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“Me rechazaban en TV por no ser güerito y de ojos azules”
PRIMER VIAJE: A días de nacido, de la CDMX a Querétaro, para que me conocieran los abuelos. Luego viajé por todo el país con mi familia, de vacaciones.
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PRIMERA TRAVESURA:
Hacía muchas con mi hermano Armando; como nos llevamos sólo un año… Yo le echaba cubetadas de agua cuando recién lo terminaban de bañar, y mi mamá me regañaba (risas); él tenía seis años, y yo cinco.
PRIMER PLEITO:
¡Uy, fui bien peleonero desde el kínder! Y los seis años de primaria me aventé con otros morritos tiros de escuela tranquilos, nada grave.
PRIMER BESO:
También en la primaria con una niña llamada Paola, a los 11 años; fue de piquito una generación en la que aún no había perreo, reguetón ni nada de esas cosas.
PRIMER AMOR:
Tuve dos platónicos en segundo de primaria: Odila y Aída, pero no me pelaban y nunca me atreví a declarármeles; tenía siete años. Tengo contacto con Aída por redes sociales, pero con cariño y respeto, porque ya es mujer casada.
PRIMER SUELDO:
Trabajando un fin de semana como “cerillito” con lo que gané, en el mismo centro comercial me compré una playera deLaguerradelasgalaxias y unas bermudas.
PRIMER TRABAJO:
A los 14 años, vendiendo fichas en un negocio de maquinitas de videojuegos Cuatro años después, fui mesero mucho tiempo; me pagaban 100 pesos por evento, más las propinas.
PRIMER AUTO:
Un Volkswagen Atlantic 86 años. No duré mucho con él, le di unos llegues y terminé vendiéndolo.
PRIMER TROPIEZO: No tener contactos para entrar a la televisión. Cuando empecé mi carrera, a los 17 años, hubo gente que me rechazó y me cerró las puertas por no ser güerito y de ojos azules.
PRIMER ACCIDENTE:
Alguna vez choqué en uno de mis primeros autos; ya saben, nunca falta el imprudente que anda de fiesta con los amigos y le mete pata al acelerador… (risas). Por fortuna, no fue nada grave.