Este conmovedor libro es un clásico de la pedagogía y de la sociología italiana de mediados del siglo XX. Escrito con rabia, pero sobre todo con dolor por chicos que habían vivido en su propia carne la injusticia de una escuela clasista, que les dejaba fuera del "sistema", sin darles siquiera el diploma básico obligatorio. Finalmente "salvados" por la escuela de Barbiana, una aldea de las montañas próximas a Florencia, dirigida por un cura, Don Milani, que se hizo célebre en Italia por su tipo de enseñanza y formación, que no excluía a ningún muchacho, que sacaba lo mejor de ellos mismos y les hacia estar orgullosos de su cultura, frente a una escuela funcionarial, anquilosada, incapaz de enseñar, solo de reproducir, que crea seres individualistas, arribistas y desinteresados de la auténtica cultura, me conmocionó hace casi treinta años y también en este segunda lectura.