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“EL GRAN DRAGÓN ROJO Y LA MUJER REVESTIDA CON EL SOL”. WILLIAM BLAKE (1805-10) La imagen pertenece a la serie de acuarelas denominada “El Gran Dragón Rojo” que William Blake realizó entre 1805 y 1810. Tuvo cientos de encargos para ilustrar los libros de la biblia, centrándose en esta ocasión en varios acontecimientos del Apocalipsis. En la obra, el Dragón se muestra listo para devorar al niño de una mujer embarazada tal y como es representado en Apocalipsis 12: “Apareció en el cielo otra señal: un gran dragón rojo que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza. Con la cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo, y las lanzó sobre la tierra. El dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz, padevorar a su hijo tan pronto como naciera.” Ap. 12:3-4, Sagrada Biblia

WILLIAM BLAKE (Londres 1757-1827) fue un poeta, pintor y grabador inglés. Nació en el seno de una familia de clase media que se cree que perteneció a una secta religiosa radical denominada Dissenters. La Biblia fue una influencia temprana y profunda en él, y seguiría siendo una fuente de inspiración crucial durante toda su vida. Su obra se basa en visiones fantásticas de rico simbolismo. Desde una edad temprana tuvo visiones, la más precoz fue cuando, en Peckham Rye, teniendo alrededor de nueve años vio un árbol lleno de ángeles «adornando con destellos, como estrellas, cada rama». En otro momento, observó a los segadores trabajando, y vio «figuras angelicales caminando entre ellos». Es posible que otras visiones ocurrieran antes de estas: más adelante en su vida, la esposa de Blake, Catherine, le recordaría la vez que vio la cabeza de Dios «colocada en la ventana». La visión, recordaba Catherine a su marido, le dejó gritando. Comenzó a grabar copias de dibujos de antigüedades griegas, llegando su padre a comprarle algunas La influencia de estas obras clásicas en sus pinturas puede apreciarse en su obra posterior.


Blake aborrecía la esclavitud y creía en la igualdad de géneros y razas. Varios de sus poemas y pinturas expresan una noción de humanidad universal. Conservó un interés activo por los acontecimientos sociales y políticos durante toda su vida, aunque a menudo se vio forzado a disimular el idealismo social y transformar las declaraciones políticas en alegorías místicas protestantes.

“EL JARABE DE ULTRATUMBA”. JOSÉ GUADALUPE POSADA (1910) “La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”, así pensaba, JOSÉ GUADALUPE POSADA (Aguascalientes 1852-Ciudad de México 1913), uno de los artistas latinoamericanos más influyentes del siglo XX. Nativo de la ciudad de Aguascalientes, México con él, también nació la gráfica mexicana contemporánea. Su iconografía, composición y su trazo son excepcionales, el manejo del blanco y negro es perfecto, y la manera de abordar las temáticas de su tiempo fueron rompedoras, aún lo son. Sus trabajos destilan una gran destreza, de la que se alcanza con el trabajo intenso y cotidiano. Describió con originalidad el espíritu del pueblo mexicano desde los asuntos políticos, la vida cotidiana, su terror por el fin de siglo y por el fin del mundo, además de los desastres naturales, las creencias religiosas y la magia. Por su estilo y temática empleados, José Guadalupe Posada, es considerado un artista popular, proveniente del pueblo, que nutrió su obra del imaginario popular mexicano y a quien se dirigió como público. Las calaveras de Posada son en la mayoría de los casos asociadas con el Día de los Muertos, ya que interpretó la vida y las actitudes sociales del pueblo mexicano, representados en sus grabados con calaveras vestidas de gala, calaveras en fiesta de barrios, en calles urbanas, en las casas de los ricos. Dibujó calaveras montadas a


caballo, en bicicleta, con las que señalaba las lacras, la miseria y los errores políticos del país. Las calaveras fueron una fusión de visiones precolombinas, coloniales y populares, que más que plasmar un sentimiento solemne y dramático, eran una ilustración jocosa, divertida y llena de vitalidad “La muerte es un espejo que refleja las vanas gesticulaciones de la vida (…) Una sociedad que niega la muerte, niega también la vida."(Octavio Paz)

