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ÇATALHÖYÜK, PRIMER ASENTAMIENTO HUMANO
from ZANDYREPORTAJES 6
by Zandy Benet
CATALJOYUC FUE EL PRIMER ASENTAMIENTO HUMANO DESPUÉS DE QUE EL HOMBRE APRENDIERA A SEMBRAR. CON EL PODER DE LA AGRICULTURA EN LAS MANOS, PODÍA PERMANECER EN UN SOLO LUGAR Y HACERLO SUYO, DEJANDO DE SER NÓMADA. ESPERO ESTE REPORTAJE TE SIRVA PARA CONOCER UN POCO DEL AVANCE DE LA CIVILIZACIÓN EN NUESTRO PLANETA.
Hace ya más de 9.000 años, por el 7.500 a. C., se creó la primera ciudad de la que tenemos constancia: Çatalhöyük. Cataljoyuc es un poblado neolítico ubicado en el sur de la actual Turquía. Excavado por primera vez en 1958, este importante yacimiento ocupa trece hectáreas con casi veintiún metros de depósitos que abarcan unos mil ciento cincuenta años de ocupación humana continuada. Hace unos diez mil años tuvo lugar una revolución que cambiaría el mundo para siempre: la invención de la agricultura. A partir de entonces, los grupos de cazadores recolectores abandonaron la vida nómada y empezaron a establecerse en comunidades organizadas en grandes asentamientos. Fue entonces cuando ‘empezaron a experimentar lo que pasa cuando pones a mucha gente junta en un área pequeña por un largo tiempo’. Científicos han analizado con detalle los restos vegetales y animales del asentamiento, y han estudiado setecientos veinticinco restos humanos, datados entre 7100 y 5950 a.C. A partir del análisis de los isótopos de los huesos, los investigadores han podido conocer los alimentos que consumían los antiguos pobladores
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de Cataljoyuc, sobre todo, trigo, cebada, centeno y algunas plantas salvajes. Las proteínas las obtenían principalmente de ovejas y cabras. El tipo de alimentación como resultado de la agricultura, trajo consigo problemas de escasez y, por consiguiente, de salud. Además, el constante aumento de la población provocó un incremento del esfuerzo para poder alimentar a todo el mundo. Este sistema tuvo otra consecuencia inesperada: la aparición de caries dentales, algo que apenas se ha hallado en el registro fósil anterior. Entre el diez y el trece por ciento de los habitantes de Cataljoyuc presentaba los típicos orificios causados por esta enfermedad, resultado de una dieta rica en grano. La acumulación de individuos y de animales en un mismo lugar y la falta de higiene, tuvo otras funestas consecuencias: los habitantes empezaron a sufrir más infecciones. Hasta un tercio de los huesos estudiados presentan señales de infección.
Para poder acomodar a la creciente población, las casas de Cataljoyuc se construían en medianería -pared común entre dos casas-, sin calles ni pasajes, y el acceso a las viviendas se hacía por el tejado, utilizando escaleras que iban de un nivel al otro. De esta forma las casas carecen de puerta propia y el espacio público se desarrollaba en las azoteas. Los corrales y pozos de desechos estaban muy cerca de las viviendas. Los muros de las casas se recubrían con arcilla, y los análisis han revelado materia fecal en ella, tanto animal como humana, lo que demuestra que las condiciones eran bastante insalubres. Junto a todo ello, y cerrando así simbólicamente el ciclo vital, los muertos se enterraban en los suelos de sus casas, tal vez buscando su protección. El material utilizado era el adobe -barro mezclado con paja y secado al sol- y vigas de madera. Cada casa tenía su propio horno para la cocción del pan. Las paredes de la mayoría de las casas estaban decoradas con paneles de color rojo. En los suelos se utilizaban alfombras de junco. Los muebles estaban empotrados con plataformas de ladrillo para sentarse, trabajar y dormir. Bajo estas plataformas se enterraban los huesos de los muertos, para seguir siendo parte de la familia.
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Sus paredes estaban pintadas con una amplia gama de temas. Estos incluían escenas de caza, una imagen de buitres sobre cadáveres humanos e incluso un paisaje elemental. El toro era un animal sagrado. Cabezas y cuernos de toro sobresalían agresivamente de las paredes y altares de las cámaras del templo de Cataljoyuc. Uno de los murales sugiere que aquí se practicaba un deporte peligroso con toros. Entre los restos encontrados -además de puñales de obsidiana y frescos en las paredes- destacan esculturas de la diosa madre.
VIOLENCIA CRECIENTE El análisis de noventaitres cráneos del yacimiento ha evidenciado que unos veinticinco tenían facturas cicatrizadas; doce de ellos presentaban pruebas de haber sido atacados más de una vez, ya que tenían entre dos y cinco heridas producidas en momentos diferentes. Al parecer, estas heridas fueron hechas con objetos contundentes. Curiosamente, la mayoría de las víctimas eran mujeres y las investigaciones revelan que fueron atacadas normalmente por la espalda. Se cree que la presencia de estos actos violentos podría ser el resultado de las inevitables tensiones que provocó en el asentamiento el constante aumento de la población y los retos que presentaba la convivencia entre tantas personas. Todos estos factores permiten conocer mejor la evolución de las formas de vida humana a lo largo de la historia. Muchos de los desafíos que tenemos hoy en día son los mismos que tenían en Cataljoyuc, sólo que aumentados.
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