Acabemos con esto ahora
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Editorial
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POR WILIANE S. MARRONI
Necesitamos romper el silencio impuesto por los que abusan de los niños, las mujeres y los ancianos.
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doméstica. El número surge de una encuesta realizada a 138 mil mujeres de 54 naciones. Entre los países estudiados, la Rep. del Brasil encabeza la lista de problemas de violencia doméstica. Como un grito de advertencia contra el abuso y la violencia, y ante este cuadro de dolor y sufrimiento, la Iglesia Adventista del Séptimo Día desarrolla anualmente la campaña educativa “Rompiendo el Silencio”, a fin de orientar a las víctimas en la búsqueda de ayuda ante las autoridades competentes, quebrando así el círculo vicioso de la violencia. Todos necesitamos abrir los ojos ante cualquier señal de violencia familiar. Los padres no deberían subestimar los cambios de comportamiento de sus hijos pequeños. Ellos podrían estar clamando por auxilio a su manera. Los hijos deberían prestar atención a cualquier cambio de actitud de sus padres ancianos, porque podrían estar recibiendo maltrato de alguien de su entorno. Las mujeres deberían hablar y, si es necesario, gritar, pero no deberían permitir la violencia hacia su persona. Rompamos el silencio: denunciemos; es un acto de amor hacia nosotros mismos y hacia nuestros semejantes. Las víctimas de la violencia merecen ser felices. La reacción ante este problema que destruye a los hogares y a la sociedad debe partir de cada ciudadano. Que cada lector de esta revista, preparada con seriedad y cariño, pueda involucrarse activamente en esta campaña. El grito de socorro proviene de lo íntimo de miles de víctimas: ¡Terminemos con esto ahora! ◾ Wiliane steiner marroni es directora del proyecto “rompiendo el silencio” para sudamérica.
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odos los días, los medios de comunicación exhiben un terrible cuadro de violencia, que se desarrolla amenazante alrededor del mundo. Los titulares señalan: “Mantuvo cautiva a su pareja en una cárcel improvisada, por temor a la separación”; “Marido celoso asesina a su mujer de un disparo”; “Padres irresponsables abandonan a sus hijos encerrados en el domicilio y salen a emborracharse”; “Hijo inescrupuloso abandona a su madre y la deja sin alimentos ni medicinas porque le roba su dinero”. La violencia se ha instalado en el seno de las familias y está dejando sus profundas huellas en las generaciones que serán el futuro de una nación. Los niños, las mujeres y los ancianos son las principales víctimas de una sociedad enferma, sin principios y sin amor. La mayoría no se anima a denunciar al agresor, por temor a las represalias o por miedo a agravar la situación. ¿Qué podemos hacer? Algunos países han sancionado leyes que intentan proteger a los miembros más vulnerables de la sociedad. Necesitamos disminuir el impacto de este terrible flagelo social. Es el deber moral de cada ciudadano. Según la Organización Mundial de la Salud, la violencia es la causa de casi el 7% de todas las muertes de mujeres entre 15 y 44 años, alrededor del mundo. En algunos países, hasta el 69% de las mujeres confiesan haber sido agredidas físicamente y hasta el 47% declara que su primera relación sexual fue contra su voluntad. El alcoholismo, el estrés en la familia, el desempleo y los problemas económicos son generalmente el disparador de la violencia y el maltrato infantil. Una investigación realizada por la Sociedad Mundial de Victimología constató que el 23% de las mujeres en la Rep. del Brasil ha sido víctima de algún tipo de violencia
Contenido 4 6
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eDItorIAL ¡Terminemos con esto ahora!
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entreVIstA Ella no se calló estADÍstIcAs Un panorama terrible
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AbUso seXUAL InFAntIL Secretos desafiantes
VIoLencIA emocIonAL Abuso ssssilencioso
eDUcAcIÓn Tu familia puede ser feliz
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comPortAmIento Todos los días
PerDÓn Perdonar o no perdonar: esa es la cuestión
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estUDIo De cAso Atentos a las señales
tercerA eDAD Respeto y dignidad
LeGIsLAcIÓn Preconcepto, legislación y eslabones perdidos
Dirección editorial: Pablo D. Ostuni (ACES) Proyecto gráfico: Eduardo Olszewski (CPB) Diseño del interior: CPB, Judith K. de Romero (ACES) Diseño de la tapa: CPB Ilustración de la tapa: William de Moraes (CPB) Ilustración del interior: CPB, Shutterstock IMPRESO EN LA ARGENTINA Printed in Argentina
Primera edición MMX – 29,7M Es propiedad. © Iglesia Adventista del Séptimo Día. Ministerio de la Mujer de la DSA (2010). © ACES (2010). Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723. ISBN 978-987-567-672-5
Rompiendo el silencio : Acabemos con esto ahora / Dirigido por Pablo D. Ostuni / Ilustrado por William de Moraes - 1ª ed. - Florida : Asociación Casa Editora Sudamericana, 2010. 33 p. ; il. ; 27 x 21 cm. ISBN 978-987-567-672-5 1. Violencia familiar. I. Ostuni, Pablo D., dir. II. de Moraes, William, ilus. CDD 261.832 7
Se terminó de imprimir el 18 de mayo de 2010 en talleres propios (Av. San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires). Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor. -104439-
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e n t r e V I s tA • m a r í a d a Pe n h a Fe r n a n d e s
Ella no se calló María es una mujer admirada por su coraje, espíritu de lucha e iniciativa en favor de las mujeres que sufren agresión.
Rompiendo el Silencio: ¿Cómo y cuándo conociste a tu ex esposo? Él ¿siempre fue violento? María da Penha: Estaba estudiando un posgrado en la Universidad de San Pablo cuando conocí a Marcos Antonio Viveros. Él era una persona con habilidades para crear grupos, muy afable y querida por todos. Durante los primeros años de matrimonio, continuó siendo así. Poco tiempo después del nacimiento de nuestras dos primeras hijas, consiguió la naturalización brasileña, y fue entonces cuando comenzó a manifestarse su verdadera cara. ¿Cuál fue tu reacción? Al principio, quedé descolocada. Es lo que sucede con la mayoría de las mujeres: tú conoces a una persona y, de repente, cambia. En ese momento, generalmente nos bloqueamos, y comenzamos a pensar que estamos haciendo las cosas mal. Empezamos a creer en la narrativa del agresor, como por ejemplo: “Tú no sirves ni para ser un ama de casa”. Comencé a tener miedo de 4
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los gritos, empecé a evitar las situaciones que ocasionaban discusiones. Aun así, no había manera de evitarlo, pues las agresiones comenzaron a ocurrir sin causa ninguna, incluso sobre nuestras hijas. De paso, es importante destacar que nada debería motivar una agresión. En una relación de a dos, deber haber diálogo y respeto mutuo. Hace algunos años, cuando no había legislación específica, ¿cómo era la vida de una mujer que sufría lo que tú sufriste? En realidad, no había nada. Los consejos eran del tipo: “Malo con él, peor sin él”. La conversación, en aquel tiempo, era: “Si él no bebe, no te hace faltar nada, no sale de farra; entonces ¿de qué te quejas? ¿Solamente porque él es nervioso?” Ante la sociedad, un hombre así es considerado un marido tolerable y bueno. ¿Cómo era el tratamiento ofrecido a las mujeres agredidas? Generalmente, cuando las mujeres
llegaban a las comisarías, oían la frase: “¿Y qué hizo usted para merecer eso?” Inevitablemente, cuando una mujer iba a denunciar al agresor, era humillada. Las agresiones hacia mi persona comenzaron en 1983. En ese entonces, no había una comisaría exclusiva para atender a mujeres maltratadas. Estas dependencias se crearon recién en 1985. En mi caso, el agresor simuló un asalto y me disparó un tiro mientras yo dormía. A raíz de eso, quedé parapléjica. Después de cuatro meses de internación, él nuevamente intentó matarme por medio de una descarga eléctrica en la ducha. A Marcos lo juzgaron y condenaron dos veces, y salió del juzgado libre, en las dos ocasiones. Sentí una frustración y una rebeldía inmensas. La justicia ¿era lenta en esos casos? En mi caso, la primera condena sucedió ocho años después del hecho. En aquel entonces, un grupo de mujeres se estaba movilizando en contra de la violencia doméstica en mi ciudad, en
Foto: Ricardo Silva
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La Iglesia Adventista del Séptimo Día desarrolla, hace más de ocho años, una campaña contra la violencia doméstica, llamada “Rompiendo el Silencio”. Este tipo de violencia alcanza a los bebés y a los niños, a los ancianos, a las mujeres y hasta a los hombres. Sin embargo, las estadísticas indican que la mujer es la gran víctima de la violencia. Generalmente, las mujeres maltratadas derraman lágrimas silenciosas por causa del sufrimiento que se origina en un lugar inesperado: el propio hogar. Con todo, una mujer como tantas otras, llamada María, decidió cambiar la situación. María da Penha Fernandes, bioquímica y farmacéutica, oriunda de Ceará, República del Brasil, es madre de tres hijas. Ella quedó parapléjica a raíz de un tiro disparado por su ex marido, el economista colombiano Marcos Antonio Heredia Viveros. Al ser víctima de dos intentos de homicidio a manos de su marido, María decidió marcar la diferencia. En esta entrevista, concedida a la periodista Marcia Ebinger, podrás conocer un poco el perfil de esta mujer y las conquistas que logró gracias al coraje que demostró.
¿Cómo fue que la República del Brasil fue condenada por la Organización de Estados Americanos (OEA) con relación a este asunto? Dos Organizaciones No Gubernamentales (ONG) importantes, el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Río de Janeiro) y el Comité Latinoamericano de Defensa de la Mujer (San Pablo), se enteraron de mi historia por medio del libro que escribí. Las dos ONG y yo denunciamos a la República del Brasil, ante la OEA, por la negligencia con la cual se trataba a los agresores en este país. Basada en eso, la OEA condenó internacionalmente a la República del Brasil y le entregó un documento oficial con objetivos para ser cumplidos como país. Por ejemplo, se le obligó a concluir la investigación de mi caso antes de su prescripción. Tuvieron que apresar al agresor y cambiar las leyes penales, a fin de que no se repitieran más casos de violencia doméstica sin condena.
Foto: Ricardo Silva
¿Cómo surgió la Ley 11.340, también llamada “Ley María da Penha”? La Presidencia de la República creó la Secretaría de Políticas, la cual convocó a las ONG que trabajaban a favor de las mujeres víctimas de violencia doméstica. Se organizó un consorcio de ONG, con asesores y juristas. Se hicieron todos los esfuerzos posibles para lograr que las mujeres no vieran impunes a sus agresores.
* Esta carta hace referencia a una carta que se le otorgaba a un esclavo, firmada por su “amo”, cuando obtenía la libertad. Este documento le permitía demostrar su condición y transitar libremente en un territorio donde aún reinaba la esclavitud.–Nota del editor.
Este Proyecto de Ley fue presentado a veinte asambleas legislativas del país y se modificó de acuerdo con la realidad de cada región. En agosto de 2006, el presidente de la República sancionó la Ley 11.340, la “Ley María da Penha”. Esa ley expresa lo que el país necesita en materia de violencia doméstica, aplicable en todos los Estados brasileños.
de casas de refugio, que son lugares secretos donde el juez o la comisaria envían a la mujer agredida. Allí, durante un tiempo, se protege a ella y a sus hijos menores. En ese período se toman todas las medidas de protección, que involucran hasta una posible mudanza. También se crearon los Centros de Referencia, donde todas las mujeres pueden enterarse de sus derechos.
¿Por qué la ley recibió su nombre? Mi caso sobre violencia doméstica fue el primero en llegar a la OEA y, entre las recomendaciones que la Organización entregó a la República del Brasil, constaba que se me debía otorgar una reparación simbólica por lo sucedido. Entonces, decidieron colocarle mi nombre a esta nueva ley.
En caso de agresión, ¿cuál es el primer paso que debe dar una mujer? Debe ir a la comisaría. Pero, si no se siente segura para hacer eso, debe ir a un Centro de Referencia, para tomar conciencia de sus derechos.
