EL HUESO DE LA CIRUELA
no modre compró ciruelos poro dorlos de postre o sus hijos. Lqs ciruelos estobqn
en un plaio. Vonio no hqbío com¡do nunco ciruelos y no hocío mós gue olerlos. Le gustoron mucho. Sintió deseos de proborlos. Todo el tiempo ondobo rondondo los círuelos. Y, cuqndo se quedó solo en la habitqción, no pudo contenerse, tomó unq ciruelo
y se lo comió. Antes del almuerzo,la modre contó los ciruelos y vio gue foltobo uno.5e lo dijo
ol podre.
Duronte el olmuerzo, el podre preguntó: "Decídme, hijitos, éno se ho comido ninguno de vosotros uno ciruela?" todos dijeron: "No". Vonio se puso rojo como lo grono y dijo tombién: "Yo no me lo he comído.
el podre dijo: "Uno de vosotros se lo ho comído , y eso no estó bien. Pero no es lo peor. Lo peor es gue los ciruelos tienen huesos, y si olguien no sobe Entonces,
comerlos y se trogo uno, se muere ol dío siguiente. Eso es lo gue temo." Vonío se puso pólido
y dijo: "El hueso lo orrojé por lo ventono."
Todos se echqron areír, pero Vonio estalló en sollozos.