¿PoR qué se noMina a MoniRa?
TEXTo: MoNICA Z AK FoTo: KIM NAYLoR
Monira Rahman es nominada al Premio de los Niños del Mundo 2011 por su valiente lucha para poner fin a la violencia en Bangladesh perpetrada mediante ataques con ácido y gasolina a la que se enciende fuego. La mayoría de las afectadas son chicas, pero también hay mujeres, niños y hombres atacados. El motivo son los celos en el caso de las chicas y desacuerdos por tierras en el de los hombres. Antes también había muchos ataques con ácido, pero no eran de conocimiento público, los periódicos no escribían acerca de ello. Monira ha hecho que esto cambie. Participó en la creación de ASF, Acid Survivors Foundation (Organización de Sobrevivientes al Ácido), para todos los sobrevivientes a los ataques con ácido y gasolina. La organización empezó su actividad en 1999. Los primeros años había más de un ataque con ácido por día en Bangladesh. Hoy los ataques se redujeron a la mitad de los que eran entonces, pero la meta es que ninguna persona, niño, muchacha, mujer u hombre, sea dañada con ácido o gasolina para el año 2015. ASF ayuda a los sobrevivientes a llevar una vida activa y digna, incluso mediante cirugías estéticas si es necesario. Los propios sobrevivientes son hoy los mayores activistas contra la violencia. 88
NOMINADA • Páginas 88–105
Monira Rahman La primera vez que vio a una chica con el rostro desfigurado porque un hombre le había arrojado ácido, Monira Rahman quedó consternada. Apenas sabía que ocurría en su país, Bangladesh, que de ese modo los hombres querían desfigurar el aspecto de las chicas para toda la vida. A menudo el motivo eran los celos. La segunda vez, Monira se desmayó. Pero desde entonces ella y su organización ASF han luchado sin pausa para rescatar a las chicas – y los chicos – rociados con ácido o gasolina a la que después prendieron fuego. Monira y ASF han logrado incluso reducir a la mitad la cantidad de ataques con ácido en Bangladesh.
M
onira Rahman es una mujer alegre y emprendedora. Siempre ha
sido así. – Cuando nací mi país pertenecía a Pakistán y se llamaba Pakistán Oriental, cuenta Monira. Cuando tenía seis años hubo una guerra civil. Nuestra casa fue incendiada, tuvimos que huir, mi papá murió de cólera y quedamos muy pobres. Pero nuestro país se Monira manifiesta junto a los que fueron expuestos a ataques con ácido y gasolina. Miles de hombres también participan en las manifestaciones.
independizó y desde entonces se llama Bangladesh. Cuando tenía siete años mi mamá se mudó a la capital Dacca con nosotros, sus seis hijos.
– Mi hermano mayor se transformó en el jefe de la familia. Empezó a hacer negocios, le fue bien y estuvimos mucho mejor en lo eco-
– Tenemos cientos de sobrevivientes que luchan contra los ataques con ácido y gasolina. Hacen manifestaciones, se reúnen con políticos y denuncian a los culpables, dice Monira.
nómico. Yo iba a la escuela, pero cada tarde me sentía aterrorizada cuando mi hermano llegaba a casa. Nos regañaba a mis hermanos y a mí. Se burlaba de nosotros. Nos castigaba ante la menor falta. Nos golpeaba. Le tenía mucho miedo a mi hermano. Fue entonces que decidí no casarme nunca. Maestra importante
En séptimo grado Monira tuvo una maestra a la que le agradaba y que creía en ella. – Decía que yo era capaz. Consiguió que empezara a atreverme. Hizo que me sumara a los clubes de debate y expresara mis puntos de vista. Logró que creciera la confianza en mí misma. Cuando hoy conozco a todos los lacerados con ácido y gasolina intento actuar del mismo modo. Demuestro que me agradan e intento darles confianza en sí mismos. Luego de conocer a esa maestra, Monira fue dirigente estudiantil y participó en manifestaciones callejeras.
Ella y sus compañeros fueron apresados. A muchos los golpearon y lastimaron. – Eso me convenció de que debíamos cambiar la sociedad, pero no se puede cambiar con violencia. El único modo es discutir hasta hallar soluciones. Durante una gran hambruna y luego de un violento ciclón con duras inundaciones, Monira y otros estudiantes prepararon comida y la repartieron entre los afectados. Monira vio mucha miseria. Por eso al terminar sus estudios universitarios empezó a desempeñarse como trabajadora social para una organización que ayudaba a mujeres sin techo con hijos. En ese tiempo, los niños y mujeres que vivían en la calle eran apresados por la policía y encerrados en lugares horribles.
Luego nos sentamos en la oficina y entonces vi a unos niños afuera. Pensé que jugaban, arrojaron una pelota por la ventana. Pero no era una pelota, sino que era un papel. Cuando desplegué el papel pude leer: “Vaya al baño de varones”. La puerta tenía llave, pero pude abrirla. Adentro yacía un niño en el suelo, de 5 ó 6 años de edad. Estaba atado, tenía fiebre alta y una pierna quebrada. El personal lo había maltratado y le había roto la pierna porque se había
niño maltratado
– Una vez iba a examinar un orfanato en pleno campo. Me hicieron recorrer el lugar y no vi nada terriblemente malo.
incluso el gobierno ha escuchado a Monira y a asF.
