PROCESO DE URBANIZACIÓN El proceso de urbanización en Latinoamérica fue completamente diferente al de los países europeos, puesto que en la gran mayoría de países de la región se centralizo en una sola ciudad, la cual se constituyó como Metrópolis de cada país. Por su parte, Colombia es considerada en la región como un caso particular, denominado país de ciudades, puesto que desde los años 30´s, y especialmente a partir de los años 50´s hasta los 70´s se caracterizó por tener un proceso de urbanización alrededor de 4 ciudades: Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla. Sin embargo, debe decirse que principalmente desde los 90´s Colombia ha venido perdiendo está característica y se ha insertado en la lógica latinoamericana de la concentración primacial urbana, con Bogotá a la cabeza del proceso. Hablar del proceso de urbanización nos lleva en primera medida a preguntarnos qué es, cómo comprenderla, y cómo diferenciarla de la ruralización. Algunos autores se han limitado a caracterizar lo urbano y lo rural mediante una “categorización de los espacios rurales y los espacios urbanos dependiendo exclusivamente de delimitaciones arbitrarias, basadas en el tamaño de los municipios, o a lo sumo en el peso de la población activa agraria” (Baigorri, 2005). Sin embargo, consideramos necesario ir más allá del tamaño de la población o de limitaciones geográficas, teniendo en cuenta el contexto globalizador en el que se sumerge el proceso de urbanización. Por lo cual, el proceso de urbanización va más allá de un proceso de acumulación demográfica en un territorio, pues implica también prácticas sociales e imaginarios en torno a la ciudad, al campo y a las zonas intermedias entre estos dos conceptos.
en un país como Colombia no se puede hablar de un proceso urbanizador ligado al proceso de industrialización, como se asume para los países desarrollados, “pues la urbanización es un proceso indisociable de la revolución industrial y el capitalismo: de forma que únicamente allí donde las formas de intercambio y de relación no sean de tipo capitalista podríamos hablar tal vez de cultura rural, es decir preindustrial, y en este sentido pre-capitalista” (Baigorri, 2005), como sucede en nuestro país todavía, ya que la urbanización se dio como el resultado de un proceso social de violencia, éxodo rural y de falta de planificación. Lo cual llevo a que hoy en día en muchas partes del país existan condiciones precarias de existencia y que no se pueda hablar de ciudades estrictamente desvinculadas de lo rural.
Por otro lado, acorde con la CEPAL, en América Latina los conceptos de población urbana y rural se han dividido de tres formas diferentes: aquellos países que “definen el centro urbano no sólo desde el punto de vista de la densidad poblacional, sino también considerando la disponibilidad de servicios públicos” (Silva, 2004) como sucede en Chile, Costa Rica, Cuba, Panamá y Uruguay; por otro lado los paises que “establecen una población mínima de 2 000 habitantes como norma para que una localidad sea considerada urbana” (Silva, 2004), como en Argentina, Bolivia, Guatemala, México y Venezuela, y finalmente, países que “estipulan que una ciudad es la sede administrativa del municipio e incluyen, dentro de esta definición, a poblaciones de menos de 2 000 habitantes (o 250 hogares) sin ningún otro requisito en términos de servicios básicos disponibles” (Silva, 2004), aquí se encuentran la mayoría de paises como Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú y República Dominicana. Los cambios más significativos en cuanto a la concentración poblacional los podemos ubicar a finales del siglo XIX, ya que la aparición de nuevos lugares de asentamientos en la zona de la cordillera oriental a causa de la actividad económica basada en los cultivos de café, hizo que las personas encontraran en la zona central del país un gran atractivo, hasta el punto de convertirse en centros de asentamiento y desarrollo industrial, económico y político. Este es el caso del
denominado ‘Triángulo de Oro”: Bogotá, Medellín y Cali, ciudades que hasta el día de hoy han concentrado a gran parte de la población colombiana alrededor de la educación y el trabajo. El proceso de urbanización en América Latina y Colombia se ha visto atravesado por cambios económicos, políticos y culturales que han configurado los territorios a lo largo del tiempo. La periurbanización, conurbación y la metropolización han dado como resultado problemas de desigualdad y pobreza en las ciudades latinoamericanas. Sin embargo, estas problemáticas de organización territorial no se pueden entender como un problema actual a causa de un mal gobierno o un mal alcalde, sino que es necesario hacia retrospectiva en el tiempo y fijarse en la urbanización como un proceso histórico y social, que va más allá de coyunturas. Como ya se revisó específicamente para Colombia, diversos fenómenos históricos como la colonia y la conquista de América, nos muestran unos primeros pasos para la organización territorial colombiana, que luego va a pasar por diversos contextos sociales y económicos, como la colonización antioqueña, que agudizaran la concentración de la población en ciertos espacios del territorio nacional y no en otros.