Guía de cuidados infantiles

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Acompañamiento al desarrollo de la niñez peruana en la protoinfancia

Guía de

CUIDADOS INFANTILES Las manos: La primera relación con el bebé María del Rosario Rivero Pérez Ricardo H. Villarreal Ghellinaza

Producto elaborado por consultoría para Ayuda en Acción


Guía de CUIDADOS INFANTILES Las manos: La primera relación con el bebé

Se complementa con Propuesta pedagógica de Ayuda en Acción: “Acompañamiento al desarrollo de la niñez peruana en la protoinfancia” Coordinadora de los Centros de Educación Temprana - Fundación Ayuda en Acción: Verónica Montenegro Chávez Autores: María del Rosario Rivero Pérez Ricardo Heber Villarreal Ghellinaza Especialistas en Educación y Desarrollo Infantil Diseño e ilustraciones: Oscar Casquino / Teresa Kameya Diagramación: Víctor Bojórquez Apoyo en coloreado: Patricia Nishimata Colaboraron con la fotografías: Etienne Moine - Fundación Ami Claudia Melo-Vega Asociados de la Fundación Ayuda en Acción 1ª edición, Agosto 2013 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2013-10734 Editado por: Fundación Ayuda en Acción Av. General Córdova 344, Miraflores – Lima www.peru.ayudaenaccion.org peru@ayudaenaccion.org Impreso en: Imprenta Aleman & Hidalgo SAC Jr. Las Oxálidas Nro. 247, San Juan de Lurigancho – Lima.


Índice Pág. Presentación……………………………………………………………..................05 Propósito de la guía…………………………………………....................06 1. La importancia del bebé como un ser de acción y relación.……………………………………....................07 2. El valor formativo de los cuidados…………………………..08 3. La piel del bebé……………………………………………………….........14 4. El trato del adulto cuidador. Las manos la primera relación con el bebé……..…................................21 5. El vÍnculo adulto niño – niña…………………………………….24 6. La actitud del adulto, el espacio y los materiales para el momento de.............................29 6.1 El baño....................................................................................29 6.2 El cambio de ropa, tipo de ropa.................................33 7. La actitud del adulto, el espacio y los materiales para el momento de la alimentación:.................................................................39 7.1 La Progresión de la alimentación..............................39 7.2 Hacia una alimentación autónoma.........................41 7.3 Las etapas hacia la independencia...........................41 • Lactancia • Ablactancia • El destete 7.4 Condiciones primordiales sugeridas para una comida feliz de lo individual a lo grupal..............................................................................45 • La mamada – el biberón • Alimentación con biberón • El vaso, la cuchara • Alimentación con cuchara • Sentado en su silla • El tazón, la cuchara • El Babero • La comida en grupo • Problemas para comer.

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− Dificultades de masticación − Casos especiales − El niño que come demasiado 8. El sueño del bebé..................................................................59 • ¿Cuál es la posición más favorable para dormir?. • El lugar para dormir • Los problemas que causan ver televisión antes de dormir • Chuparse el dedo o usar chupón. • ¿Es aconsejable despertarlos para darle de comer o cambiarlos? • Los riesgos para el Bebé - la muerte súbita 9.

Control de esfínter................................................................68 • ¿Cuándo es el momento para sacar los pañales? • La transición del pañal a la ropa interior. • Objetos y ambientes pertinentes y no pertinentes para acompañar el proceso del control de esfínter

10. Otros momentos educativos...........................................74 • Salidas y paseos pedagógicos 11. Bibliografía......………………………………….....................................78

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Presentación L

a guía de cuidados infantiles es un documento que desea contribuir a la reflexión de uno de los aspectos claves en el desarrollo infantil, así como sobre el papel fundante que desempeñan los adultos significativos a cargo del bebé que trabajan con esta etapa: el de los cuidados corporales, los cuales se llevan a cabo, por lo general, en los momentos conocidos como rutinarios: el cambio, de los pañales, la alimentación, los momentos de sueño que son para el bebé momentos de vital importancia. Incluimos otros momentos también importantes como los paseos al exterior. Queremos agradecer especialmente a Etienne Moine y María Vásquez de la Fundación AMI por autorizarnos a publicar algunas fotos de “Nuestro Hogar” en este documento, a los padres que nos autorizaron colocar las fotos de sus hijos, a los centros de Educación Temprana de Ayuda en Acción de Cusco, de Villa Salvador, que también nos brindaron la posibilidad de fotografiar sus espacios.

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Propósito de la guía E

l conjunto de guías elaborado, entregan herramientas concretas para llevar a cabo la propuesta pedagógica de Ayuda en Acción “Acompañamiento al desarrollo de la niñez peruana en la protoinfancia” para las diferentes modalidades educativas con niñas y niños1 de 0 a 3 años. Con este trabajo queremos: • Entregar herramientas a los adultos que acompañan la crianza para reconocer, valorar y acompañar los diferentes momentos del desarrollo de niños y niñas. • Presentar una propuesta que valore las competencias y potencialidades de los niños, niñas y sus familias. • Entregar una propuesta de trabajo para los equipos de educación y salud que sean fáciles de implementar, sin requerir de altos costos ni infraestructura específica. • Valorizar y jerarquizar a las familias y los adultos cuidadores en su función de acompañantes del desarrollo. Entendiendo a la familia como integrante de una comunidad que, inmersa en una realidad socio política, tiene un devenir histórico.

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En muchos de los casos el texto está redactado utilizando pronombres masculinos para referirse genéricamente a niñas y niños. Es importante recalcar que no existe ninguna intención de excluir a las personas del género femenino; cuando se habla de niño se incluye también al género femenino, para evitar la repetición insistente niño y niña. Así mismo para facilitar la lectura y evitar reiteradamente el género al referirnos a las madres y los padres, maestros y maestras, hijos e hijas, etc. se ha optado por la utilización del masculino.

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1. La importancia del bebé como un ser de acción y relación

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ecimos, que desde el nacimiento, e incluso antes, el bebé es un ser de relación; esto significa que sólo puede desarrollarse en medio de intercambios activos con los adultos. El bebé ira elaborando la En un ratito representación de sí mismo y de su identidad, en te baño. base a la relación con sus padres y las personas que lo rodean y cuidan. Cuando le hablamos a un bebé con calidez, mirándolo al rostro, él nos mira con gran interés y nos hace sentir que trata de comprender y de comunicar. Sabemos que el comportamiento de un bebé cambia cuando le explicamos de manera muy simple lo que está sucediendo; “ponemos palabras” a lo que él está viviendo.

¿Entiende tan chiquito?

¡Claro! Comprenden desde que nacen

Recordemos que el bebé de pocas semanas aún no diferencia entre su cuerpo, sus brazos, sus piernas, su cuna, no puede establecer diferencias entre él y los demás. Cuando el bebé recibe repetidas veces las mismas sensaciones, los movimientos, los olores, las palabras, los ritmos calmos, aprende poco a poco a diferenciar aquello que proviene de él, de aquello que no es él. Estas primeras experiencias relacionales con un adulto que lo considera activo y competente desde el inicio de la vida, le permite construir una primera representación de sí mismo a través de esas pequeñas experiencias cotidianas que vivirá desde que nace. Durante los contactos corporales, las caricias, las palabras con un sentido, es que el bebé va experimentando los límites de su cuerpo, su piel, la diferencia entre él y el otro; allí se alimenta de intensidad y de fuerza la relación con el adulto. Esta es la primera conciencia que él tiene de sí mismo y de su cuerpo.

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El bebé desde que nace y

probablemente desde antes, es un ser de relación.


2. El valor formativo de los cuidados

L ¿Quién está ahí? ¡ Ese niño tan lindo eres tú! ¡Ese es Abel!

os cuidados físicos, la higiene, y la atención a las necesidades fisiológicas del bebé, han sido consideradas por mucho tiempo como actividades rutinarias, sin dárseles un significado relevante. Actualmente, gracias a recientes investigaciones, sabemos que podemos dejar huellas psicológicas sobre la piel del bebé, lo que nos señala que los cuidados corporales deben ser un momento privilegiado de interacción entre el adulto significativo y el bebé. En la mayoría de los currículos, la educación de los primeros años ha estado usualmente organizada en momentos de rutina y momentos de actividad, hecha principalmente en base a una lógica adulto, más no en la vivencia, percepción y organización que tienen los propios niños, quienes podrán vivir el día como interesante o aburrido, triste o alegre, calmo o caótico, pero no lo podrán estructurar como lo hace el adulto. Es usual observar que existe la idea que las actividades para el desarrollo cognitivo son las más importantes y para muchos educadores están por encima de las actividades que favorecen otros aspectos. Se cree que los momentos adecuados para los aprendizajes y la estimulación de lo cognitivo son los instantes programados y planificados para el desarrollo de habilidades de prensión, de coloreado, de pintura, de juegos verbales, etc.

Los cuidados corporales

deben ser un momento privilegiado de interacción entre el adulto significativo y el bebé.

Esta visión no ha permitido en muchos casos valorar los momentos llamados de rutina como instancias extremadamente ricas de aprendizajes tanto individuales como sociales.

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Vividos de manera placentera y respetuosa, los niños y niñas aprenden a:

• Sentirse respetados, dignos, a sentir que son personas valiosas, por lo tanto podrán más tarde respetar a los demás. Mmmm ¡Qué rico!

Es tu primera papilla.

Muy bien. Mañana continuamos comiendo.

Si la forzamos será peor. En el taller aprendí que para que disfruten la comida “el primer No es el último”

¿No se irá a malacostumbrar?

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• Conocer su cuerpo y los límites de su cuerpo, quién es él, quién es el otro, desarrollarán la imagen de sí, su esquema corporal.

María enseguida vengo para cambiarte el pañal.

Estos cuidados son los

pilares de la autoestima y de la seguridad emocional y por lo tanto de la comunicación con el otro y con el mundo.

El niño y la niña van a ir tomando conciencia de su cuerpo y de su esquema corporal, de sí mismo cuando se sienta respetado y cuidado, gracias al trato que el adulto le proporciona. Dentro de los cuidados corporales, hay tres situaciones muy importantes:

El sostén, la manipulación y el traslado del bebé • En el Sostén; cuando los adultos tienen al bebé en sus brazos: Sostener con los brazos, el cuerpo, la mirada, la palabra y la actitud respetuosa. Sostener con un buen apoyo emocional - afectivo, pero también físico, como una buena silla y un almohadón, como aparece en el dibujo . Sostener con la mirada, con la palabra, con la ternura...

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• En la Manipulación cuando lo cambian de pañales, de ropa, en el baño y en la comida.

• Traslado de un lugar a otro. De manera cercana, abrigadora y respetuosa.

Investigaciones sobre este tema (Pikler, Tardos, Falk), señalan que los momentos más significativos del desarrollo de la capacidad de comunicarse, lo constituyen precisamente estos momentos de interacción durante los cuidados, repetidos cotidianamente, de manera comprometida, sensible, que son, casi la totalidad de las experiencias que vive un niño pequeño durante sus momentos de vigilia. Más aún, estos momentos fundamentales para la vida del niño se han convertido gracias a mecanismos de selección natural, en la base del desarrollo social que posteriormente será cultural.

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Bebé de un mes.

A través de los cuidados

Carmencita ¿me das tu manito para ponerte la manga?

aprenden a construir capacidades cognitivas como los procesos mentales de anticipación y/o como la construcción del lenguaje.

Bebé a los 3 meses.

Bebé a los 9 meses..

¡Gracias! Así te pongo la manguita

Como se observa en los dibujos, el adulto le avisa al bebé por más pequeño que sea lo que espera de él y a medida que va creciendo, esto va cobrando cada vez más sentido hasta comprender e interactuar armoniosamente..

¡Lo hace! ¡Comprende!

¿Me pasas tu mano hijita?

Para los adultos encargados de los cuidados de un niño y niña pequeños: Se hace fundamental considerar los momentos de cuidados, implica: • Re estructurar la planificación y organización del tiempo, el espacio, los materiales en pos de conocer y respetar el ritmo de cada niño; • Asegurar la tranquilidad necesaria a la hora de la comida,

Bebé de dos meses de edad en diálogo de gestos y sonrisas con su papá.

• Respetar los ritmos particulares de sueño de cada niño.

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¡Qué diferente se siente cuando me comunico y trato a mis niños de una manera respetuosa, qué fácil es dar de comer a Juanito cargándolo bien, respetando sus ritmos de comer. En cambio Pablo, come solo, antes cuando lo obligaba a comer, qué difícil que era este momento!

Sabemos que en las zonas rurales de nuestro país existen variadas formas o sistemas de crianza, la idea no es imponer una práctica en detrimento de otras, por el contrario es necesario que los adultos reflexionemos sobre estos sistemas que hemos construido para acompañar a la niñez de nuestro entorno. Reflexionar por ejemplo sobre cómo se carga a un bebé para trasladarlo de un lugar a otro, la importancia de la delicadeza y el respeto cuando nos acercamos a su cuerpo, es decir, que podamos pensar en cómo generamos condiciones de vida amables para nuestros niños y niñas.

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Reflexionar sobre

cómo garantizar el bienestar de cada niño, requiere e implica de los educadores un arduo y minucioso trabajo de observación atenta y seguimiento a cada una de las características y necesidades de cada bebé, niña y niño.


3. La piel del bebé L El bebé, desde muy

pequeño expresa con su comportamiento, con sus movimientos y sus gestos lo que siente cuando el adulto que se ocupa de él lo toca, lo viste, lo desviste cuando lo mueve o toma en brazos.

Qué le pasará, ¿por qué llora?

a piel es el órgano más extenso que tenemos, todas las sensaciones que podemos provocar en ella tienen un papel extremadamente importante en la vida, especialmente en los primeros momentos de vida. Por esto es necesario tener mucha sensibilidad y delicadeza en el trato al bebé y revisar el valor que debe dársele a algunas actitudes a veces consideradas irrelevantes en el contacto diario y permanente del adulto con el bebé. Por ello, durante los momentos en que atendemos a los bebés, procuremos que el contacto corporal sea agradable, evitándole sensaciones bruscas, molestas o sentimientos de frustración como cambiarle los pañales sin mirarlo, sin hablarle, como si fuera una acción mecánica.

Levántale las dos piernitas con el antebrazo, como nos enseñaron en el taller.

Gracias por recordármelo. ¡La bebé está más tranquila!

El bienestar del niño depende, antes que todo y en gran medida, del adulto.

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Si nos ocupamos de él en forma placentera, si se siente bien durante la limpieza, el baño, mientras lo vestimos y lo desnudamos, se sentirá más confiado, se relajará cada vez más y los momentos de comunicación serán cada vez más intensos. En cambio, las experiencias desagradables, asociadas a los gestos del adulto, inquietan al niño, le crean ansiedad y le hacen desconfiar de éste. Así, el niño se mostrará tenso y nervioso, pondrá resistencia a través de la rigidez de su cuerpo, de llantos, mientras lo atienden. Intentar tocar, sostener, mover o cargar al bebé mediante gestos bruscos, inesperados o demasiado fuertes es desagradable para él.

