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El protagonista del libro es usted
La pareja dedicada a la abogacía, Ingeniería Industrial y diseño, respectivamente, escribió y diseñó Un lugar llamado Yo, un diario en el que cada uno puede plasmar con palabras sus pensamientos, sentimientos y vivencias. “A través de diversos retos, cuestionamientos y actividades se busca promover la propia valoración, el respeto y estima de nuestro yo”, explicaron. “En un taller les decía a los niños, que este libro no es mío, el autor es quien se anime a escribir su propia historia”, aseveró Tayes.
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El personaje central es Almohada, que Marcos su creador detalló: “Cuando se reflexiona o piensa uno dice ‘lo voy a consultar con la almohada’, porque con ella “compartimos alegrías, tristezas y descansamos”. Además, esta tiene unas costuras en el costado, que “representan las heridas, secuelas de las diversas situaciones que hemos pasado, que son parte de nosotros”, afirmó. También en las páginas aparece el avión que Montenegro lo comparó con la mente, la cual a veces está confusa, pero que cuando se calma se logran aterrizar las ideas.
La abundancia de su ser. “Hoy con este diario quiero honrar a mi yo niña, esa que tenía la fuerza y valentía del Universo, que no encontraba las horas de ser grande, sin notar que la grandeza la llevaba dentro. Aquella que podía ser feliz sin razón aparente, que no tenía miedo de ser, de merecer y so- ñar”, afirmó la autora. Los profesionales dijeron que con la compra de un ejemplar ayudan al crecimiento de su servicio social, ya que su objetivo es llegar a todos en situación de precariedad económica y social, no solo con el material impreso, sino también con talleres que contribuyan al despertar de la salud mental. Puede conocer más al escanear el código con su celular.
También puede adquirir el libro en las diferentes librerías o escribirles a sus redes sociales en las cuales aparecen como Un lugar llamado Yo.
Lesly contó que ya han implementado los talleres en distintos sitios, que varían en las actividades realizadas como técnicas de respiración para brindarles a niños herramientas para autorregular sus emociones, entre otras.
Guillermo monsanto dgmonsanto@yahoo.es
OSWALDO CERCADO (1942-2008)
Este artista ecuatoriano, nacido en Guayaquil, llegó a Guatemala de camino hacia el gigante del Norte. Siempre dijo que fue porque se enamoró de su Juanita. Cercado fue un pintor, formado en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal, entre 1957-1964, que consiguió destacar desde el principio.
Entre sus primeros logros está que obtuvo una beca en el Centro Ecuatoriano-Norteamericano (1965-1966). También alcanzó varios méritos en diferentes convocatorias, entre los que relucen varios primeros premios en diferentes certámenes como el de Pintura en la Escuela de Bellas Artes (1962-1964); Salón de Artistas Independientes (1965), ambos en Guayaquil y precedentes a los que obtendría ya radicado y nacionalizado en Guatemala.
Aunque Cercado podría haber desarrollado una carrera internacional, porque de hecho expuso varias veces en el extranjero, se concentró principalmente en proponer en Guatemala y ocasionalmente en el Ecuador. Llegando a participar en diferentes tipos de muestras como las Subastas Juannio y Rotaria, y en la mayoría de galerías abiertas desde su arribo hasta el día de su deceso. La obra de Cercado es variada y cuantiosa. Como retratista no necesitaba bocetear o dibujar. Empezaba desde las sombras y terminaba con las luces a una velocidad envidiable. Era fidedigno a pesar de la síntesis y la economía de detalles. Entre sus aguadas, probablemente acrílico diluido por lo vibrante de sus resultados, sobresalen las multitudinarias visiones en que la mancha abstracta toma protagonismo sugiriendo lo antropomorfo que podría percibirse como realista sin serlo.
Sus tintas manejaban un achurado muy puntual y lineal. Con ellas retrató principalmente personajes tomados de los mercados ocupados en su oficio de vendedores, zapateros o fruteros. Sus visiones urbanas sobre tela las manejaba con pinceladas diferentes. En lo que él listaba como su línea personal descollaba el empaste y el manejo de colores poco comunes. Por lo general eran registros tomados de pueblos rurales del Ecuador y Guatemala.
Entre sus nocturnos, su trabajo más señalado por los efectos conseguidos, destacan las vistas de las ciudades de Quetzaltenango, La Antigua Guatemala, Chichicastenango y la ciudad capital. Inclusive el manejo de los contrastes tan particular deja percibir el sereno y la luminiscencia de la luna o del interior de los recintos. Entre estas últimas, los trabajos de las salidas o entradas procesionales poseen valores visuales muy apreciados.
También manejó el paisaje llegando, incluso, a trabajar al estilo de maestros como Jaime Arimany, Humberto Garavito, Salvador Saravia o Luis Álvarez. Su expresión en este campo era sintética, con una luz intensa y con amplias panorámicas que se extendieron hasta las orillas de los lagos y algunas marinas. En fin, ya lo anoté, fue prolijo y diverso. También, un buen hombre. De allí este nostálgico recuerdo que comparto con ustedes.