Acontecer Provincial No2, Año 2019

LO QUE SIGNIFICÓ HERMANA ORFA ARDILA PARA LAMITEA – PANAMÁ Hablar sobre la Hermana Orfa es traer a nuestras memorias a una mujer religiosa que vivió cada momento con alegría, dedicación y preocupada por el sufrimiento de los que tenía en su entorno.

Su partida dejó un gran vació en nuestras vidas y más aún para los que compartíamos con ella casi a diario. Hasta unos días antes de que cayera enferma yo hacía alarde de la agilidad, a pesar de su edad, con la que contaba la hermana Orfa. Siempre estaba en movimiento y ocupada en algo. Su vida como misionera la vivió y disfrutó a plenitud.

La alegría de la hermana Orfa era contagiosa. Siempre que nos reuníamos, nos encontrábamos, o visitaba había una sonrisa en su rostro y me hacía recordar las palabras de Santa Teresita del Niño Jesús quien decía: ¨Todo lo que hacemos por ordinario o pequeño que sea hay que hacerlo con amor¨. De ella como miembros de LAMITEA aprendimos mucho, y ella conocía a la perfección las fortalezas y debilidades de cada uno de nosotros. Por las ocupaciones que cada uno de nosotros tenemos diariamente fue enfática en decirnos que ¨LA MISION TAMBIEN SE HACE DESDE NUESTROS LUGARES DE TRABAJO¨. También reconocía cuando atravesábamos alguna dificultad y nos ayudaba hacerle frente a esa situación y encontrar una salida.

Su dedicación como misionera, en el tiempo que la tuvimos con nosotros en Tortí, fue extraordinaria. Una semana antes de caer enferma estuvo trabajando en la fiesta patronal de una comunidad de su sector, San José, dónde es hasta difícil llegar en carro doble tracción, no hay electricidad ni acueducto y dejó todo tan bien organizado que no fueron dos bautizos si no nueve. Esa es una pequeña muestra de su vida de misionera. Su entrega a DIOS, el esparcir la semilla y de hacerlo con amor.

En cada una de las comunidades de su sector de misión quedan muestras de su dedicación como lo son: Apoyar a los miembros de las comunidades en la construcción de sus capillas.

Mantener activo los delegados, catequistas, cursillistas y jóvenes de su sector.

Soy testigo de ver la compasión que la hermana Orfa sentía por el que sufría. Visitaba a los enfermos. Pero, había algo que la movía para impedir que un matrimonio se rompiera. Cuando escuchaba de algún matrimonio que estaba pasando por un momento difícil y que lo que se veía venir era una ruptura, ella trabajaba con esa familia hasta poner todas las piezas en su lugar y lograr recomponerla. Fueron muchos los matrimonios que hermana Orfa rescató. En nuestras reuniones de LAMITEA muchas veces escuché una canción que casi siempre nos ponía y creo que el título es ¨BENDECID OH SEÑOR LAS FAMILIAS TAMBIÉN¨ El legado del paso de la hermana Orfa por nuestra comunidad es enorme y puedo enumerar algunas: Nos ayudó a crecer como seres humanos y como cristianos.

Nos enseñó a amar la creación de Dios.

Nos enseñó a tener una sonrisa en nuestro rostro.

Nos enseñó a preocuparnos por los más débiles y sufridos.

Nos enseñó, sobre todo, a amar a JESUS EUCARÍSTIA y a nuestra madre la Virgen MARÍA.