orinado encima. Esa vez fue bueno poder intervenir. Monira trabajó mucho tiempo con chicas y mujeres sin techo que eran encerradas. – Vivían en una gran casa roja y deteriorada. Estaban encerradas en grandes salas, muchos cuartos no tenían ventanas. Podía haber cien personas en el mismo cuarto. El primer día allí vi a una mujer acostada con las manos y los pies atados. Yo desaté el nudo y la liberé. Entonces me llamó la directora y me regañó. Contesté que no se podía tratar así a una persona. El jefe más alto no dijo nada, pero seguro estaba de acuerdo conmigo porque no me echó. – Esas chicas y mujeres vivían aterradas. Cada noche el personal hacía salir a algunas de ellas y las violaba. Algunas ya no sabían cómo se llamaban o de dónde venían. No había documentación sobre ellas. Empecé a averiguar quiénes eran y logré rastrear a la familia de muchas. Una mujer había estado encerrada 21 años. Hice que vol89
Monira bromea con sweety y le infunde valor ante la cirugía plástica que se acerca.
viera a hablar y encontré a su familia. La vi volver a la vida. Fue maravilloso verlo. Y pude experimentar que ella dejara la gran casa roja y regresara con su familia. – Durante esos años aprendí que uno no debe tener miedo de abordar lo más difícil y que uno debe hallar primero la fuerza en sí mismo para poder darle fuerza a otros. Primera víctima del ácido
Trece años atrás conoció a dos chicas que habían sido atacadas con ácido corrosivo. – Unos hombres les habían arrojado ácido para destruir su belleza para siempre. Yo
apenas sabía que eso ocurría en mi país. No era algo de lo que se hablara o se escribiera. Sólo había leído un pequeño artículo que se trataba de un ataque con ácido. Ahora tenía frente a mí a una chica de 17 años con el rostro totalmente arruinado por el ácido. Era como si el rostro se hubiera derretido y un ojo estaba dañado. Me conmocionó profundamente. Cuando una de las chicas empezó a hablar, vi su fuerza. Hablaba, sonreía y reía, vivía a pesar de las duras heridas. En vez de un rostro desfigurado empecé a ver a una chica, a una persona. Pero por la noche tuve
pesadillas. Soñé con que arrojaban ácido… veía carne y huesos derretirse… veía rostros desfigurados… oía gritos. Cada vez que me despertaba, pensaba: “¿Cómo puede ser posible algo así en mi país? ¿Y cómo pueden esas chicas ser tan fuertes como para mostrarse y contar por qué las atacaron?” Me desmayé
– A los medios no les importaban esas dos chicas. Pero habían despertado mi interés. Sentí que quería saber más al respecto. Empecé a ir a hospitales y descubrí que había muchas personas lesionadas
con ácido en las unidades de quemados. Y cada día llegaban nuevos pacientes. Eran niños, chicas, mujeres, muchachos y hombres, pero la gran mayoría eran chicas jóvenes. Todos lloraban, no había camas suficientes para todos, ningún médico. Eran condiciones repugnantes. Me desmayé dos veces. – Recuerdo la segunda vez que me desmayé. Ingresó una chica con el 50 por ciento de quemaduras, toda la espalda era una sola herida abierta. Recuerdo que pensé que no iba a sobrevivir. La llevamos a un sanatorio privado. Pero también allí las condiciones eran terribles. Lo peor era el hedor y el líquido que corría de cada herida de la chica. Me desmayé. Una enfermera me sacó de la sala. Cuando me sentí mejor volvimos a entrar. La chica sobrevivió. Y yo nunca más volví a desmayarme.
La operación termina y Monira felicita a sweety porque salió muy bien.
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aquí en ASF que ayudan a los sobrevivientes, pero también a los que trabajamos con ellos. Monira también tenía miedo de ser atacada. Los primeros años siempre llevaba una botella de agua consigo. De los cirujanos plásticos aprendió que luego de un ataque hay que verter agua en la herida. Hoy la mayoría sabe en Bangladesh que se le deben arrojar cubos de agua al afectado y seguir así mucho tiempo. De ese modo los daños son menores. Y todos saben que si el afectado acude al hospital de ASF dentro de las 48 horas, tiene una gran chance de sobrevivir y de que el daño no sea tan grave. Hoy la gente sabe
Los niños dañados por ataques con ácido y gasolina se reúnen en asF para relacionarse y pintar juntos.
Creó asF
directora de ASF. Para entonces Monira ya – Empezamos en 1999, hace entendía que los ataques con once años. No teníamos un ácido eran comunes. A menu- centavo. Pero sentíamos que do el motivo eran los celos. era necesario. Cada día ocuCuando una chica no quería rría un nuevo ataque con ácicasarse con un hombre, este le do. Hoy se han reducido a la arrojaba ácido como castigo. mitad, ocurre un ataque cada Y se conseguía ácido en todas dos días. Pero nuestra meta es partes, se usaba en la indusponer fin a la violencia de tria textil, en la fabricación de manera que ningún niño, joyas, había en la batería de ninguna muchacha, ninguna los autos. Todos los días mujer y ningún hombre sean alguien era atacado con ácido. atacados con ácido. También La mayoría de las víctimas empezamos a ocuparnos de eran chicas menores de 18 los que fueron dañados poraños y niños. Pero también que alguien les arrojó gasolieran atacados las mujeres y na y les encendió fuego. los hombres. A menudo el motivo del ataque con ácido Miedo de ser atacada eran los conflictos por la tieEl comienzo fue difícil. rra. Monira sentía que debía – Pasó un año hasta que hacer algo. ¿Pero qué? pude mirar a los lesionados Monira conoció al cirujano sin retroceder y sin empezar a plástico canadiense John llorar. Uno debe resolver eso Morrisson. Juntos decidieron para poder darle fuerzas a los crear una organización para afectados. Naturalmente lo ayudar a los sobrevivientes. peor lo pasan los sobrevivienLlamaron a la organización ASF, Acid Survivors Foundation (Organización de Sobrevivientes al Ácido). Monira refresca a una joven Actualmente Monira es la después de la operación.
