Zebra Issue 2 by Zebra Zul

zebrazul DE ZEBRA ENERO

ISSUE #2 ENERO 2014

ISSUE #2 UNA ZEBRA ELECTRÓNICA

NERO 2014

www.zebraazul.net

í¡Lo quenhaydque ver!i c e : zebrazul

6 EDITORIAL Letroscopio

Las Cajitas de Malena.................8 El Amor Se Sabe........................14 Derivas.......................................18 La Ciudad Del Insomnio.............25 Sobre Cabezas, Puertas y Campos de Lilas......................28 Brilla y Elévate............................30 Juventud.....................................32 10 minutos..................................33 Autobiografías y otras ficciones..........................34

EL ARTE DEL RENDER 60

40 DEZEB

rtes Ra

La quietud inadvertida

zul nda

El perro

EL VOYERISMO EN EL CINE

66 74

Hablemos de cine gore 78 L’ECUME DES JOURS

Cinco Contra El Mundo.......82

Melómetro

Zebra Bowie......90 H

Las desventuras del contrabajista.................18

ken!!! u u d a

El paraíso del geek y del otaku 98 104 Claymore:las brujas on Gadgetas afé c

de ojos plateados

Smart socks.......108 La posibilidad de una isla ........110

de zeb La Z ra

Impropósitos de año nuevo

112

ENPIJAMANDO AL CABALLO

Enpij Al C Este mes fue algo caótico, entre la gente

EDITORIAL

que se quejaba porque no les hubiéramos dado

10,000 visitas a la revista.

una pronta respuesta y la

Nunca nos hubiéramos

visita a Durango por las

imaginado que el primer

fiestas, traíamos la cabeza

número tuviera tanto éxito.

dando tumbos. El asunto

Quizá, lo más inverosímil

es que somos humanos

sea que haya tanta gente

y, aunque no seamos

queriendo leer nuestras

particularmente afectos a

impertinencias. Es probable

las celebraciones, tenemos

que un tercio de esas

compromisos familiares.

hojeadas al sitio hayan sido

Hay que compadecerse un

las de los amigos y familiares

poco, corremos el riesgo de

de nuestros colaboradores,

que la abuelita nos agarre

aun así, resulta impactante la

a bastonazos, si, en lugar

cantidad de personas que han

de tener en las manos una

perdido el tiempo en nuestras

pata de pavo, tenemos

páginas. ¡Gracias! 6

ja m a n d o Caballo

zebrazul respectivas casas, pero es momento de contarles algo que nos entusiasmó: nos hicieron nuestra primera entrevista. Nos citaron en

el ordenador. Además,

un singular café para lo

deberán tener en cuenta el

que, esperábamos, fuera

atascón de recalentado que

una avalancha de preguntas,

no paró en dos semanas,

sin embargo, tuvimos una

hasta parece que estaban

experiencia muy grata, una

en rebaja los guajolotes

plática amena, desayuno

y los cerdos. En fin, estas

exquisito y una buena taza

fiestas podrían titularse

de café. Hasta nos sentimos

Recalentado inception

gente importante. Cuando

o Gastritis ad infinitum.

salga en el periódico, ya los

No saben el daño que

estaremos fastidiando para

la navidad le ha hecho

que la lean, supongo, que

a mi vesícula, hasta

cuando vean nuestra foto,

podría demandar a los

se llevarán un chasco.

organizadores por daños y

Sin más preámbulos aburrideros, aquí tienen

perjuicios.

la Zebra de enero. Nos Me gustaría

esmeramos por entregarles

seguirme quejando del

un ejemplar de calidad, con

malestar fiestero, aunque

la sorpresa de que logramos conchabarnos a excelentes

supongo que ustedes se

escritores y artistas.

llevaron un tanto en sus

Disfrútenla.

LETROSCOPIO

Letroscopio

Las cajitas de Malena Por: MarĂa Vilalta

zebrazul Cuando la vi tenía las medias bajas, hechas un acordeón sobre las piernas. Estaba envuelta en niebla. Una niebla de Junio que baja desde el Riachuelo. Había escuchado su voz del pájaro una noche y algo de esa mujer quedó impregnado en mi sangre. Malena no parecía Malena. Tenía un desamparo que no se le notaba sobre el escenario. Fumé todo el cigarrillo antes de acercarme. Tenía nervios, no puedo negarlo. Ella era algo único cuando cantaba. Aquí a unos pasos era apenas un gorrión. Pude haber pasado, de largo, pero unos hilos invisibles me llevaban hacia ella. Qué haces, le dije, tironeándola del brazo. Ella pareció mirarme, pero creo que no me veía, zafó de mi mano y se le cayeron unas cajitas rosas y negras. Largá, ¿qué te pasa? Ya no canto. Ya sé que no cantás, quiero tomar un café con leche con vos ¿aceptás? Sin decir una palabra y tropezando en sus tacos me siguió con la voluntad más floja que un flan. En cada esquina parábamos a tomar aire o fuerzas. La agarré de las manos para sostenerla. Ella me dejaba hacer. Había escarcha sobre las manos. Debió estar parada horas o días contra el paredón del almacén. Al cruzar la puerta del bar de los gallegos el calor nos abrazó. Ella, Malena, pareció revivir. Se fue para el baño. Volvió envuelta en perfume, las medias subidas, la cara compuesta. Gracias, pibe y se dejó caer sobre la silla. Yo tenía la barba rala y una facha de falta de olla que no disimulaban ni los pantalones ni los tiradores ajustados. Debí mirarla embobado porque me repitió, ya no canto, mientras sus manos acomodaban con infinito esmero las cajitas rosas y negras.

LETROSCOPIO

Después de un tiempo interminable, alcancé a balbucear, ya lo sé, pero tengo para siempre tus tangos por aquí, y le señalé las venas de los brazos. Ella alargó la mano, como en un sueño, y me revolvió el cabello. Hubiera querido estaquearme a la silla. Parar el reloj allí de punta como una lanza. Apareció el gallego con dos cafés con leche humeantes y con cuatro medialunas madrugadoras. Yo instintivamente con los dedos en los bolsillos conté las monedas. Me alcanzaban, justito. Atento pibe, dijo Malena, estas son mi vida. La miré desconcertado, mi edad no daba para medir aún los afectos. Me parecían solo unas cajitas miserables, tontas si se quiere. Aquí en ésta guardo los nombres de los muertos, mis muertos. Algunos están vivos. Y la destapó, ron minúsculos papelitos desiguales. Juntó los caídos y volvió a cerrarla. En ésta los que me juraron amor. Al sacar la tapa estaba por la mitad. Con la punta de la uña los acomodó unos sobre otros. Esta es para los amigos. Había dos papeles que se movían cómodos en la caja. Le señalé la cuarta (si hubiera tenido más edad no lo hubiera hecho) ¿Y esa? Al instante me arrepentí. Por sus ojos oscuros pasó la amargura del mundo. Es para los amores actuales, para el amor, pibe ¿entendés? Y sacó la tapa sin ninguna piedad. La caja estaba vacía, solitariamente vacía. Y así como abrió la cajita se puso a cantar a todo pulmón. Éramos cinco personas en el bar de los gallegos. No sé qué pensaron los otros, pero a mí se me hizo un fuego por dentro y también un desgarro, sabía que Malena se iba, ¿adónde?, ni ella misma podía

zebrazul decirlo. Yo ataba la noche con letra despareja en las servilletas de papel del bar. Para algo sirve lo ordinario, dijo ella. Todavía se usaban las servilletas de tela almidonada, blancas, prolijas. Pero esto era la noche y la intemperie. Por los vidrios rajados del bar de los gallegos y aún en los ventanales enteros, se filtraba un aire que congelaba la carne. Pude tocarle las manos, pude darle golpecitos de cariño entre el desparramo de cajas. Pude a medias y con una lengua torpe decirle las frases que había pensado en la almohada o en el centro del cabaret, temblando en sus melodías. Ella llegó a reírse con ganas y a decirme, pibe mirá que sos ocurrente. Hasta ahora nadie me hizo el verso como vos, tenés un buen chamuyo. Malena se fue esa mañana a algún sitio del mundo. Buenos Aires se quedó vacía de su voz. Buenos Aires siguió insistiendo con el tango pero al fuelle le faltaba aire, el temblor de Malena. Para cuando volví a saber de ella a mí se me había caído todo el pelo. Ya no tenía los berretines de la juventud y ni siquiera creí demasiado en lo que me dijo Enrique. Podía ser una broma o simple confusión. A Enrique una noche de copas entre cigarros negros y mucha nostalgia le había contado de Malena. Tanto como para justificar una letra de tango. Enrique había viajado con su orquesta a New York, ciudad como pocas, ciudad de alto, puro alto, decía Enrique y vino con la cabeza llena de luces como si él mismo fuera un cartel luminoso. Él jura que una mujer rubia, de rostro gastado se le sentó en la mesa decidida. Usted es argentino, le dijo, nosotros fuimos presentados. Y alargó la mano flaca y el apretón de manos fue inevitable. Ese gesto bien podía ser de Malena. No tenía vueltas. La mujer había arreglado el cabello tras la oreja y después de compartir

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una copa había sacado unas cajitas pequeñas y sucias. ¿Qué color? lo apremié. Mirá si voy a ver los colores con la poca luz del local. ¿Para qué querés saber el color? A mí me pareció media loca, qué querés, y no podía sacarla con esa facha hasta que ella misma, riéndose dijo, soy Malena ¿te acordás? No se le había pegado nada de los gringos. Sólo la ropa (vos sabes lo que les gustan las pilchas a las mujeres) se parecían a las del lugar, el resto, los ojos, la boca, los ademanes seguían siendo nuestros. Eso debió moverme a preguntarle, pero como siempre hacía, llevó ella la conversación. Le hablé de Bs. As., de las calles, de los amigos. Le conté Homero, te juro, que vos habías hecho de ella alguien inolvidable. Fue en el único momento en que se le llenaron de agua los ojos. Ese muchachote torpe tiene un gran corazón, dijo, yo no canto más desde esa noche. ¿Sabrá él que ya no canto?. No importa Malena, le dije, lo hecho hecho está. Y Enrique me aseguró que la voz a ella le salía como un puñado de arena, sin brillo, para adentro. Le insistí en medio de la conversación, cómo que no tenés la dirección o lo que hace ¿soltera, casada?. La cabeza de Enrique hacía gestos desorientados. Una banda de amigos nos rodeó. No tuve oportunidad de seguirla y ella como siempre, tenía un andar ágil, de gato nocturno, ¿entendés? Le dije que no, que no entendía. Que tampoco le iba a creer así como así. Enrique sacó un paquete minúsculo y con una sonrisa triunfante me lo dejó al lado del pocillo ya frío de café. Para cuando lo abrí, él rascándose la ceja dijo, ella me la regaló para vos. Para el amor murmuró y dijo que vos entenderías. La sacó entre las otras cajitas.

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No intenté disimular la ansiedad, la abrí de un solo tirón. Como siempre era la más vacía, pero ahora un papelito nadaba en el fondo. Lo desenrosqué, tenía casi gastada las letras, decía “el pibe”, lo di vueltas y vueltas. ¿Casualidad, no?, le dije a Enrique. Y un nudo se me atornilló en la garganta. Enrique levantó los hombros indiferente. No sé viejo, pero eso lo tenía escrito de mucho tiempo. Esas cajas parecían de museo. Inauguré ese día mi devoción por la noche y la magia de Buenos Aires. Sólo en esa creencia uno puede suponer que Malena sin recordar mi nombre, me había guardado como su amor. Que ella en esas pestañas de pájaro había sentido mi devoción, mis toses acaloradas. Conocerla ahora sé, fue inyectar el tango en mi sangre. Nunca se me despegó esa noche, ni el frío, ni los ojos de Malena.

