MAKASINE EA FILOSOFI A. SCHOPENHAUER YÂ S. KIERKEGAARD GRUPO 2
ÍNDICE ARTHUR
SCHOPENHAUER (PÁG. 3)
KANT SEGÚN SCHOPENHAUER (PÁG. 4) EL MUNDO COMO VOLUNTAD (PÁG. 5) LA ÉTICA DE LA COMPASIÓN (PÁG. 6) EL ARTE COMO REDENCIÓN (PÁG. 7)
SØREN AABYE KIERKEGAARD (PÁG 8) TRES ESTADIOS (PÁG. 9) LA ANGUSTIA (PÁG. 11) CONCLUSIONES (PÁG. 12) REFERENCIAS (PÁG. 13)
Arthur Schopenhauer Arthur Schopenhauer fue un filósofo alemán nacido en Danzig, el 22 de febrero de 1788 y fallecido en Fráncfort del Meno, Reino de Prusia, un 21 de septiembre de 1860. A menudo llamado el "filósofo del pesimismo", fue principalmente importante como exponente de una doctrina metafísica de la voluntad en reacción inmediata contra el idealismo hegeliano. Sus escritos influyeron en la filosofía existencial posterior y la psicología freudiana. Su filosofía, concebida esencialmente como un «pensar hasta el final» de la filosofía de Kant, es deudora de Platón y Spinoza, sirviendo además como puente con la filosofía oriental, en especial con el budismo, el taoísmo y el vedanta, afirmando principios como el ascetismo y la noción de la apariencia del mundo. En su obra tardía, a partir de 1836, presenta su filosofía en abierta polémica contra los desarrollos metafísicos postkantianos de sus contemporáneos.
Kant según Schopenhauer A pesar de que Schopenhauer consideraba la filosofía de Kant como el punto culminante de toda la historia de la filosofía, lo criticó ya que consideraba que la causa de los fenómenos no puede hallarse en el mundo de las cosas en sí o noúmenos, ya que la relación causal sólo es aplicable al mundo de los fenómenos. Sostuvo que el mundo tal como se lo representan los seres humanos, está determinado por la constitución del sujeto, mientras que la realidad en sí es un mundo inaccesible a cualquier intento de conocimiento.
A partir del principio “el mundo es mi representación”, Schopenhauer creyó encontrar el camino para ir del mundo de las representaciones hasta la esencia de las cosas, el cual se encuentra en nosotros mismos, es decir en nuestro mundo interior.
El mundo como voluntad La posición de Schopenhauer ante los individuos, consiste en que la realidad del cuerpo que se les es dada está dada de dos maneras diferentes. En primer lugar, sostiene que el individuo es una representación, es decir, un objeto entre objetos que se comportan según las leyes causales. Por otro lado, sostiene que el cuerpo es dado en una forma completamente diferente, a la que designa como “Voluntad”. De esta forma, explica que la voluntad y la acción del cuerpo no son diferentes, sino que son la misma cosa. Las acciones del cuerpo no son más que actos objetivados de la voluntad. Por lo que se sostiene que el cuerpo es simplemente la voluntad objetivada en el espacio y en el tiempo.
El arte como redención Schopenhauer, al ser un filósofo ateo, negaba la inmortalidad del alma, ya que según él “el concepto de alma presupone la existencia de un entendimiento y una voluntad independientes del organismo humano, algo que es imposible de concebir”. De esta manera, pensaba que el mundo carecía de sentido y la vida era una fuente permanente de sufrimiento. El arte es una forma de escapar o superar el sufrimiento y dolor, especialmente a través de la música, ya que de esta manera el hombre se puede liberar por unos momentos de los tormentos de su existencia, y se trasciende a un mundo más allá del empírico, en el cual no existen limitaciones y se puede liberar temporalmente de su yo. Se acercó a las posiciones budistas, y fue el primer filósofo que estableció un puente de comunicación entre la filosofía oriental y la filosofía occidental.
La ética de la compasión Schopenhauer sostenía que la base sobre la que se debía construir la ética eran los sentimientos, contrariando a Kant que decía que se debía construir sobre la razón. La compasión era el principal fundamento de la moral según Schopenhauer, ya que decía que era imposible para los humanos sentir el dolor de otros. Este pensamiento descansa en la idea de su postura acerca de la moral, que recae en que la vida era principalmente, y ante todo, dolor y sufrimiento. Sostiene que la satisfacción completa de las necesidades de un hombre es imposible, pues el cumplimiento de deseos siempre es finito. Es decir, tras cumplir uno, se desea cumplir otro, y otro, y otro, y así sucesivamente, por lo que nunca se puede llegar a estar completamente conforme. Finalmente, sostiene que el placer es algo negativo, ya que es solo la ausencia del dolor y que los seres humanos están sometidos a una fuente constante de desdicha: el aburrimiento.
Søren Aabye Kierkegaard Dinamarca apoyó a Francia, lo que supuso el bombardeo de los barcos británicos desde la costa, e igualmente, una fuerte batalla con las tropas españolas. Esto desembocaría en que Dinamarca perdiese el territorio de Noruega, que terminaría formando parte de Suecia, lo que sumiría a Dinamarca en una grave crisis, no solo económica, sino también política. A partir de esta depresión se desarrolló una excepcional época literaria en la historia de Dinamarca, en donde se encuentra nuestro filósofo.