tes. Ser atacado con ácido o gasolina es muy duro en lo emocional. Su vida cambia en un solo día. Ya nadie los reconoce. Sus seres queridos no soportan verlos. No se atreven a mirarse a sí mismos al espejo. También fue difícil para los que trabajamos con ellos. Al principio volvíamos a la oficina y nos gritábamos unos a otros. Allí podíamos expresar nuestras emociones. Pero hablábamos sin parar de lo que habíamos vivido, nos sentíamos mejor y más fuertes. Ahora tenemos psicólogos
– Nunca me atacaron y ahora ya no voy a todas partes con una botella de agua. Hoy la gente conoce esta forma de violencia. Tenemos cientos de sobrevivientes que también son activistas. Hacen manifestaciones. Se reúnen con políticos. Denuncian a los responsables. Rastrean a viejas víctimas y les explican que aunque tengan viejas heridas en ASF vamos a ayudarlos. Logran hacer que miles de hombres se manifiesten contra la violencia hacia las mujeres en el Día Internacional de la Mujer. También logramos crear un centro con una clínica propia donde operan cirujanos plásticos. El tratamiento es totalmente gratuito. Enviamos al extranjero a
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varios lesionados para operaciones de cirugía estética considerables, algunos tienen una nueva nariz, casi todo el rostro nuevo. Tenemos abogados que intentan ayudar para que los responsables sean apresados y juzgados. Tenemos 80 empleados, 20 de ellos son sobrevivientes de ataques con ácido. ASF logró que el gobierno efectuara varios cambios legales. También hizo que personas conocidas participaran en galas de apoyo y contribuyó con un guión para un largometraje sobre una estudiante que es atacada con ácido. el premio: una sonrisa
Monira no quiere resaltar su propio rol en todos los éxitos. Opina que son los mismos sobrevivientes los que realizaron todo. – Los que trabajamos con los afectados intentamos enseñarles a ser fuertes. Intentamos hacer que no se escondan dentro de la casa,
que se atrevan a salir y enseñar su rostro lesionado. Intentamos hacer que sientan que valen, que pueden estudiar, casarse, tener hijos. Para mí el mayor premio es ver a uno de ellos volver a sonreír. La chica de 17 años que hizo que me interesara en la guerra contra el ácido vive hoy en EE. UU. Pronto se recibirá de enfermera. – Lo que más alegría me da en la vida es encontrarme con todos a los que les fue bien. Recuerdo a la pequeña Bubly. Tenía siete meses y nadie creyó que fuera a sobrevivir. Fue el papá el que la roció con ácido porque quería tener un varón. Fue operada muchas veces y hoy es una vivaz niña de diez años a quien todos adoran aquí. Ahora muchos sobrevivientes estudian. ASF paga sus estudios mientras quieran proseguir con ellos. Casada pese a todo
Monira cuenta esto en su pequeña oficina. Luego partirá hacia una reunión con una
organización internacional a la que intentará convencer de aportar dinero. Todo el tiempo debe buscar dinero para que ASF tenga medios para continuar. – Cuando regrese de la reunión me encontraré con niños que fueron lesionados. Algunos ingresan aquí para ser operados nuevamente, otros vienen de todos modos. Intentamos pintar juntos una vez a la semana. Más tarde iré a recorrer las unidades y hablar con los recién operados. Luego volveré a casa con mi familia. De pequeña Monira decidió que nunca iba a casarse. – Pero luego conocí a un hombre que era tal como yo. También había decidido no casarse. Era fotógrafo en la televisión y se dedicaba a retratar problemas sociales, a cambiar las cosas. Trabajaba con gran energía. Éramos muy parecidos. Nos enamoramos y nos casamos. Ahora vivimos en un pequeño apartamento y tenemos dos niños,
– Para mí el mayor premio es ver a alguien volver a sonreír, dice Monira.
de 8 y 12 años. A menudo vienen conmigo al trabajo. Mis hijos no ven las cicatrices, no ven las heridas, sólo ven amigos. Suelen festejar aquí su cumpleaños.
Cuando Monira y asF comenzaron su labor ocurría en promedio un ataque con ácido diario. Como resultado de las protestas y de la información dada, la cantidad de ataques se ha reducido ahora a la mitad.
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sweety quiere ser detective
Durante todo un año Sweety, de 14 años, se encerró en la casa de su hermana. Nunca salía, sino que se sentaba a llorar en un rincón. Siempre llevaba un chal sobre la cabeza. – No me atrevía a enseñar mi rostro. Cuando supo que existía ASF, la organización de Monira, y que podía ayudarla con una cirugía plástica, Sweety recuperó las ganas de vivir. Con el tiempo quiere ser detective y pillar a todos los hombres que la lastimen a ella y a otras chicas.
E
se iban a casar. Incluso contó cuál sería la fecha de la boda. – Cuando su papá, mi tío, vino a casa para hablar del matrimonio, le expliqué que yo no estaba enamorada en absoluto. Expliqué que su hijo me importunaba. Pero entonces el primo empezó a ir por todas partes diciendo que iba a tomar veneno y quitarse la vida si Sweety no se casaba con él.
