hecha realidad, la posibilidad del hombre de sublevarse contra su naturaleza, de hacer trampa a la decrepitud, la vejez, la enfermedad y lo inevitable: la muerte. Frankenstein es lo que se sale de control mientras su padre es la ciencia que se niega a reconocer su error. Hay un drama existencial, del hombre que no pide venir al mundo, que nace diferente y es rechazado por dicha condición: “(...)al verlo, al encontrarme con aquella asquerosa masa que se movía y hablaba, sentía enfermar y mis sentimientos se cambiaban por aquellos del horror y del odio”. En su función de espejo la novela de Shelley revive el drama de la muerte de la razón y el truncamiento de los ideales de la modernidad. La advertencia es sugerida de la misma forma como lo puede ser la fotografía de una explosión termonuclear. Nada se sabe del procedimiento que Víctor Frankenstein emplea para crear a su criatura, al respecto el celebré rayo

que le da vida es un símbolo de ficción inmortalizado por el cine. Construido de partes, la historia del origen de Frankenstein hace pensar en los precedentes de la genética, de la misma forma como la alquimia sentó las bases de la química. La dinámica histórica del siglo XIX obedeció siempre el mismo principio: todo ideal se invierte, por tanto, la revolución francesa se convirtió en una aberración política; la máquina en un artilugio de la razón económica. En nuestros días, la búsqueda de la piedra filosofal y de la transmutación de los elementos se ha convertido en la realidad de la fusión y fisión nuclear; la posibilidad del holocausto. Frankenstein representa la intención humana por reinventarse: “(...)vi, a la distancia, la silueta de un hombre que avanzaba hacía mi con rapidez sobrehumana. Saltaba por encima de las grietas abiertas en el hielo, allí donde yo había avanzado con precaución; igualmente, al aproximarse, vi que también su estatura parecía exceder a la de cualquier hombre(...) (...)Me di cuenta, al cercarse la figura aquella, figura horrible y abominable, de que se trataba del monstruo que yo había creado”. Creado por las manos del hombre El moderno Prometeo surgió más alto y fuerte que su creador. Nació como nació nuestra limboneidad: sin haber tenido infancia, deforme y siniestro ante el mundo; odiado y aborrecido

El búho tuerto

por su padre debe exiliarse en la soledad y ocultarse de la presencia de la humanidad porque su aspecto producía terror. En su alma malévola, residía algo de la maldad humana. Frankenstein es la modernidad que dice a su padre, la Ilustración: “(…)recuerda que soy creación tuya; yo debía ser como tu Adán, pero en vez de eso soy como el ángel caído a quien has privado de dicha, sin tener razón alguna. Por todas partes encuentro felicidad, sentimiento que solamente a mí me está irrevocablemente prohibido. Yo era benévolo y bueno; las miserias hicieron de mí el espíritu malo que soy”. El modeno Prometeo es un mito que sigue presente, lo monstruoso se desplaza, se oculta, se calla y no se quiere enfrentar, se convierte en centro del odio, del miedo. Frankenstein vive en el caos vial generado por Megabús; viste con las ropas siniestras del plan de ordenamiento territorial que pocos pereiranos conocen, incluso está presente en el rostro de los indigentes confinados a vivir en el sector de La churria y Travesuras. La ciencia moderna ha creado monstruos y los rehuye: la bomba de Hiroshima, la bomba de neutrones, el desastre de Chernovil, cuyas consecuencias reales aún no han sido

diagnosticadas. Jugamos a ser dioses; el Mahabarata parece destinado a ser revivido. Frankenstein se transfiere y se reconfigura en filmes como Metrópolis, Dark City y Gataca. En Huxley Frankenstein aún vive, la humanidad en Un mundo Feliz creada artificialmente ha terminado anestesiada mientras la individualidad ha sido destruida. La cibernética y la IA son el Frankenstein de nuestros tiempos. Aún no se sabe del alcance de la informática, la robotica y la genética; la humanidad aún no parece estar preparada para el primer autómata que supere al hombre. A Frankenstein se le niega toda posibilidad de reconciliación con el género humano por parte de su creador. La reconciliación como opción también es una utopía. Como concepto, tal vez ya ha sido producida en un laboratorio. La respuesta ha de llegar con el surgimiento del nuevo hombre, entre experimentos de virus, robots y clonación, o como producto racional etiquetado y empaquetado al vacío por el siglo XXI para fortuna o desgracia de las generaciones futuras. Augusto Rotavista Hernández

DOBLE MORAL... A TODOS NOS TOCA. ES CIERTO. PERO ES MÁS NOTORIO Y TRISTE EN LA LEY, EL ESTADO Y EL ORDEN. COMENCEMOS POR ALGO BIEN SIMPLE.

