1er. Seminario sobre Consumo Consciente

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2007

EDITA:

Fundación Paz y Solidaridad-CCOO, Setem Hego Haizea, Mugarik Gabe Realización DVD: Paula Río Diseño y maquetación: Gaztesarea Fotografías de interior: Jose Emilio Gómez Traducción al euskera: AEK Impresión publicación: Imprenta SACAL Impresión DVD: Ebcards Financiación: Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y Dirección de Consumo de Gobierno Vasco Depósito legal: copyleft Nuestro agradecimiento a todas las personas y entidades que han hecho posible este evento y su publicación: organizaciones sociales, ponentes, dinamizadoras Tatiana Suárez y Zuriñe Fernández, voluntariado, colaboraciones, servicios contratados, Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y Dirección de Consumo de Gobierno Vasco.



ÍNDICE PRESENTACIÓN DE LA PUBLICACIÓN INAUGURACIÓN

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Sabin Zugadi. Dirección de Consumo y Seguridad Industrial de Gobierno Vasco

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1. LOS IMPACTOS DEL MODELO DE PRODUCCIÓN, COMERCIALIZACIÓN Y CONSUMO EN LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA NEOLIBERAL

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Begoña Etayo. Servicio de Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz

Del consumo al consumismo. Motivaciones y consecuencias ambientales y sociales del exceso de consumo. Alfonso del Val (Consultor Ambiental)

Los impactos de la economía global en la ecología amazónica y en la vida de los

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pueblos indígenas”. Roger Alejandro Rumrrill (CHIRAPAQ y CLACPI)

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2. EL CONSUMO CONSCIENTE Y RESPONSABLE: ÉTICA, SOLIDARIDAD Y ECOLOGÍA

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Un viaje de la leche por el supermercado global. Alvaro Porro (CRIC)

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Comercio justo como estrategia alterglobalista. Lutgart Vansant (Setem)

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El consumo como eje de la cultura de sostenibilidad. Diego Chueca (ECODES)

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3. CONSUMO Y CIUDADANÍA, NUESTRO DERECHO A EXIGIR SERVICIOS SOCIAL Y MEDIOAMBIENTALMENTE RESPONSABLES

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Insercción de criterios éticos y ecológicos en la compra y contratación pública David Comet (IDEAS)

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Experiencia de Solidaridad Internacional con América Latina en la búsqueda de estándares de calidad homogéneos en el acceso a servicios. Francisco Sanchez (FACUA Consumidores en Acción)

La opinión y valoración de los consumidores sobre la RSE en España

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Ana Etchenique (CECU)

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Migración, autoestima y consumo Mireya Perea (Colectivo BACHUÉ)

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4. LOCALIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y COMERCIO DE PROXIMIDAD

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Lo que manda la demanda: revélate a los supers. Alvaro Porro (CRIC)

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Nuevas relaciones entre consumidores y productores, un comercio justo también en nuestro entorno. Mikel Kormenzana (EHNE)

El papel del comercio tradicional en una producción local.

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Angel Alava (Federación Alavesa de Comercios y Servicios)

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TALLERES SOBRE CONSUMO

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A. Consumir mejor para vivir mejor. Toni Lodeiro (SUMENDI)

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B. Criterios y herramientas para reducir el impacto ambiental del comercio. Alfonso del Val

C. ¿Es fácil ser un consumidor responsable? Cinco casos prácticos para pasar de la

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teoría a la práctica. Diego Chueca (ECODES)

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D. Migración y autoestima. Mireya Perea (Colectivo BACHUÉ)

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E. ¿Qué es comer “sano”? Criterios para manejarnos ante el vendaval de informaciones. Toni Lodeiro (SUMENDI)

F. La compra empresarial responsable: criterios para un consumo social y

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ambiental comprometido David Comet (IDEAS)

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G. Gasto menos practicando un Consumo Consciente Carlos Javier Lopez (CRIC)

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H. Banco del tiempo, opción trueque. Feli Angulo (BANCO DEL TIEMPO)

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ALGUNAS DE LAS VALORACIONES Y SUGERENCIAS DE PARTICIPANTES

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PRESENTACIÓN Estimadas amigas y amigos, tenéis en vuestras manos la publicación en texto y DVD del I Seminario sobre Consumo Consciente, celebrado los días 13 y 14 de marzo de 2007 en Vitoria-Gasteiz. El Seminario fue organizado en el marco del proyecto de Educación para el Desarrollo “Zentzuz Kontsumitu-Consume con sentido”, promovido en consorcio por las ONG de cooperación al desarrollo Mugarik Gabe, Setem Hegoa Haizea y Fundación Paz y Solidaridad Euskadi; y financiado por el Servicio de Cooperación del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Este proyecto pretende generar reflexión, formación y concienciación sobre las interrelaciones e impactos de las políticas económicas neoliberales, tanto en nuestro entorno como en los países empobrecidos. Para ello, estamos desarrollando actividades con entidades del pequeño comercio, servicios y consumo, y fomentado las relaciones directas entre ciudadanía productora y consumidora. 6

Consumo responsable, crítico, ético, consciente, transformador, son acepciones que cuestionan los efectos socio-ambientales del modelo globalizado de producción, comercio y consumo. Hemos querido resaltar el término consciente por la importancia de comprender el sistema complejo en el que vivimos y tener motivaciones propias para hacer cambios en nuestros hábitos de consumo, tan arraigados en las dinámicas de nuestro entorno. El consumo consciente interpela a cuestionarnos las necesidades y todo el ciclo de vida de los productos y servicios: materias primas, procesos de producción, derechos laborales, modelos empresariales y comerciales, marcas, publicidad, transporte, embalajes, uso y residuos. El objetivo de esta publicación es reflejar los contenidos y aportaciones que tuvieron lugar en el Seminario, presentándolos en un formato estructurado, y con ello contribuir a documentar la reflexión para un consumo consciente y transformador. El Seminario se estructuró en cuatro paneles, que desde el análisis global hasta el local, abordaron: Los impactos del modelo de producción, comercialización y consumo en la globalización económica neoliberal; El consumo consciente y responsable: ética, solidaridad y ecología; Consumo y ciudadanía, nuestro derecho a exigir servicios social y medioambientalmente responsables; y Localización de la producción y comercio de proximidad. La publicación recoge las ponencias presentadas y un breve resumen de los talleres, que trataron de facilitar la puesta en práctica de un consumo más responsable, consciente y transformador. El DVD incluye entrevistas y valoraciones de las personas que participaron, para inspirar y mejorar la organización y contenidos de este tipo de eventos.


Está dirigida a las personas y organizaciones que participasteis en el Seminario, con quienes queremos seguir generando una retroalimentación. Pero también es una herramienta de divulgación social sobre el consumo consciente, que pretende transcender a organizaciones y personas que no pudieron participar, pero que en distintos ámbitos trabajan o tienen interés en el consumo crítico y responsable. Queremos agradecer la participación a todas las personas que participaron; al voluntariado de nuestras organizaciones; a ponentes y dinamizadores de talleres; al C.E.A. que nos prestó los centros florales; a Zabaltegi que sirvió el café de comercio justo y repostería ecológica; al personal del Palacio de Congresos que facilitó una organización en consonancia; y al Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y a la Dirección de Consumo de Gobierno Vasco que han apoyado y financiado el evento. Es un placer compartir con vosotras esta publicación, cuya lectura ojalá motive y refuerce hacia prácticas de consumo consciente, como una opción y herramienta para la transformación individual, social y económica.

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INAUGURACIÓN

Begoña Etayo Ereña Técnica del Servicio de Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz Egun on guztioi. Buenos días a todos y a todas. Las entidades organizadoras de este Seminario nos han pedido al Servicio de Cooperación del Ayuntamiento nuestra participación en este acto de inauguración, petición que hemos aceptado muy gustosamente. Este I Seminario sobre Consumo Consciente se organiza en el marco de un programa de educación para el desarrollo financiado por el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, que lleva por título Zentzuz Konsumitu / Consume con sentido. Es un programa que tiene como peculiaridades su carácter plurianual (durará tres cursos académicos, estamos ya en el segundo) y que está siendo llevado a cabo por un Consorcio formado por tres ONGD: Paz y Solidaridad, Mugarik Gabe y Setem Hego Haizea. 8

En el marco de este programa se realiza este seminario, que cuenta también con la colaboración del Gobierno Vasco. El objetivo de esta iniciativa es propiciar a través de las ponencias y los talleres el intercambio de experiencias, reflexiones y propuestas para conseguir un consumo más consciente y más responsable. En este sentido, me gustaría hacer una serie de consideraciones. La producción y el consumo nos permiten disponer de numerosos bienes y servicios y suponen, en principio, una mejora de las condiciones de vida. Pero es signo de nuestros tiempos la exageración de ese consumo, lo que hemos dado en llamar “consumismo”, para referirnos al consumo excesivo, compulsivo…, a dar demasiada importancia a la adquisición de bienes materiales e incluso a un estilo superficial y expeditivo de relacionarnos con las cosas. Se utiliza la expresión “consumir música”, por contraposición a escuchar música con una actitud consciente, concentrada y reflexiva. Pues bien, se trataría de que esa actitud consciente, concentrada y reflexiva la tuviéramos ante el consumo de todos los productos humanos y este seminario pretende ayudarnos a ello. Porque si se trata de evitar el exceso, ¿cómo se puede medir éste?


En primer lugar: respecto a la creación/imposición de nuevas necesidades, cada vez más abundantes y la presión técnico-productiva para satisfacerlas. Esto nos obliga a repensar la noción de necesidad, porque ya no se puede aplicar como antes solamente a las necesidades básicas. En segundo lugar: respecto a la carencia que sufren otras personas, es decir, desde el punto de vista de la equidad distributiva. Sólo una minoría de la humanidad nos beneficiamos de esta situación, mientras que el resto apenas llega a satisfacer sus necesidades básicas y aspira con impotencia a nuestro modelo de consumo. En tercer lugar: respecto al daño infligido al medio ambiente, agravando la crisis ecológica planetaria. Esto también tiene que ver con la equidad distributiva, en este caso intergeneracional, porque perjudica gravemente a las generaciones futuras. En consecuencia, es fundamental adoptar un comportamiento consciente y responsable como consumidores/as, valorando en la adquisición de productos y servicios sus características. Este tipo de consumo implicaría por tanto: - Ser personas críticas con nuestro consumo y nuestra forma de vida, aplicando valores éticos. - Exigir información e informarnos acerca de las condiciones sociales y medioambientales en las que un producto o un servicio ha sido elaborado, cómo ha llegado hasta nosotros y cuáles son sus consecuencias. - Reducir nuestro consumo optando por un modelo de bienestar y felicidad no basado en la posesión de bienes materiales, lo cual repercute tanto medioambiental como socialmente. - Practicar un consumo respetuoso con la naturaleza, reduciendo, reutilizando y, por último, reciclando y consumiendo productos ecológicos y artesanos. - Practicar un consumo solidario y socialmente justo, respetuoso también con las personas y las culturas, en el que no existan la discriminación ni la explotación. Pero, me gustaría añadir a todo lo dicho que, sin negar la indudable importancia de estas decisiones a nivel individual, éstas no son suficientes para combatir el consumismo, entendido éste como consumo excesivo, superfluo, innecesario e injusto. Para ello se deberían de plantear un conjunto de iniciativas colectivas, sociales y políticas. Porque las personas, aunque queramos actuar como consumidoras conscientes y responsables, nos encontramos a

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veces con muchas dificultades, algunas que vienen ya predeterminadas por el sistema productivo y por el mercado. Por ejemplo, no podremos optar por el envase de vidrio retornable si el mercado no ofrece esta posibilidad. Pero también nos encontramos con la dificultad para informarnos acerca de las condiciones sociales y medioambientales en las que un producto o un servicio han sido elaborados. Como representante en este caso de la Administración, éste me parece un aspecto de gran importancia, porque creo que sólo podemos aspirar a esta información si media la intervención de las administraciones públicas. Por ejemplo, con el ecoetiquetaje. Las ecoetiquetas son unos distintivos otorgados por la administración u otra organización, que garantizan el cumplimiento de unos criterios ambientales por parte del producto. Así, el consumidor/a puede reconocer en un producto ecoetiquetado, que éste cumple unas rigurosas especificaciones ambientales exigidas por el organismo otorgador.

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Por otra parte, las administraciones pueden también imponer medidas de control y prevención.Y también pueden contribuir con la financiación de campañas de sensibilización ciudadana, con la adquisición, utilización y promoción de productos de Comercio Justo en sus instalaciones, o con la Compra verde. Con estas apreciaciones pretendo únicamente resaltar la responsabilidad de la Administración en este tema. En cualquier caso, de todos estos aspectos y de muchos más se hablará a lo largo de estos dos días. Así que sólo me queda felicitar a la organización por esta iniciativa, y desear todo el éxito, que seguro lo tendrá, a este Seminario.

Sabin Zugadi Barrón Dirección de Consumo y Seguridad Industrial de Gobierno Vasco Egunon, muy buenos días. En primer lugar manifestar el agradecimiento del Departamento de Industria, Comercio y Turismo de GV por la invitación a la presentación de estas jornadas. Manifestar el apoyo del Departamento y del Gobierno en la realización de este tipo de actos, pues entendemos que son muy positivos para lograr contrastar y debatir experiencias, opiniones y actuaciones que se llevan a cabo en estos ámbitos. En particular, desde el punto de vista de las ONG, que tienen un papel muy importante en este tipo de actuaciones en aras de la concienciación social, de la dinamización y de la realización de una serie de actividades que puedan ser un poco expoleadoras o críticas con las actuaciones de los poderes públicos. Es positivo que estos foros y estos ámbitos se vayan potenciando y se vayan realizando este tipo de actuaciones, de contraste y traslado de opi-


niones a nivel mediático, y que estas actuaciones vayan calando poco a poco en la responsabilidad individual de cada uno. Como gobierno - dentro de nuestras posibilidades, tanto en el área de consumo, como en el área de comercio- estamos apoyando actuaciones de cara a la actividad comercial y el comercio de proximidad, potenciando las diferentes estrategias de consolidación del comercio urbano, el cual entendemos como un factor vertebrador de la vida urbana y un factor de sostenibilidad territorial. También la labor de las organizaciones de consumidores y de las OMIC, que tienen un papel importante en aras a la concienciación. Al lado de opiniones pesimitas, os había traído una serie de artículos firmados por José Vidal Beneito, escritor, que titula “El Capitalismo contra el planeta”. Son seis artículos y el último era un tanto pesimista. Os lo leo en un segundo. Hablando del papel de las multinaciones, “los señores de nuestras vidas, del imperialismo de un capitalismo financiero cuyos componentes esenciales componen la mitología del crecimiento, el culto al productivismo, la fe dramatúrgica en el comercio, la dictadura de la publicidad, la adicción incontrolable al consumo.Todos estos elementos, -dice- suponen un costo de contaminación, agotamiento de recursos, destrucción del medio difícilmente soportable para nuestro planeta de 7000 millones de personas. Un suicido, -apunta vidal Beneito- para los 8000 millones que seremos en el 2030”. Una visión pesimista, que evidentemente toca elementos estructurales, que no creo sean esencialmente de este tipo de foro, pero es un tema que se puede y que se debe debatir. Al lado de estas opiniones un poco pesimistas - que no digo que nos sean realistas y que no tengan mucho que ver en el tema que nos ha traído aquí-, reivindicaría la militancia activa del consumo individualizado y del consumidor individualizado contra este tipo de temas que los tenemos encima, que evidentemente son desajustados y complicados. El Gobierno Vasco, evidentemente, tiene su parte de responsabilidad dentro de sus políticas, en este campo -creo yo- un tanto reducidas. Estos foros son interesantes, que sean exitosos, que las jornadas que desarrolléis se trasladen a la opinión pública, por lo menos la preocupación y dentro, de vuestro ámbito, que se transmitan las consecuencias de este tipo de actuaciones. Que los poderes públicos seamos receptivos dentro de nuestras posibilidades y competencias. Apuntar la militancia activa al consumo responsable y al consumo consecuente. Entendiendo que somos un pequeño granito de arena en todo este mundo de multinacionales y estructural, quiero seguir pensando que los apuntes individualizados o los granitos de arena en este mosaico. Tenemos que ser medianamente optimistas en aras a todo este culto al productivismo, tema de agotamiento de recursos y demás. Por mi parte, desearos el mayor éxito de esta jornadas, muchas gracias y ánimo.

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LOS IMPACTOS DEL MODELO DE PRODUCCIÓN, COMERCIALIZACIÓN Y CONSUMO EN LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA NEOLIBERAL


DEL CONSUMO AL CONSUMISMO. MOTIVACIONES CONSECUENCIAS AMBIENTALES Y SOCIALES DEL EXCESO DE CONSUMO Alfonso del Val, Consultor ambiental

Un planeta, un sistema El sistema liberal-capitalista, se desarrolla en cada vez más países y afectando a más personas, sobre la base de vender cada vez más productos a más gente, independientemente de las necesidades objetivas. Las consecuencias de este modelo de desarrollismo industrial se vienen denunciando desde hace años a escala mundial, siendo la Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992, el máximo acontecimiento de denuncia, análisis de causas y propuesta de medidas para lograr, en el futuro, el “desarrollo sostenible” cuyas pautas de realización a escala local, básicamente a través de las Agendas-21, fueron aceptadas y firmadas por casi todos los países de la Tierra.

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Se han creado, sobre todo en la Unión Europea, numerosas herramientas técnicas, económicas, legales y fiscales para garantizar el desarrollo sostenible. Se han promulgado normativas y planes de adecuación para conseguir una producción más limpia y unos productos menos perjudiciales para el productor, para el consumidor y para el medio. Parecida estrategia se ha establecido para el ahorro energético. Sin embargo, no contamos con herramientas para evaluar la evolución integral de la_ salud de las personas y de su medio, tanto a escala local como nacional y planetaria. En algunos casos concretos, como la pérdida de la riqueza natural, el calentamiento global, la contaminación del suelo, aire y agua, el hambre y las guerras, la evolución es marcadamente negativa. Caminamos hacia mayores desigualdades y debemos determinar cómo es la igualdad que queremos. En determinados campos de la producción, intercambio, consumo y financiación, se han abierto caminos prácticos de reducida magnitud cuantitativa pero de gran importancia cualitativa que ofrecen resultados constatables y positivos sobre la posibilidad de una actividad económica más equilibrada y quizás sostenible. No obstante, en muchas de estas nuevas experiencias parece que se desea mejorar las prácticas convencionales sin cuestionarse la propia naturaleza del consumo actual. Comencemos por la descripción y discusión de los efectos del consumismo, situando en segundo lugar la difícil tarea de analizar las causas y motivaciones del mismo. La base económica del consumismo Satisfechas nuestras necesidades materiales con suficientes objetos y servicios, el siste-


ma productivo, impulsado por la progresiva acumulación y concentración de capital, necesita de un consumo igualmente creciente, aunque cada vez menos satisfactorio de necesidades lógicas, aceptables por su naturaleza misma y por su capacidad de universalización o extensión a todos los seres humanos. El consumo se convierte así en el motor de la producción. Los recursos intelectuales (reflexión, enseñanza, profesiones, publicidad), financieros (capital acumulado, bancos, FMI) y materiales (recursos naturales y energía), prácticamente de todo el Planeta, se ponen al servicio de un sistema a cuyos productos sólo tiene acceso una minoría. Los objetos y servicios son cada vez más variados en formas y funciones pero sólo están al alcance de una fracción de la población, la de mayor renta. Esta fracción, ante la saturación de objetos y servicios, entra en la dinámica de sustitución por otros similares o con ligeras variaciones, cada vez de forma más rápida. Es la denominada “obsolescencia programada”. La extraordinaria competitividad hace que el precio monetario sea cada vez más reducido. Ante la creciente saturación de objetos, el capital mercantiliza los servicios, ya sean de índole personal o colectiva. Se vende lo más insólito. Por razones de índole económica, fiscal, y ecológica (contaminación), los aspectos más impresentables del nuevo capitalismo industrial se alejan de los consumidores-beneficiarios. La producción y los residuos se trasladan a los países pobres. Las consecuencias sociales: mayores diferencias La revolución científico-técnica, más que ampliar el número de sus beneficiarios y demandar nuevos consumidores, como lo hizo hasta la segunda mitad del s. XX, se está convirtiendo en un mecanismo que produce exclusión y marginación. El capitalismo del siglo XXI tiende a concentrar el consumo en aquellas fracciones de la sociedad de mayor renta, de forma que los logros de la nueva revolución científico-técnica: medicina, alimentación, educación, comunicación, nuevos objetos…, se conviertan en la barrera que separe dos mundos: los Ricos, cada vez más ricos, más longevos, mejor informados y alimentados, y los Pobres, subalimentados, desprovistos de recursos y envueltos en continua violencia. Las migraciones, cada vez mayores y en peores condiciones, nos muestran de la forma más elocuente, las consecuencias personales y sociales de la progresiva división del mundo entre ricos y pobres, aunque esta división no sólo lo es por continentes y países, sino por regiones y barrios en nuestras propias ciudades. La situación de África es, probablemente, el ejemplo más claro de la condena de un continente a sufrir el saqueo de sus recursos, el hambre y, como consecuencia de ello, la violencia y la muerte. Cada inmigrante forzoso que intenta arribar a nuestras costas es un símbolo real de esta destrucción y sufrimiento, es un representante de los pobres. Cada turista, que llega sin esfuerzo, lo es de los ricos.

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El techo ecológico del consumismo Consumir más, y de forma creciente y concentrada, exige extraer más recursos naturales, incluida la energía, y producir más residuos. El sistema industrial-capitalista no valora los recursos naturales que considera propios, y en la práctica ilimitados, a pesar de las declaraciones sobre desarrollo sostenible. Los recursos sólo cuestan lo que cuesta su extracción, ignorándose el coste de reposición. Como consecuencia de esta premisa, los recursos naturales son del más fuerte, no reparándose en medios para su control, extracción y garantía de suministro. Golpes de Estado, guerras, invasiones han sido, son y serán, si no lo impedimos, el corolario de esta premisa.