– Intenté hacer entrar en razón a su papá, que es policía. Pero él sólo dijo que si su hijo se quitaba la vida por mi culpa sería una vergüenza para toda la familia. “Debes casarte.”
no, bebía alcohol y fumaba marihuana, pero me obligaron a casarme con él. Sólo tenía trece años. Después de la boda mi esposo dijo: “Me casé contigo para castigarte. A partir de ahora tu vida será un infierno”. Mi vida fue un infierno La vida de Sweety en verEl papá de Sweety vivía en dad se volvió insoportable. otro lugar. Sweety y su mamá Tuvo que dejar la escuela. Fue se vieron forzadas a aceptar. maltratada. Luego de un – Yo sabía que él no era bue- tiempo ella y su esposo se 93
TEXTo: MoNICA Z AK FoTo: KIM NAYLoR
sto es lo que había ocurrido. Sweety vivía en un pueblo. Siempre estaba contenta, reía mucho y adoraba bailar. Era muy buena en la escuela. – Un día cuando tenía trece años, un primo cuatro años mayor me alcanzó camino a la escuela. Dijo que me amaba. Que quería casarse conmigo. Le contesté que en primer lugar no quería casarme, era demasiado pequeña. En segundo lugar, no sentía nada por él. “Jugamos juntos, me siento como tu hermana pequeña. Además los primos no se casan.” Sweety creyó que el primo olvidaría todo y la dejaría en paz. Pero él recorrió el pueblo diciéndole a todos que Sweety estaba enamorada de él y que
sweety espera la cirugía plástica que hará que su boca ya no cuelgue.
sweety será dormida y anestesiada antes de la operación.
mudaron a una ciudad donde ambos empezaron a trabajar en una fábrica textil. – Trabajábamos en distintas secciones. Por otra chica supe que mi esposo se había buscado una novia que trabajaba en su sección. Por la noche le pregunté si era verdad. Entonces tomó un cuchillo, me cortó el brazo, echó sal en la herida y dijo que si gritaba iba a matarme. No grité, sólo lloré en silencio. Alá me dio la fuerza. amenazó estrangularla
Otro día el esposo quería que 94
Sweety le diera dinero para invitar a su nueva novia al cine. Sweety se negó, entonces intentó estrangularla con una cuerda. Cuando el dueño de la casa en la que alquilaban un cuarto vino corriendo, el esposo dijo: “No pasa nada. Sólo es un pequeño problema familiar”. – Tenía un bastón especial con el que me golpeaba. Otra vez quería que le diera dinero para invitar a su novia a un restaurante chino. Me negué, pero tomó dinero de mi cartera y se fue. Yo sabía cuál era el restaurante y también fui
La espera nerviosa de la operación.
Pronto será la hora de la operación.
allí. “No acepto esto. o pienso vivir contigo. Volveré a casa de mi mamá.” Contestó que podía tener todas las novias que quisiera. Que iba a buscarse cinco novias e iba a estar con ellas frente a mis ojos. La quemó con gasolina
– Cuando regresó a casa esa noche, me ató y empezó a golpearme con ese bastón. Luego debo haberme desmayado. Me desperté con el cuerpo en llamas. El pelo, la piel, la ropa, todo ardía. Me había rociado con gasolina y
había encendido fuego. Por suerte el dueño vio humo en la casa y vino corriendo. Había un cubo de agua adentro y me lo arrojó. Sweety sobrevivió y fue trasladada a un hospital. Tuvo que pagar las inyecciones y el tratamiento. Su papá vendió toda la tierra que poseía para pagar el tratamiento. – Fue una época terrible. Sentía que los médicos eran verdaderos carniceros. Estaba convencida de que querían quitarme la vida.
sweety está dormida y pronto empezará la cirugía plástica.
se encerró
Tres meses después Sweety regresó a casa. Le colgaba la boca, le resultaba difícil hablar. Casi no podía mover la cabeza y tenía feas cicatrices en grandes partes del cuerpo. – Sólo me sentaba a llorar y no salía. Pero después de un año mi hermana dijo que era una carga para ellos. “Debes intentar ganar dinero, ayudar a mamá y a nuestro hermano menor.” Entonces tuve que salir. Pero era difícil ver a la gente retroceder cuando veían mi rostro.
Sweety aprendió a bordar. Cuando surgieron dos puestos de maestra no obtuvo el empleo. – Era demasiado fea. Lo único que podía hacer era recibir alumnos del primer ciclo en casa y darles lecciones extra. También les enseñaba a bailar. Volví a la escuela. Y pude ocuparme de una pequeña biblioteca. Allí empecé a leer libros, los que prefiero son las novelas policiales. Un día la hermana de Sweety conoció a una mujer que participaba en ASF y que
tenía lesiones de ácido corrosivo. Le contó a la mujer sobre su hermana Sweety. – Esto fue hace muy poco tiempo, cuenta Sweety radiante de alegría. La mujer vino a verme y me contó sobre ASF. Yo nunca había oído hablar de ASF. La mujer dijo que si iba a su centro en Dacca podían operarme hábiles cirujanos plásticos. Miedo de la operación
Sweety estaba muy nerviosa cuando viajó a la capital y acudió a ASF. Le tenía miedo al hospital y a los médicos. Le
habían hecho doler mucho después del accidente. Pero Monira y el resto del personal hablaron mucho con ella, la tranquilizaron y dijeron que con ellos todo el tratamiento era gratis y que le darían calmantes para el dolor. “Nuestros hábiles cirujanos te operarán la boca, la pueden arreglar para que ya no cuelgue. Y probablemente vuelvas a tener movilidad en el cuello.” – Aquí he conocido a muchos otros que fueron atacados con ácido o gasolina, que fueron operados y hoy 95
Los médicos toman piel del muslo de sweety y la transplantan al rostro.