Cuando tomamos al bebé con movimientos

que le son agradables, hasta el recién nacido se relaja al encontrarse entre unas manos delicadas que lo toman o sostienen.

Hay distintas maneras de llevar a un bebé, dependiendo de nuestras costumbres y creencias.

Últimamente llora cuando lo voy a bañar.

No te preocupes, veamos cómo lo estás bañando y veamos qué puede estar pasando, para que el baño sea un momento de placer para ti y para él.

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Recuerda: Algunas situaciones agradables y desagradables para los bebés, son: Situaciones que generan incomodidad

Situaciones que generan bienestar

Mal sostén

Buen sostén Si durante los primeros meses de vida, no sostenemos bien su cabeza, el niño hace grandes esfuerzos para impedir que caiga hacia atrás, y sus esfuerzos no son siempre eficaces.

El bebé bien sostenido está en posición horizontal, los brazos del adulto lo sostienen totalmente, no le cuelga ningún miembro (ni piernas, brazos o cabeza).

Trato brusco en los cuidados

Buen trato en los cuidados

1. Cuando se le cambia con movimientos rápidos y automáticos se le impide al bebé que disfrute de la actividad o que tome parte en forma activa. Lo pone tenso y a la defensiva.

1. Las acciones y movimientos que se van a hacer en el cuerpo del niño, se le anticipan verbalmente, cuando su cuerpo esté relajado, ahí se realiza la acción de manera delicada (levantarlo, sacarle o ponerle ropa).

2. Cuando el niño, sentado o acostado en el lugar donde lo cambian, o donde juega, se ve bruscamente estirado por el adulto que lo atrae hacia sí por las piernas sin prevenirlo, sin pedírselo antes y sin esperar su reacción.

2. Cada vez que necesitemos levantarlo estando sentado o acostado le avisaremos con la palabra y el gesto, así cuando su cuerpo se prepara lo vemos tranquilo, es él quien estira los brazos o se relaja. Este es el momento de levantarlo.

3. Observar el nivel de desarrollo motor. Si el bebé ya se levanta por sí solo, en los momentos en que es necesario que se incorpore, pedírselo y esperar a que lo haga

3. Cuando se lo viste, y se quiere levantarlo a pesar que el bebé ya puede levantarse por sí mismo, se lo estira por los brazos de una sola vez, mientras el niño permanece sentado o de pie, impidiéndole así sentarse o echarse solo.

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4. No ponerlo de pie contra el adulto de espaldas, no permite el intercambio de miradas o de palabras. El adulto que tan solo ve la espalda, solo se ocupa de la limpieza, se olvida del niño.

4. Desde que nace es importante que el rostro del adulto y el del bebé estén próximos cuando es un recién nacido la distancia será de 20 cm. cuando crece, por el movimiento del bebé las distancias varían, siempre mirándose uno a otro.

5. Cuando la educadora toma al niño por la muñeca o el antebrazo, cuando le estira el brazo al ponerle las mangas, son movimientos bruscos y desagradables.

5. Las mangas cuando son largas, se encogen como un acordeón, que pasa por la muñeca y lo que se estira al colocarla es la manga y no el brazo del bebé.

Hablarle poco y manipularlo quizá con habilidad, amablemente, pero rápido y sin entrar en relación con él, no le permite experimentar que él es importante y que se lo tiene en cuenta.

A través de los contactos corporales, las caricias, las palabras que adquieren sentido, el bebé experimenta los límites de su cuerpo, su piel, la diferencia entre él y el otro, allí se alimenta de intensidad y fuerza la relación con el adulto significativo.

Estas formas de tratar al bebé muestran que el adulto no le tiene ninguna confianza, que no le cree capaz de comprender lo que el adulto desea de él, estos hechos también pueden mostrar que el adulto no está contento del ritmo que lleva el niño al avanzar.

En el taller de Acompañamiento temprano, aprendimos dos cosas importantes:

Las experiencias agradables

adquiridas durante el tiempo que han pasado juntos, enriquecen y diversifican las relaciones del bebé y el adulto, y hacen que las relaciones sean cada vez más estrechas y significativas

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A. Aprendimos a levantar, sostener y tomar a un niño entre los brazos, de manera que en

¡Me encantan tus caricias Pablito!

ningún momento pierda el sentimiento de seguridad física ni afectiva. Es necesario que el cuerpo y la cabeza se encuentren bien sostenidos, para que el bebé esté tranquilo. Podemos sostener a un bebé recién nacido sobre las rodillas de manera tal de no impedirle ningún movimiento; así el niño puede tocar la mano y la cara del adulto y se puede mostrar activo en todo aquello que le suceda.

Secuencia sugerida para levantar y acostar a un bebé:

1.

Avisarle al bebé que lo vamos a levantar y colocar la mano derecha sobre el hombro derecho. Si la persona es zurda lo aprende también de esta forma.

2.

Colocar la mano izquierda en la nuca del bebé, levantando ligeramente la cabeza

3.

La mano derecha con los dedos juntos como almohadita se colocan bajo la cabeza del bebé.

4.

El brazo izquierdo que estaba en la nuca se desliza como una pala con suavidad debajo de la espalda del bebé hasta llegar a la altura de su cadera izquierda.

5.

Se levanta al bebé. Puede sostenerse con ambas manos

6.

O quedar la mano derecha libre para tomar otro objeto o realizar otra actividad.

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Secuencia sugerida para acostar al bebé

1.

3.

Se le avisa que se le acostará. El adulto se acerca al bebé al lugar donde se lo va a acostar, inclinándose con suavidad. Primero se colocan los pies.

Cuando la izquierda ha subido del todo se coloca en la cabeza para luego dejarla con sumo cuidado sobre la superficie donde se le va a acostar.

4.

2.

La mano derecha sostiene la cabeza, mientras la izquierda se desliza subiendo por la espalda del bebé con suavidad.

Ambas manos se retiran con delicadeza

5.

El bebé queda acostado

B. Aprendimos a realizar con más lentitud aquellos movimientos en los que esperamos una respuesta del niño. Si ejecutamos movimientos teniendo en cuenta el movimiento de respuesta del niño, si modificamos los gestos conforme a los que va comunicando el bebé, le estamos otorgando la posibilidad de participar cada vez más de las diversas acciones de los momentos de cuidados. Es necesario que nuestros gestos expresen la espera, y ofrezcan la posibilidad de escoger. Si se interrumpen los movimientos por participaciones o anticipaciones de los adultos, el bebé no sólo no participa en forma independiente, sino que no puede construir la cadena de pensamiento anticipatorio.

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Para que el niño coopere

o participe en la dinámica de cuidado, debemos darle tiempo para que se prepare y responda con sus propios movimientos al requerimiento o a los gestos que ya ha iniciado el adulto.


¿Dónde está el zapato? ¡No está!

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¡Aquí está!


4.

El trato del adulto cuidador. Las manos: La primera relación con el bebé

“Nuestras manos son la primera relación de un bebé con el mundo, qué enorme diferencia si son manos dulces, pacientes, apaciguantes las de quienes lo cuidan. Cómo sería de diferente el mundo si ellas fuesen duras, impacientes y precipitadas. Las manos son el mundo. Por más pequeño que sea, no tratemos jamás a un bebé como un objeto inanimado” Dra. Emmi Pikler

A través de la ternura de sus manos, el adulto es

capaz de ofrecer al bebé una fuente importante de experiencias agradables, que al igual que los movimientos que comunican seguridad, les permite la cooperación con el adulto. Recordemos que cuando se atiende a un niño, es necesario: Cada vez que cargo a un bebe llora. ¿Por qué será?

¿Y cómo los cargas?

A veces de las axilas, otras de donde lo pueda agarrar porque hay algunos muy movedizos…

Creo que este tema es muy interesante para que lo veamos en un taller.

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Es muy importante aprender a ocuparse de cada bebé al ritmo que cada uno necesita, para darle el tiempo y la posibilidad de prepararse corporalmente para el acercamiento del adulto y de los diferentes movimientos.

Es hora de cambiarte el pañal ¿sí?

¡Hola Rafael! ¿Cómo te va?

Querido Rafael te dejo en tu lugar de juego ¡Pásala bien!

Me sorprendo cómo se tranquiliza un bebé que hace poco está viniendo al programa cuando lo levanto delicadamente y le hablo con suavidad. ¡A todos los niños les gusta que los tratemos con delicadeza y respeto!

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Para ir desarrollando una actitud delicada y respetuosa conviene reflexionar sobre nuestras acciones más comunes y cotidianas. Hablemos por ejemplo de ciertos juegos como lanzar a un bebé por los aires, o las cosquillas. ¿Qué podemos reflexionar al respecto?

Creo que las cosquillas le dan más placer al adulto y no al bebé.

Yo creo que a los bebés realmente no les gustan las cosquillas pues muchas veces terminan llorando. En verdad si a mí me hacen mucho rato tampoco me gusta

Los bebés se ríen, pero es de nervios pero no creo que realmente estén contentos.

En cuanto a lanzarlo por los aires ¿Se imaginan que un gigante nos lance a nosotras? Yo me muero de miedo.

Muchas veces, con las mejores intenciones actuamos como si tuviéramos un cierto derecho sobre el cuerpo del bebé y el niño pequeño: besándolo, acariciándole la mejilla, el pelo, palmeando su espalda, las nalgas…

Estas situaciones pueden irritar, molestar o asustar al bebé.

¡No!

Cuando es muy pequeño no puede expresarnos su malestar con palabras, lo hace con sus gestos, llantos, su cuerpo se pone tenso. A medida que va siendo mayor va desarrollando más recursos para expresarnos lo que le sucede, lo que no le agrada. Y es función del adulto respetárselos.

Cada niño tiene una sensibilidad diferente y es importante notar si el

pequeño se siente a gusto con esos juegos. Los bebés y los niños aprecian las caricias y los contactos corporales de manera muy diferente según la naturaleza de cada uno, pero, además, el placer varía según los momentos y los períodos. Es importante que estemos atentas a sus mensajes gestuales y corporales de tensión o distensión.

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5.

El vínculo adulto - niño o niña

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uando un bebé nace, necesita del sostén de la mamá o de algún adulto que lo envuelva, que lo contenga física y afectivamente. Acoger a un niño recién nacido significa acompañarlo en el estado de dependencia absoluta en el que se encuentra y posibilitarle que pueda adquirir una autonomía relativa, decimos relativa ya que siempre dependemos de los demás.

El bebé siente que su

realidad es estable, si las manos que lo tocan son respetuosas y delicadas.

Este apoyo, que se traduce en cuidados y atenciones cotidianas, es el que posibilita al bebé sentirse cada vez más seguro en un mundo lleno de sensaciones y estímulos nuevos para él. Debido a que no puede autovalerse, el adulto le da de comer, lo baña, lo cambia, lo acuesta, lo traslada, etc., El bebé siente que su realidad es estable, si las manos que lo tocan son respetuosas y delicadas, si sabe lo que le va a suceder por que le avisan, todo ello genera un estado continuo de tranquilidad y por lo tanto de apertura al mundo y a la comunicación. Este es el punto de partida para establecer un vínculo positivo con el bebé y ayudarle a comprender su entorno, ganarnos su confianza. Para ganarnos su confianza, el niño necesita sentir que el adulto que lo cambia o cuida lo está tocando con manos dulces que esperan su respuesta y que están siempre dispuestas a recibirla. Necesita también sentir que esta persona es sensible y tiene capacidad para escucharlo, para comprenderlo y para significarle el mundo en el que está.

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Cuando se va a tomar en brazos a una niña para cambiarla, le diremos; “En unos momentos más vendré para abrigarte pues está haciendo frío”. Al llegar decirle “Te voy a levantar, te voy a colocar esta chompita” ¿Puedes pasarme tu bracito? Gracias”. Luego de ello “Ahora te coloco la otra manga” “Qué linda has quedado”. “Enseguida te llevaré al parque para que juegues un rato”. En cambio, si el bebé percibe brusquedad en los cuidados, se sentirá atacado, su cuerpo se pondrá tenso, soportando estos malos tratos. Aguantar, soportar o sobre adaptarse a esas situaciones sin estar preparado, puede llevar al niño a angustiarse, llorar mucho, pues busca aferrarse desesperadamente al adulto, sufre en ese intento y esto le provoca cada vez que vive estas situaciones inseguridad y desconfianza en el adulto y el medio.

¡Vamos a cortar esas uñitas que están largas!

Me parece que no le gusta que le cambiemos el pañal ¿Qué podremos hacer?

Ya, ya va a pasar.

La posición paralela del cuerpo del Bebé en el cambiador, al cuerpo de la madre, es una posición que no favorece la comunicación, ya que la madre está mirando a la zonas de cambio (pelvis, piernas, tronco) y no al rostro del niño. La posición perpendicular es una posición ideal para el encuentro de las miradas y los rostros

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Si el adulto está atento y sensible a las manifestaciones del niño y actúa teniéndolas en cuenta mientras lo cuida y atiende, el niño desde los primeros días podrá establecer una relación activa con él, con su medio y demostrar iniciativa. Luego, conforme va creciendo, observaremos que si le hablamos, nos dirige algunos sonidos y responde a nuestras palabras.


Buscará atraer la atención del adulto con sonidos, gestos, entrar en interacción con él, cooperará cada vez más durante los cuidados.

La regularidad y la calidad

del sostén van generando en el bebé sentimientos de seguridad que le permitirán pasar de la dependencia absoluta a esta autonomía relativa.

Más tarde cooperará extendiendo el brazo, la pierna, dándose vuelta sobre el vientre cuando se lo pedimos. Además, al relacionarnos respetuosamente con los niños y las niñas, anticipándole con palabras y gestos lo que vendrá, estando atentos a sus propios gestos de agrado y desagrado, y permitiéndole cooperar en la medida de sus posibilidades; comprobaremos que al desarrollarse las relaciones entre el niño y el adulto puede realizarse un proceso que se caracteriza por un comportamiento activo y eficaz del niño ya que él sabe lo que va a sucederle y lo que puede hacer para participar.

¿Te doy?

¿Pero no es que tenían que comer solos?

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La autonomía se construye a partir de lo que niños y niñas pueden y de lo que necesitan. Pablo es muy autónomo, pero sabe pedir ayuda cuando lo requiere.