Básicamente, ¿qué fue lo que cambió con la creación de la Ley María da Penha? En el pasado, cuando la mujer denunciaba ante la policía un maltrato, las comisarias se sentían impotentes, porque no tenían nada para hacer. Como máximo, registraban la queja, llamaban al agresor, conversaban con él y le pedían que no lo hiciera más. El agresor prometía que se iba a comportar bien y, cuando volvía a su casa, le daba una paliza aún más fuerte a su mujer. Hoy en día, esta mujer puede salir de la casa con los documentos de sus hijos en las manos, llegar a la comisaría, decir que no están dadas las condiciones para que ella vuelva a la casa, y entonces se le proveen todas las medidas de protección. La fuerza policial concurre hasta el domicilio con la orden de desalojar al agresor y, si hay desacato, el agresor queda detenido. En casos de violencia doméstica, la prisión puede ser inmediata. ¿Qué otras iniciativas conoces en relación con la protección de la mujer? La misma ley determina la creación
¿Qué es el Instituto María da Penha? Es una entidad que se está creando en coparticipación con la Universidad de Pernambuco. Con la ayuda de una profesora universitaria, vamos a tratar pedagógicamente todos los ítems de la ley. Tenemos proyectos para visitar escuelas, empresas, etc. ¿Cómo luchas a diario con esta experiencia dolorosa del pasado? Superé todo eso porque Dios no permitió que mis hijas quedaran huérfanas de madre. Cuando sentí que estaba por morir, le pedí a Dios que me mantuviera viva, sin importar las condiciones, a fin de poder cuidarlas. Creo que ese es el sentimiento que mueve a las mujeres cuando piensan que los hijos corren el peligro de quedar en la orfandad. ¿Qué mensaje les dejarías a las mujeres que enfrentan el problema de la violencia y aún no tuvieron el coraje de manifestarlo? Tú, mujer, necesitas saber que tienes el derecho de vivir sin violencia. Por otro lado, como madre, necesitas educar bien a tus hijos. Necesitas crear una cultura de paz en el mundo, y la paz comienza dentro de tu casa.◾ Acabemos Acabemos con con esto esto ahora ahora
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el Estado de Ceará, República del Brasil. Después de eso, resolví escribir el libro Sobreviví, puedo contarlo. Allí detallé el proceso, la investigación policial, las contradicciones de él y otros cuestionamientos. Considero este libro una especie de “carta de emancipación”.*
Estadísticas P O R D I O G O C AVA L C A N T I
UN PANORAMA TERRIBLE ■ Una de cada tres mujeres en el mundo fue obligada a mantener relaciones sexuales contra su voluntad, o sufrió algún tipo de abuso o maltrato, según informa la organización Amnistía Internacional. ■ El abuso sexual de niños está entre los quince mayores riesgos contra la salud, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. ■ Al menos 140 mil varones por año son víctimas de abuso sexual dentro de las prisiones de los Estados Unidos. El problema es aún más común en las cárceles de otros países.
■ Hasta los videojuegos enseñan a abusar. El caso más grave es el del Rapelay, creado por una empresa japonesa. En este videojuego, el participante tiene como objetivo violar jovencitas, fotografiarlas y hacerlas abortar. ■ Más de 100 mil niños y niñas son víctimas de explotación sexual en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. ■ Alrededor del mundo, más de 150 millones de niñas y más de 70 millones de niños han sufrido abuso, según datos suministrados por el Fondo de Naciones para la
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EN LA MIRA DE LA SOCIEDAD Los abusadores tienen miedo. Cada vez es más fácil y seguro que los denuncien, ya sea en Internet, por teléfono o personalmente. Si has sido víctima de algún tipo de abuso, o conoces a alguien que padece este problema, aunque sea un familiar cercano, no lo pienses dos veces: ¡Denúncialo! En la República del Paraguay:
☎ Línea 021 210785 (Asunción)
En la República Argentina: Línea gratuita 0800 666 8537 Observatorio de Equidad de Género: www.buenosaires.gov.ar/areas/des_ social/mujer/observatorio_genero
☎
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Campaña del Ministerio Público por la No Violencia Contra la Mujer http://www.ministeriopublico.gov. py/content/c3/pos2/index.php
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En la República de Bolivia:
En la República del Perú: Línea 100 Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual www.mimdes.gob.pe/pncvfs
☎ Línea 2751534 (La Paz)
☎
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Servicio Nacional de la Mujer. Violencia Intrafamiliar: http://www.sernam.cl/portal/ index.php/vif
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ACABEMOS CON ESTO AHORA
En la República del Ecuador: Línea 2546155 (Quito) Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer www.cepamquito.org
☎
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En la Rep. Oriental del Uruguay: 0800 7263 Ministerio de Desarrollo Social. Instituto Nacional de las Mujeres http://www.inmujeres.gub.uy/ mides/index.jsp
☎
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Fotos: Shutterstock
En la República de Chile:
☎ 02 549 62 100 (Santiago de Chile)
Fotos: Shutterstock / Ilustración: Thiago Lobo
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Observatorio de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos: www.observadsdr.org.bo
IceberG De LÁGrImAs
Violación y homicidio
Denuncia de violación ante la policía
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sexo indeseado como resultado de chantaje, engaño, u otros medios sin ejercer violencia física. Fuente: OMS.
Fotos: Shutterstock
Fotos: Shutterstock / Ilustración: Thiago Lobo
eL DesAFÍo De LA eDAD La población mundial está envejeciendo rápidamente y la sociedad no está preparada para eso. Para 2050, se estima una población mundial de dos mil millones de ancianos. Uno de los mayores temores es el aumento de la violencia contra los ancianos, ya sea emocional, financiera o hasta física y sexual. La Organización Mundial de la Salud advierte que entre el 1 y el 10% de los ancianos que viven en países desarrollados sufre algún tipo de violencia. En los países pobres o en desarrollo, el porcentaje aumenta; sin embargo, se carece de investigaciones o políticas que contribuyan a reducir este flagelo.
Es común encontrar niños y adolescentes en Orkut y en otras redes sociales de Internet, tales como Twitter o Facebook. Muchas veces, los propios padres registran a sus hijos en ellas. Sin embargo, estos padres se olvidan de leer la política de privacidad de ciertos sitios, que señala: “Prohibido a menores de 18 años”. Para tener idea del peligro que representa la pantalla de la computadora, cerca del 90% de las denuncias de pornografía infantil están relacionadas con esta clase de sitios o redes sociales. Fuente: SaferNet
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Violación por extraños o desconocidos
AbUso ONLINE Según el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, cerca de 750 mil psicópatas sexuales están constantemente conectados a Internet en busca de menores. Entran en contacto en los salones de chat, conquistan su amistad, practican el abuso a la distancia (verbalmente o utilizando una webcam) y hasta fijan encuentros reales en algún lugar público. La organización no gubernamental SaferNet recibe un promedio diario de 500 denuncias de pornografía infantil en la red. Fuente: SaferNet
Fuente: OMS
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Fuente: SEDH.
Violación o abuso no confesado por vergüenza, culpa, miedo u otros factores.
r la po do za e for yug n xo se el có r po
ex p vu lota ci lne rab ón s ilid exu a ad so l deb cio i ec do a on óm ica
Denuncia de violación en encuestas
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Abuso sexual infantil POR MARCOS BLANCO
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Existe una secuencia de comportamientos que se puede observar en las víctimas. 8
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Secretos desafiantes
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ué es el abuso sexual infantil? En términos generales, se considera abuso sexual infantil a toda conducta en la que un menor es usado como objeto sexual por parte de un adulto. Es una experiencia traumática, considerada como un atentado a la integridad física y psicológica de la víctima. Veamos el testimonio de una mujer adulta que fue abusada cuando era una criatura: “Mi mente sabe que no fue mi culpa; fue la sociedad, con su inmundicia, que también es la mía. Crecí con
Perfil del abusador Aunque sea difícil de creer, las estadísticas internacionales señalan a los padres biológicos como los principales responsables de los abusos intrafamiliares. Un estudio realizado en Buenos Aires, República Argentina, entre 1989 y 1992, mostró que los abusadores se distribuían así: • 42,5% padres biológicos. • 23,7% parientes cercanos: tíos, abuelos, hermanos, primos. • 17,5% conocidos no familiares.
• 13,8% padrastros. En la mayoría de los casos, del 90 al 95%, los abusadores son del sexo masculino. Debemos admitir que ignoramos la verdadera magnitud del abuso practicado por las mujeres, dado que es difícil develarlo por medio de las víctimas y resulta poco registrado por las estadísticas.
Dilema de las víctimas Existe una secuencia de comportamientos que se pueden observar en las criaturas que fueron víctimas de abuso. Se denomina “Síndrome de acomodación al abuso sexual infantil”. Cinco patrones de conducta aparecen en el siguiente orden: 1. Secreto: El secreto es una de las condiciones previas al abuso. El agresor necesita de esto, y no duda en amenazar a la víctima. Intenta hacerle creer que la revelación de los hechos causará una crisis terrible y peligrosa. De este modo, la fuente del temor se transforma en un candado de seguridad: si te quedas callada, todo andará bien. 2. Desprotección: La lógica adulta espera que la criatura se resista activamente al abuso sexual. Por el contrario, los menores, generalmente, quedan paralizados, mudos y, muchas veces, sin tener la seguridad de si el hecho sucedió
Características de la personalidad asociada a los abusadores: Negación. Excitación sexual con niños. Fantasías sexuales con criaturas. Distorsión cognitiva para justificar o autorizar intimidades sexuales (“No hace daño”. “Si la criatura hace todo lo que le pido es porque a ella le gusta”.) Relaciones sociales superficiales. Incapacidad para entrar en empatía con la víctima. Trastornos mentales asociados: uso de drogas o depresión.
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eso como si formara parte de mi cuerpo; me vestí con eso, comí con eso, lloré con eso, dormí con eso. Parecía que yo jamás podría separarme de ese problema. Sin ninguna duda, me siento absolutamente sola y extremadamente mala. Saber que fui usada lastima mucho más que el dolor físico. Representa la muerte de la esperanza”. La palabra abuso no es suficientemente hedionda como para describir lo que algunos adultos les hacen a las criaturas. La expresión abuso sexual puede considerarse desagradable; sin embargo, con seguridad, no llega a reflejar la sordidez de los actos. En realidad, algunas personas definen las consecuencias del abuso sexual infantil como “un disparo en el aparato psíquico de las criaturas”.
en realidad o se trató de una pesadilla. Cuando el abuso se concreta en su propia cama, la criatura hace que está dormida, modifica su posición o se cubre. La falta de
Indicadores psicológicos específicos
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Actitud de sumisión abierta. conducta agresiva con tendencia a exteriorizar el conflicto. comportamiento pseudomaduro o readaptado. Indicios de actividades sexuales. Juegos sexuales persistentes e inadecuados con criaturas de la misma edad, con juguetes o con sus propios cuerpos; o conducta sexualmente agresiva para con los demás. comprensión detallada e impropia, para la edad, sobre los comportamientos sexuales (principalmente en menores). Permanencia prolongada en la escuela (llegar antes de hora y salir más tarde), sin ausentismo. mala relación con los padres y dificultades para desarrollar amistades. Desconfianza, especialmente con las personas importantes.
Falta de participación en actividades escolares y sociales. Dificultad de concentración en los estudios. brusca disminución del rendimiento escolar. temor exacerbado con relación a los hombres (en los casos en que la víctima es una niña y el abusador, un hombre). conducta seductora con los hombres (en los casos en que la víctima es una niña y el agresor, un hombre). huida del hogar. trastornos del sueño. conducta regresiva. retraimiento. Depresión clínica. Ideas suicidas. AcAbemos con esto AhorA
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Indicadores El principal indicador del abuso sexual es el relato efectivizado por la criatura. Siempre resulta importante creer en ella y en su testimonio. En estudios realizados, únicamente del 1% al 4% de los casos relatados por las criaturas son falsos. En la mayoría de los casos, ellas no inventan un abuso sexual. Dependiendo del estadio de la experiencia traumática que la criatura enfrenta, los indicadores psicológicos tienen características diferentes: en el inicio del abuso es más frecuente detectar señales y síntomas relacionados con el estrés postraumático; mientras, en la fase crónica, se desarrollan conductas asociadas al síndrome de acomodación al abuso reiterado.
