REPORTAJE: BARCELONA CULINARIA
Almudena Castro Isara Pittayasiri
Reportaje: Barcelona culinaria
¿A qué sabe Barcelona?
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Barcelona sabe a pa amb tomàquet, a botifarra amb mongetes o a coca d’escalivada y cautiva tanto a propios como a extraños con su gastronomía. Sin embargo, nada de esto sería posible sin los mercados barceloneses, cuna de las recetas más deliciosas. Cierra los ojos y déjate llevar a través de este recorrido histórico y sensorial por dos mercados de Barcelona: Sant Antoni y el Ninot. Isara Pittayasiri Almudena Castro
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esde la Antigüedad la función de los mercados ha ido más allá del simple comercio; siempre han sido un lugar de reunión y han reflejado los cambios sociales, políticos y económicos de la ciudad. En la actualidad todavía comparten esta simbiosis, haciendo de ellos un lugar privilegiado para abandonar la mirada vouyer del turista y ver la ciudad con los ojos que la observan a diario.
El capricho de una joven
A partir de la fortificación de la Barcino romana, la ciudad siempre había estado amurallada. No obstante, gracias a su posición geográfica en el Mediterráneo se convirtió en el centro económico de la zona y se fue
De arriba a abajo: Mercat del Ninot y Mercat de Sant Antoni. Fotografía: Saba Mabara.
expandiendo para poder acoger al creciente número de habitantes. A mediados del siglo xix un comerciante tuvo la osadía de montar un negocio fuera de murallas, en una zona conocida como Les Corts de Sarrià (actualmente Les Corts), cuyos límites por aquel entonces se exten- ROSA DELS VENTS dían hasta el actual Eixample. Se puede degustar Este emprendedor cosechó una versión en un gran éxito con una tienda, vasito del pastel una casa de comidas y una ganador: la Rosa taberna, protegidos con unos dels Vents barrotes debido a la situación de inestabilidad que reinaba en el ambiente. A pesar de los peligros a los que se podían enfrentar, la gente acudía a comprar y escondía la leche o los huevos como podía para evitar a toda costa pagar impuestos en las oficinas que se encontraban en la puerta de la muralla. Por aquel entonces, la hija del tabernero salía con un joven de la Barceloneta y paseando un día por el barrio se encaprichó del mascarón de proa de un barco: un ninot, un joven grumete que sujetaba una gorra de marinero en una mano y unos papeles en la otra. La joven quería usar este ninot como reclamo publicitario para el negocio de su padre y lo colocaron en la puerta central. Tal fue el éxito cosechado que los comerciantes vecinos, que pagaban sus impuestos religiosamente en el área fiscal de Barcelona, les denunciaron por competencia desleal. Las autoridades les obligaron a trasladarse a unos terrenos situados entre las calles Villarroel y Mallorca dando el nombre de El Porvenir a esta zona comercial. Los vecinos continuaron llamando Ninot (Mallorca, 157) a este espectacular edificio de visita obligada. Actualmente se encuentra en obras, pero todavía se puede observar una réplica de este Ninot en la entrada principal. Si aun así no consigues saciar tu curiosidad, puedes admirar la escultura original en el Museu Marítim de Barcelona.
Reportaje: Barcelona culinaria A nadie le amarga un dulce
A pocas calles del mercado de El Ninot, puedes reponer fuerzas después de la visita y darte un capricho dulce en La Pastisserie (Aragó, 208). Los pasteles de Josep María Rodríguez Guerola, primer español ganador de la Coupe du Monde de Pâtisserie junto a su equipo en 2011, son un regalo para los sentidos. Este maestro de la repostería pone al alcance de todos el resultado de su buen hacer, como la Cirera, una mousse de cereza, compota de la misma fruta y cremoso de yogur griego, con una base crujiente de galleta de avellana y chocolate con leche.
De ejecuciones y libros
Después de reponer fuerzas, puedes continuar el recorrido por otro de los mercados de Barcelona que mejor reflejan la evolución de la ciudad: el de Sant Antoni (Comte d’Urgell, 1). Este mercado construido fuera de murallas se encuentra situado en una zona tradicionalmente de paso y de entrada a la urbe. Las autoridades lo consideraban el mejor lugar para ejecutar la pena capital, amenizada antaño por vendedores ambulantes. Sin embargo, el espectáculo no se terminaba hasta que no se colgaban los cadáveres alrededor del recinto con el objetivo de demostrar a los posibles vándalos cómo se castigaba en esta ciudad a los que no cumplían sus leyes. La última ejecución de la que se tiene constancia es la de un hombre y una mujer acusados de asesinato y ejecutados en 1875. El maestro Idelfons Cerdà, responsable del plan urbanístico de Barcelona en el siglo xix, dejó atrás este escabroso pasado y proyectó un mercado para abastecer la zona. El éxito fue tal que en la actualidad se organiza en tres mercados: el de alimentación, los Encants y el dominical. A pesar de que el edificio principal se encuentra en obras, merece la pena admirar su majestuosidad y perderse entre las hojas de sus libros.
Cerveza con historia
Puedes terminar la visita dominical con sabor a cerveza. La Fábrica Moritz (Ronda de Sant Antoni, 41) ha sido testigo de los cambios en la zona desde el siglo xix. El joven alsaciano que da nombre a la cerveza dejó su Pfaffenhoffen natal para trasladarse a esta próspera ciudad mediteFLAMMKUCHEN rránea. A los pocos años ya era Es una especiadueño de una pequeña fábrica de lidad alsaciana cerveza situada en el Raval. Poco después abrió la primera gran elaborada con una fábrica en la Ronda de Sant An- masa fina, crème toni, que continuó en funcionafraîche, bacon y miento hasta la década de 1970. cebolla A principios de los años 2000 sus herederos tomaron el relevo y planearon una monumental reforma de este antiguo edificio industrial. El arquitecto Jean Nouvel, experto en reinventar espacios antiguos en modernos, se hizo cargo del proyecto. Inaugurada en 2011, este espacio cuenta con una cervecería, en donde se puede degustar una cerveza elaborada artesanalmente y sin aditivos en la barra de estaño más larga de la ciudad. Este edificio multifuncional
De arriba a abajo: Flammkuchen al natural (Fábrica Moritz) y Rosa de Sant Jordi (La Pastisseria). Fotografía: Saba Mabara.
acoge diferentes espacios, algunos de ellos todavía en fase de construcción. En un futuro próximo contará con dos restaurantes dirigidos por el prestigioso chef con estrella Michelin Jordi Vilà; una sala polivalente; una tienda de merchandising de la marca; una vinacoteca, un museo o una panadería, donde además del pan Moritz, que se elaborará con cerveza en vez de agua, también se podrá adquirir cerveza fresca con un etiquetado personalizado. La carta recoge recetas de la cocina francesa-catalana, combinando la especialidad de la casa, los Flammkuchen, con las tradicionales tapas, como ensaladilla, patatas bravas o croquetas de jamón. Si quieres seguir cultivando el aspecto cultural, no puedes perderte las visitas guiadas gratuitas que se realizan en español, catalán e inglés cada media hora y descubrir cada pequeño rincón de este majestuoso edificio de pasado industrial y futuro prometedor. Barcelona te espera.
PARA SABER MÁS: www.bcn.es/mercatsmunicipal www.anycerda.org/educacio www.lapastisseria-barcelona.com www.moritz.com
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http://sabamabara.blogspot.com