AP02 1ยบ Semestre 2011 Taller Scheps I Farq I UdelaR
AP02
1º Semestre 2011 Taller Scheps I Farq I UdelaR
EQUIPO DOCENTE Pablo Bacchetta Matías Carballal Leonardo Elizalde Nguyen Gomensoro Lucho Oreggioni Fernanda Ríos Daniella Urrutia María Sara Bessozzi Patricia Dabezies Felipe Lessa Santiago Martinez Mariana Niski Sara Yarisolian www.tallerscheps.com www.tallerscheps.com/ap02 ap02@tallerscheps.com
1S
ACTITUD-INQUIETUD
Apoyar y estimular la generación de una actitud propia del proyectista, en relación a la arquitectura. Para ello, se propone un incremento en el protagonismo del estudiante, cuya opinión y poscionamiento nítido serán entendidos como puntos de partida válidos per-se. El rol docente alterna entre el apoyo, la duda constructiva, y la formulación crítica.
ESTRATEGIAS - PROYECTO
El curso de A02 propone un tránsito en el que se practique la articulación consistente de variables diversas, y sobre las que es posible ejercer un diverso control. Desde la práctica disciplinar, se plantea una incursión en la complejidad entendida como inexorable condición contemporánea. El reconocimiento de ciertas lógicas en el desarrollo del propio proyecto, implica la construcción de jerarquías que dependen de las opciones adoptadas. La manipulación arquitectónica del semestre, asume una centralidad en el manejo del espacio. Este es entendido como condensador de la articulación formal, y las prácticas que se despliegan en él. Interesa la manipulación de los matices entre el espacio público urbano, y el del propio proyecto. Se opera al mismo tiempo en el espacio del proyecto-construcción –ideal e imaginado-, y en un espacio existente –real y experimentado -, intercambiando escalas y apreciaciones.
1S 2011
2 30 1 L
3
M V
3 4 6 8
* * L
4
M V
4 11 13 15
* * L
5 M V
5
18 20 22
semana de turismo
L
6 M V
6
25 27 29
7 MAYO
L
M V
7
2 4 6 8
3X3 1ยบ TIEMPO
28
ABRIL
L M V
9 11 13
PRESENTACION
25 V
3X3 DE ESTRATEGIAS
23 M
DEVOLUCION
2
GONZALO LORENZO
1 L
GRUPO
V
CHARLA "SITIO"
21 M
3X3 DE LUGAR
1 MARZO
VIAJE EN TREN
L
GRUPO POSTALES
PRESENTACION GENERAL / POSTALES
CRONOGRAMA
8
* L
9
9
M
16 18
WORKS
20
PRESENTACION
M
V
23
25
27
10
JUNIO
12
L
M
V
30
1
3
11
13
L
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6
8
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V 10
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14
L
M
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*
15
L
M
V
20
22
24
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JULIO
L
M
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27
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1
15
16 L 4 16
ENTREGA
18
WORKSHOP
11
L
CORRECCION DE PRE-ENTREGA
16 9
*
3X3 1ยบ TIEMPO
V
PRE-ENTREGA
13
M
DESARROLLO PROYECTUAL
11
10
L
CIERRE
9 8
V
3X3
9 M
CHARLA
8 L
POSTALES
ales
post
2011
UN ENCUENTRO
Fábrica Azucarera de San Isidro/ Arq. J. D. Santos.
ales
post
2011
UN ENCUENTRO
Fábrica Azucarera de San Isidro/ Arq. J. D. Santos.
ales
post
oject OMA
Mccormick Tribune
2011
OMA
s stale
2011
po
Nørreport COBE
ales
post
2011 ales
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2011
Potteries Thinkbelt Cederic Price
Repensando la movilidad Manuel Gausa
Potteries Thinkbelt Cederic Price
ales
post
2011
ales
post
2011
Repensando la movilidad Manuel Gausa
WORKSHOP
INVITADOS
Inventar nuevos espacios y nuevos usos. O, mas que inventarlos, aceptarlos…, responder a las demandas concretas del lugar y resaltar su condición especifica, su escala sus dimensiones, convirtiéndolas en algo insólito y divertido que puede ser aliado del usuario… Yorgos Simeoforidis
Se trata de una nueva centralidad donde una serie de equipamientos públicos y sociales se conjugan creando un espacio multifuncional para aprender, trabajar, relacionarse e interactuar. Desde esta óptica el objetivo del proyecto es la construcción de un espacio público contemporáneo basado en la interacción y superposición de diferentes tipos de acontecimientos simultáneos y superpuestos. En este tipo de dispositivos híbridos que apuestan al cambio y la diversidad a través de la combinación de diferentes actividades y servicios, el espacio público tiene un rol clave para dar respuesta tanto a los principios globales como a las solicitaciones particulares. Ya no un espacio público con carácter único, por el contrario se buscan espacios plurifuncionales que respondan a las necesidades de relacionarse entre los usuarios y la comunidad en general, aludiendo a constantes agenciamientos y negociaciones de cohabitación entre sus partes. El edificio deberá ser capaz de captar, contener y generar una multiplicidad de emociones en los usuarios, bajo actividades y espacios con carácter social, educativo, cultural y de encuentro.
PAISAJE
Nuevos paisajes operativos El enorme interés en el paisaje que se ha extendido en el debate arquitectónico contemporáneo es una clara señal de que ya no podemos confiar en las relaciones clásicas entre edificio y suelo, ni tampoco en la definición convencional del terreno como una cosa delimitada, estable, horizontal, determinada, homogénea. Pero el paisaje sólo es interesante si lo interpretamos en su sentido más genérico: como una especie de sistema operativo topográfico, mas que como una categoría del entorno construido; mas como una plataforma que un emplazamiento. Alejandro Zaera Polo Land in Lands: alfombras operativas Planteamos ahora la noción de Land in Land: “paisaje operativo” sobre “paisaje anfitrión”. Permite reflexionar sobre la superación de las antiguas concepciones que habrían caracterizado la acción sobre el paisaje basadas en la tradicional jerarquía “figura-fondo” -”figura edilicia sobre campo de fondo”-, y su sustitución por nuevas interpretaciones abiertas a una fusión de los contornos, a una disolución de las líneas de límite…Topografías más que volumetrías. A estas dinámicas no sería ajena la consideración del vacío como “material arquitectónico” de primer
orden, no tanto por su eventual valor “natural” como por su importante componente abstracto, difuso, más allá del predominio de la forma -esa cualidad ambigua del espacio “en negativo”, conformado por “ausencias” más que por “presencias”… ”arquitectura del vacío” Si imaginamos las superficies del territorio como los pavimentos de ciertos salones puntuados por alfombras coloristas de motivos diversos, podemos entonces imaginar, también, deslizadas en el paisaje, posibles “arquitecturas” concebidas, a su vez, como virtuales alfombras de uso -suelos gruesos, densos, sobre suelos libres receptores-. Ya no se trata, en efecto, de “tabicar espacios”, ni tampoco de “parcelar usos”, sino de articular actividades en un espacio preferentemente fluido, libre, tan sólo pellizcado por “cuencas” -esteras- de servicio (acumuladores “en negativo”) Ya no se trata entonces de seguir creando bellos “volúmenes bajo la luz”, sino “paisaje ambiguos bajo el cielo”. Enclaves mestizos capaces de generar su propia energía. Campos dentro de otros campos. Lands in Lands.
