Alma Itzel Franco Reyna Literata y fotógrafa
Edición y cuidados
L
a primera vez que me enfrenté a la edición de una manera más formal fue, tal vez, cuando recibí mi primera tarea de redacción corregida y calificada. Mi hoja de block amarillo estaba casi completamente cubierta de rojo por todas las marcas, comentarios, preguntas y taches que mi maestro había escrito. La verdad es que esa primera tarea me hizo cuestionarme seriamente por unos segundos si letras inglesas era la carrera indicada para mí, ya que aparentemente no sabía escribir. Después de decidir no desertar tan pronto, vinieron las siguientes tareas, devueltas en su mayoría con tanta tinta roja en ellas que me hizo pensar en cuántas plumas rojas se gastaría mi maestro solamente en mí. Era imposible no ver las tareas de mis compañeros y notar cómo las mías se veían considerablemente más tachonadas. Sin embargo, después de escribir y reescribir y llorar un poco, logré que en mis tareas disminuyeran los errores, hasta que mi última tarea solo tuvo una corrección y un “Good” al final de la página. Aunque el resto de mi clase recibía “Great” o “Excellent”, sabía la gran cantidad de trabajo detrás de ese “Good”, no solo mío, sino también de mi maestro. De no ser por él y sus ligeramente agresivas correcciones, tal vez nunca hubiera logrado escribir ni siquiera un ensayo decente, pero lo más importante es que todas esas correcciones lograron que adquiriera una conciencia nueva sobre la escritura y sobre pensar la escritura, que es probablemente una de las herramientas más útiles que me ha dejado la carrera.
www.solareditores.com • Quehacer Editorial 20
QUEHACER EDITORIAL 20.indd 17
Después de escribir y reescribir y llorar un poco, logré que en mis tareas disminuyeran los errores.
Todas esas correcciones lograron que adquiriera una conciencia sobre la escritura y sobre pensar la escritura.
17
08/04/2021 04:27:47 p.m.