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La falta de valoración de los recursos naturales, lo que se traduce en su bajo precio monetario, permite que los esfuerzos del sistema productivo se concentren sobre el producto final, independientemente del aprovechamiento de los recursos naturales de partida. La eficiencia transformadora es asombrosamente escasa. Se estima que el 93% de los recursos naturales que se emplean se convierten en residuos y tan sólo el 7% en objetos de consumo. Cada ciudadano de la Unión Europea, mientras estaba formada por 15 países, consumía de promedio 50.000 kg/persona/año de recursos naturales. El modo de producción de la biosfera, basado en un continuo reciclaje, no puede reintegrar los residuos del sistema industrial-capitalista debido a su naturaleza (sintéticos y tóxicos sin posibilidad de reciclarse) y cantidad (20.000 Mt en la UE). Los residuos se convierten, por su peligrosidad y cantidad, en el verdadero techo ecológico de la civilización consumista: calentamiento del planeta (gases de efecto invernadero), persistencia de compuestos radiactivos y organoclorados (dioxinas, furanos, PCB’s…) de alta peligrosidad y efectos que se extenderán a las próximas generaciones. La fabricación de necesidades, la publicidad La compra de objetos y servicios, cada vez en mayor cantidad y variedad, ya no es suficiente. Es preciso renovarlos de forma cada vez más rápida y, a la vez, encontrar nuevos campos en los que poder vender los innecesarios y no solicitados por el consumidor. La investigación de los deseos, ilusiones y apetencias permite el desarrollo de técnicas psicosociales o mercadotecnia para crear nuevas falsas necesidades. Es el I+D+i de la publicidad. La osadía ha llegado hasta el campo de la salud creando falsas enfermedades y reales tratamientos. Ante la superproducción de objetos, cada vez más parecidos y en ocasiones ofrecidos a precios asombrosamente reducidos cuando no regalados (fruto de la superexplotación de personas y recursos naturales), la nueva publicidad considera ahora irrelevantes las características del producto: utilidad, calidad, composición o diseño. En un paso más para moldear nuestra conducta, se pretende crear símbolos que representen valores y asocien emociones. Estos símbolos son las marcas.


La publicidad financia íntegra o parcialmente la práctica totalidad de los medios de comunicación. Las marcas condicionan de forma cada vez más decisiva la mayoría de los acontecimientos sociales (Olimpiadas y otros espectáculos deportivos, exposiciones y museos de arte, representaciones teatrales, producciones musicales, cinematográficas,...) Es la progresiva reducción del ciudadano a su limitada y artificial dimensión de espectador y comprador. Causas y motivaciones del consumismo En lo que respecta al análisis de causas y motivaciones, debemos abordar aspectos delicados de nuestra personalidad. Aspectos que, por otra parte, explota la publicidad sin criterios éticos ni morales. Sólo a título de ejemplo se señalan algunas posibles causas que inducen al consumismo, siendo este aspecto algo muy personal que afecta a cada uno y que así, de forma casi íntima, debería analizarse: 1. Inseguridad ante la escasez: con una memoria histórica de escasez y penurias, el escenario consumista ofrece garantías de seguridad. Acumular sería garantizar el futuro. Miedos e inseguridades determinan las dependencias. Sería interesante considerar las culturas de no acumulación, que se han desarrollado en la Amazonía o el Pacífico. 2. Remedio de las frustraciones: el consumidor compulsivo utiliza la posesión inmediata de los objetos como mecanismo neutralizador de su ansiedad. Pero el consumismo acarrea nuevas insatisfacciones. 3. Sustitución de deseos idealizados por compra de objetos y servicios: se compra un diamante que sustituye al amor. Se compran unas vacaciones en paraísos lejanos que sustituyen al terrible aburrimiento cotidiano. 4. Percepción parcial y acrítica de la realidad: es cada vez más difícil conocer de forma global y crítica la compleja realidad y cuando se alcanzan visiones críticas es casi imposible su difusión en los grandes medios de comunicación. Así asistimos a la manipulación de conceptos, nacidos como expresión de acciones necesarias, hasta convertirlos en eslóganes propagandísticos de actividades que pretenden tranquilizar a las personas bienintencionadas: ecológico y natural, recogida selectiva y reciclaje de residuos, prevención, energías limpias o renovables, desarrollo sostenible, responsabilidad social corporativa, solidaridad,… 5. El alejamiento de las consecuencias del consumismo: las fábricas con explotación inhumana y fuerte contaminación se sitúan en países lejanos. Las guerras actuales se presentan como motivadas, en la mayoría de los casos, por el control de recursos naturales y energéticos. Quien utiliza un automóvil o un teléfono móvil rara vez se pregunta por su cuota de insostenibilidad en términos de agotamiento de recursos, violencia para su control, generación de residuos y daños a personas y ecosistemas.

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6. El desconocimiento de nosotros mismos. La Ética: una sociedad tan preparada, informada y relacionada como nunca ha existido hasta ahora, está penetrada profundamente por valores y símbolos consumistas. Existe un progresivo abandono de la ética del comportamiento que ha presidido el continuo de valores desde hace al menos dos milenios. El actual vacío espiritual se pone de manifiesto con la proliferación de técnicas, prácticas, escuelas y a veces doctrinas, propagadas por sectas que, generalmente procedentes del Oriente complejo y milenario, se están implantando cada vez más y de forma más aditiva que liberadora, en nuestras sociedades.

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7. La salud mental de la sociedad de consumo: la salud mental es quizás el indicador más fiable de nuestro estado de satisfacción, antesala de la felicidad. El consumo de tranquilizantes, euforizantes y estimulantes, legales e ilegales, así como la abundancia de personas con tratamientos psicológicos o psiquiátricos, y el número de suicidios, homicidios, asesinatos y otros indicadores de violencia, constituyen un conjunto de síntomas de gran importancia. El consumo de tranquilizantes alcanza un gasto anual superior a los 300 millones de euros, y, sólo el Prozac, supera los 42 millones de euros. Los conflictos familiares derivados del consumo excesivo (créditos, hipotecas, gastos de representación, bodas o viajes) y originarios de crisis y violencia doméstica, constituyen otra fuente de información sobre la influencia del consumismo en la personalidad y en las relaciones sociales.


LOS IMPACTOS DE LA ECONOMÍA GLOBAL EN LA ECOLOGÍA AMAZÓNICA Y EN LA VIDA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Róger Rumrrill CHIRAPAQ - Centro de Culturas Indígenas del Perú y CLACPI - Coordinadora Latinoamericana de Cine de Pueblos Indígenas

Róger Rumrrill

En la primera semana de febrero del 2007 los medios informaron que la mayor empresa petrolera del mundo, la estadounidense EXXON MOBIL, había cerrado sus operaciones en el año 2006 con las más altas utilidades registradas en Wall Street: 39.500 millones de dólares, 9,6% más que en el año 2005. Una inmensa maquinaria de hacer dinero a la velocidad de 76 mil dólares por minuto. EXXON MOBIL se ha convertido en una especie de rey Midas de las ganancias, pese a que en el segundo semestre del 2006 se produjo una fuerte contracción y caída de los precios del petróleo y el gas.

Los otros gigantes petroleros no se quedan a la zaga. La anglo holandesa SHELL, la mayor petrolera europea, registró utilidades en el año 2006 por encima de los 25.440 millones de dólares. En total, el conjunto de empresas incluidas en el índice Dow Jones han obtenido utilidades netas en el año 2006 del orden de los 252.594 millones de dólares (193.925 millones de euros). Allí donde prosperan las empresas a costa del saqueo de la riqueza natural, ya sea en los Andes, la región costera y la Amazonía, reina la pobreza y su secuela de enfermedades en la población, sobre todo campesina y rural, como corolario de los devastadores estragos ecológicos y medioambientales en las aguas, los suelos, los bosques y toda la actividad productiva campesina como la agricultura y la ganadería (...)1 La Oroya es una ciudad minera en los Andes peruanos, sometida a los fríos glaciales de la cordillera pero, sobre todo, con una población ahogada por la pobreza y la contaminación ambiental que produce la extracción minera a cargo de la multinacional estadounidense DOE RUN. No hace mucho, la Universidad San Luis Missouri de Estados Unidos ha

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detectado la presencia de plomo, cadmio, antimonio y arsénico con potencial cancerígeno en la sangre de 360 personas en un nivel que supera cuatro veces los niveles máximos permisibles recomendados por la Organización Mundial de Salud (OMS). El estudio efectuado por la Universidad estadounidense trató de ser ocultada. Un informe reciente de la Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA) del Ministerio de Salud del Perú señala que cada año el país produce más de 100 mil toneladas métricas de residuos industriales que no son objeto de ningún tratamiento y, por lo tanto, esa montaña de basura es una verdadera bomba de contaminación. El drama de la pobreza del hombre y la destrucción de la naturaleza en el Perú está en relación directa con la industria minera e hidrocarburífera.

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El calentamiento climático Las inmensas ganancias que obtienen las multinacionales petroleras y mineras están llevando a la opinión pública mejor informada y con una mayor toma de conciencia a preguntarse con alarma, preocupación y rechazo sobre los incalculables costos ambientales que son necesarios para obtener estas ganancias. Costos que están directamente relacionados con la contaminación de ríos y mares, con la extinción de especies biológicas que desaparecen diariamente de la faz de la Tierra, con la deforestación masiva de los bosques tropicales a lo largo y ancho del planeta y con el calentamiento atmosférico, el clímax de este acelerado proceso de inestabilidad ecológica global. A finales del mes de enero de este año, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre la Evolución del Clima (GIEC), un equipo de 2500 expertos que trabajan para las Naciones Unidas en el tema, presentó su cuarto informe en la Conferencia de París sobre Cambio Climático. El documento final, en síntesis, señala que la temperatura media de la Tierra se elevará entre 2 a 4.5 grados hasta el 2100. Como consecuencia de este incremento de la temperatura global, el nivel de los mares y océanos se elevará entre 19 y 58 centímetros en ese mismo lapso. Pocos días después, del 2 al 3 de febrero del 2007, en la misma capital francesa se reunieron bajo la iniciativa y el liderazgo del presidente francés Jacques Chirac, 46 representantes de países de la Unión Europea, América Latina y África que, por primera vez, llegan a reconocer sin tapujos ni medias tintas “ que hemos llegado al umbral de lo irreversible y de lo irreparable” en cuanto a la destrucción del medio ambiente terrestre y el calentamiento climático y ante esta situación de verdadera emergencia plantean, en un documento denominado el “Llamamiento de París”, la suscripción de una “Declaración Universal de los Derechos Humanos Ambientales” en el marco de la creación de una Organización de las Naciones del Medio Ambiente. Nunca, hasta donde conocemos, las naciones industriales habían formulado una declaración de este tono y de “mea culpa” con relación al desastre


ambiental que el modelo económico basado en una orgía consumista está provocando en el planeta. (...) A estas alturas ya nadie puede tapar el sol con las manos. Ni siquiera el presidente George W. Bush, vinculado a los más poderosos intereses petroleros norteamericanos, que ha tenido que reconocer, por primera vez durante su administración, en su discurso sobre el estado de la Unión el 21 de enero del 2007, la realidad del cambio climático y ha anunciado la reducción del 20% del consumo de carburantes procedentes del petróleo en una década a los 290 millones de estadounidenses. Sin embargo, pese a que Estados Unidos, que sólo tiene el 4 % de la población mundial y es el responsable de la emisión del 25% del CO2, origen y causa del cambio climático, se niega aún a firmar el Protocolo de Kyoto. El Protocolo de Kyoto entró en vigor en febrero del año 2005 y ha sido ratificado hasta la fecha por 166 países. El texto compromete a los países industrializados y desarrollados a reducir en 5% sus emisiones de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, además de tres gases industriales, hidrofluorocarbono, perfluorocarbono y hexafluoruro en un período que va del 2008 al 2012, en comparación a las emisiones del año 1990. Canadá, de acuerdo al texto primigenio, debería reducir sus emisiones de 6%, Estados Unidos de 7%. Los mayores emisores de CO2 son Estados Unidos, que arroja a la atmósfera 6 millones, 849 mil toneladas de dióxido de carbono (el 25%); la Unión Europea, 4 millones 180 mil toneladas (el 8%); Japón, 1 millón, 339 mil toneladas métricas (el 6%) y Canadá, 740 millones de toneladas. Otros grandes emisores son China y la India. El Foro Económico Mundial (FEM), reunido en la ciudad suiza de Davos el 24 de enero del 2007, luego de 36 años de existencia, ha tenido que aceptar a regañadientes por primera vez que el cambio climático es una amenaza para la supervivencia de la especie humana en el planeta y ha formulado un plan de reducción de emisiones de CO2 a los países industrializados y los más ricos del mundo que integran el FEM. La mundialización: un sistema obsoleto “A escala global, la lógica de la ganancia implica o significa la progresiva destrucción de las bases naturales de la reproducción de la vida sobre el planeta. A la vista de esta realidad, el capitalismo, de lo que la mundialización es la expresión contemporánea, debería ser considerado como un sistema obsoleto”, ha escrito el famoso economista de origen egipcio, Samir Amin En efecto, ¿de qué economía moderna, en el sentido de un sistema eficiente, óptimo con relación al funcionamiento de la naturaleza y la armonía de ésta con la vida humana, estamos hablando cuando el costo de la ganancia de este modelo o sistema económico es la destrucción de la naturaleza y, como consecuencia, de la vida en el planeta?

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El modelo económico capitalista en su expresión más moderna, el neoliberalismo o la mundialización económica, es un sistema ambientalmente insostenible, socialmente inequitativo y éticamente injusto por donde se le observe, inclusive tratando de mirar el lado más amable de su rostro. Estados Unidos, la primera potencia mundial, es la expresión más radical de este modelo de mundialización. Sus grandes corporaciones fabrican cordilleras de utilidades económicas a costa de los escombros de los sistemas ecológicos del planeta (...) Un modelo de economía, de cultura y de vida donde el consumo, un consumo despilfarrador, es el motor que mueve la existencia de sus millones de habitantes (...) La globalización y sus impactos en la ecología amazónica El Fondo Mundial para la Naturaleza (FMN), en su informe del mes de noviembre del año 2006 presentado en Beijing, sostiene que para el 2050 la humanidad necesitará los recursos de dos planetas Tierra para abastecer la demanda mundial de alimentos, agua, energía, suelos y otras riquezas naturales. Pero lo más probable es que, al ritmo actual del consumo, esos recursos se hayan agotado para siempre para ese entonces. Podría estar ocurriendo en la cuenca amazónica con el agua, la biodiversidad, los bosques, la fauna silvestre y la biomasa pesquera. 22

A la tasa actual de extracción, la naturaleza amazónica está perdiendo su capacidad de regeneración y renovación. Reflejo de esta proximidad al colapso es que en la Amazonía Peruana los cuatro y únicos indicadores que crecen sostenidamente son la población, la pobreza, la desnutrición y la erosión de los ecosistemas. No es muy diferente en el resto de la cuenca amazónica sudamericana, en las regiones amazónicas de Brasil, Colombia, Bolivia, Ecuador y Venezuela con relación a las altas tasas de extracción y la escasa o nula reposición de los ecosistemas degradados o destruidos irreversiblemente. La tala ilegal abate los bosques tropicales del Amazonas y del resto del planeta. El Banco Mundial ha calculado que los países pierden entre 10 a 15 mil millones de dólares anuales en este lucrativo comercio ilegal debido sobre todo a la demanda de las naciones industrializadas. La madera ilegal fluctúa entre el 20 y el 90% del comercio mundial. (...) Prima una concepción reduccionista sobre el bosque amazónico. Se ha “maderizado” el criterio de su aprovechamiento. Todo el mundo cree que el bosque sólo puede aportar y proveer madera, descuidando el inmenso potencial de plantas medicinales e industriales, de flores y frutos, de lianas y resinas y las posibilidades del bosque para la implantación de proyectos de etnoecoturismo, además de sus potencialidades como sumideros de carbono, acogiéndose a los acuerdos del Protocolo de Kyoto. Los bosques del mundo y en especial los tropicales son los vitales “riñones” del planeta ayudando a purificar y limpiar la atmósfera del corrosivo CO2 y otros gases. El Perú posee aproximadamente 74 millones de hectáreas de bosques, más del 95% en su territorio amazónico. En riqueza forestal, ocupa el segundo lugar en América Latina des-


pués de Brasil y el séptimo en el mundo. Sin embargo, se sitúa en el primer lugar entre los países que más destruyen sus bosques, seguido de Brasil, Rusia, Malasia e Indonesia. Porque el 90 % de la madera que extrae, consume y exporta es ilegal. Pese a este enorme potencial, es un importador de madera de Chile y Bolivia. El contrabando de especies biológicas, o sea el biotráfico, es hoy en día en el Perú uno de los renglones más rentables de la economía, a un pelo de los niveles y volúmenes del narcotráfico. Se ha calculado que el valor del biotráfico en la Amazonía Peruana sobrepasa los 500 millones de dólares anuales. Sólo un ínfimo porcentaje de menos del 5% del total de los bosques tropicales del mundo, que se calcula todavía en 924 millones de hectáreas, están bajo manejo en muy pocos países. La mayor superficie, un total de 536 millones de hectáreas, están en América Latina en un proceso de erosión y degradación. La deforestación de bosques en América del Sur, de acuerdo a la FAO, en el lapso del 2000 al 2005, fue de 4.3 millones de hectáreas por año. Sólo Brasil, deforesta un promedio de 3.1 millones de hectáreas por año. La deforestación de los bosques tiene un impacto en cadena. Afecta toda la cadena de la vida. En el verano amazónico del 2005, en los meses de julio, agosto, septiembre y octubre, una calcinante sequía como consecuencia de los cambios climáticos y su secuela de modificaciones en los ciclos de vida de la naturaleza, angostó los ríos tributarios del Amazonas e hizo crisis en los sistemas de navegación y transporte, provocando en sólo 5 días más de 40 mil incendios en los estados brasileños de Acre, Mato Groso, Rondonia y Maranhao (...) Todo este estado de cosas no surgió por generación espontánea. Es el producto de una política de colonización de la Amazonía brasileña iniciada por el presidente Getulio Vargas por los treinta del siglo XX e impulsada bajo la consigna falaz de ocupar “una tierra sin hombres para hombres sin tierra” con la construcción de la carretera transamazónica liderada por el general Emilio Médici y que tuvo su mayor apogeo con el llamado “milagro brasileño” (1968-1973) que convirtió a la Amazonía en un enclave productivo para cumplir con los bancos del Primer Mundo, los principales acreedores de una economía que creció al 11%, pero que ha hecho de ese espacio territorial poblado de bosques, ríos planetarios, megadiversidad y pueblos indígenas ancestrales, muchos de ellos desaparecidos, como los Tupinamba, un espacio amenazado. Desde dentro y desde fuera. Desde dentro por las oligarquías dependientes y desde fuera por las economías centrales que imponen sus insaciables modelos y sistemas de ganancias a costa de la vida. Se extingue la biomasa pesquera (...) Las pesquerías en la Amazonía atraviesan por una grave crisis por una captura indiscriminada e irracional que está provocando una acelerada disminución de la biomasa pes-

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quera. ¿Las causas? Múltiples. A la existencia de normas desfasadas u obsoletas, a la falta de leyes reguladoras y de un estado ineficiente que haga cumplir las leyes todavía en vigencia, hay que agregar las prácticas no sostenibles de la pesca. La mayor parte de los botes o lanchas de pesca que recorren los ríos y lagos de la Amazonía usan tóxicos (...) Otros emplean productos vegetales como barbasco y catahua para pescar la apreciada especie de sábalos en las tahuampas en el invierno amazónico. También los botes pescadores usan bombas y redes honderas que prácticamente barren la superficie de los lagos y ríos, arrasando también con los alevines e impidiendo la reproducción de las especies (...) Las consecuencias de esas prácticas están a la vista en toda la cuenca amazónica.Algunas poblaciones indígenas están al borde de la agonía biológica porque su principal alimento, la pesca, prácticamente está desapareciendo de sus lagos o cochas. En los mercados de todos los pueblos y grandes ciudades de la Amazonía, el pescado, que hace algunas décadas atrás era el alimento del pueblo, ahora es un alimento de lujo porque la escasez ha hecho subir los precios a niveles prohibitivos para los pobres(...) 24

El impacto de esta agresión sobre las pesquerías amazónicas se refleja en las estadísticas. Se estima que el desembarque anual de pescado del los ambientes naturales llega a 80 mil toneladas métricas en toda la Amazonía Peruana. Sin embargo, se ensancha cada día la brecha entre la oferta y la demanda. Hasta los no muy lejanos días del año 2000, un promedio de 22 mil toneladas de pescado eran desembarcadas en Iquitos, una ciudad de más de medio millón de habitantes y la principal urbe amazónica peruana. El año 2002 esa oferta descendió a 12 mil toneladas y en el año 2003 cayó a 8 mil (...) Esta brecha entre la oferta y la demanda no se produce, tal como alguien podría suponer, porque otros sustitutos alimentarios están reemplazando al pescado y, por lo tanto, la demanda está disminuyendo. Simplemente la oferta está disminuyendo porque la biomasa pesquera sufre un proceso de acelerado agotamiento. Se calcula que el 45% de la ingesta proteínica del poblador amazónico proviene de la pesca, seguido muy por debajo por la carne de vacuno, porcino, carne de monte, aves y huevos. El consumo de pescado del poblador rural amazónico es de más de 100 kilos per cápita y el de la urbe es de 30 kilos. Si la tendencia de una cada vez más rápida caída de la oferta pesquera por un mayor agotamiento de la biomasa pesquera de los ambientes naturales no se revierte y si la oferta de la pesquería industrial no cubre la brecha cada vez más ancha entre la oferta y la demanda, podríamos estar acercándonos peligrosamente al borde de una catástrofe alimentaria en toda la cuenca amazónica.


El río Amazonas, una anaconda planetaria que se convulsiona (...) Muchas aguas han pasado por la vida del río a lo largo de más de medio milenio. Cambios bruscos, drásticos, más que por el orden natural, por la mano del hombre, han afectado severamente el sistema hidrológico del gran río y sus más de 1000 tributarios a lo largo y ancho de sus 6,780 kilómetros, que lo hacen el río más largo del planeta y el de mayor caudal. El volumen de las aguas del Amazonas representa el 47% de la suma total de las aguas de todos los ríos del orbe. El curso (...) parece hoy en día una anaconda cósmica herida de muerte y en convulsión por la implacable masacre y trituración de millones de hectáreas de sus bosques y su secuela de extinción de la fauna, de erosión de los suelos, desaparición de los pueblos y ciudades de sus orillas, de la agonía de decenas y centenares de los pueblos indígenas que se extinguen irreversiblemente. Sin embargo, de acuerdo a los hidrólogos y climatólogos, nada amenaza más al río Amazonas, que produce entre el 15 al 20 del agua dulce aún no contaminada existente en el planeta Tierra, que el calentamiento climático. En efecto, los transtornos climáticos producidos por las emisiones de gases tóxicos o de efecto invernadero han elevado la temperatura del Atlántico y el Pacífico tropicales, con implicaciones en la estabilidad ecológica de la cuenca amazónica con la ocurrencia de sequías, lluvias diluviales, alteraciones en los ciclos biológicos de la flora y la fauna y sus previsibles impactos en la vida humana. Estudios efectuados recientemente por equipos científicos de Francia y Brasil han revelado que el caudal de las aguas del Amazonas está en disminución. (...) La disminución del caudal del río, el “padre monarca de los ríos”, según cantaba el poeta, significan cambios en toda la vida en la Tierra. Pero sobre todo en la vida de los pueblos indígenas que han interactuado con ese cosmos fluvial hace miles de años. Desde el principio de los tiempos, como aparece registrado en la cosmovisión indígena. Los pueblos indígenas en la economía global (...) Actualmente, según la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), la población indígena amazónica es de 1 millón y medio de habitantes, correspondientes a 400 pueblos o familias etnolingüísticas distribuidos en 9 países de la cuenca amazónica. La Amazonía precolombina, de acuerdo a COICA, cobijó a 7 millones de habitantes indígenas de 2000 pueblos o naciones(...) La destrucción de la naturaleza amazónica y la tragedia de los pueblos indígenas siempre está en relación a ciertos períodos, acontecimientos y a los ciclos de la economía mundial. Después del devastador impacto de la imposición colonial sobre la existencia de los

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pueblos indígenas, desde los siglos XVI hasta el siglo XVIII, el advenimiento de los estados independientes y republicanos en el siglo XIX no cambió mayormente la suerte de estos pueblos. Todo lo contrario, fue peor. A finales del siglo XIX y principios del XX la cuenca amazónica fue articulada por la economía mundial, en el auge de la primera revolución industrial, para suministrar la materia prima, el caucho o shiringa (hevea brasiliensis) para la naciente industria automovilística. El látex del “árbol que llora” fue mezclada con la sangre de miles de indígenas atados inmisericorde y cruelmente a la cadena esclavista del sistema precapitalista de la explotación del caucho tanto en Brasil, Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador. Sólo en el Perú, de una población indígena amazónica de 300 mil habitantes, murieron no menos de 50 mil indígenas, de acuerdo a los documentos y testimonios de la época.

