Bubok Publishing S.L., 2013 1ª edición ISBN: Impreso en España / Printed in Spain Editado por Bubok
“Cuentos en verso para soñar despiertos”
Mª Luz Antuña
Para todos y cada uno de los niĂąos a los que sus padres vistieron de osito cuando eran bebĂŠs, entre ellos a mis nietos. A Gonzalo, por sus ocurrencias y a Emilio, a quien le gustaba jugar en el jardĂn con el caballito azul. M.Luz
Ă?ndice: 1. Jugando al escondite 2. El osezno 3. El caballito azul
Estos cuentos que aquĂ os cuento y que ahora os voy a relatar no son cuentos de mentira ÂĄ ocurrieron de verdad!
1.
JUGANDO AL ESCONDITE
Para Gonzalo, al que con dos años se le ocurrió esta prosopopeya tan original, cuando un día, mientras jugábamos al escondite en el jardín, me dijo:
- ¡¡¡Abuela mira, el sol se escondió en la sombra!!
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Jugaban al escondite los niños en el jardín con los ojillos tapados y contaban hasta mil. “Ronda, ronda el que no se haya escondido que se esconda y si no, que responda”. 8
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Cantaban la retahíla todos los niños a coro y, mientras la decían, también jugando con ellos, el sol se escondía en la sombra y allí desaparecía, ante sus ojos de asombro.
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El niño que está contando cuando encuentra algún amigo lo señala con la mano y allí en la meta lo nombra diciendo: - ¡Por fulanito que está detrás del manzano!. Y mientras, el sol seguía ocultadito en la sombra. . .
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Hasta que, después de un rato salió el sol todo altanero diciendo desde lo alto: “Por todos mis compañeros y por mí primero”.
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EL Osezno
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Érase una vez un niùo como un muùeco de guapo con los ojos muy redondos y mofletes colorados.
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Su madre lo quería mucho lo mimaba con cariño y todos los días de invierno sacaba de paseo al niño.
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Mas como el invierno era crudo y el frĂo bastante intenso, lo envolvĂa en un abrigo-. . . un mono gris de peluche, muy esponjoso y muy tierno que tenĂa unas orejas. . .
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y el niño, en vez de un niño , más semejaba un osezno. Eso parecía por fuera, pero, escucha. . . que sigue el cuento:
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Cuando el niño se sentía en el abriguito dentro se quedaba dormidito siempre con el mismo sueño: ¡El niño, ya no era un niño, era de verdad un osezno!
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Su padre, que era muy fuerte, porque era un gran oso pardo
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dormía al niñito osezno meciéndolo entre sus brazos y, si el osito lloraba, él lo elevaba muy alto ayudándolo a trepar a los árboles del prado, mientras el viento movía las hojas de los castaños y le peinaba las canas a los picachos nevados. :: 25
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Ya de regreso a la casa, finalizado el paseo, le quitaban el abrigo, y el niño que era un osezno, ya no era un oso, era un niño al que brillaban los ojos con chispitas y destellos. . . ¿Tú no adivinas por qué? 27
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¡¡¡El niño recordaba el sueño. . .!!!
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3.
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Érase un caballito todo suave y todo azul bien de mentira o de veras… Imagínatelo tú y será como tú quieras: un caballito de mar, un unicornio, un pegaso de los que saben volar… 31
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un caballo de cartón… un balancín de madera… una constelación formada por mil estrellas. . .
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Yo pienso en un asturcón vigoroso, aunque pequeño, de estampa poco vistosa, pero de trote risueño. . . Un caballito trotón con ojos grandes y negros, que un buen día se cansó de vivir en libertad entre los altos roquedos. . . 34
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Él buscaba un caballero, vestido con armadura, para recorrer senderos y vivir las aventuras que leemos en los cuentos, con prĂncipes y princesas que despiertan en un beso. . . con hechiceros y brujas que envenenan. . . 35
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con bandidos y piratas . . . ยกque te apresan!, con gigantes, con enanos. . . con indios y con vaqueros. . . ยกtodos ellos a caballo!.
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Llegó trotando de lejos hasta el jardín de mi casa, donde dos niños pequeños un caballito soñaban. . .
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Un caballo de mentira que los llevara a los dos bajo los rayos del sol, bajo la luz de la luna… ¡Y allí lo vieron un día al lado del limonero!...
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No era un caballo cualquiera este pony celtibero; no era alto, que era bajo y era gordo, que no esbelto. Los pequeños en el prado cuando el caballito vieron, vieron un caballo obeso de los que pinta Botero. ¡Boterito lo llamaron! Y allí se quedó con ellos. . . 40 40
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No era un caballo, ya digo, era el amigo de juegos y, cada tarde, los niĂąos cogiditos por los hombros se montaban en su lomo y de nada tenĂan miedo. . .
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Boterito los llevaba entre sus crines de viento, inventando los caminos entre las altas montañas, por los áridos desiertos, vadeando algunos ríos y… ¡¡¡hasta por el mismo cielo!!!… ¡¡¡¡Boterito era el amigo caballito de sus sueños…!!! 44
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Mas como yo nunca miento aquí se acaban estos cuentos y si juntos soplamos fuerte. . . ffffffffffffffffffffffffffffff ¡se los lleva el viento. . . ! ¡¡¡ pero vuelven si los miento !!!
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