Es muy importante que el adulto incorpore al niño en los momentos de cuidado. La mayor parte de veces, la actitud del adulto mientras lo cambia, o le da de comer, es pasarle objetos o contarle historias; como para entretener la atención del niño, como para que no se dé cuenta que lo están cambiando o dándole de comer, sin darse cuenta que es justamente a partir de una interacción en la que el niño pueda ser partícipe de estos cuidados que lograremos que vaya adquiriendo en forma progresiva su autonomía. Si en estos momentos el bebé se “deja hacer” pasivamente, será más difícil que tome conciencia de su cuerpo y de lo que se refiere a su cuidado personal. Algunas investigaciones2 sobre zonas rurales nos indican que en la dinámica de las familias rurales en relación al sistema de crianza: • Intentan responder a los requerimientos de los bebés reconociendo su capacidad para comunicarse. A mayor número de miembros en el hogar los bebés tienen más oportunidades para ser atendidos en sus requerimientos. En los hogares en los que las madres están solas al cuidado de los bebés recurren al lenguaje oral para dar explicaciones buscando ser comprendidas por los niños, o para llamar la atención de los niños que se muestran muy demandantes. • Otorgan a los bebés oportunidad para moverse. La disponibilidad de oportunidades está determinado por las condiciones que los rodean, no así por las concepciones de las familias. En familias de varios miembros que pueden vigilar el accionar de los bebés, éstos gozan de mayores oportunidades pudiendo por sí mismos ir dominando y controlando cada vez más su cuerpo: gatean, se paran y caminan con apoyo. En las familias en las que el bebé pasa mayor tiempo solo con la madre goza de menos posibilidades para moverse porque una estrategia de las madres para poder realizar algunas actividades consiste en cargarlos en sus espaldas. Ahora bien, también hay momentos en que puede dejarlo sentado con juguetes mientras van realizando sus actividades. Sería entonces muy interesante que las personas a cargo de las familias puedan reflexionar sobre estos sistemas. 2

MOLINERO, V. (2006) Evaluación de la Propuesta de Atención Integral de niños y niñas menores de tres años mediante Ludotecas Comunales años mediante Ludotecas Comunales. Inédito.

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El bebé empieza a percibir,

a darse cuenta, de que las diferentes vivencias tienen un cierto orden y armonía, como por ejemplo los momentos de los cuidados.


¿Has observado algo así alguna vez? ¿Cómo podrías hacer para que esto que le ocurre a Pedro no suceda?

Bebé de 6 meses que lo cambian de ropa en silencio y mecánicamente

Bebé de un mes que lo cambian de ropa en silencio mecánicamente

Mismo bebé al año, igual situación

Mismo niño de 6 años. Pedro hay que ir a la escuela vístete.

Vísteme tú, yo no puedo.

Un bebé al que

se le permite participar activamente en los cuidados, requerirá menos de la asistencia del adulto y de esta forma alcanzará sentimientos de competencia y seguridad en sí mismo que lo acompañarán durante toda la vida, vivirá en un equilibrio emocional y afectivo satisfactorio, y aprenderá también a tomar iniciativas en otros aspectos aún sin la presencia del adulto.

No papá yo lo hago sola.

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6.

La actitud del adulto, el espacio y los materiales para el momento de:

6.1 El baño La periodicidad del baño depende mucho del tipo de clima, sabemos que a menor temperatura, menor cantidad de baños por lo general. En el baño del bebé, más allá de la técnica, lo más importante en este momento es el vínculo que se produce entre el adulto y el niño. El adulto le proporciona el sostén la seguridad afectiva y le posibilita la libertad del movimiento. En el agua, la percepción de su cuerpo, de su peso, de la inestabilidad corporal, puede generar en muchos niños y niñas sensaciones de temor, luego, a medida que se le permite percibirla progresiva y delicadamente, puede introducirse en el agua, sentirse más seguro, sostenido por el adulto, sólo así podrá tener placer por estar allí. Ese temor puede ampliarse o desaparecer, dependiendo de las actitudes del adulto, que favorezca un baño seguro y armonioso. Para favorecer un baño placentero de un bebé, es necesario tener en cuenta lo siguiente:

En el baño del bebé, más

allá de la técnica, lo más importante en este momento es el vínculo que se produce entre el adulto y el niño

Es importante para la

tranquilidad del adulto y el bebé dejar preparado todos los materiales que se utilicen en el lugar para cambiarlo como por ejemplo: el pañal, la crema, la ropa, la manta, el peine, etc.

Cambiador con los elementos necesarios para esta forma del baño.

Preparar con anticipación los elementos que se van a utilizar Antes de bañarlo, enumerar todo lo que se puede necesitar; la esponja, el jabón, la tina o bañadera, el agua con temperatura ideal para el bebé (aproximadamente 36 ºC). Tener un termómetro para medir la temperatura del agua puede parecer algo sofisticado, sin embargo, lo colocamos pues está dentro de las condiciones ideales ya que la sensación térmica es bastante personal, y muchas veces si tocamos el agua con la mano o con el codo para una persona puede estar adecuada y en cambio para el bebé puede sentirla fría. Incluso, si la temperatura del agua está a 36º grados puede ser agradable para un bebé, caliente para otro y fría para otro.

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Tina con termómetro


Expresarle con palabras lo que se va hacer

Adulto mostrándole al niño el algodón con el que le limpiará la carita

Aunque el niño sea recién nacido, está capacitado para escuchar lo que el adulto le dice, poco a poco irá comprendiendo y encontrando significado a lo que el adulto le dice, en relación a lo que va a suceder. Por ejemplo: si el bebé está en el lugar para cambiarse se le puede decir: “ahora te voy a sacar la camiseta” o en el momento de llevarlo a la tina o al río, etc. “ya te saqué la ropa y ahora te voy a levantar para llevarte al agua”. Esas palabras que anticipan, se las dice el adulto al bebé antes de realizar la acción, es muy importante esperar y “escuchar las respuestas corporales del bebé” esperar unos segundos después de haber terminado la frase para darle tiempo a escuchar, comprender, asociar y responder con gestos, mímicas y todo su cuerpo. El rostro del adulto puede colocarse cerca (a unos 25 cms. del bebé) cuando las miradas se encuentren, se le habla con ternura.

Sentirse bien sostenido Es indispensable sostener muy bien al bebé sobre el brazo del adulto, con la cabeza en el hueco del codo y la mano sujetando el brazo desde la axila así, al encontrarse bien sostenido, no experimenta ninguna inquietud ni sensación angustiosa de caerse.

Dar posibilidad a la libertad de movimiento y a la autonomía El bebé sintiéndose seguro y a gusto, vivirá con naturalidad la experiencia del agua, moviendo sus piernas y sus brazos libremente. El adulto le permite que lo haga, cuidando de no soltarlo completamente, sin dejar de mirarlo. Cómo sostener al bebé en el agua, el brazo sostiene la cabeza y lo sujeta de la axila.

El nivel del agua no siempre es el mismo, este varía de acuerdo a cómo va creciendo el niño. Para un recién nacido por ejemplo es segurizante sentir que está bien apoyado en la tina, sentir que flota sin límites puede generarle temor. En cambio cuando un niño maneja bien su cuerpo, se pone de rodillas, se voltea, etc. una mayor cantidad de agua le resulta placentera.

El baño es un lugar de intensa relación bebé – adulto Al igual que otras situaciones de aseo, el baño es, en general, un momento de intensa relación en el que se

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dialoga, se comparten vivencias y donde el bebé está implicado por entero en lo que se le hace. Su cuerpo está relajado y expresa este bienestar.

El tiempo del baño

¡Pero qué fuerza tienes en las piernas!

El tiempo depende mucho de la observación que al adulto haga de cómo vive el bebé este momento. La placidez, la emoción de alegría, son indicadores importantes, el color de la piel pues ella nos dice cómo vive el agua el niño, si muy caliento o fría. Finalizado el baño, el bebé está muy envuelto y protegido con una tela cálida y absorbente Creo que te gusta estar envueltito.

María creo que le pusimos el agua un poco más caliente que otras veces; su piel está un poco rojita.

Ëchale un poco de agua fría que tengo en la jarrita.

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A tener en cuenta Es importante saber que el baño es un momento clave de encuentro y comunicación adulto niño, por ello hay que diferenciar este momento de momentos de juego en el agua donde el adulto le coloca juguetes plásticos y el niño realiza diferentes acciones como pasar agua de un envase a otro, bañar a un muñeco, etc. Se puede bañar al niño de manera cálida y respetuosa y luego colocarle algunos juguetes para que juegue y explore posteriormente, pues si cuando los vamos a bañar les colocamos estos objetos en la tina, el niño pondrá su atención en ellos y se perderá la posibilidad de este importante momento.

¿Han observado a sus hijos cuando les toca el baño?

Mi niña es tremenda, cuando le saco la ropita corre por toda la casa le gusta que la persiga.

¿Por qué llora .siempre que la voy a bañar?

No la bañamos mucho hace frío.

¡Qué interesante ahora vamos a conversar de todo esto!.

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6.2 El cambio de ropa, tipo de ropa Este momento como hemos ido viendo a lo largo de la guía es de fundamental importancia. Por ello nuestras actitudes, gestos y la manera en la que realizamos esta actividad en especial desde los primeros momentos marcarán la pauta para las experiencias futuras que serán más o menos placenteras o más o menos desagradables tanto para el adulto como para el niño. A continuación mostramos una secuencia de un cambio de ropa sugerida para a un bebé de 4 meses:

Este tipo de ropa es más cómodo para el bebé pues la camisa es abierta y de un algodón cálido y flexible. El adulto encarruja la manga y se la coloca al bebé.

El adulto le muestra el pañal que le va a colocar, así poco a poco el bebé irá colaborando como este niño que al verlo, levanta ambas piernas.

El bebé mira al adulto, su cuerpo está distendido, puede colaborar en el cambio de ropa.

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El adulto le muestra la manga al bebé, este lo observa y poco a poco va tomando parte de esta actividad, levantando la mano para que le pongan la ropa. Es fundamental la delicadeza de los gestos.

Cuando la manga ingresa por la mano lo que baja es la manga delicadamente. El brazo no se estira pues puede ser doloroso.

Es importante que las mangas le permitan movilidad de la mano y la muñeca, si están demasiado largas, es mejor doblárselas, así el bebé puede moverla, llevársela a la boca, tomar objetos, etc.

El bebé está cambiado, el adulto le extiende los brazos en señal que lo va a levantar

Como sabemos, el bebé al nacer es muy sensible y delicadito. En ese momento hay que tener especiales cuidados al sacarle y ponerle la ropa, ya que si ésta se le saca de manera brusca o fuerte, es muy probable que sienta malestar y angustias en su cuerpito.

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Mejor esta.

Esta no.

Niñas y niños van dando la pauta de lo que es agradable o no. Por esto, durante los primeros meses, se recomienda ponerle camisas abiertas para evitar esta situación. Meses más tarde el niño podrá aceptar ropas cerradas de mejor manera. Lo importante es tener en cuenta que la parte que se coloca por la cabeza sea lo suficientemente ancha como para no provocar molestias.

Si le ponemos desde

los primeros días ropa cómoda y fácil de colocar, evitaremos experiencias desagradables e incluso dolorosas que van generando huellas de molestia y de temor frente a la vestimenta

Ropas que permiten la libertad de movimiento

Este enterizo toma el tronco y las piernas del bebé, de modo que puede moverse con total libertad sin que se le salga

Este tipo de zapatos abrigan el pie y al mismo tiempo permiten que el pie se mueva con libertad

Estas prendas abiertas permiten que sean puestas por los brazos y no pasen por la cabeza, situación que es muy incómoda durante los 6 primeros meses especialmente.

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Ropas que no permiten libertad de movimiento Esta ropa con tela de jean aunque no es de la misma tela que la de los adultos pues es más flexible, no es adecuada para los niños que necesitan moverse libremente

Ropa incómoda para poner al bebé durante los primeros meses Las manoplas o mitones no permiten que el niño pueda explorar sus manos, abrir y cerrarla, mover los deditos, actividad que se da a partir del 2º mes. Por lo general se ponen por temor a que el bebé se rasguñe, es preferible cortarle las uñas y permitirle el movimiento. Este tipo de ropa (llamados body o enterizo) no es recomendable aunque son muy populares ya que se ponen pasándolos por la cabeza, son muy incómodos para el bebé. Esta incomodidad por lo general produce sensaciones desagradables que hacen que el cambiado no sea una experiencia de placer y comunicación compartidos.

Este tipo de prendas son incómodas y difíciles de colocar forzando al bebé a realizar movimientos que pueden tornarse tensos tanto para él como para el adulto.

Si el niño tiene el pecho y la espalda abrigada y están calientitos, puede tener las manitos “menos” calientitas y no se enfermarán.

Este tipo de ropa con gorrito incluido no es conveniente pues si el bebé gira la cabeza puede ahogarse.

Cuando los bebés son pequeños y giran sus caderas algunos pantalones se les salen o le aprietan la cintura, por ello no son recomendables los primeros meses.

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Los zapatos “en miniatura” no son recomendables hasta que el niño camine, antes de ello puede utilizar medias o zapatos de algodón, lana o una tela suave y flexible para protegerse los pies.


No abriguemos demasiado a los niños y niñas, pues necesitan libertad para moverse y jugar como lo grafica el pedagogo e historietista Francesco Tonucci.

¡Ve a divertirte!

Secuencia de cambio de ropa hecho con prisa y en forma desconectada del niño o bebé. La vestimenta se hace difícil cuando no se da el tiempo ni el espacio para llevarla a cabo. Si se hace siempre con prisa y se cambia al niño más como un objeto que como sujeto, se desaprovechará la riqueza de este momento. ¡Esto es cada vez más difícil!

Mamá cambiando a niña 3 meses. La mamá está concentrada en la zona de las caderas, pone el pañal sin mirar a la niña.

Mamá cambiando a niña 6 meses, le pasa la crema para que juegue, no le habla, está concentrada en limpiarla y ponerle el pañal, no se miran ni se comunican.

Mamá cambiando a niña 12 meses, la bebé se mueve, no quiere cambiarse, agarra el pañal, no se lo quiere dar.

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¿Qué he hecho para merecer esto?

Mamá persiguiendo a su hija de 18 meses por la casa ella corre desnuda.


Secuencia de cambio de ropa hecho con calma y en forma respetuosa Si se le habla desde pequeño al niño, explicándole lo que se hará, mostrándole la ropa que se le pondrá, veremos cómo poco a poco el niño se transformará en un participante activo de sus propios cuidados.

Mamá cambiando a niña 3 meses la niña está acostada boca arriba, ella la mira a los ojos, está frente a ella en un cambiador le muestra el pañal que le va a poner.

Mamá cambiando a niña 6 meses, ambas están frente a frente, la mamá le dice que le pondrá el pantalón, se lo muestra, la niña le sonríe y le pasa una pierna.

Mamá cambiando a niña 12 meses, están en un cambiador adecuado, la niña se mueve, se levanta, la mamá le cambia los pañales de pie.

Mamá cambiando a su hija de18 meses la niña está en una tapiz tipo cojín alto y amplio en el piso, intenta sacarse por sí sola la media, lo logra y se la pasa a la mamá.