Varios días después de la operación tiene vendas en la mitad de la cabeza.
sweety siente nervios y curiosidad cuando los médicos empiezan a quitar las vendas. ¿qué le espera allí abajo?
llevan una vida normal. Me han dado valor. Y conocí niños que también fueron lesionados. Bailé junto a ellos. Y nos reímos mucho juntos. Pero por dentro estoy muy nerviosa. Tengo mucho miedo de la operación. La sonrisa de sweety
Unos días después Sweety es operada. Luego los médicos dicen que la operación salió bien. Tomaron piel del muslo y la transplantaron al rostro. Por varios días estará envuelta en vendajes. Transcurridos 96
unos días, los médicos se reúnen a su alrededor con algunas enfermeras y empiezan a quitar las vendas. Ponen un espejo frente a ella. Sweety clava los ojos en el espejo. ¡La boca ya no cuelga! ¡Puede hablar sin problemas! Gira con cuidado la cabeza, puede moverla sin problemas. ¡Entonces Sweety sonríe! Y la sonrisa de Sweety se extiende a todos los que están a su alrededor. Ella dice: – Sólo quiero llorar. Quiero llorar de tanta alegría.
Las enfermeras quitan los restos del vendaje. sweety aún no sabe cómo resultó...
quiere ser detective
Sweety ha denunciado a su ex esposo por el terrible delito que cometió contra ella. Hay una orden de arresto sobre él. Pero no ha ocurrido nada. Cada tanto él regresa al pueblo a saludar, pero nunca lo detienen. Sweety cree que ha sobornado a la policía. Sabe que vive más al sur y que tiene una nueva esposa. – Aunque ahora sé bien lo que voy a hacer. Voy a hacer que me operen más para que mi cara quede mejor. Y con la ayuda de ASF voy a estudiar. Luego voy a ser detective.
Seré una detective que busque a todos los hombres que evadan sus penas para que sean juzgados. Crearé la agencia de detectives Sweety.
Resulta que sweety apenas puede creer lo que ve. La boca ya no cuelga feamente. Pronto se ve una sonrisa. está muy feliz.
Monira sueña con un gran hospital para sobrevivientes
e qu e s ve mbr a i t r c o ete los h as pa ré d a os en re a un ré a tod sus p os. C tives e S u e a n ad e c et zg s q ad bu e ev an ju de d ty. qu e s e nc i a e e qu age Sw la
– El ácido corrosivo se usa como arma también en otros países, dice Monira. En Pakistán, Uganda, India, Camboya… Pero también se crearon organizaciones filiales de ASF en el exterior. Mi sueño es poder levantar un hospital grande y moderno en Bangladesh. Allí llevaremos a todos los sobrevivientes, incluso de otros países, y ofreceremos formación y cursos de diverso tipo. Tenemos mucho que aprender unos de otros. Y todos compartimos el mismo objetivo: poner fin al uso de ácido corrosivo y gasolina como armas. 97
un día en la vida de Bubly, de 10 años, ha pasado mucho tiempo en el hospital de ASF. Su papá quería tener un varón, cuando en cambio tuvo una niña intentó asesinarla vertiéndole ácido en la boca y en los pies.
07.05 Sola con el osito Mamá se fue a trabajar. Para no sentirme sola abrazo a mi osito preferido. Siempre me pone contenta.
Cuando ocurrió esto la mamá de Bubly, que entonces sólo tenía 16 años, intentó llevar a su hija al hospital. Estaba muy lesionada; los dientes, la garganta y la boca estaban destruidos. Desde entonces Bubly fue cuidada por ASF y la operaron muchas veces. Hoy ya puede comer otra vez, hablar y asistir a una escuela común. Vive con su mamá. Una vez por semana visita el centro ASF para encontrarse con otros chicos lastimados.
07.30 No puedo salir
08.00 Mi vestido preferido Cuando no tengo nada que hacer me pruebo ropa. Este es mi vestido preferido.
Papá quiere que vaya a vivir con él. Yo me niego. Ahora él tiene una nueva familia. Cree que si me mudo allí no habrá ningún juicio y se salvará de acabar en prisión. Cuando me negué dijo que iba a raptarme. Por eso sólo puedo salir si estoy con mamá. Veo que los niños juegan afuera, pero yo no puedo ir allí.
09.30 A la escuela Para que no me rapten al ir a la escuela, siempre voy con una niña vecina y su mamá.
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15.00 Hora de la tarea Otra vez en casa. Primero hago la tarea. Inglés es lo más divertido.
Bubly 16.00 ¡Abrazo a mamá! Al fin mamá llega a casa.
16.30 Juego de amigas Mi amiga Sadi y yo jugamos con muñecos de peluche y con Barbie y jugamos a “serpientes y escaleras”.
18.00 Hora de bailar Mamá también me enseña nuevos bailes.
17.00 Música con mamá Después de la comida mamá me enseña canciones nuevas y a tocar el acordeón.
18.30 Sé buena, mamá… ¿No puedo salir a jugar con los demás chicos? Sola no, dice mamá.
18.35 ¡Hurra! Mamá me acompaña afuera.