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EL AMOR SE SABE Tengo cierta idea que el amor anda suelto. No tiene edad ni sexo puede subirse viboreando por el cuello de un niño la mujer o el anciano vacilante. Puede y no quiere. Lo general es que no quiere. El amor se sabe no tiene mañana. Es un ardiente abismo del hoy por el hoy. Crepita y se hace fuego en los ojos puertas vibrantes del alma, y la saliva alimentando los labios como caballos que cortan el viento. El amor, quizás y a ojos ciegos puede ser una flecha arrojada en el tenso arco de Eros y seguir viviendo regado en una lluvia de besos.

zebrazul Por: María Vilalta

Es tal vez un tejido de difícil aguja. Solo para tontos de remate que utilizan las estrellas y la luz de la luna -estelas nocturnalesPara deslizar zonceras: - ¿me amas? Y la repiten incansables en un conjuro de espejos. El amor… quizás me pertenece. Todo lava y volcán revuelve mis cartílagos y las venas y la sangre. Soy hecha de fina hebra de amor y por amor me muevo respiro. Lloro y enmudezco. Ay, quién pudiera ser tonto de remate heredad de Edipo las cuencas del ciego y andar por la vida urdiendo la fina trama del deseo.

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SOBRE MARÍA VILALTA María Vilalta, escritora argentina, nacida en 1955, en Barrancas, provincia de Santa Fe. Cuenta con 46 premios nacionales y 13 premios internacionales.

Bibliografía:

Nunca me faltó nada: Novela corta juvenil. 11 de octubre de 1991. Límite: Cuentos. 30 de junio de 1992. Carmen... Carmela: Novela. Septiembre de 1994. Serán pocos los que crean: Cuentos. Septiembre de 2001. Colorín Colorado: Infantil. Marzo de 2003. Maneras de ver esto del Amor y de la Vida: Poesía. Abril de 2003. De aguas y de fuegos, historias de la tierra sin mal: novela. Agosto de 2004 Diez mujeres para ningún harem: novela. Septiembre de 2004 Esto del Amor. Poesía. septiembre de 2006. El tango de Aura, novela. Mayo de 2007.

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Publicaciones conjuntas:

Quemar las naves. Selección de poesía. Marzo 1993. Editores del Litoral SRL Antología Poetas Argentinos del interior. Marzo 1994. Editorial Tráfico Cultural. Estos cuentos cuentan. Mayo 1994. Editorial Centro de Arte Urano. 2001. Lavalle 900 1° piso. Capital Federal. Torrente de Poesías y cuentos. Diciembre de 1996. Ediciones Baobab. Amambay 3570. Bs.As. (Auspiciado y declarado de interés cultural por la Secretaría de Cultura de la Nación) Metáfora viva. Antología de Narrativa y Poesía. Marzo 1997.Ediciones Nubla. Lanús. Bs.As. Udaondo 2646. Narradores de Hoy- Antología 97-98. Abril 1998. Ediciones Nubla. Udaondo 2646. Lanús Oeste. Bs.As. Concurso Nacional de Cuento y Poesía Ricardo Molinari. Abril 1998. Araucaria Editora. Poesía Latina ( Hacia la Centuria XXI) Agosto 1998. Pegaso Ediciones Rosario. Cuentos Históricos Argentinos. Abril de 2000. Grupo Editor Altamira. Santa Magdalena 635. Bs.As. Homenaje a Pablo Neruda. Pegaso Ediciones. Abril 2001 La Dimensión del Azul. Garzón Ediciones. Selección internacional en español de cuento y poesía. Enero 2002. Como ángeles en llamas, año 2005. Ed. Maribelina Lima, Perú, por jurado a conformar la antología internacional de poesía.

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Derivas

Por: Gilberto Lastra Guerrero

Recorrí aquel lugar, lo suficiente para poder asegurar mi posición, a través de la luz de los estrobos. Nada cambió: el tiempo se detuvo en aquella nubosidad de sangre, labios pintados de negro, y la estridente enajenación de los presentes al rito de encantamiento: vampiros sin capacidad de comerse solos, y textos olvidados sin ninguna lectura astral. Nada se atravesó a mi necesidad por imaginar la capacidad para fingir esos sentimientos y posiciones revueltas en un núcleo social tan marginal, como aquel simulacro de vidas sin sentido, mientras las cintas de Bela Lugosi aparecían en la pantalla del antro. Me movió una poderosa ansiedad por buscar, entre esa multitud de máscaras mutiladas, una línea de identificación por la cual seguir. Era vulnerable. Pero, en menos de un soplo, comenzó a tocar la banda que había estado esperando durante largo tiempo. Así que, busqué un lugar donde pudiera ver sin problemas: sin escuchar aquellas charlas, donde las ideologías toman forma de fanfarronería sonora. Imaginé, por un momento, los orígenes del movimiento, de aquellas bandas que sin futuro se lanzaron al asalto de las calles. Primero el punk; después esto. La realidad era que, si después de regresar del lado oscuro que proclama esta raza, hubiera un nexo más próximo a la vida interior, serían los entes más devastadores que pudieran existir. Los “poetas malditos”, y no son para menos. Aunque, ahora, sean poetas mal vistos y leídos por ello. En esta pequeña muchedumbre, la vida tiene un tono muy similar: mientras más estridente sea, será para los compañeros tan sólo una hazaña para contar: leer y jugar ouija en panteones, beber sangre como pacto eterno, caer en una desgarradora depresión y vislumbrar lo que nunca se habrá de conocer. Perdí por completo la dimensión del espacio para sumergirme un poco en aquella reflexión. La dejé de lado, y me absorbí en un 18

zebrazul hipnotizaste sonido de guitarras distorsionadas y en la voz peculiar del cantante, parecida a la de animal en celo. Pude percibir que esa era la esencia de la banda: la animalidad que proyectaban estaba muy cercana al lado que nadie quisiera enfrentar solo, porque las heridas no son rápidas de curar: el lado oscuro hiere de verdad. Ahí comenzaron, postrados en el recinto de la protesta tocando a altos decibeles. La atmósfera del lugar se revolvía con el interior, haciendo una mezcla lo suficientemente atractiva, para desangrar las viejas heridas de lo mundano y rutinario; dejando escapar los torcidos placeres, advertidos como imágenes de lo que nos depara mirar al interior: arrastrándonos poco a poco, cómo si el vértigo de la caída no fuera nunca suficiente. Encontré reconfortante que tuviera, en realidad, más conciencia de esto, que la mayoría de los presentes en aquel concierto. De entre las máscaras mutiladas, apareció una mujer que no parecía del molde de esa noche: su rostro tenía las particularidades de un raro mestizaje, entre lo surrealista del acantilado y su melancolía: la profundidad de sus ojos aparentaba dos filtros que absorbían el mundo; su otra cara era sombría, era la parte vulnerable, que dejó ver tímidamente cuando me pidió permiso de pasar. Consentí que se escabullera. No habían pasado ni cinco minutos, cuando abordé a la mujer de extraños rasgos; la comunicación fue poca, pero medular: silencio administrado y palabras enfermizas en tonos exorbitantes: Éxtasis juvenil; soberbia verbal. Un desgarre advertido, por las dos partes, desde el principio nos atrajo. Complementé aquella pericia hasta dejar el lugar: terminó de tocar la banda y permanecimos un momento en vacilación: sabía que encontraría lo que nunca había querido ver. Ella tenía un tono de seriedad espectral. Supuse que no era parte de aquel singular rito de vida y de no asimilación espontánea. Tomamos la ruta más corta hacia mi hábitat, en aquel tiempo. Condujo en forma mecánica. Dejó ver su pasión por la etnohistoria y su particular modo de encontrar respuestas, como si fuera un arte la interpretación instintiva de las sociedades tribales y modernas. Llegamos. Preparé un poco de mate, que compartimos como si conociéramos el destino y sus amarres, de los que es difícil escapar. Era evidente que, mientras más se anclaban las preguntas, más grande se hacía la incertidumbre. Éramos como dos pequeños abriendo un tesoro durante mucho tiempo olvidado. Permanecimos en silencio un largo rato. No encontré mayor problema en ofrecer mi casa a esa mujer. Pidió que le mostrara mis escritos. Los leí en voz alta. Advertí cómo las palabras resonaban en su interior y regresaban a mí bañados del halo femenino que las escribieron; descubrí detalles no previstos

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hasta ese momento. Dejó la sala y fue a la habitación a dormir. Se desnudó y entró en la cama. Se levantó con un leve dolor de cabeza. Me pidió el teléfono para llamar a una amiga que había citado para tomar café y charlar. Acudimos al lugar y encontré una hermandad poco antes vista, el sentido del humor de esas mujeres era una agrietante úlcera. Platicamos sobre cosas triviales; mostré una inmadurez digna del desprecio al externar mis puntos de vista ante la vida, y, conmovidas por el discurso rabioso y juvenil que emití, una de ellas sacó de su bolso un libro de poemas de Silvia Plath: una escritora suicida de la que nunca había escuchado nada, hasta ese día. Mencionaron la relación con los escritos y su propia experiencia. Cada una proyectaba una incontrolable sensibilidad cuando sus ojos penetraban en aquellos versos. Fue una nueva puerta hacia la ribera del dolor, que, en muchas ocasiones, se pierde en la oscuridad de las cosas que resultan cotidianas para la mayoría: el espejo, la noche, la destrucción del sueño y la maternidad; la atmósfera etérea de la muerte en el pensamiento. Las dos me amamantaron de poemas que no viven. Intuí que las mujeres temen la llegada de lo desconocido y que ellas mismas crean. Descifré que los hijos son los demonios de las mujeres: su salvación y su condena; encontraría una puerta a la celeste creación de un paraíso cambiante. Ante tal discurso, concebí que mi realidad era otra: me encontraba lejos de lo que aquellas mujeres eran en verdad. Pensé en lo inútil de tratar de hacer precisiones sobre los influjos que tenían sobre mí. ¿Acaso sería el fracaso? Dejamos el café y cada quien tomó su rumbo. En el trayecto traté de imaginar — sin lograrlo— qué fue lo que me sucedió con aquella fuerza descomunal de las lecturas. En casa preparé un poco de té y un confortable minuto en ese proceso que no se detendría. No quería detenerlo, sólo el tiempo podría ser capaz de suavizar un poco aquella revelación de ver el mundo: el mundo real, el mundo del dolor y su relación con el tono de las cosas más próximas: su filtro interior. Descansé un largo rato para pensar seriamente en lo ocurrido esa mañana en el café. Habían pasado dos días. Tocaron a la puerta. No comprendía la razón por la cuál una mujer como ella buscaría a un tipo como yo. Poco importaba en ese momento. Ahí estaba. Disimulé mi asombro para acabar desertando de la idea. Adentro del departamento, la charla tomó un rumbo extraño, igual que lo sucedido la ocasión anterior. Debí haber tomado algunas notas, después servirían de algo: la comunicación fluía como la realidad que siempre tenemos dentro, 20

zebrazul y sólo en conversaciones como esas se hace tangible. Llegó el momento en el que, después de fumar demasiado, el cuerpo resiente un efecto depresivo debido a la desoxigenación: las palabras se vuelven un remolino que se pierde en la neblina de la mirada; los rostros son tan expresivos y es posible averiguar cuál es la intención exacta de la emoción, o a dónde llega el intercambio de contenidos. Fue una situación rara el encontrar que en poco tiempo la confianza se convierta en algo fundamental. Platiqué los rasgos de mi infancia en Tlaltelolco: mi primer acercamiento con la feminidad: fue en el piso catorce cerca de una pequeña barda de 10 centímetros y un gran ventanal, donde dos pequeños clavaron su curiosidad, que nos obligaba a conocer nuestro sexo. La ternura de mi barbarie me hizo lanzar la primera pregunta: ¿Tú qué tienes?, inmediatamente los elfos y las bestias pedían espectáculo público. Ella levantó el holán y miró lo que marcaría su vida y la mía: asomé la mirada en aquel caos¬ de pequeñísimas vellosidades aparentando un durazno a contraluz: sentí cómo se desgarró todo mi interior. Esa herida quedaba abierta para la eternidad. Repetí la acción y el dínamo que es la mente se preparó para dejar que la genética lanzara sobre esa pequeña protuberancia de carne todas mis imágenes interiores, y al llegar a la piel, se desvanecían en el horizonte al formar una garza buscando su hogar, y que, intempestivamente, fue tragada por un dragón enorme venido de oriente: ella era el dragón y yo la garza. Los secretos guardan tanta sabiduría que no hay cura por compartirlosdijo la escucha de las palabras, confesando la misma herida y... Sentí tanta vulnerabilidad ante ella que se formó un pacto sigiloso. Los signos de la fertilidad flotando en la respiración de ambos. Perdimos por completo temporalidad, así que, decidimos posponer la charla para otro día. Me sorprendió encontrar en el lugar de la charla una hoja de papel escrito con su Caligrafía: And you want to travel with her, you want to travel blind, and you know that she can trust you, for you ´ve touched her perfect body with your mind, que eran algunas estrofas de una canción de Leonard Cohen. El viernes, de esa misma semana, habría un concierto al que iríamos. Era martes, así que podría preparar un buen discurso. Con tiempo suficiente para demostrar que podía argumentar y discutir sobre leyes existenciales, discutir sobre el nuevo disco de Dash ich, o simplemente decir que me gustaba ir al Chopo y era enemigo de los hippies; ya sabía quién fue Claude Lévi-Strauss y E.M. Cioran; que soy amigo íntimo de Safo y la soledad me afecta y petrifica cuando mi conciencia habla del dolor en todas sus latitudes. Pero