Por otra parte, conocer y respetar las características del desarrollo del niño, permite un mejor acompañamiento. Si reconocemos la importancia del movimiento durante los primeros años, permitiremos que el niño se mueva durante el cambio, que pueda colocarse de espalda o girar y quedar boca abajo. Experiencias respetuosas en estos momentos demuestran que si el adulto es hábil (y esto se aprende fácilmente), podrá ponerle pañales y ropa al niño en sus diferentes posturas, en lugar de obligarlo a permanecer de espaldas ya que esto hace más tensa y difícil la situación. Posibilitando que la vestimenta sea una actividad agradable que permite posibilidades de un alegre encuentro y comunicación.

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7. La actitud del adulto,

el espacio y los materiales para el momento de la alimentación:

7.1 La Progresión de la alimentación3 Cuando se va a incorporar otros alimentos después del tiempo de lactancia exclusiva, es importante considerar que el estómago del bebé ha estado acostumbrado a una sustancia ligera como la leche, por ello es recomendable ir incorporando alimentos livianos hasta los más pesados para que el estómago del bebé los vaya asimilando de manera progresiva. Con respecto a la alimentación, el bebé es activo desde el primer día y es capaz de indicar si le gusta o no el alimento que se le ofrece. Si le gusta succiona activamente, o abre la boca apenas ve la cuchara, si no le gusta, deja caer todo, saca la lengua, rechaza lo que no desea tragar. Por eso, desde este punto de vista es importante considerar que el bebé es una persona y por lo tanto él sabe cuánto y hasta cuando comer. Y en este sentido, obligarlo es ejercer una acción violenta hacia él. Él le comunica al adulto lo que siente como placentero: por sus movimientos calmos, por la expresión de su rostro, ya se trate de lo que está comiendo o de la forma en que se le está vistiendo. Cuando llega la hora de la comida, el adulto le hace saber al niño que hay que prepararse para comer, por lo tanto le anticipa y prepara todo le que le hace falta para atenderlo con tranquilidad y ternura.

Es un momento de encuentro con el niño

para comer algo sabroso y tibio, y no solo de introducir alimentos, sino de comunicarse y recibir comprensión y cariño.

3

Tomado de: Vincze M. La comida del bebé: del biberón a la autonomía. Buenos Aires, Argentina. Revista La Hamaca nº 12; FUNDARI CIDSE

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El bebé es una persona y

por lo tanto él sabe cuánto y hasta cuando comer. Y en este sentido, obligarlo es ejercer una acción violenta hacia él.


Algunas investigaciones en zonas rurales nos aportan lo siguiente: Como parte de la alimentación complementaria les dan de comer la comida que se prepara para la familia. No se les prepara platos especiales. Les dan de comer en los momentos en que todos comen y mientras la madre prepara los alimentos para la familia. También se observó una preocupación e intento por incluir frutas en su alimentación dándoles entre comidas. Cuando se trata de cosas que pueden coger por sí mismos, les dan para que los niños coman solos limpiándoles las manos con un trapo húmedo. Otras veces le hacen comer, ya sea la madre o un hermano, de un plato que les sirven o del plato del cuidador. Cuando no quieren comer, no se los fuerza a hacerlo. En algunos momentos, a través de la lactancia también se da una interacción afectiva y surgen juegos entre la madre y el niño. Ambos se tocan, acarician sus rostros, el niño juega metiendo los dedos en la ropa de su mamá, metiendo y sacando el pezón de su boca, la madre juega haciéndole creer que ya se terminó la leche, etc. Ello surge principalmente cuando la madre puede darle de lactar sin tener que realizar otra actividad. Por lo general los niños lactan parados mientras su madre está sentada realizando alguna tarea4 . Sabemos que cada familia y cada comunidad tienen su propio funcionamiento en relación a la manera de comer, a las comidas que preparan; etc. a modo de contribuir a la reflexión, a continuación les ofrecemos la síntesis de una investigación del Instituto Pikler que lleva 70 años estudiando y observando el comportamiento de los bebés de modo de mejorar sus prácticas de crianza. Probablemente habrá prácticas y costumbres que no se comparten, o se hacen de otras formas que son pertinentes para cada realidad, la forma propuesta por el equipo del instituto Pikler se asemeja más a la utilizada en las zonas urbanas del país. En las zonas andinas en cambio, muchas familias comparten el alimento en el suelo, no utilizan sillas ni mesas. Sin embargo se asemejan en lo respetuosas de los ritmos del niño, en la importancia del encuentro entre quienes comparten el alimento. La idea es conocer otras prácticas y poder mirar las propias para contribuir a una reflexión constructiva que aporte a un trato cálido y amable con nuestros niños y niñas. 4

MOLINERO, V. (2006) “Evaluación de la Propuesta de Atención Integral de niños y niñas menores de 3 años mediante Ludotecas Comunales” Diaconía. Inédito

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7.2 Hacia una alimentación autónoma Hay muchos temas que pueden desarrollarse en lo relativo a la alimentación, pero en esta propuesta nos limitaremos al análisis de las posibilidades de ayudar al bebé, la niña y el niño a ser independientes: desde la mamada, pasando por las siguientes etapas: beber en un vaso, usar cuchara, comer sentado en la silla, hasta la alimentación en grupo.

7.3 Las etapas hacia la independencia

MUY IMPORTANTE: Estas propuestas son sugerencias a partir de experiencias positivas de alimentación con bebés y niños pequeños, pero no deben ser tomados como una receta a repetir.

Como adultos, nuestro trabajo es enseñar al niño a beber, a comer y a alimentarse solo de manera que pueda conservar durante toda la comida el PLACER de hacerlo. Si bien es el adulto quien decide la introducción de cada elemento, debe siempre “escuchar” al niño, para saber si está de acuerdo en lo que le ofrece el adulto teniendo en cuenta las competencias de cada bebé.

• Lactancia Si la madre le da el pecho, el bebé necesita estar cómodo para que lo sostengan y no tener angustias de que se va a caer o que el pezón se va alejar. Un niño bien sostenido se siente tan cálidamente bien agarrado que no necesita preocuparse de su postura, ya que la única preocupación es succionar el pezón, esa es su acción y la ejerce con seguridad, con libertad y a su ritmo. Esa acción recíproca madre – bebé, puede ser, gracias a que la madre observa que su postura está cómoda, que su hijo respira bien, que su cabeza está bien sostenida y que los brazos y manos del bebé están libres, etc. Son las primeras acciones del bebé y vamos a poder observar su ritmo y nos va a indicar con su cuerpo y con su tono - emoción, cual es la postura ideal para lactar. Escuchar esos mensajes es alimentarse tranquilo, pero también el bebé sabe y siente que es comprendido. No hay recetas universales, cada bebé y su madre van construyendo la manera más armoniosa y afectiva al momento de la lactancia.

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El trabajo del adulto es

enseñar al niño a beber, a comer y a alimentarse solo de manera que pueda conservar durante toda la comida el PLACER de hacerlo


Por otra parte la posición en la que se encuentra la madre o el adulto que alimenta al bebé es fundamental. Un adulto bien sostenido, con la espalda bien apoyada y los pies ligeramente levantados posibilitará una alimentación placentera y una mejor conexión y comunicación con el bebé.

• Ablactancia Como sabemos, es el paso de la alimentación con la leche materna o similar a otros alimentos de manera progresiva. Durante este periodo se van introduciendo líquidos y alimentos sólidos, de acuerdo a patrones socio culturales de lo más variados. En este momento transitorio de alimentación el niño mayor de 6 meses puede, durante una misma comida, recibir la leche lactando o tomando el biberón, como las legumbres con cuchara y el jugo con un vaso. Para que la comida sea un acto placentero, de acuerdo a esta especialista, el orden de los alimentos depende del niño: muchos comen mejor las legumbres “o el cereal” si ya calmaron el hambre con la leche o la fruta. Si el niño acepta fácilmente comer con cuchara, se puede (cuando tiene 6 ó 7 meses) reemplazar el segundo biberón por legumbres y frutas. Si no reclama más la comida de la noche, se puede suprimir el último también. El biberón de la mañana, que contiene leche es el que según Vincze se conservará por más tiempo y hacia los 7 meses podrá ser reemplazado por leche en vaso. Instrumento: Cuando los bebés son muy pequeños, al principio debemos utilizar la cuchara de café, más tarde cuando acepte bocados más grandes se reemplaza por la de

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postre; hay que asegurarse que el borde no sea filoso. En cuanto al vaso, es más fácil dar a beber en un vaso con el borde recurvado hacia el exterior. Cuanto más pequeño sea el vaso, más fácil será dosificar la salida de líquido. Si bebe con habilidad podemos darle leche y frutas con el vaso más grande para evitar que las llenadas sucesivas lo impacienten. Es también más práctico darle las verduras o legumbres en un vaso: la cuidadora puede sostener el vaso con la mano izquierda (la misma que sostiene al bebé) de esta manera cuando se les da desde pequeños es más fácil dar de comer que si el plato está sobre la mesa. Por otra parte el bebé puede mirar lo que está comiendo, esto le permite ir teniendo conciencia sobre lo que va comiendo.

• El destete 5 El término destete hace referencia al paso de la alimentación de pecho, a la alimentación con biberón; como al paso de la alimentación de pecho o biberón a la alimentación sólida. El período de amamantamiento que se da desde los primeros momentos que nace un bebé tiene un enorme significado para él. Es una situación que le provoca una gran seguridad y placer por todo lo que significa desde el punto de vista de la interacción, la comunicación y la alimentación que se produce entre la madre y el bebé. Se sabe que no hay una edad exacta para el destete. Lo importante es que el bebé y la madre estén lo suficientemente preparados para tal acontecimiento. Que esta experiencia se produzca de mutuo acuerdo. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la lactancia puede tener una duración de dos años, siendo necesario un período de 6 meses de lactancia materna exclusiva y luego de este tiempo se convierte en complementaria. Actualmente, con la incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar este tiempo ha disminuido debido a diversos factores, entre ellos la dificultad de regresar al hogar para dar de lactar, los momentos de tensión producidos cuando no sale la leche, etc.

5

RIVERO, R. (2002) “El destete” tomado del artículo publicado en la página web de Publiguías en los sitios Cosa de Mujeres y Secretarias hoy en la columna Tus hijos. Santiago de Chile. Chile

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Lo importante es observar al bebé. Hay indicios que dan cuenta de una cierta maduración por parte de él. Entre los 6 - 8 meses, si el bebé se ocupa de sí mismo, “se materna”, se toma de las manos y pies, se toca, como si se envolviera a sí mismo; es un niño o niña que va en un proceso madurativo armonioso, ya que se ocupa de sí como otro se ocuparon antes de él o ella. Es la prueba de la calidad en las interacciones que ha tenido con el adulto. Estas conductas son un indicio que el bebé es un sujeto de acción capaz de autocontenerse, de estar solo y de transformar el mundo con sus acciones. Si el destete se produce cuando el niño o la niña no están preparados, se producen grandes trastornos, ya que el bebé no está listo para abandonar esta fuente de satisfacción oral. Un destete abrupto o prematuro, provocarán reacciones negativas frente al cambio. El bebé sentirá que la madre que es la que lo provee, lo ha abandonado. Esta ansiedad puede manifestarse a través de diversos síntomas: • • •

El bebé puede rechazar toda comida Pude comerla, pero ser incapaz de tolerarla. Esto puede producir diarreas, vómitos o constipaciones

El niño y la niña pueden manifestar reacciones hostiles ante esta frustración, ya que aún no pueden aliviar por sí mismos su ansiedad. Reacción que se manifestará también por medio de un rechazo a la comida, después de comer puede vomitar, tener diarreas o constipaciones. Se puede manifestar también en una intranquilidad que va en aumento, trastornos del sueño o succión del pulgar. Estos síntomas son indicadores de que el niño o la niña han sido llevados a una situación más compleja antes de haber tenido una satisfacción suficiente y una seguridad adecuada en la etapa anterior del desarrollo. Si las situaciones de dar de comer y todas las interacciones entre el adulto y el bebe le son anticipadas a nivel gestual y verbal: “En unos minutos te doy de comer. Pronto te toca el baño, etc.” Niños y niñas podrán hacer una representación mental de lo que vive cotidianamente, podrán ir comprendiendo de manera muy intuitiva que hay situaciones que se repiten y esto los tranquilizará.

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Por esto es recomendable si la madre tiene que cortar la lactancia avisarle al bebé que en un tiempo más dejará de tomar el pecho porque ha crecido, está más grande y podrá hacer y vivir otras cosas también placenteras e importantes para él. Explicarle que no podrá continuar dándole la leche de esa forma, pero que le seguirá manifestando su amor en otros momentos de cuidado y alimentación.

7.4 Condiciones primordiales sugeridas para una comida feliz de lo individual a lo grupal: •

La mamada – el biberón

Los bebés pueden beber pequeños tragos de leche en un vaso o de una cuchara, sin embargo, es la mamada6 la forma de alimentación natural que le procura más placer. Muchos bebés cuyas madres les dan de lactar, pueden no llegar a tomar jamás en biberón y pasar del pecho al vaso. Esta situación es muy interesante y lo observamos en las comunidades rurales de nuestro país en donde “Las madres amamantan a sus hijos hasta que cumplan los dos años y durante esta etapa les “prodigan” cuidados. Bolívar (1968)” 7 Sabemos que en las comunidades rurales la lactancia materna es afortunadamente el medio más usado para alimentar al recién nacido y al bebé pequeño, ya que es sin duda la mejor de las alimentaciones posibles para niñas y niños durante los dos primeros años de vida. Sin embargo creemos que es importante que se pueda conocer complementariamente sobre la manera más adecuada de dar el biberón a los bebés en el caso que los adultos cuidadores se vean en la situación de darles la leche con este instrumento (ausencia de la madre por enfermedad, fallecimiento, abandono, etc.)

6

Según el diccionario de la lengua española: Cantidad de leche que mama la criatura cada vez que se pone al pecho.

7

Ministerio de Educación del Perú (2002) Balance de la investigación en primera infancia y educación inicial en el Perú. INFORME Nº 3: Sistematización de estudios sobre Prácticas de Crianza en el Perú. Recopilado por TERRONES, D.