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Tanto el ciclo del “oro blanco” de la cocaína como el ciclo del “oro negro” del petróleo, del gas y la demanda actual de minerales por China y la India, las dos potencias emergentes, están provocando una nueva conmoción en la vida de los pueblos indígenas y de los ecosistemas amazónicos. En el estado amazónico de Pará, Brasil, la mina de hierro más grande del mundo,“Serra do Carajás”, la siembra de millones de hectáreas de soya, la extracción aurífera, la tala de millones de hectáreas de bosques y otros grandes proyectos vinculados a las multinacionales y al modelo de economía moderna y global están produciendo heridas de muerte en los ecosistemas y amenazando la supervivencia de los pueblos indígenas. En Ecuador, para citar un solo caso entre varios, la multinacional petrolera TEXACO a lo largo de 20 años ha perforado 430 pozos en una superficie de 430 mil hectáreas para extraer 1500 millones de barriles de petróleo con una impacto irreversible en ríos, bosques, suelos y en la existencia de los pueblos indígenas. El 60% del territorio boliviano es amazónico. Después del ciclo del caucho, en el siglo XX se han instalado en este espacio grandes latifundios ganaderos, plantaciones de soya y otros cultivos del agro business, los commodities, así como miles de parcelas o cotos de siembras de coca para el consumo tradicional y el narcotráfico. En las vastas y fértiles llanuras aluviales de Santa Cruz de la Sierra se han plantado 200 mil hectáreas de soya que han ubicado a Bolivia como el octavo exportador mundial del cereal para la producción de carne para las hamburguesas de MacDonald. El costo, tal como he podido observar en mis múltiples viajes de estudio a Bolivia, son cientos de miles de hectáreas de bosques tropicales húmedos convertidos en humo, ríos transformados en cursos sedientos como el Piraí y pueblos indígenas desalojados y expulsados de sus tierras ancestrales. El proceso de ocupación de la Amazonía colombiana, el 40% de su territorio, es una historia de violencia. Primero con el ciclo del caucho que originó sangrientas masacres indígenas y ahora con el ciclo del narcotráfico donde, otra vez, las víctimas de primera línea son los indígenas y luego los colonos campesinos. De los 2 millones de refugiados colombianos,


resultado de la atroz violencia que desangra esa nación, algunos miles son campesinos e indígenas andino-amazónicos. De acuerdo a un informe de la Defensoría del Pueblo en Colombia, los indígenas colombianos son víctimas de genocidio porque ancestralmente han vivido, siguen viviendo y por lo tanto son dueños de territorios donde las multinacionales del Primer Mundo han puesto sus ambiciones: bosques megadiversos, tierras con reservas de gas, petróleo y otros minerales. (...) En el corazón geográfico del Perú, en plena Amazonía, allí donde confluyen los ríos Urubamba y Tambo para dar nacimiento al río Ucayali (...) Tanto por la irreversible alteración de su medio biofísico, así como por las drásticas modificaciones de su sistema social y cultural y por su inmersión, sin defensas ni salvaguardas, en una economía de mercado de cuarto mundo, sin regulaciones ni racionalidad, pero dependiente de una supuesta economía moderna y global, los Machigüenga, un pueblo de la familia etnolingüística Arawak que habita en el ámbito territorial de influencia del consorcio Camisea, está en un túnel sin salida. Panteísmo y animismo indígenas: el nuevo paradigma de la ecología y de una nueva sociedad humana Como señala Julián Marías en su “Historia de la Filosofía” (Alianza Editorial, Madrid, 1966), para el pensamiento griego el mundo existe desde siempre y es interpretado como naturaleza y por ello como principio. Es un mundo inteligible, es decir, se puede comprender, contemplar y ver, teoría, logos y ser y, por lo tanto, este mundo aparece como algo ordenado y sometido a la ley. Es la noción del cosmos. La activista hindú de la naturaleza, Vandana Shiva, citada reiteradamente en este texto, en su ensayo titulado “Recursos” y publicado en el Diccionario del Desarrollo, editado por Wolfgang Sachs (PRATEC Proyecto Andino de Tecnología Campesina, Lima, 1996), nos recuerda que en su origen la palabra “recursos” (resource en inglés) significaba vida. Su raíz es el verbo latino “surgere” y nos propone un concepto y una idea de una fuente de energía y vida permanente y en continuo surgimiento. Pero este concepto de recurso y naturaleza sufre un brusco cambio y transformación con el advenimiento del colonialismo e industrialismo que convierte a la naturaleza viva y sus dones en simples insumos materiales, agotables e inertes. La economía moderna y global ha terminado por asesinar el concepto de naturaleza como fuente de vida. La naturaleza, la madre naturaleza sacralizada por las culturas antiguas y por la cosmovisión indígena andina-amazónica, termina por ser desacralizada por el racionalismo cartesiano y el cientificismo de Francis Bacon (1562-1626), considerado el padre de la ciencia moderna y para quien el conocimiento científico y sus instrumentos “no ejercen meramente una gentil inducción sobre el curso de la naturaleza; tiene el poder de conquistarla y subyugarla, de conmoverla hasta sus cimientos”.

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Con este pensamiento, con la fe moderna en la ciencia y en la creencia ciega en la teología del mercado, la naturaleza se transformó en materia prima y los seres humanos en “recursos humanos calificados”. Lo que le llevó a Robert Solow, quizás el más destacado representante de la macroeconomía neokeynesiana, a afirmar:“La vieja preocupación sobre el agotamiento de los recursos naturales no descansa más en ninguna base teórica firme”. A tono con esta idolatría cientificista, el presidente George W. Bush, en su informe sobre el Estado de la Unión que hemos citado, ha dicho que el calentamiento climático y sus consecuencias serán solucionados con los instrumentos de la tecnología y los milagros de la ciencia. Curioso razonamiento en un fundamentalista contradictorio en la religión armagedonista y en la economía ultraliberal de las multinacionales petroleras. En síntesis, para el pensamiento científico occidental el concepto de naturaleza y de realidad es, fundamentalmente, material, o sea, lo material es la base de lo real. En esta realidad, existe un mundo único, unificado, regido por leyes físicas y químicas, únicas y válidas para todos sus ámbitos. Las leyes de la lógica aristotélica y clásica. Mundos en la categoría de naturaleza, opuestos a los de cultura y sociedad.

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Por el contrario, para el pensamiento mágico de la cosmovisión indígena amazónica la realidad tiene aspectos materiales y no materiales, visibles y no visibles, ordinarios y extraordinarios. Para este pensamiento existe un único cosmos. Pero este cosmos es una unidad en la multiplicidad. Es la unidad de lo diverso. Este cosmos, tal como lo han señalado los científicos sociales más destacados, está compuesto por diversos mundos ubicados en espacios y planos espaciales diferentes: el mundo del bosque, de los ríos y de las cochas. En este mundo, naturaleza y cultura son concebidas como partes. En estos mundos no visibles habitan las esencias primordiales de las cosas: las madres de la naturaleza, los genios de las plantas, de los minerales y los animales. En tiempos primordiales, todos eran gente. Pero este cosmos primordial, indiviso, en un momento de la historia se ha dividido y fraccionado. Los movimientos milenaristas y mesiánicos indígenas que han sucedido a lo largo de la historia, como el de Juan Santos Atahualpa, en el siglo XVIII, están a la búsqueda de la recomposición y unidad de este mundo. El panteísmo y el animismo indígenas, que es un retorno a la creencia original de que el hombre está integrado a la naturaleza, como un todo, es hoy en los inicios del siglo XXI y en el curso de una crisis ambiental planetaria que algunos científicos columbran como irreversible y apocalíptica, uno de los mayores y mejores paradigmas ambientalistas y conservacionistas y un nuevo modelo de sociedad y de relación con la naturaleza. Porque mientras que en la sociedad capitalista neoliberal el ser humano vive sólo para consumir, en el modelo de sociedad indígena el hombre y la mujer consumen sólo para vivir.


Los filósofos de la postmodernidad, Leonardo Boff, Humberto Maturana y Félix Guattary lo saben y por eso se han atrevido a sostener que la única posibilidad de que el hombre sobreviva en el planeta Tierra es rearticulando y reestableciendo su relación con la naturaleza, volviendo a ser parte esencial de ella, asumiendo una condición de vida animista y panteísta. Si el advenimiento de la modernidad sólo fue posible luego de los cambios y transformaciones de la Edad Media, paralizada durante diez largos siglos por la asunción dogmática de la fe y la razón, la postmodernidad amazónica desde la cosmovisión indígena es, igualmente, la puesta en cuestión de todos los extravíos y excesos de la supuesta modernidad de la globalización en la economía, la cultura, la política y sobre todo de su voluptuosa e insaciable capacidad destructora de la Madre Naturaleza. NOTAS

1. Debido a la extensión de la ponencia y por problemas de espacio, se ha recortado parcialmente lo cual se indica con puntos entre paréntesis. Pedimos disculpas al autor. Las y los lectores interesados puden solicitarnos la ponencia completa a las ONGD organizadoras

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EL CONSUMO CONSCIENTE Y RESPONSABLE: ÉTICA, SOLIDARIDAD Y ECOLOGÍA


UN VIAJE DE LA LECHE POR EL SUPERMERCADO GLOBAL Alvaro Porro CRIC - Centro de Investigación e Información sobre Consumo

Resumen: (artículos publicados en la Revista Opcions, números 16 y 19) Cinco instantáneas de un viaje por Cantabria pasando por Argentina abren cuestiones interesantes. ¿Tienen algo que ver los chalets en la costa con la calidad de la comida? ¿Si produces menos cantidad ganas siempre menos dinero? ¿Exportar del Sur al Norte es siempre positivo para la gente de los países del Sur? ¿Conocer algo más sobre la leche que tomo puede ayudarme a entender algo sobre la inmigración? El modelo agroalimentario global deja un rastro a su paso. Si por ejemplo seguimos el rastro de la soja nos topamos con la fábrica de la pobreza en Paraguay. Pero no sólo deja rastro en el Sur, aquí el mundo rural ganadero agoniza en el pienso concentrado y en las ciudades nuestras espectaculares dietas se bañan en colesterol. Sin embargo, hay gente que ya está dejando otro rastro...

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Quiero un chalet y leche buena Eva e Ismael viven en Bilbao pero les encantaría tener un chalet para salir de la ciudad los fines de semana, a ser posible cerca de la costa para ir a la playa en verano. Parece ser que cerca de Suances (Cantabria) van a construir unos adosados a un precio que se pueden permitir (34 millones). Ahora con la autopista del Cantábrico pueden llegar en una hora si no hay atasco. En el desayuno de hoy Ismael se quejaba de que la leche no sabía a nada. Se crió en un pueblo ganadero y sabe lo que es leche. La costa de Cantabria es única para la ganadería extensiva ya que la combinación de lluvia con la suavidad del clima proporciona seis cortes de hierba en un año. Es también una zona con un alto atractivo urbanístico. El abandono de un 80% de los ganaderos en 15 años tiene bastante que ver con que Cantabria haya sido la región española con mayor tasa de incremento de construcción de vivienda en los últimos diez años (Diario Montañés 24/7/05), y que 60.000 hectáreas sean actualmente plantaciones de eucalipto, una especie con un alto interés industrial que degrada el suelo. Alvaro Porro


Este nuevo negocio es una ruina social y ecológica Maggie es una chica argentina que se gana la vida haciendo de canguro en Bilbao. Su familia, en Argentina, tiene problemas para llegar a final de mes con los 150 pesos del gobierno y lo que ella manda. Sus padres viven en la región del Chaco. Solían regentar una tierra arrendada donde cultivaban frutales y en la época de recogida de algodón hacían jornales. Federico, el propietario de la tierra, la ha vendido a un productor de soja que ya ha comprado 15.000 hectáreas en la región, algunas de bosque.2 De unos años a esta parte todo en la región se ha convertido a la producción de soja, incluidas las plantaciones de algodón.3 Es soja transgénica de Monsanto. Se siembra con unas grandes máquinas y no necesita nada más que pasar el avión con el potente glifosato, un herbicida también de Monsanto; ninguna planta excepto esta soja puede aguantar el envite del químico. Como el cultivo no requiere mano de obra, muchos agricultores y trabajadores agrícolas han perdido su puesto de trabajo o cerrado su explotación (cierran 12 al día en Argentina). En el pueblo de Maggie, 6 de cada 10 adultos están en paro. Ante la situación, sus primos marcharon a la ciudad a buscar empleo pero no lo encontraron. Ahora viven en una villa miseria de las afueras de Buenos Aires, esperando poder venir a España como Maggie. Al menos hay un comedor comunitario que regentan voluntarios donde comen a diario soja del programa Soja Solidaria: los productores regalan un kilo por cada tonelada que exportan como materia prima para piensos.4 Alguna de las toneladas exportadas irá al puerto de Santander. Ingreso mucho pero gano poco Antonio sigue con la ganadería de su padre, en Suances, cerca de la costa. Al hacerse cargo decidió invertir en modernizarla, tal como le recomendaron. Gracias a una subvención y un préstamo de 75 millones de pesetas compró el carro mezclador de piensos, llegó a las 85 vacas y compró 300.000 kilos de cuota de los vecinos que abandonaban. Al principio Antonio sacaba las vacas a los prados, que en Suances dan mucha hierba, pero eso ya no se lleva. Cuesta mucho encontrar uno para arrendar porque se venden al contado a constructoras. Ahora las vacas están casi siempre en el establo y les da sobre todo pienso. De cara a producir el máximo de leche usa uno con mucha proporción de soja y complejos vitamínicos. Así le pagan el litro a 56 pesetas, más que a otros de la cooperativa con menos producción, y los ingresos suben. A la vez suben también los gastos: tanto pienso sale muy caro, cada vez las vacas cogen más frecuentemente mamitis y tiene que tirar la leche porque les ha dado antibióticos… El coste por litro le sale a 40 pts. (sin contar la devolución del crédito), así que el margen es de 16 pts. Muy justo para llegar a pagar los plazos del banco. Como el margen es demasiado ajustado ha decidido comprar 10 vacas más, americanas, y un robot ordeñador que le facilite el trabajo (no quiere contratar otro inmigrante, no cobran mucho pero hasta que aprenden todo…). Para pagar todo esto acaba de vender el campo donde cultivaba maíz a una inmobiliaria (parece que va a construir unos adosados).

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El problema será el purín, con 10 vacas más será una pesadilla, sabe que algún día le denunciarán por arrojarlo a la cantera. Somos sostenibles pero no viables Donato y Concha andan vaciando su casa, se mudan. Dejan sola a Luisa, la única ganadera que queda en el pueblo, arriba de la Vega del Pas. El litro de leche les salía barato, ya que buena parte de la comida de las vacas eran los pastos de la Vega en verano, y en invierno hierba seca que Donato había segado en primavera. Más o menos como hacían sus padres pero un poco más cómodo y productivo. Pero les pagaban poco por la leche: que si tiene poca grasa y poca proteína, que si estás allá arriba y me das poca... Les andaban pagando a 35 pts el litro, y como los costes eran de 25 se quedaban sólo 10 pts. de margen. Los de la Consejería les dijeron que su explotación no era viable. No habían oído esta palabra hasta hace unos años y desde entonces no pararon de oírla. Hace unos meses una chica del sindicato les recomendó que se pasaran a ecológico porque su leche tenía mucha calidad. Qué ironías, unos te pagan poco porque no les gusta la calidad de tu leche y otros aprecian justamente esta calidad. Luis, el del almacén de pienso, decía que el ecológico no tenía futuro. Aunque lo que les gusta son las vacas, ante la incertidumbre económica decidieron dejarlo. 34

Ahora Donato y Marta bajarán a vivir a Celaya (cabeza de comarca). Donato trabajará en el aserradero donde llegan los eucaliptos de toda la comarca (muchos ganaderos de la Vega plantaron eucaliptos al dejar las vacas). Marta aún no sabe en qué empleará el tiempo. Sostenible + viable es posible La familia Alonso maneja una granja de vacas lecheras en su pueblo del valle de Asón. Habían llegado a tener 70 vacas que daban 38 litros diarios, un crédito de 40 millones que devolver y muchos gastos: que si la factura de los piensos, que si la letra del carro mezclador, que si la cuenta del veterinario, que si hay que comprar más terneras, que si las medicinas… El dinero igual que entraba salía. El día que Mari Paz, la madre, se dio cuenta de que no quería que sus hijos tomaran la leche de casa (por cómo alimentaban y cuidaban a las vacas) y de que no podía aprenderse el nombre de todas las vacas decidió parar en seco. Sentó a todos a la mesa y decidieron bajar el ritmo. Ahora tienen 45 vacas, les dan la tercera parte del pienso que antes, las sacan a pastar y hacen sus propios forrajes y silos (menos mal que no vendieron los prados cuando Serafín, el constructor, les puso 25 millones sobre la mesa, hace dos años). Así los costes por litro han bajado de 39 a 31 pts. En su cooperativa se había acordado ya hace tiempo pagar lo mismo a todos los socios (Mari Paz, que es la presidenta, está muy orgullosa de ello), por lo que les siguen pagando el litro a 54 pts. En conjunto les sale más rentable, de hecho es por ello que en este valle muchas explotaciones familiares pequeñas y


medianas han conseguido sobrevivir. Los Alonso se han llegado a plantear lo del ecológico, aunque los de la Granja Serrana, que se pasaron hace un par de años, cuentan que no hay mercado y aunque van tirando bastante bien tienen que vender la mitad de la leche como convencional. Soja tour: yo me bajo, ¿Y tú? Vinieron de noche, nos metieron a mis nietos, a mi marido y a mí en el camión. Mis gallinas y el chanchito5 corrían... Mi hijo estaba nervioso y gritaba, le pegaron con la culata del fusil en el pecho. En el camión había muchas criaturas... Yo lloraba. De allí nos llevaron a Tercera Línea Tecojojá, allí hubo muchos golpes.Vi humo a lo lejos y le pregunté a mi marido si era nuestra casita, él me dijo que no, que eso era más lejos. Después nos llevaron a la fiscalía en Vaquería, y allí nos enteramos de que habían matado a tiros a Ángel y a Leoncio, todavía me acuerdo de cómo lloraba su mamá, era viejita ella... Rafaela me cuenta los recuerdos del tercer desalojo de más de cincuenta familias en su comunidad campesina en el centro de Paraguay, el 24 de junio del 2005. En este desalojo 150 personas fueron arrestadas, 56 viviendas quemadas, se arrasaron varias hectáreas de cultivos y dos campesinos desarmados fueron asesinados a disparos por un sojero, Opperman. Rafaela tiene alrededor de 60 años, es una campesina sin tierra o al menos sin papeles de propiedad, como alrededor de 400.000 campesinos en un país donde el 2% de la población posee alrededor del 75% de la tierra como herencia del pasado colonial y la dictadura reciente del general Strossner. Rafaela y su familia viven desde hace cinco años en una parcela de la comunidad de Tecojojá que ocuparon junto al Movimiento Agrario Popular (MAP), en unas tierras que estaban destinadas por la reforma agraria a familias campesinas sin tierra y que sin embargo habían sido vendidas ilegalmente a empresarios para la producción a gran escala de soja. Quien las vende son instituciones públicas o incluso campesinos que accedieron a ellas cuando la reforma agraria. Llegan los empresarios brasileños con unos pocos millones de guaraníes bajo el brazo6. El campesino, que se encuentra abandonado por las administraciones y que nunca ha visto tanto dinero junto, vende su parcela y se va a la ciudad. Pero en la ciudad no hay trabajo y la plata de la venta se acaba en un año, y allí no es como en Tecojojá: allí sin plata no hay comida, ni leña, ni casa, ni agua... Entonces viene la venta ambulante, la prostitución... y vemos como en los alrededores de Asunción se van juntando cada vez más campesinos en chabolas sin más futuro que mendigar o robar. Mientras, en las tierras que vendieron en Tecojojá han plantado soja, y fumigan con el veneno. Y en la parcela que otro vendió un poco más allá lo mismo, y otra familia que está en medio no puede más porque le ponen el dinero encima de la mesa, y se le muere la vaca por envenenamiento, y le fumigan la casa...y al final pues se va también.Y poco a poco la comunidad se deshace. El relato es de Jorge Galeano, también de Tecojojá y uno de los dirigentes del MAP, quien nos habla de la fábrica de la pobreza: la relación entre la expansión de la soja y el crecimiento de los cinturones urbanos de marginalidad.

