República Bolivariana de Venezuela Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior Universidad Fermín Toro Barquisimeto- Estado Lara División de Post Grado Docencia.Universitaria
UNIVERSIDAD Y SECTOR PRODUCTIVO
TUTOR: Msc. Samir Matute ELABORADO POR: Rosa López C. C.I.: 7.961.037
Maracaibo, Julio de 2015
INTRODUCCION
Hoy por hoy las universidades y empresas latinoamericanas enfrentan nuevas realidades producto de un mundo vertiginoso, en acelerado desarrollo científico y tecnológico, donde adquieren relevancia los conocimientos como base para lograr la competitividad y el desarrollo socio-económico. Sin embargo, a pesar de todos los beneficios que pueden derivarse del conjunto de relaciones que se establecen entre ambos actores, no ha sido fácil lograr una vinculación efectiva y permanente sobre todo para los países latinoamericanos, donde tal como lo afirma (Díaz, 1996) las relaciones entre universidad y sector productivo se han distinguido por su carácter casuístico, esporádico y poco sistemático. Venezuela no escapa a esta realidad. A tales efectos, se observa la poca vinculación de los entes de investigación de las universidades venezolanas con el sector productivo, que tal como lo señala Calimán (1995) se debe a que los procesos de planificación de la investigación tecnológica presentan deficiencias de distinta naturaleza, principalmente en lo que se relaciona con la información y análisis de fortaleza, debilidades, oportunidades y amenazas tecnológicas, lo cual ha conducido con frecuencia a la formulación y proposición de proyectos de investigación y desarrollo sin vínculos sólidos con las necesidades de su entorno inmediato. Es por ello que en la presente investigación se abordaran aspectos relacionados con la universidad y el sector productivo en Venezuela y el mundo, citando algunos ejemplos y experiencias propias. Por último se elaboran conclusiones al respecto.
UNIVERSIDAD Y SECTOR PRODUCTIVO
La universidad venezolana a finales del siglo XX y comienzo del XXI, enfrenta dos tipos de situaciones que están íntimamente relacionadas. En primer lugar, están los problemas internos tradicionales, asociados con la gobernabilidad institucional, la democratización del acceso a la universidad, el desempeño del profesorado, la calidad y pertinencia del egresado, el desarrollo de la investigación, la pertinencia de la extensión y la eficiencia administrativa. En segundo lugar, están un conjunto de factores externos que plantean nuevos retos a la universidad. Ellos son: -La globalización económica, que incluye el sector productivo. -La sociedad del conocimiento y la revolución de la información y la comunicación.
En materia de universidad –sector productivo, en Latinoamérica y Venezuela, encontramos ponencias de varios autores. Por ejemplo: EL venezolano Duarte (2005): El desarrollo científico y tecnológico demanda la construcción de vínculos estrechos entre los centros generadores de conocimientos y los sectores productivos que los transforman en tecnologías propias que permita un aumento de la productividad y competitividad de los países en desarrollo. Asimismo, la necesidad de reconocer la nueva función del conocimiento en la sociedad actual, exige a las Universidades, un replanteamiento de sus funciones tradicionales en la medida en que dicha situación también demande, que además de la enseñanza, extensión y la investigación básica, se abra la Universidad de manera innovadora, a la investigación aplicada. (p. 4).
EL investigador chileno, Martínez (1993): Durante los últimos años ha habido una creciente convicción de la necesidad e importancia de vincular la actividad científica y tecnológica de las universidades y sus centros de investigación de forma más estrecha y formal con su entorno, con el propósito de satisfacer a éste sus requerimientos de servicios, de investigación y desarrollo, así como de educación continua; de manera que pueda enfrentar las demandas presentes y futuras con mejores perspectivas de éxito. (p. 32). La del colombiano Infante Villareal (1990) La capacidad de respuesta de la universidad a la sociedad reviste múltiples facetas (…) Se espera que las instituciones universitarias no sólo formen profesionales, sino que contribuyan a la creación de comunidades científicas capaces de convertir el saber en instrumento de desarrollo de la sociedad, que adapten los paradigmas teóricos y tecnológicos generados en la comunidad científica internacional y que propongan nuevos enfoques y metodologías pertinentes al desarrollo de cada país. (p. 111) La del mexicano Solleiro (1990): La revolución tecnológica que estamos viviendo ha traído un sin número de cambios. Entre ellos, está la forma en que los sectores académico y productivo se relacionan. Tradicionalmente, las universidades se habían vinculado con el sector productivo, de manera casi exclusiva, mediante la provisión de recursos humanos calificados. Hoy, la necesidad constante por parte de la industria, de incorporar nuevos conocimientos (muchos de ellos resultado de la investigación básica) a la producción de bienes y servicios, con el objeto de poder competir en los mercados internacionales, cada vez menos protegidos y sujetos a la ley del más fuerte, ha provocado que se dé un acercamiento entre ambos sectores para colaborar en la ejecución de programas y proyectos de investigación y desarrollo. (p. 167). Los diferentes puntos de vista planteados por los investigadores, nos demuestran que la universidad mantiene en líneas generales una estrecha vinculación con el sector productivo y a su vez deberá estar en concordancia con el estado, las políticas y objetivos planteados. Durante los últimos años ha habido una creciente convicción de la necesidad e importancia de vincular la actividad científica y
tecnológica de las universidades y sus centros de investigación de forma más estrecha y formal con su entorno, con el propósito de satisfacer a éste sus requerimientos de servicios, de investigación y desarrollo, así como de educación continua; de manera que pueda enfrentar las demandas presentes y futuras con mejores perspectivas de éxito. Esta colaboración entre las universidades y el sector externo, entendido este último según Muga(1) como una amplia gama de organismos, instituciones, empresas y particulares hacia los cuales la universidad puede entregar su aporte, sería ventajosa para ambas partes al unirse características y competencias complementarias para producir una sinergia, lo cual conduciría al beneficio mutuo.
