Leyendas y curiosidades
La calle Sierpes En el siglo XV, comenzaron a desaparecer niños misteriosamente en el actual centro de Sevilla. Este hecho mantenía en vilo a los vecinos, quienes alertaron a Alfonso Cárdenas, quién era el regente de la ciudad. Tiempo después, el bachiller preso Melchor de Quintana y Argüeso, declaró que el conocía la identidad del secuestrador de niños y que acabaría con él a cambio de su libertad. Descubrió a dicho secuestrador en uno de sus intentos de fuga por los túneles subterráneos de la ciudad. De hecho, le dio muerte antes de retornar a la cárcel y pedir su absolución si acababa con las desapariciones. Así pues, se llevó a cabo una investigación por los túneles y allí se encontraron los cadáveres de los pequeños. Además del cuerpo sin vida de una serpiente gigante con una daga clavada de forma bien profunda que confirmaba la muerte del animal. De este modo, por las calles sevillanas dejaron de desaparecer niños y el bachiller quedó libre de sus condenas. Además, el animal fue mostrado en varias ocasiones en la calle Espaderos que a partir de entonces fue conocida por “Calle de la Sierpe” que ha evolucionado hasta nuestros días por Calle Sierpes.