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Choque de modelos en el Arroyo La soja entró en Paraguay y otros países de América del Sur como un elefante en una cacharrería, sólo que en vez de cacharros lo que rompe son personas, familias, comunidades, formas de vida y ecosistemas. La ganadería intensiva es el principal motor del acelerado crecimiento de la demanda mundial de soja. En seis años el cultivo de soja en Paraguay ha crecido un 83’7% y hoy ocupa la mitad de la superficie agrícola. El gobierno y las autoridades locales promueven esta expansión porque ven en la soja un producto de exportación estrella que salvará el estancado PIB paraguayo, convirtiendo así a este olvidado país latinoamericano en un enclave sojero. En esa expansión, las comunidades campesinas, en un país con casi un 50% de población rural, se presentan como un “obstáculo al progreso”, lo que se traduce en un imaginario de “vagos y haraganes que impiden el desarrollo”. Sin embargo, algunos datos y realidades como Tecojojá cuestionan el tipo de desarrollo que viene asociado en muchos casos al modelo agroexportador: los cinco departamentos donde se ha dado una mayor expansión de soja son los departamentos con mayor índice de pobreza, expulsión poblacional y mayor concentración del ingreso. En Tecojojá el MAP se dio cuenta de esta situación y se dedica a denunciar las ventas ilegales de tierra pública de reforma agraria a grandes y medianos productores de soja, normalmente brasileños. Por otro lado, y dado el lento y tramposo discurrir de la justicia paraguaya, familias campesinas de la organización, como la de Rafaela, ocupan las tierras “mal habidas”. Hasta ahora la justicia les ha dado la razón, pero el poderoso aparato judicial y mediático del modelo de la soja ha conseguido retrasar una sentencia firme a base de apelaciones. Entre tanto, tres desalojos ilegales de familias en parcelas ocupadas, como el que narraba Rafaela, han sido llevados a cabo por fuerzas parapoliciales, sojeros con sus hombres armados y fiscales corruptos que pretenden dar apariencia de legalidad al proceso. Tecojojá consiste en tres caminos paralelos de tierra a lo largo de los que se suceden, cada 150 metros, los lotes familiares: una casa delante y el cultivo para autoconsumo detrás. Si cruzamos el pequeño arroyo que hay a un extremo de los caminos, el cambio es radical: kilómetros y kilómetros de soja, en lo que se ha dado en llamar el desierto verde. Entre línea y línea de soja no hay nada, ni un hierbajo; de eso se encarga el glifosato, el mejor y único amigo de la soja transgénica de Monsanto. Este desierto alimenta dos silos de grano (uno del cacique local, Arcadio, y otro de la multinacional Cargill) desde los que miles de toneladas de soja comenzarán su viaje global. En esos veinte metros a ambos lados del arroyo se materializa de manera casi insultante el choque de modelos: a un lado el de la agroexportación y el mercado global, al otro el de la agricultura campesina y la soberanía alimentaria. El primero quiere hacerse con las tierras y aguas del segundo. Para conseguir aguantar el envite a largo plazo, el MAP plantea la gestión y propiedad de la tierra de manera comunal, trabajar mucho la formación y concienciación y favorecer modelos de producción agroecológicos que prioricen el autoconsumo y garanticen una dieta balanceada sin necesidad de importar semillas, químicos, maquinarias, etc. Lo que no sea para autoconsumo se tratará de comercializar en mercados locales de manera conjunta.


El acceso a los mercados locales para los campesinos es una pieza clave que se va dificultando con la llegada de la agricultura industrial y las empresas de distribución. Mi viaje continúa hacia Ciudad del Este, en el extremo Oriental de Paraguay, a unos cientos de kilómetros de Tecojojá. Allí visitamos un mercado campesino recuperado por distintas organizaciones conscientes de la importancia de la comercialización local ante el avance del modelo agroexportador. Este mercado trata de acercar a consumidores urbanos, escépticos de la cultura del supermercado ya asentada en Paraguay, productos sanos, baratos y variados de diferentes comunidades campesinas del departamento. Allí, José y sus compañeros de la Central de Productores de Alto Paraná nos cuentan cómo encuentran una salida ventajosa a sus productos (zanahorias, diferentes tipos de poroto8, queso...) que les permitirá comprar aceite, sal, útiles de escuela, jabón, alguna bombilla... Josep, Alí y Jorge: tres historias, una misma trama Tras mi visita a Paraguay será Jorge Galeano, el dirigente del MAP, el que visite Cataluña para participar en el Tribunal Popular del Monocultivo de la Soja.9 Y es que España es el cuarto importador mundial de soja: 5’5 millones de toneladas en 200410, que dedica en un 92% a elaborar piensos para alimentación animal, especialmente de cerdos Vamos hasta la Plana de Vic (Barcelona), que partiendo de su tradición ganadera se ha convertido en un enclave de engorde de cerdos para el mercado global. Allí visitamos la explotación de Josep. Él y su hijo han invertido mucho en modernizar la explotación (400 cerdos de engorde y 80 vacas de leche) para poder subsistir. Quedan pocas explotaciones familiares tan “pequeñas”. Josep cuenta que muchos vecinos han ido cerrando: de los cincuenta de antes quedamos tres con vacas, y saben que si no crecen y se modernizan no hay nada que hacer. Joseph, con tono escéptico, no sabe si alegrarse de que su hijo quiera continuar con la granja. Jorge y yo nos sorprendemos al ver cómo el pienso industrial (es decir, con alto contenido de soja) que sale de los depósitos es transportado por un tubo hasta los comederos. Apretando un botón das de comer a todos los cerdos que quieras, cuenta Josep. Ha pedido otro crédito para construir la balsa de purines que la Generalitat le obliga a tener. La gran concentración de animales en las granjas industriales de la Plana de Vic ha hecho que el nivel de contaminación de tierras y aguas sea muy alto. Al día siguiente visitamos La Gleva, una cooperativa de consumo agroecológico en el barrio de Gràcia de Barcelona, para participar en una charla. Después de que Jorge explique la situación que el modelo de la soja ha creado en Paraguay, toma la palabra Alí, de la comunidad afrocolombiana de Cacarica. Alí nos cuenta cómo su pueblo ha sido desplazado y reprimido por los paramilitares durante tres años, a raíz de la llegada de los cultivos de palma africana para exportación11. Resulta casi obsceno constatar los paralelismos entre la historia de Alí y la de Jorge. Dos historias de agroexportación y mercado global íntimamente ligadas a nuestra dieta rica en colesterol y sus consecuentes infartos: por un lado aceite de palma poseedor de colesterol malo y materia prima de la bollería y frituras industriales,

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y por otro, carne y embutidos ricos en grasas saturadas. Una cadena desde la semilla hasta el consumo que no se puede decir que promueva la vida.

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Más allá de víctimas y culpables: actores por la transformación Ahora son Jorge y Alí los que quieren conocer qué es eso de la cooperativa de consumo. Àlex explica: nosotros nos hemos organizado para acceder a alimentos sanos y sabrosos bajo unos criterios sociales y ecológicos que hemos acordado. Buscamos productos locales, de producción agroecológica, explotaciones familiares... tratando de establecer relaciones directas con los agricultores. El día a día de la cooperativa se encuentra bastante alejado de la cadena de la soja o el aceite de palma. Su forma de consumo favorece los productos frescos vegetales de producción local y un consumo reducido de carne, lácteos y fritura industrial. El proveedor de lácteos (Mas Claperol) produce su propio forraje y no utiliza pienso industrial con soja, y las vacas de la proveedora de carne (Assumpta Codinachs) pastan y hacen trashumancia en la comarca pirenaica del Pallars. Además, el local de la cooperativa es más que un almacén de alimentos. Es un ateneo dinamizado por la cooperativa donde se realizan charlas como la de hoy, pases de vídeo, fiestas, conciertos... Han organizado un mercado de intercambio trimestral en la calle con bastante éxito, participan en actos reivindicativos... Jorge reflexiona en voz alta: porque además lo que me atrae de esta iniciativa de ustedes es que va más allá del consumo. Se trata de construir otra sociedad. NOTAS 2 La expansión del monocultivo industrial de soja es la primera causa de deforestación del bosque nativo en Argentina. Según Greenpeace causa el 38% de la deforestación de la Amazonia.

3 En Argentina la soja transgénica se ha multiplicado por 16 en 7 años (ocupa tanta superficie como Andalucía y Aragón juntas).

4 Algunas organizaciones relacionanel consumo masivo de soja con anemias y problemas de malnutrición (www.iguazu.grr.org.ar). 5 Cerdo.

6 Un millón de guaraníes equivalen a 145 €. 8 Judías.

9 www.debtwatch.org/es/inicio/enprofunditat/plantilla_1.php?identif=347

10 Campaña No Te Comas El Mundo: Cuando la ganadería española se come el mundo. La soja mata. 2005.

Disponible en www.debtwatch.org/documents/enprofunditat/Deute_ecologic/minidossier_soja_2pg_cast.pdf 11 Ver la sección Trampas en el nº 13 de Opcions.


COMERCIO JUSTO: EL CONSUMO RESPONSABLE COMO ESTRATEGIA ALTERGLOBALISTA Lutgart Vansant Setem Hego Haizea

Introducción Inscribiéndome en la dinámica de la discusión sobre el consumo consciente, voy a tratar el tema del comercio justo. El epígrafe de esta sesión menciona la ética, la solidaridad y la ecología como determinantes para un consumo consciente. Aspectos que subscribimos, por supuesto, pero no sólo en sentido altruista, sino también desde un punto de vista de necesidad, de interés propio. Luego aclararemos esta tesis, quizás algo simplista, que pretende sobre todo hacer contrapeso ante un concepto de solidaridad malentendido. Un segundo aspecto que quisiera dejar claro es que el consumo consciente, en el marco amplio de comercio justo, no sólo apela a la responsabilidad de la persona consumidora individual, sino que es un tema a trabajar y a aplicar en términos de relaciones sociales en general, de forma colectiva. El comercio justo como fenómeno social, es uno de los llamados nuevos movimientos sociales. Su marco organizativo es mucho más liviano, pero apela a casi cada ciudadano y ciudadana. Por eso creemos que tiene un potencial estratégico también, que está aún poco explotado.

Lutgart Vansant durante su intervención.

Evolución del comercio justo: de ayuda a desarrollo global Para demostrar que el comercio justo va mucho más allá de echar una mano a los pobres de países lejanos, y hasta puede ir en contra de eso, miremos un momento la evolución del movimiento de CJ en los últimos 40 años.

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En su origen el CJ estaba inscrita en el contexto de políticas de cooperación al desarrollo. Era un fenómeno de lo más innovador en esos años 60 y 70. Las tendencias más progresistas adherían entonces la teoría de la interdependencia de Galtung, que introdujo el concepto del neo-colonialismo económico-político de los países ricos ante los países pobres. En esa época aún tenía mucho más sentido hablar de países ricos y pobres, ya que los Estados tenían un poder regulador y económico bastante grande. Se originó una euforia política en cuanto a las posibilidades de poder y de desarrollo de los países del Sur, donde hubo experimentos con revoluciones sociales, se creó el Grupo de los 77 (países del Sur), la conferencia de Bandung proclamaba el derecho a la autonomía de todos los países, la oposición política se daba entre Este y Oeste, pero también entre Norte y Sur. En aquellos años 70 y en este contexto el CJ surgió y se desarrolló bastante rápidamente en los países del Centro de Europa como una postura política de los consumidores del Norte que se definen solidarios con el Sur. Surge a la vez un interés incipiente por el medio ambiente, la crisis del petróleo, la agricultura biológica, la ropa de la India y hippy en general como seña de identidad contestataria de los jóvenes.... 40

A la vez que iba tomando cuerpo el comercio justo, iba creciendo la conciencia sobre el poder de las empresas multinacionales y la tendencia de oligopolios dentro del llamado “libre mercado”. En esa medida ya no valía la estrategia inicial de construir un mercado alternativo, habría que buscar otras vías para presionar sobre el comercio convencional. Pero la economía capitalista es muy lista y absorbe las tendencias alternativas en cuanto alcanzan cierto volumen de demanda. Todos los supermercados tienen ahora alimentación ecológica, la salud es uno de los reclamos más exitosos de nuevos productos, las grandes distribuidoras están todas inventando etiquetas solidarias... Se han ampliado los mercados para los productos alternativos. Y en la medida que crezca nuestra economía, se hace consumismo con los productos que antaño pretendían ir en contra de ello... Siguiendo el péndulo vemos que esta evolución otra vez provoca una nueva contestación en los años 90: surge el consumo responsable, la rebelión contra la globalización, la crítica a nuestro ritmo de vida, la movida por otro uso de los tiempos, la alarma ecológica...etc. Estas nuevas tendencias surgen de forma minoritaria, van tomando cuerpo y se están aglutinando en el rechazo a la globalización. Este repaso rápido a la historia muestra que la búsqueda de corrección o de alternativa al sistema económico siempre ha estado inscrito en una evolución social global, que cada movimiento es fruto de su tiempo. Pero, a la vez, muestra una línea de maduración y de cre-


cimiento del movimiento alternativo, que ha ido profundizando en su análisis y que abarca la complejidad de la problemática. Así, vemos que hoy en día el movimiento va tomando unas dimensiones muy amplias, de diversas expresiones demasiado poco integradas aún, y que se juega a dos niveles a la vez: el macro-nivel anti-sistema, donde no logramos definir una alternativa.Y el micro-nivel de cada persona en su ámbito, que se va dando cuenta de que algo puede cambiar. Estrategia alterglobalista: think globally, act locally Con esto llegamos de lleno a la época actual, donde reconocemos la globalización como fenómeno, no nuevo, porque ya lleva tiempo, y sobre todo vamos viendo sus mecanismos y sus efectos. Uno de esos efectos más chocantes es que la liberalización de los mercados y sus consiguientes concentraciones de poder no contribuyen al desarrollo, sino a una creciente desigualdad y discriminación. Los mecanismos de nuestro actual sistema de vida son anti-emancipatorios: no conseguimos mayor bienestar. Perdemos autonomía como individuo (cosa muy sensible en nuestro cultura liberal), y los pueblos y estados pierden poder de decisión sobre sus destinos. Es lógica la reacción de anti-globalización. Pero al cabo de unos años, y después de celebrar unos cuantos foros sociales mundiales, el término cambia: no queremos llamarnos anti-globalistas, porque la globalización no se puede deshacer y además trae ventajas en sí. Sino somos alterglobalistas: queremos otra globalización. El Foro Social Mundial – y sus expresiones a nivel de continentes y países - se ha convertido en una expresión constructiva, aunque conlleva aún un alto grado de crítica. Los Foros suelen ser un crisol de temas y de reivindicaciones, en materia de consumo, de agricultura, política, medio-ambiente, etc. Esos temas se yuxtaponen, se conocen, se contagian, y empiezan a aliarse. No existe una alternativa global única, y además se rechaza la idea de elaborarla. Existen, sin embargo, múltiples iniciativas y experimentos de toda índole, bajo la estrategia común de “piensa a nivel global, actúa a nivel local”. Este eslogan tiene el inconveniente de serlo, un eslogan, pero en la medida que se vaya reflexionando sobre las iniciativas y las políticas que se están realizando, cada vez cobra más valor y más verdad. No hay una solución única, hay pocas verdades absolutas ya, pero cada cual en su entorno puede hacer cosas, y viendo las iniciativas que surgen desde este prisma, casi cada día me sorprendo sobre la buena acogida que se brinda a pistas concretas y constructivas. Diversas estrategias y ámbitos dentro del comercio justo El comercio justo, como todos sabéis, se basa en unos principios que se supone tendrían que regir el comercio para que fuese justo y repartidor en su efecto de distribución de riqueza.

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Para imponerlo hay dos vías estratégicas posibles: o bien crear un mercado alternativo donde los consumidores pueden comprar y mostrar su rechazo al sistema convencional quitándole cuota de mercado-. Eso requiere unos enormes esfuerzos organizativos, una especialización y gestión que difícilmente se puede abordar a pequeña escala (es una de las debilidades del comercio justo en el estado español). O bien, segunda posibilidad, se busca la presión directa sobre el comercio convencional, pero aquí también se necesita un apoyo fuerte de los consumidores, ya que sólo ellos tienen poder para tocar a las empresas donde les duele. En cuanto a los ámbitos de actuación, por su origen el comercio justo se ha centrado en el comercio internacional, y más específicamente en los flujos Sur-Norte de bienes agrícolas poco elaborados, para los cuales tienen capacidad de producción los pequeños productores desprovistos de capital. Sobre las estrategias comerciales ha habido bastante discusión, ya que se puede cuestionar el nivel de dependencia, por ejemplo, la capacidad de empoderamiento, y sobre todo la soberanía alimentaria tanto en el lugar de origen como el de destino. 42

En los últimos años, a nivel de organizaciones internacionales de comercio justo, se quiere corregir este último aspecto, insistiendo en la promoción de comercio Sur-Sur. Y efectivamente, hay ya bastantes organizaciones de productores en varios países del Sur, sobre todo en América Latina (donde existe relativamente más poder adquisitivo) que están explorando los mercados locales y vecinos. Pero los mismos especialistas de nuestros países del Norte que aconsejan a los del Sur promover unos flujos comerciales más locales... no mencionan para nada el comercio Norte-Norte. La razón, me parece, es simplemente que es complicado – como si fuese más fácil para las organizaciones del Sur. Creo que en eso hay todo un campo abierto para trabajar, desde las organizaciones de consumo, las de comerciantes y otras. Para este tipo de trabajo innovador, no creo que haga falta mucha reflexión ni procesos complicados de concienciación. El único aspecto a tener en cuenta es el de movimiento de masa. Con todo el respeto para organizaciones que han experimentado con cooperativas de comercio alternativo, compra común, venta directa desde los productores, etc – que creo que hacen falta, cuanto más radicales, mejores, para abrir el camino y mantener los criterios vivos – en mi opinión una movida alternativa en las relaciones comerciales aquí tendría que alcanzar un gran segmento de la población y atraer a muchos consumidores. Creo que es un desafío que se nos plantea a todos los que queremos promover el poder del consumidor, para mejorar nuestra calidad de vida de forma sostenible.


Desde un punto de vista alterglobalista, un comercio justo que integre las distintas estrategias mencionadas, daría respuesta a varios problemas: se aumentaría la soberanía alimentaria al promover el consumo de productos locales – la sensibilidad que existe aquí para “hacer país” sería un importante factor a favor. Se reduciría el costo indirecto del producto comercializado, al reducir el transporte y la conservación, y en consecuencia, el impacto ambiental.Y se podría perfectamente complementar la oferta local con productos exóticos que ya tienen una demanda real, y que podrían ser comercializados vía el circuito de CJ del Sur. Pero de esta manera evitamos incentivar la producción en el Sur de productos exógenos para la exportación. A la vez, alcanzaríamos una cuota de mercado mucho mayor, que presione a las empresas de comercio convencional, y podríamos reforzar esa presión por campañas directas de denuncia y RSC. Riesgo consumista de comercio justo Como he querido mostrar antes, el comercio justo bien entendido tiene un enorme potencial para contribuir a alternativas alterglobalistas, transformadoras del comercio convencional. Pero tiene que encontrar un punto de equilibrio entre la promoción de sus productos y de un consumo responsable, para evitar el riesgo de caer en el consumismo. En la medida que se amplía la oferta de comercio justo, vemos organizaciones que parten de la óptica de vender al máximo, porque “cuanto más vendemos, ayudamos a tantos más productores justos”. Por muy importante que sea la responsabilidad de cada consumidor en la decisión sobre sus necesidades, no creo que le podamos dejar con toda la carga. El mensaje desde la oferta no puede ser contradictorio al consumo responsable. A menudo no es fácil encontrar respuestas rectilíneas a los problemas que se plantean en la práctica en este terreno. Si importamos artesanía exótica, ¿estamos creando necesidades donde no las hay? ¿Y si encima damos asistencia técnica para que los productores al otro lado del mundo puedan diseñar la comida, la artesanía o la ropa a nuestro gusto, no estamos promoviendo un comercio innecesario? ¿Se justifica vender la artesanía a precios del norte si la hemos comprado a precios del Sur, aunque sea para “para la buena obra”? ¿Y qué hacemos con los garbanzos ecológicos de Ecuador? – si bien es verdad que las de Eroski vienen de México...

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¿Es lógico que traigamos pedidos de artesanía en pequeñas cantidades por paquetes aéreos?... Este riesgo de consumismo se corre menos en actuaciones de presión directa sobre la responsabilidad social de las empresas. La denuncia de malas prácticas de otros es más fácil, e induce más a frenar un consumo sin criterio. Por otro lado, nos exige a las organizaciones, para mantener nuestra credibilidad, una gran disposición a invertir bastante en investigación y recopilación de información. Una gran ventaja de este tipo de actuaciones es que obliga a colaborar con todos los implicados – lo cual en la práctica tampoco es fácil, por la tradición fragmentada y los afanes de protagonismo-. Pero aquí también se notan cambios graduales en la medida que cuaje el mensaje y la práctica alterglobalista. Existen más consorcios, se apoyan más reivindicaciones de otros, se ve en general más conexión entre distintos temas de la agenda social.

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Un ejemplo de este tipo de acción es la Campaña Ropa Limpia. El mercado del textil y la confección está tan fragmentado y volátil, que es muy difícil competir con un mercado alternativo. Por eso se ha optado por presionar a las empresas que controlan el mercado para que adecenten sus prácticas comerciales y de producción respetando la dignidad de sus trabajadores y la autonomía de sus clientes. Esto es a su vez una estrategia alterglobalista: yo como cliente exijo mi derecho de consumidora, de saber en qué condiciones trabaja la persona que me ha hecho mi ropa. Si no me gusta, se lo hago saber a esa empresa, explícitamente, hasta que me haga caso. La red de la CRL incluye decenas de organizaciones en países productoras de ropa, y las estrategias en casos de acciones urgentes concretas son decididas por las organizaciones del Sur. Interacción con todo nuestro comportamiento como actores económicos Las personas consumidoras de aquí tenemos que tener más información sobre los efectos de nuestras compras, y las alternativas –no comprar ropa limpia, sino hacer que se limpie, por ejemplo-. La divulgación del comercio justo y del consumo responsable tiene que profundizar pues en su mensaje, dirigirse a mayores segmentos de población y no eludir discusiones con argumentos fáciles. Pero también tiene que ampliar la oferta de forma realista y asequible para el gran público: habrá que atraer y afianzar clientes. Con una política de precios mucho más transparente, con una gama de productos más amplia, y con unas relaciones lo más directas posibles entre productor y consumidor -sea del Norte o del Sur-.Tendríamos que buscar capacidad comercial, dentro o fuera de nuestras asociaciones, para ir innovando con audacia, en vez de recrearnos en la misma autocrítica desde hace unos años.