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era inútil, cada que trataba de pensar en algo coherente, resultaba lo suficientemente miserable como para ocultarlo debajo de las almohadas. Lo tomaría con calma, pensé. No era lo bastante malo, por el contrario, sabía que había encontrado algo, en mi lánguida existencia, para posar sus ojos en un tipo como yo. El viernes por la tarde estaba preparado para lo peor: presentí que las heridas que haría la etnohistoriadora serían para toda la vida. A las ocho en punto estaba a la puerta. Dejé ver mi fascinación por la forma en la que vestía: una larga falda cubría hasta sus tobillos, las botas eran tipo militar, bastante visto en los punks y demás entes ingobernables; un abrigo negro resaltaba la palidez de su cara. La forma de su maquillaje parecía que terminaba de salir del llanto: quizás lo hizo. Todo era negro en ella. Tomamos la avenida Insurgentes y, luego de un rato, utilizamos otras rutas por calles adyacentes hasta llegar al PH. Ignoro por completo el significado del nombre, pero pude suponer que era Pura Histeria, ¿o, qué otra cosa sería? La poca creatividad de algunos góticos es conocida. Adentro, la atmósfera era la misma de la mayoría de los conciertos dark: mucho negro y más blanco en las cabezas de los presentes. Me encontraba a la expectativa de una gran revelación, no imaginaba qué podría ser, así que esperé y esperé. Disfracé miradas tratando de diagnosticar qué pasaba por su cabeza. Después de un rato de tratar de suavizar la duda, levanté la mirada y me encontré con un gran jardín donde los colores eran muy vivos. La melancolía fluía rápidamente y se rompió la imagen que solía tener del pasado. Creo que es un efecto psicológico cuando comprendes sin entender: sabes, tan sólo, que es la sensación de estar en un lugar mítico, o algo así, y conduce tus emociones: fue ella, me llevó a lo desconocido, en donde el miedo de entrar y al mismo tiempo de salir se convierten en dolor profundo e intenso. De golpe, recordé las lecturas en el café. ¡Eso era! ¡Parecían más próximas que el día que sucedieron! Las lágrimas golpearon contra la retina y fue imposible detenerlas: me encontraba a la intemperie: desnudo de espíritu. Fui al baño. Ahí sería más fácil disimular lo sentido. Encendí un cigarro y no advertí cuando la banda comenzó a tocar. Fue un momento eterno. Luego de un rato, pude escuchar a los músicos con un matiz diferente, solazmente hundidos en una profunda depresión. Entendí, por fin, el significado de la caída: mientras más profunda, mayor será la revelación. Regresé con más tranquilidad al jardín. El lugar, en un principio inhóspito, ahora me parecía más cercano: era tan real como un sueño. Ella, presurosa, me pidió un cigarro en señal de haber entendido mi desconcierto. La banda tocó cada vez con más fuerza; un volcán que

zebrazul estallaría hacia dentro y desgarraría las vísceras; tendríamos una muerte y una resurrección vertiginosa: esa era la intención. Terminó el concierto. No encontraba el momento para decir cuáles fueron mis percepciones de lo que había pasado; no encontraba la manera de empezar a narrar lo que pasó. Entonces, ella hizo la primera pregunta: ¿Mudaste de piel? Me quedé pasmado. No imaginaba lo que significaba la pregunta. Y, antes de que le respondiera, atacó con la siguiente. ¿Te liberaste? Sí... respondí con indecisión. Después de un rato de vagar por la ciudad, las calles semivacías se volvieron confidentes. Hablé de lo que había pasado detalle a detalle. En cada palabra, la sensación regresaba furiosa a consumirme el cuerpo. De nuevo los ataques tomaron la fuerza suficiente para quebrar mi voz y desatar las lágrimas. Ella mantuvo su posición de escucha hasta que encendió un cigarro para distraer la atención; se sintió afectada: la herida estaba abierta: esa misma que nos mantenía unidos. En casa sentí reconfortante el hecho de estar solo. La soledad no es un cuarto oscuro, sino un momento de regresión: encontrar los caminos de las viejas heridas y sanarlas: es estar a la deriva en un laberinto, donde te encuentras un momento en el abismo y, al siguiente infortunio, tienes las alas que te han de liberar: eso es sobrevivir. El sábado visité a mis amigos, con los no tenía la más mínima confianza para hablar de mi vida en ese momento. Platicamos de fútbol y de mujeres con las que habíamos fornicado. Las historias de las sirvientas que, a los trece años, nos tirábamos en la cama y nos montaban como potros salvajes para derramarnos mutuamente, seguían siendo las más ovacionadas por la corte de animales. Cada uno aportaba la suya, aunque fuera la misma de siempre, sólo con mínimos detalles nuevos. Por eso eran bien recibidas. Como la del tipo que copulaba con su novia mientras su madre trabajaba en el mercado, la embarazó y no respondió por el hijo; la madre indignada lo demanda y él, en venganza, le dio otro nietecito. Hubo otro que narró sus hazañas como si fueran partidos de fútbol. Contaba que toda persona que entra al área chica está, por fuerza, obligado a tirar. Así lo hizo, una infección lo hizo su víctima y no fue al doctor por miedo que se enteraran en su casa, así que perdió el miembro. Estaba dispuesto a emborracharme con ellos como lo hacíamos en la secundaria, hasta vernos todos en el suelo y que nuestro precario estado mental nos hiciera convencernos que nos queríamos un

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chingo. Eso es bueno, te hace pensar que no hay futuro, que cada cosa que hagas resultará un gran esfuerzo a las grandes páginas del fracaso: serás el encargado 1582 del establecimiento, que en tres meses estará en la banca rota, o te darán un crédito por un nuevo y flamante taxi del Sistema Metropolitano de Transporte, con cómodas mensualidades, y las terminarás de pagar cuando tu primer hijo tenga que abandonar el Politécnico por haber embarazado a su novia, después de tener relaciones sexuales en un concierto de Panteón Rococó; o que tu hijo menor esté hospedado en la cárcel preparando bolitas de cocaína, para poder salir libre de las golpizas que les dan los custodios a los violadores. Lo único real, de aquella borrachera, era que sabíamos que cada uno tenía su forma de sobrevivir: unos a golpes, otros como locos estudiando grandes volúmenes de libros, otros, simplemente, pasándola. Creo que lo mejor de la llamada vida es nunca vivirla como tal, sino como una hermosa mentira, como si tus males fueran de otros, como si tu pasado fuera una película de Tin Tan, como si los conciertos fueran oasis en los que llegaras al infinito o más lejos; pensando que las drogas no te harán más tonto, sino más perceptivo; que tu novia te será fiel hasta en pensamiento y te lo confesará el último día. Pero no es así, en mi cabeza hay un grito todavía lejano que me pide apostar y dejarlo todo, sobrevivir en la parte oculta de la vida: abrir las heridas y beber de ellas hasta secarlas. Tengo muchas cuestiones todavía por resolver: descifrar los influjos de la realidad invisible que camina con nosotros y se oculta cuando a los ojos la miramos. Esa misma que nos atormenta cuando caemos en su oscuridad: seré desde ahora el espía que baje el inframundo a traer las noticias del tiempo muerto; rasgaré las paredes del silencio hasta verlas caer: adoptaré el exilio como hogar. Queda mucho camino, así lo descubrí la mañana en que Silvia Plath vino a reírse de mí. Aquella mujer que recuerdo y yo, nos encontramos en sueños y reconciliamos la infancia con las historias que nunca se han de escribir.

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La ciudad del insomnio Por: Andrei Maldonado Mención honorífica en el concurso: “Cada loco con su tema” de Editorial BENMA, Ciudad de México, 2013. No nací siamés a nadie, eso es una fortuna. Aquí estoy una vez más, sola, con estás manos que siempre están tan húmedas y frías. Nunca me he considerado una mujer frívola, y, sin embargo, he tenido muchos amores. No todos buenos, pero sí muchos. En este puerto, donde todo huele a pescados podridos y borrachos en el malecón, he sabido forjarme como mujer. Aun siendo tan bajita y aparentemente poco agraciada, pues no tengo una figura delineada o un pecho prominente, ha habido tantos hombres que han sabido apreciar, incluso matarse, por mi blanca piel, por mis ojos afilados, por mi nariz aguileña, por esta boca tan sedosa color carmesí y por la fina delgadez de mi cuerpo. Y no, no es afán de presumir, sólo describo la realidad.

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La realidad de las mujeres que, como yo, saben amar mucho mejor que las regordetas señoras del pueblo, las que toman té a las cinco y mandan a dormir a sus esposos sin un buen polvo. Nosotras, las del puerto, las que tenemos un nombre por el día y otro por la noche; las que no nos ven sin maquillaje a la luz del sol, las que estamos destinadas a volar y no hacer nido en ninguna cama; nosotras, sí sabemos amar. Amar el tiempo justo y de la manera adecuada. Nosotras que cargamos sobre la espalda el peso de toda una ciudad, del insomnio de todos los banqueros, abogados, profesores, filósofos y poetas. Nosotras, sí, las que nos bautizan como putas, sólo aquellos curas que no nos han probado.

Al bajarse del templete y cesar la música de blues, el público la arropa con aplausos. Varios clientes del café Angostura se ponen de pie y empiezan, tibiamente, a buscar acercarse a la joven poetiza. La carrera la gana Xabier, el dueño del café. Xabier viajó de España a hacer sus estudios en México y nunca más dejó el país. Ama a Paloma. Admira esa capacidad de verse como una indefensa colegiala y escribir con toda la furia del vientre de una mujer mayor. La abraza y detecta ese aroma a vainilla en su cuello, ese aroma que tanto le gusta. —Has estado genial, ¡Qué guay presentación! ― ¡Gracias poh, qué sería de mí sin vos! Y vuelven a estrecharse fuertemente. Se conocieron en la Facultad de Letras. Paloma nació en Valparaíso y se mudó a México por invitación de algunos amigos de la Universidad de Santiago. Luce extremadamente joven para la edad que tiene, fácilmente diez años menos. Xabier ama ese contraste, él luce más viejo de lo que es, cosa que en nada le molesta. Después de las 12 el café cierra, al menos para los clientes. Se quedan los amigos cercanos a Paloma y Xabier. Charlan del surrealis-

zebrazul mo, del cine de Goundry, de los movimientos sociales después de las elecciones y de las canciones de Sabina; todo al compás del vodka, el whiskey, las pipas chirriantes de marihuana y la heroína. Pasadas las cuatro de la mañana, sólo quedan Xabier y Paloma. Embriagados de poesía y alcohol, empiezan a bailar en el balcón con vista a la ciudad, una ciudad que pareciera discurrir lejana a ellos. Space Oddity, de David Bowie, juega a llenar todos los vacíos del lugar y de sus almas. Saberse que son todo, y a la vez, ya no son nada. Though I’m past 100,000 miles I’m feeling very still and I think my spaceship knows which way to go Tell my wife I love her very much, she knows Se aprietan fuertemente al escuchar al “Duque Blanco” atacar la canción con la fuerza de un embravecido mar. Se funden en un profundo beso, mientras sus manos trémulas se deshacen de todo lo que estorba. Una mesa hace las veces de cama y una noche de pasión juega a disimular que no es amor. El licor y el cansancio los vence y se tumban en un sofá. Mientras Paloma duerme, Xabier no deja de vacilar en un mundo de fantasías inútiles, dónde se pregunta una y otra vez cómo es que llegaron a ese punto y qué demonios son ahora. La mañana sorprende a Xabier, que no ha podido pegar pestaña. Le dedica una mirada a la bella dama que duerme a su lado. Ese rostro de niña que no cansa de mirar. En el balcón, con el torso descubierto, una taza de café a un lado y toda su poesía durmiendo en el sofá, Xabier le da una calada intensa a su cigarro, queriendo encontrar toda la inspiración del mundo, y, al mismo tiempo, perderla para siempre.