Diccionario Metápolis / Arquitectura Avanzada
PROGRAMA
Programas, Conceptos, Estrategias De Rem Koolhaas/OMA se ha destacado generalmente la atención que prestan a la resolución de programas complejos y el virtuosismo que en ello demuestran. Pero su intervención no consiste simplemente en dar una solución práctica a unos determinados requerimientos programáticos, sino en elaborar un concepto arquitectónico para el proyecto. Frente a la pretendida inmediatez funcionalista entre programa funcional y forma del edificio, Koolhaas pone el énfasis en la elaboración de un concepto que medie entre programa y forma: “Creo que, cada vez más, somos productores de conceptos, no ejecutores del programa”. Son conceptos —visualizados habitualmente como diagramas— que se constituyen en estrategias proyectuales, que actúan como mecanismos abiertos generadores del proyecto y que permiten operar en una situación de continuo cambio. Un buen ejemplo de esto es la propuesta de OMA/AMO para la Sede de los Estudios Universal (Universal HQ) en Los Ángeles, 1996-1999, con sus característicos diagramas en sección. Para responder al requerimiento general del programa de imaginar “una estructura que promueva la creatividad” y a las demandas de una compañía que aglutina una serie de divisiones o grupos diversos y cambiantes, los autores concibieron un diagrama que combina un bloque de espacio de oficinas genérico y cuatro torres con contenidos específicos: “Al dividir el programa en plantas de oficinas horizontales y torres verticales —Virtual, Circulación, Colectiva y Ejecutiva—, la organización del edificio se convierte en un diagrama literal de lo único y lo genérico: especificidad en la dirección vertical, y espacio de oficinas genérico en la horizontal. Sin que importe lo turbulenta que pueda llegar a ser la composición de la compañía, la superficie de oficinas proporciona la necesaria flexibilidad,
mientras que los elementos en torre garantizan que se mantiene una única entidad”. Al explicar el proyecto, OMA/AMO señalaban que, a esa escala de organización, la arquitectura se aproxima al urbanismo y que “el edificio es una infraestructura que organiza la coexistencia de diferentes elementos. Un diagrama de su organización tiene más afinidad con un mapa del metro que con los planos de un edificio”.5 A esto habría que añadir que el diagrama, o diagramas de organización a los que se refieren, son diagramas en sección; es decir, se trata de un doble ‘desplazamiento’: 6 un salto de escala —de lo arquitectónico a lo urbano— y un cambio de posición, abatimiento del plano horizontal al plano vertical. En una reflexión a posteriori —después de la paralización indefinida del proyecto debida a razones de altas políticas de fusiones y competencia entre grandes compañías— Koolhaas comparaba la situación en 1954 —cuando el fundador de la Compañía Seagram y abuelo del actual dueño de la Universal encargó a Mies van der Rohe el proyecto de su Sede en Park Avenue, Nueva York— y la situación en el momento del nuevo encargo: “Mientras que en 1954 Seagram era una entidad única con una clara identidad que se mantendría relativamente estable durante los cinco años, como mínimo, que una aventura arquitectónica requiere desde el inicio del proyecto hasta su ejecución, ahora esto ya no era así: a mediados de los años noventa, la sustancia y naturaleza de cualquier corporación estaba en continuo flujo, si no agitación”.7 En respuesta a ésta y a otras situaciones, propias del panorama contemporáneo, Koolhaas/OMA desarrollan una serie de estrategias operativas.
Revista el Croquis n° 131/132 OMA Rem Koolhaas 2006 Renovar los términos, redefinir los conceptos
ESPACIO PÚBLICO
“Las concepciones dominantes respecto del espacio público son tributarias de las corrientes del urbanismo moderno, ya que sus componentes hacen referencia exclusiva a un lugar físico (espacio) que tiene una modalidad de gestión o de propiedad (pública). En primer lugar, una concepción proveniente de las teorías del urbanismo operacional y de la especulación inmobiliaria, que lo entienden como lo que queda, como lo residual, como lo marginal después de construir vivienda, comercio o administración, cuando, por el contrario, se puede afirmar que a partir del espacio público se organiza la ciudad. En otras palabras, la estructura urbana está compuesta de distintos usos de suelo donde el espacio público tiene la función de vincular (vialidad) a los otros (comercio, administración), de crear lugares para la recreación y el esparcimiento de la población (plazas y parques), de desarrollar ámbitos de intercambio de productos (centros comerciales, ferias), de adquirir información (centralidad) o de producir hitos simbólicos (monumentos). Una segunda concepción, predominantemente jurídica y bastante difundida, es aquella que proviene del concepto de propiedad y apropiación del espacio. En ella se distingue entre espacio vacío y espacio construido, espacio individual y espacio colectivo, lo que conduce a la formación del espacio privado en oposición al espacio público. Una tercera concepción, más filosófica, señala que los espacios públicos son un conjunto de nodos -aislados o conexos- donde paulatinamente se desvanece la individualidad y, por tanto, se coarta la libertad. En otras palabras, expresa el tránsito de lo privado a lo público, camino donde el individuo pierde
su libertad, porque construye una instancia colectiva en la cual se niega y aliena. (...) El espacio público no es lo residual, tampoco una forma de apropiación y menos un lugar donde se enajena de libertad. Se trata de superar estas concepciones, para empezar a entenderlo a partir de una doble consideración interrelacionada: por un lado, de su condición urbana y, por lo tanto, de su relación con la ciudad; y, por otro, de su cualidad histórica, porque cambia con el tiempo y en cada momento tiene una lógica distinta, así como lo hace su articulación funcional con la ciudad. (...) Esta condición cambiante le permite tener múltiples y simultáneas funciones que, en su conjunto, suman presente al pasado y van más allá de aquí y el ahora.(...) Con la vuelta a la urbe construida en un contexto de internacionalización, el espacio público cobra un sentido diferente, planteando nuevos retos vinculados a las accesibilidades, a las centralidades, a las simbologías existentes y a las relaciones sociales que le dan sustento, a su capacidad de inclusión e integración social. (...) Lo primero es que el espacio público debe recobrar el lugar que le corresponde dentro de la estructura de la ciudad, siguiendo las cuatro condiciones que definen al espacio público: lo simbólico, lo simbiótico, el intercambio y lo cívico.” Fernando Carrión
PROGRAMA
ESTACION
+
Se trata de una nueva centralidad donde una serie de equipamientos públicos y sociales se conjugan creando un espacio multifuncional para aprender, trabajar, relacionarse e interactuar. Desde esta óptica el objetivo del proyecto es la construcción de un espacio público contemporáneo basado en la interacción y superposición de diferentes tipos de acontecimientos simultáneos y superpuestos. En este tipo de dispositivos híbridos que apuestan al cambio y la diversidad a través de la combinación de diferentes actividades y servicios, el espacio público tiene un rol clave para dar respuesta tanto a los principios globales como a las solicitaciones particulares. Ya no un espacio público con carácter único, por el contrario se buscan espacios plurifuncionales que respondan a las necesidades de relacionarse entre los usuarios y la comunidad en general, aludiendo a constantes agenciamientos y negociaciones de cohabitación entre sus partes. El edificio deberá ser capaz de captar, contener y generar una multiplicidad de emociones en los usuarios, bajo actividades y espacios con carácter social, educativo, cultural y de encuentro.