Indicadores físicos específicos Lesiones en la zona genital y/o anal. sangrado por la vagina y/o por el ano. Infecciones genitales o de transmisión sexual (sífilis, blenorragia, sida no preexistente en el momento del nacimiento), tumores acuminados (conocidos como verrugas genitales), herpes genital, flujo vaginal infeccioso (con presencia de gérmenes no habituales en la flora normal de las criaturas). embarazo. cualquiera de los indicadores mencionados anteriormente o excoriaciones en el resto del cuerpo, como consecuencia de maltrato físico asociado.
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Qué debe hacerse en caso de sospecha Lo primero y más importante, como ya lo afirmamos, es creer en el relato de la criatura. En muchas ocasiones, cuando los indicios son fuertes, resulta necesario interrumpir el contacto entre la víctima y el agresor durante cierto tiempo, a fin de realizar una evaluación sin presiones sobre el menor. Si la persona que detecta el abuso considera que la criatura se encuentra en situación de alto riesgo, y el adulto no tiene elementos suficientes para intervenir, se debe recurrir a la justicia para informar del hecho y solicitar colaboración. No es necesario tener un abogado en esta fase. Cualquier ciudadano puede realizar estas denuncias. ◾ marcos blanco gerente de redacción de la Asociación casa editora sudamericana en buenos Aires, rep. Argentina.
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de manera espontánea. Muchas veces, esta revelación ocurre extemporáneamente, de modo conflictivo y nada convincente. Por lo tanto, la versión tiene poco crédito, mientras que la criatura va desarrollando problemas de personalidad. 5. Negación: Con la rabia y la desesperación que motivaron la confesión, quedan subyacentes sentimientos de culpa, por el hecho de que la víctima ha acusado a un pariente, y por no cumplir con la obligación de mantener a la familia unida. Eso provoca, en los niños, el arrepentimiento de haber revelado el secreto.
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autodefensa y el silencio no significan que la víctima acepte o disfrute del contacto sexual, sino que representan el mecanismo de defensa más común ante el trauma: creen que la propia percepción dolorosa es improcedente o la niegan completamente. 3. Acomodación: Si el abuso se torna crónico, se inicia una etapa en la cual la criatura queda enredada, porque comienzan a funcionar los mecanismos de adaptación, para acomodarse a las demandas sexuales del adulto. Terminada la situación de abuso, la víctima vuelve a la “normalidad”, disociando de sus actividades normales lo que experimentó durante la agresión. Las criaturas se sientan calladas a la mesa de la familia, retoman sus juguetes y van a la escuela. Para conseguir esa apariencia de normalidad, entran en acción los mecanismos de defensa, que se caracterizan por mantener las experiencias traumáticas y los sentimientos asociados a ellas totalmente separados de los restantes hábitos diarios. Todos esos mecanismos son considerados extremadamente útiles para la supervivencia en la infancia. Mientras tanto, constituyen grandes obstáculos para conseguir la integración de la personalidad adulta. 4. Revelación tardía, conflictiva y nada convincente: En general, el secreto raramente viene a la luz fuera del grupo familiar, por lo menos
República del Brasil
República del Ecuador Datos conservadores indican que al menos 4 de entre cada 10 criaturas ecuatorianas que van de los 6 a los 13 años de edad resultan abusadas sexualmente. el ecuador se ha convertido en un destino mundial de turismo sexual infantil.
Estadísticas mundiales Una de entre 4 a 6 mujeres y 1 de entre 7 a 9 hombres sufren algún tipo de abuso sexual antes de los 18 a os. en 2002, 150 millones de ni as y 73 millones de ni os menores de 18 a os fueron víctimas de relaciones sexuales forzadas o de otras formas de violencia física y sexual en el mundo. cada a o se eleva en 1,8 millones el número de víctimas de malos tratos con esa finalidad (Unicef, 2006).
República de Bolivia seis de cada 10 criaturas y adolescentes sufren malos tratos en el ambiente familiar. tres de ellos son víctimas del abuso sexual en el ámbito familiar, escolar o en el trabajo. en el 97% de los casos, la víctima de abuso sexual es una niña o un adolescente abusado por sus parientes, padrastros o padres. se estima que 350 niñas y adolescentes al año son explotadas sexualmente con finalidades comerciales.
Las criaturas son víctimas de abuso sexual en el 69% de los casos. en 2005, cada 8 minutos una criatura era víctima de un pedófilo: en el 67% de los casos, eran abusadas por los padrastros y en el 20%, por los propios padres. cuando a un pedófilo se lo encarcela, de acuerdo con el artículo 213 del código Penal, llega a ser condenado, como máximo, a 10 años de prisión; pero, por buen comportamiento, queda libre después de 2 años. Y es muy probable que rápidamente vuelva a cometer el mismo crimen.
República del Paraguay Las pocas investigaciones que existen hablan de que entre el 71 y el 75% de las prostitutas sexuales de ciudades como Asunción, ciudad del este y hernandarias son menores de edad. A casi todas se las “inicia” en esa actividad entre los 12 y los 13 años.
República Oriental del Uruguay
República del Perú cada día se denuncian 13 casos de abuso sexual infantil, con un total de casi 5.000 casos anuales. se estima que 9.600 menores fueron víctimas de este tipo de explotación en 2006.
Diariamente, existen de 10 a 12 denuncias de abuso sexual contra menores. el 80% de los casos ocurre en el ambiente de la familia.
República de Chile Durante 2008, hubo 4.556 casos de abusos sexuales contra menores, lo que significa 12 criaturas atacadas por día. el delito que más se comete es el abuso sexual sobre menores de 14 años.
República Argentina Las estadísticas más conservadoras muestran que una de cada 5 criaturas y uno de cada 8 a 10 jóvenes sufrieron abuso sexual antes de cumplir los 18 años. De 2006 a 2007, las denuncias diarias de abuso sexual infantil aumentaron un 50%.
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América Latina: fenómeno ampliado Investigaciones realizadas por organismos no gubernamentales nos muestran que el 65% de los niños de la calle en las capitales de los países de América Latina están involucrados, de un modo u otro, en explotación sexual. De estos, el 15% sobrevive de los contactos sexuales remunerados y el 50% se involucra en alguna manera de explotación sexual, aunque no de forma sistemática. De acuerdo con Unicef, en América Latina y en el caribe mueren 50 mil criaturas anualmente por causas derivadas del abuso sexual.
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Números de violencia
Violencia emocional P O R C L ÁU D I A B R U S CAG I N
El abuso emocional es tan destructivo como el abuso físico. no deja marcas rojas, ni cortes, ni huesos quebrados; pero deja cicatrices psicológicas profundas, destruye la autoconfianza y la autoestima de la persona que vive el abuso, y de las criaturas que están a su alrededor, marcando un patrón futuro de comportamiento: en las niñas, de permitir ser abusadas por los compañeros; y en los niños, de ser futuros abusadores, a pesar del sufrimiento vivido en la infancia. Al abuso emocional se lo define como cualquier valorización, no
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vía más por quienes están alrededor de ella. Por suceder de una manera sutil, muchas veces pasa desapercibido por los familiares y por los amigos de la víctima. En general, la víctima no piensa y ni siquiera siente que el abuso es abuso, y se va anestesiando con relación a la situación. Esta forma de abuso afecta principalmente a las mujeres y a las criaturas,
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a violencia doméstica y el abuso pueden sucederle a cualquier persona. Sin embargo, casi siempre este problema es encarado con negligencia, y el abuso termina siendo excusado o negado. Esto es especialmente verdadero cuando el abuso es psicológico, y no físico. El abuso emocional es frecuentemente minimizado, a pesar de dejar cicatrices profundas y duraderas. Normalmente, es muy difícil reconocer un abuso emocional, aun por parte de la propia víctima, toda-
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cias. El abuso se intensifica cuando ellos sienten que van a perder al compañero o cuando la relación termina (el 75% de las muertes violentas de mujeres suceden después de la separación). Los abusadores actúan a partir de fuertes sentimientos de inadecuación y vergüenza de sí mismos, y quieren hacer inferiores a sus compañeros, para sentirse mejor.
Hasta que tú no consigas reconocer el abuso emocional y verbal, continuarás sufriéndolo en tu vida, porque vas a continuar dejando que los amigos, los conocidos y hasta los extraños te agredan de tal manera que te pisoteen o que no tengan en cuenta tus sentimientos. Muchas veces, el abusado confunde las acciones abusivas como si fuera merecedor de ellas.
ciclo del abuso Abuso: El compañero agrede con palabras, actitudes o comportamientos agresivos y/o que humillan. El abuso es un juego de poder para mostrar “quién manda”.
Emboscada: El abusador queda a la expectativa y pone su plan en acción, creando una situación en la que pueda justificar el abuso.
Culpa: Después del abuso, el compañero siente culpa, pero no por lo que hizo. Él está más preocupado por la posibilidad de ser descubierto y por las consecuencias que puede acarrear el comportamiento abusivo.
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importa el origen, que paraliza o humilla a una persona, manteniéndola aprisionada al pasado, al mismo tiempo que contempla el futuro a través de la perspectiva negativa de las relaciones interpersonales abusivas. Cuando se está en una relación abusiva, el compañero siempre se acuerda de aquello que fue malo, de aquello que el otro no hizo bien, de aquello en lo que se equivocó, y le afirma constantemente la incapacidad que tiene de hacer alguna cosa diferente de las que están mal hechas. El abuso emocional funciona como un “lavado de cerebro”, y la víctima aprende que todo lo que hace está mal, que todo es su culpa, que no sabe, ni puede hacer nada. Si las palabras de tu compañero/a te hacen sentir pequeña/o, sin valor o humillada/o; y si él/ella no te respeta, ni tiene en cuenta cómo te sientes, eso es abuso emocional. Y hay algo todavía más importante: ¡Eso es inaceptable! Las relaciones interpersonales abusivas se caracterizan por tener muchos celos, negación de la emoción, falta de intimidad, accesos de rabia, coerción sexual, infidelidad, amenazas, mentiras, promesas rotas, juegos de poder y control. El abuso emocional es tan destructor como el abuso físico, a pesar de ser mucho más difícil de reconocer. Por eso, también es difícil que las personas se puedan recuperar de él. Este abuso se encuentra, típicamente, alternado con declaraciones de amor y afirmaciones de que todo va a cambiar. De este modo, el compañero abusado queda “enganchado”, es decir, prisionero de las promesas que nunca se cumplen. Las relaciones interpersonales abusivas empeoran con el tiempo. El abuso emocional y el verbal cambian, con frecuencia, hacia amenazas más abiertas o hacia el abuso físico, particularmente en los períodos de estrés. Los abusadores son personas controladoras y con caren-
Fantasía y planeamiento: El abusador comienza a fantasear acerca de la manera de abusar nuevamente de su pareja. Invierte mucho tiempo pensando en lo que hace mal, con quién conversa por teléfono y cómo va a “pagar” por las cosas que hizo mal. Entonces, el abusador planea transformar la fantasía del abuso en realidad.
Comportamiento “normal”: El abusador hace de todo para conseguir el control nuevamente y mantener a la víctima dentro de la relación. Puede actuar como si nada hubiera sucedido, o puede actuar muy seductoramente, arrojando todo su encanto sobre su pareja. Esta “luna de miel”, este momento de “dulce paz”, puede hacer surgir la esperanza de que realmente se operó un cambio esta vez (pero ¿cuántas veces ya sucedió esto?). AcAbemos con esto AhorA
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hacerte pensar que estás loco/a, hacerte juegos mentales. Amenazas de lastimarte física o emocionalmente. Amenazas de divorcio, traición, suicidio, llevarse a los hijos lejos, contarles a todos sobre tus defectos de carácter. Amedrentarte por medio de la mirada, de los gestos y de la voz fuerte, romper cosas, destruir posesiones, conducir el vehículo a máxima velocidad. Amenazarte con hacerte la vida imposible. Tomar todas las grandes decisiones, actuar como el “dueño de la casa”, actuar negligentemente con el trabajo, el cuidado de los hijos y las responsabilidades de la casa. Patrones abusivos de seducción, tales como forzarte a hacer las cosas contra tu voluntad, criticar tu desempeño sexual, contar intimidades de la relación a personas extrañas. No permitirte que trabajes, o entorpecer tu trabajo, controlar tu acceso al dinero, esconder inversiones. Controlar lo que haces, con quién sales, con quién te encuentras, con quién hablas. Negarte el acceso al vehículo. Alejarte, deliberadamente, de tus contactos de apoyo.