LETROSCOPIO

A menudo, cuando abordo el autobús, me gusta pensar en las personas que habrán ocupado ese mismo asiento antes de mí. ¿Serán felices? Me pregunto. ¿Sus hijos les aman? ¿Se sienten solas?

Entonces me interrumpen imágenes de viejos con las cabezas atoradas en puertas y tengo un poco de miedo, porque nadie sabe de qué se va a morir, pero todos quieren muertes tranquilas o heroicas. Yo sólo espero no morir ahogada, o de aburrimiento, o con la cabeza atorada en una puerta. Aunque una muerte u otra no signifique gran diferencia, sobre todo cuando se es un cobarde y la vida es una señorita guapa a la que no nos atrevemos a mirar a los ojos.

Si alguien ocupara mi mismo asiento y se preguntara cómo es mi vida, espero que imagine mis ojos con olor a campo de lilas y no a panteón.

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MORRISON ALEMÁN SOBRE CABEZAS, PUERTAS Y CAMPOS DE LILAS

LETROSCOPIO

Brilla y eléva Escrito por: Iván Duarte Evangelista. Enviado para publicar por: Amapola Sentado en aquel roble en el que te conocí, busco tu forma en las hojas que caen... y no la encuentro, busco tu forma en el pasto que fue testigo de tu dulzura... y no la encuentro, le pido a un rayo de luz que dibuje tu sonrisa... y no la obtengo, busco desesperado alguna gota de tu esencia en el gran roble, pero lo único que encuentro son las marcas del recuerdo sobre la corteza, admiro y rozo nuestros recuerdos con mis dedos, cuando el viento sopla por el horizonte, y me doy cuenta que el sol se ha ocultado para mí. Emerge la luna y sólo me deja ver las estrellas, me siento junto a la fría atmósfera de la oscuridad y me interno en ella, deseando que tu luz vuelva algún día; tomando un pedazo de papel y tinta te escribo en espera que contestes, no estás aquí... Una fría daga de un caza recompensas atraviesa mi espalda y te siento de nuevo...¡Qué ironía sentirte a ti y sentir la confusión! Agonía, frustración, depresión siento al tratar de sacar la daga. Busco la manera de salir cuando me doy cuenta de que no puedo continuar...

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ate Afligido, desilusionado, con las esperanzas rotas, me rindo al pasto, te siento de nuevo... ¡Aquí está!, he encontrado tu esencia entre el frío pasto y con la daga en la espalda, con las esperanzas rotas, espero únicamente la llegada de tu luz, anunciando tu partida, pero deseando que tus lágrimas te dejen ver el gran espectáculo que has dejado... las estrellas... Todos y cada uno de nuestros recuerdos marcados para siempre en el cielo, brillando cada anochecer sobre mi ventana, y entre ellas, la más brillante de todas, declarándote el amor que siento por ti... Y la esperanza de un nuevo amanecer continua viva en mí ser. Hágase el gran legado del amor en todos y cada uno de los rincones de tu corazón... Así fue y así será por siempre.

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Juventud Mientras vivimos con locura nada nos importa en este momento. Queremos ser animales salvajes. Que nos perdamos en el tiempo. Queremos seguir en libertad. Disfrutar cada instante. Estamos jóvenes por ahora, nada nos detendrá Somos jóvenes afortunados. Mientras estemos juntos, no hay que perder los detalles. Seguir la luz del resplandor. Nunca pensamos en preocuparnos. Solamente disfrutar. Ver el amanecer juntos. Cada quien a su modo y gusto. Somos locos afortunados. Disfrutando la vida . Tratando llegar al precipicio, sin que el miedo nos gane. Seremos viejos en algunos años, no nos importa ahora, lo único que queremos es ser jóvenes, locos y salvajes.

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10 minutos Estupideces mías, que no me queda claro. Son mis ideas, que me confunden. Me pierdo de mi realidad para estar contigo. En la realidad no existes tú, pero quisiera. Cómo te deseo en todo mis sentidos. Pero a veces tengo que llevar tratamiento, para controlar mis impulsos, que se descontrolan al verte ahí. Me dicen que estoy demente, que estoy enferma. Pero lo único que estoy es enamorada. Cuál fue ese delito que cometí para estar así. No quiero estar aquí, quiero estar contigo. Quiero que me den esas pastillas, que me tranquilicen. Y en diez minutos, vuelves a estar conmigo. Estamos libres para compartir nuestra locura.

Por: Laura Garrido

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AutobiografĂas y otras ficciones Por: Rodolfo Bracho

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Si sintiera vergüenza, por pequeña que fuera, no podría escribir en absoluto, sólo el desvergonzado escribe, sólo el desvergonzado es capaz de hacer y deshacer frases y, sencillamente, soltarlas, sólo el más desvergonzado es auténtico. Thomas Bernhard Nunca nos realizamos. Fernando Pessoa De entre las cuasi infinitas opciones que ofrece el variopinto mercado editorial, me descubrí hace poco inclinándome, de forma inesperada, por las autobiografías. No intenté indagar mucho acerca de qué motivos internos, personales e inconscientes me habían llevado a dicha estantería. No lo sé y poco puede importar. Quizá, en mi camino como lector, había llegado al punto en el cual deseaba que la ficción se fundiera con la vida o viceversa. De alguna manera, para disfrutar de un libro, ya no necesitaba el velo de la fabulación, porque había llegado a la conclusión de que todo, incluso aquello que pretendemos exponer como verdad, termina, tarde o temprano, perteneciendo al mundo de la imaginación (incluso ésta afirmación). Finalmente, nuestra memoria, selectiva y tirana, decide qué cosas guardar y cuáles desechar.

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Y no sólo eso, también decide cómo recordaremos aquel evento fortuito de hace años. Y encima de todo esto, poseemos la audacia de forjar nuestra personalidad sobre estos más que dudosos cimientos. Poco me interesa enterarme de los secretos de alguna celebridad o acoger las estrategias de algún gran emprendedor. El sólo hecho de pensar en las biografías de los grandes hombres de nuestros tiempos, hayan sido innovadores (Steve Jobs) o exitosos negociantes (Rockefeller), me hunde en un bostezo sin fondo. Sus actos intrépidos, los riesgos que tomaron, su agresiva manera de afrontar los retos, sus pensamientos reveladores no podrían importarme menos, sobre todo cuando toda esa información es recopilada y organizada por el más baladí de los motivos: encuadernar un best-seller. Existe, además, de unos años para acá, la sospechosa tendencia a vender la felicidad a través de estas biografías. Parecería que estos libros no son más que un recetario que una persona exitosa tuvo la bondad de preparar para ofrecernos los secretos para alcanzar la realización personal y profesional. Aparentemente, el mercado, el sistema de consumo, ha puesto de moda la felicidad, satanizando, por otra parte, el espectro restante de las emociones humanas. Y ahora, si caemos enfermos o nuestra mascota muere, o cualquier otra desgracia nos envuelve repentinamente, debemos, al parecer, superar la prueba, mostrando un semblante de integridad, quizá esgrimir un sutil gesto de melancolía, sin exagerar la nota, y levantarnos de prisa, mientras desempolvamos nuestro ser, para retomar nuestras ajetreadas vidas. Sin embargo, el dolor persiste. El mundo y nuestros destinos siguen siendo inmisericordes, a pesar de las patrañas new age que nos vendan a cada paso.

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Thomas Bernhard sabía muy bien todo esto. Conocía la felicidad superficial que puede ofrecer una vida dentro de los límites de la convención. Experimentó, de primera mano, la desdicha de ser un niño en la Alemania que se preparaba para una guerra atroz. Sufrió la muerte de su abuelo, su héroe de la infancia, y de su madre mientras su propia vida pendía de un hilo a causa de una enfermedad pulmonar, la cual, además de poner en riesgo su existencia, lo alejó de uno de sus anhelos más íntimos: ser cantante. En sus Relatos Autobiográficos, sus sueños, uno a uno, van hundiéndose en el fango de lo brutalmente real, en la aspereza de la ciudad, en la crudeza de los seres que lo rodean. Su paso por el instituto, sus clases de violín dentro de una bodega de zapatos, mientras su mente se obsesiona con el suicidio, su decisión para no seguir el camino deseado o prudente, y, en su lugar, dirigirse al barrio más pobre para servir como ayudante en una miscelánea, donde un día de lluvia trastornará su salud, enviándolo, convaleciente, a una sala de hospital, la cual será sólo el preludio de una larga estancia en un establecimiento público para enfermos de pulmón, son algunos de los elementos de un autorretrato despiadado, de una crónica delirante, escrita con un lenguaje repetitivo, entrecortado, que va creando una melodía apabullante. Por otra parte, las acciones parecían no importarle a Bernhard, tanto como la disección de las emociones disparadas por ciertos eventos. Los Relatos Autobiográficos no es el listado megalómano de una serie de acontecimientos en la vida de una persona, sino, la digresión alrededor de ciertos temas, como los elementos de una composición musical que sobrevuelan al tema principal: la existencia.

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La editorial Anagrama tuvo la amabilidad de reunir la serie de textos autobiográficos de Thomas Bernhard (El origen, El sótano, El aliento, El frío, Un niño) en un solo tomo de su colección Otra vuelta de tuerca titulado: Relatos Autobiográficos, publicado en el 2009.

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PORTAFOLIO DE PEDRO LECHUGA

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Pedro Lechuga es un artista de la Animación 3D y el Render, nacido en el Valle de Toluca, estudió animación en la EUNOIA Animation School, ha trabajo para importantes firmas arquitectónicas, como la FREE/ Fernando Romero, creadores del museo Soumaya. Actualmente, labora para el Taller de Arquitectura Mauricio Rocha. La calidad de su trabajo lo sitúa como uno de los mejores renderistas a nivel mundial, además, dedica su tiempo libre en la creación de proyectos personales en animación 3D, que hacen de él un virtuoso sin igual. El render o renderizado, en español, se refiere al proceso de crear una imagen o video, gracias al cálculo de la Global Ilumination (GI), partiendo de un modelo en 3D. Se generan simulaciones realistas de texturas, materiales, luces, así como comportamientos de fluidos. Entre los programas, para realizar estas obras, se cuentan el Maya, Blender, 3DMax, etc. Este proceso de diseño es ampliamente requerido por el cine, la ingeniería, la arquitectura e, incluso, la física.

Capilla Zacatecas - Arq. Carlos Mijares Medalla de las bellas artes 2013 43

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Capilla Chiapas Arq. Pavel Escobedo 45

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Sup. Izc.: Torre SABA DF Sup. Der.: Museo SOUMAYA (Noche) Inf. Izc: JobsSphere (INT) Inf. Der.: Torre Santander Mty. 47

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Torre SABA DF

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Juzgados Pรกtzcuaro - Mich

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La Querencia - Valle de Bravo

EBC - DF

Hotel Tamarindo - Jal

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Propuesta Refugio Nevado de Toluca 52

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Animals (2012.09.21)

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Helado

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Mon (2012.09.22)

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Cupcake

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La quietud inadvertida Por: Rodolfo Bracho

El mundo de lo invisible es peligroso, pululante de seres. Quien lleva a cabo una acci贸n ritual o simplemente manipula la materia m谩gica debe estar preparado para cualquier sorpresa. Roberto Calasso

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Durante su vida Giovanni Battista Tiepolo (Venecia, 16961770) atravesó opulentos palacios, cortes imperiales y suntuosas iglesias sin dejar tras de sí otra cosa que sus silenciosos frescos. Sus contemporáneos admiraban su técnica, pero despreciaban su imaginación. El siglo XIX simplemente lo ignoró. Proust, en su desbordante obra, lo rescata, de pasada, al hablar del color de una parte del vestuario de su triada femenina (Odette, la Duquesa de Guermantes y Albertine): el rosa Tiepolo.