PROGRAMA
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Inventar nuevos espacios y nuevos usos. O, mas que inventarlos, aceptarlos…, responder a las demandas concretas del lugar y resaltar su condición especifica, su escala sus dimensiones, convirtiéndolas en algo insólito y divertido que puede ser aliado del usuario. Iorgos Simeoforidis Cada pareja de estudiantes deberá desarrollar un programa complementario particular, justificando su elección según sus intereses personales, demanda de los actores locales, potenciales del lugar, estrategias de desarrollo local, etc. A modo de ejemplo se lista una serie de posibles programas a desarrollar:
MERCADO
INSTITUTO DE FORMACIÓN
SALA DE ESPECTÁCULOS CONSERVATORIO DE MÚSICA
CENTRO COMERCIAL POLO DE DESARROLLO MULTIMEDIA
MUSEO
CENTRO GASTRONÓMICO
ACUARIO
LABORATORIO TECNOLÓGICO CENTRO DEPORTIVO PARQUE TEMÁTICO
POLO EMPRESARIAL PISCINA PÚBLICA
MULTICINE
PUERTO DEPORTIVO CENTRO CULTURAL
+
de 2.400 a 2.800 M2
según proyecto
ingreso / lugar de referencia / punto de encuentro / sala de espera
ANDÉN
200 M2
para el acenso, descenso y espera de pasajeros
SERVICIOS FERROVIARIOS
100 M2
informes / boletos / equipaje / correo /ATM / locutorio
ESPACIO COMERCIAL
150 M2
tiendas / sucursal bancaria / boutiques / kioscos / agencia de viajes /
CAFÉ RESTAURANT
200 M2
salón / cocina / depósito
MEDIATECA
200 M2
archivo / salas publico / oficinas / depósito
SALA MULTIUSO
300 M2
sala de carácter polivalente / oscurecible / gradas retráctiles / divisible en dos salas pequeñas
5 ESPACIOS HÍBRIDOS
200 M2
HALL
ÁREA ADMINISTRATIVA
100 M2
talleres / reuniones / espacio ONG´s / desarrollo social / programas de apoyo a la comunidad ambos sexos / discapacitados dirección / oficinas administrativas / ss.hh. / seguridad
SOPORTE TÉCNICO
300 M2
instalaciones / taller
SS.HH.
50 M2
ESTACIONAMIENTOS / PARADAS
30 automóviles / parada para 3 autobuses / parada para 5 a 10 taxis
ESPACIOS ABIERTOS
según proyecto
Asociados al funcionamiento y uso del nuevo dispositivo, que proporcionan una estructura de actividades diversas y que pueden evolucionar con el tiempo y con la utilización de los mismos.Sus características dependerán de decisiones y estrategias proyectuales particulares.
PROGRAMA COMPLEMENTARIO PARTICULAR
600 A 1000 M2
a proponer por cada pareja de estudiantes
PROGRAMA
+
COMPLEMENTARIO
PROGRAMA BÁSICO
1800 M2
ESTACION
LOCACIONES
“Aunque hoy a menudo pasen casi desapercibidas, hubo un tiempo en que las estaciones de ferrocarril eran edificios importantes, verdaderas puertas de entrada a las ciudades. Su presencia guardaba un encanto especial que simboliza el contacto con lo ajeno, lo distinto y lo diverso. Eran lugares de encuentro en los que se recibían las últimas noticias y los productos mas modernos desde los mas apartados confines y , junto con ellos, la ilusión de la prosperidad la civilización y el progreso.” J.D. Tartarini
<<RWD El tren significó la mayor revolución del transporte terrestre de todas las épocas. Se desarrollo en nuestro territorio mayoritariamente entre los años 1869 y 1920 con mayor prosperidad, alcanzando la escala nacional con aproximadamente 3000km de vías tendidas enlazando los centro poblados y las áreas productivas del país, con mas de XX estaciones. Estas estaciones concentraron múltiples actividades asociadas a su carácter cívico, mercantil y comunicador. Edificios de pasajeros, galpones, casillas, tanques, sanitarios, viviendas, remesas, talleres, depósitos, etc., son todos exponentes de la riqueza programática nacida entorno a la operativa ferroviaria.
>>FFW Traducir estos conceptos con clave más contemporánea significa ponerlo a trasluz de la ciudad , la sociedad y las nuevas tecnologías con que contamos en nuestros días. Interpretar la ESTACION+, significa comprender su rol local y territorial más allá de las conexiones físicas. Es un espacio abierto a todos los ciudadanos, un lugar de encuentro permanente, organizado o casual, un nuevo tipo de equipamiento público. Una puerta de entrada, un espacio de intercambio, un edificio de viajeros.
CENTRAL
0km
SAYAGO
COLON
LA PAZ
LAS PIEDRAS
7.5km
10km
15km
20km
18 DE MAYO
22km
PROGRESO
22.5km
JUANICO
34km
CENTRAL CANELONES
RODO CANELONES
41.6km 43km
STA LUCÍA
58km
25 DE AGOSTO
62km
LAS PIEDRAS UBICACIÓN_Centro urbano ubicado en el departamento de Canelones a 20 km de Montevideo . Acceso a través de ruta 5. FUNDACIÓN_Su fundación comenzó en 1744. Su nombre tiene origen en haber sido una antigua zona de explotación de canteras de piedra. CARACTER_Forma parte de la Zona Metropolitana de Montevideo como una ciudad dormitorio. Debido a su gran extensión cuenta con zonas pobladas y zonas semirurales. ACTIVIDAD COMERCIAL_Tiene una estrecha relación con la vitivinicultura,la granja y la hípica. POBLACIÓN_100.000 habitantes. POLÍGONO DE ACTUACIÓN VIAS FERROVIARIAS
POLO TECNOLÓGICO CANARIO
ESTACIÓN DE TRENES
RECORRIDO DEL TREN
CANELONES
ENCLAVE INDUSTRIAL MVDEO RIO DE LA PLATA
BANCO
PLAZA DE LAS PIEDRAS
LICEO n째 1
IGLESIA
CALLE PEATONAL
COLEGIO
FERIA DOMINICAL
SAN
CANELONES
BLANES VIALE
La estación de tren de Las Piedras se encuentra en el cruce de la calle principal de la ciudad, la Avda. Artigas. Ubicada en el centro de la ciudad y a pocos minutos de la Plaza Principal esta se encuentra en un punto estratégicos para su función.
