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Cáncer de mama, la importancia de la prevención

Por: Dr. Humberto Bautista Rodríguez

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Querida amiga:

Sé muy bien que cuando escuches a tu doctor notificarte sobre tu condición médica —la cual no imaginabas tener en tu vida— se paralizará todo a tu alrededor. Dejarás de escuchar la voz de ese personaje que te especifica qué camino será el más conveniente a seguir, comenzarás a ver todo en tu vida, cosas que no has realizado, que tendrás que suspender o a las que tendrás que renunciar.

Durante esos segundos realizarás un repaso sobre tu vida, sobre lo que has logrado y sobre quién eres tú. Te llenarás de miedo, incertidumbre y pensarás: “Me voy a morir”. Éste es un pensamiento lógico en cualquier persona que encara un diagnóstico de cáncer, y te digo algo: es lo más humano que podrás presentar. Y no me refiero al miedo o la incertidumbre, sino al examen de consciencia que realizarás de forma abrupta y estrepitosa, el cual te obligará a valorar el tipo de vida que has llevado hasta ese momento.

Tendrás ganas de gritar y necesidad de llorar, ya que notarás que algunas de las cosas que tienes a tu alrededor no son verdaderas, y no por ti, sino porque son apariencias. Pero ante la noticia de que tienes cáncer, dejarás de lado las apariencias para presentar tu verdadera realidad realidad.

Con el pasar de los días, tus miedos irán disminuyendo, ya que, al no tener voluntad propia, será tu deber encararlos para reducirlos a lo que son: pensamientos, los cuales tendrás que controlar y eliminar para poder enfrentar el tratamiento que, en su momento no pudiste escuchar o comprender por el impacto de la noticia. Ahora es cuando dejarás de ver al doctor como el enemigo y será momento de que lo recibas como tu aliado en este camino.

El tratamiento a abordar dependerá del Estadio Clínico o avance de la enfermedad, ya que de inicio, la cirugía es el principal tratamiento para una enfermedad oncológica como el Cáncer de Mama (Carcinomas-tumores sólidos). Lo más conveniente será siempre retirarlo mediante una cuadrantectomía, es decir, extraer sólo la zona afectada sin perder el pecho; aunque este procedimiento únicamente se realiza en Estadios Clínicos Iniciales (I).

El diagnóstico de esta enfermedad en estadios tempranos depende de qué tan rigurosa seas en revisar tus pechos (autoexamen de 3 a 5 días después del inicio del ciclo menstrual) o en realizar tus chequeos médicos oncológicos (mastografía a partir de los 40 años).

Cuando se presenta una enfermedad oncológica en los Ganglios Linfáticos; es decir un Estadio Clínico un poco más avanzado (II); la opción quirúrgica es una Mastectomía Radical Modificada, en la cual eliminan la cadena ganglionar controlando la enfermedad de forma local pero afectando la irrigación de sangre en ese brazo que, a la larga, produce un Linfedema, que alterará tu calidad de vida si no te cuidas de forma preventiva.

En México la mayoría de los casos son diagnosticados en Estadios Clínicos Avanzados (III y IV) en los que la enfermedad ya ha brincado a otros órganos y es necesario “intentar frenarla” con quimioterapia y controlarla de forma local con radioterapia, para después valorar la cirugía.

Lamentablemente, este tratamiento es el más común en México, el más largo, difícil y costoso a nivel humano. Te pongo un ejemplo, los esquemas de quimioterapia se aplican por la vena al menos durante seis u ocho meses y, entre los efectos secundarios más comunes están: nausea-vómito, pérdida de cabello, cansancio y malestar general; síntomas que crecerán con cada ciclo de quimioterapia aplicado.

Al transcurrir los ciclos, también notarás problemas de concentración, para memorizar y recordar cosas sencillas, además de muchos cambios de humor, llegando a ser intolerante e irritable ante cualquier cosa. Los que te rodean, estorbarán al intentar ayúdate ya que no sabrán bien qué hacer.

Notarás además, cambios en tus manos, dedos y uñas, pequeñas molestias como hormigueos, calambres, más las nauseas, vómitos y la pérdida del cabello, cejas y pestañas. Estos son cambios radicales en la forma de verte, sentirte y percibirte.

Pero eso solo fueron los esquemas de quimioterapia, falta la radioterapia, a la que tendrás que acudir todos los días para recibir la dosis de radiación (Gys) hasta completar todas las sesiones. Este tratamiento, al ser de aplicación local en el área afectada, resecará la piel haciendo que comience a cambiar de color, te arderá como una quemadura que podrá a agrietarse y sangrar por la misma resequedad. Estos efectos secundarios también dependerán del color de tu piel, mientras tengas la tez más clara, más lo podrás resentir. Al ser una radiación controlada, tú no serás radioactiva, pero tus glóbulos rojos (oxigenación en sangre), blancos (defensas) y plaquetas (encargadas de coagulación) presentarán una reducción, por lo tanto, estarás más cansada, con las defensas bajas y cualquier herida tardará más tiempo en cerrar.

Los cambios físicos son evidentes en una mujer con cáncer de mama, pero los cambios a nivel mental son drásticos debido a que toda tu estructura y conformación como mujer se cuestionará. Así como el “sentido del gusto” se afecta por la quimioterapia, el “sentido de la vida” cambia y obliga a esa persona a cuestionarse y replantear su motivo de vivir. Porque al enfrentar una enfermedad que en inicio es física, se debe tratar y afectará al cuerpo obligándolo a cambiar su naturaleza. Si bien sabemos que el cáncer no es una enfermedad psicosomática o desarrollada por rencor, envidia o malos pensamientos, es una enfermedad genética del cuerpo que obliga a su portador a vivir enseñándole a la mala el mejor camino de vida.

Te presento todo esto no con el objetivo de asustarte, sino más bien para que seas consciente de tu responsabilidad como persona, ya que ninguno está exento de una enfermedad oncológica y el personal de salud en muchas ocasiones no puede curar o controlar una enfermedad avanzada.

Así que la decisión es tuya querida amiga: encarar una mastografía anual y autoexploración mensual para encontrarme rápido, sin haber crecido tanto y enfrentar una cuadrantectomía; o realizarte una mastografía esporádica dejando pasar el tiempo para que yo crezca y después someterte a sesiones de quimioterapia, radioterapia y una cirugía que no sólo cambia el cuerpo, sino que te obliga a reconstruir tu vida al intentar controlarme.

Al final es tu vida, y sé tienes ganas de seguir viviendo, no desperdicies la oportunidad de atenderte a tiempo.

Atentamente, tu futuro Cáncer de Mama

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