“IN ICTU OCULI”. JUAN DE VALDÉS LEAL. (1672) In Icto Oculi, significa “en el parpadeo de un ojo”. Nos presenta un esqueleto, la muerte, con la guadaña y un féretro que siega las vidas de los mortales y se muestra prepotente sobre un globo terráqueo. Es un tema recurrente en el barroco que recibía el nombre de Vánitas, que significa “vanidad” o la brevedad de la vida en contraste con los placeres mundanos. El tema fue repetido muchas veces por distintos artistas. En ocasiones, aparece un esqueleto o una calavera con un péndulo o reloj de arena: el tiempo corre. En otras, con burbujas que representan la brevedad de la vida. El fin es moralizante y pretende impactar al ser humano haciéndolo reflexionar sobre la poca valía de todo lo que se puede acumular en este mundo, pues la muerte llega y nada se podrá llevar al más allá. La gloria, el poder, el dinero, las posesiones y los amores son mera vanidad. Por ello aparecen en el cuadro diversos objetos que representan la gloria y el lujo, como una mitra papal, joyas, coronas, capas, púrpuras, espadas, etc. En el frente aparece abierto un libro con un grabado de un arco triunfal, motivo arquitectónico con el que se solía recibir en las ciudades a los triunfadores de las batallas. Para el autor, todo ello no tendrá ninguna valía ante la presencia de la terrible muerte. La sentencia In Ictus Oculi aparece encima de la mano esquelética que sostiene una lámpara apagada. Juan de Valdés Leal nació en Sevilla en 1622. Con gran éxito en Sevilla, se dedicó a trabajar en infinidad de encargos para diversas instituciones y clientes particulares, destacando sus ciclos religiosos para varias iglesias de la ciudad. En el siglo XVIII su obra fue olvidada, situación que se prolongó hasta el siglo siguiente, hasta que ya en el siglo XX se redescubrió su gran aporte y fue revalorizado como uno de los pintores barrocos más importantes de España.


“LA ARAÑA SONRIENTE”. ODILON REDON. (1881) La ciencia tuvo un gran desarrollo a finales del siglo XIX, alimentando la imaginación de artistas y poetas. Redon hizo uso de manuales de botánica, zoología y microbiología para crear una caricatura pesadillesca, con recuerdos de obras de Goya o Doré, y de sus referentes literarios, Baudelaire y Poe, que sin duda, influyeron enormemente al artista. Esta araña de proporciones gigantescas tiene dibujados unos ojos y una maliciosa sonrisa. El artista crea un ser híbrido, lo humaniza buscando la monstruosidad de forma irónica y morbosa para asustar, asquear y desconcertar. Probablemente dedicó esta obra a sus críticos, que tan mal lo hicieron pasar en los comienzos de su carrera. Esta fue la etapa negra del artista, cuando utilizó exclusivamente este color (en estos años los impresionistas eliminaron el negro de sus paletas) y sus infinitos matices. Para ello, nada mejor que el carbón, una técnica utilizada tradicionalmente por los académicos, que se horrorizaron al ver semejante obra. ODILON REDON nació en Burdeos en 1840 y murió en París en 1916. Fue artista simbolista, precursor del surrealismo. Redon da rienda suelta a su fantasía, entremezclando mitos paganos con materialismo científico, animales imaginarios con maquinaria de la Revolución industrial. “Toda mi originalidad consiste en dar vida, de una manera humana, a seres inverosímiles y hacerlos vivir según las leyes de lo verosímil, poniendo, dentro de lo posible, la lógica de lo visible al servicio de lo invisible.”


“CHARACTER”. REMEDIOS VARO (1958)

Remedios Varo (Anglés 1908-Ciudad de México 1963), fue una pintora surrealista, escritora y artista gráfica española, una de las primeras mujeres que estudiaron en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Se llamó Remedios, debido a que su nacimiento vino a "remediar" a su madre la reciente pérdida de una de sus hijas. Tuvo una vida enfermiza con problemas cardíacos. En España formó parte del grupo surrealista Logicofobista que pretendía representar los estados mentales internos del alma, utilizando formas sugerentes de tales estados. Se trasladó a París, pero con la llegada de los nazis a la capital francesa, se exilió a México. Nunca regresaría a España. Durante su estancia en México, conoció a artistas como Frida Kahlo y Diego Rivera, pero estableció nexos de amistad más fuertes con otros intelectuales en el exilio, en particular con la pintora surrealista británica Leonora Carrington. Su amistad será fundamental para ambas tanto en la obra pintada como la escrita. La vida de Remedios se vio rodeada de misticismo, sus temas de interés iban desde la teoría psicoanalítica hasta la alquimia, tal como se expresa en múltiples cuadros suyos. En su obra muestra un mundo surgido de su imaginación donde se mezcla lo científico, lo místico, lo esotérico y lo mágico. Sus lienzos están realizados con una gran minuciosidad y reflejan la unidad cósmica y las interconexiones entre diferentes planos de la realidad: la materia y el espíritu, el mundo animal, el humano y el vegetal. Otro de sus grandes temas, que fascinó a los surrealistas, es el de la mujer maga, ligada al inconsciente y dotada de poderes superiores. Hasta el final de su vida no consiguió vivir de la pintura. Siempre realizó trabajos artísticos de supervivencia, sobre todo como ilustradora publicitaria. También pintó instrumentos musicales y muebles; realizó los decorados de la película “La aldea maldita”, de Florián Rey; falsificó por encargo cuadros de Giorgio de Chirico y diseñó trajes y tocados para teatro y ballet junto a Leonora Carrington y Marc Chagall.