L TA
UCI
A
ESTACIÓN LAS PIEDRAS
PRO ESTABLECIMIENTO PRODUCTIVO C
CEMENTERIO
IG
IGLESIA
CD
CENTRO DE DEPORTES
OSE OSE UTE UTE LIBERTAD
SS SERVICIOS DE SALUD
CE
INT INTENDENCIA CANELONES
BOMBEROS
ESTACIÓN DE TRENES
CE
CENTRO EDUCATIVO INE 85
LIBERTAD
ET
INE 11
POL SECCIONAL POLICIAL
INE 80
CONT. TREINTA Y TRES
CANELONES
B
JOSE PEDRO VARELA
DB. BALTASAR BRUM
DR. FRANCISCO SOCA
FRANKLIN ROOSEVELT
POL
RIVERA
BATLLE Y ORDOÑEZ
CE
AVDA. GRAL. FLORES
GRAL. ARTIGAS
LUIS A. DE HERRERA
W. FERREIRA ALDUNATE
JOAQUIN TORRES GARCIA
CE
IG
J. A. LAVALLEJA
CE CE
JOSE GARIBALDI
SS
PILAR CABRERA
CD
DR. ALFONSO ESPINOLA
IG IG
SS
UTE
BATLLE Y ORDOÑEZ
VEINTICINCO DE MAYO
TREINTA Y TRES
IG
MAQUETA La maqueta se entiende como una representaci贸n interpretativa de la realidad. Como un germinador de ideas disparadoras para el proyecto, como un condensador de relaciones de los distintos niveles de lo real, de lo objetivo y lo subjetivo, de lo tangible y lo intangible. Datos: Modelo Cad en www.tallerscheps.com/blog02. Escala: 1/1000 Base: Disco diamatro 50 cm. MDF 5mm, con sistema para colgar.
TRAMA TRAMA
TREN
VERDE
PUBLICO
JOANICO UBICACIÓN_Pueblo industrial a 35 km al norte de Montevideo, en el departamento de Canelones. Acceso a través de ruta 5. FUNDACIÓN_ La conformación de este pueblo se dio a raiz de la instalación de la estación de trenes fundada en 1872. CARACTER_actualmente forma parte de la Zona Metropolitana de Montevideo como una ciudad dormitorio. ACTIVIDAD COMERCIAL_ destacada pos su vitivinicultura, la producción agrícologanadera y el sector de lácteos. POBLACIÓN_ 1339 habitantes.
POLÍGONO DE ACTUACIÓN VIAS FERROVIARIAS ESTACIÓN DE TRENES
RECORRIDO DEL TREN
CANELONES
MVDEO RIO DE LA PLATA
ESTACIÓN JUANICO Estación de Trenes (fundada el 1º de abril de 1872), fue el punta pié inicial para el comienzo del proceso fundacional. Allí el Instituto HIstórico de Juanicó, junto con el Municipio y la comunidad, construirá un parque y en el edificio central se enclavará el Museo del Tren.
PRO ESTABLECIMIENTO PRODUCTIVO C
CEMENTERIO
IG
IGLESIA
CD
CENTRO DE DEPORTES
OSE OSE UTE UTE SS SERVICIOS DE SALUD INT INTENDENCIA B
BOMBEROS
POL SECCIONAL POLICIAL ET
ESTACIÓN DE TRENES
CE
CENTRO EDUCATIVO
MAQUETA La maqueta se entiende como una representación interpretativa de la realidad. Como un germinador de ideas disparadoras para el proyecto, como un condensador de relaciones de los distintos niveles de lo real, de lo objetivo y lo subjetivo, de lo tangible y lo intangible. Datos: Modelo Cad en www.tallerscheps.com/blog02. Escala: 1/1000 Base: Disco diamatro 50 cm. MDF 5mm, con sistema para colgar.
FLUJOS
TREN
VIÑEDOS
PUEBLO
SANTA LUCÍA
PLAYA RÍO SANTA LUCÍA
UBICACIÓN_Se ubica a unos 11 kilómetros de la ciudad de Canelones (capital del departamento) y a unos 50 kilómetros de Montevideo. FUNDACIÓN_ Localidad donde se realizó actividad turística. Se conservan aún hoteles, casas quintas, palacetes de principios del siglo XX, donde la burguesía montevideana concurría a vacacionar. CARACTER_actualmente forma parte de la Zona Metropolitana de Montevideo como una ciudad dormitorio. ACTIVIDAD COMERCIAL_ destacada pos su vitivinicultura, la producción agrícologanadera y el sector de lácteos. POBLACIÓN_ 18.000 habitantes. (Censo del 2004) POLÍGONO DE ACTUACIÓN VIAS FERROVIARIAS ESTACIÓN DE TRENES
RECORRIDO DEL TREN
CANELONES
MVDEO RIO DE LA PLATA
TERMINAL SANTA LUCÍA
DR. ANTONIO LEGNANI
ADMINISTRACIÓN DE FERROCARRILES DEL ESTADO
ESTACIÓN SANTA LUCIA En 1872 se inaugura la Estación Ferroviaria. Ya convertida en el primer centro turístico del país, el 1 de setiembre de 1872, se inaugura el Hotel Oriental (actualmente en funcionamiento una parte de la estructura original). Se conservan aún hoteles, casa quintas, palacetes de principios del siglo XX, donde la alta burguesía montevideana concurría a vacacionar.
PRO ESTABLECIMIENTO PRODUCTIVO C
CEMENTERIO
IG
IGLESIA
CD
CENTRO DE DEPORTES
OSE OSE UTE UTE SS SERVICIOS DE SALUD INT INTENDENCIA B
BOMBEROS
POL SECCIONAL POLICIAL ET
ESTACIÓN DE TRENES
CE
CENTRO EDUCATIVO
MAQUETA La maqueta se entiende como una representaci贸n interpretativa de la realidad. Como un germinador de ideas disparadoras para el proyecto, como un condensador de relaciones de los distintos niveles de lo real, de lo objetivo y lo subjetivo, de lo tangible y lo intangible. Datos: Modelo Cad en www.tallerscheps.com/blog02. Escala: 1/1000 Base: Disco diamatro 50 cm. MDF 5mm, con sistema para colgar.
VERDE
HORARIOS
CUCTSA Las Piedras por Garz贸n.