Por otro lado, tendremos que tener muy en cuenta que cada individuo somos actores económicos en varios ámbitos y por ende cómplices del sistema. Hay que ir afrontando las contradicciones que se nos plantean, y profundizar en argumentos y formación. Hay muchos argumentos paradoxales que se basan en intereses colectivos de los propios consumidores. Paradoxales, porque aparentemente son contradictorios. Así se apela a menudo a intereses colectivos “nacionales”: el grupo empresarial Mondragón hace país en Euskadi, y Repsol mantiene la economía española. Repsol, a pesar de todas sus pérdidas en Bolivia, acaba de publicar la semana pasada que ha incrementado sus beneficios en relación con el año pasado.Telefónica no hace ni deshace país, ni lo hacen los bancos “de aquí”, de cuyos beneficios y sus fuentes mejor no hablamos. Otro argumento de peso tiene que ver con que casi todas las personas consumidoras también trabajan. Tropezamos muchas veces con el argumento del empleo – que puede ser más real a corto plazo en un contexto determinado. Es verdad que la General Motors ya tenía amortizada la fábrica de Zaragoza, y se ha quedado porque han aceptado reducción salarial, entre otros.Y es verdad que Delphi está chantajeando a los poderes públicos para sacarles subvención. Pero visto en conjunto, ¿qué condiciones de empleo ofrece nuestro mercado, qué reparto de riqueza dan las grandes empresas que deslocalizan y publican orgullosas sus beneficios? Y por último, para culminar las contradicciones, ¿cuál es nuestro comportamiento como inversores? Hay muchas personas consumidoras, que creen haber hecho buen negocio al sacar beneficio a su banco de un fondo de inversión... El mismo banco a quien esa persona paga su hipoteca sobrevalorada, y del mismo fondo que lleva acciones de la constructora que le ha vendido el piso a un 40% más de su valor.... No nos podemos doblar ante esos argumentos, hay que ser creativos y menos conformistas en nuestras ideas. Pero no cerremos los ojos ante ellos, y enfrentemos la realidad de nuestra inmersión en el sistema, sin querer cambiarlo todo de golpe. Al contrario, para terminar, quiero insistir en que hay que tener confianza en la estrategia de “think globally, act locally”. No tenemos nada que perder por probarlo y existen muchas iniciativas esperanzadoras y muchas personas que se apuntan cuando se les ofrecen pistas concretas. Y por fuerte que parezca la paradoja, por muy injusto y nocivo que nos parezca nuestro actual sistema económico, siempre se ha sabido adaptar - contemos con nuestra capacidad, con ser tan sensatos como para corregirlo.

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EL CONSUMO COMO EJE DE LA CULTURA DE SOSTENIBILIDAD Diego Chueca Gimeno ECODES - Fundación Ecología y Desarrollo

Resumen: Los ciudadanos tenemos a nuestro alcance una herramienta fundamental de cambio social, el consumo. Al igual que como votantes acudimos a las urnas para elegir a nuestros representantes, también como consumidores y ahorradores tenemos la oportunidad de utilizar nuestro criterio de decisión de acuerdo a nuestras convicciones y promover, a través de nuestros patrones de compra e inversión, la construcción de un desarrollo sostenible.

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En la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible celebrada en Johanesburgo en el año 2002, se identificó como una de las principales causas del deterioro ambiental del Planeta las modalidades insostenibles de consumo y producción, particularmente en los países industrializados. Entre los acuerdos adoptados en la cumbre, se fijó el compromiso de llevar a cabo actividades de sensibilización y formación en relación con el consumo sostenible. En este sentido, la Fundación Ecología y Desarrollo asume en su plan estratégico 20042007 como uno de sus objetivos la movilización del mercado de la sostenibilidad llevando a cabo, entre otras acciones, iniciativas orientadas a los aspectos educativos. Del homo sapiens al homo consumens Una de las principales actividades del ser humano es la de ir de compras. La de consumir. Con diferentes motivaciones y objetivos pero, en la mayoría de los casos, dirigidos de alguna manera por las modas, los estereotipos sociales, los anhelos de una vida mejor o de una felicidad definida por la publicidad. Por lo tanto, la manera de ejercer unas determinadas preferencias en nuestro ejercicio diario de ser personas se ve, en gran medida, determinada por factores externos y no por medidas reflexivas. En tanto en cuanto el consumo está más “dirigido” por estos factores y no responde a expresiones de libertad personal, los resultados de nuestras acciones conducen necesariamente a la frustración y a la necesidad de continuar consumiendo para alcanzar la felicidad que se presupone existe tras el consumo de determinados bienes12 . Pero esto, efectivamente, nos conduce a llevar a cabo un consumo que es sinónimo de “agotamiento”. Porque si como consumidores tenemos dificultades para tomar la decisión de no consumir o la de mantener un nivel de endeudamiento que no suponga una carga para nuestra economía, difícilmente vamos a sopesar otros criterios que tienen que ver con la equidad social, la distribución equitativa de los bienes y el deterioro ambiental de nuestro Planeta.


El término consumo no debe limitarse, además, a los gastos producidos por la adquisición de productos y servicios disponibles en el mercado. El consumo debe entenderse de manera amplia, comprendiendo otras medidas que incluyan la selección, la compra, el uso, el mantenimiento, la reparación y la eliminación de cualquier producto o servicio. De esta manera, comprobamos cómo desde que suena el despertador cada mañana nuestras actividades humanas están produciendo consumos de recursos naturales y están implicando determinadas consecuencias sociales y ambientales en el Planeta. Por un estilo de vida más sostenible “Reconocemos que la erradicación de la pobreza, la modificación de pautas insostenibles de producción y consumo y la protección y ordenación de la base de recursos naturales para el desarrollo social y económico son objetivos primordiales y requisitos fundamentales de un desarrollo sostenible”13. Debemos de tener en cuenta que consumir no es sólo satisfacer una necesidad o un deseo individual, aunque esta es la percepción que tenemos habitualmente. Al consumir estamos colaborando en todos los procesos que hacen posible que el bien o servicio sea consumido, seamos conscientes o no de ello.Y éstos tienen implicaciones de carácter económico, social y medioambiental. Estimaciones actuales muestran que nuestro planeta, como resultado de la sobreexplotación del suelo y la deforestación, pierde cada año una superficie de tierra fértil más o menos del tamaño de Irlanda. Los datos del Fondo Mundial para la Vida Silvestre muestran que un ciudadano medio en el mundo requiere 2,5 hectáreas para producir lo que consume cada año y depositar los residuos que genera. Eso supone un 40% más de lo que es sostenible. ¿Todos somos igualmente responsables? Evidentemente, no. Si eres español necesitas más del doble de la superficie mencionada (4,65 ha); si eres estadounidense 8,7 ha.Y si eres peruano, tan solo 1,2 ha, lo que nos indica claramente que la distribución del consumo está seriamente desequilibrada. El 20% de las gentes más ricas del mundo consumen casi el 75% de los recursos naturales del planeta. Unos datos para la reflexión: los Estados Unidos de América poseen el 6% de la población del planeta, pero consumen, sorprendentemente, el 30% de sus recursos. La fortuna de los 225 individuos más adinerados del mundo es igual al ingreso anual del 47% de la población mundial más pobre, o sea, 2.500 millones de personas.Y al citar la distribución, se piensa que el planeta no produce lo suficiente para alimentar a su población. Gran error. La distribución desigual de los alimentos es la principal razón por la que 800 millones de personas están desnutridas en el mundo actualmente.

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En contraste, un informe británico publicado en el año 2000 reveló que, aproximadamente, 400 millones de libras esterlinas (unos 571 millones de dólares) de alimentos terminaban cada año en los vertederos o incineradoras. Igualmente, un estudio reciente del gobierno de Estados Unidos reveló que más de la cuarta parte de todos los alimentos que se producen en el país no se consumen. En resumen, los hechos ponen de manifiesto que el consumo sostenible no es únicamente un tema ambiental, sino que es algo que promueve un nivel de vida digno para todos los seres humanos. En el Plan de Aplicación de las Decisiones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible celebrada en Johanesburgo en el año 2002, se determinan una serie de medidas para acelerar el cambio hacia modalidades de consumo y producción sostenibles con objeto de promover el desarrollo económico y social, convirtiendo este nuevo paradigma de consumo en una de las claves para la sostenibilidad.

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¿Qué es el consumo sostenible? La idea de consumo sostenible se refiere al conjunto de acciones que tratan de encontrar soluciones viables a los desequilibrios sociales y ambientales por medio de una conducta más responsable por parte de todos. En particular, se relaciona con la producción y la distribución, el uso y la eliminación de productos y servicios y proporciona los medios para repensar acerca de sus ciclos de vida. El objetivo es asegurar que se satisfacen las necesidades básicas de la comunidad global en su conjunto, se reducen los excesos y se evita el daño ambiental. Por otra parte, se tiene que señalar que habitualmente consumo sostenible se asocia a consumir menos. El ciudadano puede convertir, de esta manera, su capacidad de compra en un importante instrumento de presión al ejercer la libertad de no consumir un producto, de prescindir de determinados bienes, y de acabar con algunos de los comportamientos compulsivos del consumidor, implantando nuevas pautas de conducta que van a influir en el ciudadano y en las empresas productoras de los bienes y servicios14. No obstante, la mayoría de las definiciones sobre consumo sostenible se basan en la necesidad de consumir de manera eficiente y presentan una serie de características en común sobre lo que tiene que tener como objetivo este modelo: satisfacer las necesidades humanas, favorecer una buena calidad de vida por medio de estándares de vida dignos, compartir los recursos entre ricos y pobres, actuar tomando en cuenta a las generaciones futuras, considerar el impacto de los productos analizando el ciclo de vida de los mismos al consumirlos, minimizar el uso de los recursos, los residuos y la contaminación. El poder del consumidor sostenible Como se ha apuntado, el modelo de producción y consumo actual es, en gran medida, el responsable del acelerado deterioro de la biosfera. En este modelo insostenible juega un papel esencial la oferta y la demanda de bienes y servicios: el mercado. Para los comprado-


res, las cosas no cambian porque los vendedores no ofrecen productos sostenibles. Para los vendedores, las cosas no cambian porque los compradores no demandan productos sostenibles. Las empresas y el mercado que canalizan sus intercambios económicos forman parte, pues, del problema a resolver. El necesario cambio del modelo de producción y consumo actual se ha confiado, tradicionalmente, a la fuerza del Estado y las administraciones públicas, bien con sus funciones reguladoras, de policía y coerción o sus funciones de fomento. No obstante, los últimos años han presenciado cambios fundamentales en este modelo de actuación en tanto en cuanto los consumidores (representados por algunas organizaciones ambientalistas, sociales y de consumidores) han empezado a ejercer sus influencias en el mercado para intentar cambiar el modelo actual de consumo y producción. Entendiendo que la línea clásica de cambio es necesaria (porque el potencial de transformación social y ambiental que tiene la acción de los poderes públicos es enorme) la experiencia de los últimos años ha desvelado que es insuficiente y debe ser complementada con el efectivo desarrollo de la palanca del mercado, de la oferta, la demanda, para construir el desarrollo sostenible. El amplio desarrollo del mercado de la sostenibilidad debe posibilitar que los productos, servicios y empresas más respetuosas con el medio ambiente y con la sociedad en la que trabajan vayan desplazando a los productos, servicios y empresas perjudiciales para la biosfera y los derechos humanos, de modo que los consumidores/as y los inversores/as puedan estimular directamente la sostenibilidad utilizando sus poderes de compra e inversión. La educación del consumidor como factor fundamental del cambio El mercado de la sostenibilidad se puede promover actuando sobre la oferta, es decir, reconociendo el papel que juegan y pueden jugar las empresas en la construcción de un desarrollo sostenible, actuando sobre la producción y la puesta en el mercado de bienes y servicios con criterios de sostenibilidad. Para ello, se debe estimular la concepción de la empresa más allá del valor cortoplacista del beneficio para el propio accionista. Las empresas deben crear valor para el conjunto de la sociedad en la que actúan, y deben atender y gestionar adecuadamente las expectativas que sobre su actividad tienen los sectores sociales concernidos15. Por otra parte, y la que más nos interesa en este momento, también se puede estimular la demanda para que el consumidor pueda ejercer su poder de arrastrar a la cadena de proveedores, de fabricantes, de distribuidores y de comerciantes.Y para ello, el consumidor requiere, fundamentalmente, formación e información. De esta manera, la educación ambiental16 se convierte en una herramienta de movilización de la demanda, con el objetivo de permitir que el consumidor pueda:

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- Conocer por qué y para qué es necesario un consumo sostenible y las acciones particulares que pueden realizar para lograrlo. - Querer realizar acciones dirigidas a evitar el impacto en el medio ambiente y en las esperanzas de vida de otros ciudadanos. - Desarrollar dichas acciones de la forma más fácil y accesible de modo que el cambio ambiental sea una práctica de mayorías. En definitiva, las acciones y actividades se tienen que encaminar a que los ciudadanos (la demanda) dirijan su consumo hacia las mejores empresas y, por omisión, castiguen a las peores. No se trata de hacer dos listas, empresas buenas y empresas malas. Se trata de educar al consumidor para que aprenda a “premiar” a las mejores. Para alcanzar estos objetivos la educación ambiental, sin dejar de lado el trabajo en acciones que se centren en el saber y el querer, tiene que combinar actividades que permitan ejercer opciones de compra o inversión (facilitando la puesta en práctica de los compromisos ambientales y sociales adquiridos). De esta manera, hay que orientar el consumo o la inversión de la demanda prescribiendo qué empresas y/o productos son preferibles antes que otros17. 50

Los esfuerzos se deben dirigir hacia la sistematización de las posibilidades de ejercer el consumo sostenible facilitando que los consumidores e inversores tengan a su alcance los recursos necesarios para realizarlo. No sólo necesitan información sobre lo que no deben hacer, también precisan información sobre lo que sí deben hacer. Y, en este sentido, se tienen que generar actuaciones con mayor compromiso, que proporcionen al consumidor datos concretos sobre empresas, establecimientos comerciales, productos, marcas y características de los mismos (ambientales y sociales, analizando el ciclo de vida del producto y comparándolo con otros de su misma categoría o familia de bien), que le permitan desarrollar un consumo sostenible. Por lo tanto, se puede afirmar que el consumo sostenible no es un modelo difícil de ejercer, siempre y cuando el consumidor tenga la formación e información adecuada18. Además, como ya se ha apuntado, el consumo debe entenderse de manera amplia, es decir, no sólo como el conjunto de transacciones económicas en las que se intercambia dinero por productos y servicios.También se deben de contemplar los consumos generados en el ámbito privado del hogar (el consumo energético, el consumo de agua, el modo de transporte, entro otros), de la actividad diaria y, en definitiva, del estilo de vida. Por este motivo, en la mayoría de los casos, realizar un consumo sostenible sólo implica poner en práctica hábitos de consumo que no requieren cambios de gran calado en el comportamiento, no producen inconvenientes considerables y no requieren esfuerzos específicos adicionales. Esto permite que cada uno pueda asumir de manera individual su


responsabilidad frente al reto de la sostenibilidad. Se puede tener en cuenta que, tan sólo apagando los electrodomésticos que dejamos en stand by, reduciríamos el consumo eléctrico en un 3%. Pequeños pasos, grandes soluciones. Así, el modelo de consumo se convierte en si mismo en herramienta de educación para la sostenibilidad. Las acciones de educación para estimular la demanda se convierten, de esta manera, en una herramienta muy eficaz para introducir en la sociedad un concepto más amplio vinculado a los estilos de vida con menor impacto ambiental y social. Identifican un modelo de ecología posibilista que facilita la consecución del cambio ambiental, permitiendo el acceso de la inmensa mayoría de ciudadanos a la ecología practicable. NOTAS 12 Sólo hay que pasear por las calles de nuestras ciudades para comprobar cómo los reclamos publicitarios nos prometen la felicidad tras la compra o el consumo de todo tipo de productos.

13 Declaración de Johannesburgo sobre Desarrollo Sostenible, Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo el 26 de agosto al 4 de Septiembre de 2002. Los documentos se pueden descargar en: www.un.org/spanish/conferences/wssd/doconf.htm

14 Hay que tener en cuenta que globalmente lo que se necesita es redistribuir la oportunidad de consumir. Por

este motivo más de 2.000 millones de personas en el mundo necesitan consumir más tan sólo para sobrevivir. Pero requiere, necesariamente, que otros consumidores sean más responsables. Al final, la equación debe dar como resultado un menor uso de recursos naturales, una disminución en la generación de emisiones y la cobertura de las necesidades de la población mundial.

15 No se debe olvidar la capacidad que tienen las Administraciones Públicas de actuar sobre la oferta estimu-

lando la misma con diversas iniciativas legislativas o por establecimiento por parte de éstas de política de con-

tratación pública que promuevan la demanda de bienes y servicios sostenibles y, por tanto, estimulen la producción de los bienes demandados (que por extensión se sumarán a la oferta de productos en general).

16 Entendida en el sentido amplio de educación para la sostenibilidad, teniendo en cuenta la protección ambiental, el desarrollo económico y la justicia social.

17 Es necesario garantizar la máxima credibilidad, transparencia y rigor en la prescripción con la finalidad de generar la confianza de los consumidores e inversores.

18 Es común la identificación de consumo sostenible con un modelo dirigido a ciudadanos comprometidos con las causas ambientales, es decir, con cierta información de partida. También es habitual unir consumo sostenible a consumo de calidad y, por tanto, a mayor coste económico. De esta manera, se asocia sostenibilidad con capacidad económica.

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CONSUMO Y CIUDADANÍA, NUESTRO DERECHO A EXIGIR SERVICIOS SOCIAL Y MEDIOAMBIENTALMENTE RESPONSABLES


INSERCIÓN DE CRITERIOS ÉTICOS Y ECOLÓGICOS EN LA COMPRA Y CONTRATACIÓN PÚBLICA David Comet IDEAS - Iniciativas de Economía Alternativa y Solidaria

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En la última década se ha incrementado el esfuerzo de las Administraciones Públicas por lograr una mayor coherencia entre las políticas y compromisos internacionales adoptados y sus propios comportamientos internos. Uno de los principales indicadores de coherencia son los criterios utilizados en la contratación administrativa – también conocida como compra pública – en la que las Administraciones tienen la oportunidad de introducir consideraciones de tipo social, ético o ambiental, convirtiendo la contratación en una herramienta eficaz para reducir los impactos medioambientales y la desigualdad social. Cuando la contratación pública incorpora estos criterios hablamos de compra pública responsable, que puede tener distintas dimensiones como compra verde (inserción de criterios ambientales), compra social (inserción de criterios para la protección de grupos en riesgo de exclusión) o compra ética (inserción de criterios éticos sobre las condiciones de producción y/o de Comercio Justo) y un denominador común que es la preocupación por los impactos o externalidades provocadas por la actividad de la Administración y su responsabilidad como referente para el tejido empresarial y social. Gracias al esfuerzo de las organizaciones de la sociedad civil y las redes de autoridades públicas que han investigado las posibilidades legales y prácticas de la compra pública responsable, actualmente existen numerosos ejemplos de inserción de consideraciones de sostenibilidad ambiental y social en la contratación administrativa. Los foros de intercambio de experiencias y las sesiones de trabajo sobre esta temática también están contribuyendo a un efecto multiplicador en diferentes Administraciones centrales, regionales y locales. La importancia de esta compra reside en la enorme influencia provocada tanto en el mercado como en el entorno. No sólo a través de la actividad normativa, sino también a través de su papel como consumidoras de bienes y servicios. La compra pública representa un 18% aproximadamente del producto interior bruto de la UE, y se concentra en mayor medida en las Administraciones regionales y locales. Debido a la importancia cuantitativa de la compra pública, y su valor como referente para la industria y la sociedad civil, cada vez más Administraciones están introduciendo criterios de compra responsable en sus procedimientos de contratación pública. En el ámbito mundial, declaraciones institucionales como la de la Cumbre Mundial del Desarrollo Sostenible en Johannesburgo (2002) ponen de manifiesto la voluntad de promover la integración de los tres componentes de desarrollo sostenible – desarrollo económico, desarrollo social y protección del medio ambiente- como pilares interdependientes y


que se refuerzan mutuamente a nivel local, regional, estatal y global. El Plan de Aplicación de la decisiones de la Cumbre de Johannesburgo, en su capítulo III, titulado «La transformación de modelos no sostenibles de consumo y de producción», anima a las administraciones competentes de todos los niveles a que tengan en cuenta consideraciones relacionadas con el desarrollo sostenible al tomar decisiones, incluso sobre la planificación del desarrollo estatal y local, las inversiones en infraestructuras, el desarrollo empresarial y la contratación pública. En el ámbito europeo, el sexto programa de acción comunitaria en materia de medio ambiente (2002) contiene cuatro ámbitos de acción prioritarios: el cambio climático, la naturaleza y la biodiversidad; el medio ambiente, la salud y la calidad de vida; la gestión de los recursos naturales y de los residuos. Afirma que «un enfoque estratégico es necesario para inducir los cambios importantes en los modelos de producción y consumo que influyen en el estado y tendencias del medio ambiente, incorporando nuevos métodos de colaboración con el mercado, dando poder a la ciudadanía y alentando la mejora en la planificación territorial y en las decisiones de gestión». En el ámbito local, la firma de los compromisos de Aalborg en 2004 como declaración final de la Cuarta Conferencia Europea de Ciudades y Pueblos Sostenibles (Aalborg+10), agrupados en 10 temas, concreta los retos a los que tienen que hacer frente los municipios europeos para caminar hacia la sostenibilidad. El consumo y la forma de vida responsable forma parte de estos compromisos. Todo el esfuerzo que se vienen realizando en las dos últimas décadas ha dado lugar a una serie de conceptos que hasta ahora se han trabajado de forma separada relativos a los criterios ambientales (compra verde o compra ecológica), sociales, éticos y justos. Todos estos elementos, que de una forma natural se han ido desarrollando en paralelo por el nivel de especialización de las organizaciones que los han promovido, por sus especificidades y por las Administraciones Públicas más activas, están actualmente confluyendo en un concepto más integrador al que hace referencia el término compra pública responsable. Características de la compra pública responsable La compra pública responsable, se basa fundamentalmente en la contratación de productos y servicios respetuosos con el medio ambiente y que promuevan la equidad social. Para ello, los productos y servicios han de ser adquiridos teniendo en cuenta una serie de características que impriman ese carácter social o ambiental al producto o servicio. Criterios ambientales: algunos criterios ambientales a tener en cuenta hacen referencia a evitar la producción de residuos comprando productos con una vida útil más larga, adquisición de productos a granel o productos recargables, reducir el consumo de recursos

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(energía, agua, bienes consumibles) así como de los residuos y emisiones generadas durante la fase de uso, tener en cuenta el consumo energético en la selección de los productos (bombillas de bajo consumo, equipos informáticos con modo de ahorro de energía...), adquirir productos monomateriales que faciliten su reciclaje, consumir productos que excluyan sustancias peligrosas para el medio ambiente o la salud humana, que las materias primas de los productos provengan de un proceso de reciclado, de forma que se reduzca el agotamiento de recursos (papel, tóner...), o consumir productos de producción ecológica. Criterios sociales: éstos inciden sobre el fomento de la inserción sociolaboral de personas en situación o riesgo de exclusión, mantener las condiciones laborales relativas a seguridad social, prevención de riesgos laborales, duración de los contratos y formación profesional, apoyo a la economía social o el cumplimiento de la legislación vigente sobre no discriminación, igualdad de oportunidades y accesibilidad.