“LOS FAUSTOS DEL SUBSUELO”. LEONORA CARRINGTON (1947) Leonora Carrington (Lancashire 1917-Ciudad de México 2011) fue una pintora y escritora surrealista. Durante su estancia en París entró en contacto con el grupo de artistas surrealistas. Previamente a la ocupación nazi de Francia, pintores del movimiento surrealista, incluida Leonora Carrington, se volvieron colaboradores activos del Freier Künstlerbund, movimiento subterráneo de intelectuales antifascistas. Ante la inexorable invasión nazi, desesperada escapó a España, donde sufrió una crisis nerviosa paranoide y fue internada, por consejo de su conservadora familia, que presionó a la Embajada del Reino Unido en la España de los primeros años franquistas, en un sanatorio mental de Santander, en el que fue sometida a electrochoques y tratamiento con drogas que fueron prohibidas años despúes por su alta toxicidad. Logrará escapar de Este período resultó traumático para la pintora afectando de forma decisiva a su obra posterior. André Breton se interesó por la histeria, la locura y otras alteraciones mentales y vio a Leonora como una embajadora de vuelta del "otro lado", una vidente, la bruja que regresaba del inframundo armada de poderes visionarios. Tras su paso por otro hospital portugués y sufrir la agresión grupal por parte de militares franquistas, logra escapar a México donde contactó con colegas surrealistas en el exilio como André Breton, Benjamin Péret, Alice Rahon y la pintora Remedios Varo, con quien mantuvo una amistad duradera. Tuvo un gran interés por la alquimia y los cuentos de hadas con los que creció, interés que se percibe en su obra pictórica y escultórica. Fue una de las primeras mujeres en pertenecer, a los 19 años, al núcleo fundacional del surrealismo y la última de aquellos profetas del subconsciente en abandonar el mundo, a los 93. Ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes, otorgado por el gobierno de México en 2005. "Me gustaría deshacerme de las ilusiones. A mí lo que me fascina es tratar de acercarme a lo real, pero no sabemos nada. Y hoy vivo entre el aburrimiento y la vergüenza de pertenecer a un género animal como el ser humano. Por eso me gustaría ser un elefante, pero salvaje, no pertenecer a nadie".


“LA ISLA DE LOS MUERTOS”. ARNOLD BÖCKLIN (1880)

Esta pintura forma parte de la serie La isla de los muertos del pintor suizo Arnold Böcklin. Böcklin creó múltiples versiones del mismo cuadro, en el que se representa un remero y una figura blanca sobre una pequeña barca, cruzando una amplia extensión de agua en dirección a una isla rocosa. El objeto que acompaña a las figuras en la barca se identifica generalmente como un ataúd, y la figura blanca con Caronte, el barquero que en la mitología clásica conducía a las almas al Hades. Esta pintura en parte evoca al Cementerio inglés de Florencia, cerca de su estudio y donde había enterrado a su hija pequeña María. Inspirará a músicos tardorrománticos que compusieron poemas sinfónicos inspirados por ella. Nunca explicó el significado de su pintura. El título de la obra no se debe a él, sino al tratante de arte Fritz Gurlitt, quien la nombró así en 1883. Arnold Böcklin (Basilea 1827-Fiesole 1901) fue un pintor encuadrado en el movimiento artístico del simbolismo que influirá de manera decisiva en el Surrealismo. Sus obras incluyen figuras fantásticas, mitológicas, bajo construcciones provenientes de la arquitectura clásica (que revelan a menudo una obsesión con la muerte), creando un mundo extraño, de fantasía.


“SIN ESPERANZA”. FRIDA KAHLO (1945)

La obra Sin Esperanza muestra a Frida presa a la una cama, en un paisaje absolutamente rudo y estéril, con una terrible cornucopia de carne y varios peces en un cono carnoso suspenso encima de la boca de la artista representada en el cuadro. Aunque sea pequeña, la pintura es considerada una de las más perturbadoras y poderosas pinturas de Frida.

En la época en que pintó el cuadro, la falta de apetito de la pintora la llevó a una tamaña pérdida de peso que necesitaba ser alimentada a través de un embudo. En la pintura el embudo ganó nuevas dimensiones -tan grande que necesita ser apoyado en una estructura de madera- y no está lleno de comida triturada, pero sí de pilas de carne cruda.

En el reverso del cuadro Frida colocó una inscripción que da nombre al cuadro: "No resta ni la menor esperanza en mí... Todo se mueve en sintonía con lo que el estómago contiene". El enorme embudo usado para alimentar a la pintora rebosa con una mezcla nauseabunda de carne, peces y aves. La idea del embudo como un instrumento de tortura (cómo aparece representado en la pintura) probablemente fue tomada de un libro sobre la Inquisición Española. Sobre el monte de comida cruda se encuentra una calavera mexicana de azúcar con el nombre de la artista. Esas calaveras eran comunes en el día de los muertos y su papel en la pintura es hacer una alusión a la muerte, mientras el azúcar representa la dulzura de la vida. Frida lanza al espectador una mirada suplicante, al mismo tiempo en que las lágrimas escurren de su rostro. Sólo la cabeza y los hombros están por fuera de las sábanas, lo que ayuda a transmitir la sensación de constricción. En esa época Frida era, realmente, forzada a pasar gran parte de su tiempo en la cama, con un chaleco ortopédico. La artista sufrió más de 30 operaciones al largo de la vida. En los laterales del cuadro se encuentran imágenes de la luna y del sol. Una de las interpretaciones para la presencia de esos símbolos es el dolor implacable de la pintora, que persistía día y noche.


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