CITA CANELONES ,ind. Terminal XXX, por Garz贸n
COPSA R.Branco, Terminal XXX, lateral
en caso de perder el tren, dirigirse hacia terminal Río Branco . COPSA varias líneas y horarios. no intentar alcanzar el tren en .auto
en auto, dos opciones. .RUTA 5, atender CARTELES y ROTONDAS .GARZÓN, se recomienda luego de LAS PIEDRAS, salir a RUTA 5
OBRAS
Estación de Trenes de Nørreport Obra: Estación de Trenes de Nørreport Autor: COBE Lugar: Copenhague, DINAMARCA Año: 2009-2012
La Estación de Trenes de Nørreport es la estación más concurrida en Dinamarca, con una concurrencia diaria de 250.000 personas. La nueva estación de trenes y el espacio urbano circundante será una nueva atracción para la zona y un lugar de reunión natural. El proyecto está concebido como una serie de techos de formas redondeadas, casi flotantes, que cubren distintos pabellones de cristal. Todas las instalaciones de la estación serán visibles y de fácil acceso, la estación será un espacio público de bienvenida. Con el objetivo de demostrar que Copenhague es una “ciudad en bicicleta”, el lugar de aparcamiento de bicicletas será un elemento visible y central en el futuro espacio urbano. Con el fin de crear una jerarquía clara entre la zona para las bicicletas y el área pública de la ciudad, todos los aparcamientos de bicicletas estan ubicados a 40 cm por debajo del suelo de la ciudad. El aparcamiento de bicicletas será iluminado en la noche por innumerables luces de LED. Además, 11 torres de ventilación se situarán en la plaza que rodea la estación de tren. Ello permitiría disponer de aire fresco para los andenes subyacentes. Las torres también funcionarán como la iluminación de la plaza y como pilares de información digital con pantallas LED totalmente integradas con información sobre las salidas de trenes, eventos culturales, publicidad, etc
Estación Central de Stuttgart Obra: Estación Central de Stuttgart Autor: Christoph Ingenhoven Lugar: Stuttgart, ALEMANIA Año: 2006 La ciudad antigua y la nueva se encontraban separadas por las líneas de tren, pero al hundir toda esa infraestructura, ambas zonas de la ciudad quedan conectadas, dandose nuevas oportunidades para actividades de ocio y para la interacción entre gente de distintos grupos. Los terrenos resultantes de este soterramiento de las vías y la estación subterránea generan 100 hectáreas de nuevos espacios públicos, junto a un parque que conecta el centro de la ciudad con el rio Nekar. Una de las partes esenciales del proyecto es su cubierta de hormigón, desarrollada por Ingenhoven en colaboración con Fred Otto y otros ingenieros estructurales. La estación tiene una longitud de 420 m, un ancho de 80 m y una altura de 12 m. La cubierta es lo más esbelta posible, con un espesor de sólo 35 cm, trabajando siempre a comprensión, lo que hace que la necesidad de acero como soporte sea mínima. De esta forma se consigue otro de los objetivos del proyecto que es la reducción de la cantidad de material a utilizar. Esta cubierta que conecta la ciudad creando un nuevo espacio público, se estructura en base a 28 módulos sostenidos por una especie de cálices con un túnel en la base y una claraboya en la parte superior, que dota a la estación subterránea de una iluminación natural. Estas claraboyas poseen sistemas para controlar la incidencia del sol y la ventilación, y poder así regular la temperatura interior.
Centro de estudiantes McCormick Tribune Obra: Centro de estudiantes McCormick Tribune Autor: OMA Lugar: Chicago, EEUU Año: 1997-2003
¿Cómo habitar un territorio dado cuya población es hoy la mitad de la que tenía en la década de 1970? El problema implica el diseño de un edificio que sea capaz de (re)urbanizar un área lo más generosa posible con el mínimo volumen de edificación. La situación del IIT está exacerbada por la tierra de nadie existente a ambos lados de la vía de tren elevada que mantiene independientes las dos mitades desarrolladas a partir de un diagrama de separación. En lugar de apilar las actividades se ha optado por concebir cada partícula programática como parte de un denso mosaico de una sola planta, de forma que el edificio represente y contenga la propia condición urbana. Para recoger la suma de los flujos de estudiantes que transitan por el campus, la red de líneas que ya conectan los destinos situados en las zonas residencial (este) y académica (oeste) del mismo se canaliza a través del nuevo edificio, de forma que las múltiples actividades quedan diferenciadas en calles, plazas e islas urbanas. El principal elemento unificador es la cubierta, una losa continua de hormigón que protege el edificio del estruendo producido por el paso elevado del tren y reconcilia la heterogeneidad del programa que se desarrolla debajo.
Potteries Thinkbelt Obra: Potteries Thinkbelt Autor: Cedric Price Lugar: North Staffordshire, INGLATERRA Año: 1964
Caducidad, reciclaje, tecnología, enseñanza, temporalidad, incertidumbre calculada… Todos estos son aspectos sobre los que nos habla Cedric Price (1934-2003) en su proyecto Potteries Thinkbelt (PTb), comenzado en 1964. Potteries Thinkbelt (PTb) se trata de una “universidad circular”. Debía ser un equipamiento de enseñanza superior; una enseñanza que respondía a las necesidades educativas de la Inglaterra de los años sesenta, una enseñanza basada en la ciencia y la tecnología. PTb generaría un campus de 2.800 hectáreas con más de 20.000 alumnos que se traducirían en 40.000 habitantes para la deteriorada región de North Staffordshire; convirtiéndose en una gran centro tecnológico y de investigación. Sin embargo, Price no quería que PTb fuese una universidad clásica, concepto que él mismo detestaba; sino que entendía la universidad como una industria de transcendencia nacional que favoreciese el desarrollo, entendido como producto, de nueva tecnología. Se trataba de un campus descentralizado, en torno a esta región inglesa; aprovechando y dando soluciones a lo que eran unas antiguas alfarerías que funcionaron durante más de 250 años; dispuestas por todo el territorio, y conectadas por una intacta y serpenteante red ferroviaria que conectaba ciudades y fabricas en ruinas.
Centro de Arte y Tecnología Obra: Centro de Arte y Tecnología Autor: María Colomer Lugar: Zaragoza, ESPAÑA Año: 2009
El Centro de Arte y Tecnología de Zaragoza es un equipamiento de nueva generación diseñado para albergar y promover los proyectos creativos y emprendedores más innovadores dentro del espacio de la Milla Digital. Un lugar para investigar, aprender, probar, contar, pasear, compartir. Una potente instalación con una superficie total construída de más de 16.000 m2 que funcionará al mismo tiempo como centro de cultura contemporánea, escaparate de las expresiones artísticas más vanguardistas, taller para creadores y tecnológos, espacio de formación especializada en los nuevos ámbitos surgidos por la intersección del arte y la tecnología, laboratorio de ideas para la ciudad digital e incubadora de nuevas empresas del sector de los contenidos. Un espacio abierto a todos los ciudadanos, a todas las empresas, a todos los creadores interesados en desarrollar, explorar y compartir nuevas ideas. Un lugar de encuentro permanente, organizado o casual, entre personas creativas: un verdadero ecosistema de innovación.