Y el ciclo continúa Las disculpas y los gestos de amor entre los episodios hacen que la situación sea difícil de rechazar. Siempre queda la esperanza de un cambio y, con el tiempo, la persona abusada queda como anestesiada, entendiendo y aceptando que la relación funciona así: para recibir un poco de amor y cariño, necesita someterse a un período de sufrimiento. El abusador le hace creer, a su pareja, que es todo para él, que las cosas serán diferentes y que él realmente la ama. Mientras tanto, el peligro de permanecer dentro de la relación existe, y es real.
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¿Cómo te recuperas de un abuso emocional? 1. Debes entender que el cambio es inevitable y que tú tienes las fuerzas suficientes para hacer los cambios que necesitas hacer. Ciertamente, no vas a lograr hacer todos los cambios de una sola vez, porque tal vez ni alcances a saber exactamente lo que necesitas. Puedes comenzar haciendo algún cambio pequeño, para ver cómo te sientes. Comienza a cuidarte un poco, sentarte a la mesa para tomar el desayuno, hacer gimnasia o tomar un largo y agradable baño de inmersión. 2. Comienza a reprogramar tu mente. Tú puedes esperar hasta que las cosas mejoren para comenzar a creer que van a mejorar; o puedes acelerar la marcha de tu recuperación comenzando a creer en las mejoras, independientemente de los cambios. Aun cuando el cuadro de situación continúe siendo el mismo, o haya cambiado muy poco, la gran diferencia estará en cómo te sientes con respecto a tu abusador. Tu actitud mental marcará la diferencia. 3. Busca ayuda y apoyo. Existen grupos de apoyo, terapeutas, consejeros, amigos y otros profesionales de la salud que entienden la dimensión de tu sufrimiento y podrán ayudarte. No te confundas: el abuso emocional sí es violencia doméstica. 4. Busca información. No eres la única persona que está en las manos de un compañero abusador. Algunos golpean; otros, no. Pero todos se comportan de un modo muy parecido. Todos dicen las mismas cosas crueles. Tú, rápidamente, vas a percibir que, como todos ensayan el mismo “guión”, lo que ellos dicen no es sobre ti, sino acerca de ellos. 5. Comienza a contar tus bendiciones. Es verdad que pasaste por situaciones inimaginables, de dolor y sufrimiento inmerecido. Sin ninguna duda,
aún estás muy herido/a, pero tienes una elección. Puedes quedarte mirando el dolor, o puedes comenzar a mirar hacia las cosas por las cuales puedes agradecer y celebrar. Hasta aquí, el Señor te protegió y podrás comenzar a superar esta situación. Resérvate un tiempo cada día, al inicio o al finalizar la jornada. Demuéstrate agradecido/a a Dios por tu salud y la de tus hijos, por la sonrisa que alguien te ofreció, por cualquier cosa buena que te haya sucedido. Dale gracias a Dios por una amabilidad recibida, por el sol brillante y por la belleza de las cosas sencillas. Si te comprometes a demostrar tu gratitud a Dios por diez bendiciones recibidas, tendrás que encontrarlas. Al crear este hábito, verás cuántas más serás capaz de encontrar. Estas ideas son solo un comienzo. Todas esas sugerencias son para alejarte del círculo del abuso y el dolor, para cambiar tu mentalidad de víctima y para que recobres el concepto del valor que tienes como persona. Existen muchas cosas que puedes conseguir y conquistar en la vida. La jornada de recuperación del abuso emocional es un camino que se va alejando del miedo, de la vergüenza, de la humillación y de la incapacidad para creer que tus hijos y tú pueden tener una vida mejor. Nadie sabe lo que traerá el futuro, pero puedes tener la seguridad de que será mucho más feliz de lo que puedes imaginar ahora.◾ Cláudia Bruscagin es psicóloga y docente de la Pontificia Universidad Católica.
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Formas de abuso emocional Desvalorizarte, colocarte apelativos,
TÚ ME RESPETAS Y YO TE RESPETO SOY VALIOSO
Comprender desde la infancia que es necesario el respeto mutuo ayuda a las personas a desarrollar una vida adulta equilibrada y feliz. Del mismo modo, saber que son valiosas a los ojos de los demás, dignifica sus vidas y les otorga una autoestima sana. Estos son los principales objetivos de estas dos obras, pensadas para niños en edad escolar.
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Asociación Casa Editora Sudamericana 15 Acabemos con esto ahora
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Ester Silva de Primucci
Entretenimiento POR SUELI FERREIRA DE OLIVEIRA
¡Basta de violencia!
La violencia no es graciosa, pero aquí tienes algunas actividades para que descubras un poco más acerca del tema, sepas cómo defenderte y valores la paz.
▶ ¡Qué pena! La violencia está en todas partes. Podemos encontrar casos de agresión y abuso en distintas clases de familia:
Solución:
Rica
Pobre
Religiosa
No-religiosa
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Tradicional
No-convencional Con estudio Sin estudio
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Ecuéntralas en la sopa de letras:
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Ilustración: Iluminura
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no agrede, no hiere, no ofende. Y toda persona merece ser respetada: hombre, mujer, joven, niño, portador de VIH, discapacitado, compatriota o extranjero. Coloca las letras de la palabra “RESPETARÉ” en cada uno de los espacios vacíos, de manera que las nueve letras puedan encontrarse en cualquier sentido –horizontal o vertical– y también en las áreas de tres por tres.
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▶ Donde hay respeto, no hay violencia. El que respeta
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Tipos de violencia: Agresión física Agresión emocional (psicológica) Abuso sexual Negligencia Contemplar escenas de violencia
▶ Definiciones. ¿A quiénes debemos respeto? Y ¿quiénes deben respetarnos?
1. El quinto Mandamiento nos ordena honrarlos. 2. Son los que nos enseñan en la escuela. 3. Jesús dio a entender que para entrar en el Reino de los cielos hay que ser como ellos. 4. Hay que respetar a las autoridades establecidas para protegernos. Ellos pueden portar armas. 5. Debemos nuestro respeto a las personas que no están bien de salud. 6. Personas con capacidades diferentes, inválidas o con alguna dificultad física. 7. Es nuestro Creador y nos ama muchísimo.
▶ Y, finalmente, para promover una vida sin violencia, es importante aprender a perdonar las ofensas.
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Esto significa que, aunque hayamos experimentado una terrible agresión, no continuaremos el ciclo. Debe cerrarse con nosotros; porque, en lugar de la violencia, lo que deseamos es un mundo de paz.
Ilustración: Iluminura
▶ Dibuja una escena donde se pueda apreciar la paz, el perdón y el respeto.
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Educación
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e acuerdo con el diccionario, la familia es un “grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas”. Pero, en las últimas décadas, este cuadro se ha ido transformando. La familia moderna no solo cobija a los hijos de la propia pareja, sino también a los de sus otras uniones anteriores. Actualmente, hasta los homosexuales que tienen hijos de una unión heterosexual anterior viven bajo un mismo techo junto con su nueva pareja. También existen solteros que aceptan tener hijos sin el compromiso de vivir en pareja, y el creciente número de madres adolescentes o preadolescentes configura también los nuevos contornos familiares.1 18
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Elisabeth Roudinesco afirma que “la evolución en el orden familiar se distingue en tres grandes períodos: en la primera fase, la familia tradicional sirve para asegurar, por encima de todo, la transmisión de un patrimonio; en la segunda, la familia moderna se torna receptáculo de una lógica afectiva modelada; y, finalmente, la familia contemporánea, o posmoderna, que une a dos individuos en procura de relaciones íntimas o de realización individual, sin que para eso sea necesaria una unión eterna”.2 Gina Valbão Strozzi Nicolau ve otro problema: “Con el amor en el ‘centro’, [la familia] pasó a ser, al menos en principio, un encuentro de iguales y no una relación dispar; es un lazo emocional for-
jado y mantenido con la base puesta en la atracción personal, la sexualidad y la emoción”.3 Hoy en día, la familia tradicional enfrenta problemas, pues los hijos tienen poco, o casi ningún contacto con los padres. De acuerdo con Hélio Fraga, son “hijos huérfanos de padres vivos”. “Hay hermanos que crecen como verdaderos extraños, porque corren de un lado para el otro el día entero (gimnasia, natación, artes marciales, ballet, clases de música, cursos de inglés, terapia, lecciones de arte, etc.) y solamente se encuentran de paso por la casa, uno llegando y el otro saliendo. No viven juntos, no salen juntos, no conversan y, para ver a los padres, es necesario hacer una
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No existe competencia, ni violencia ni miedo en una familia bien estable.
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POR SÔNIA RIGOLI
cita. Todos los miembros de la familia se quedan en sus cuartos, con total libertad y en total soledad”.4
tipo de violencia de parte de algún hombre.
Por eso las estadísticas muestran que la violencia está presente en todas las clases sociales.
Violencia contra las criaturas Enfrentados a estos problemas, en situaciones estresantes, donde los miembros de la familia no encuentran recursos en sí mismos o en el ambiente para encontrar el equilibrio, no nos sorprenden los casos de violencia, especialmente con los más débiles: mujeres, criaturas y ancianos.
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números de la violencia En el mundo, 1.000 millones de mujeres (una de cada tres) es golpeada, forzada a tener relaciones sexuales o abusada de alguna manera por alguien de su propia familia o por un conocido.5 Una de cada cinco mujeres será víctima de violación o tentativa de violación al menos una vez en su vida. De acuerdo con la Sociedad Mundial de Victimología, la República del Brasil lidera la clasificación en violencia doméstica en una lista de 54 países. Cada 16 segundos una mujer es agredida por su compañero, y el 70% de las mujeres que son asesinadas son víctimas de sus propios maridos.6 Investigaciones realizadas por la Fundación Perseo Abramo y publicadas en 2002 muestran lo siguiente: El 43% de las mujeres resultó víctima de violencia sexual. El 33% lo fue de alguna forma de violencia física. El 24% fue amenazada con armas, y se les impidió el derecho de entrar y salir. El 22% fue agredida. El 13% fue víctima de estupro conyugal o abuso. El 27% fue víctima de violencia psíquica. El 11% fue víctima de acoso sexual. Solamente el 57% de las mujeres brasileñas nunca sufrieron ningún
De acuerdo con el informe titulado Situación Mundial de la Infancia (Unicef, 2000), cerca de 18 mil criaturas, entre los 7 y los 14 años, sufren mensualmente malos tratos en el Brasil. El Laboratorio de las Criaturas del Instituto de Psicología de la Universidad de San Pablo (Lacri), basado en los datos recolectados desde el año 1996, muestra los siguientes números: violencia física, 18.194; violencia sexual, 4.336; violencia psicológica, 8.437; negligencia, 22.606.7 Estos casi 50 mil casos de violencia contra criaturas y adolescentes representan, aproximadamente, el 10% de los casos reales. Lamentablemente, la mayoría no se atreve a denunciarlos.8 Con relación a los abusadores, el 71,5% de ellos son los padres biológicos; y el 11,1%, los padrastros.9
Violencia contra los ancianos En 2008, solamente en San Luis, República del Brasil, la Comisaría de Protección al Anciano registró 2.456 denuncias. Del total, el 42% de las personas que practican la violencia contra ancianos son integrantes de la familia de la víctima: el 30% son los hijos; el 4%, los nietos; y el 8%, otros parientes. En los demás casos, la violencia resulta practicada por los empleados de las instituciones o por los enfermeros particulares.10
el motivo de la violencia De acuerdo con lo que expresa Suzana Braun, “los malos tratos por medio de acciones o de omisiones están casi siempre relacionados con los factores sociales, tales como el desempleo, el alcoholismo, las drogas, la explotación sexual; los cuales pueden ser fomentadores o desencadenadores de la violencia doméstica”.11
Prevención En primer lugar, resulta necesario recordar el propósito de la familia: educar a los hijos para ser vencedores, buenos ciudadanos, buenos padres y buenos cristianos. Los padres deben transmitir valores cristianos y un legado espiritual, no solamente genética o bienes materiales. Sin embargo, el hogar únicamente alcanza este objetivo cuando el matrimonio se ama y se respeta, y cuando los niños son objeto de atención y cuidado. Cuando las necesidades de ellos están satisfechas, no existe la brutalidad o la negligencia. Cuando las criaturas sienten el amor de los padres, pueden reconocer las malas intenciones de un extraño, y no se dejan seducir. Pueden recurrir a los padres cuando se sienten acorralados, pues saben que serán escuchados, comprendidos y recibirán redoblados cuidados. No harán amistades con personas extrañas, ni confiarán en pretendidos amigos encontrados en Internet, o en las cercanías de la escuela. Los padres que acompañan a los niños saben con quiénes se están relacionando. Los hombres y/o las mujeres víctimas de agresión durante su infancia, en el ambiente familiar o fuera de él, que buscan ayuda psicológica especializada para tratar sus traumas, están evitando reproducir el círculo de violencia en su propio hogar. En contra de las estadísticas, las mujeres no se unirán a hombres abusivos, sino que usarán su experiencia negativa a fin de tomar una sabia decisión. Eso fue lo que le sucedió a Edilene.