Que los campesinos de oler a campo, a bosque, a tierra gastan su presupuesto para oler a loción digna del más indigno corrupto y pudiente funcionario estatal. Eso no es tener buen gusto. Es doble moral. Que la solución al problema de los indigentes, aparte de motitrasquilarlos dizque para elevarles el autoestima y recogerlos, como en un botadero de basuras a miles de estos hambrientos y desquiciados compatriotas, para que no den un mayor espectáculo al interior de la gran ciudad. No es caridad ni humanidad. Es doble moral. Que los niños no pueden ni deben trabajar por ley; por decreto es la norma, pero los vemos deambular implorando la caridad flacos y desprotegidos sin comida, analfabetos, sin techo ni hogar. Esto no es incoherente. Es doble moral. Que el desempleo y el hambre sólo se combaten con trabajo y comida; seria lo normal, pero la persecución a los vendedores ambulantes desestímula todo sentido de lucha por la sobrevivencia. Esto no es control a nada. Es doble moral. Que a pesar de todos los que sufren,

“pensamos nosotros”, pero nunca tratamos de hacer algo por alguien. No es tacañería. Es doble moral. Que si una buseta de transporte público, lleva un pasajero de más recibe su injusto comparendo... pero si un Transmilenio o megachanchubus lleva más de lo posible de pie, no es por la tecnología, la evolución y el desarrollo del sobrecupo. Es doble moral. Que el gobierno sabe que el hambre desespera a la gente y la vuelve violenta y agresiva. No obstante, se nombra soldados para encarcelarlos y acallarlos. No es lo lógico, es doble moral. Que el gobierno sabe que las armas son para matar y destruir, él las fabrica y las vende. No se esta desarrollando una bonita labor. Es doble moral. Que el gobierno es consciente que el humo y los gases contaminan el aire y matan la vida; sin embargo otorga licencias de explotación petrolíferas, de producción de autos y licencias a transportadores e industriales altamente contaminantes. Eso no es autodestrucción. Es doble moral. Que el gobierno es consciente de que el licor emborracha, entorpece y

El búho tuerto

empobrece y con él pagan la educación y el deporte. No es un despropósito. Es doble moral. Que el presidente de la republica si puede ser reelegido pero sus alcaldes y gobernadores no. No es por prevención. Es doble moral. Que el presidente si puede hacer campaña y politiquería a ojos vistas pero sus subalternos no. No es por ética. Es doble moral. Que los mercaderes de la fe, las altas cortes y el gobierno rechazan el aborto pero aceptan la guerra fraticida y la pena de muerte. No es que estén locos. Es doble moral. Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al reino de los cielos. No es carreta, Es doble moral. Sólo los pobres tienen el privilegio de disfrutar la paz, la tranquilidad y el bienestar del cielo más allá de la muerte, luego de sus desventuradas y lamentables vidas. No es un cuento chino ni un poco de aliento. Es doble moral. Que el presidente de Estados Unidos en noble y humanitaria actitud perdona la vida a su pavo de navidad, pero mata miles de indefensos e inocentes irakíes y de otros tantos lugares del mundo dizque contra el terrorismo y en pro de la paz y la libertad. Esa no es una filosofía. Es doble moral. Que el mundo sigue rindiendo culto y respeto al monstruo norteamericano a pesar de presenciar las terribles

acciones de Estados Unidos contra países en inferioridad de condiciones. Esto no es cobardía ni sumisión. Es doble moral. Por un lado Estados Unidos ataca con violencia a los pueblos desarmados y débiles y por el otro les manda agua, comida y drogas para que curen las heridas causadas por los gringos. Eso no es generosidad. Es doble moral. Que los gringos combaten a los narcotraficantes, pero ellos les venden los insumos y consumen por sus narices toda la producción de cocaína, heroína y marihuana. Eso no es autoridad. Es doble moral. Que los gringos tratan de certificar a todo el mundo en todo sentido, pero ellos son los primeros en caer en desgracia por ser los más viciosos, crueles y asesinos. Eso no es doble moral. Es verdad. Que los norteamericanos son los más exigentes e impecables en cuanto a la vida y el medio ambiente pero no se comprometen con el tratado de Kyoto... Y Kyoto no hace nada. ¡Esto no es culillo! ¡Es doble moral! Si cree que los anteriores comentarios se asimilan un poco con la realidad, no es pura coincidencia es todo muy cierto.