Pasadena Arts School Obra: Pasadena Arts School Autor: Craig Ellwood Lugar: Pasadena, EEUU Año: 1976
Entre las montañas de Pasadena, sigan el camino montañoso serpenteante junto a un barranco y eventualmente un puente con marco de acero negro aparecerá. Sin embargo, la estructura de acero de dos niveles actualmente no es simplemente un puente, sino que es la Facultad de Diseño del Centro de Arte. Guardando semejanza con el austero trabajo de Mies Van der Rohe, el edificio de vidrio y acero, con una luz de aproximadamente 60m, se extiende a ambos lados del barranco y se suspende sobre la ruta. La viga reticulada, compuesta por vigas I (elemento por el cual Mies tenía mucha afición), le da una poderosa imagen a la enorme forma alargada del edificio de vidrio levitando en el aire. La sensación de transparencia contribuye a la claridad del espacio interior organizado linealmente. Es un centro para el diálogo internacional en todo lo referente a diseño y comunicaciones visuales, un laboratorio para la innovación. El Art Center funciona como un puente entre los mundos de lo concreto y lo conceptual.
TEXTOS
ARRANQUE Y OSCILACIÓN EMBUDOS Y DUCHAS. MANSILLA - TUÑÓN Circo 2002.96
1. Motor de arranque.
Una de las dificultades (es decir, una de las oportunidades) del trabajo del arquitecto reside en su capacidad de desenvolverse simultáneamente en varios planos distintos, superpuestos y m ú l t i p l e s . La diversidad y complejidad, derivada de esta superposición de planos, no es el resultado de un ejercicio de voluntad, ni siquiera de una intuición, sino que es una consecuencia de nuestra época, un eco más de la vida que nos ha tocado vivir. Pues, perdida la fe en el poder de la voluntad (individual y colectiva) sobre lo real, el trabajo del arquitecto se refugia en el pensamiento de afuera, en el extrañamiento, para poder convocar una creatividad que ya se siente ausente de la propia arquitectura. Así pues, la arquitectura de nuestros días no está caracterizada por la voluntad, sino más bien por la expectación. La diferencia entre actitudes aparentemente dispares, reside en el lugar, o los lugares, donde cada uno entiende agazapado el camino que conduce a la definición formal y material de lo que se construye (para nosotros, en cuanto a su proceder, no son tan distintas “cajas” y “ p a t a t a s ” ) . De este modo, hay quien piensa que el tránsito entre ideas y cosas, está en los diagramas, en las pixelizaciones, en las estadísticas, en los flujos, en los procesos aleatorios, etc; mientras otros sospechan que en los sistemas se encuentran escondidas leyes efervescentes que permiten imponer variaciones sobre los propios mecanismos... Y es que, en la arquitectura de hoy, el lugar, la función, la técnica, ya no son los parámetros desencadenantes de la forma, sino que, por el contrario, una vez establecido una ley o una aproximación, son éstas precisamente las cuestiones que logran perfilar la forma. Es decir, dado un sistema abstracto, unas leyes, o unos diagramas, es en un segundo momento del proceso cuando entra a
formar parte importante aquello que la cultura positivista del siglo pasado nos había enseñado que producía la arquitectura, (contexto, función, técnica...). Al dilatar la entrada en el proceso de las condiciones de límite de la realidad se resguarda el potencial de la idea que, de este modo, queda fijada por las condiciones particulares, pero también, y esto es lo importante, podrá alterarse infinitamente y seguir siendo una misma idea aunque cambien las condiciones reales. (Al intercambiar sus posiciones el embudo se transforma en ducha). Evidentemente, ante la certeza de la mutabilidad contemporánea, parece lógico que la arquitectura desconfíe de las condiciones de límite como motor de arranque del proyecto y dilate su aparición en el proceso, hasta un lugar donde al chocar con la idea propia y abstracta, al rozarse con ella, los problemas reales se convierten en oportunidades, en orientaciones de la definición formal . El disponer de un motor de arranque ajeno a las condiciones de límite permite establecer unas leyes, un campo de actuación, que destila unas reglas abiertas. A partir de ese momento no todo puede ser hecho, pero lo que puede hacerse es infinito, y sólo encontraremos su forma en el roce con la realidad. (Paradójicamente, es en la limitación donde la libertad se multiplica, porque al reducir las posibilidades, no sólo nos vemos obligados a exprimir lo poco que tenemos, sino que insospechadamente se nos abren otros caminos que no hubiéramos ni siquiera imaginado).
2. Procedimientos de oscilación. Se puede decir que, en general, el trabajo de los arquitectos ha sufrido una mutación en los últimos años, al sustituir los procesos de identificación positivista, por procesos de oscilación que aceptan la disolución de los límites entre sujeto y objeto.
Los procedimientos de identificación suponen la existencia de una realidad única, analizable y mesurable, que se hace pasar por una idea (visible), aproximando, (identificando), conceptos y formas, al establecer una secuencia unidireccional pautada y disciplinar: realidad mesurable, sujeto, objeto. Por el contrario, los procedimientos de oscilación admiten la existencia de diferentes realidades múltiples y complejas, oscilantes, sobre las que el sujeto proyecta las propias obsesiones privadas, para ser confrontadas por las necesidades públicas. La asunción de la inexistencia de una realidad única inmutable, unida a aceptación de la contingencia de las propias ideas (invisibles), impone la alteración del procedimiento, estableciendo un conjunto de secuencias en las que el sujeto, en primer plano, se proyecta sobre diferentes realidades múltiples para producir series de sistemas abiertos. En cierto modo, la resolución de las cuestiones reales, en los proyectos de arquitectura, viste (oculta) el verdadero campo de reflexión: la búsqueda de sistemas expresivos que potencien la arquitectura como algo oscilante entre su carácter de objeto y su vocación de sujeto. Porque la arquitectura, como quizás cualquier otra actividad (circo), consiste en parecer que se habla de una cosa, cuando en realidad se está hablando de otra; las palabras hablan de algo, pero lo que verdaderamente dicen está, precisamente, en la oscilación entre su sentido y el modo en que éstas se han estructurado... en “el corazón del tiempo”.