Un caso Cuando Edilene tenía tres o cuatro años, fue agredida por un vecino, que AcAbemos con esto AhorA
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Abuso en el ambiente familiar
De acuerdo con Vera Lúcia Franco, existen “personas muy importantes en nuestra vida, cuya función es estructurar la base de nuestra personalidad, y a quienes llamamos familia, una institución tan antigua como el ser humano, que garantizó su propia existencia por atender las necesidades más básicas de la vida humana”.12 Dado que la familia es tan importante para nuestra propia supervivencia, es preciso analizar cuáles son los factores que la hacen estable y segura. 20
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de pedir la bendición divina para la sagrada unión. Cuando los esposos estén más unidos a Dios, más unidos estarán entre ellos. Y los frutos de esa unión, los hijos, también estarán más unidos los unos a los otros, como así también a los padres. Los problemas en las familias comienzan siempre que uno o los dos se alejan de Dios. Por lo tanto, el hogar puede ser un pedacito de cielo en la tierra, si la familia busca a Dios diariamente, al orar, leer las Escrituras juntos, y tener momentos para la conversación y el compañerismo. ◾ reFerencIAs 1 Revista Isto é, versión online. Vera Lúcia Franco, “A Psicologia da Família” [La psicología de la familia]. 2 Elisabeth Roudinesco, A Família em Desorden [La familia en desorden] (Editorial Zahar: Río de Janeiro, República del Brasil, 2003). 3 Gina Valbão Strozzi Nicolau, Família Moderna: Rupturas sem Dramas [Familia moderna: ruptura sin dramas]. Extraído de www.teologica.br 4 Texto atribuido a Hélio Fraga, periodista en Belo Horizonte, Minas Gerais, Rep. del Brasil (Red SIVNet de Telecomunicaciones Ltda.), 8 de agosto de 2007. 5 E. L. Heise, M. Ellsberg, M. Gottemoeller, 1999. 6 Datos de la organización ActionAid Brasil, Río de Janeiro, RJ, República del Brasil, 2002. 7 Instituto de Psicología. Departamento de Psicología del Aprendizaje, del Desarrollo y de la Personalidad, LACRI, consultado el 10/11/2002. 8 Diretrizes Nacionais para a política de atenção integral à infância e à adolescência [Directivas nacionales para la política de atención integral a la infancia y a la adolescencia] (Brasilia, República del Brasil: CONANDA, Ministerio de Justicia, 2001), p. 33. 9 Azevedo & Guerra, 1993; Cohen, 1993; Furniss, 1993, investigación realizada por Saffioti (1997) en el Municipio de San Pablo, Rep. del Brasil, sobre abuso incestuoso. 10 “Idosos denunciam elevado número de violência na capital” [Ancianos denuncian elevado número de violencia en la capital], por Marcela Mendes, periódico online O Imparcial [El Imparcial], San Luis, República del Brasil, consultado el 04/08/2009, a las 08:37. 11 Suzana Braun, A Violência Sexual Infantil na Família. Do silêncio à revelação do segredo [La violencia sexual infantil en la familia. Del silencio a la revelación del secreto] (Editorial AGE Ltda., 2002). 12 Revista Isto é [Esto es], versión online. Vera Lúcia Franco, “A Psicologia da Família” [La psicología de la familia].
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Familia estable y segura
Cuando Dios instituyó la familia en el Jardín del Edén, hizo del hombre la cabeza del hogar; y a la mujer, su ayudadora. En una familia en la que el hombre ama a la esposa como a sí mismo, y la esposa acepta ese liderazgo basado en el amor y en el interés de hacer lo mejor para ella, no existe la competición, la traición o la desconfianza. En lugar del abuso y la violencia, habrá cortesía, dadivosidad y compromiso, y eso redundará en felicidad. Las criaturas que nacen en tal ambiente tienen la ventaja de la seguridad y la estabilidad de las relaciones, pues los padres que se aman les dan amor a sus hijos. El niño amado se siente protegido, seguro y, por lo tanto, con más facilidad para desarrollar amistades confiables y más capacidad para progresar en los estudios. Las criaturas que son amadas y protegidas por los padres, y que tienen una buena relación con ellos, divisan a Dios en ese modelo, y tienen más facilidad para desarrollar valores espirituales y de ciudadanía. En un ambiente así, no existe espacio para ningún tipo de abuso contra alguien que es tan dependiente, y que carece de cuidados y atenciones. Sin embargo, para que este cuadro sea una realidad, el matrimonio necesita, primero, buscar el amor en su Fuente. Y la Fuente del amor es Dios. La receta de la felicidad comienza con Dios; por eso, los matrimonios comienzan en la iglesia, delante del altar, a fin
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la violaba en un pequeño cuarto en los fondos de su casa. Mientras estaba allí, ella fijaba los ojos en el techo e intentaba pensar en otra cosa. El miedo que tenía era muy grande y crecía todavía más cuando escuchaba que su madre la llamaba. Ella no podía responder en esa situación y, sin embargo, aun sabiendo que iba a recibir una paliza de la madre, para amedrentar aún más a la niña, el vecino abusador le decía: “Tú vas a recibir una zurra y, si cuentas lo que sucedió, vas a recibir el doble”. Cuando la niña volvía a su casa, la madre le pegaba y la insultaba. A los siete años, necesitó tomar antidepresivos, pues tenía constantes crisis de llanto. “Siempre tuve miedo de mi madre, y eso nos impidió llegar a ser amigas”, relata. Después de casada, y durante varios años, le tenía miedo al esposo. Hacía de todo para ser perfecta y se sentía infeliz. Esto continuó durante algún tiempo hasta que, un día, ella se “desmoronó” y entró, nuevamente, en una profunda depresión. Encontraba que su vida no tenía sentido y resolvió buscar ayuda. Compró libros acerca de ese asunto y resolvió enfrentar sus miedos. Actualmente continúa casada, pero ahora es feliz. Tiene dos hermosos hijos y es amiga de su madre. “Solamente Dios puede restaurar una vida”, afirmó ella.
Estudio de caso POR TÉRCIA BARBALHO
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urante un día común de trabajo, se me informó que, en la sala de espera, había un escribano de la policía y un agente policial, que querían hablar conmigo. El hecho me resultó extrañó, y realicé un balance de mis acciones de los días anteriores, revisando si yo había infringido alguna ley o cometido algún delito que me convirtiera en “buscada por la policía”. Al constatar que no había nada de extraordinario en mi comportamiento, fui a ver de qué se trataba. Ambos querían hablar conmigo, pero en un lugar que no fuera la recepción de la Facultad, donde acostumbro atender a muchas personas durante el día de trabajo. Me encaminé, juntamente con ellos, hacia una sala más reservada y me dispuse a oírlos. Se presentaron como policías de la comisaría más próxima y venían a pedir ayuda para un caso muy delicado que había llegado a las manos del comisario de guardia. AcAbemos con esto AhorA
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Cuando una criatura sufre violencia sexual, algunas alteraciones en el comportamiento señalan que algo anda mal.
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la pequeña, sospechó que alguna cosa estaba mal en su hija y fue a investigar qué era. Después de algunas preguntas, la niñita finalmente contó que “el tío la había magullado y que ella tenía que callarse la boca”. El hecho había ocurrido dos noches atrás, cuando la niñita se había quedado a dormir en la casa de la tía, junto con la abuela. Cuando una criatura sufre violencia sexual, su comportamiento se altera y hay indicios de que alguna cosa está andando mal. Por ejemplo, puede observarse un comportamiento inapropiado orientado a la sexualidad, la ansiedad, la depresión o el aislamiento. También pueden surgir quejas somáticas, problemas escolares, trastornos de estrés postraumático, comportamiento regresivo (enuresis, encopresis, orinar o defecar de manera inadecuada, etc.), huidas de la casa, comportamiento autodestructivo (cuando se lastima a propósito, se muerde o se arranca los cabellos), y hasta intentos de suicidio. El abuso sexual causa un gran impacto en la criatura (Williams, 2002). Al verificar algunos de esos síntomas, aquella madre tomó las debidas providencias, y fue inmediatamente a la policía; pero todavía había un obstáculo: la criatura tenía un significativo retraso mental. La propia madre mencionó haber estado en duda si creía en la hija o no, pero había evidencias claras de la violencia. La niña tenía excoriaciones y visibles señales de la agresión sexual. Sería imposible no creer en ella, aun con un compromiso tan severo, lo que provocó todavía más indignación en el comisario de la policía. Abusar de una criatura es cobardía, y aún peor es si la criatura es portadora de alguna deficiencia, lo cual la torna más vulnerable, indefensa y sin condiciones de reaccionar. El agresor se vale de eso y tiene en cuenta la fragilidad de la víctima, pues ¿quién le creerá? Las estadísticas esta-
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Una joven madre se había acercado a la comisaría para interponer una queja de abuso sexual que había sufrido su hija. El acusado era un tío de segundo grado de la niña. La criatura tenía nueve años, y había ido acompañada por la madre y por la abuela materna. La denuncia se registró, pero el delegado no se sintió seguro para pautarla sobre la base de la declaración de la niñita, pues ella presentaba “algún problema”, de acuerdo con la observación del comisario. Por eso, se derivó el caso a la Facultad de Psicología del Centro Universitario de San Pablo, que tiene la responsabilidad social de contribuir, en lo que fuere posible, con la comunidad local. La niña, de acuerdo con el escribano, se mostraba confusa en su hablar, no completaba las frases y desviaba la mirada cuando le preguntaban algo. ¿Cómo creer en ella? ¿Cómo confiar en
sus palabras para validar una denuncia tan grave? ¿Cómo incriminar a una persona de la propia familia? Garza y Michel (1994) afirman que el 85% de los perpetradores de crímenes sexuales son parientes o individuos cercanos a la víctima. Abrapia (1997) dice que el 57% de los casos son cometidos por los padres biológicos, o por abuelos, padrastros, vecinos, hermanos o tíos. Estos datos son alarmantes, pues nos parece difícil imaginar que una persona tan cercana sea capaz de un crimen tan detestable contra una criatura indefensa, pero los hechos confirman la realidad. Los parientes y las personas que conviven con las criaturas son aquellos que tienen más acceso a ellas y generan poca desconfianza de los adultos o de los cuidadores. El abuso y la violencia sexual contra los menores, generalmente, suceden dentro de la casa. Estudios realizados en Portugal (Almeida, 1999) destacan que, dentro de las viviendas, los malos tratos son más frecuentes y más peligrosos. En el caso de las criaturas, la mayoría de los crímenes sexuales transcurre en el ambiente privado; y el 70,5% de los casos, en la residencia de la víctima. También pueden ocurrir en las casas de los parientes cercanos. De acuerdo con Drezett (2000), en el momento de la agresión, la mayoría de las víctimas se encontraba realizando actividades cotidianas; es decir, las criaturas estaban en su casa jugando, descansando, estudiando o, simplemente, estaban allí. ¡Qué incoherencia! El hogar, que debería ser el lugar más seguro para los pequeños, resulta, sin embargo, el más vulnerable. La criatura del caso no le había contado a la madre lo sucedido, pero ella percibió el comportamiento alterado de
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diciéndome que el árbol no tenía miedo de nada, pero que “la florcita tenía mucho miedo del tío de ella, pues él la había magullado cuando dormía en la casa de su abuela”. Y luego contó detalladamente toda la escena del abuso, con una claridad indiscutible. Llegué a emocionarme con la inocencia de aquella criatura, y pensé en la responsabilidad que tienen los padres y los cuidadores de estar atentos para prevenir y proteger a los infantes. Ser infante y también ser deficiente mental aumenta mucho la probabilidad de convertirse en una víctima. En el Brasil, existen pocos estudios acerca de la violencia en el área de la deficiencia mental, mientras que,
en países como Canadá y los Estados Unidos, esto ya sucedió hace décadas. Resulta imprescindible la unión de los esfuerzos de padres, educadores, investigadores y de la comunidad en general, a fin de desarrollar programas de atención y protección para esta población de alto riesgo. De este modo, muchas criaturas podrán preservar su integridad física, moral y psicológica. La historia concluye así: se envió un informe al comisario, el agresor fue a la cárcel y la criatura participó de un programa de apoyo a las víctimas de abuso sexual.◾ tércia barbalho es psicóloga.