Me deslizo bajo la tela mosquitera para dormir. Buenas noches, mamá. Ahora sé qué quiero ser, digo. ¿Qué?, pregunta mamá. Cirujana plástica. Buena idea. Buenas noches, Bubly. 99
TEXTo: MoNICA Z AK FoTo: KIM NAYLoR
19.30 ¡Buenas noches!
neela iba a ser actri El rostro y el cuerpo de Neela están cubiertos de feas cicatrices. Hace algunos años era una hermosa colegiala de 15 años que fue obligada a casarse con un hombre veinte años mayor. Cuando le preguntan si quiere hacerse más cirugías estéticas en el rostro, Neela sacude la cabeza. – Me acostumbré a mis cicatrices y quiero seguir así en el futuro, dice. Ahora Neela dedica mucho tiempo a luchar por otras víctimas del ácido corrosivo. Quiere ayudar a Monira y a ASF luego de toda la ayuda que ella recibió.
–
Y
yo que pensaba ser actriz, cuenta Neela. Crecí en Dacca, la capital. Iba a una escuela común, pero papá me inscribió en un centro cultural al que iba por las tardes. Allí estudiaba canto, danza y teatro. Me encantaba pararme en el escenario y sentir el contacto con el público. Me había decidido a ser actriz y trabajar en los teatros interpretando papeles que narraran problemas profundos y fuertes sentimientos.
TEXTo: MoNICA Z AK FoTo: KIM NAYLoR
Casada a la fuerza
En las fotos viejas de Neela se ve a una joven que parece una glamorosa estrella de cine. Una de esas fotos fue vista por un hombre que trabajaba en el exterior, pero había regresado casualmente para encontrar una esposa. – Mi tío contó sobre un hombre que había visto una foto mía, para él era suficiente. Quería casarse conmigo y con ninguna otra. Yo tenía 15 años y de ningún modo quería casarme. Dije que no. Mis padres me apoyaron. Pero mi tío y algunos parientes intentaron influenciarnos a mis padres y a mí. Este hombre, que se llamaba Akbar, ciertamente tenía 35 años, pero 100
tenía dinero y un buen trabajo en el exterior. Al final accedí a conocerlo. No me gustó en lo más mínimo. Y de ningún modo quería casarme. Lo único que quería era seguir el ciclo superior y después ser actriz. Después de la reunión con el hombre fui a acostarme. En la mañana papá me contó que había accedido a la boda y firmado unos documentos. Su hermano mayor y parte de los familiares lo habían presionado. La boda tendría lugar en seguida, luego Akbar iba a regresar a su empleo en el extranjero y yo podría quedarme a terminar mis estudios. Había prometido que podría seguir viviendo con mis padres. Akbar había dicho: “Puedes hacer todo lo que quieras aunque estés casada. Puedes seguir en la escuela. Me gustan las chicas modernas”. La vida en pedazos
Nada fue como lo prometió. Mi vida se hizo pedazos. No pude quedarme con mi familia sino que tuve que acompañarlo al pueblo adonde vivían sus padres. La noche de bodas estaba terriblemente asusta-
da. Me condujeron a un cuarto con una cama. Lloré sin parar. Intentó obligarme, pero yo no paraba de llorar. Finalmente se rindió. El día siguiente viajó al exterior para seguir con su trabajo, pero yo debía vivir con sus padres. Tenían una granja. Me encerraron en la casa y no pude ir a la escuela. En vez de eso tuve que ayudar en la granja. Mi suegra se quejaba de mí todo el tiempo. Yo no cocinaba bien y hacía todo mal, no sabía cuidar a
los animales y era un desastre trabajando en la cosecha. Yo sólo había ido a la escuela y me había dedicado a la danza, la música y el teatro. Ahora debía saber todo lo de una granja. Para que fueran más amables conmigo, mi papá le pagó dinero a la familia. Pero no ayudó. Luego de unos meses llegó el día que yo tanto temía, mi esposo regresó. Todavía no habíamos tenido relaciones sexuales y volvió a intentarlo. Yo le tenía mucho
iz – quería ser actriz y adoraba estar en el escenario. al principio me negaba mirarme en el espejo después de la primera operación tras el ataque con ácido. Pero me diste valor para atreverme a mirar y no me desmayé, le dice neela a Monira.
miedo, pero también estaba enojada. Le dije que me había engañado. “Dijiste que iba a poder quedarme en casa y seguir en la escuela.” Me golpeó y grité. La gente fuera de la casa preguntó que había ocurrido, pero el gritó: “Todo está bien”. un vaso con ácido
Después de un momento él salió. Seguí acostada en la cama temblando, pero al final logré dormirme. De repente me desperté porque él estaba
en la puerta con un vaso en la mano. Dijo que traía un vaso de agua por si le daba sed. Vi que estaba enojado, pero no podía sospechar lo que pensaba hacer. No había agua sino ácido en el vaso. Se acercó a la cama y me arrojó el ácido directamente a la cara. El dolor fue increíble. Recuerdo que oí una voz que gritaba: “Este es tu castigo”. Yo gritaba: “¡Mamá! ¡Papá! ¡Ayúdenme!” Los vecinos vinieron corriendo y me llevaron al
hospital. Un pariente me llevó de allí a ASF. Tuve suerte porque llegué allí antes de las 48 horas. En la clínica hay guardias las 24 horas, así que me operaron de inmediato. Después Neela se negó a mirarse en el espejo. Ella que producía sensación por su belleza sabía que su rostro estaba casi negro y arruinado. Había oído que muchos se desmayaban al verse a sí mismos en el espejo por primera vez tras haber sido expuestos al ácido.