Una nueva naturalidad 7 micromanifiestos Ábalos & Herreros 2G N22
1. El jardín latente Sólo como un resto puritano de modernidad puede entenderse que aún hoy la palabra belleza esté proscrita de los debates profesionales. Basta con enunciar que la atracción por construir una nueva noción de belleza es casi lo único que da sentido a nuestra profesión (si quiere seguir entendiéndose como tal), para imaginar un programa de acción contundente, alejado de las trampas que meticulosamente nos tendemos. Si uno acepta esta proposición, la propia obra se transforma en notas de un particular cuaderno de viajes. Se construye con él un atlas mental, una geografía imaginaria capaz de iluminar cada lugar desde la propia proyección (invirtiendo el contextualismo tradicional) y dando forma, paso a paso, a un jardín latente. Esta visión remite quizás al filón pintoresco, superviviente subterráneamente hasta nosotros, encadenando nombres (Uvedale Price, Frederick L. Olmsted, Le Corbusier, Bruno Taut, Roberto Burle Marx, Lina Bo Bardi, Robert Smithson, Archigram, Cedric Price y otros). La fusión de naturaleza y artificio, la disolución de límites disciplinares entre arquitectura, arte, jardín y pensamiento, la organización de la experiencia como secuencias narrativas, la primacía de lo visual y el movimiento, también en lo inmaterial e invisible, la construcción de un espacio público y una arquitectura reflejo de las nuevas sensibilidades... Estos ingredientes conducen a un nuevo jardín que se ve o no se ve, pero sin él no hay nueva arquitectura sino, a lo sumo, variaciones. Quien lo imagina no se alimenta sólo de enunciados abstractos y nombres propios; debe construir otra cartografía paralela que ilumine sus proyectos conquistando nuevas referencias formales, nuevos símbolos, palabras y técnicas que le permitan abandonar los antiguos, carentes ya del atractivo necesario. Y debe reconstruir el
interlocutor, a quién habla, a qué mundo se dirige (ver puntos 2, 3, 4 y 5). El cuaderno de notas se configura así con esbozos (las obras y proyectos), notas a pie de página, ideas prestadas y originales, nombres, imágenes, conversaciones, múltiples materiales que se miran a sí mismos y que recomponen nuestra propia mirada. El trabajo del arquitecto se confunde con el del jardinero: desbrozar, preparar el terreno, escoger las especies y sembrarlas de forma organizada, cuidando después de que el paso del tiempo haga bien su trabajo. 2. Descampados/Áreas de impunidad La disolución de la oposición naturalartificial que observamos a todas las escalas, conlleva un programa de trabajo que no es otro que el de redescribir, a través de la arquitectura, la posición del hombre contemporáneo frente al mundo. Las “áreas de impunidad” son precisamente lugares en los que se produce de forma excepcional esa condición ambigua, cuya definición como espacios públicos o espacios naturales es imprecisa. Lugares antes negativos, a los que la mirada de los nuevos sujetos sociales y sus prácticas han dado una nueva urbanidad. Mirad los descampados de nuestras periferias, cómo en esos terrenos baldíos se han construido casi todas las formas de socialización emergentes aún, o precisamente porque, son territorios desregulados. Uno siente la tentación de preguntarse si en ellos no habrá un modelo metafórico, un casi-modelo, si cabría pensar en su complemento, el “desedificado”, pues la palabra “descampado” es, en sí misma, fascinante, un campo que ha perdido sus atributos al acercársele la ciudad, esterilizándolo antes de ocuparlo, pero también dándole un papel trascendental en su nuevo contexto. Nos preguntamos si podría construirse una arquitectura así.
3. “Ecomonumentalidad” Nos han acostumbrado a pensar la arquitectura en función del lugar, entendiendo que en él podríamos encontrar las claves con las que abordar el proyecto. Muchas son las formas de anclaje al lugar desarrolladas en las últimas décadas; desde las de raíz fenomenológica (Anchoring es el título de un texto significativo de Steven Holl) hasta actitudes que parten de la escuela de Francfort (Kenneth Frampton y su contextualismo) pasando por la influencia bergsoniana en la obra de Rafael Moneo o la estructuralista del genius loci en Aldo Rossi. Pero en los últimos años estamos asistiendo a una transferencia significativa: todo lugar ha pasado a ser entendido como un paisaje, sea natural o artificial, y éste ha dejado de ser ese fondo neutro sobre el que destacan objetos artificiales arquitectónicos, más o menos vocacionalmente escultóricos, para ser objeto de interés primario, foco de la atención del arquitecto. Así, modificado el punto de vista, el paisaje pierde su inercia y pasa a ser objeto de transformaciones posibles; es el paisaje lo que puede proyectarse, lo que deviene artificial. Al mismo tiempo, la arquitectura inicia procesos aún difusos de pérdida de definición tradicional, en los que es obvio un interés creciente por incorporar una cierta condición naturalista tanto en los aspectos geométricos y compositivos como en los constructivos, a la búsqueda de una sensibilidad medioambiental y de una complejidad formal que respondan con precisión a los nuevos valores de nuestra sociedad. El proyecto queda validado en tanto que construya una completa redescripción del lugar; que proponga, ante todo, la invención de una topografía. Se rescata, así, con este doble movimiento desde la naturaleza al proyecto y del proyecto a la naturaleza, una condición
“ecomonumental” que comienza a abrirse paso, inexorablemente, más allá de cualquier argumento de oportunidad, de una forma que otros no dudarían en denominar “espíritu de los tiempos” o “voluntad de una época”.
y activos energéticamente), sensibles en su comportamiento a las variaciones del entorno, dando lugar a sistemas compuestos en los que los primeros tendrían un papel acumulador y reductor de los intercambios, y los segundos uno generador, captador 4. Material mundo de recursos energéticos. Este nuevo modelo tecnológico supone un Ese artefacto-ciudad del que hablamos desplazamiento desde los aspectos aparece como una amalgama, un de organización material (producción material hasta ahora desconocido, un en serie, simplificación de montaje, conglomerado de elementos naturales, optimización de tiempos y coste, etc.) artificiales e inmateriales o flujos, al mismo hacia la organización racional de tiempo poroso y fibroso, con áreas densas las energías consumidas tanto en la y estables, cargadas de memoria y vastas producción como en el mantenimiento extensiones desleídas, sin cualidades, de lo construido, un desplazamiento que casi líquidas; constituido por elementos permite concebir hoy los “sistemas”, ya antitéticos que han roto con la precisión no desde la coherencia y unidad de los de los límites tradicionales entre natural materiales, sino desde su coherencia y artificial. Si fuésemos arquitectos ambiental, abriendo así el campo a modernos, pensaríamos esta ciudad en experimentaciones en las que la mezcla términos morales, y daría lugar a políticas coherente de materiales heterogéneos reformistas. Pero parece más necesario y, pasa a ser un rasgo visual nuevo y si se quiere, más ligado a la práctica de la característico. Una materialidad híbrida arquitectura, encontrar en ese magma un que implica una transformación profunda sustrato poético, entenderlo como algo que de los ideales estéticos, en sintonía está invitado a ensayar una nueva mirada con el mestizaje de nuestros paisajes y, a su través, alcanzar una dimensión humanos. crítica. Ese material, la disolución de la oposición