Tradicionalmente estos dos sectores se han visto enfrentados por diferencias de concepciones respecto al papel que ellos deben cumplir, las diferencias de intereses en cuanto a los servicios y beneficios que cada uno espera obtener del otro, así como por la escasa disposición para iniciar un acercamiento. Es así, como la universidad pretende generar conocimientos y difundirlos hacia la sociedad, contemplando el bienestar social. El científico siempre ha tenido la libertad para elegir la materia de su investigación y publicar los resultados obtenidos sin restricciones. Por su parte el sector externo, particularmente el sector productivo, tiene intereses específicos, quiere investigaciones aplicadas a la solución de sus propios problemas y desea exclusividad en cuanto a los resultados.
En esta circunstancia, es innegable la necesidad que un sector tiene del otro para solventar sus deficiencias. Estos entes han tenido y tienen por delante un desafío de proporciones, que de afrontarlo exitosamente no sólo contribuirían a mejorar el bienestar de la sociedad, sino que también habrán dado pasos importantes tanto en su crecimiento académico y económico como científicotecnológico. En las universidades Latinoamericanas, similar a los países desarrollados, empieza a inculcarse la apertura y búsqueda de alianzas con el sector productivo como medio fundamental para gestionar, por diversas vías, la obtención de recursos económicos complementarios a los otorgados por el Estado para su funcionamiento. Esto ha ocasionado cierta inquietud en los representantes universitarios, por cuanto se pudiera desvirtuar el papel fundamental de la universidad. Es conocida la confrontación entre la cultura universitaria y la cultura de las empresas. Por un lado, en las universidades se cuestiona si éstas deben involucrase en esta relación y tipo de actividades; hay desconocimiento y temor por el mundo empresarial; a la posibilidad de perder la libertad académica y al inmediatismo de los proyectos empresariales. Del lado del empresario, hay recelos de diversa naturaleza y fundamentalmente existen dudas acerca del cumplimiento de las tareas concertadas en los plazos determinados y acerca del mantenimiento de la confidencialidad de los resultados obtenidos (2). En este contexto Espinoza (3) sugiere, que en la relación universidad-sector productivo es necesario el establecimiento de una política formal que regule todo el esfuerzo de vinculación, para evitar desvirtuar el papel principal de la universidad. Si bien es válida esta inquietud sobre el papel a futuro de las universidades, Moreno (4) plantea, que nunca la vinculación de la universidad con el sector productivo va a ser una fuente determinante de recursos para la universidad. En los Estados Unidos, las más prestigiosas universidades sólo reciben por su vinculación con el sector productivo, entre 15 y 20% de sus ingresos totales. En los países latinoamericanos está lejano el día en que una universidad pública reciba el 10% de sus ingresos totales por contratos con el sector productivo. Aunque esta fuente de ingresos no es despreciable, las universidades no van a deformar su misión y
sus objetivos por obtener ingresos de parte de las industrias, en porcentajes tan minoritarios. En América Latina, al igual que en los países industrializados, existen importantes experiencias de vinculación universidad-sector productivo, tal es el caso de la Rectoría de la Pontificia Universidad Católica de Chile quien en 1978, como una manera de abrir caminos de vinculación con el sector productivo, preparó con diversos grupos académicos, un minucioso catálogo de las acciones que la universidad estaba en condiciones de efectuar si le eran requeridos para la producción de bienes y servicios (5). La publicación de dicho catálogo tuvo inmediato impacto en los sectores empresariales públicos y privados, acercando efectivamente a las partes y creando hacia el interior de la universidad una conciencia clara de vinculación. En la actualidad el cien por ciento de las unidades académicas realizan actividades de vinculación y cuentan con personal especializado en el tema. Por su parte, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tratando de dar respuesta al problema de la vinculación con el sector productivo, creó en 1983 la Dirección General de Desarrollo Tecnológico con el objeto de vincular su potencial tecnológico con las demandas de la industria, proporcionado a la comunidad universitaria diversos servicios de gestión para lograr la expedita transferencia de tecnología al sector productivo (6). Similar a estos países en Venezuela existen importantes experiencias en las universidades nacionales, mediante la creación de empresas apoyadas en sus centros de investigación y desarrollo que buscan la interacción con el sector externo. Tal es el caso, entre otros, del Centro de Innovación Tecnológica de la Universidad de los Andes, el Departamento Académico de Conversión y Transformación de Energía de la Universidad Simón Bolívar, Corpórea Producciones de la Universidad Central de Venezuela, el Centro de Estudios de Corrosión de La Universidad del Zulia (3). Además de estas dependencias universitarias dedicadas a la solución de problemas en el área de ingeniería, las universidades públicas venezolanas cuentan con renombradas instituciones en el área de la salud que también han logrado vincularse con sector externo, tal es el caso, del Instituto de Investigaciones Clínicas “Dr. Américo Negrette”, la Unidad de Genética Médica y el Instituto de