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Criterios éticos: éstos hacen referencia a garantizar condiciones laborales mínimas en las cadenas de producción y suministro. Cuando estos criterios utilizan estándares de mayor exigencia que abarcan además de las condiciones laborales, cuestiones referentes al precio, forma de pago, tipo de relación entre proveedor e importador, mecanismos de participación y respeto al medio ambiente, hablamos de Comercio Justo. El Comercio Justo es, por tanto, una alternativa de “máximos” dentro de los criterios éticos y en la actualidad existe únicamente para ciertos productos alimenticios, textiles y artesanales. En consecuencia, los criterios éticos hacen referencia a que los productos/proveedores garanticen condiciones laborales dignas en toda la cadena de suministro del producto y desempeño del servicio, respeto a las Convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), garantía de no utilización de trabajo infantil., transparencia, trazabilidad, y respeto al medio ambiente. La incorporación de estos criterios junto con una orientación responsable de las compras y contratas públicas puede tener, por tanto, una amplia repercusión en el medio ambiente, en la sociedad y en el mercado. Para la equidad social puede facilitar el acceso al mercado laboral de personas en situación o riesgo de exclusión, mejora de su autoestima, responsabilidad y autonomía, demanda de productos de Comercio Justo que generan mayores ingresos para los grupos productores, expansión de empresas de economía social e iniciativas no lucrativas, prevención de la exclusión y la pobreza, mayor calidad de vida, y mejor acceso al mercado de productos y servicios con garantías éticas, sociales y ambientales. Para la Administración implica coherencia a su política, es referente positivo para la sociedad y las empresas, da cumplimiento a los compromisos internacionales, da eficiencia a la gestión de los recursos públicos, fomenta la sostenibilidad de las políticas sociales y ambientales y se anticipa a la legislación, creando espacios favorables a marcos regulatorios más exigentes. Para el medio ambiente prevé de flujos de residuos peligrosos, fomenta el uso de energías renovables, reduce el consumo de recursos naturales, fomenta el reciclaje


y la reutilización, reduce a nivel global las emisiones de gases de efecto invernadero, fomenta la eliminación de sustancias tóxicas y dañinas en los productos, integrando el análisis de todo el ciclo de vida en productos, bienes y servicios. Para el sector empresarial mejora la transparencia y el respeto a las exigencias sociales y ambientales convirtiéndose en una ventaja comparativa respecto al resto del mercado, la Administración como cliente asegura la rentabilidad y continuidad de demanda de productos más responsables, incentiva la investigación, innovación y desarrollo, y permite incorporar la responsabilidad social empresarial en la actividad principal de la empresa.

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EXPERIENCIA SOLIDARIA CON AMERICA LATINA Y EL CARIBE EN EL LOGRO DE ESTANDARES DE CALIDAD HOMOGENEOS EN EL ACCESO A LOS SERVICIOS Francisco Sanchez Legrán FACUA - Consumidores en Acción

El compromiso de FACUA en América Latina y el Caribe 1996-2007 diez años de cooperación internacional FACUA viene desarrollando un programa de cooperación internacional desde el año 1996 en distintos países de América Latina y el Caribe y ello le ha permitido ampliar sus relaciones con un buen número de organizaciones de consumidores de dicha área y a la vez ha contribuido a la financiación de diferentes proyectos que han realizado una parte de dichas organizaciones.

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Convenios de colaboración FACUA ha canalizado sus actividades de cooperación a través de la firma de convenios de colaboración con distintas organizaciones de defensa de los derechos de los consumidores de trece países de América Latina y el Caribe, con las cuales ha establecido vínculos solidarios en defensa de los derechos de los consumidores/as y usuarios/as en dicha área y de las que aprendemos también y sacamos nuevas experiencias para desarrollarlas en nuestro país Países donde FACUA ha firmado convenios de colaboración Argentina: Centro de Estudios del Consumidor (CEC) Bolivia: Comité de Defensa del Consumidor (AIS-CODEDCO) Chile: Organización de Consumidores y Usuarios (ODECU) Colombia: Consumidores de Colombia (COCO) Costa Rica: Asociación Red de Consumidores Alerta - Fundación Ambio Cuba: Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre (FANJ) El Salvador: Centro para la Defensa del Consumidor (CDC) Guatemala: Instituto de Estudios y Defensa del Consumidor (INDECOM) Nicaragua: Liga de Defensa del Consumidor de Nicaragua (LIDECONIC) Panamá: Unión de Consumidores y Usuarios de Panamá (UNCUREPA) Perú: Asociación Peruana de Consumidores (ASPEC) Rep. Dominicana: Fundación por los Derechos del Consumidor (FUNDECOM) Uruguay: Consumidores y Usuarios de Uruguay (CUA) Finalidad de los convenios Estos convenios de colaboración son un instrumento útil para fomentar las relaciones bilaterales entre FACUA y dichas organizaciones, y coordinar actuaciones en las siguientes direcciones:


1. Intercambio de publicaciones y de información sobre actividades y experiencias realizadas por cada una de las organizaciones. 2. Apoyo de FACUA en la búsqueda de recursos económicos para financiar proyectos a realizar por las distintas organizaciones en su respectivos países. 3. Denuncia de los abusos cometidos por la empresas españolas y europeas que operan en los distintos países. 4. Apoyo mutuo en las actuaciones de defensa de los derechos de los consumidores y usuarios. Potenciar la sociedad civil Las actuaciones de FACUA van dirigidas a potenciar la vertebración de la sociedad civil en los distintos países de América Latina y el Caribe, a través del fortalecimiento de las organizaciones de consumidores/as. Algunos de los proyectos con los que FACUA ha colaborado - Celebración de Cursos de Formación para cuadros directivos y técnicos de las organizaciones de consumidores/as. - Edición de publicaciones periódicas sobre temas de consumo. - Edición de folletos monotemáticos sobre consumo. - Organización de encuentros internaciones para organizaciones de consumidores/as. - Edición de libros - Celebración de un Seminario Internacional para tratar los problemas de los consumidores/as en el marco de MERCOSUR. - Desarrollo de un proyecto específico sobre los problemas relacionados con el consumo y ahorro de agua. Otras actuaciones de cooperación realizadas - Participación en la realización de estudios sobre los marcos normativos en España y América Latina y el Caribe, en relación a los suministros de agua, gas canalizado, telefonía y electricidad. - Asesoramiento jurídico en relación a nuevas leyes relacionadas con el consumo o la protección de los derechos de los consumidores/as. - Creación de un observatorio de la publicidad con una organización de Perú. Programa sobre el consumo y ahorro del agua Durante el ejercicio 2006, FACUA ha impulsando el desarrollo de programas de cooperación relacionados con el consumo y ahorro de agua en cinco países, partiendo de la experiencia iniciada en Cuba en 2004.

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FACUA ha optado por apoyar proyectos relacionado con la defensa del suministro de agua a la población, pero desde la exigencia social de que tienen que ser los poderes públicos de los respectivos países los que tienen la responsabilidad de garantizarlo.

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- Cuba: Programa comunitario práctico-educativo para el fomento del consumo sostenible del agua y para la eliminación de fugas en las instalaciones domésticas en La Habana Vieja. - Republica Dominicana: Investigación para la capacitación de facilitadotes/as en el uso racional, manejo adecuado e inocuidad del agua. - Uruguay: Con la constitución todo, sin la constitución nada: el agua es de todos. - Nicaragua: Campaña ciudadana en defensa del agua y para el fomento de un consumo sostenible. - Costa Rica: Promoción de acciones positivas para resolver conflictos sobre el suministro del agua de uso doméstico en Costa Rica. - FACUA ya ha presentado ante diversas instituciones nuevos proyectos a desarrollar en 2007 en Argentina, Costa Rica, Chile y Panamá. - Argentina: Acción social sobre la prestación del Servicio de Suministro de Agua en la ciudad de Buenos Aires. - Costa Rica: Propuesta para desarrollar una estrategia orientada a monitorear la calidad de productos líquidos. - Chile: Proyecto comunitario sobre el suministro de agua. - Panamá: Proyecto para el estudio del agua potable embotellada que se vende en el país. La acción por evitar los dobles estándares Las organizaciones de consumidores/as de América Latina y el Caribe, trabajan para lograr el reconocimientos de sus derechos como interlocutores de las empresas prestadoras de servicios de suministros domésticos (agua, gas, telefonía y electricidad), sean nacionales o extranjeras y para lograr reglamentos que recojan los derechos de los usuarios a recibir dichos servicios con calidad y a precios asequibles, con estándares semejantes a los que rigen en la Unión Europea La participación de la sociedad civil vertebrada Los programas de cooperación que se vienen desarrollando por FACUA están contribuyendo a fortalecer a las organizaciones de consumidores de los países donde se han realizado y a facilitar mayores niveles de participación social. La acción contra la privatización de los servicios esenciales Las Asociaciones de defensa de los consumidores luchan contra la privatización de los servicios esenciales: agua, luz, gas, teléfono. Lograr el acceso a los servicios La acción contra las privatizaciones de servicios esenciales defiende también el derecho de todos/as los/as ciudadanos/as a acceder a dichos servicios.


La responsabilidad de las empresas europeas Las empresas europeas y españolas que están operando en América Latina y el Caribe, tienen que aplicar criterios de Responsabilidad Social Corporativa – RSC y evitar actitudes de abusos contra los usuarios de dichos países, al amparo de las debilidades legales en los mismos, que ellas mismas fomentan en buena parte de las veces.

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LA OPINIÓN Y VALORACIÓN DE LOS CONSUMIDORES SOBRE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LA EMPRESA EN ESPAÑA Ana Etchenique CECU - Confederación de Consumidores y Usuarios

Desde CECU hemos definido la RSE como: El conjunto de obligaciones legales (nacionales e internacionales) y éticas de la empresa que surgen de la relación con sus grupos de interés y del desarrollo de su actividad de la que se derivan impactos en el ámbito social, medioambiental, laboral y de derechos humanos en un contexto global.

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Esta definición ha sido consensuada por varias organizaciones miembros del Foro de Expertos de la RSE en el transcurso de la preparación del primer Guión de trabajo del Foro de Expertos impulsado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales del Gobierno español consensuados, después de múltiples debates. Intermon Oxfam, Amnistía Internacional, Ayuda en Acción, Cáritas, Observatorio de la RSC, CECU, Asgeco, CEPES (Confederación Empresarial Española de la Economía Social), CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad), Fundosa (Grupo ONCE), Fundación EROSKI y AEF (Asociación Española de Fundaciones). Las organizaciones mencionadas avanzamos en una definición de los valores y características de la RSE, a saber: Integradora: Se trata de un proceso abierto en el que tienen cabida todos los agentes de la sociedad que, en un momento dado, se ven afectados por la actividad de la empresa. Participativa: Es necesario conocer la demandas de los grupos de interés, por lo tanto se deben establecer procedimientos y mecanismos de diálogo con los mismos. El objetivo es mantener un constante flujo de información con aquellos. Sostenible: La empresa debe generar valor social, económico y medioambiental. La RSE es mucho más que realizar actividad de acción social o marketing social. La sostenibilidad es el resultado de la aplicación de la RSE. Global: Afecta a todas las áreas de negocio de la empresa y sus participadas y en todas las áreas geográficas en donde desarrollen su actividad. Transparente: Información y diálogo con los grupos de interés. Es la información plasmada a través de indicadores cualitativos y cuantitativos, que permitan realizar un seguimiento de las actuaciones de la empresa y de sus progresos.


Medible y comunicable: Se deben utilizar indicadores que permitan evaluar el desarrollo de los contenidos y la puesta en marcha de sistemas y procedimientos. Se deben reflejar los avances en una publicación dirigida a todos los grupos de interés que recoja la información estandarizada en las tres vertientes que comprende la RSE. Transversal y estratégica: La gestión de la RSE se debe integrar en todas las áreas/decisiones de la empresa. La RSE es un instrumento estratégico que debe impregnar la política general de negocio. Permite identificar, anticipar, y prevenir los posibles riesgos sociales y medioambientales que se puedan generar a partir de la toma de decisiones, mitigando los aspectos negativos, potenciando los positivos e incorporando anticipadamente los costes que se generen. Innovadora: La Responsabilidad Social de las Empresas es un factor importante no sólo en la gestión empresarial, sino que actúa como palanca de cambio y transformación social positiva. Supone una nueva forma de hacer/entender los negocios que debe incorporarse en la visión de la empresa e integrarse en la estrategia de gestión. Extensiva: Toda la organización debe ser partícipe de los valores que supone la RSE. Verificable: Expertos independientes externos que verifiquen la veracidad de lo dicho con lo realmente hecho. Coherente: la RSE supone adoptar compromisos encuadrados dentro de un plan de acción. Una vez que ese compromiso es firme, se convierte en una obligación, lo que comporta establecer procedimientos adecuados para su consecución. El concepto de consumidor se encuentra recogido en el artículo 1º de la Ley 26/1984, de 19 de julio, General para la Defensa de los Consumidores/as: Son consumidores o usuarios las personas físicas o jurídicas que adquieren, utilizan o disfrutan como destinatarios finales, bienes muebles o inmuebles, productos, servicios, actividades o funciones, cualquiera que sea la naturaleza pública o privada, individual o colectiva de quienes los producen, facilitan, suministran o expiden. Por consumo responsable entendemos: La elección de los productos no sólo en base calidad/precio, sino también en base a la calidad social de los productos mismos y a la conducta de las empresas que nos los ofrecen. Esta afirmación está basada en dos argumentos fundamentales:

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- Que detrás de los productos de consumo se esconden problemas de alcance planetario, de naturaleza social, política y ambiental - Que los consumidores pueden inducir a modificaciones en las conductas de las empresas mediante la elección en su compra, contribuyendo de esta manera a hacer del consumo un motor de justicia social y equilibrio ambiental. Como consumidores, último eslabón del sistema económico, tenemos RESPONSABILIDAD, pero también tenemos PODER. Con nuestra forma de consumir podemos influir en la marcha de la economía y del mundo de una forma directa, el consumo consciente y responsable, orientado al fomento de actividades satisfactorias para la naturaleza y las personas es una gran contribución y un decisivo instrumento de presión frente al mercado. El concepto de CONSUMO RESPONSABLE podría sintetizarse en tres bloques:

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- Consumo ético en el que se introduzcan valores como una variable importante a la hora de consumir. - Consumo ecológico que incluye por este orden, las famosas tres erres: Reducir, Reutilizar y Reciclar, y en el que se incluyen aspectos tan importantes como la agricultura y ganadería ecológica. - Consumo social y solidario en el que hay que incluir con nombre propio los productos de Comercio Justo. El CONSUMO RESPONSABLE trae beneficios de gran alcance para la sociedad: Fomenta la creación de productos y empresas innovadoras a la vez que desalienta a otras que ignoran las consecuencias sociales y ambientales de sus acciones Faculta a los consumidores/as a opinar acerca de los productos que compran y de cómo las empresas conducen sus negocios. Induce a los consumidores, a través del cuestionamiento de determinadas prácticas, a comprar productos ecológicos y a comprar productos de Comercio Justo. La valoración y opinión de los consumidores sobre la Responsabilidad Social de las empresas CECU ha elaborado dos estudios sobre la opinión y valoración de los consumidores sobre la Responsabilidad Social de las empresas en los años 2004 y 2006. Hemos manteni-


do la misma metodología para que la comparación sea posible, aunque han variado la recogida de datos al haberse realizado otros estudios afines. Las conclusiones de los estudios son: 2004 El ciudadano o ciudadana aboga por una mayor transparencia informativa en relación con los aspectos sociales y medioambientales de la empresa; mayor cantidad y fiabilidad de la información transmitida. Los encuestados valoran muy positivamente el papel de las ONG como principales fuentes de información y como entidades que infunden mayor fiabilidad Existe un alto grado de conocimiento sobre conceptos como comercio justo y cultivo ecológico si lo comparamos con el existente en el año 2000 (cuatro años antes en una encuesta de la Comunidad de Madrid con SETEM, IDEAS y ACSUR-Las Segovias) en que sólo un 2% sabía de su existencia. En la actualidad, la demanda es superior a la oferta. La ciudadanía valora negativamente la actuación de la empresa española en relación a las diferentes variables que conforman la RSC, salvo en el aspecto de su relación con los Clientes, Empleados y Derechos Humanos. 2006 El ciudadano o ciudadana evalúa de forma negativa la responsabilidad social de la empresa en España. La valoración global no alcanza el aprobado, aunque asciende ligeramente en relación a 2004 (4,32 frente a 4 en 2004). En cuanto a la valoración del desempeño social y medio ambiental en España, sólo consiguen llegar al aprobado las dimensiones de gestión de clientes y derechos humanos. Las áreas peor valoradas son la dimensión medio ambiental y la acción social. La mayoría de las personas encuestadas no disponen de información para realizar sus compras de forma responsable. No es sorprendente, pues, que evalúen de forma negativa la cantidad de información recibida sobre RSE. Sube ligeramente la valoración de la cantidad recibida de empresas, consecuencia de un mayor esfuerzo de comunicar a la opinión pública la gestión del desempeño social y medio ambiental. Las ONG siguen siendo las fuentes más fiables de información, seguidas de los medios de comunicación. Continúa siendo limitada la implicación de los consumidores en los procesos de compra responsable, ya que es pequeño el porcentaje que reconoce buscar información activamente. Sin embargo, existe un potencial para las marcas responsables que comuniquen eficazmente sus resultados sociales. Los consumidores se muestran dispuestos a tener en cuenta esa información, pero no a invertir tiempo y esfuerzo en buscarla. La notoriedad de los productos éticos (comercio justo y cultivo biológico) sigue cre-

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ciendo, igual que sus ventas: aumenta el porcentaje de ciudadanos que dice haber comprado por lo menos una vez. Se mantiene la posición de los ciudadanos de preferencia por una mayor intervención gubernamental en el fomento de la RSE. Las tres políticas propuestas (ley de transparencia y el uso de cláusulas sociales en las compras públicas) son muy bien valoradas por los encuestados. En relación a la ley que se debería aplicar a la empresa española en los países en vías de desarrollo, un alto porcentaje se decanta por la legislación internacional.

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INMIGRACIÓN, AUTOESTIMA Y CONSUMO Mireya Perea Defensora de derechos Humanos y Refugiada Colombiana

INTRODUCCIÓN: Al tratar este tema tan transversal es necesario definir el término autoestima como la experiencia personal de ser cada persona apta para la vida y para sus requerimientos. La autoestima consiste en nuestra capacidad de pensar y de afrontar los desafíos de la vida; es la confianza en nuestro derecho a ser felices, el sentimiento de ser dignos, de merecer, de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y a gozar de los frutos de nuestros esfuerzos: La autoestima puede ser personal o colectiva. La Autoestima Personal está relacionada con la evaluación positiva o negativa de los atributos personales (tanto privados como interpersonales). Son también los sentimientos de valía personal y de respeto a sí mismo. Una característica de la autoestima personal es el carácter individualista centrada en las autoevaluaciones de la persona acerca de sus atributos personales relacionados con metas, emociones, valores, atractivo etc, evaluada con expresiones como “soy tan bueno como persona como cualquier otro”, o “creo que no puedo hacer nada bien”, “no soporto más esta vida, me marcho”. La autoestima colectiva incorpora elementos de pertenencia a grupos o categorías sociales, la vida de las personas esta relacionada o ligada a la pertenencia a grupos que en gran medida contribuyen a su socialización (familia, grupo de iguales, escuela, trabajo, vecinos etc...) Para evaluar la autoestima colectiva es necesario tener en cuenta los siguientes aspectos: privado (mide el modo en el las personas evalúan por si mismas sus grupos sociales), público(el modo en que las personas creen que otras evalúan sus grupos sociales), identidad (que evalúa el papel de la pertenencia a grupos), pertenencia(el sentimiento de que hasta que punto actúan adecuadamente como miembros de sus grupos sociales). Diversos estudios han demostrado que la autoestima colectiva o alocentrismo se correlaciona positivamente con el apoyo social y con bajos niveles de alineación y anomia, mientras que la autoestima personal o idiocentrismo muestra una correlación positiva con el énfasis en los logros y con la soledad percibida. Las culturas modernas son neoindividualistas, en la medida en que se caracterizan tanto por una independencia como por una distancia emocional respecto al endogrupo, lo que hace que pueda percibirse que un problema de un miembro de su grupo no tiene muchas consecuencias para el propio individuo. Esto trae como consecuencia la desintegración social y la degradación del sentido de lo comunitario, con efectos psicológicos como un idi-

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vidualismo extremo, desarraigo social, y desamparo vital, anonimato, soledad y anomia, alineación y ausencia de sentimientos de reciprocidad, mutualidad y pertenencia social.Todos estos elementos encuentran su especio de reproducción y asentamiento en los inmigrantes que llegan sin familia, sin amigos y sin redes sociales que se insertan en el trabajo y en la producción de capital. Para algunos inmigrantes el consumo es diagnosticado en términos de “escasez”, para algunas mujeres inmigrantes al hablar de consumo se refieren a la manera como los inmigrantes son los recicladores de las cosas usadas que tiran los autóctonos. Las practicas ligadas al consumo de los y las inmigrantes hacen referencia a los pequeños o grandes comercios, (étnicos o no), los préstamos (resueltos bajo diferentes modalidades), los viajes, los espacios de ocio y/o convivencialidad (mercadillos al aire libre, frecuentación de bares o discotecas, pisos compartidos, iglesias etc)

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Las personas inmigrantes se esfuerzan por mantener, proteger y reforzar una imagen positiva de ellas mismas. Así las personas con alta autoestima personal tienden a dejarse influir por un sesgo de auto-enaltecimiento (pensamiento positivos poco realistas acerca del futuro, comparativo (la prosperidad en la tierra prometida) con sus iguales inmigrantes en cuanto a la prosperidad y las posibilidades de mayor consumo que le permita sentirse igual a los autóctonos. Los inmigrantes se evalúan así mismos a partir de los éxitos y fracasos cotidianos, en comparaciones sociales con los demás y en comparaciones con los propios parámetros internos. Una característica común a los propios instrumentos de medida de la autoestima personal en su carácter individualista, centrada en las auto-evaluaciones de la persona acerca de sus atributos (hazañas, conquistas del nuevo espacio social, y la capacidad de hacer amigos) personales tanto en el ámbito privado (espacio laboral, familiar) como en el ámbito interpersonal (aspecto atractivo, reputación o popularidad) esta autoestima trasciende de lo personal a lo social o colectivo. Percepciones del entorno: La primacía de objetivos, necesidades y creencias de las personas inmigrantes Según la experiencia y la práctica que se traiga desde su origen, así se trata de concebir la lucha por el desarrollo personal o social, primando en todo caso los objetivos en términos de bienestar, seguridad y prosperidad tanto del yo como de su entorno más cercano (familia- amigos) Para la persona inmigrante cubrir las necesidades básicas es fundamental y es su objetivo principal. Claro, unido esto a las creencias y a las pautas que la sociedad le ha trazado, pero todo esto bajo la lucha personal con su autoestima idiocéntrico que le permite alimentarse día a día para soportar largas y extenuantes jornadas de trabajo.