Al final me animé. Monira y muchos con el rostro dañado hablaron conmigo. Me dieron valor para que me atreviera a mirar. No me desmayé. Monira de visita
Hoy es un gran día. La familia acaba de mudarse a una nueva casa en la ciudad de Sirajgang, donde el papá de Neela trabaja como policía. Lo grandioso es que Monira irá a saludarlos. Viajó muchas horas en auto para llegar. 101
¡Viene Monira! es un gran día para neela. Monira viene de visita tras haber viajado en auto varias horas para llegar allí. Recibe un cálido abrazo de bienvenida.
Neela va a su encuentro radiante de alegría. Se abrazan y van de la mano por las calles estrechas. Ya en la casa se recuestan en la cama y hablan durante horas. – Recuerdo cuando viniste con nosotros, dice Monira abrazando a Neela. Estabas muy mal. La piel estaba corroída por el ácido, oscura y dura como el cuero. Transplantamos piel de otras partes de tu cuerpo a la cara en seguida, pero honesta-
mente, no creí que fueras a sobrevivir. – Un mes más tarde entré en la unidad de entrenamiento físico. Allí vi a una chica totalmente cubierta de vendajes, pero de pie y entrenando. Pregunté, “¿Quién es?” Cuando alguien dijo, “Es Neela”, me puse muy feliz. Fue un milagro que sobrevivieras. Tres meses después y tras varias cirugías plásticas pudiste volver a casa. – Podemos seguir trabajan-
do con tu rostro, dice Monira. Puedo arreglar una nueva operación. Neela sacude la cabeza. – No es necesario. No me interesan más las cirugías plásticas. Me acostumbré a mis cicatrices y quiero seguir así en el futuro. el esposo en prisión
Con la ayuda de su papá y de ASF, Neela denunció a su exesposo. Hoy está en prisión. – Así que ya no tengo que temer por él. Y hoy me atrevo a mostrar mi rostro sin avergonzarme. Me atrevo a hablar en público, lo hago a menudo. Soy una gran activista que trabaja contra la
violencia. Dirijo manifestaciones. Voy a ver a las autoridades y exijo cosas. Visito escuelas e intento influir para que ninguno de los alumnos nunca arroje ácido o gasolina. Eso es importante. En mi ciudad hay 160 activistas, todos víctimas de ataques con ácido o gasolina. Peleamos y hacemos manifestaciones. Y nos apoyamos unos a otros. Formamos una red y averiguamos si hay nuevas víctimas del ácido. Entonces vamos a verlas. Hoy la mayoría sabe en Bangladesh que si alguien fue rociado con ácido se le deben arrojar cubos de agua y seguir así mucho tiempo. A veces encontramos per-
Cuando Monira dice que puede organizar una cirugía plástica más si neela quiere, neela sacude la cabeza. – Me acostumbré a mis cicatrices y quiero seguir así en el futuro.
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Cuando las amigas vienen de visita, neela saca el sari de su boda. Hasta bromea con su fatídico matrimonio.
sonas con viejas heridas. La semana pasada encontramos a dos. Les contamos que pueden recibir ayuda gratis de ASF y que podemos organizar su transporte hacia el hospital. En lo personal, Neela regresó a la escuela. – Mientras quieras seguir estudiando tendrás una beca de ASF, dice Monira. Si quieres ir a la universidad también vamos a pagarlo. Puede bromear
Neela tiene muchas amigas. Hacen la tarea, escuchan pop en la radio y bailan en su cuarto. Hoy vienen de visita Luna, Rita y Putui para ver la nueva casa. Neela se ríe mucho, hace chistes y hasta puede bromear con su fatídico matrimonio. Saca el sari de su boda y se lo enseña a las amigas. – No entiendo cómo puedes estar tan contenta y arreglártelas para conocer a nuevas personas, dice una de ellas.
– Pero yo no he cambiado. Tengo mis cicatrices, nunca se van a ir. Pero por dentro soy la misma Neela de antes. Perdonó a los padres
Una amiga le pregunta si no está enojada con sus padres. Ellos la obligaron a casarse con ese espantoso hombre. – No, entiendo cómo ocurrió. Los engañaron. No lo hicieron con malas intenciones. Los he perdonado. El papá se presenta y dice que está bien que Neela estudie. Dice que ella es lista y buena en el pensamiento
lógico. – Creo que sería una buena abogada, dice. – Aunque me interesa más estudiar administración en la universidad. Quiero trabajar en un banco. – Será como tú decidas, dice el papá riendo. Nunca más haremos algo contra tu voluntad. Mamá y yo estamos muy orgullosos de ti.
neela ha perdonado a sus padres por haberla obligado a casarse y su papá ayudó mucho para enviar al ex-esposo a prisión. – Mis padres fueron engañados, dice neela.
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“un buen musulmán no arroja ácido” Cuando Asma, la hermana de Mohammed, se negó a casarse con el hijo de la familia más poderosa del pueblo, este se vengó arrojándole ácido corrosivo. – Logramos que fuera a prisión de por vida, pero su familia nos persigue constantemente. Yo quiero enseñar que nuestra religión se opone a la violencia. Un buen musulmán no arroja ácido, dice Mohammed. – Cuando era niño teníamos
una pequeña granja, cuenta Mohammed, de 14 años. Estábamos bien. Pero el hijo de la familia más rica y poderosa quería casarse con mi hermana Asma. Ella no quería. Él dijo que si no lo hacía iba a ocurrir algo horrible. Aun así ella se negó. Una mañana temprano, cuando mi papá salió a decir su oración matutina y dejó la puerta abierta, él entró y le arrojó ácido corrosivo a Asma. – También me cayó un poco a mí y desperté por el dolor y los gritos de mi hermana. Mi hermano mayor encendió una linterna y vio quién había sido. Él y papá llevaron a Asma al hospital. Ella perdió la vista de un ojo, pero sobrevivió.