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Roberto Calasso, en su libro El rosa Tiepolo, realiza un exhaustivo trabajo de investigación acerca de la obra del pintor veneciano. Sobre todo, centra su atención en aquellas piezas que se apartan del corpus tradicional: treinta y tres grabados divididos en dos series, los Caprichos y los Scherzi, y en los nueve lienzos de formato pequeño que ejecutó al final de su vida, mientras era acosado en Madrid por la ambición de Mengs y las intrigas del confesor del Rey. Acostumbrado a pintar por encargo, bajo la mirada de sus patrones y sujeto a la representación de un tema tradicional, Tiepolo da rienda suelta a su imaginación en los Scherzi, en las cuales, inmersos en paisajes siempre desolados, alejados

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del mundo, cruzados por troncos chuecos de árboles, atestados de búhos, serpientes y rocas semienterradas, se dan cita los más variados personajes: sátiros, orientales, efebos, Muerte, Polichinela. En El rosa Tiepolo, Calasso intenta dar respuesta a la gran incógnita: ¿qué está sucediendo en esas inusuales escenas? Ritos, magia, necromancia, parecen ser las respuestas recurrentes. ¿Pero qué tipo de rito es el que se está dando? ¿Qué es aquella materia invisible que los personajes parecen mirar tan detenidamente? ¿Y por qué nombrar Scherzi (Bromas) a una serie de imágenes que más que comicidad provocan un terror profundo e innombrable?

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Al final de su vida, Tiepolo viaja a la corte de Madrid. Como siempre, pinta por encargo. Anciano y cansado, se apoya en sus hijos. Increíblemente, mientras realiza el fresco para la Sala del Trono y los retablos para San Pascual Baylón, el pintor veneciano ejecuta nueve lienzos de formato pequeño. Se sabe muy poco de estas imágenes. No hay muchos registros acerca de ellas. Y han aflorado poco a poco. No se sabe si fueron hechas por

encargo. Posiblemente no. Pues en ellas “no hay trazas de la aridez dieciochesca, ni de la devoción obligada, de [la] alta escuela retórica que Tiepolo había practicado…” En estos lienzos, según Calasso “es como si la palabra religioso de pronto volviera a ser natural y tácita…” Cuatro de los nueve lienzos tratan el tema de la Fuga a Egipto de la Sagrada Familia. Para Calasso estos cuadros son “el discreto inicio

zebrazul de un monólogo final…” En uno de los cuadros, la Sagrada Familia llega a las orillas de un río infranqueable. Tan sólo les resta esperar la llegada del arcángel. Para el escritor italiano: “Giambattista señala haber llegado también él al río verde azulado, que es la muerte.” En la imagen: “La luz es clara, con inesperadas manchas de celeste y plateado. Todo movimiento tumultuoso ha cesado. Queda el paisaje, que se repite. Una saliente de roca blanca, amenazante, un pino de

tronco torcido (¿cómo podría ser de otro modo?), el agua vítrea de un río que no se puede vadear. Un sentimiento enorme de soledad. Algún pájaro cruza el cielo. Se escucha el silencio. […] Hay una estasis intacta – y la mudez maravillosa del mundo.” El Rosa Tiepolo fue publicado en Italia por la casa editorial Adelphi Edizioni en el año 2006 y fue publicado en castellano por Anagrama en el 2009.

El voyeri en el cin Por: Peggy Sue

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El perro

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voyerista entra en escena, con la mirada busca el mejor lugar para observar y, claro, de ser posible no ser observado. Lo encuentra. Camina hacia él, ansioso y temeroso, porque, muy en el fondo, sabe que eso de meterse en la intimidad de los desconocidos es una perversidad, pero (se dice a sí mismo, a manera de justificación) “¿quién lo puede evitar?” Mientras piensa en esto, nuestro voyerista espera ansioso, “ya quiero que salgas, ya quiero que salgas”, se dice mientras empaña sus lentes y los limpia. Una gota de sudor recorre su retorcida frente. Ya falta poco. Las luces se bajan, la música se apaga y los leones empiezan a gruñir. El acto voyerista ha comenzado.

EL PERRO ANDAZUL

El cine es un acto descarado de voyerismo, tan descarado que, en vez de ser penado por la ley, como debería de ser, es aceptado socialmente. Imagínense que, para romper el hielo con una chica, le contamos sobre nuestras observaciones nocturnas a la vecina mientras se cambia, lo mínimo que nuestra interlocutora hará, frente a semejante declaración, es lanzarte miradas de asco, mientras se aleja indignada. En cambio, intenta romper el hielo contándole sobre aquella vez que fuiste al cine a ver Amelie y lloraste cuando se convierte en agua, ahí la situación se modifica y, mínimo, terminas la charla con su número o, si eres listo, hasta con una reunión en su casa para ver otra película de Audrey Tautou.

Los ejemplos anteriores son dos escenarios del mismo espectáculo, el voyerismo: un tipo patético que se emociona por ver la intimidad de una desconocida, la única diferencia es que en un caso lo hace en la oscuridad de su habitación y, la segunda, se hace abiertamente en un lugar hasta bien visto para llevar a tu novia en la primera cita, donde hay todavía más depravados esperando que pase algo frente sus ojos, que todavía se indignan si van a una de esas películas minimalistas de arte, donde no pasa nada.

zebrazul Es una actividad tan aceptada que hasta te enfrentas a reprimendas sociales si te pierdes el éxito del verano o aún no ves la película ganadora del Oscar. Si no decides unirte a ese círculo de vicio, al que los voyeristas de más altos rangos se jactan en llamar “el séptimo arte”, te enfrentas a comentarios indignados, como: “es imposible que aún no veas la nueva película de Meryl Streep, si es un dramón imperdible” o “¿todavía no ves Psicosis? Te falta cultura”. El hecho es que tienes, a fuerza social, que introducirte al voyerismo, si no quieres ser un inhabilitado social o un leproso de los tiempos modernos.

EL PERRO ANDAZUL

Voyerismo al cuadrad Voyerismo en el cine La historia del cine puede ser contada a partir de la historia de los personajes voyeristas que han participado en ella, desde el fisgón en Un perro Andaluz, hasta Ricky Fitts con su cámara en American Beauty, pasando por La bruja de Blancanieves (porque eso de tener un espejito mágico y espiar a Blanca Nieves es, de por sí, muy enfermo) o el niño del Sexto Sentido, que abre paso a un nuevo tipo de voyerismo, el necrovoyerismo, al confesar que “ve gente muerta” o, incluso, el morbo de la sociedad en la descripción cinematográfica del reality show de Truman Show. Tomando ejemplos particulares sobre el voyerismo en el cine, me gustaría resaltar el papel del padre del thriller, Alfred Hitchcock, y su fascinación por el voyerismo, explicado en la mayoría de sus películas como tema central. Tenemos así, gracias a Hitchcock, una clasificación de voyeristas: Ventana indiscreta (El voyerista discapacitado), Psicosis (el voyerista travesti), La soga (el voyerista muerto), Dos extraños en un tren (Voyerismo en movimiento), entre otros. Para Hitchcock, el fisgón se convierte, como la rubia, en un personaje constante en sus filmes, que representa el misterio, el saber algo que el resto ignora, un elemento narrativo de vital importancia para el suspence, y logra transmitir, desde personajes como Norman Bates, la adrenalina de observar sabiendo que en cualquier momento pueden ser descubiertos, mirando a través de los ojos de un retrato o entre una cortina rasgada.

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Siguiendo con la pintura del

voyerismo,

tenemos

voyerista

encantador, inicio de románticas historias, que, vistas en la pantalla grande, son grandes retratos de amor, envidiados por las chicas, pero, si se les presentara uno de los siguientes personajes, lo menos que podrían hacer es demandarlo. Tenemos entonces, personajes como Salvatore (Toto, para los cuates) Di Vita, en Cinema Paradiso, la historia de un chico y su amor por el cine y por Elena, a quien persigue con su cámara de video, para luego proyectar la imagen de su rostro en una sábana en su cuarto. El amor le quita el carácter despectivo al voyerismo, y, en vez de ser una parafilia con la finalidad de obtener placer, se convierte en una búsqueda desesperada de amor, para ejemplificar este caso, tenemos a múltiples personajes dentro de la filmografía de Kristoff Kieslowsky, como en: No Amarás, capítulo de su Decálogo, se presenta la historia de amor entre Tomek hacia su vecina Magda; alejándose del morbo, Tomek observa a Magda por la ventana con amor y devoción, ésta, al darse cuenta, lo introduce a un juego erótico de exhibicionismo. No es hasta que el personaje de Tomek intenta suicidarse, cuando Magda se da cuenta de su soledad y necesidad de amor. 71

EL PERRO ANDAZUL

Existen más directores y películas con su personal afición por el voyerismo. De las que yo podría recomendar, se encuentra el siempre polémico cine de Almodóvar, en especial Kika, La Piel que Habito, o ¿Qué he hecho yo para merecer ésto?, relatos humorísticos, cargados de sexualidad, de momentos chuscos y, claro, de erotismo y pasión. Siguiendo con mis sugerencias, se encuentra la película, también española, de Arrebatos, cinta de suspenso, que narra la vida de un sujeto obsesionado por grabar cosas, con el fin de capturar la esencia de la vida y del cine; con el tiempo, la película se transforma en una obra de terror, al enfrentarse a un personaje invisible que lo ve y roba su alma a través de su cámara de video. La última película vista por mí, que trata muy bien el tema del voyerismo, es la francesa: Dans La Maison; donde un chico se introduce en la casa de un compañero para escribir sobre su vida, entregar sus observaciones, a manera de capítulos de novela, a su profesor de literatura. Casi al final, es apreciable la forma en que

zebrazul justifican el voyerismo, no como una conducta pervertida, sino como algo que hacemos todos, al mirar por la ventana o, incluso, al ir al cine y reírse o llorar con las vidas ajenas. Si me lo preguntan, yo no podría tener una opinión ni negativa ni positiva sobre el voyerismo, sea cual sea su representación, pero, como piensa el voyerista de la introducción: ¿quién lo puede evitar?, el cine es el acto voyerista por excelencia, uno va a la sala esperando ansiosamente ver la vida de los personajes en pantalla y que ésta nos produzca risa o llanto. En ocasiones, estos personajes de pantalla nos regresan la mirada, como Amelie, en medio de la sala, con la mirada fija al frente, ¿algún detalle sin importancia en la película, quizá? O, tal vez, se entretiene viendo nuestras reacciones, mientras nosotros, ilusos, pensamos que vamos al cine a ver una película, cuando en realidad es ella la que nos mira a nosotros. ¿Te atreves a mirar?

EL PERRO ANDAZUL

Por: Satanasa Casi un tabú para las personas hablar, siquiera, del tema, pero ¿Qué es? ¿En qué se basa este género? Bueno, para empezar, hablemos de su sentido: el vocablo inglés gore significa en español “sangre”. De ningún modo mejor se puede definir este género, donde lo importante es mostrar el mayor número de mutilaciones, tripas y litros de hemoglobina. Por supuesto, no siempre se limita a esto, y, si bien, muchas películas muestran la sangre como único reclamo, otras han usado el gore como vehículo de expresión artística, de crítica social, de elemento terrorífico o, incluso, como tema principal de las más hilarantes comedias.