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Según Vincze, no debemos tener temor que el niño no pueda deshabituarse del biberón si cuidamos siempre que ese proceso sea llevado en forma lenta y moderada. Instrumento: La tetina cuya forma se parece lo más posible al pezón maternal es la más conveniente. Es necesario cuidar que el agujero no sea demasiado grande o pequeño, para que la leche no entre en la boca del bebé a chorros o en escasas gotas, y de esa manera, facilitar la succión de la misma. Recomendaciones importantes: Para que el bebé pueda mamar en paz durante 10 a 15 minutos, y éste es nuestro objetivo y no que tome el contenido de un biberón en 4 ó 5 minutos, el adulto debe estar confortablemente sentado y distendido. Debe sostener al bebé contra ella en posición ligeramente oblicua, dejándole libres los 2 brazos y tener el brazo que sostiene la cabeza cómodamente apoyado. • Alimentación con biberón Dificultades: Aunque los recién nacidos nacen con el reflejo de succión, necesitan de un cierto tiempo para habituarse a su madre, con el fin de que la mamada se desarrolle en calma y sin problemas. La alimentación con biberón no es tan simple como uno lo piensa, es particular en cada niño y niña; muchas veces los recién nacidos y los bebés frágiles se adormecen con él. Otros tienen dificultades para prender la tetina dentro de su boca, muchos introducen su dedo al costado de ella. Algunos succionan con tanta avidez y aspiran tanto aire, que los adultos se ven obligados a hacerlos detener muchas veces durante su comida para que puedan proseguirla tranquilamente y no llenarse de gases. Hay bebés que no toleran que se les retire de la boca la tetina ni una sola vez para hacerlos reposar y rompen a llorar. • El vaso, la cuchara Si en la actualidad la OMS considera que el bebé debe tener lactancia exclusiva hasta los 6 primeros meses, en algunas ocasiones es necesario utilizar el vaso y la cuchara. Hay culturas en donde a los niños les dan desde los

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primeros meses, infusiones, agua o jugo de frutas con vaso y cuchara. En estos casos, desde aproximadamente los 3 meses, el bebé recibe progresivamente la posibilidad de familiarizarse con el vaso. Cuando esto sucede al introducirse nuevos sabores (frutas, verduras) en su alimentación el bebé no tiene necesidad de habituarse a la cuchara, sino al nuevo gusto, pues ya conoció desde más pequeño esta última. • Alimentación con cuchara Recomendaciones importantes: El bebé debe tomar parte activa en la comida desde el principio. Por esta razón cuidamos que tenga libres los dos brazos durante TODA la comida, de manera que pueda tomar el vaso o la cuchara, también por eso debemos prevenirle y mostrarle cómo y con qué le estamos dando de comer; para eso es necesario adaptarnos a sus movimientos y su ritmo: debemos saber exactamente de qué tamaño deben ser los bocados, cómo inclinar el vaso, a qué velocidad darle de comer. Algunos niños aman comer lentamente sin apuro, otros se impacientan si no se les da rápidamente un bocado tras otro. Por ello reiteramos la importancia de mirar a cada niño y niña de acuerdo a sus necesidades. Dificultades: Aun en el curso de la progresión de alimentación más calma, la más gradual, pueden surgir algunas dificultades. Cuando estemos frente a las diversas dificultades, no es conveniente pensar que tarde o temprano el bebé o el niño pequeño aprenderá a comer a cualquier precio, si bien comerá, pero de manera impuesta, displancentera y esto no favorece el proceso de la alimentación. Por otra parte, es verdad que tarde o temprano lo harán, que cada niño aprenderá a servirse de los nuevos instrumentos, pero lo que hay que pensar es a qué costo lo consigue. Y las consecuencias futuras en relación a desórdenes alimenticios como la anorexia, bulimia entre otros. No nos preocupemos si tenemos que volver atrás: Si después de muchas tentativas constatamos que el niño continúa desconfiado de alimentarse con vaso y cuchara, deberemos volver a la manera anterior de alimentación, en lugar del vaso: el biberón, en lugar de la cuchara: el vaso.

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El problema es simple, si el bebé rechaza categóricamente el vaso o, caso frecuente, la cuchara, en este caso podemos volver al biberón o la teta, y 2 ó 3 semanas más tarde hacer un nuevo ensayo. A menudo es difícil saber si es el procedimiento o la comida misma lo que lleva al bebé a protestar y a no aceptar los alimentos con cuchara. Para esto podemos recurrir a diferentes ensayos: calentar o enfriar los alimentos, diluirlos, endulzarlos, colocar una mínima cantidad de sal, invertir el orden, etc. Muchos toman mejor las legumbres si antes han bebido la mamadera o el jugo de frutas. Cuando estemos convencidos que lo que el niño realmente rechaza es la cuchara y no los alimentos, - pero nunca antes- le daremos las legumbres y también las frutas, transitoriamente, algunas semanas o un mes, en un vaso. Puede ser que el bebé tenga dificultades para adaptarse a nuevos instrumentos (que saque la lengua, no cierre la boca, haciendo penosa la comida, etc.) en ese caso debemos volver al biberón en lugar de hacerle tomar malos hábitos. En el caso de los niños que comen lentamente, de aquellos que chupan su pulgar continuamente, así como aquellos muy impacientes que ponen su dedo en la boca entre una cucharada y otra o se dan vuelta constantemente, es difícil decidir si es el ritmo normal del niño o si ya no desea comer más. Si tiene el dedo en la boca: -

No tiremos para sacárselo, No le presentemos la cuchara si se da vuelta, No le demos vuelta la cabeza ni intentemos tampoco forzarlo a girar dándole pequeños golpes en la cara y en la boca, Ni intentemos recurrir a astucias en esta mala posición para hacerle aceptar el alimento, hablémosle sobre todo mostrándole la cuchara siguiente. No debemos darle alimentos hasta que él no se dé vuelta y retire el dedo de la boca. En el caso contrario ponemos fin a la comida.

Aunque veamos con placer que el niño a partir de los 4 ó 5 meses toca el vaso, no se aconseja dejarle tocar la cuchara. Sabemos que puede ser difícil, pero logra aprender que puede tomar el vaso, pero no la cuchara mientras está comiendo sobre las rodillas del adulto. Ya que cuando la agarra, es muy difícil darle de comer.

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No resolvemos el problema dándole otra cuchara en su mano. Si el niño “no sabe qué hacer con sus manos”, si gesticula, si está agitado, impaciente, será mejor que le hagamos beber las legumbres y los jugos de frutas de un vaso durante bastante tiempo. • Sentado en su silla Un importante paso dentro de la autonomía para la alimentación es cuando dejamos de tener al niño sobre nuestras rodillas. Las condiciones esenciales serían las siguientes: −

− − −

El bebé, niña o niño debe estar sentado en forma estable8 , sin tener necesidad de apoyo. La condición no es sólo que pueda ponerse en posición sentado, sino que pueda también sentarse sobre cualquier cosa y que pueda ponerse solo en la silla que uno le propone, puede llegar gateando o caminando. Debe saber beber solo sentado en las rodillas de la cuidadora, teniendo el vaso con las dos manos e inclinándolo correctamente. Debe comprender, cuando le hablamos, qué es lo que esperamos de él. Y lo más importante es que tenga la necesidad de hacer la experiencia.

Por muchas razones es recomendable enseñar al niño a comer solo en una silla a su medida y no sentado a la mesa adulta. Cuando sentimos que el niño está listo para intentar alimentarse solo en la sillita, aproximadamente entre los 14 ó 15 meses, debemos darle esa posibilidad. Algunos días antes de la primera tentativa, ubicamos la silla del bebé en el lugar donde juega o bien en el lugar reservado a los cuidados para que el niño pueda verla e intentar entrar y sentarse. Debemos decirle para qué sirve, y si creemos que ya es el momento, debemos explicarle lo que esperamos de él o ella y ponerle el primer alimento (desayuno) sobre el pupitre. Es importante que no seamos los adultos quienes los sentemos en la sillita, es importante para ellos que los dejemos instalarse y salir solos, aunque se desplacen

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Recordemos que los niños y niñas desde la motricidad autónoma llegan a esta postura por sí mismos.

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Son cada niño y niña

quienes nos dan la pauta de cómo ir actuando con cada uno.

únicamente gateando. Si él consigue sentarse en ella y beber sin la ayuda de la cuidadora, tomar el vaso del pupitre y depositarlo sobre la mesa cuando está vacío, ya puede dársele en la sillita su segunda comida láctea. Si se sienta, pero no busca tomar el vaso, debemos colocarlo nuevamente sobre nuestras rodillas. Algunas semanas más tarde, alrededor del año y medio, podemos intentar darle en su sillita una de las comidas de legumbres. La utilización de la cuchara presenta otros problemas. Mientras la mayoría de los bebés llegan a beber solos fácilmente pues ya lo hacían desde la falda de la cuidadora, la técnica de la cuchara requiere otro aprendizaje. Tarea difícil pues en la falda del adulto no habían podido hacer antes esa experiencia. El adulto cuidador puede también, durante uno o dos meses, darle de comer él mismo en la silla a un niño que bebe solo. La duración del aprendizaje varía enormemente de un niño o niña a otro, así como la manera en que podemos ayudar a cada uno. Favorecemos la comida cuando: - Creemos en el niño y aceptamos sus tiempos, ritmos y formas particulares de aprender. - Le permitimos al niño o niña hacer ensayos, para que luego de esas tentativas cada uno aprenda cómo utilizar la cuchara. - Le mostramos reiteradas veces cómo tener la cuchara para no tomar demasiados alimentos y volcarlos a nivel de la boca. No la favorecemos: - Si le damos de comer nosotros cuando es capaz de hacerlo por si solo o - Le agarramos la mano para tomar la comida y llevarla a la boca. Así no estimulamos sus esfuerzos y no aceptamos que al inicio actuará en forma torpe y desajustada. Si el ritmo de la comida es demasiado lento o si el niño pierde la paciencia luego de esos ensayos porque no llega a calmar su hambre, podemos recurrir a utilizar dos cucharas: el adulto le da de comer al niño y al mismo tiempo le deja la posibilidad de ensayar con su propia cuchara.

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Este proceso de aprender a comer solo en la silla requiere mucha atención, tiempo y paciencia, por ello, el adulto debe ocuparse de un niño por vez y no debe comenzar la experiencia con el siguiente niño hasta que el primero no muestre un cierto progreso en la adquisición de la independencia, El niño y niña que comen así en una silla deben naturalmente guardar su lugar en el orden de las comidas. Es decir que cada día se respeten los turnos del que come primero, el segundo y así. Para la armonía en este momento hay que hacer comer primero a los más pequeños y a continuación a los más desarrollados. Si lo hacemos al revés, puede que el adulto pierda la paciencia, si está ocupado con los niños que comienzan a comer solos y demandan mucho más tiempo y del otro lado hay varios niños y niñas esperando su turno. Instrumentos: La silla recomendada para aprender a comer solo es la “silla Lóczy” que es la más práctica: este conjunto silla-mesa es la más adaptada a la talla de un niño de alrededor de 1 1/2 años. Por su forma, el niño no puede deslizarse ni caer hacia atrás, los pies están bien apoyados en el suelo si fuera necesario podemos ayudarlo con un almohadón. La mesa debe estar bien equilibrada, no moverse ni bascular y guardar la altura ideal: niñas y niño sentados bien derechos apoyan su antebrazo apenas flexionado. La otra ventaja es la estrechez del asiento, de esta manera el niño queda apoyado en los isquiones. La mesa no debe estar demasiado alejada del niño, pero tampoco debe tocar su pecho. Es un mal hábito sentar al niño en una silla de manera tal que sus rodillas y tal vez sus piernas queden sobre el asiento y con la silla tan ajustada que su tórax quede aprisionado contra la mesa. Esta posición es sumamente incómoda para cualquier niño, lamentablemente es bastante usada para evitar que se ensucie la ropa, el mantel o el piso. El espaldar de la silla no sirve de apoyo sino de protección en caso de que el niño, al principio, se incline hacia atrás al beber.

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• El tazón, la cuchara Para los líquidos, leche, frutas y licuados el vaso más conveniente es aquel que tiene el borde recurvado hacia el exterior, es más fácil para la boca del bebé. Es conveniente no llenarlo al principio, Cuando el niño aprenda a comer solo podrá hacerlo más fácilmente con su cuchara de un tazón no muy grande pero profundo. Es más difícil tomar los alimentos de un plato, aunque sea plato de sopa. Seguimos, utilizando la cuchara de postre. • El Babero El niño que comienza a comer solo y babea mucho puede ser protegido por un gran babero impermeable que le cubra las rodillas, sin bolsillo, recubierto de uno más pequeño en tela absorbente. Hay adultos que colocan el extremo del babero largo bajo el tazón, esto no hace que el niño aprenda a comer más limpiamente, al contrario, se sentirá “atado” desagradablemente a su silla y perturbado en sus movimientos. Recomendaciones importantes: Como en las otras etapas de la adquisición de la independencia, aquí también, la graduación, la flexibilidad y la capacidad de retroceder son de una importancia fundamental. Esto tiene una significación especial, no sólo porque se trata de cosas difíciles de aprender, sino también porque esta fase es a la vez uno de los modos de separación del contacto corporal. Puede suceder que el niño rechace en algún momento la silla y desee volver sobre las rodillas: Aceptemos este deseo. La cuidadora podrá ofrecer una ayuda real al niño si le presta atención volviéndose hacia él. Debe instalarse confortablemente, en una silla de adulto, frente al niño sabiendo que en ese momento es necesario estimular al niño, dejarlo hacer o ayudarlo. Dificultades: Hay casos en que el niño que sigue comiendo sobre las rodillas no sostiene el vaso. Podemos sentarlo en la silla y puede que sea capaz de beber solo, sin dificultades. Una de las preocupaciones más frecuente es cuando el niño se embadurna: toma cucharadas muy grandes, sacude la cuchara, hace caer todo en su babero, vuelca la cuchara a nivel de la boca y prácticamente no come nada.

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En esos casos podemos hacer 2 cosas: 1. Disminuir la cantidad de alimentos en su tazón y volver a darle de a poco para que él coma correctamente y desperdicie menos. 2. Darle de comer en su silla, si él insiste en sentarse, esperar algunas semanas y recomenzar la experiencia. •

La comida en grupo

Cuando un niño es capaz de comer solo, y sólo pide ayuda para recoger el fondo de su tazón, puede comer otro niño a su lado, que tenga niveles de autonomía para comer similares. Esta comida de a dos es la primera etapa de la comida grupal.

Recomendaciones: No sentar a dos niños en la mesa si ambos no comen solos. La mesa y la silla deben tener la altura conveniente, de acuerdo a la talla del niño. No sentar en la mesa a un niño antes de que esté maduro para comer en grupo. Esto puede acelerar la comida del grupo entero, pero la velocidad no debe ser jamás un fin en sí mismo. Si dentro del grupo de niños se encuentran en diferentes fases de autonomía, (uno puede estar comenzando a usar la cuchara sentado en su silla y otro lo haga sobre

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las rodillas, otros coman sentados a la mesa y otros tomen la comida en común). Aún cuando todo un grupo coma sentado a la mesa, es preferible que lo hagan en dos grupos sucesivos, de manera que la comida sea más calma. Es necesaria una atmósfera serena y calma, distendida para que los niños que comen en grupo lo hagan con alegría. Este buen ambiente se crea sólo en las siguientes condiciones: * * *

*

Cada uno debe saber comer solo. No debe hacerse esperar a los niños frente a una mesa vacía. Las cosas no deben ser dejadas a azar, sino bien determinadas, los niños deben tener muy claro su lugar a la mesa, quién es el responsable cada día y cuáles son sus deberes, cuál es el orden de lavado de manos, cuál es el niño a quién darle un babero, por lo tanto, cuándo y cuál, en qué orden deben salir y reubicar las mesas y las sillas, etc. Los niños deben haber aprendido a respetar ciertas reglas; no está permitido comer de pie, no deben tocar el plato del vecino, etc. El niño debe saber que no puede jugar con sus alimentos, pero también debe estar seguro de que tiene el derecho de comer tanto como quiere y sólo aquello que le gusta.

