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ICIM lanza Observatorio Latinoamericano del Virus Sincicial colaboración Héroes chapados en oro
COLABORACIÓN
Paula RodRíguez moRa Revista nuestro tiempo
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La historia no sería la misma sin aquellas mentiras nobles que encontramos entre archivos vetustos o legajos en idiomas muertos que heredan la tradición oral. Esas huellas nos ayudan a comprender el pasado. Sin embargo, las figuras históricas se ven envueltas a menudo en relatos que recuerdan fábulas. Los casos más evidentes de mitificación se podrían atribuir a los héroes nacionales, que la unanimidad ha investido con este título casi mesiánico.
En la lista de ejemplos que nos ofrece la historiografía, reconocemos en el Cid, William Wallace, Simón Bolívar y Gandhi, cómo se hermosean sus biografías. Imponentes, valientes y osados son algunos elogios que adjetivan sus hazañas hasta idealizarlos de intachables. Lo que se camufla en una admiración colectiva nos condena al peligroso juego de manipular la verdad.
Merece la pena revisar con cuidado la realidad de los hechos.
Líderes en el campo de la salud, investigadores, médicos y autoridades de salud pública de la región participaron del seminario de lanzamiento del Observatorio Latinoamericano del Virus Sincicial (VRS), iniciativa pionera en el enfrentamiento del virus en América Latina.
El observatorio es una iniciativa colaborativa del Instituto de Ciencias e Innovación en Medicina de la Universidad del Desarrollo y otras organizaciones de nueve países, que tiene como objetivo principal desarrollar conocimiento que permita fortalecer la vigilancia, la prevención y el control del virus respiratorio sincicial en la región.
El proyecto fue presentado por Johanna Acevedo, investigadora principal, quien a través de datos entregó un contexto del VRS en Chile, América Latina y el mundo. “Cuando uno analiza datos, hay una distribución desigual desde el punto de vista de la carga y de los riesgos; y esa distribución o mayor riesgo, se ve en los países donde existen menores ingresos”, comentó Acevedo.
El proyecto fue presentado por Johanna Acevedo, investigadora principal.
“Este esfuerzo colectivo es fundamental para lograr una región más saludable y segura para nuestras futuras generaciones. Esperamos que este observatorio sea un éxito y que pueda contribuir a la mejora de la salud de nuestros niños en Latinoamérica y en todo el mundo”, destacó el rector Federico Valdés.
La investigadora también presentó al equipo detrás del Observatorio, quienes durante la pandemia se destacaron por su trabajo en el Ministerio de Salud de Chile. Posteriormente, expusieron Mario Cruz Peñate, asesor de Sistemas y Servicios de Salud de la oficina de la Organización Panamericana de la Salud en Chile, sobre el trabajo que se está haciendo desde los organismos internacionales en relación a la vigilancia para el VRS, y Cecilia González Caro, investigadora del proyecto, quien habló sobre el impacto del Covid-19 en la deuda inmunológica en VRS. Para terminar, se realizó un panel de expertos de distintos países de la región, quienes entregaron sus visiones y experiencias del VRS en América Latina. Participaron Luisa Fernanda Moyano, del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, y Ronald Skewes, del Ministerio de Salud de República Dominicana.
¿Por qué se soba su historia? La misión principal de estos héroes es levantar la identidad de una nación o diseminar un mensaje ideológico. Pero, muchas veces, su significado trasciende a esa comunidad y el papel les otorga una sobrecarga emocional para triunfar. Se revelan similitudes en los criterios para aspirar al puesto de héroe nacional, a pesar de los matices geoculturales. Primero, ser hombre: después de Juana de Arco, las heroínas oficiales se pueden contar con los dedos de una mano, y sobran dos. Segundo, haber combatido en alguna batalla, mejor si es de independencia. Tercero, el factor curioso que lo vuelve único: desde el doble destierro del Cid hasta la huida de prisión gracias al pueblo escocés de William Wallace.
Tras su fallecimiento, entra en vigor la conmemoración. Aunque no empieza de inmediato para todos; a muchos les admiran con retraso: Juana esperó poco más de tres siglos. Con este ascenso, el laureado inspira obras de arte y vemos sus huellas en la literatura o la música. Juan Santamaría, el héroe de Costa Rica, constituye un buen ejemplo: proyecta la imagen del costarricense originario del campo, humilde y dispuesto a sacrificarse por el futuro autónomo de la nación. Además, le ha regalado al país un día festivo, al menos cinco canciones sobre sus andanzas, tres estatuas, un nombre para el aeropuerto principal. Cuando el rompecabezas encaja a la perfección, sin obstáculo alguno, merece la pena revisar con cuidado la realidad de los hechos o, incluso, cuestionar la propia existencia de la figura. Queda para los historiadores una labor esencial: desentrañar el mito en busca de los restos de la verdad, la pieza escondida de un puzle que parecía completo. Preferimos las simplificaciones: héroes, y listo. De manera sutil, sus actos honrados y valientes eclipsan por completo sus serias faltas. Si desechar los logros en caso de verosímiles entra en guerra con la realidad, asimismo, desatender la otra mitad produce daños colaterales. El sociólogo francés Gustave Le Bon lo vio muy claro en su obra Las masas: un estudio de la mente popular de 1895: “Cuando el error se hace colectivo adquiere la fuerza de una verdad”. Atraídos por el mito, tendemos a reflejar la vida en una historieta donde categorizamos de incorruptos a quienes, por naturaleza, tuvieron luz y sombra. Así, modelamos personajes perfectos inexistentes, que no dudan ni yerran. El guerrillero Che Guevara liberó a Cuba en los años cincuenta de una dictadura hegemónica estadounidense y la condujo a otra que ejecutó sin juicio a los opositores. Gandhi defendió desde Sudáfrica, donde vivió entre 1893 y 1914, a una minoría india, aunque, simultáneamente, discriminó a la población negra. Se puede apreciar un acto y repudiar el otro. Observar con humanidad y ojos de hoy estas vidas requiere una buena dosis de curiosidad y reflexión crítica del pasado.