Manuel Uribe

FACTOR REBELDÍA... FACTOR MUERTE

Constantemente, el ser humano es blanco de ataques e influencias, que perturban de forma acelerada el flujo de su comportamiento, el principal factor de ataque es resguardado en las juventudes, pues son estas masas incontrolables quienes buscan aún modelos que permitan una definición fallida de personalidad, es allí cuando las estrellas del mundo famoso hacen presencia, lo más curioso del caso es el tipo de presencia realizada por las estrellas, pues la imagen que proyectan a menudo puede ser irreverente e innovadora en cuanto a vestuario, pero perturbadora y escandalosa en cuanto a actitud y proyección escénica. Un país centro de miradas, no como ejemplo, sino como decepción de desarrollo para los Estados Unidos es Colombia; el imperio ha puesto sus ojos en mas de una ocasión para cuestionar las formas de gobierno, entre ellas la violencia pues la guerra es por naturaleza un ente gubernamental, que aunque con fuerza, intimida las decisiones colectivas del pueblo y aunque todo eso puede llamarse también simples conferencias de la casa blanca, es ese el color que buscan

los jóvenes en su vida, lastimosamente lo buscan en lugares tan conocidos y mencionados que terminan por convertirse en incorrectos, para la sociedad de consumo. En su búsqueda poco desesperada, el joven de esta historia, que por obvias razones es Colombiano, encuentra episodios poco agradables en un principio, pero que al menos lo realizan, sin embargo, los modelos que observa no producen nada bueno, según los valores poco inculcados en casa, los recuerda porque cierto día escuchó a su abuelo, a pesar de ello él se sentiría alegre de saber como su abuelo revuelca las tierras de su tumba, pues en ese caso y como siempre, todo es cuestión de honor y no de libertades. Finalmente cuando ha pensado tanto en el “flow” de sus amigos y el “dembow” que quisiera tener, se da cuenta de algo irreversible, al fin el joven percibe que como persona útil le ha fallado a su padre, la risa no permite que piense mas, además eso no es un pensamiento, simplemente es una burla que lo hace sentir bien entre las luces de las discotecas y el ruido de los bares. Nunca es tarde para reflexionar, el

El búho tuerto

ya nada se hace, existe una esperanza y ello es lo que puede cambiar las historias, tal vez si los jóvenes no son presionados a madurar, posiblemente ellos mismos serán quienes encuentren la salida a sus problemas y aunque eso es casi nulo, el mismo casi marca la diferencia, de lo contrario sólo queda aprender a morir mientras se vive en circunstancias de muerte. La culpabilidad para este episodio no recae sobre el joven que esta en medio de la sangre, con perforaciones en su cuerpo y tal vez con perforaciones en el alma de sus familiares, recae sobre el método de desarrollo equivocado propuesto por los dirigentes, pues si un joven no se interesa por su país es porque la política le parece aburrida y en verdad es aburrida, la culpa no es de quien asesinó al protagonista de la historia, pues el asesino es también protagonista de otra historia, y aunque sea triste los momentos son espacios que brinda el tiempo para el encuentro de dos historias. La noche en su calidad de escenario, cubre a quien tuvo tal vez la suerte divina de continuar para morir metros mas atrás o años mas adelante, sin

tener en cuenta como la vida, su música preferida y la misma sociedad, se encargan de consumir su individualidad. El mismo mundo que corre a diario para todos, pareciera querer frenar su curso y desechar a todos aquellos que lo contaminan, sin embargo alguien se encarga de hacer el trabajo por él, no se conoce su identidad pero algún día tuvo padres quienes no lo vieron como un ser productivo, sino como un ser estableciendo un mundo diferente poco entendido. Ahora, luego de limpiar el cuerpo, se siente entre la soledad una alternativa, de ahí el color de esta letra, con su tristeza, el abuelo ha ganado, pues se revuelca en la tumba de aquel nieto que aunque por accidente escuchó sus concejos moralistas, también se encargó de convertir aquel factor rebeldía en el tan conocido factor muerte, finalmente nunca se sabe quien llora por quien.

THIANEZCKO

CRISTHIAN MARTINEZ

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