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El gore tiene otro significado más amplio, sí, la palabra gore se podría definir como un género artístico —no sólo cinematográfico―, encargado de provocar en las retinas de quien lo pueda percibir, o disfrutar, una sensación de repulsión, asco, sadismo, violencia, negación... el ser humano es muy cruel, ¡oh! sí señor. A veces necesitamos hacer buenas ofrendas para sentirnos bien con nosotros mismos, otras, queremos experimentar el mal, y el gore es una manera sencilla y cómoda de poder disfrutarlo, de representarlo. Algunas personas, bueno, más bien la mayoría, creen que el gore es algo asqueroso, explícito, sanguinolento y putrefacto, algo que no se esconde detrás de las sombras, es violencia sin tapujos, el antecedente que origina la violencia. Estas personas, vaya que son hipócritas, porque en algún momento han disfrutado una película sanguinaria, o experimentado alguna relación con ello y ¿A quién no le gustan?. Gore es una palabra de difícil definición por su amplitud. Una foto, una grabación de audio, un cuadro, una película, incluso, una acción pueden ser gore.

EL PERRO ANDAZUL

HISTORIA DEL CINE

Para concebir cómo se origina el gore debemos remontarnos a mediados de los años 40 en los EEUU. Las grandes compañías cinematográficas habían formado lo que se conoce como el Studio System, con el que controlaban todos los aspectos relacionados con el cine. En 1949, la Corte Suprema declara que los estudios están realizando prácticas monopólicas con este sistema y les fuerza a renunciar al control de los cines. Eso lleva a las compañías a cambiar su estrategia. Ahora deberán competir para colocar sus películas en las salas, por lo que se centran en las grandes producciones, abandonando la realización de serie B, éste es, en un principio, el mercado que persiguen las producciones 76

zebrazul independientes. Lo facilita el

nuevo fenómeno de explotación,

reconocimiento de la libertad

crean Blood Feast en 1963,

de expresión en las películas,

iniciando todo un género. Tras

que la misma Corte Suprema

el éxito, la pareja no tarda en

ratifica en 1952. Se dejan atrás

repetir la experiencia con 2000

fuertes censuras, lo cual es la

Maníacos (1964) o Color Me

punta de lanza para el inicio de

Blood Red (1965). Aquí es donde

los nudies (desnudos), films,

surge el mundo maravilloso y

cuyo atractivo, era la muestra

sangriento del genero gore en el

de piel femenina, como primer

cine.

ejemplo: The Immoral Mr.

Buenas películas se hicieron

Teas (1959), dirigido por Russ

hace tiempo, inscritas en

Meyer, que recaudó la entonces

este género: Necromantik,

sorprendente cifra de 1 millón

Holocausto Cannibal, Bad Taste

de dólares. Cuando el género

(Mal gusto), Serbian Film, etc.

se satura, hay que buscar una

Claro, posiblemente haya algún

nueva atracción.

puritano que no esté de acuerdo conmigo, de cualquier manera,

La pareja productor/ director formada: por David F.

es algo que no me importa.

Friedman y Herschell Gordon

…Y A TI, ¿QUÉ PELICULA

Lewis encuentra en la sangre un

GORE TE GUSTA?

L’ECUME DES JOURS

EL PERRO ANDAZUL

Cuando me pongo a pensar en el significado de las películas de culto modernas no puedo dejar de pensar en L’ecume des Jours, película de Michel Gondry, protagonizada por Audrey Tautou y Romain Duris. Desde que se mencionan a estos tres personajes del cine, se tiene que suponer que la película va a ser algo grande y, después de verla, no me queda más que confirmarlo. Pienso en esta película como cine de culto, porque estoy seguro de que no soy al único que, tras ver los primeros quince minutos, le cruzó por su mente la idea de abandonar la vida como la conozco, mudarme a Francia y pedirle asilo a Colin (personaje de Duris), y así vivir la vida de encanto y fantasía que se ve en la pantalla, vivir junto a un ratón, comer anguilas escurridizas e, incluso, casarme bajo el mar. L’ecume des jours es eso, una película fantástica, guiada a través del color, situaciones imaginativas, aunque cargada de una vanguardia visual y narrativa. Recuerda un poco al romance de los años dorados de Hollywood: Colin, un millonario que lo tiene todo se enamora de Chloé (Tautou), se casan y piensan que en la vida serán felices por siempre, en realidad, yo también lo pensaba y no me hubiera molestado si se hubieran quedado así, pero la historia da un vuelco inesperado, con una misteriosa enfermedad que sufre Chloé. Es, a partir de aquí, cuando la misma imagen, que va en función a la narrativa, empieza a tomar un sentido sombrío, alejando a los personajes de este cuento de hadas, hasta llevarlos a enfrentarse a una cruda realidad en blanco y negro. La película, dejando a un lado las situaciones imaginativas (no aptas para cuadrados y aburridos mentales), maneja un sinfín de elementos visuales y artísticos que saltan a la luz, propios de la estética de Gondry. Es, en su totalidad, un film que, a través del arte, te muestra la ternura y la desesperación de la vida, la espuma de los días.

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EL PERRO ANDAZUL

August: Osage County (2013)

Reunir en un elenco a Meryl Streep, Julia Roberts, Cris Cooper y Ewan McGregor, es, desde el inicio, garantía de una película fenomenal. Es esta gran lista de artistas la que pone a August: Osage Country como una de las

películas más esperadas del año, de la cual se rumora otra nominación para Strep a los premios de la Academia, cuenta ya con varios reconocimientos en Estados Unidos y nominaciones para los Golden Globe para Julia Roberts y Meryl Strep. La historia es producida por George Clooney y dirigida por John Wells, mejor conocido por su trabajo en la televisión, en series como: La ala oeste de la casa blanca, adaptación de la obra de teatro homónima de Tracy Letts y ganadora del premio Pulitzer. August: Osage Country, se adentra en la familia Weston que, tras la muerte del padre de familia, las hermanas Barbara, Ivy y Karen y sus respectivas familias se reúnen para dar a poyo a su madre (Meryl Streep). Esta reunión sirve para reavivar viejos reproches y conflictos entre los miembros de la familia, quienes, al parecer, están destinadas a la soledad. Estreno en USA: 27/12/2013 Director: John Wells Reparto: Meryl Streep, Julia Roberts, Ewan McGregor, Chris Cooper, Abigail Breslin, Benedict Cumberbatch.

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Cinco contra el mundo Por: Jorge Tadeo Vargas

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La última década del siglo pasado fue una década de despertar en muchos sentidos, absorbió la cultura: la decadencia, la apatía y la rabia de las décadas anteriores para construir una identidad que no tenía, que la hacía falta. Una identidad que, mas allá de ser homogénea, se caracterizó por su diversidad y su complicado mecanismo de creación. Dentro de esta heterogeneidad y la mezcla de culturas, a principios de la década e influidos por la psicodelia de finales de los 70’s, la rabia y la agresividad del Hard-Core de los 80’s, así como el noise avant grade, de mediados de la misma década, surge una cultura que se englobaba, desde las artes gráficas hasta la música. Una cultura tan difícil de encasillar, por su heterogeneidad y su diversidad de actores a nivel global. Una cultura que revolucionó al mundo, no sólo a nivel mediático, sino en general. El maisntream vendió parte de esta cultura, como un movimiento musical llamado “Grunge” que, al paso de los años, intentó, incluso, venderse como moda. Sin embargo, para los que vivimos esa época de lleno, metidos en esa cultura, era más que un nombre, era una identidad que, lamentablemente, se empacó y se vendió por las corporaciones, como símbolo de una rebeldía juvenil, vacía y sin sentido. Una forma de intentar clasificar y entender un movimiento que estaba gestándose

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A pesar del mainstream, del comercio de un sentir generacional, existieron personas, grupos, que, incluso dentro de este mismo comercio, hablaban por toda una generación. Lo hicieron, no sólo desde la inconformidad social, desde la rabia de pertenecer a una generación perdida, sino también desde la introspección y la soledad personal, que involucra, muchas veces, más allá de los sistemas o modelos económicos, el sentir personal, íntimo. Esto lo convirtieron en dolor y rabia, tanto individual como colectivo. Artistas, identificados por los medios masivos por ser los causantes de este “boom alternativo”, fueron muchos, algunos sobrevalorados, otros infravalorados, pero siempre con algo que decir y, aunque este boom y esta cultura dejaron de ser en poco tiempo una novedad comercial, muchos artistas de esta época han trascendido y continúan siendo la voz de una generación que no se cansa de soñar, de construir, de seguir a pesar del fracaso, de las promesas rotas por el sistema y/o la civilización. Somos y seguimos siendo una generación en lucha. Así crecimos. Así seguimos. Dentro de la música, muchos grupos le dieron voz a los que crecimos en la década de los noventa, pero, personalmente, existe un grupo que supo combinar todas las influencias de las generaciones pasadas en una música, que igual invitaba a la reflexión que a la acción o, simplemente, a pasar un buen rato con los amigos. Canciones que te hacían sentir comprendido, que había una comunión entre los intérpretes y los escuchas, capaz de acompañarte desde la adolescencia hasta convertirte en adulto, como nos ha pasado a muchos de nosotros. 84

zebrazul Este grupo, formado de las cenizas de Mother Love Bone y Bad Radio logró, con un disco, decir mucho más que la mayoría de los grupos contemporáneos a ellos. Tal vez, su mayor error fue también su mayor acierto, lograr convertirse con su primer disco (junto a Nirvana, Soundgarden, Alice in Chains, entre otros) en la carta fuerte del Grunge y en la imagen de la rebeldía pasiva que vendía el maisntream, imagen que, con el paso del tiempo, han logrado borrar, para convertirse en sinónimo de honestidad y congruencia, Pearl Jam. El grupo en cuestión comenzó su carrera con el éxito masivo, algo sumamente difícil para cinco monos que aman la música y que no tenían ni las ganas ni la idea de convertirse en Rock Star, un título que, a la fecha, les sigue incomodando. Desde su primer disco, mostraron que su calidad musical se asentaba en una fuerte mezcla de influencias de cada uno de sus integrantes y, aunque el peso de la composición musical recae en Jeff Ament y Stone Gossard, todos y cada uno colabora de manera colectiva, para darle el sonido característico al grupo, lo mismo se aplica a las letras, las cuales en su mayoría son compuestas por Eddie Vedder, éstas reflejan el sentir de todo el grupo. Este primer disco nos habló de angustias, injusticias a un nivel personal, podemos decir que nos hablaba del fracaso emocional de descubrir que el amor no dura para siempre, que ni siquiera los padres son un ejemplo a seguir y que no existen lugares seguros a menos que tú los vayas creando; pero también nos habló de que cualquier lugar es un escondite y que las medidas desesperadas son sólo un grito en la oscuridad, dirigido a nadie y a todos a la vez. 85