Aquí se ha abierto un hueco enorme que a veces no se ve el final pues es tan grande la ansiedad provocada por los mas-media que siempre aparecen necesidades para cubrir y entonces ningún dinero alcanza, y sigue la lucha en la búsqueda de ese bienestar, y por ello se consume hasta la vida misma, se consume el tiempo, se consumen las energías personales, se consume, se consume todo y al final nos damos cuenta que somos depredadores. Individualistas, cada uno consumiendo en la competencia más voraz de lo humanamente inexplicable. Percepciones, entorno y sociedad capitalista consumista: El modelo de consumo actual es resultado de la evolución histórica del sistema de producción capitalista basada en la producción generalizada de mercancías. La sociedad de consumo nace con el advenimiento de la producción de masas fondista y con la puesta en práctica de las políticas Kenyesianes, tras la segunda guerra mundial, que permitieron un aumento del nivel de vida de la clase trabajadora y de los sectores populares, así como su consecuente acceso al consumo de masas. La propia lógica del sistema capitalista genera la creación artificial de necesidades de consumo con el objetivo de mantener un nivel de producción constante, se crea la percepción de que necesitamos más para vivir mejor y aparecen nuevos productos que se convierten en indispensables y que fomentan una cultura del gasto permanente. Se trata de un modelo de producción que se basa en la obsolescencia planificada de los productos y la innovación constante: la vida de los productos es cada vez más corta, a la vez que siempre aparecen otros con nuevas prestaciones. El modelo de consumo vigente convierte las mercancías en personas, mientras que paradójicamente las relaciones entre las personas se mercantilizan y se cosifican. El capitalismo transforma las relaciones entre las personas como si fueran relaciones entre cosas y por otro lado, se personifica a las mercancías. Es así como los productos toman vida más allá de su valor estrictamente material. A la vez que la dinámica del capitalismo neoliberal se basa en la mercantilización de todos los ámbitos de la vida, que pasan a regirse por criterios de mercado, transformando los ciudadanos y las ciudadanas en clientes. Las personas son identificadas como consumidores y clientes sumisos que aceptan las reglas del mercado y se sienten realizados a partir del consumo. Se trata de anular el carácter de ciudadanía crítica, con conciencia política y social, y utilizar el consumo como una vía para la evasión y la alienación. Uno de los instrumentos clave de este modelo de consumo es la publicidad, que estimula permanentemente nuestros sentidos con el objetivo de aumentar las ventas. La publi-

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cidad a menudo a través de la televisión, es quien nos sirve en la mesa lo que tenemos que comer, lo que tenemos que comprar, lo que tenemos que vestir…… y nos crea modelos de consumo con los que nos sentimos identificados y acabamos consumiendo, para “ser aquello que compramos”, compramos un estilo de vida. Pero en este modelo de consumo ¿cual es el papel de las y los inmigrantes? Aparte de contribuir con la natalidad y al crecimiento económico (consumo de móviles por ejemplo, alquiler de vivienda, viajes etc...), consumir y consumir aunque no sea necesario , porque se ha pisado el mundo de la modernidad y porque, para no ser rechazados por la sociedad de bienestar, hay que estar a la moda o en la onda. Si no, se convierte en un imbécil, sobra, no se es viable ni bienvenida en el entorno social. Aunque sea endeudándose tiene que aparentar antes sus iguales con su coche último modelo; si no lo haces demuestras que no eres capaz de conseguir los logros cuando decidiste emprender el vuelo migratorio y es ahí donde sale en sentimiento de rechazo a la frustración o no dejar ver su autoestima personal.

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Conclusión Al plantear la necesidad de un cambio de modelo de consumo es fundamental que partamos de una estrategia de acción colectiva. A menudo se habla del poder del consumidor a título individual, de la estrategia de los boicots a determinados productos, pero hay que tener en cuenta que un cambio en el modelo de consumo implica un cambio estructural que sólo será posible a partir de la organización colectiva. Creando espacios de debate, discusión, de acción colectiva que vaya más allá de las respuestas individuales, a la vez que las propuestas para un consumo responsable, tiene que contextualizarse en un marco más amplio de cambio social. Hay que tener en cuenta que el modelo de consumo, precisamente individualiza al consumidor y es aquí donde tenemos que actuar con las campañas para un consumo alternativo. Es fundamental impulsar iniciativas amplias en alianza con otros movimientos sociales de consumidores, inmigrantes, escolares, amas de casa…… que nos permitan ir definiendo otro modelo de consumo que en otras palabras es cambiar los hábitos de vida cotidiana. Estas campañas deben tener una importante visualización pública y una implicación real de los diferentes colectivos, asociaciones, grupos, etc., que denuncie constantemente el modelo de consumo vigente y proponga alternativas. Aquí el peso de la mujer inmigrante como consumidora, así como las consecuencias que el modelo de consumo tiene en su condición, le otorga un papel central en el cambio de este modelo. Pero esta metamorfosis de mujer compradora a mujer para el cambio solo será posible si somos capaces de realizar un análisis profundo de las consecuencias que tiene para nosotras como mujeres el sistema consumista actual. Somos las mujeres las más utilizadas en la sociedad de consumo por lo tanto somos las mujeres las más llamadas a un cambio de paradigma que ponga fin al sistema capitalista y al sistema patriarcal.


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LOCALIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y COMERCIO DE PROXIMIDAD


LO QUE MANDA LA DEMANDA: REVÉLATE A LOS SUPERS Alvaro Porro CRIC - Centro de Investigación e Información en Consumo

Voy al supermercado, compro cuatro pechugas de pollo envasadas. Pago y me voy a casa. Ese es el último acto de una cadena productiva, la de la carne en este caso, que tiene los rasgos propios de nuestra época: funciona a escala planetaria (globalización), y el control está en muy pocas manos (concentración empresarial). Como consumidor tengo acceso a la “cesta global”: alimentos de origen muy distinto dispersos por todos los puntos de venta del planeta, pero en todos los lugares los mismos o muy parecidos. Según los teóricos del mercado mi forma de consumir lleva la batuta de toda la cadena, pero mis hábitos y preferencias son interpretados y moldeados por las grandes cadenas de supermercados: la gran distribución. Ésta es quien escribe mayormente la partitura que interpreta junto con agricultores, ganaderos, proveedores de insumos6 para ambos e industrias transformadoras. Cuantos menos operadores haya en un mismo eslabón más poder tendrán, ya que constituirán un embudo por el que tanto clientes como proveedores tendrán que pasar.

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Concentración a lo ancho... Se conoce por concentración o integración horizontal el hecho de que haya pocos actores en un mismo eslabón de la cadena productiva, ya sea porque unos han crecido mucho o porque varios se han fusionado o agrupado de alguna forma. La concentración se da especialmente en los eslabones ocupados históricamente por empresas (transformación, distribución), pero también crecientemente entre los tradicionalmente asociados a autónomos (agricultura, ganadería). Por ejemplo, en el caso de los ganaderos, según nos contaba el Ministerio de Agricultura en el 2001: En líneas generales se está produciendo una concentración de la oferta de ganado [..] mediante [..] cooperativas, agrupaciones, o empresas ganaderas cada vez con mayor entidad. [.. En porcino] no existen ganaderías independientes, han desaparecido las explotaciones de pequeño tamaño. [..] Entre aproximadamente la media docena de cooperativas y otras seis empresas industriales, unidas a dos o tres grandes empresarios ganaderos de porcino, controlan más del 80% de la producción porcina nacional. [.. En el vacuno..] se podría estimar que en torno al 40-45% de la producción está controlada por seis/siete empresas ganaderas. Dentro de la industria cárnica, entre las cuatro mayores empresas controlan en torno a un cuarto el mercado. Casi uno de cada dos pollos en España son de las empresas Sada o Coren. Y así en todos los eslabones de la cadena. Especialmente estrechos son los embudos que hay a ambos extremos: los insumos agrícolas y ganaderos y la distribución.


Además de la concentración se está dando también un fenómeno de coordinación. Por ejemplo, Dupont (una de las principales empresas químicas) y Monsanto (la mayor empresa de semillas del mundo) llegaron a un acuerdo de intercambio de tecnologías y abandono de los litigios por patentes, y Monsanto hizo lo mismo con Bayer y Dow Chemical. Danone y Coca-Cola lanzaron juntas un negocio de agua embotellada en EEUU. ...Y a lo alto Cada vez más, una misma empresa tiene actividad en varios eslabones de la cadena, ya sea porque se ha diversificado o porque se ha fusionado; es lo que se llama integración vertical. Por ejemplo, los tres principales grupos empresariales del sector avícola en España (Coren, Guissona y Grupo Sada) tienen fábricas de piensos, granjas, veterinarios, mataderos, salas de despiece y cámaras frigoríficas, fábricas de procesado de la carne, secciones financieras de crédito y en algunos casos incluso tiendas, establecimientos de comida rápida y supermercados en los que venden gran parte de su producción (54% en el caso de Guissona). En el caso de los ganaderos y sus clientes y/o proveedores, la integración toma forma de contrato. Una empresa integradora abastece al ganadero de animales para engordar, pienso, medicamentos, servicio veterinario, combustible, maquinaria, etc., y le recogerá el ganado cuando haya alcanzado el peso deseado. Incluso puede darle créditos para adaptar la granja al manejo intensivo. Por su parte, el ganadero simplemente se limita a controlar el buen funcionamiento de la granja. El precio del ganado cebado lo pone la empresa. Este trato proporciona al ganadero seguridad porque tiene unas ventas aseguradas y además se le resuelven muchas cuestiones logísticas. Pero, por otro lado, el precio de venta es muy ajustado, la dependencia es total y el contrato suele ser muy desequilibrado para ambas partes; por ejemplo, en caso de que haya una caída en la demanda es el ganadero quien absorbe gran parte de los perjuicios. Sin embargo, si quieres estar en el mercado mayoritario tienes que intensificar la producción, y si lo haces tienes pocas posibilidades de sobrevivir sin integrarte, sobretodo en porcino y avícola. En España se estima que un 8085% de los ganaderos de porcino, un 95-98% de los de avícola y un 40-45% de los de bovino están integrados. También se da la coordinación vertical. Por ejemplo, Monsanto y Cargill (ver el recuadro) han formado una joint venture (proyecto empresarial conjunto) que se ofrece como empresa integradora a agricultores de soja o maíz y a ganaderos. O por ejemplo, una granja de pollos, una empresa que fabrica un plato precocinado y una gran superficie pueden trabajar coordinadamente para ofrecer al consumidor un producto que satisfaga los deseos de la gran superficie. Puesto que es ahí donde está la mesa de mandos de la cadena. Lo que manda la demanda En las últimas décadas, la cadena agroalimentaria ha pasado a ser lo que en Economía se llama un modelo de demanda: su funcionamiento viene determinado por las caracterís-

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ticas y cambios de la demanda. Pero la demanda en este caso no son directamente los consumidores/as, sino el eslabón anterior: la distribución. Ésta interpreta nuestras preferencias y las transmite con mucha efectividad hacia atrás en la cadena. En este eslabón la concentración es muy grande, y va creciendo: desde el departamento de compras de 7 empresas se gestiona la demanda del 75,5% de la alimentación en España. Esas pocas empresas forman la gran distribución, y en sus supermercados e hipermercados compramos el 60% de la carne fresca y el 75% de los productos elaborados.

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Esta gran cuota de mercado, es decir, el hecho de vender a tanta gente, les da mucho poder: los productores ven en ella una puerta de acceso a muchos consumidores. Ahora bien, ser proveedor suyo también implica asumir una serie de condiciones: hay que producir mucho volumen y muy regularmente (las estaciones no existen), los productos tienen que ser muy homogéneos dentro de cada lote y a lo largo del tiempo, te tienes que amoldar a unos requisitos de logística, vas a cobrar al cabo de unos meses...Y tanto esas condiciones como los precios vienen dadas por el comprador y pueden cambiar en cualquier momento de forma unilateral. Cuanto más pequeño seas, más poder tiene la gran distribución para imponer condiciones: en general paga precios más bajos a proveedores más pequeños. Este tipo de relación comercial tan asimétrica hace que quienes abastecen a la gran distribución sean proveedores de tamaño grande y con un modelo de producción muy industrializado. En el caso de la carne serán mayoristas de tamaño medio-alto y empresas integradoras, que como hemos visto impondrán a su vez condiciones del mismo tipo a los ganaderos, que por lo tanto también tendrán que ser grandes y de producción intensiva. Pasar o no pasar por el embudo, ésta es la cuestión La expansión de la ganadería intensiva, pues, no es un fenómeno aislado sino un aspecto más de un modelo agroalimentario gobernado desde los embudos o cuellos de botella que genera la concentración empresarial. En la ilustración podemos ver algunas muestras de la magnitud del poder que se ostenta desde esos embudos. El devenir de nuestras sociedades (en este caso cómo nos alimentamos, cómo se desarrolla el mundo rural, qué valores presiden las relaciones económicas...) está mayormente coloreado por la paleta de ese modelo, mientras que otras formas diferentes de producción, comercialización y consumo tienen una repercusión infinitamente menor, y su supervivencia es ardua y difícil. La pregunta más inmediata es, quizás, hasta cuándo queremos que sea la gran distribución y su coordinación en cascada la que “interprete nuestras” preferencias y moldee el mundo en nuestro nombre. Existen otras opciones que nos permiten tener un papel más activo y consciente sobre el alimento y el mundo que queremos. Podemos escoger no pasar por el embudo. http://www.supermercatsnogracies.org/es/


NOTAS 19 Semillas, sémen, piensos, fármacos…

20 MAPA: Sector cárnico español. Abril 2001. 21 Diario El País, 30 enero 2005.

22 Ver la sección Vínculos en el nº 12 de Opcions. 23 www.renessen.com

24 ver un extenso estudio sobre comercios de alimentación en el nº 12 de Opcions.

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NUEVAS RELACIONES ENTRE CONSUMIDORES Y PRODUCTORES, UN COMERCIO JUSTO TAMBIÉN EN NUESTRO ENTORNO Mikel Kormenzana EHNE - Euskal Herriko Nekazarien Elkartea

¿Qué es la soberanía alimentaria? El concepto de soberanía alimentaria fue acuñado por la Vía Campesina (coordinadora mundial de organizaciones campesinas de todos los continentes) en 1992. Considerando que el 50% de la población mundial es rural, y que 1/3 de la población mundial (2.000.000.000 de personas) padece carencias alimentarias, puede perfectamente definirse como el derecho de los pueblos de impedir que sus mercados se vean inundados por productos excedentarios de otros países que los vuelcan al mercado internacional mediante la práctica del “dumping” (venta por debajo de los costos de producción), arruinando la agricultura local.

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Mikel Kormenzana

Nación como contrapunto al concepto de seguridad alimentaria, acuñado por las Naciones Unidas y apoyado por el mundo occidental. Pero la seguridad alimentaria no decía que la población tiene derecho a comer alimentos acordes con su cultura, y por supuesto no decía nada sobre el origen de los alimentos que deben sustentar la seguridad alimentaria. De esta manera, los mismos excedentes que revientan los mercados locales con sus bajos precios pueden ser utilizados como ayuda humanitaria, en aras de la seguridad alimentaria y de limpiar conciencias en el mundo occidental.

En definitiva, la soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a decidir sus políticas agroalimentarias, hasta qué punto quieren ser autosuficientes, a preservar su cultura agraria, su cultura culinaria, a utilizar las mismas semillas que han utilizado durante milenios sin tener que pagar por ellas a ninguna corporación del agro negocio. El acceso a los mercados internacionales no es una solución para los campesinos. El problema de los campesinos es antes que nada la falta de acceso a sus propios mercados locales por unos precios demasiado bajos para sus productos y el dumping a través de la importación que deben enfrentar. El acceso a los mercados internacionales afecta sólo al 10% de


la producción mundial; está controlada por unas empresas transnacionales y por las más grandes empresas agroindustriales. El ejemplo de los productos tropicales (café, plátanos...) lo ilustra claramente: benefician un acceso casi libre a los países del Norte y a pesar de eso los campesinos y campesinas del Sur no pueden mejorar su situación. ¿Qué es y qué implica la globalización alimentaria? La globalización alimentaria tiene por objeto homogeneizar los hábitos alimenticios de la población mundial, pasar por alto todos los elementos que diferencian a las culturas, empezando por la alimentación. La globalización económica, promovida y controlada por las grandes corporaciones multinacionales, está dirigida a incorporar al mercado económico todos y cada uno de los elementos de la vida, todo se puede vender y todo se puede comprar, incluso la alimentación. La búsqueda del máximo beneficio hace que se prioricen tan sólo las variedades más productivas rechazando todo el resto de variedades locales.Valga el siguiente ejemplo: en la India solamente 10 variedades de arroz pronto cubrirán las tres cuartas partes de la superficie arrocera total, donde antes se cultivaban más de 30.000 variedades diferentes. Las nuevas variedades, más “productivas” y propiedad de corporaciones del agro negocio, dependen de sustancias químicas (pesticidas, plaguicidas, fertilizantes) que también son propiedad de las mismas corporaciones del agro negocio. En definitiva, con innovaciones de este tipo, anunciadas cada vez más como la solución para la agricultura, aumenta la dependencia de las campesinas y el poder de las corporaciones. Ahora, con las campañas de gobiernos e instituciones varias a favor del uso de Organismos Genéticamente Modificados se pretende aumentar esta dependencia aún más. La “solidaridad” internacional Las cifras situadas anteriormente sonrojan incluso a aquellos que tienen el cuero más curtido. Por eso los gobiernos occidentales firman acuerdos ( vacíos de contenido) para reducir el hambre en el mundo en nombre de la solidaridad internacional, mientras por el otro lado manipulan las reglas del comercio en beneficio de las empresas multinacionales. Pero lo cierto es que ninguno de estos acuerdos ha conseguido reducir el hambre y la pobreza en el mundo. Al contrario, cada año que pasa 4.000.000 de personas más pasan a engrosar las listas de pobreza. Es evidente que las medidas tomadas hasta ahora son más bien contraproducentes y que la alternativa está, como dice la Vía campesina, en la soberanía alimentaria: “”la única solución duradera para eliminar el hambre y reducir la pobreza es a través del desarrollo agro-económico local. Una forma de lograr dicho desarrollo en las áreas rurales es crear circuitos locales de producción y consumo, donde las familias campesinas vendan sus productos y compren lo indispensable en poblaciones locales. El dinero cir-

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cula varias veces dentro de lo local, generando empleo en los pueblos y permitiendo al campesinado ganarse la vida. Por el contrario, si todo lo que las familias campesinas producen es exportado, con precios del mercado internacional (precios bajos), y si la mayor parte de lo que compran es importado (a precios altos), todas las ganancias del sistema son extraídas de la economía local y contribuyen sólo al desarrollo de la economía de las 10 empresas que dominan el mercado agroalimentario”. La soberanía alimentaria en Euskal Herria. Para alcanzar la soberanía alimentaria, nuestro país se enfrenta a diversos problemas, como son: Una parte importante de su población agraria no tiene libre acceso a la tierra agraria suficiente para reducir insumos importados en sus explotaciones, insumos que crean dependencias y producciones agrarias intensivas. Existe una enorme dependencia en alimentos ganaderos importados, particularmente de la soja, lo cual tiene, a la vez, implicaciones negativas para conseguir piensos libres de transgénicos. 78

La agricultura vasca ha evolucionado hacía un modelo de gran empleo de productos químicos y tecnologías no controladas por la población agraria en muchos sectores. La creciente ocupación de tierras agrarias por plantaciones forestales, infraestructuras, urbanizaciones, etc., disminuye la posibilidad de explotaciones ambientalmente sustentables y económicamente menos dependientes. Hay una creciente concentración de intereses económicos alrededor de la preparación y procesamiento de materias primas agrarias en alimentos, como son el cierre y concentración de los mataderos. Existe, igualmente, una creciente concentración de la venta de alimentos en grandes superficies, anulando cualquier contacto directo entre población agraria y consumidora local. Hay una progresiva pérdida de conocimientos para la producción propia y consumo de alimentos. Frecuentemente han sido y son las ayudas agrarias las que deciden qué se produce y no las características agronómicas de una tierra ni las necesidades alimentarías locales. Las opciones de la población agraria de muchos sectores de producción agro-pecuaria vasca están limitadas por las políticas agrarias, de propiedad intelectual y comerciales de la PAC y la OMC.


¿Cuál es nuestro papel en todo esto? Campesinas las hay en todo el mundo, no sólo en los países empobrecidos. Una campesina hace su trabajo con respeto por la Naturaleza, el medio ambiente que sostiene todas las actividades humanas. Por eso sabe que en invierno hay que preparar la tierra para la primavera, sabe que es mejor no cultivar la misma especie siempre en la misma parcela y que lo que le sobra a los animales y a la tierra les viene muy bien, porque aplicando estiércol a finales de invierno las plantas en verano crecen mejor.Y sabe muchas cosas más, que son las que han permitido al ser humano ser sedentario, instalarse en un lugar y crear una sociedad. Todo eso lo sabe porque se lo enseñaron sus mayores, que a su vez aprendieron de sus antecesores. La OMC, El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional pretenden mercantilizar estos conocimientos y ponerlos en manos de las corporaciones del agro negocio, por eso la soberanía alimentaría es una necesidad inexcusable si realmente se pretende lograr un mundo justo socialmente.Y lo mejor de la soberanía alimentaria es que en este caso no vale el “pero yo no tengo poder, no puedo hacer nada”. En una sociedad enfocada descaradamente al consumo, como la nuestra, la persona consumidora (todas las personas que integran nuestra sociedad, por definición) tiene la clave en su mano, partiendo de que el consumo es (debe ser) un acto consciente, nosotras elegimos qué compramos y qué no. Si nuestra sociedad, enriquecida y con poder adquisitivo, no es soberana en lo que a alimentación se refiere, pero aún así el hambre no es una realidad de la vida diaria, significa que otras sociedades empobrecidas tampoco son soberanas, porque están produciendo nuestro alimento. Lo grave es que en estas sociedades empobrecidas la población enferma y muere por no poder alimentarse. La forma de alcanzar la soberanía alimentaria es potenciar el consumo local, de cercanía. Ese es el mercado alimenticio que predominaba no hace tanto tiempo, cuando las plazas del mercado se llenaban cada semana, cada día; cuando todavía gran parte de la población nunca había pisado un centro comercial. Es incorporar la idea de comercio justo también entre nosotras y nosotros. Las alianzas entre personas campesinas y personas consumidoras son la clave: crear grupos en nuestras comunidades que se unan para consumir productos locales, de temporada, culturalmente adecuados y nutricionalmente beneficiosos. De esta manera, nos aseguramos que estamos consumiendo salud a la vez que potenciamos la agricultura local. En la medida en la que nosotras caminamos hacia la soberanía alimentaria permitimos que los países empobrecidos también lo hagan.