Søren Aabye Kierkegaard, (nacido el 5 de mayo de 1813, Copenhague, Dinamarca, y fallecido el 11 de noviembre de 1855, Copenhague), fue filósofo, teólogo y crítico cultural danés que tuvo una gran influencia en el existencialismo y la teología protestante en el siglo 20. Se dedicó a los estudios literarios, filosóficos y eclesiásticos de su época y fue conocido por tergiversar la tarea más importante de la existencia humana, es decir, convertirse en uno mismo en un sentido ético y religioso, como algo tan fácil que podría parecer ya realizado, incluso cuando ni siquiera había sido pensado.
Tres estadios Kierkegaard proclamó la necesidad de que la filosofía se ocupará de explicar la experiencia singular y única de la existencia individual. Sostuvo que el acto de elección individual permitía que los individuos crearan su propia vida y que la existencia humana podía analizarse en tres estadios fundamentales. Estadio estético: Es el hombre que goza de la vida sin comprometerse con nada y que evade todo compromiso social y familiar. Es un hombre que vive en el presente, desea y que busca siempre emociones nuevas que lo motiven a seguir viviendo, por lo que su vida depende siempre de factores externos. El filósofo tradicional se halla caracterizado en este estadio, pues escapa al compromiso de transformar la realidad. El estadio ético: El hombre elige y que pone en marcha su libertad y con ello deja atrás la vida finita del seductor. El hombre ético lucha por alcanzar lo infinito siempre inasible. Es el hombre que se sacrifica a una ley general y que representa la racionalidad universal, y que por ello ha superado la vida del goce, y que vive dedicado a las tareas sociales y familiares. Pero la aparente estabilidad y tranquilidad de este estadio que gobierna la razón encubre bajo el ropaje de su universalismo ético la profunda inestabilidad del individuo que se sabe único en el mundo.
El estadio religioso: Es el hombre que está en contradicción con lo estético y con lo ético. En consecuencia, el hombre está dispuesto a dar el salto de la racionalidad a la irracionalidad de la fe, buscando con ello su ideal de individualidad concreta e irrepetible, es decir, encontrando así su existencia auténtica.
Para Kierkegaard, el hombre religioso existe en completa soledad, pues ha renunciado a la vida mundana y a la vida social y familiar regida según principios universales. El sacrificio de la razón no es motivado por razones sino por una necesidad que nace de la angustia y que le permite al hombre superar el nivel de lo humano en pos de la búsqueda de lo infinito, pues “el verdadero camino hacia lo absoluto no va a través de la duda, sino a través de la desesperación”.
La angustia La angustia se convirtió en el concepto central de la filosofía de Kierkegaard, ya que sostenía que la clave para el análisis de la existencia humana dependía de ella. El filósofo no se refiere a la angustia como el simple miedo ante el pecado, sino que es el terror al vacío absoluto. La angustia le revela al hombre la existencia de una libertad absoluta ante el abismo de la nada. O, en palabras de Kierkegaard, “la angustia es la realidad de la libertad en cuanto posibilidad. La angustia es el vértigo (precipitación) de la libertad”. Sostiene que la existencia del hombre aparece bajo una dimensión temporal e histórica, en una especie de tensión continua del individuo consigo mismo hasta el momento de su muerte. Cada instante de la vida es una síntesis entre la infinitud y la finitud, un proceso formado por una serie de momentos en los que se asume que “la vida sólo se puede entender mirando hacia atrás, pero se debe vivir mirando hacia delante”.
Conclusiones Schopenhauer fue un exponente de la filosofía por sus aportes respecto a la metafísica. Con Schopenhauer aparece por primera vez una filosofía explícita del inconsciente y del cuerpo. Schopenhauer era considerado un filósofo pesimista por su pensamientos acerca de lo doloroso de la vida y de la desdicha a la que están propensos los humanos. Kierkegaard tuvo su relevancia en su pensamiento tergiversado respecto a la ética y la religión como uno solo. La angustia es la base de la filosofía de Kierkegaard porque creía que a partir de esto el ser humano podía ser analizado, pues sostenía que la angustia le revela al hombre la existencia de una libertad absoluta ante el abismo de la nada.
Referencias Arthur Schopenhauer. (2016, septiembre 19). EcuRed, . Consultado el agosto 4 de 2020 en https://www.ecured.cu/index.php? title=Arthur_Schopenhauer&oldid=2701526.
Soren Kierkegaard. (2019, agosto 11). EcuRed, . Consultado el agosto 4, 2020 en https://www.ecured.cu/index.php? title=Soren_Kierkegaard&oldid=3498039.
Schopenhauer: filosofía del pesimismo. (2020, junio 01). Filosofía&co. Consultado en agosto 4 del 2020 en https://www.filco.es/schopenhauer-filosofia-pesimismo/
Kierkegaard y la angustia. (2019, enero 29). Filosofía&co. Consultado en agosto 4 del 2020 en https://www.filco.es/schopenhauer-filosofia-pesimismo/