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Los dos discos que siguieron a su disco debut, los cuales tuvieron el mismo éxito comercial masivo que el primero, continuaron en la misma línea letrística que su antecesor, hablando de tristezas, desesperanzas, no sólo a nivel personal, sino mucho más colectivo. Sin embargo, en Vitalogy, su tercer disco, se nota una cierta vena esperanzadora, basta escuchar canciones como Betterman o Inmortality para dar cuenta de ello, a sí mismo, por primera vez, dan muestra de lo que piensan del mundo de forma mucho más directa, aunque ya lo habían hecho con Jeremy, de su primer disco con canciones como: Whipping o Courdury, que son una verdadera declaración de principios del grupo, otro ejemplo es el auténtico revés a la industria musical, con la maravillosa Not for you, antesala de la demanda a una empresa transnacional encargada de vender sus boletos, demanda que perdieron y que, fiel a sus principios, deciden cancelar conciertos en forma de boicot a esta empresa, que, contraria a los deseos del grupo de que los boletos a sus concierto no costaran más que una camiseta del grupo, estos los vendían a precios exorbitantes. Al final, tuvieron su primer traspié y, a la fecha, esta empresa sigue vendiendo sus boletos, algo que lamentar. Si bien, Vitalogy fue toda una declaración de principios en cuanto actitudes, ideas y lírica, el sonido del grupo mantenía su característica usual, con canciones un tanto pesadas, pero con una melodía agradable. Para su cuarto disco, esto da un cambio radical, rompiendo con la estructura musical que venían componiendo en sus discos anteriores, y muestran que, a pesar de que la moda Grunge iba de salida, ellos iban más allá y formaban parte de esa cultura heterogénea, de la última década del siglo pasado. Con una mezcla de influencias, que iban desde el metal, blues,

zebrazul rock hasta música autóctona de diversos grupos étnicos, dan muestras de su calidad musical. En este disco Eddie Vedder estrena lo que, a la larga, será un clásico del grupo: los Spoken Word musicalizados, que consisten en recitar o hablar mientras la música suena de fondo, referente de todos sus discos en adelante. Un disco que, si bien no tuvo el éxito comercial de los anteriores, permitió al grupo relajarse e ir caminando hacia lo que a ellos les importa, la creación musical y su activismo, algo que, a la fecha, sigue llevando de la mano con éxito Después de No code, Pearl Jam, se toma las cosas mucho más tranquilas, se encuentran con amigos que, en adelante, serán parte del grupo, como el caso de Matt Cameron, baterista de Soundgarden y, a la fecha, sigue siendo insustituible de las dos agrupaciones y, así, sus nuevos discos comienzan a escucharse más relajados, aterrizados, por lo mismo, su compromiso y activismo político comienza a ir más de la mano, pero sin perder ese toque triste y melancólico al que nos tienen acostumbrados, basta escuchar Whislist y Given to Fly, del disco Yield, como ejemplo de esto. Aunque el disco Binaural ignaura el nuevo siglo, no son sino sus tres discos seguidos a éste los que reflejan más el sentir de la llegada de un nuevo siglo, sin ver ningún cambio a nivel global. Esa generación, que creció con ellos, nos convertimos en adultos, aún con la sombra del fracaso social y económico, que se ha ido reflejando en profundas crisis, que comenzaron a salir a la luz a principios de este siglo, eso sí, manteniéndonos en la lucha y la resistencia por cambiar esto, con la clara idea de que la construcción de un mundo, donde quepan muchos mundos, es posible. Desde el Riot Act hasta Pearl Jam muestran tanto con su música y sus letras, que ellos también han crecido con la misma indignación que sus escuchas. Para muchos de nosotros la complicidad seguía y sigue, a veinte años de estar en la misma sintonía. Forman parte del soundtrack de una generación

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Muy a pesar de haber o seguir siendo parte de un maisntream —que nos vendió a Kurt Cobain como un genio musical y desprecio a Screamig Trees por no tener la imagen adecuada a la moda y el comercio, que convirtió a los Smashing Pumkins en Rock Star y que olvido por completo a los Mudhoney― Pearl Jam siempre ha encontrado la forma de no perder su autenticidad, de seguir siendo una voz compartida, un sentimiento colectivo de una generación No en balde llevan veinte años juntos, rechazando ser Rock Stars, sólo son cinco amigos contra el mundo, que aman la música, que sienten las injusticias del modelo económico actual y que se involucran más allá del discurso, algo que deben aprender muchas rock stars, que no pasan del discurso vacío y banal. Pasar de la adolescencia a convertirse en adultos, en esta época tan sombría, donde las perspectivas a futuro no son ni por mucho las prometidas, tener a grupos como Pearl Jam, como parte de la música que nos acompaña en esta lucha, resulta esperanzador. Al menos tienes una voz que se siente honesta, y que te sigue invitando a soñar a pesar de las perspectivas.

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Zebra Bowie Por: Peggy Sue

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El año pasado, mientras todo mundo festejaba que los mayas, o al menos las interpretaciones, habían fallado en sus predicciones sobre el fin del mundo, yo me emocionaba, como niño pequeño, por la salida de The Next Day de David Bowie. Imaginaba en mi mente el disco, que trae consigo una reinvención de imagen y estilo por parte del cantante, y, cuando por fin vi la portada, no pude más que sorprenderme una vez más: la portada era la misma que la de Heroes, pero con un gran cuadrado blanco tapando la cara de Bowie y, en el centro, el título del disco. En la parte superior izquierda, se tacha el título del Disco anterior y se escribe “David Bowie”. Ya sé, si me están leyendo, pensarán que chico tan más estúpido, a Bowie le dio flojera y solamente tomó una de sus pasadas portadas y le encimó el título de su nuevo álbum. Si piensan eso, la verdad es que me tiene sin cuidado, en cambio me ocupo en pensar el porqué del rostro perdido en la portada, que me lleva a pensar, quién es David Bowie.

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¿Quién es David Bowie? Si

nos guiamos por la definición de la iglesia católica, hecha a Bowie después de ver el video de The Next Day, podríamos decir que, casi con seguridad divina, David Bowie es un “ambidiestro, bisexual jubilado de Londres” o sea, un anciano maricón que no deja de dar guerra (y espero que nunca deje de hacerlo). Alejándome de la descripción ortodoxa, David Bowie es historia y es presente en la música, no se puede hablar de la actualidad, en la escena musical, sin nombrarlo, simplemente no se puede. Su historia musical, como el andrógino de la música, arranca con la llegada del hombre a la luna, que propicia el lanzamiento de de Space Oddity, primer disco del artista. Luego con la creación de su alter ego Ziggy Stardust, luego su muerte para renacer con Aladdin Sane y el rayo bicolor en el rostro, a partir de ahí a Pin Up, Young Americans, Heroes, Diamond Dogs, Hours, entre muchos otros. Los trabajos de David Bowie redefinen su sonido y, a la vez, crean nuevos estándares, en cuanto a la música a nivel mundial. Yo no podría pensar en ningún artista, de los más importantes, incluidos independientes y populares, que no tenga o haya tenido un rastro de inspiración de Bowie, y es una buena figura de la pop cultura. Se encuentra en todas partes.

zebrazul David Bowie es reinvención, teniendo en consideración sus 20 discos, me atrevería a decir que en ninguno es el mismo Bowie, en todos cambia, no en función de las modas del momento, sino de su genialidad artística. Crea conceptos redondos y alter-egos estéticos, como el ya mencionado Ziggy Stardust, o su imagen completamente andrógina en el disco de Pin Up. Los cambios constantes de Bowie no son sólo creativos disfraces de Halloween, son declaraciones de estéticas visuales, que trascienden como referencias artísticas y publicitarias, esquemas adoptados, incluso en nuestros días, como símbolos de rebeldía sexual, social y estética. Para no hacer este artículo más largo, he de concluir diciendo que David Bowie es ICONO (así, en mayúsculas) y, lo rescatable de este “jubilado bisexual”, es que pasan los años y sigue estando, por mucho, sobre cualquier cosa nueva en el plano musical y visual. Siendo referencia y, al mismo tiempo, reinventándose, capaz de competir, si él lo quisiera, con los nuevos artistas vanguardistas, pero, en cambio, siguiendo su propia línea de camino. Yo me imagino que la cara desaparecida en el disco de The Next Day es para que, quien quiera que lo vea, coloque en ese espacio en blanco la nueva y más perfectible imagen de Bowie, su última reinvención.

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Las desventuras del contraba Por: Gabriela Mercado

Se menciona que el Pípila colocó una losa sobre su espalda para evitar ser alcanzado por los balazos, pero al momento en el que el contrabajista ―estudiante, principalmente― carga su contrabajo, de la misma manera, resulta visualmente menos heroico, incluso, brota de su imagen la del individuo con una suerte inevitablemente adversa.

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s ajista Los infortunios que se pronostican son los de tipo corporal, durante los primeros días en l que se empieza a aprender a tocar el instrumento. Comienza con dolor en la zona lumbar, mientras se obtiene la postura adecuada para su cómoda ejecución. Continúa con el surgimiento de ampollas en los dedos de la mano izquierda, debido a la constante fricción con las cuerdas de acero, combinadas con la dimensión de éstas, así como con la fuerza que ejercemos en exceso o, en casos severos, como el mío, el aparecimiento de más ampollas encima de esas mismas, pudiendo causar, incluso, hasta sangrado si no se tiene cuidado o reposo necesario. Sumándolo a lo anterior, se agregan un sinfín de dolencias musculares y cutáneas que pueden surgir de acuerdo al sujeto.

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Luego de que todos los males de principiante desaparecen, aún continúa una odisea de casi dos metros de altura y unos veinte kilogramos. Transportarlo en un carro, con más de cuatro personas, adicionales al conductor, significa que el contrabajista tiene que sacrificarse e ir recostado debajo de su mueble, soportar la opresión tras pasar por un bache, un bordo o una frenada abrupta , pero, si no se tiene la suerte de contar con auto propio o de conseguir aventón, siempre se tendrá que lidiar con las constantes discriminaciones por parte de los conductores del transporte público, al ejercer su cruel rechazo pasando de largo a nuestra seña en la parada del autobús, mientras que los taxistas sólo se limitan a levantar su dedo índice y a moverlo de un lado a otro sin siquiera pararse. Sin embargo, existen aquellos que sí aceptan trasladarnos, pero sería un suceso admirable si no vinieran acompañados con una serie de comentarios que están lejos de ser verosímiles, tales como: “nomás le encargo que no me lo vaya a rayar”, refiriéndose al Tsuru 1987, cuya apariencia y estado son cercanos a cualquier vehículo en un cementerio de autos; o la mención de picardías faroleras, pronunciadas con un petulante brillo en los ojos, como: “¿a qué cantina te llevo?”. Viajar al extranjero es otra complicación más, pues, si la aerolínea es mexicana, es destacable que viene incluido un intento de “negociación” o, si no, pagar más o menos el precio equivalente a otro boleto de pasajero por equipaje extra. La suerte del contrabajista al piccolista no le importa.

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El universo se encarga de darte lo que mereces, es por eso que te manda un diluvio monumental después del concierto y, como es obvio, hay que encontrar la manera de llegar hasta el carro, que está estacionado a cinco cuadras. Entonces, es cuando entra el ingenio y tienes que ir a mendigar con el señor encargado del barrido público, para que te dé dos o tres bolsas de basura: “¡de las más grandes que tenga, por favor!”, después envolver el contrabajo y esperar que resulte. Aun así, puedo señalar que tocar el contrabajo no significa que todo sea adversidad, si se perciben las desventuras con humor. Es de recordar que, siempre existe la opción de crear una barca con su funda y navegar en ella, usarla como casa, como sleeping bag, como abrigo, como disfraz, como caparazón, entre otras; y si las cosas resultan mal, es preciso tener presente que esa funda se puede transformar en un elegante ataúd. En fin, son los precios que hay que pagar por tocar el contrabajo, y disfrutar de su grave y profunda majestuosidad, aun cuando la gente nos vea caminar cargándolo y grite: “¡Mira! ¡Un cello con patas!”.

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El paraĂso del geek y del otaku

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¿Quién hubiera pensado tomar un té con Link? Pues eso fue parte de lo que hice en las vacaciones. Me senté junto a un Link que mide, alrededor de 1.90m, y que, por los detalles de su confección, casi me hablaba, prometiéndome transportarme a Hyrule. El guapo personaje de Zelda estaba acompañado de sus creadoras, Carolina y Karina Medel Luján, dos hermanas artistas que llevan a la vida los sueños de cualquier fanático del anime y los videojuegos. A través de su obra plasman en figuras de papel maché, a tamaño natural, Links, dragones, libros con castillos dentro y, próximamente, un proyecto secreto, que pronto les mostraremos y los enloquecerá. 99

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Hace dos años, se dieron a la tarea de crear su propia empresa Red Queen & Sweet Alice, que materializa en pasteles, galletas, cojines y playeras, a los personajes que todo geek y otaku idolatra. Uno no sabe si comerse los postres, tomarles fotos o guardarlos embarnizados para la posteridad. Estas delicias, estéticas y culinarias, son totalmente pintadas a mano, mostrando la calidad y el arte que caracteriza a este genial par. Les traemos una pequeña muestra de lo que el talento puede realizar. Si les interesa saber más de su obra, pueden entrar a la página de facebook: RedQueenSweetAlice

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Claymore: las brujas de ojos plateados Por: Zilho

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Clare, una guerrera despiadada y condenada a la soledad por su trabajo, rescata a un chiquillo, Raki, de una muerte segura a manos de un Yoma (demonios depredadores del hombre). Es, a partir de este momento, cuando comienza la historia de Claymore. Basado en el manga hom贸nino (con 23 tomos en Jap贸n), escrito e ilustrado en 2001 por Norihiro Yagi, el anime de 26 cap铆tulos llega a las pantallas en 2007, bajo la direcci贸n de Hiroyuki Tanaka.