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EL PAPEL DEL COMERCIO TRADICIONAL EN UNA PRODUCCIÓN LOCAL Angel Alava Albizu Presidente de la Federación Alavesa de Comercios y Servicios

No voy a centrar la ponencia en variables sociales, medioambientales, laborales, ni económicas (reparto de la riqueza), etc..Y sí en términos de Oportunidad, de visión de futuro. La ponencia la divido en tres partes: 1. El Consumidor 2. El Comercio 3. Propuestas de Futuro La persona consumidora La ponencia la baso en datos objetivos extraídos del informe anual del M.A.P.A., para centrar la idea o conclusión final. A modo de ejemplo se pueden destacar los siguientes datos: 80

El 73% del consumo de alimentación se realiza desde los hogares, 2,5% desde las instituciones y el 23,80% desde la hostelería. Los principales productos de la cesta de la compra son; 21,40% Carne, 13,40% Frutas y Hortalizas, 13,30% Pesca, 10,70% leche y derivados, 6,20% pan y en menor medida otros productos como; vino, bollería, aceite, etc… El formato de distribución donde compran la alimentación los hogares son: 44.60% compra en los súper, 29,60% en la tienda tradicional, 16,10% en los hiper, y el 9,60% en el resto. Si nos centramos dónde compran los consumidores la alimentación fresca, los datos cambian considerablemente; 39,30% en la tienda tradicional, 38% en los súper, 12,40% en los hiper y 10,30% en el resto. Si todavía desagregamos por tipo de alimentación fresca, y nos centramos en la carne de vacuno que es el producto con el que estamos trabajando en Alava para crear una relación diferente entre Productor y Comercializador, los datos son totalmente diferentes; 49,80% compra en las tiendas tradicionales, 29,50% en los súper, 12,80% en los hiper y 9,80% en el resto. Es importante observar cómo en la compra de determinados productos, el consumidor apuesta por el formato tradicional, sobre todo en productos donde busca más garantías.


Analizando las razones de compra de los consumidores, destacan los siguientes aspectos: Saludable y sano 34,80% Rápido de preparar 33,40% Por costumbre 26,90% Por placer 18,50 % Cómodo de Preparar 16,80% En la gráfica siguiente podemos observar cómo evoluciona el consumo en los últimos cuarenta años:

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Es evidente que Estamos avanzando en la pirámide de Maslow, pasando de nivel y desviando parte importante de nuestros recursos a todo lo relacionado con el Ocio, con el status Social, junto a la versión moderna de la esclavitud, que es comprar una vivienda. El comercio De un tiempo a esta parte, cinco años para ser exactos, se produce en Álava un punto de inflexión en cuanto a comercio se refiere. Hace cinco años que nos toca la globalización de una manera más directa, con la implantación del parque comercial “Gorbeia” y el “Boulevard” posteriormente. Álava, seguramente por volumen, es una de las provincias donde más tarde se han implantado este tipo de formato, facilitándonos al comercio tradicional la respuesta a este fenómeno. Son muchos los ejemplos de ciudades donde podemos inspirarnos para desarrollar estrategias y herramientas para seguir desarrollando nuestra actividad.


Estamos convencidos que el formato tradicional tiene espacio en este nuevo marco, también apostamos por el equilibrio entre formatos y por buscar la complementariedad que existe entre formatos, es ahí donde el comercio se debería especializarse, salirse de la manada para ser diferente y tener atractivo para el consumidor. Para un nuevo consumidor que ha evolucionado considerablemente en los últimos años, el cambio considerable de la oferta ha desencadenado un cambio importante del consumidor. El consumidor se ha adaptado perfectamente a la nueva oferta, segmentando y seleccionando qué tipo de compra y en qué tipo de establecimiento realizar, apareciendo un tipo de consumidor mixto, que puede realizar compras tanto en el comercio tradicional como en las grandes superficies. Es ahí donde el comercio tradicional deberíamos trabajar. Debemos especializar nuestros comercios, para poder ofrecer algo diferente al consumidor.

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Es aquí donde vemos una especialización; en el producto local. Las grandes superficies, también utilizan este producto local, pero estamos convencidos que solamente como imagen. Propuestas de futuro Cuando hablo de especializar nuestros comercios con producto local, no me refiero a la vinculación conocida hasta ahora entre productor y comercializador. Creo importante dar un paso más, de unir las necesidades de los dos colectivos, de reflexionar, de crear estrategias, para poder ocupar un espacio en el mercado que a nuestro entender no debería ocuparlo las grandes superficies. Es un espacio o nicho de mercado claramente del comercio tradicional y de los productores. También hay que destacar que este modelo de colaboración no vale para todos los comercios y seguramente que tampoco para todos los productores. Es un modelo válido para una parte. Para una parte comprometida, que realmente sienta que este modelo es el suyo y que lo defienda, solamente así, esta colaboración puede ver la luz y tener continuidad en el tiempo. En Álava estamos trabajando conjuntamente entre todo el sector en un proyecto que denominamos “Haragi Artean”. Este proyecto ha sido consecuencia del cierre del Matadero Municipal de Vitoria en el año 2.005. El año pasado se creo una sociedad entre: UAGA (Unión de Agricultores y


Ganaderos de Álava), ASELCAR (Asociación de Carnicerías Selectas de Álava) y los entradores o comercializadores que operaban en el anterior matadero. Dos son los objetivos principales de esta nueva sociedad: - Promover la construcción de un nuevo matadero en Álava, dimensionado para una demanda actual. - Promover nuevos modelos de producción y comercialización para el producto producido en Álava. La consecución del primer objetivo está bastante avanzado, se ha creado un proyecto y un plan de viabilidad, teniendo bastantes posibilidades de que se haga realidad. Con respecto al segundo objetivo, estamos trabajando en un proyecto denominado “Consume con Sentido”, organizado por diferentes asociaciones; “Fundación Paz y Solidaridad”, “Setem Hego Haizea”, y “Mugarik Gabe”, y con la participación de diferentes agentes interesados además de los que formamos Haragi Artean;“Unión de Consumidores de Álava”, “Slow Food”, “Federación de Comercio de Álava”. El objetivo de este proyecto es potenciar la relación entre productores y comercializadores, generando productos diferentes y que éstos sean diferenciados en nuestros mercados. Espero que este trabajo sea un éxito y que actúe como modelo para el desarrollo de más experiencias de este tipo.

Angel Alava y Alvaro Porro

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TALLERES A. VIVIR

MEJOR CON MENOS. IDEAS PRÁCTICAS PARA UN CONSUMO MÁS CONSCIENTE

Toni Lodeiro Sumendi

En grupo se compartieron pequeñas y grandes ideas prácticas que nos ayudan a vivir de manera más agradable y saludable, a la vez que mejoramos nuestro entorno. Se analizaron las dificultades que nos encontramos cuando intentamos aplicar estas ideas en nuestra vida cotidiana y las claves que nos ayudan a superarlas con alegría, haciendo una revisión crítica del modelo oficial de consumo y también de propuestas alternativas.

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- Intenta consumir menos como idea fundamental, procurar liberarnos de necesidades y trabajar para vivir y no vivir para trabajar. - Intenta que tú trabajo sea algo que nos guste, en lo que creamos. - Transporte: mejor a pie, en bici, en tren, en autobús... En caso de utilizar el coche, procura compartirlo. Lo más contaminante: el avión (¡qué miedo los vuelos baratos!). - Evita envases innecesarios y materias contaminantes como corcho blanco, tetrabrik, plástico, latas... Mejor comprar a granel, utilizar carro de la compra, bolsas de tela, envases retornables... - Procura consumir productos de temporada y producidos en nuestro entorno más cercano. - Apoya al pequeño comercio y a las tiendas de barrio: promueven las relaciones humanas, favorecen la economía local y la riqueza repartida... - Evita multinacionale$, hiperm€rcado$, grandes cadenas...: acumulan poder y riqueza, contaminan promoviendo el consumo excesivo y despilfarrando en publicidad... - Ahorra energía: apaga las luces y cierra bien los grifos cuando no se utilicen, usa bombillas de bajo consumo, pilas recargables, abrigarte y/o aisla bien la casa antes que abusar de la calefacción... - Consume productos producidos ecológicamente, de segunda mano, del comercio justo... - Elige productos o servicios que respetan nuestra cultura y la diversidad cultural, así como evitar aquellos que fomentan valores sexistas, violentos... - Huerta, yogur, jabón, dulces, conservas, biodiesel, licores, vino, cerveza... Hay muchas cosas que se pueden hacer de manera casera. - En salud, mejo cuídarte (sin obsesionarte con la salud) que depender de médicos (seamos críticos con lo oficial y lo alternativo) y medicamentos (preferir los genéricos. Cuida las relaciones y lo emocional, descansar lo suficiente, ejercicio moderado y alimentación saludable son buenas claves. Conoce alternativas: bioconstrucción, energías renovables, banca/inversión ética, software libre, eco aldeas y vida comunitaria... Y se crítica con la publicidad y la información (con la “alternativa” también)


El consumo consciente nos sirve para cubrir nuestras necesidades y no las que nos genera la publicidad. Es una liberación y produce satisfacción. Si caemos en culpas, perfeccionismos, algo no va bien. Para poder consumir responsablemente necesitamos esfuerzos grupales organizados que promuevan cambios culturales, legales, políticos, educativos...

B. CRITERIOS Y HERRAMIENTAS PARA REDUCIR EL IMPACTO AMBIENTAL DEL COMERCIO Alfonso del Val

El objetivo de las empresas es la generación de beneficios crecientes. El prestigio es lo que mueve a las empresas a adquirir sellos de calidad, ya que este tipo de sellos es lo que les deja mayores rendimientos comerciales. Los sellos de calidad responden a una certificación vertical, en el cual la persona consumidora confía, pero desconoce el ciclo de vida del producto. Los productores y comercios funcionan por imitación de lo que tiene éxito comercial. Para lograr la adhesión de los comercios a campañas de consumo sostenible y responsable es importante que vean que: - La reducción y el reciclaje es una herramienta de ahorro para productores, comercios y consumidores. - Estratégicamente es importante ser pioneros en este tipo de iniciativas y convertirse en referentes de buenas prácticas - Vean que van a ganar más con la nueva apuesta El papel de los comercios debería ser: - Saber lo que se está vendiendo. - Ayudar a reducir el consumo superfluo. - Ayudar a rechazar los envases de usar y tirar. - Promocionar los envases de retorno. - Generar modelos participativos adaptados a las necesidades sociales. - Ofrecer servicios asequibles de disfrute y uso de productos, que ayuden a sustituir el valor de apropiación de productos. Bibliografía: “Guía para un consumo más responsable” Alfonso del Val

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C. ¿ES FÁCIL SER UN CONSUMIDOR RESPONSABLE? CINCO CASOS PRÁCTICOS PARA PASAR DE LA TEORÍA

A LA PRÁCTICA

Diego Chueca Fundación ECODES

En grupos, a cada uno se les enfrentó a la decisión de compra sobre un producto: café, arroz, pasta y de limpieza. Para los distintos productos había opciones entre una gran marca internacional, una marca blanca, con sello ecológico y con sello de comercio justo. Dentro de los grupos había inclinación hacia los productos de comercio justo, ecológico y de producción local. En el caso del café se escogió uno ecológico de comercio justo. Surgió debate sobre la venta de productos de comercio justo en las grandes superficies, pues algunas personas se pronunciaron en contra, debido a las condiciones laborales de sus trabajadoras y trabajadores, el poder creciente de las grandes cadenas, publicidad, etc. Otras personas participantes señalaron que para muchas personas es inviable no comprar en supermercados por cuestión de precios y que la venta de productos de comercio justo en las grandes superficies es un “mal menor”, que hay que aceptar con el fin de incentivar y ampliar la venta de este tipo de productos. 86

En el caso del arroz, el grupo escogió uno de producción local ecológica. Sin embargo su cultivo, en la cuenca del Ebro tiene un impacto nocivo para dicho ecosistema, que ecologistas de la zona llevan tiempo denunciando. Se pudo concluir que consumir de forma responsable es un asunto realmente complejo, pues carecemos muchas veces de la información necesaria para realizar la opción más beneficiosa social y medioambientalmente.

Analizando productos en el taller de Diego Chueca


D. MIGRACIÓN

Y AUTOESTIMA

Mireya Perea Colectivo de Refugiados Colombianos BACHUÉ En grupo se analizaron varios casos para reflexionar sobre cómo viven las personas del relato y qué necesidades tienen. Uno de los casos fue el de dos jóvenes turistas visitan la Selva de Peten y las famosas pirámides mayas en Tikal. Han viajado en avión, se han hospedado en un caro hotel, tienen tarjeta de crédito, visten ropa y calzado de marca, portan cámara fotográfica y de video. Al escuchar los gritos de los monos encaramados en los árboles cercanos comentan que están tristes porque no tienen un centro comercial donde ir a comprar.

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Mireya Perea charla con asistentes a su taller

En otro caso, una familia con cinco hijas e hijos. El padre pierde el empleo municipal por corrupción y alcoholismo. La madre logra ese puesto y distribuye el salario para atender las necesidades primarias del hogar de alimento, educación pública, vestido. Al principio todo va bien, pero posteriormente se endeuda para dar educación privada a sus hijas e hijos, comprar ropa de marca, transporte privado, celebraciones, etc. En el trabajo se descubre que ella ha cometido un fraude y pierde el empleo. Agobiada por las deudas, la familia, con las hijas e hijos ya mayores, decide que estos vayan a España a alcanzar sus sueños. Cuando las hijas e hijos llegan no tienen una situación regularizada para obtener trabajo. La madre, por teléfono, les demanda que envíen dinero para pagar las deudas. Al cabo de cinco años, han logrado regularizar su situación, se han casado, tienen hijas e hijos, no han estudiado, tienen trabajo, piso en alquiler, un coche último modelo a crédito. En grupo se trabajó qué papel cumplen los medios de comunicación u otros canales de información en sus decisiones, qué aportan estas personas a la sociedad, a la naturaleza, al ecosistema, es necesario emigrar para encontrar la felicidad, qué logros han conseguido con el proyecto migratorio, por qué se ha entrado en la rueda de consumo, conocemos perso-


nas con estos funcionamientos, qué valores, percepción del mundo, autoestima, ética tienen los personajes, con qué aspectos y sectores tiene que ver el consumo. Se reflexionó sobre la asociación del poder adquisitivo al éxito y el consumismo en la configuración de determinados roles dentro de la población inmigrada.

E. ¿QUÉ ES COMER “SANO”? CRITERIOS

PARA MANEJARNOS ANTE EL VENDAVAL DE INFORMACIONES

Toni Lodeiro SUMENDI Asociación por la autogestión de la salud

En grupo se construyó la pirámide de alimentos, de abajo a arriban en importancia y se debatió sobre algunos mitos sobre de las cualidades de productos típicos en nuestra alimentación.

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- Semanalmente variedad y cantidad suficiente de los grupos saludables, sin complementos ni alimentos exóticos. - Grasas monoinsaturadas cada día, procedentes del aceite de oliva, frutos secos, aceitunas, aguacate, pescado. Moderar las polinsaturadas de aceites de girasol, maíz, palma, coco, quesos, mantequillas, margarinas (transgénicas), embutidos. - Es bueno una ración diaria de frutas y hortalizas crudas en ensalada, para preservar vitaminas que se destruyen con el calor. Algunos sustancias protectoras del organismo como betacareno, licopeno,... se asimilan mejor al cocinar los alimentos. - Los cereales y sus derivados, (pan, pastas, mueslis,...) que sean integrales y de producción ecológica, para conservar todos sus nutrientes. - Leche, a poder ser fermentada como el yogur y el kéfir, cada día. Los otros lácteos (bio, l-cassey...) no son mejores y sí más caros. - El huevo es un alimento injustamente criticado. Es nutritivo, barato y saludable. No aumenta el colesterol malo. - Salud y placer no tienen que estar reñidas. Algunas bebidas con alcohol, vino, cerveza, etc., y excitantes como café, té, cacao, consumidas moderadamente, aportan antioxidantes u otras propiedades.


- No abuses de azúcares, sal, y alcohol. - Evita los pescados grandes, ya que acumulan altas cantidades de mercurio al depredar otros pescados menores que lo han ingerido previamente. - Cocina al vapor, olla a presión, horno y plancha, conserva mejor os nutrientes. Evita frituras, ahumado y tostado. - Las proteínas y nutrientes se absorben mejor combinadas con carbohidratos, reduciendo el índice glucémico de estos. - Nuestra alimentación es algo que solemos sacrificar a la hora de hacer la compra, cuando deberíamos preocuparnos por ella. Por otro lado, no hay que obsesionarse con comer sano, sino conocer y cuidar lo que comemos y, sobre todo, disfrutar de ello. Bibliografía: “La despensa de Hipócrates. Los poderes curativos de los alimentos” 2004 Antonio Palomar. “Nutrición para educadores” 1995 José Mataix y Emilia Carazo.

F. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL Y AMBIENTAL DE LAS EMPRESAS: CRITERIOS PARA UN CONSUMO RESPONSABLE

David Comet IDEAS Iniciativas de Economías Alternativas y Solidarias Se lanzó la pregunta ¿Qué es compra responsable? para que las y los participantes aportaran sus ideas generales. Una vez hecha la definición, se reflexionó sobre algunos de los impactos sociales, ambientales y laborales que provoca nuestro consumo diario, centrándolo en el consumo del pequeño y mediano comercio. Se formaron tres grupos de trabajo donde se concretaron propuestas viables desde nuestro consumo. Finalmente se expuso la experiencia del Comercio Justo, como un sistema alternativo, responsable y solidario de comercio que da coherencia a nuestro consumo.

G. GASTO MENOS PRACTICANDO UN CONSUMO CONSCIENTE

Carlos Javier Lopez CRIC Centro de Investigación e Información sobre Consumo Partiendo de los sectores de consumo que preocupaban a las y los participantes (transporte, vivienda, trabajo, consumismo creciente) se ahondó en las causas: estructurales políticas y económicas y la desigualdad en el acceso a los recursos. Se propuso reflexionar y trabajar sobre el cambio de actitudes y hábitos desde lo que cada persona hace día a día. El ritmo de vida empuja a una dependencia y consumo creciente, aunque se vio gratificante ser consciente y coherente con los propios valores. El CRIC presentó una gráfica donde figuraba el nivel de satisfacción de la población en función del sueldo. Según este estudio la gente más feliz es la gente que tiene cubiertas las necesidades básicas y nada más. En cuanto se sobrepasa ese límite de ingresos hay más insa-

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tisfacción, podríamos decir que cuanto más tienes más quieres. Por ello el consumo consciente es liberador de la sociedad de consumo y relaciona la vivencia personal con las problemáticas colectivas. Se lanzó la pregunta si los productos ecológicos son más caros que los convencionales. En un primer momento todo el mundo contestó que sí. Se ahondó en los costes de la producción convencional, fitosanitarios, gran maquinaria y energía fósil, problemas sanitarios de personas trabajadoras por intoxicaciones, sobreexplotación y agotamiento de los suelos, etc. Los productos baratos salen caros. A modo de conclusión se vio que el consumo consciente es algo más que hábitos concretos de reciclaje y reutilización, que no conlleva gastar más comprando determinadas marcas y sellos alternativos. Se trata de un cambio en nuestros valores y filosofía de vida, donde los procesos individuales refuerzan cambios colectivos. Podemos satisfacer muchas de nuestras necesidades sin hacer consumos y generando alternativas sociales.

H. BANCO 90

DEL TIEMPO, OPCIÓN TRUEQUE

Feli Angulo Banco del tiempo “Caminando por las estrellas” Siguiendo la iniciativa de otras ciudades, en Vitoria el Banco del Tiempo se crea en el 2004. Poco a poco se fueron sumando más personas para llegar a 130 socios y socias en la actualidad. Este crecimiento se ha debido principalmente a la difusión realizada a través de los medios de comunicación (radio, prensa, televisión) así como el boca a boca a través de los servicios que se ofrecen como son por ejemplo los talleres.

Aintzane Pomposo explica qué es el Banco del tiempo

A través de las preguntas ¿Qué puedes hacer tú por mí? ¿Qué puedo hacer yo por ti? se realizó un ejercicio práctico de intercambio entre las diferentes personas participantes en el taller. De esta manera se intercambiaron actividades de reflexología, maquillaje, corte pelo, creación de abalorios, práctica de euskara, galletas y té preparados en casa, etc., poniendo finalmente en común la experiencia de las y los participantes.


ALGUNAS DE LAS VALORACIONES Y SUGERENCIAS DE PARTICIPANTES Yo no tenía mucha experiencia en el mundo del consumo y para mi ha sido descubrir ciertas cosas sobre las posibilidades de consumir mejor, sin salirte de tu ámbito social o tu entorno para optimizar recursos. Ha sido muy interesante porque lo han hecho de forma muy amena y nos han enseñado con cosas muy prácticas como artículos que tenemos de cualquier productor que esté cerca de nosotros. Me parece que es una iniciativa interesante sobre todo para ver que hay gente interesada en el tema y en crear alternativas de consumo consciente y responsable. Me ha gustado que ha estado representado el sector de la producción, sector comercio y sector de organizaciones sociales, junto con el sector de los consumidores. El seminario me ha parecido muy interesante, muy bien organizado. Los temas que han tratado son de actualidad. Ha habido de todo, a veces ocurre que dentro de la misma charla hay elementos muy críticos, valientes y valiosos pero también otros simplistas y demagógicos.

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La complejidad e importancia del consumo consciente. Conocí otros sectores además del mío de consumidor que están involucrados. Me gustó que hubiera animación en los descansos de las mañanas y que hubiera puestas en común al final de las tardes. Me ha gustado lo de las ponencias por la mañana y por la tarde talleres. Ha estado muy bien organizado, en todo momento ha habido personal para resolver dudas. Se han respetado horarios. La organización, el mimo y el cuidado a las/los que vinimos a dar talleres o charlas, ejemplares, de verdad. Habría hecho algún acto en horario no laboral y más divulgativo generalista para aprovechar la difusión, abierto a gente que no participaba en el seminario por horarios. Creo que hemos recibido mucha información y después de una sensación de desesperanza, luego se han planteado algunas alternativas. 92

Es posible el acuerdo productores, comerciantes y ciudadanos consumidores. Que se haya suspendido uno de los talleres me ha desagradado un poco. Aunque el taller al que me he incorporado me ha gustado mucho. Por cierto escoger taller no es fácil. El programa era demasiado denso, por la mañana yo haría sólo los paneles y algún acto en plan presentación de iniciativas de Vitoria. Dedicar un espacio central del seminario, en gran grupo, a contar quien soy, de donde vengo, que me preocupa, que estoy haciendo con relación a este tema, que dudas tengo…, para conocernos mejor. Para las comidas buscaría una manera de comer todos juntos a un precio asequible. Romper un poco con la densidad intelectual y a mitad de mañana, dedicar medio descanso a hacer un juego o algo que nos haga movernos, chillar o reír. Me gustaría que hubiera un próximo y me invitaran a venir otra vez.



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