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dounidenses revelan que los individuos portadores de deficiencias mentales resultan víctimas de abuso en mayores proporciones que las personas de la población en general (Strickler, 2001). Ciertos estudios declaran que los deficientes con dificultades mentales, de comportamiento o múltiples resultaron ser el blanco de la mayor exposición a los diferentes tipos de violencia. Se estima que un 50% de los deficientes mentales fue sexualmente abusado, por lo menos una vez en la vida, según puntualiza una investigación realizada por Strickler, en 2001. Al día siguiente, después del encuentro con el escribano y el policía, recibí a la madre y a la criatura. La niñita estaba bien desarrollada para sus nueve años de edad. Sin duda, había entrado precozmente en la pubertad y tenía la apariencia de “casi una jovencita”. Tenía la mirada perdida y, a veces, la fijaba en alguna cosa de mi oficina. Una gotita de saliva insistía en “casi caer” de su boca, la cual ella no conseguía mantener cerrada; apenas sí lograba mencionar su nombre y no sabía decir cuántos años tenía. La madre me contó que la niña había sido normal hasta los ocho meses, cuando comenzó a tener ataques epilépticos. Las convulsiones fueron tan intensas y frecuentes que le produjeron lesiones irreversibles, lo que afectó el desarrollo de la criatura. Ella se volvió dependiente, no conseguía realizar ni siquiera pequeñas tareas. Su discurso estaba comprometido y tenía dificultades para desarrollar un raciocinio lógico. ¿Cómo podría extraer la verdad de aquella criatura, al punto de poder validar su historia contra el tío agresor? Durante dos días jugamos a la casita, a las muñecas y a la escuelita. En el tercer encuentro, ella dibujó un árbol bien grande y, al lado, una flor pequeñita. Cuando le pregunté si aquel árbol tenía miedo de algo, ella fijó los ojos en mí, se me acercó y cuchicheó en mi oído
Comportamiento POR BETINA PINTO
Todos los días El bullying causa serios daños a la personalidad de los niños. Una investigación publicada a comienzos de 2009 por la organización no gubernamental International Plan, que actúa en 66 países en defensa de los derechos de la infancia, señaló que el 70% de los 12 mil estudiantes entrevistados en 6 Estados brasileños afirmó haber sido víctima de violencia escolar. El 84% de ese total calificó sus escuelas como violentas. El término bullying surgió en los Estados Unidos, y se refiere a provocaciones, humillaciones, agresiones y aislamientos practicados por un individuo o un grupo de personas hacia otro/s. También puede existir bullying entre adultos, cuando ocurre dentro de instituciones o de empresas privadas, pero la incidencia del hecho en las escuelas resulta más común. Para resolver el problema, Raquel le pidió ayuda a su madre. Doña Cleusa llevó a su hija a un especialista que, por medio de la aplicación de medicamentos, retiró el
motivo de las burlas: la verruga. A pesar de que la historia está guardada en la memoria de Raquel, quien hoy es una periodista de la Rede Novo Tempo de Comunicação [Red de Comunicación Nuevo Tiempo], actualmente no sufre por lo que le sucedió siendo niña. Ella superó las provocaciones y no desarrolló ningún trauma. Esta actitud es muy diferente del comportamiento de la mayoría de las víctimas del bullying. De acuerdo con los psicólogos, el bullying es capaz de causar serios daños en el desarrollo de la personalidad y el carácter de las criaturas, sin importar si son víctimas de la agresión o si son las que ejercen el papel de verdugos. De acuerdo con la psicoterapeuta Cristina Pizzarro, especializada en Terapia Infantil por la Pontificia Universidad
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Raquel siempre le gustó estudiar y aprender. En la escuela encontró más espacio para sus descubrimientos y reflexiones. Aun así, la alegría de hacer amigos y obtener conocimientos le cedió el lugar al miedo y al nerviosismo. Todos los días, a la salida de clases y durante el trayecto de retorno hacia la casa, la niña de nueve años era perseguida por una compañera que se burlaba de ella. A causa de la verruga que tenía en la nariz, Raquel era el blanco de risas, chistes y apodos. ¿Recuerdas haber pasado alguna vez por una situación semejante? ¿Ya fuiste el motivo de bromas y burlas; sufriste discriminación o fuiste ridiculizado/a por tus compañeros en la escuela, simplemente por ser diferente? Aunque parezca la escena de una película o de un libro, el hecho resulta más común de lo que se imagina. El bullying es un tema muy importante y debe despertar la atención de los padres y de los profesionales en el área de la salud, tales como psicólogos y psiquiatras.
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¡esto ya sucedía! La violencia entre los niños ocurría en el pasado; por lo tanto, no es una cuestión exclusiva de la vida moderna. Pero se la escondía y no se le daba trascendencia. La situación cambió cuando la prensa de todo el mundo anunció el asesinato de 15 adolescentes en Columbia, Estados Unidos, en 1999. Los estudiantes Eric Harris y Dylan Klebold entraron al colegio armados, y dispararon contra alumnos y profesores. En el incidente murieron 15 personas y otras 24 resultaron heridas. Las investigaciones señalaron que Eric y Dylan sufrían agresiones por parte de algunos compañeros y, principalmente por parte del equipo de deportes de la escuela, dado que aquellos alumnos, además de ser más tímidos, preferían estudiar en lugar de practicar ejercicio. Los agredidos comenzaron a organizar un plan de venganza, que fue el que ocasionó la masacre del día 20 de abril de 1999. Hasta esa fecha, las consecuencias del bullying no causaban repercusión. De acuerdo con los especialistas, las personas que sufrían actos de violencia se quedaban calladas por miedo a que la persecución empeorara.
cómo identificar a la víctima y al agresor No siempre las consecuencias del bullying desembocan en la muerte o en el suicidio. Sin embargo, les quitan la tranquilidad a las víctimas, provocándoles pesadillas, miedo, pavor, dificultades escolares e insomnio. La depresión, la baja autoestima, la ansiedad y el abandono de los estudios son, también, algunos de los efectos más comunes en las experiencias de las víctimas. En cierta manera, el bullying es una práctica de exclusión social, y los principales destinatarios son, generalmente, las personas más retraídas o inseguras. Estas características les impiden pedir ayuda, y hacen que por lo general se sientan desamparadas y también encuentren dificultades para sentirse aceptadas en el grupo. Más allá de las marcas psicológicas, las víctimas de este tipo de agresión presentan particularidades, como por ejemplo, problemas de obesidad, estatura o deficiencias físicas. Las agresiones también pueden abordar aspectos culturales, étnicos y/o religiosos. Los agresores suelen ser, por lo general, los líderes de la clase, los más populares (aquellos que disfrutan colocándoles apodos a los más débiles). Al igual que las víctimas, ellos también necesitan ayuda psicológica. Es el deber de los padres observar el comportamiento de los hijos en la casa e informar a los profesores, en las escuelas. Los cambios bruscos de humor y el descenso en el rendimiento escolar podrían ser señales de alerta.
Válvula de escape La frustración de aquellos que sufren la violencia y de quien la comete se va acumulando con el tiempo y únicamente sirve para aumentar la agresividad. Por eso, la víctima del bullying puede terminar convirtiéndose en un agresor. Los videojuegos que incluyen prácticas de bullying y los cyber-bullying pueden convertirse en el medio para descargar esa rabia. En el juego, se reproduce el escenario de una escuela, y es el niño quien persigue y pelea con sus compañeros, colocándose en el papel de “valentón”. El bullying también existe en Internet, por medio de agresores que comienzan a insultar y perseguir a otras personas, enviándoles mensajes de correo electrónico ofensivo y acosándolas en las redes sociales como Facebook, Twitter o Skype. La recomendación de los especialistas es básicamente la misma: observar el comportamiento de la criatura, del adolescente o del joven y buscar ayuda profesional ante las primeras señales. Este auxilio, más allá de evitar problemas graves, posibilita una vida más tranquila, segura y saludable, tanto para las familias como para la escuela.◾ betina Pinto es periodista de la tV novo tempo [nuevo tiempo].
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Católica de Río de Janeiro (PUC-Rio) y profesora del Programa de Posgrado en Psicología Existencial del ISECENSA (Instituto Superior de Educación del Centro Educacional Nuestra Señora Auxiliadora), el bullying puede generar casos de depresión y de suicidio entre los jóvenes que no reciben a tiempo la debida orientación escolar o familiar. Los que acosan a sus compañeros, por otra parte, de acuerdo con la psicóloga, “se convierten, muchas veces, en adultos con actitudes violentas y antisociales, pudiendo adoptar, incluso, comportamientos delincuentes o criminales”.
Tercera edad POR RUBENS LESSA
Respeto
y dignidad
Los ancianos necesitan el apoyo de la familia, de la sociedad y del Gobierno.
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meses y 12 días más con relación a los nacidos en 1998. En la República del Brasil existen 19 millones de personas de 60 años o más, lo que representa un 10% de la población. De este contingente, casi 6 millones trabajan (30,9%). Los que superan los 70 años y aún ejercen actividades remuneradas representan un 18,4%. Aun así, resulta importante observar que, en la medida en que el envejecimiento poblacional ocurre en el mundo entero, la violencia contra los ancianos crece.1 Lamentablemente, a ellos no se los trata con la dignidad prevista por la ley. Marina da Cruz Silva, con una maestría en Psicología Gerontológica de la Universidad Erltangen-Nürnberg, Alemania, afirma que “la ancianidad no convierte al ser humano en más o menos importante que los demás ciudadanos; sin embargo, el carácter débil y la falta de respeto para con los derechos humanos y sociales en el Brasil colocaron a los ancianos en una situación crítica”.2 Si, por un lado, el aparato legal contempla los derechos sociales, por otro, la situación del anciano “desmitifica la letra muerta de la ley”.