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Engancharte a Claymore es toda una experiencia visual y sensorial. Con imágenes sombrías, que delatan su género de fantasía oscura, este anime es altamente recomendable para aquellos que gustan de una buena historia, cargada de drama y violencia, pero también de esperanza. La historia de Clare es la de una huérfana rescatada por una de “las brujas de ojos plateados”, Teresa, quien asesina a unos vándalos por salvar nuevamente a la niña, lo que le ocasionará ser castigada con muerte por su propio clan. Clare, al verse sola, decide unirse a las Claymore y seguir los pasos de su mentora. Tras años de vagar en soledad para cumplir su encomienda, liberar al mundo de los Yoma, encuentra a Raki, que la seguirá hasta ganarse su afecto. Hasta aquí parece una cuestión redentora, pero el destino los separará, llevándolos a buscarse durante años, en el inter, ambos se encontrarán con su destino, cumpliendo con importantes roles en la guerra contra el mal.

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Las Claymore reciben su nombre gracias a la espada que portan, que está diseñada para matar a los Yoma, capaces de transformarse en humanos para pasar desapercibidos por el ojo común, sólo estas mujeres, mitad humanas, mitad Yoma, son capaces de detectarlos y darles fin. Su dedicación al organismo, al que pertenecen, les prohíbe matar seres humanos, así como establecer relaciones sentimentales, su única motivación se encuentra en llegar a los primeros lugares en el ranking de mejores guerreras. La lucha por ser mejores cada día las puede llevar a desatar sus poderes Yoma, corriendo el riesgo de perderse en la transformación y convertirse en Kakuseisha, nombre que se les da a las convertidas en monstruos, que han dejado por completo su lado humano. En ocasiones, la historia da vuelcos totalmente conmovedores, porque ahondan en el espíritu humano, en la profunda desolación a la que se puede llegar por desconsuelo, sin embargo, también rescata la bondad y la entrega por rescatar el alma que nos convierte en lo que somos. Uno de los mejores animes que he visto. Si tienen oportunidad de verlo, no lo lamentarán, les aseguro que desearan se hagan más capítulos en algún momento. Espero lo disfruten tanto como yo, quizá no dejen de verlo, obsesivamente, hasta terminarlo.

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CAFÉ CON GADGETAS

on Gadget a s afé c

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Smart socks

zebrazul Cuando alguien habla de gadgets, por

lo general, pensamos en pantallas, tablets, videojuegos y cosas por el

estilo, pero hoy vamos a poner los pies en la tierra. Socrates

socks:

imagina

unos

calcetines que te duren para siempre, así es, estos calcetines están hechos con fibras de carbono y refuerzo de kevlar (el mismo material que se usa en los chalecos antibalas), de

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bluetooth, con tu smartphone y te pueden ayudar a corregir tu forma

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rendimiento a la hora de ejercitarte, son como tener a tu entrenador personal en tu teléfono. Precio

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Por: MAD 109

CAFÉ CON GADGETAS

La posibilidad de una isla de Michel Houellebecq Por: Rodolfo Bracho La humanidad, engreída y autocomplaciente, se ha destruido a sí misma a base de intestinas guerras y ahora los neohumanos, seres reproducidos genéticamente a partir de los cromosomas de algunas personas que vivieron a principios del siglo XXI y que, en su tiempo, se unieron a la nueva religión de los Elohimitas, contemplan a los pocos humanos que han sobrevivido a los desastres, los cuales han perdido, entre tantas convulsiones y catástrofes, todo rasgo de civilización y ahora se mueven, como salvajes, en tribus nómadas, guiados por la brutal ley del más fuerte. En el año 4,000, aproximadamente, desde su cómoda y esterilizada morada, el neohumano Daniel24 lee la Historia de Vida (una especie de diario) de su antepasado Daniel1 (aunque en realidad es él mismo, 2000 años atrás; o al menos comparten genes). Es, a través de este texto, que el neohumano conoce las peculiaridades de nuestra civilización contemporánea, dominada, al menos por lo que se alcanza a ver en la historia de Daniel1, por una sádica obsesión por el sexo y la belleza. Houellbecq, con un humor incisivo y una profunda amargura, traza los vericuetos de la vida contemporánea, como una especie de Balzac en un viaje de LSD, a partir de la vida de Daniel1, un comediante francés exitoso que, después de haber conquistado un lugar en el Olimpo del showbusiness, descubre que, a pesar de las cuasi infinitas posibilidades que ofrece el mundo para satisfacer todo tipo de deseos, la felicidad, si es que existe, es imposible de alcanzar dado los presupuestos e ideologías directrices de nuestra civilización contemporánea. La novela fue publicada en Francia en el 2005 y ese mismo año fue publicada en castellano por la editorial Alfaguara.

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L Y para terminar, inicia el aĂąo con los:

ImpropĂłsitos de aĂąo nuevo

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Por: Zilho ¿Por qué celebramos el término del calendario? El final de un año sólo se da en la agenda y en la fecha con que nombramos a los días. No se cumple un ciclo, ni se reinicia la vida al dar las 12:00 am del primero de enero. Nada mágico acontece, aunque te tragues las doce uvas o las doce pasas, quizá lo único extraordinario sea que no tendrás estreñimiento al siguiente día. Totalmente absurdo son los calzoncillos de colores o la maleta paseada por todo el vecindario, como si fueras un alienado escapado de la casa de la risa. Igualmente, sin sentido, es proponerse un tinglado de acciones para hacer o dejar de hacer en el año que comienza. Si realmente quisieras todo eso, ya lo habrías hecho. No se necesita escribir en un papel un día particular para cumplir tus deseos. La voluntad no se consigue cambiándole las hojas al calendario. Así que, no es de extrañar, cuando los propósitos de año nuevo se convierten en un listado de tareas para tirar al inodoro. Para que la frustración no te atrape al no conseguir tus metas, aquí te va un decálogo de impropósitos que te podrían servir. Si no los cumples, pues no te sientes mal y, si los logras, bajo tu propio riesgo:

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uno

Aumentar 20 kilos de peso:

¿Te preocupa el salvavidas que traes en la cintura? Ya no te mortifiques, subiendo los kilos, aquí propuestos, podrás flotar sin dificultades en la alberca de semana santa. Siempre podrás desalojar a los otros nadadores con un clavado y, así, quedarte solo como si fuera jacuzzi personal. Tendrás tu propio campo gravitatorio, con la opción de nombrar a tus lunas como se te dé la gana.

dos

Fumar dos cajetillas diarias:

Conságrate como inadaptado. En los últimos años, los fumadores han ido perdiendo terreno, ya casi es imposible hallar sitios donde te dejen echar un humito. Al fumar 40 cigarrillos diarios tendrás que permanecer fuera de casa, del trabajo, de la escuela o de cualquier sitio al que acostumbres ir. Eventualmente, perderás amigos, familia y empleo, pero sólo estarás más cerca de cumplir otro número de esta lista.

tres

Engrosar las filas de

desempleados: Olvídate de falsear el currículum, de halagar al jefe y sus horribles calcetines de rombitos. Nada más fácil que hacer que te despidan: llega tarde al trabajo, confunde los papeles, hazle perder millones a tu compañía. Disfruta de la excitante vida del que se ha quedado en paro, con la aventura de no saber qué comerás mañana, jugando al deporte extremo de huir de los banqueros y acreedores (infelices aún atados al yugo de la corbata). Toda la adrenalina de la vida bajo el puente o en la banca de la alameda, te harán sentir un Jason Bourne auténtico

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cuatro

Renunciar a la familia:

La familia siempre ha sido fuente de tensión. Ya no pienses en pasar más tiempo con tus hijos, padres o hermanos. Renuncia a ellos. Los fines de semana y días festivos serán para ti, para exaltar tu ego. Horas de soledad, acompañadas de películas, comidas congeladas y sábanas frías. De cualquier manera, cuando envejezcas, habrá asilos que se adapten a los ahorros acumulados en tu triste vida.

cinco

No salir de viaje: Eso

de conocer el mundo está sobrevaluado. No necesitas vislumbrar otras culturas, para eso ya tienes una. Abrázala. Dile adiós a las molestas aduanas, a las enfermedades exóticas, idiomas incomprensibles y comidas indigestas. Vuélvete xenófobo, haz amigos entre los aún molestos por la conquista. Tírale huevos a los extranjeros el 15 de septiembre. Un nuevo pasatiempo que te puede ayudar a mejorar la coordinación.

seis

Permanecer soltero:

¿Para qué quieres pareja? Conocerla, dedicarle tiempo, darle regalos, aprender a convivir con sus mañas. No hay nada mejor que dormir solo, extenderse en la cama sin obstáculos, sin jalones de colchas. Ahórrate las molestias sentimentales y económicas de una relación. Ahora que, si lo que quieres es compañía, consíguete un perro, un gato o enséñale a hablar al perico, al menos así sabrás cuáles serán sus respuestas en una discusión. 115

siete

Andar en camión: Si

pensabas comprar un auto, pues déjalo por la paz. El tránsito no se disfruta igual solo, que en compañía de unos desconocidos. Imagínate que te quedas atorado en un embotellamiento, pues nada, te dedicas a inventarle historias al chofer, a la señora que huele a fritanga de al lado o a la muchachilla que se va maquillando como si no hubiera mañana; en cambio, solo, lo único que te queda por hacer es enfurruñarte porque el carril no se mueve.

ocho

Manda al cuerno a la

salud: Si estás enfermo ya se te pasará. Te sientes mal, échate a dormir, al cabo que, si seguiste los otros impropósitos, a nadie le importará. Adentro con la comida rápida. Vende la bicicleta. Cancela el gimnasio. Llama a tu médico de cabecera y dile que estás harto de pagar los honorarios, que ya no serás más su minita de oro. Usa el pants y los tenis como las señoras que creen que es artículo de moda, de esas que van al súper, a la escuela o a cualquier parte con sus llamativos mallones de aerobics.

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nueve

Esterilízate: Aunque

parezca campaña de concienciación para mascotas, habrás de pensártelo. La gente se entusiasma con el asunto de los bebés, que si son muy monos y hacen muchas gracias. Lo que no saben es la lata que dan, las desmadrugadas, la constante insistencia de cubrir sus necesidades básicas. Una cosa es ver a tus sobrinos en navidad y otra es cuidar de un niño, al menos, 18 años de su vida. Acepta tu soledad como camino de vida.

diez

Deja de pensar en ti

mismo: A veces uno se agobia por el trabajo y las relaciones sociales, en esos terribles momentos uno piensa, tontamente, que debe encontrar más tiempo para sí mismo. Seamos honestos, si te dedicaras más a ti, seguro te matas, entenderías la vacuidad de tu vida. Después de haber pasado años con múltiples distractores, no sabrías ni por dónde empezar a entenderte. Déjate de hippiosidades y conviértete en la máquina social y comercial que las buenas corporaciones quieren que seamos. Digo, ellos contratan publicistas y gente entrenada para decirnos lo que queremos, está muy difícil que se equivoquen.

Espero que tomes en consideración esta lista sin sentido que te he organizado. Está diseñada para que no te sientes fracasado al no cumplir con tus metas de año nuevo.

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Participa en La tercera Ze Bases:

1.Enviar datos completos, ya sea su nombre o el pseudónimo que utilizarán. 2.En la parte del correo que dice: “asunto”, colocar la sección de la revista a la que va dirigida. 3.Mandar sus obras antes del cinco de febrero de 2014. 4.Si se trata de obra digital, escultura, pintura, cualquier arte plástica o fotografía, ¡Por favor! Pónganle una plica, esto significa que necesitamos el nombre de la pieza y las herramientas con las que se elaboró. 5.Todo trabajo enviado está sujeto a un consejo editorial. Si su obra no es seleccionada para el número se les avisará la razón. No se desanimen, habrá más números en los que participar.

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ISSUE #2

ENERO 2014

LA ZEBRA DE ENERO 122