Instrumentos: La mesa, la silla: Lo mejor es la pequeña mesa cuadrada, acompañada de pequeños cubos o taburetes de tamaño apropiado para que se sienten niñas y niños. Las dimensiones son las convenientes si los pies del niño están bien apoyados en el piso y los antebrazos ligeramente plegados sobre la mesa. Mantel, platos, cubiertos: La superficie de la mesa o el mantel deben ser lavables; aun el niño que come limpiamente puede ensuciar. La vajilla debe estar en buen estado y ser alegre. La estética es importante. Los alimentos servidos en una fuente grande no son apetitosas, ni el vaso de plástico,

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ni los platos esmaltados o de metal blanco, ni los bols de cerámica con el borde saltado o los platos rajados. * *

Tazones o pequeños platos de sopa. A chicos y grandes se les dará una cuchara de postre o una cucharita de niño, que es más práctica que la cuchara sopera. Recomendaciones importantes: Comer adecuadamente y respetando las reglas es más fácil de aprender haciendo comer a los niños en pequeños grupos de 2 ó 3, en lugar de reunirlos a todos juntos. * *

*

El niño debe aprender las reglas, pero también debe saber que cualquiera sea el número de compañeros debe respetarlas: Si se sienta mal, se pone inquieto, se levanta de la mesa, etc. nunca castigarlo de manera imprevisible o aún previsible, como quitarle la comida o la exclusión de la habitación. Por el contrario él debe sentir como naturales las consecuencias de su comportamiento. Son la voz y el tono del adulto lo que determinará si el niño siente como un castigo o como una consecuencia directa y natural de sus actos el hecho de, por ejemplo, tener que dejar la mesa.

Dificultades: Si hubiera un niño que sigue un régimen alimenticio severo, es mejor que no se siente a la mesa con todos y es necesario hacerle comer aparte y antes que el grupo para que no se sienta mal por comer algo diferente. *

En el caso de un niño que rechace regularmente un alimento, no intentemos cada día ver si lo come, démosle otra cosa en su reemplazo. Así no se crean malas experiencias y recuerdos de este momento.

• Problemas para comer. − Dificultades de masticación Podemos observar que el niño no llega a masticar o no lo quiere, no acepta el alimento cortado, o lo mastica y lo da vuelta en la boca durante mucho tiempo y lo guarda allí hasta finalmente escupirlo.

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La calma nos ayudará a ir superando estas dificultades enseñándole con tiempo y en forma consciente a masticar. Comer utilizando las encías es una tarea parecida a la masticación, por ello, podemos darle a un bebé que ya sabe darse vuelta y colocarse solo sobre el vientre, un pequeño trozo de corteza de pan o de pan tostado para ir ejercitando la masticación. El niño recién es capaz de masticar cuando los dientes premolares han salido. La mayoría de los niños tienen cuatro premolares a la edad de un año y medio aproximadamente. Recordemos que SIEMPRE, para la introducción de una nueva técnica, debemos enseñar a masticar a un solo niño por vez.

Aprender a masticar es

muy importante siempre y cuando se aprenda en forma placentera, no tiene sentido si trae conflictos.

En el caso de instituciones

educativas y de cuidado al menor de 3 años, es importante dentro del respeto a cada niño y su familia, no intentar modificar nada en cuanto a sus hábitos alimenticios cuándo éstos llegan al espacio educativo.

Podemos darle frutas como plátano o cuando le demos un puré de legumbres ponemos un trocito de zanahoria cocida y le explicamos al niño que él puede masticarla. Si lo hace con éxito durante varios días podemos, en un espacio de dos a tres semanas reemplazar progresivamente el puré de legumbres por legumbres en trozos y hacemos un guiso de vainitas por ejemplo. Si el niño rechaza masticar un solo trocito de legumbres o frutas, si él lo deja, si lo escupe entero, debemos detenernos momentáneamente. Y si consigue masticar bien podemos, alrededor de los dos años, cuando los niños tienen, en general, una dentición compuesta de 16 dientes, habituarlos a masticar algún tipo de frutas más duras o zanahoria o rabanitos crudos. Si el niño rechaza los alimentos en trozos o si los guarda en la boca y los da vueltas volvemos a las comidas en puré, aún cuando esto dure meses. − Casos especiales Respetando la cultura y las experiencias previas en el momento de adaptación: Hasta aquí hemos estado hablando de la ayuda a darle a un niño para hacerle adquirir su autonomía a partir de la teta y el biberón y hasta el momento que es independiente del adulto en lo relacionado a la comida, es decir, desde el nacimiento hasta la edad de tres años. Al ser la alimentación un acto profundo que implica afectos, olores, sabores, interacción con otros, al comienzo debemos adaptarnos al máximo a esa forma

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de nutrición, aun cuando difiera completamente de los hábitos alimenticios que nosotros creemos que son los correctos. El hecho de dejar el hogar e ingresar a un nuevo espacio con nuevas personas, constituye una situación complicada. Para un bebé, el biberón puede ser un objeto que le da seguridad, puede ser su único punto de apego como cualquier otro (un pan, una galleta, etc.) Cuando recién ingresan a la institución es importante observar al niño, permitirle que coma como lo hace en la casa, que pueda explorar a su alrededor para que vaya adaptándose y se vaya sintiendo cada vez en confianza con el espacio, niños y adultos. Podemos darle tranquilamente para beber y para comer con el biberón inclusive a un niño de un año y medio si no conoce otra cosa puede alimentarse a través del biberón, luego cuando se sienta bien irá comiendo en vaso, plato, etc. Si tenemos que darle de comer a un niño de dos años sentándolo sobre nuestras rodillas porque estaba a acostumbrado a ello o no lo había hecho nunca, no creamos que es una falta de tiempo, al contrario mientras más confianza adquiere un niño será más rápido su proceso de adaptación. Si es necesario podrá probar nuevos sabores, en su biberón y vayamos familiarizándolo con el vaso y con la cuchara. Según Vincze, la educadora o promotora nunca debe dejar de darle de comer a un niño sentándolo sobre sus rodillas hasta que él no se sienta perfectamente seguro y deje voluntariamente esta postura reconfortante. Si no sabemos los hábitos de alimentación del niño o la niña, el caso es mucho más delicado y hay que ser muy cuidadosos. Se averiguará cuál es el alimento que acepta voluntariamente y de qué manera lo hace, yendo a un ritmo de progresión tan lento como en el caso anterior. − El niño que come demasiado Un niño voraz es el que come casi sin distinción y –si puede– sin límites. Se atiborra con los alimentos, como si estuviera constantemente hambriento. Algunos de ellos son gordos, con tendencia a engordar, pero otros son delgados.

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Para Vincze, es más fácil mejorar el apetito de un niño que come poco que regular la nutrición de un niño voraz.

Dos consejos: 1. NUNCA debemos burlarnos de un niño voraz, no se lo debe ridiculizar, ni comparar con otros. No usemos adjetivos –aunque sean amables– que se remitan a su físico o a su alimentación como “gordito” o “trangoncito”. No debemos sonreír con las cantidades que traga. Este no debe ser un tema de conversación ni con el niño ni con los adultos cuando él está comiendo. Dentro de las posibilidades y de las normas, no limitemos su nutrición. Debemos tomar conciencia de que el niño o niña comen mucho y satisfacer sus deseos alimentarios.

Sólo obtendremos resultados negativos si intentamos disciplinar al niño o le disminuimos sus alimentos, esto sólo agravará su estado.

2. Respetarlo no significa que no debemos preocuparnos por su avidez ya que es un problema muy serio. No su nutrición, sino el niño en sí. Su voracidad es sólo un síntoma de insatisfacción (como en el caso de un adulto depresivo, que busca consuelo en los alimentos, el alcohol, o el cigarro). Hay que examinar las relaciones del niño con su adulto significativo, y debemos aportarle ayuda para que pueda modificar estas relaciones, de manera que el niño reciba de este adulto los cuidados y el interés real de modo que no tenga que buscar compensación en los alimentos.

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8.

El sueño del bebé.

E

l dormir nos evidencia lo necesario de la existencia de los ritmos en el desarrollo humano, nuestra vida transcurre entre momentos de vigilia y momentos de sueño, de actividad –descanso, de día/luz – noche/oscuridad. Los ritmos de un niño o niña son diferentes al de un adulto y son necesarios para su desarrollo madurativo

Cada organismo genera su propio ritmo de actividad/ inactividad, es un reloj biológico que determina el ritmo de vigilia/sueño y se debe establecer entre las 6 semanas y los 3 meses de vida, para ello es importante la interacción del niño con el medio ambiente, siendo importantes la luz / la actividad en la vigilia, como también la oscuridad / el descanso del entorno para dormir. Los recién nacidos duermen mucho y en ese tiempo se facilita la maduración cerebral y se segregan las hormonas necesaria para el crecimiento. El sueño es un buen alimento para el niño. Cada niño o niña es particular en su desarrollo, hay de los muy dormilones o pocos dormilones sin que ello afecte a su maduración. Los momentos de sueño se pueden dar de la siguiente manera, salvo algunos bebés que tengan dificultades

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para dormir. Sin embargo tengamos siempre presente que cada niño y niña tienen ritmos de sueño propios: Un recién nacido puede dormir en periodos que varían 2 a 6 horas, hasta llegar a las 16 horas. Alrededor de: - El tercer mes puede dormir alrededor de 14 horas, - El 4º mes comienzan a regularizar el sueño si se les permite reconocer día y noche por los ritmos de actividad y juego (vigilia) y sueño (penumbra, oscuridad) - El año de vida puede dormir entre 13 y 14 horas, siendo los momentos de siesta entre 1 ó 2 horas, - Los 2 años, duerme alrededor de 12 horas, con periodos de siesta de una hora aproximadamente, - Los 3 años un niño y niña pueden dormir 10 -12 horas diarias. Lo importante es que los adultos puedan filtrar lo que sucede en el ambiente para que el bebé tenga un sueño tranquilo y reparador. Filtrar significa cuidar la salud ambiental del niño y de la niña para el buen dormir, por ejemplo; sin ruidos molestos, sin que el ambiente sea excitante, con muchos estímulos, sin interrupciones, etc.

Hijitos: vamos a apagar la radio pues el bebé ya se durmió, cuando despierte la volvemos a prender ¿Bueno?

Sí pero despacito para que no se asuste

Los niños y niñas pequeños tienen sueños activos y profundos. Por ejemplo cuando se despierta el bebé pasa de un sueño profundo que se transforma en sueño “activo” en donde presenta movimientos en el rostro y en todo el cuerpo, luego pasa al estado de alerta, al nerviosismo y llanto. Con cada cambio los bebés están más o menos atentos y receptivos al entorno.

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La presencia o ausencia del adulto que cuida va a jugar un papel importante para la activación o no de los miedos y de la exploración del niño y la niña. Por ejemplo: si un niño o niña de 2 años se ha sido sentido bien acompañado en el proceso de dormir, va a estar mucho menos supeditado al miedo, a la angustia de la separación y la sensación de abandono.

Algunas investigaciones sobre las costumbres en áreas rurales; nos relatan en relación al sueño: Durante el día, niños y niñas regulan por sí mismos su necesidad de sueño. Dan expresiones de malestar que son reconocidas por las madres como signos de sueño. Ellas les dan de lactar sosteniéndolos cómodamente y rascándoles su cabecita. Los niños mientras lactan, se mueven, juegan con el cuerpo y la ropa de su mamá, hasta ir quedándose dormidos. Algunas veces tardan hasta veinte minutos en dormirse. Cuando ya se quedan dormidos los llevan a la habitación y los cubren con una manta para que estén abrigados. Cuando continúan renegando sin poder dormir, las madres los cargan en su espalda con una manta y continúan realizando sus actividades. Parece que el movimiento y el calor de su cuerpo les ayudan a dormir. Cuando están siendo cargados en la espalda de su mamá los bebés duermen en el momento que desean hacerlo sin ninguna dificultad. Las madres no tienen que hacer nada especial para ayudarlos a dormir. Al final del día (7:00 – 8:00 p.m.) cuando los bebés aún están despiertos los padres a través del lenguaje los motivan a dormir -“vamos a dormir, ¿ya mami?”, “duerme, ya papi”-, los acuestan junto a ellos, les dan de lactar y los acarician tratando de calmarlos. También se ha observado que en algunas ocasiones, cuando los bebés no quieren dormir les cantan canciones y los mecen. 9

9

MOLINERO V. (2006) Evaluación de la Propuesta de Atención Integral de niños y niñas menores de tres años mediante Ludotecas Comunales años mediante Ludotecas Comunales. Inédito

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• ¿Cuál es la posición más favorable para dormir? De acuerdo a la pediatría actual10, la posición más favorable para acostar al bebé es de espalda boca arriba; uno de los beneficios de esta postura es que es muy segura cuando el bebé vomita, pues le permite, por un reflejo llamado tónico cervical asimétrico11 girar la cabeza hacia un costado cuando la cabeza se mueve, en este caso por el vómito, generando que el vómito caiga a un costado. En esta posición pueden respirar sin obstáculos, moverse libremente, estirarse, acomodarse, patalear y evacuar gases. Se recomienda evitar acostarlo en la posición ventral o boca abajo para evitar accidentes durante el sueño, como por ejemplo; la asfixia. Tampoco es recomendable colocarlo de costado para dormir, ya que el brazo y la pierna reciben el peso del cuerpo e interfieren la circulación, el pasaje de los impulsos nerviosos, adormeciendo los miembros inmovilizados, el bebé siente mucha incomodidad que inciden en la calidad de sueño.

Se recomienda evitar acostarlo en la posición ventral o también llamada posición “boca abajo” para evitar accidentes durante el sueño, como por ejemplo; la asfixia. Reflejo tónico cervical asimétrico (posiciones) imagen de www.estimulacionydesarrollo.blogspot.com

Acostarlos en un lugar (cama, cuna) no muy grande, para que se sienta sostenido, para que el bebé registre que su cuerpo está contenido y no sienta el vacío a su alrededor. El límite reasegura al bebé, así como los olores conocidos, los bebés tienen el olfato muy desarrollado y éste les sirve para orientarse. Tampoco es recomendable colocarlo de costado para dormir, ya que el brazo y la pierna al estar apretada en la cama interfieren en la circulación, en el pasaje de los impulsos nerviosos, adormeciendo los miembros inmovilizados. El bebé siente mucha incomodidad que incide en la calidad de sueño.