Luz al final del túnel A partir de los años setenta, aparecieron las primeras iniciativas gubernamentales, que apuntaban a brindar algún tipo de atención a la realidad del anciano. Hasta entonces, el trabajo por
los ancianos era de naturaleza caritativa, y lo realizaban ciertas entidades filantrópicas u órdenes religiosas. Después de algunos tímidos pasos, vino la Ley Nº 8.842/94, que creó el Consejo Nacional del Anciano, responsable por la instauración de las instancias de convivencia, integración y ocupación del anciano en la sociedad. Fue un gran paso, pero es necesario conjugar los esfuerzos de las autoridades constituidas y de la sociedad en todos los niveles, para que la letra de la ley no quede únicamente en los papeles. Les compete a las autoridades el cumplir la ley, pero las acciones no se restringen a los poderes públicos: comprenden, entre otras cosas, “la atención del anciano por parte de su propia familia, en detrimento de la atención asilar, excepto aquellos que no poseen o carezcan de condiciones de manutención de la propia subsistencia” (Párrafo único del artículo 3º del Estatuto del Anciano).
campo de batalla Son indispensables las políticas públicas en favor de los ancianos; pero, es en el ámbito de la familia donde los derechos de ellos necesitan ser respetados. En el Brasil, más del 90% de las personas con más de 60 años convive con los parientes, o vive en sus propias casas. La mayoría de las que-
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ierta vez, en la ciudad de San Pablo, República del Brasil, sentí el impacto de una frase dicha con ironía: “Sal de delante, viejo”. En una esquina con mucho movimiento, había reducido la velocidad de mi vehículo a fin de ver el nombre de la calle. Impaciente, el conductor del vehículo que venía detrás hizo sonar la bocina insistentemente y me rebasó, profiriendo el “elogio” mencionado. Era un hombre de unos cuarenta años. En el asiento trasero de su auto había dos o tres criaturas. Confieso que me sentí lastimado, pues fue la primera vez que me trataron de esa manera. Minutos después, reflexioné: “Soy viejo, pero tengo salud. ¿Llegará ese hombre a mi misma edad con la disposición que tengo para vivir y trabajar?” A la noche, el sentimiento de dolor fue suplantado por el espíritu de perdón y, antes de dormir, oré por aquel hombre que no les había dado un buen ejemplo a sus hijos. Al recordar ese episodio, quiero destacar el hecho de que la ancianidad no siempre atrae atención y respeto. Vivir mucho es bueno, pero la sociedad todavía ve al anciano como una piedra en el camino. El Estatuto del Anciano (2003) afirma que “el envejecimiento es un derecho personalísimo”. En este aspecto, en el Brasil se está mejorando, pues la expectativa de vida de los nacidos a partir de 2008 es de 72,8 años, de acuerdo con el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística). Esto significa 3 años, 2
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que este abuso “puede ser intencional o no intencional, o ser producto de la negligencia”.3
Acción conjunta Si bien, por un lado, los miembros de la familia deben encargarse de la responsabilidad de cuidar de los que sufren los efectos de la edad avanzada, por el otro son necesarias algunas medidas urgentes para que los derechos de los ancianos no se queden humedeciéndose en el fondo de un cajón. Por ejemplo: 1. Amplia divulgación del Estatuto del Anciano, que es un deber gubernamental. 2. Implantación de los servicios específicos de denuncia contra la violencia. Marcia Florêncio revela: “Dentro del segmento de personas de entre 60 y 75 años, surgen las principales denuncias de malos tratos. En esa franja etaria, buena parte de los ancianos se encuentra activa, física e intelectualmente, y dispone de más autonomía y condiciones para conseguir ayuda”.4 3. Instalación de dispositivos y señales en las calles, y también en pequeñas arterias que conectan las avenidas en las ciudades. 4. Promoción de campañas educativas acerca de los derechos de los ancianos. 5. Toma de conciencia acerca de la urgencia en la prestación de los servicios a los ancianos en el área de la salud.
conclusión El anciano necesita ser tratado con respeto y dignidad. Cuando era niño, sus pares y sus parientes lo animaban. Cuando fue joven, era admirado por su fuerza. Cuando fue adulto, participó en el progreso de su comunidad y, por eso, resultó reconocido por las personas que lo rodeaban. No obstante, en la ancianidad, queda sujeto a ser visto como una piedra en el camino. Pero ese clima de indiferencia e ingratitud necesita ceder el lugar a las actitudes de solidaridad, respeto y cuidado. No por el mero de-
FACTORES DE RIESGO EN LOS CASOS DE ABUSO DE ANCIANOS edad avanzada. escasos recursos económicos y sociales. bajo rendimiento, precarias condiciones de salubridad. Aislamiento social. nivel socioeconómico reducido. bajo nivel educacional. Debilidad funcional. Abuso de consumo de drogas realizado tanto por el cuidador del anciano como por el anciano mismo. Alteraciones psicológicas y personalidad patológica. historia anterior de violencia. Frustración o agotamiento por parte del cuidador del anciano. Limitación cognitiva. (Adaptado de D. L. Swagerty Jr., P. Y. Takahashi y J. M. Evans, Elder Mistreatment. Am Fam Physician (15 de mayo de 1999); 59 (10), pp. 2.804-2.808.
ber, sino por amor y reconocimiento. En el Salmo 71:9, el poeta le pidió a Dios lo siguiente: “No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares”. En la sociedad egoísta en la que vivimos, el desapego para con los ancianos es sinónimo de desamparo, soledad y olvido. Tú, lector, puedes marcar la diferencia haciendo que tu radio de acción sea un oasis para con las personas cuyas fuerzas se están agotando. Dios necesita de las manos humanas para amparar a nuestros abuelitos. Si nosotros le prestamos nuestras manos al Altísimo, ellos recuperarán la alegría de vivir.◾ rubens Lessa es periodista y escritor. reFerencIAs 1 Marcia Virgínia Di Lorenzo Florêncio, “A violência contra o idoso: dimensão ética e política de uma problemática em ascensão” [La violencia contra el anciano: dimensión ética y política de una problemática en ascenso]. Consultado en http://www. fen.ufg.br/revista/v9/n3/v9n3a23.htm 2 Marina da Cruz Silva, “Políticas sociais para a terceira idade no Brasil contemporâneo” [Políticas sociales para la tercera edad en el Brasil contemporáneo]. Consultado en http:// portaldovoluntario.org.br/blogs/54329/posts/233 3 Celia Afonso Gonçalves, “Idosos: abuso e violência” [Ancianos: abuso y violencia]. Consultado en http://www.apmcg.pt/files/54/ documentos/20070525191657760768.pdf 4 Marcia Virgínia Di Lorenzo Florêncio, ibíd. AcAbemos con esto AhorA
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jas son contra los hijos, los nietos o los cónyuges, mientras que el 7% de los casos de quejas tiene que ver con otros parientes. Las denuncias de abusos económicos están en primer lugar. El segundo y el tercer lugar, respectivamente, se lo llevan las agresiones físicas y el rechazo de los familiares en suministrarles protección. Los malos tratos se verifican en familias de todos los niveles sociales, pero los abusos aumentan cuando las familias enfrentan problemas económicos y desorganización social. Las formas más comunes de abuso son: negligencia (exclusión social y abandono); violación (de los deberes humanos, legales y médicos); y privación (financiera, de alternativas y de decisiones). Los malos tratos tienen como fuente el aislamiento social y el abandono en la ancianidad. En el ambiente de la familia, las mujeres resultan, de manera proporcional, más vulnerables al abuso que los hombres. Mientras que en las calles los hombres son el blanco preferencial. Los ancianos más expuestos son los que tienen limitaciones físicas o mentales: dificultades de locomoción, incontinencia, problemas de memoria, confusión mental, o alteraciones del sueño. A veces, hasta las personas contratadas para cuidar a un anciano cometen abusos. Por eso, los hijos o los familiares responsables necesitan estar atentos. Entre las consecuencias de los malos tratos se encuentran las siguientes: depresión, alienación, desorden postraumático, sentimiento de culpa, negación de los acontecimientos ocurridos y otras situaciones que llevan a los ancianos a vivir en la desesperanza. De acuerdo con la American Medical Association, se entiende por abuso “cualquier acto de comisión u omisión que resulte en lesión o amenaza de lesión a la salud o al bienestar de una persona anciana”. El abuso puede ser físico, psicológico, sexual o financiero. Celia Afonso Gonçalves afirma
VIDAS FORTALECIDAS Estrategias para construir una relación saludable con Dios, con su cónyuge y con sus hijos. Jim Hohnberger
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El éxito de esta obra se debe, en gran medida, a que los testimonios de personas que aplicaron los consejos bíblicos expresados en sus páginas presentan una garantía de que, si se sigue fielmente el plan de doce semanas propuesto, la vida del lector cambiará para bien. Por esto, y por mucho más, recomendamos su lectura.
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Perdón P O R I VA N S A R A I VA
Perdonar o no perdonar:
esa es la cuestión
El perdón es algo que necesita aprenderse y desarrollarse.
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onocí a una joven que se hizo un aborto a los trece años. Hasta hoy, no logra perdonarse a sí misma por eso. También conozco a un joven que insistió para que el padre lo acompañara en un viaje en teleférico, cuando era niño. Durante el descenso, un cable de acero se rompió, y su padre perdió la vida. El joven no puede perdonarse por esa fatalidad, y se siente plenamente responsable por la muerte de su progenitor. Una señora se quedó viuda y, de allí en adelante, comenzó a odiar a Dios. Otra mujer culpa a Dios por haber sido violada en su juventud. Otra traicionó a su esposo, quedó embarazada, y ahora solamente piensa en el suicidio. No se anima a confesarle la verdad a nadie, ni a su hijo, ni a su esposo. Tampoco se perdona a sí misma. Un hijo sufrió mucho debido a la separación de sus padres y, hasta hoy, a quince años del divorcio, se culpa por todo lo que sucedió. Experimenta crisis de llanto y preferiría no haber nacido. Un niño creció viendo cómo la madre recibía golpes de su pareja. Un día, tomó un machete y le puso punto final a todo el sufrimiento de ella. Él está en la cárcel y no se arrepiente de nada. Por más tristes y dramáticos que sean esos casos, ninguno es más intenso y difícil que el nuestro. Ante la amargura, tenemos que, inevitablemente, escoger perdonar o no perdonar a quien nos ofende y a quien nos hiere. Teorizar o teologizar esta cuestión es mucho más fácil que vivirla. Sin embargo, por más difícil que sea, necesitamos tomar una decisión: perdonar o no perdonar.
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cuestión
El perdón es algo que debe ser aprendido y desarrollado. Es una de las evidencias de la madurez cristiana y de la madurez del hombre. Es una necesidad espiritual, emocional y social. Cuando el asunto es el perdón, estamos hablando de la obligatoriedad de recrear relaciones interpersonales destruidas por los errores y las aflicciones. Desde luego, esta obligatoriedad es relativa. Perdonar tiene un alto precio, y no todos están dispuestos a pagarlo. Sin embargo, recuerdo una frase acuñada por Derek Bok, ex rector y presidente de la Universidad de Harvard: “Si tú consideras que la educación es cara, haz la prueba con la ignorancia”. Parafraseando este pensamiento, diríamos: “Si tú consideras que perdonar es caro, prueba con no perdonar”. Por ejemplo: ¿Cuál sería el precio que pagaría Jesús por no perdonarnos? ¿Tener pecadores eternos? ¿Deudas eternas? ¿Derrota eterna? ¿Cuál sería el precio por no perdonar? ¡Incalculable! En nuestras relaciones interpersonales, siempre tendremos que escoger el precio que deseamos pagar: el del perdón o el de no perdonar. Pero tendremos, inevitablemente, un precio que pagar. Esa elección resulta, casi siempre, muy difícil, porque en cualquiera de las dos decisiones habrá pérdidas y mucho dolor. Recuerdo la historia de una mujer que escogió no perdonar. Fue traicionada por su marido y, aunque percibía el arrepentimiento de él, no podía perdonarlo. El marido hizo de todo: le pidió perdón, imploró e insistió; pero, únicamente encontró indiferencia como respuesta. Los años pasaron. El marido finalmente desistió y se casó nuevamente. A continuación aparece una 30
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porción de la declaración de esta mujer traicionada: “Yo no podía perdonarlo; él me había lastimado muchísimo. Tenía que sentir el mismo dolor que yo sentí. Resolví no perdonarlo porque él no lo merecía. Destruyó nuestros planes. Insistió durante dos años para que volviéramos a estar juntos, hasta que desistió. Han pasado siete años. Un día, entré en un supermercado y los vi. Estaba con la esposa actual y dos hijitos. Eran una familia. Ellos jugaban, sonreían y parecían felices. Y yo sigo sola, sin nadie, preguntándome cómo habría sido mi vida si hubiera perdonado a mi marido”. Sin duda, el precio de no perdonar es muy alto. Desde luego, esta historia podría haber tenido un desenlace diferente. La mujer podría estar feliz con otra familia y el ex marido sufriendo hasta el día de hoy por lo que había hecho. Este final de la historia sería más compatible con la ley de la acción y la consecuencia. Pero, cuando la cuestión es el perdón, no se trata de merecimiento o justicia, se trata de la gracia. El perdón se le ofrece a quien lo necesita y no lo merece. El perdón es el único reactivo eficaz para cicatrizar las heridas abiertas por las amarguras y las violencias que sufrimos en la vida.