Enfermedades Cardiovasculares en La Universidad del Zulia; Desarrollos Bioalergenos y Facfar, del Instituto de Medicina Experimental y Facultad de Farmacia de la Universidad Central de Venezuela respectivamente, entre otros. Existen también, anexos a varias universidades públicas nacionales, otras instituciones como el Parque Tecnológico Universitario del Zulia, la Corporación Parque Tecnológico de la Universidad Simón Bolívar, la Fundación Parque Tecnológico de Barquisimeto y la Corporación Parque Tecnológico de Mérida, cuya misión es la vinculación con el sector productivo, con el propósito de dar respuesta a las necesidades de este sector a través de las investigaciones y servicios desarrollados en dichas universidades. Los logros alcanzados por las universidades publicas venezolanas, en los últimos años, en su intención de vinculación con el sector externo pudieran acrecentarse y consolidarse mediante un adecuado plan estratégico gerencial que permita una mayor difusión y promoción de los resultados de sus investigaciones y servicios, de tal manera que puedan llegar de una forma más amplia y directa, a un mayor número de potenciales clientes.
CONCLUSIONES
La realidad económica que enfrentan los países latinoamericanos afecta la actividad académica y está requiriendo de las universidades, mayor identificación con los problemas económicos y sociales de estos países y la generación de recursos propios a través de su producto esencial: el conocimiento. Esto impone un cambio de conciencia en el ámbito universitario. En la actualidad la mayoría de los universitarios han entendido la cooperación en forma unidireccional y unilateral, solicitando recursos financieros de los sectores públicos, para apoyar las actividades de docencia e investigación las cuales han sido decididas exclusivamente por el sector académico. Si se aspira a una universidad que sea parte indisoluble de la sociedad y que tenga una proyección social más consecuente en el rol que desempeña, resulta imprescindible la revisión y discusión del modelo de universidad tradicional que impera en la mayoría de los países (en el que las disciplinas y los campos científicos y profesionales están fundamentalmente orientados hacia adentro); y comenzar a plantear una trayectoria diferente de articulación con el mundo empresarial, sobre la base de un modelo de universidad empresa, para así garantizar su sustentabilidad, mediante el desarrollo permanente del conocimiento a través de la labor de investigación. Por último, lograr avances en la vinculación exige vencer los obstáculos y aprovechar las motivaciones, con la finalidad de fortalecer la cooperación entre el sector académico y el sector productivo, pues los resultados encontrados a través de esta investigación revelan que la relación universidad-sector productivo es deficiente, y que se ha dado de manera casuística, ocasional y sin orientaciones que viabilicen una gestión efectiva de este proceso.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
1. Muga AN. La prestación de servicios universitarios. En: Gestión tecnológica y desarrollo universitario. CINDA, colección ciencia y tecnología No. 39. 1994; 163-229. 2. Ryder E. ¿Es la investigación una prioridad en la universidad venezolana? Invest Clín 1998; 39(2): 71-75. 3. Espinoza RR. Experiencia de la relación entre la universidad y el sector productivo en un país en vías de desarrollo. En: Naturaleza y alcance de la relación universidad- sector productivo. Editorial de La Universidad del Zulia 1999; 112-163. 4. Moreno PF. Relaciones de la universidad con el sector productivo: una nueva área de la transferencia de tecnología. Espacios 1992 (citado 7 Marzo 2004); 13(1). Disponible en URL: http//www.revistaespacios.com/a92v13n01/30921301.html. 5. Muga AN, Alsina JN. Vinculación universidad sector productivo: Pontificia Universidad Católica de Chile. En: Vinculación Universidad Sector Productivo. CINDA, colección ciencia y tecnología No. 24. 1990; 261-282. 6. Solleiro JL. L bsp; Investigación Clínica 45(2): 2004 Schavino de V., N. (1998). Investigación Universitaria y Sector Productivo. Un Modelo de Correspondencias. Tesis Doctoral, Mención Publicación Universidad Santa María. Caracas