TEXTo: MoNICA Z AK FoTo: KIM NAYLoR
Prisión perpetua
– Mi familia denunció al que había arrojado el ácido. Tuvimos que vender toda nuestra tierra para pagar el juicio. Ahora somos pobres, pero él fue condenado a prisión perpetua. Entonces su familia rica y poderosa comenzó a perseguirnos. Hoy papá arrienda tierras. Cuando es tiempo de la cosecha, dejan sus vacas en nuestra tierra para que destrocen los cultivos. Amenazan con cortarnos el tendón de Aquiles para hacernos decir
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que dimos falso testimonio y así lograr un nuevo juicio. – Yo tenía siete años cuando Asma fue atacada y comenzaron las persecuciones a mi familia. Ahora tengo 14. Me siento muy pequeño y asustado, en lo único que encuentro seguridad es en Alá. Él es fuerte. Voy a primer año de la escuela de Corán. Quiero ser profesor de religión o imán. Entonces voy a enseñar que nuestra religión se opone a la violencia. Un buen musulmán no arroja ácido. Felizmente casada
Asma, la hermana de Mohammed, ahora está casada con un hombre a quien ama. Tienen una pequeña hija y ella trabaja en el centro ASF de la capital. Todas las vacaciones su hermano Mohammed viaja y se queda con ella en Dacca. – Entonces puedo relajarme y sentirme seguro, dice Mohammed.
Mohammed y su hermana asma.
i m “¡Los verda u R l o Id Cinco años atrás formaba parte de Idol. Desde entonces todos en Bangladesh saben quién es Idol-Rumi. Es el cantante más popular del país y participa en las manifestaciones contra los que arrojan ácido corrosivo. – Ningún hombre de verdad arroja ácido, dice.
“Gritaban cara de mono” Cuando Mamun era recién nacido, un pariente le arrojó ácido corrosivo en el rostro. Al empezar la escuela lo acosaban y los niños le gritaban “cara de mono”. Mamun acaba de pasar por la décima cirugía plástica y hoy ya nadie le grita cara de mono. –Mi valiente mamá hizo que
acabaran los acosos en la escuela y el pueblo, dice Mamun, de 9 años. Todos los niños se burlaban de mí. Cuando empecé la escuela se pusieron a mi alrededor y gritaron “cara de mono” o “mono marrón”. Corrí a casa llorando y me negué a volver a la escuela. Entonces mamá fue allí. Habló con los maestros y los niños. Luego me atreví a regresar a la escuela y los acosos se acabaron. Hoy ya nadie me grita “cara de mono” o “mono marrón”. Esto es lo que había ocurri-
do: la familia de Mamun es pobre. Un pariente les dio un terreno donde levantar una casa y cultivar un poco. Un día el pariente exigió que le devolvieran la tierra. El papá de Mamun se negó. Por la noche vino el pariente y le arrojó ácido al recién nacido Mamun y a sus padres. – Desperté con un dolor ardiente, cuenta la mamá, Mageda. Al ver a mi niño noté que estaba terriblemente lesionado. Lo tomé en brazos y corrí a ver a un doctor del pueblo. Él conocía a ASF. Y sabía que si iba a su hospital
La mamá de Mamun detuvo los acosos en la escuela. También a ella le arrojaron ácido corrosivo en el brazo.
dentro de las 48 horas, la persona dañada con ácido a menudo se salvaba y las heridas no eran tan peligrosas. Mi niño estaba muy herido, a mi marido y a mí no nos había caído tanto ácido. Creímos que Mamun iba a morir. El rostro estaba muy lesionado. Acaba de pasar por
aderos hombres no arrojan ácido!” Rumi participa en las mani-
país. Había trabajado en el exterior durante ocho años antes de volver a casa. Dos días después vio a una chica. La mitad del rostro era hermoso, la otra mitad estaba totalmente dañada por el ácido. – Mi tío se enamoró de inmediato. Hoy están felizmente casados. Desde entonces me siento muy cerca de todos los afectados. Lo siento en el alma y quiero luchar contra esto por el resto de mi vida. Suelo decirles a los hombres del público que deben respetar la voluntad de las chicas y las mujeres. No deben vengarse arrojándoles ácido. Digo que un hombre que arruina el aspecto de una
chica va a ser detestado el resto de su vida. – Pienso que uno debe utilizar la fama para influir en otros.
escucha a idol-Rumi en YouTube: Rumi.Bangladesh
Rumi junto a amigos de asF a quienes arrojaron ácido.
TEXTo: MoNICA Z AK FoTo: KIM NAYLoR
festaciones por los lesionados con ácido y habla con ellos entre una canción y otra en sus conciertos. – A menudo doy conciertos y voy a la TV y a la radio. Entonces siempre me dirijo a los hombres del público. Digo que los verdaderos hombres no arrojan ácido. Los verdaderos hombres no ven las cicatrices en el rostro y en el cuerpo de los que fueron lastimados. Un verdadero hombre no se fija en la apariencia, todas las personas son hermosas. Fue el tío del cantante Rumi el que le hizo prestar atención a lo que ocurre en su
su décima cirugía plástica. – Soy un chico totalmente normal que va a segundo grado, dice Mamun. Tengo muchos amigos y juego al críquet. Sigo al equipo de críquet Royal Bengal Tigers.
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