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El perdón no implica complicidad o sumisión. Pongamos otro ejemplo: si una mujer es agredida físicamente varias veces, o torturada emocionalmente por el marido, debe elegir el camino del perdón, pero eso no implica, necesariamente, vivir bajo el mismo techo con ese hombre. Algunas personas piensan que, si la persona va a perdonar, debería continuar viviendo con el agresor, como si nada hubiera sucedido. Este sería el
ideal, pero no siempre es posible. En algunos casos, hasta resulta erróneo y peligroso. Puede ser permisividad destructiva. No se debe reforzar ningún comportamiento negativo. No debemos actuar así con nuestros hijos. Si ellos se equivocan, nosotros los perdonamos, pero les exigimos que cambien de actitud. El mismo principio debe ser aplicado a cualquier relación interpersonal. Para que se pueda sostener una convivencia, resulta imprescindible que el agresor siga los siguientes pasos: 1. Acepte la responsabilidad por lo ocurrido. 2. Exprese sincero pesar y arrepentimiento. 3. De alguna manera, ofrezca una conveniente compensación. 4. Prometa no repetir la conducta. 5. Pida perdón. Tú puedes y debes perdonar a tu cónyuge, o a cualquier agresor, pero es evidente que se espera un cambio en su comportamiento. En caso de que esto no suceda, debes ofrecer nuevamente tu perdón y cicatrizar cualquier amargura, pero también debes tomar una actitud que proteja tu salud física y emocional. El sufrimiento deja cicatrices muy profundas. Con toda seguridad, no resulta erróneo que te sientas lastimado o lastimada. Nadie es de piedra. La perspectiva cristiana comparte la visión holística del ser humano: un ser completo, en el que las ideas, la razón y el sentimiento están interconectados. De esta manera, cada uno de nosotros tiene la capacidad de alegrarse, entristecerse, sonreír y llorar. Si alguien nos traiciona, nos quedamos tristes, nos amargamos, y eso es perfectamente normal. Si sufrimos un accidente y una parte de nuestro cuerpo se lastima, sentimos mucho dolor. No es pecado vivir momentos de tristeza. Pero las amarguras pueden sufrir mutaciones y transformarse en resentimiento, lo que causa daños emocionales. Resentimiento,
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El perdón tiene que ver mucho más con lo que Dios hizo por mí que con lo que las personas hicieron en contra de mí.
Cuando tengo que tomar la decisión de perdonar o no perdonar a mi agresor físico o emocional, la cuestión más importante que tengo que considerar es lo que Jesús hizo por mí, y no mi dolor. Cuando miro hacia el inmenso tamaño del perdón que recibí de Dios, yo me avergüenzo por no ofrecerle el perdón a quien me hiere. Soy padre, y te garantizo que nunca cambiaría a mi hijo por ninguna persona de este mundo. No lo ofrecería como holocausto, aun cuando fuera a salvar a centenares de personas. Pienso que ningún padre haría eso. Pero Dios lo hizo. Él entregó el objeto supremo de su amor. Entregó lo mejor que tenía el cielo, su Hijo, su único Hijo. Solamente existe una lógica capaz de explicar la razón por la cual un padre pudiera entregar a su hijo como sacrificio: el amor. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Cuando te sientas lastimado/a, cuando el dolor sea mayor que la razón, cuando tengas la certeza de que el ofensor no merece siquiera tu más mínimo pensamiento, acuérdate de todo lo que Dios hizo por ti. Él también te perdonó a ti (y hace eso todos los días) y, contra toda la lógica de este mundo, continúa amándote. Cuando perdonamos a alguien, irradiamos el amor de Dios en la vida de los otros. Reflejamos su divino carácter en esos momentos de dolor y tristeza. Pero te garantizo una cosa: perdonar cuesta mucho menos que el resentimiento y la amargura. La libertad emocional y espiritual que tú quieres y necesitas solamente la encontrarás cuando estés dispuesto a perdonar. De ese modo, la cuestión no es perdonar o no perdonar. Es perdonar o morir poco a poco. ¡Esa es la cuestión! ◾ Ivan Saraiva trabaja en la TV Novo Tempo [Nuevo Tiempo], en Jacareí, San Pablo, Rep. del Brasil.
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por definición, es el acto de sentir de nuevo. La víctima de un maltrato, aun después de cuatro o cinco años, continúa sintiendo dolor por causa de lo ocurrido. Pero debemos recordar que “el rencor es el veneno que tú tomas, esperando que el otro se muera”. Eso nos destruye, nos impide madurar emocionalmente y nos priva de vivir socialmente equilibrados.
Legislación P O R L U I G I B R AG A
Preconcepto, legislación y eslabones perdidos estaban en el mismo ambiente). El hombre percibió nuestro deplorable preconcepto, pero sus lágrimas de humillación fueron la más grande lección de mi vida. La violencia duele mucho y la vergüenza que ella genera duele aún más. Respiré profundo, me autorreprendí en mi mente y miré a mis compañeras de forma poco agradable. Después de unos minutos de verdadera atención, recobré la confianza de aquel débil cliente. Su problema se resolvió. Hasta hoy expresa una inmensa gratitud para con nuestro equipo. Pero, en realidad, es él quien merece nuestra gratitud, pues nos enseñó que para romper con el silencio no es necesario tener únicamente coraje. Es necesario arrancar no solo el preconcepto personal, sino también el prejuicio de las autoridades y de los semejantes.
Avances La legislación de los países sudamericanos ha avanzado mucho con relación a la protección de las minorías o de los sectores socialmente débiles. En el Brasil, por ejemplo, existe un Estatuto del Menor y del Adolescente, que represen-
ta un gran avance. Estuve en contacto y también trabajé con los autores del anteproyecto del Estatuto del Anciano, que protege a los ciudadanos mayores de edad. Finalmente, sin relación con la edad, sino con el género, está la Ley María da Penha, que apunta a reducir la violencia contra las mujeres (ver la entrevista en p. 4). Si no existiera ninguna de estas leyes, la Constitución, no solamente del Brasil, sino de casi todos los países, sería suficiente para inhibir cualquier tipo de violencia. Entonces, ¿cuál sería el problema? ¿Qué es lo que dificulta la efectividad de esas leyes? ¿Dónde está el eslabón perdido que ligaría los comandos de la ley con el verdadero cese de la violencia? La respuesta está en los dos grupos de personas: las víctimas y los omisos.* Ambos, por así decir, son los “culpables”. Los omisos: Se tiene la impresión de que la violencia contra otra persona es un problema exclusivamente de ella. ¡Craso error! Muchas veces, el vecino que golpea a la esposa y a los hijos es, simplemente, ignorado. La criatura que resultó abusada y expuesta no tiene nin-
* Omiso: Flojo y descuidado. Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española.
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l comenzar mi carrera profesional como abogado, trabajé en la asistencia judicial (abogacía gratuita) del Colegio de Abogados. Un día estaba “de guardia” y sucedió algo inusitado. Trabajábamos, entre otras cosas, con muchos casos de violencia doméstica de todas las clases, pero aquel caso es digno de recordar. Se trataba de un hombre muy desconfiado. La secretaria me informó que solamente aceptaría ser atendido por el superior a cargo. Ese era yo. Él no me conocía, pero solicitó explícitamente que quería ser atendido por un hombre, pues las otras tres colegas de atención al público eran mujeres. Me pareció extraño, pero acepté. A veces, cuando las personas están buscando un abogado, ya se encuentran emocionalmente inestables. Él se me acercó y me habló directamente: “Doctor, estoy en un grave problema”. Después de mostrarme algunos hematomas, me informó que su esposa lo golpeaba frecuentemente. Tuve la tentación de reírme y confirmar mi inexperiencia como abogado. Observé que mis colegas mujeres reaccionaron instantáneamente (los escritorios de ellas
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Existe suficiente legislación para justificar cualquier actitud contra la violencia.
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tud correcta frente a la violencia. Es esencial que se rompan los paradigmas de una sociedad con prejuicios, y se entienda que la privacidad, la patria potestad, el respeto a la individualidad, el silencio solicitado por el agredido o el simple hecho de no relacionar la violencia con la vida propia, nada de esto debe ser una disculpa para la omisión. Recuerda que la violencia es un problema de todos. Hiere, no solamente a una persona, sino a toda la dignidad humana; que necesita ser defendida, no únicamente por la Constitución, sino por todos los ciudadanos. Muchos son los que murieron para que entendiéramos nuestro deber de no silenciarnos frente a la violencia. Las víctimas: Por increíble que parezca, la mayoría de las víctimas no admite esa condición. Muchas de ellas se condicionan ante la agresión y piensan que eso es “normal”. Comencé este artículo contando el caso de un hombre que había sido violentado por la esposa durante años. Él tuvo que vencer un preconcepto personal y social a fin de buscar ayuda. Felizmente, rompió sus falsos paradigmas y reconquistó la dignidad. Si estás leyendo este artículo y eres una víctima de violencia familiar, vence el miedo y el preconcepto. Tu vida tiene mucho valor para que se la entregues a un agresor. Puede ser que el agresor respete tu decisión y te trate con dignidad. Pero, si eso no llega a suceder, no te amoldes, pues existen muchos medios para la recuperación de tu dignidad. El primero de esos medios es la decisión de romper con el silencio, después de admitir que eres víctima de la violencia. Comienza buscando la ayuda de las personas más cercanas. Si no fuera posible, intenta en
el Ministerio Público, presente en casi todas las grandes ciudades. Si no hubiere Ministerio Público, dirígete a la Policía. Si no los consigues, busca el Colegio de Abogados o a cualquier abogado que haya en tu ciudad. Probablemente, este no quedará omiso delante de tu necesidad. Si aun así no lo consigues, busca auxilio en algún servidor público que pueda ayudarte: un pastor, un sacerdote o algún líder comunitario. En casos extremos, búscalos a todos de una sola vez. Aquel que se despierta con la necesidad de una vida digna no puede desistir. La violencia no debe ser tolerada por nadie. Sea niño, anciano, mujer, discapacitado o ciudadano común. Nadie necesita someterse al agresor. Esta lucha es de todos, no solamente de las víctimas. Existe suficiente legislación para justificar cualquier actitud contra la violencia. No existe ni una sola agresión que no resulte prohibida por la ley. Por lo tanto, nos resta la búsqueda del eslabón de ligación entre la ley y la efectiva cesación de los actos violentos. Este eslabón solamente puede formarse si nadie queda ajeno. La violencia es un problema de todos. Ese eslabón depende de una postura activa de la víctima. La actitud más importante y primordial es la búsqueda de ayuda, pues la mayoría de los actos violentos existen bajo un manto de silencio y discreción, a expensas de un corazón angustiado y en constante tortura. No tengas miedo ni angustia por reconquistar tu dignidad o por ayudar al prójimo en este desafío. La dignidad está asegurada por la ley de los hombres y también por la Ley de Dios. Pero hay un eslabón “perdido” en cada uno de los que contempla un acto de violencia. ¿Serás ese eslabón “perdido”?◾ Luigi braga es abogado en brasilia, rep. del brasil.
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gún efecto sobre la vida, digamos, de su docente, por mencionar a alguien de su entorno. Los hijos abandonados por los descuidados padres “ya son grandecitos”. El médico atiende a una adolescente violada; sin embargo, su responsabilidad se restringe a las heridas físicas. La madre “respeta” al padre que traspasa los límites y golpea salvajemente a sus hijos. Muy extensa sería la lista de los omisos, pero el lector puede expandirla a partir de su propia experiencia. Mientras tanto, la violencia nos alcanza a todos. La mayoría de los casos de omisión es punible por la ley. Sin embargo, la consecuencia más grande no es de naturaleza legal, sino social. La impunidad experimentada por los agresores crea una coyuntura de miedo y represión. Ningún preconcepto que justifique la omisión debe inhibir la acti-
EL PODER DEL AMOR Y otras fuerzas que ayudan a vivir. Enrique Chaij
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Este libro es una fuente invalorable de comentarios humanos y propuestas concretas para encender el anhelo de superaci贸n personal. Contiene un texto de f谩cil lectura, con informaciones, relatos y par谩bolas, que esclarecen las ideas y hacen que su lectura sea un momento placentero y cautivante.
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¡Basta de violencia! Ese es el grito ahogado de millones de víctimas de abuso físico, psicológico y económico. El clamor viene de niños indefensos, mujeres sufrientes y ancianos maltratados. Ante este cuadro, muchos son los que se preguntan: “¡Dios! ¿Dónde estás? ¿Por qué no respondes?” Este interrogante es injusto; Dios no es sordo ni mudo. Él escucha y responde por medio de nuestras iniciativas y acciones en favor de los Participe de la campaña “¡Rompiendo el silencio!”, para que la luz 104439 Acabemos con esto ahora 2010
de la esperanza brille en el corazón de las víctimas de la violencia.
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que tienen miedo de romper el silencio.