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En el año 1994 el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos publicó sus conclusiones confirmando nuevamente que la posición en decúbito dorsal (boca arriba) durante el sueño de los lactantes era efectiva para reducir la incidencia del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL). Fuente: www.zonapediatrica.com

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Este reflejo, también llamado del “esgrimista” es producido por los cambios de postura de la cabeza en relación con el tronco. La cabeza del bebé se da vuelta hacia un lado (derecho), el brazo derecho extendido y el izquierdo flexionado. Fuente; la Revista Electrónica de Portales Médicos http://www.portalesmedicos.com/

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• El lugar para dormir El lugar para dormir debe ser exclusivamente para ello, no ser un lugar para jugar, puede haber algún objetos que le de compañía en el sueño como un muñeco pequeño de tela suave. En los niños el ir a dormir y conciliar el sueño se les facilita cuando se genera una especie de ritual, es como una ceremonia que comienza por darle de comer, ayudarlo con la ropa de dormir, la higiene, el canto, el cuento, algunas familias dicen el Ángel de la guarda, algunos niños abraza un muñeco cálido, en fin cualquier actividad que resulte relajante para él o ella. Al repetirlo se convierte en un hábito, así se va construyendo el proceso de aprender a dormir solo, que dura varios años.

Es importante no ponerle

mucha ropa y no abrigarlo demasiado para que tenga libertad de movimiento, especialmente los brazos y las manos libres.

La cuna o la cama no deben tener juguetes para que no se le excite o estimule a jugar en el momento de dormir y la habitación debe ser tranquila, un lugar apacible que no lo incite a la actividad. Un pañuelo o un muñeco pequeño bastan. -

El colchón Es importante que no sea muy blando, que no se hunda el cuerpo del bebé y quede encajado en un hueco o demasiado duro y no se pueda mover con tranquilidad.

Foto: http://www.bebesymas.com

• Los problemas que causan ver televisión antes de dormir Se recomienda que los niños no vean televisión antes de dormir pues la rapidez de las imágenes y el contenido de muchos programas genera excitación y una gran actividad mental que no posibilita la tranquilidad necesaria para conciliar el sueño. Por otra parte, el aparato de televisión al estar prendido emite rayos que son altamente nocivos para la salud de las personas.

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http://www.entremujeres.com


A medida que el niño es más grande y la realidad se hace más presente en el día a día, los miedos aparecen en el sueño y a mitad de la noche posiblemente se despierte aterrorizado y solicite buscar desesperadamente a sus padres para que lo ayuden y lo acojan para volver a reiniciar el dormir

• Chuparse el dedo o usar chupón Cuando el niño tiene sueño o está en el proceso de dormirse succiona el pulgar o se chupa los otros dedos o todo el puño, es una forma de calmarse por sí mismo, constituyendo la unión de las partes, un cierre circular; la “unidad de si” con su boca y su mano. Esta posibilidad de disponer de sus propios recursos para autotranquilizarse sin depender todo el tiempo del adulto, le ayuda al desarrollo de su madurez psíquica. No se aconseja el chupón, ya que es un objeto extraño, si se le cae cuando es muy pequeño no puede volver a ponérselo y acrecienta la dependencia para que otro se lo pase. Cuando lo usan en plena dependencia ante la ansiedad o el llanto es dificultoso dejar de usarlo, generando en muchos casos una verdadera pérdida ante la obligación de dejarlo. En algunos casos, ante la situación de quitar el chupón de manera violenta a los niños (hijos, hijas o alumnos), se ha provocado en ellos, la sensación de cercenamiento de una parte de su cuerpo. El bebé al llorar expresa sus dolores, sus miedos, sus angustias y ante ello es responsabilidad de los adultos acompañar y contener afectivamente a esa sensación de fragmentación, de sufrimiento. Ponerle un chupón no permite al bebé expresarse, al adulto no le permite averiguar qué le sucede, simplemente se acalla el llanto sin comprender en profundidad lo que al bebé le está incomodando.

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Antiguamente los bebés no usaban chupete o chupón, a mediados del 1800, en Inglaterra las madres les daban a sus hijos anillos de goma. Sin embargo, durante mucho tiempo estuvieron asociados solamente a las clases más humildes porque se los consideraba antihigiénicos. El primer chupete moderno se patentó en los Estados Unidos en setiembre de 1900. • ¿Es aconsejable despertarlos para darle de comer o cambiarlos? El sueño de los bebés y de los niños y niñas es importante respetarlo. Lo más aconsejable es dejarlos dormir y tratar de no despertarlos, salvo situaciones importantes, como darles alguna medicina. O como en el caso de los bebés prematuros que necesitan ser alimentados con mayor frecuencia porque no tienen tantas reservas o no tienen la fuerza necesaria para pedir la leche. Lo ideal es aprovechar el momento en el que el bebé se despierta espontáneamente para alimentarlo o cambiarle los pañales. Si el bebé sigue durmiendo después de hacer sus necesidades fisiológicas, significa que no está del todo incómodo, por lo tanto es posible esperar a que se despierte. Despertarlo para cambiarlo o alimentarlo puede alterar su tranquilidad física y emocional.

A tener en cuenta Es importante ser flexible en el sueño y dejar al niño una mayor iniciativa en lo que se refiere al sueño. La observación de los niños en sus ritmos para acompañarlos de manera ajustada y la búsqueda de la tranquilidad es fundante para un favorable desarrollo.

• Los riesgos para el bebé - la muerte súbita12 La muerte sorpresiva del bebé causa un gran dolor en la familia y los padres no alcanzan a comprender por qué falleció el bebé y quedan con sentimientos de una gran culpabilidad que devienen en graves problemas psicológicos. Actualmente la muerte súbita del lactante es una de las primeras causas de muerte en los países occidentales en niños y niñas entre uno y doce meses.

El síndrome de la muerte súbita se define como la muerte repentina e inesperada del lactante aparentemente sano

12

Artículo de la pagina web de la Sociedad Peruana de Pediatría; www.pediatriaperu.org

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Aún no hay muchas respuestas sobre este síndrome. Se pueden reducir sus riesgos pero todavía se desconoce los mecanismos que llevan a la muerte al bebé, al alterarse su respiración lo que conduce a la muerte inesperada mientras duerme, debido a que dejó de respirar. Para prevenir, se puede prestar atención a tres tipos de lactantes que pueden sufrir esa tragedia: • Prematuros que presentan apneas13 o pausas prolongadas sin respirar, y a otros con displasia bronco pulmonar.14 • Lactantes que presentan una apnea de causa desconocida, con falta de oxígeno, cambio de coloración, piel morada o pálida, pérdida de tono muscular o fuerza. • Hermanos que han sido víctimas del síndrome. Algunas recomendaciones para proteger a los niños del síndrome:

1. Colocar al bebé en posición de boca arriba para dormir 2. Dormir sin almohadas, ni cojines gordos o colchas gruesas en la cuna, ya que podrían ahogar al lactante.

13

Una apnea es el cese completo de la señal respiratoria de al menos 10 segundos de duración, extraído el 19 de septiembre de 2010; http://es.wikipedia.org/wiki/

14

La displasia broncopulmonar; se presenta en bebés gravemente enfermos que han recibido altos niveles de oxígeno durante largos períodos de tiempo o que han estado conectados a un respirador. Extraído;15/09/10, Medlineplus; http:// www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001088.htm

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3. El bebé debe dormir en una atmosfera libre del humo de cigarrillos o de humos producidos por estufas o cocinas a leñas, antes del nacimiento y después. 4. Si la madre fuma durante el embarazo15 y en el primer año de vida del bebé el riesgo por muerte súbita se eleva en un 4.09 veces más 5. Si ambos padres fuman se incrementa el riesgo en 2.41 veces más.

6. No debe haber ropa en la cama, ni juguetes, peluches ya que pueden taparle la cara. Las investigaciones demuestran que entre un 16 y 22 % de los niños víctimas de la muerte súbita tienen su cabeza cubierta por ropa en la cama. 7. Es conveniente que los pies del bebé contacten con el límite de la cuna. De esta manera el bebé tiene menos posibilidades de desplazarse por debajo de la ropa de cama. Dormir sin peligros Quite los juguetes y cualquier cosa blanda de la cuna

Nada debe cubrir la cabeza del bebé Poner al bebé boca arriba

Use ropa para dormir (pijama, bebecrece o enterizo

No use almohadas

Use un colchón firme y si duerme en la cuna que encaje bien

15

Fumar en este período puede dañar receptores claves en el cerebro del bebé que controlan la respiración. BBC Mundo, extraído el 15 de septiembre de 2010; news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/.../2962771.stm

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NO DEJE QUE NADIE FUME CERCA DEL BEBÉ


9. Control de esfínter ¡A tener en cuenta!

Bajo ningún concepto es aceptable que resondremos al niño, que lo humillemos, que lo ridiculicemos o comparemos con otros amigos o hermanos que ya han logrado el control de esfínteres. Recordemos que no hay nada que él pueda hacer para controlar. No depende de que se acuerde, de que esté atento, o de buen humor. Se debe estar maduro para eso, y humillarlos o pretender acelerar el proceso es inútil y perjudicial para su autoestima.

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P

ara Ajuriaguerra (1983)17 , el control de esfínteres depende de un sistema anatomofisiológico que tras un período de maduración podrá funcionar y cuya utilización depende las normas de cada cultura. De esto podemos decir que la definición y el abordaje de este proceso dependen desde qué corriente de pensamiento se mire al niño y la niña ya que varía de un enfoque y de una cultura a otra. Si tomamos al bebé desde un punto de vista únicamente neurofisiológico sin considerar su totalidad; este control será únicamente el resultado de su maduración neuromuscular o el aprendizaje de un hábito o la apropiación de un nuevo conocimiento. Para las Doctoras Judit Falk y María Vincze, del Instituto Emmi Pikler de Budapest, el control de esfínteres es el resultado de un paso importante en el desarrollo mental y social del niño y la niña pequeños, en el que toman, por primera vez la decisión de contener sus necesidades de orinar o hacer caca, abandonando la comodidad del pañal y la inmediata satisfacción de estas necesidades. Para ellas el criterio de dicho control no es mantener la ropa interior o el pañal secos, “si no que el niño, dándose cuenta de sus necesidades, quiera y sea capaz de controlar sus esfínteres hasta que encuentre el lugar conveniente para satisfacer sus necesidades”. Comenta Agnès Szanto: en una ocasión de un seminario sobre el control de esfínteres, la Dra. Falk explica sobre los aspectos culturales y dicho control, que “cuando el control de esfínteres se obtiene por métodos agresivos,

16

RIVERO, R. (2001) “Acerca del control de esfínteres. Santiago de Chile. Chile Artículo publicado la web de Publiguías en Cosa de Mujeres y Secretarias hoy en la columna Tus hijos.

17

AJURIAGUERRA, J. de (1983). La organización del control de esfínteres y sus trastornos. Manual de psiquiatría infantil (3ª reimpresión pp 264-269) México; Masson .

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por la fuerza, el niño aprende la agresividad; cuando se logra por métodos suaves, el niño aprende suavidad”18 • ¿Cuándo es el momento para sacar los pañales? Cuando el niño y la niña están maduros para ello, neurofisiológicamente, emocional y afectiva, social y cognitivamente. Hay padres que piensan que si su hijo o hija vuelven a pedir pañales una vez que se los han sacado, estarían “regresionando”. Una regresión significa perder una conducta ya adquirida. Por ejemplo, el niño que aprendió a controlar esfínteres, pero luego del nacimiento de su hermanito se hace pis en la cama y tiene 9 años, podríamos hablar de una regresión. Pero en el caso de una niña o niño de 2 ó 3 años, no podemos decir que está regresionando porque está en pleno proceso de aprender a lograrlo. Por lo tanto no se puede regresar a un lugar del que todavía no se ha salido. Es importante que los adultos se ubiquen que el itinerario de la madurez tiene avances y retrocesos, por ello es fundamental apoyar, no culpabilizar y menos castigar. • La transición del pañal a la ropa interior Para ubicar el momento apropiado de retirar los pañales a un niño o niña, es necesario observar que él o ella den señales que muestren que está en condiciones físicas y emocionales para hacerlo. Más allá de la época del año o su edad cronológica, es necesario observar si tiene intenciones y ganas de empezar a intentarlo.

Algunos datos para tener en cuenta: Por lo general el niño comienza a controlar primero de día y luego de noche. Normalmente se controla primero el pis y luego la caca (incluso a veces piden el pañal para evacuar, porque si no, no quieren hacerlo). Las niñas suelen lograr el control un tiempo antes que los varones. El 90 por ciento de los niños controla esfínteres entre los dos y tres años sin necesidad de ser entrenados. El control definitivo se da aproximadamente a los seis19 años.

Hay ciertas pautas básicas a tener en cuenta. Se debe observar si cuando está por hacer pis o caca se esconde, si avisa antes, durante o después que se hizo en el pañal, puede ser que no sea un tema de su interés y preocupación. Hay distintas instancias en este proceso que pueden presentarse o no, como sabemos el desarrollo es universal y también particular: 18

Szanto,Agnès “Una mirada adulta sobre el niño en acción” pág. 89, pfo 3 ediciones cinco. Buenos Aires. Argentina

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Ante cualquier situación especial es esperable que se den retrocesos. 19

LIBENSON, A. “La pregunta que inquieta” Extraído el 31 Enero, 2010 del sitio Web de http://www.educared.org.ar/infanciaenred/ educrianza/2006_02/pregunta.asp


• • • •

Hace pis y caca en el pañal, sin importarle el control. Avisa que se hizo luego de haberse hecho. Avisa en el momento que está evacuando. Registra la necesidad fisiológica de hacer pis y caca y puede avisar antes. • Tiene ganas, avisa y llega al baño sin que se le escape. Puede esperar; esto nos muestra que está sintiendo y registrando las sensaciones que provienen de su cuerpo. Dejar los pañales es un proceso con idas y vueltas y a muchos niños y niñas puede darles un poco de miedo. En algunas culturas, donde se usa un recipiente para las necesidades, existe el “shock de la primera vez”. Entre la primera vez que deposita su pis y/o su caca en el bacín, letrinas o inodoro y las siguientes pueden pasar entre una semana o varios meses. Por lo tanto, tengamos presente que podrá lograrlo cuando esté preparado para hacerlo. Si lo observamos y lo acompañamos, no obstaculizaremos este nuevo descubrimiento y lo podrá vivir placenteramente y apropiándose de él. Como vemos, controlar esfínteres no es una tarea sencilla. Es uno de los grandes hitos en el desarrollo de los niñas y niños pequeños, que marca un final de la etapa de bebé para comenzar a vivir experiencias diferentes que el mundo tiene para ofrecerle, donde todo no puede ser satisfecho aquí y ahora. Donde hay un lugar y un tiempo para cada cosa, y el controlar su cuerpo representa la posibilidad de reconocer que a veces hay que aguantar, esperar hasta llegar al lugar indicado para hacer sus necesidades. • Objetos y ambientes pertinentes y no pertinentes para acompañar el proceso del control de esfínter:

Ejemplo de mueblecitos que ayudan a subir al niño con facilidad y seguridad hacia el inodoro.

Los adultos que acompañan al niño o niña, pueden favorecer el ambiente y los materiales para posibilitar la autonomía en una forma agradable y ante una situación natural y madurativa su autoestima se fortalece; de lo contrario un adulto con mucha ansiedad puede obstaculizar y entorpecer la acción del niño o la niña. Al mismo tiempo, hay actitudes, objetos y ambientes pertinentes y no pertinentes para acompañar el proceso del control de esfínter que cada cultura ha ido construyendo en torno a sus necesidades.

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Adaptador de tapa para niños.

Bacín pertinente ya que no lo distrae y es simple para sentarse en él.

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Bacín no pertinente: Este tipo de objeto que hace música es confuso para los niños, los distrae y además no les permite llegar a este aprendizaje de manera natural ya que se trabaja desde el estímulo y la respuesta.

Bernard Aucouturier (1999) dice que el niño que es capaz de retener, es un niño que se afirma en la relación frente a sus padres, quiere decir que es capaz de guardar, para controlar la relación con el otro, si esta etapa es bien vivida, el niño tendrá más posibilidades de ser activo, decidido, creativo. Muchos chicos perciben la ansiedad de los padres para que haga sus necesidades y en muchos casos ésta es una de las causas de las dificultades para controlar los esfínteres. El niño y la niña logran controlar sus esfínteres porque a medida que crecen, desean ser como los adultos, identificándose con sus normas de conducta. Si un niño o niña tienen una buena relación consigo mismo y con los adultos que lo rodean, buscará la posibilidad de actuar como ellos, ya que esto les produce una enorme satisfacción. La adquisición del control de esfínteres tiene una relación directa con el lenguaje. Antes de adquirir este control, si el niño y la niña son respetados en sus tiempos madurativos, utilizará la primera persona del singular de los verbos y usará el “Yo” en el lenguaje hablado. Puesto que el verdadero control de esfínteres voluntario está en relación y en función del YO o el sí mismo del niño o la niña.

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¡A tener en cuenta!

No es necesario entrenar a los niños y niñas, más que eso, ellos necesitan ser acompañados por el adulto en este camino, con empatía, comprensión por sus esfuerzos. Es importante dejarle la iniciativa de asumir esta tarea y encontrar el placer en sus logros, el orgullo de su nuevo aprendizaje y de su Yo en desarrollo. Puesto que para dicha adquisición, es necesaria una especie de conciencia de sí.


Pedirá entonces a su manera lo que quiere, expresando palabras tales como “no, mío, acá, sal”. La expresión de sus emociones muestra que ya se da cuenta que es una persona diferente de mamá y papá y puede comenzar a tomar algunas decisiones por sí mismo con cierta autonomía, como por ejemplo elegir controlar lo que sale de su cuerpo y cuándo. Por lo tanto es importante escucharlo. Actualmente se sabe que apurar este proceso ya sea con técnicas de seducción o con métodos coercitivos, sólo genera daños posteriores en la personalidad. Las nociones “adentro-afuera” “abrir-cerrar” están muy relacionadas con este proceso. Los juegos de llenar recipientes con diferentes objetos (pelotas, agua, juguetes, arena, etc.) y luego vaciarlos ayudan mucho a su desarrollo; de igual forma abrir y cerrar puertas, cajones, son acciones que ayudan a la construcción por parte del niño y la niña para adquirir este proceso. Observemos si intenta y puede subirse y bajarse el pantalón solo; es un logro importante respecto de su autonomía al momento de iniciar el proceso de control. Otro indicador importante que nos da cuenta de la madurez para el control de esfínteres es cuando el niño o la niña suben escaleras alternando los pies. Este indicador y el dibujo del círculo en forma espontánea (no cuando se ha adiestrado al niño para hacerlo) nos indican que han dado un paso importante en los procesos de subjetividad y la conciencia de sí. Nuestra diversidad cultural genera diversas formas de crianza, cada lugar tiene una manera particular de concebir y actuar con los niños y niñas. Es así que para el control de esfínteres debemos como educadores y acompañantes del desarrollo, ser sumamente respetuosos con la manera que cada familia tiene de entender y acompañar este proceso. En muchas comunidades andinas los bebés no usan los pañales como en las zonas urbanas, los niños pequeños utilizan la palika que es una tela que los envuelve, muchos no llevan ropa interior como calzón o calzoncillo, y realizan sus necesidades al aire libre. La idea entonces es generar un diálogo entre lo que realiza cada comunidad, cada familia, reflexionando el por qué cada grupo humano elige tal o cual forma de criar a sus niños y niñas.

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Al respecto, Jeanine Anderson señala20 , en la observación de las costumbres de algunas comunidades andinas que “La ropa debe ser floja y abierta en la parte de abajo para ese fin; una falda o túnica es lo ideal para varoncitos y mujercitas. Poco a poco se les debe enseñar los lugares apropiados para hacer sus necesidades. Para eso basta decirles o –si persisten—crear un sentido de vergüenza. Se les debe enseñar a esconderse de la vista de las personas, yendo detrás de una casa o árbol. Hasta que aprendan a ir a los sitios apropiados, la madre los puede llevar o enviar con un hermanito”. Como dijimos anteriormente, el control de esfínteres está atravesado también por la cultura en la que vive el niño o la niña. Hay lugares en donde este proceso es visto como un logro natural, los padres no se preocupan constantemente de este tema, tampoco castigan a los niños o niñas cuando no logran construir este aprendizaje. En las zonas urbanas de influencia occidental, es un tema complejo que causa en muchos padres y madres una gran ansiedad. Vemos a los adultos “apurados” porque los niños dejen pronto los pañales. A la edad de dos años e incluso antes las madres por lo general empiezan a preocuparse si el niño o la niña no han aprendido este control, empieza una persecución hacia el niño, en la que cada tanto le preguntan si desea ir al baño, controlan la ingesta de líquido a la noche, sin comprender que cuando una persona ha logrado el control esfinteriano, no es necesario este control.

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ANDERSON, J. (2003). Informe de investigación. “Socialización y desarrollo infantil en zonas rurales en el Perú”. Entre cero y cien: Ministerio de educación del Perú

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¡A tener en cuenta! El control de esfínteres es un proceso que tarda entre los 421 a 622 años en construirse. Apurarlo es infructuoso y trae serias consecuencias en la personalidad de niños y niñas, con la posibilidad que lo logre, pero con el tiempo retrocede.

21 FALK, J. y VINCZE, M. (1996) « Sobre el control de esfínteres ». . Bs As; La Hamaca nº 8 FUNDARI – Cidse. 22 LIBENSON, A. “La pregunta que inquieta” Extraído el 31 Enero, 2010 del sitio Web de http://www. educared.org.ar/infanciaenred/ educrianza/2006_02/pregunta.asp


10.Otros momentos educativos • Salidas y paseos pedagógicos Cuando los bebes son muy pequeños desde recién nacido hasta los 3 – 4 meses es importante trasladarlos muy poco y si se hace, realizarlo de manera suave y sin sobresaltos, ya que son muy sensibles a los movimientos rupturantes y rápidos Trasladarlo con suavidad y sosteniendo bien todo el cuerpo, para que el bebé se sienta bien, ayudando a su estabilidad emocional y a la actitud del bebé de estar comunicado con el mundo, así se abre, escuchan y miran con más intensidad, porque está tranquilo y seguro. A través de una tela que de acuerdo a cada cultura toma un nombre particular, como por ejemplo en algunas zonas andinas de nuestro país la llaman lliclla (o manta andina) y en otras zonas quepina o aguayo. Esta tela que es de 1,20 metros por lado en que se traslada al bebé cuando se sale al exterior, que se anuda en la espalda de la mamá, formando un gran bolsillo colgante que permite transportar a bebés. En muchas zonas andinas de nuestro país el bebé es llevado a la espalda, en otras zonas como la costa norte o las zonas amazónicas se llevan en la parte delantera. Existen estudios que avalan la importancia de de llevar al bebé en la parte delantera del cuerpo del adulto, entre ellas tenemos: • Brinda una posición fisiológica adecuada para el bebe, su columna y la cadera están bien apoyadas, sin que sus piernas estén colgadas y sin puntos de presión. • Da el soporte necesario para la cabeza y el cuello del bebe, inclusive cuando está dormido • Permite el amamantamiento de manera calma y discreta. • Toma la forma del cuerpo que contiene, por lo que la espalda del bebé no soporta ninguna posición antinatural.

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• Lo contiene en toda su integridad, o sea que su columna no se ve forzada a sostener la cabeza que aún no puede sostener por sí mismo. • Permite movilizarse a la mamá sin exponerlo, a pisos o veredas irregulares. • El contacto seguriza al bebé. • La mirada. Permite que el bebé pueda estar cerca del rostro del adulto significativo.

Cuando es recién nacido hasta los 3 primeros meses de vida, lo ideal es que el niño esté en su cuna o espacio para dormir, libre de la interferencia y al cuidado de quienes velan por él. En la cuna puede haber un pañuelo de colores contrastantes cerca de él para que lo pueda explorar. Esto y su mano bastan a estas edades como estímulos interesantes. Entre los 3 – 4 meses se lo puede ubicar en un espacio en donde el suelo sea firme, limpio, seguro y cálido para que comience a moverse libremente y a explorar. En este espacio se le colocan objetos pertinentes (ver guía de Espacios y materiales). En los lugares exteriores de la casa o de los espacios educativos, los bebés muy pequeños, pueden tomar aire o dormir la siesta siempre acostados de espalda en la cuna o similar y protegidos de las inclemencias del medio ambiente si las hubiera. Los bebés de 3 a 6 meses cuando están alimentados, descansados y atendidos, se los puede dejar en un lugar con un suelo semiduro, cálido y protegido del ambiente. Puede ponerse al bebé sobre una manta en un espacio adecuado y seguro para jugar de aproximadamente de 1 x 1 metro cercado, para que se mueva libremente y explore su alrededor.

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Puede haber una cuna en el patio, protegida de la lluvia y el frío para dormir, para que esté en un ambiente con luz natural y oxigeno.

rejas

En caso de existir animales se puede proteger al bebé con unas rejas para no tener accidentes. De acuerdo a las investigaciones rurales el mayor índice de accidentes en los bebés es producto de mordidas de animales (chanchos, perros). Si hay otros niños de mayor edad, también se puede poner unas rejitas para que el bebé pueda estar tranquilo en sus actividades ya que los más grandes lo pueden interrumpir o lastimar, por ejemplo: pisarlo sin querer o atropellarlo. Los niños y las niñas a medida que van aumentando sus posibilidades de su desplazamiento, los parquecitos y espacios para la actividad libre son más grandes y protegidos. Cuando caminan sin muchas dificultades, tienen deseos de conocer más allá de donde están y se transforman en grandes paseantes, caminan con decisión, sorprendiéndose por todo lo que aparece en su camino. Este periodo de paseantes por lo general es entre los 16 y 24 meses.

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Para mayor seguridad y tranquilidad los paseos pueden ser en el jardín, alrededores del centro de educación temprana o en el patio de la casa si los hubiese. Cuando manejan en forma autónoma y segura la marcha, se puede realizar un paseo primero en forma individual el niño y el adulto y luego en pequeños grupos de a dos niños y un adulto. En ese momento el adulto estará muy atento a los niños: a dónde se dirigen con la mirada, atento a su tono – emoción, al gesto, a las palabras, etc. para poder significar la experiencia con palabras y comentarios que se van construyendo entre lo el adulto y los niños. Si se sale de la casa o del centro de atención temprana un adulto puede acompañar a dos niños a pasear y conocer la plaza, el parque de la comunidad, la tienda, etc. A partir de los 2 a 3 años los niños pueden estar preparados para realizar un paseo libre por la comunidad cercana a su domicilio o centro de atención. En caso de realizarse fuera del centro de atención temprana es necesario solicitar una autorización escrita por los padres explicándoles que estos paseos son hechos con la idea de conocer, descubrir y significar lo que a los niños les interesa. Estos paseos son importantes para los niños y los adultos, siempre y cuando se cuide la estabilidad emocional, la seguridad y la protección ambiental de los menores de 3 años, ya que por su edad necesitan mayor contención. Como lo dijimos anteriormente, los paseos permiten al niño abrirse de manera cuidada y progresiva al mundo, apropiarse y sentirse parte de éste de forma segura..

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Los paseos ayudan a crear un vínculo con la naturaleza aportando a la sensibilidad de los niños.


11. Bibliografía • AJURIAGUERRA, J. de (1983). La organización del control de esfínteres y sus trastornos. Manual de psiquiatría infantil (3ª reimpresión pp 264-269) México; Masson • ANDERSON, J. (2003). Informe de investigación. Socialización y desarrollo infantil en zonas rurales en el Perú. Entre cero y cien: Ministerio de educación del Perú • CHOKLER, M. (2002) Buenos Aires, Argentina. Publicación del Instituto Emmi Pikler de Budapest. Revista No solo de pan viven los chicos. Comedores Populares en Argentina Un lugar para la Atención Temprana del Desarrollo Infantil. • CHOKLER, M. (2002) A dormir bies se aprende. Buenos Aires, Argentina. Revista No solo de pan viven los chicos. Comedores Populares en Argentina Un lugar para la Atención Temprana del Desarrollo Infantil. • DE TRUCHIS, Ch. (1996) El despertar al mundo de tu bebé. El niño como protagonista de su propio desarrollo. Ediciones Paidós Ibérica, SA. Barcelona, España • DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición • FALK, J. (2003) Quand nous touchons le corps du bébé. Capítulo del libro: “Le temps de bébé: bain et soins. Sollicitude, empathie, savoir – faire. Association Pikler – Lóczy de France et Institut Pikler, Budapest. Paris. • FALK, J. VINCZE, M. (1996) Sobre el control de esfínteres. Revista La Hamaca nº 8 FUNDARI – Cidse. Bs As • LIBENSON, A. “La pregunta que inquieta” Extraído el 31 Enero, 2010 del sitio http://www.educared.org.ar/ infanciaenred/educrianza/2006_02/pregunta.asp • MOLINA, Paola (1992) El valor educativo de los momentos de rutina. Revista Bambini • MOLINERO V. (2006) Evaluación de la Propuesta de Atención Integral de niños y niñas menores de tres años mediante Ludotecas Comunales años mediante Ludotecas Comunales. Inédito

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