natural-artificial a todas las escalas, conlleva un programa de trabajo 6. Una nueva naturalidad que no es otro sino el de redescribir, a través de la arquitectura, la posición del ¿Cómo se formó el uso coloquial del hombre contemporáneo frente al mundo. término “natural”? Seguramente no pudo utilizarse el vocablo “natural” o 5. Técnica híbrida, estética mestiza “naturalmente” (como hoy lo hacemos en tantas lenguas) hasta que la naturaleza La sensibilización hacia las políticas de la fue domesticada, comprendida, naturaleza ha influido en los paradigmas sometida a organizaciones taxonómicas técnicos, desplazando el interés desde los que explicaban como razonable lo que experimentos de alta tecnología (sin duda previamente había sido concebido como un residuo del espíritu moderno) hacia misterio inaprensible y amenazador. modelos híbridos, en los que el acento Hasta que pudo contemplarse como ha pasado a ponerse en la interacción algo digno de representarse y una entre materiales naturales (masivos e concepción pintoresca se superpuso inertes energéticamente( y materiales a cierta ordenación cosmogónica, artificiales altamente sofisticados (ligeros como efecto de múltiples viajes que
otorgaron la necesaria distancia y capacidad de observación. Es una hipótesis verosímil que no merece la pena ratificar; basta con enunciarla para imaginar una nueva naturalidad que surgiera de la profunda ambigüedad con la que la naturaleza se nos presenta como objeto de conocimiento y de experiencia estética, ese conglomerado híbrido y mestizo, entrópico, humanizado, confundido con su antiguo enemigo el artificio, enroscado en el espacio político, trasunto de lo que algún día fue el espacio público, un magma turbulento, fluyente y azaroso. Paradójica conclusión: una nueva naturalidad sin referencias naturales. Quizás la clave para alumbrar esa naturalidad de la mirada a desplegar nos la den los viajes por hacer, las zonas oscuras del atlas del pintoresquismo, esos constantes continentes ajenos al juego de trayectos que lo arma. Una nueva naturalidad debiera partir de integrar esos espacios, darles voz y vida, exigiendo siempre arquitecturas capaces de tener sentido tanto en Lagos y Quito como en Nueva York o Düsseldorf, capaces de articular un sentido inmediato y universal de la belleza, algo dotado de simplicidad e intensidad, que nunca resultase insultante o prepotente (¿quién puede presumir de haberlo logrado hoy?). Pero, quizás, ese fructífero viaje sólo pueda hacerse en la dirección contraria a la tradicional, desde aquellos agujeros negros hacia nosotros (reencarnados ahora en los nuevos indígenas de otra forma de naturaleza salvaje); es posible que esos viajes hayan comenzado a y aún no seamos capaces de entenderlos; objetos, y ya no sujetos, de una belleza turbulenta por venir. 7. Nota final Si pensamos en lo que significa para la arquitectura un mundo hiperconectado, podremos entender hasta qué punto economía y ecología están asociados, no sólo etimológicamente (oikos, la administración prudente de los recursos domésticos), sino también estéticamente. Aquellos que hoy se
ven a sí mismos como vanguardistas, nostálgicos en todo caso, han imaginado que las nuevas tecnologías abrían los métodos proyectuales a procedimientos pseudocientíficos y formas asociadas a una sofisticada libertad. El sentido de la globalización sólo parece darse en una dirección, la de George Bush: mera intensificación del dominio de los de siempre sobre otros. Pensada desde otras posiciones, sólo nos interesa la conectividad del mundo si puede imaginarse en los dos sentidos, como construcción de una mirada mutua, a cuyo través repensar el sentido de la tecnificación en las formas de imaginar la arquitectura. Sólo hemos comenzado a entender que una técnica híbrida, una estética mestiza y una naturalidad de nuevo cuño conducen hacia emociones de una simplicidad mucho más profunda de la que conocíamos hasta ahora (y que promocionaban los medios de comunicación). Conectados universalmente, los cánones tradicionales se nos escurren de las manos, enfrentados a escalas e interlocutores de infinita diversidad e interés. Cuando vemos una idea feliz, felizmente resuelta con casi nada, como si la arquitectura no hubiese estado ahí interfiriendo, como si una nueva mirada sobre el mundo comenzara a desplegarse, no hay patrias, ni culturas, ni primer o tercer mundo: hay pura transmisión de una belleza contemporánea que deja todas las demás muy lejos en el tiempo. Queremos esa arquitectura que traspasa el tiempo y el espacio, que nos sobrecoge por simple, universal, feliz, barata e intensa. Ése es el jardín que vemos desplegarse y ésa es la emoción que queremos capturar.
[texto. en Revista 2G n°22, Ábalos & Herreros por Iñaki Ábalos y Juan Herreros]
EL AGUILA MEMORIA
SORIANO - PALACIOS Quaderns Re-activa
Ya desde el exterior observas a la gente ensayando.Te detienes en la acera y miras. Los cubos salteados te recuerdan a fotogramas de películas. A lo mejor son anuncios, pero parecen estar animados. Un grupo esta tocando, pero no se oye nada. Es la primera vez que ves el centro. De pronto una señal luminosa se enciende y me invita a seguirla.Decenas de actividades se superponen. No se hacia donde me arrastran. El estudiante iba a entrar a clase justo en ese mismo momento. Llevaba los libros bajo el brazo. Le llamaron desde el otro extremo del pasillo. Miro a su alrededor, no había nadie mas. “Nos falta un personaje. Se ha puesto enfermo un actor. El telón ya se ha levantado, entra en escena e improvisa. Te invitaremos a cenar”. Dejo los libros apoyados junto a las rampas y subió por una escalera. A lo mejor no se le daba mal. Habían venido intrigados. Ahora, desde el centro de la calle interior, miraban a todos lados, estaban asombrados. A través de un ventanal veían una rampa que crecía hasta perderse en un hueco de luz cegadora. Ella miraba a través de los cristales como montaba una exposición. ¡Que gente tan extraña! Unas personas cruzaron por delante de ellos perdiéndose rápidamente en un espacio lleno de escaleras que vislumbraban estaban mas allá. Levantaron los ojos al cielo. Poco después estaban cruzando las pasarelas. Un cartógrafo sube a la biblioteca. Esta mirando con atención un viejo plano de la ciudad; se ajusta las gafas para mirarlo de mas cerca. Aquellas calles, aquellas líneas…Levanta los ojos. Un público expectante le mira .Se encienden las luces. Aplauden. El saluda. Era normal. Cualquier recinto teatral que se precie acaba teniendo un jorobado.
El también lo era, su cuerpo se había deformado adoptando el contorno de todos los pasillos técnicos. Podía escapar arrastrándose por las cubiertas dobles de zinc. Se escurría por las escaleras del telar escondiéndose en las sombras de los focos. Se crió mientras aquello se construía lentamente, por lo que conocía la cinta invisible de túneles, puentes y pasarelas que enlazaban todos los edificios. Su piel había adquirido la textura de una pantalla de cristal líquido. Los anuncios que circulaban también pasaban a través de el. El público se estaba comunicando con la pareja de bailarines .Era su mejor actuación. Ellos, absortos, danzaban. El publico estallo en aplausos, pero ellos continuaron girando, enlazados, fabricando una y mil figuras mas. Continuaron sobre otro escenario ,y sobre otro mas ,fuera ya de la vista del público .Unos estudiantes de diseño les vieron seguir danzando un poco mas tarde. Primero construyeron una cinta de mensajes y avisos que recorría todos los espacios públicos. Después recortaron y montaron una banda mediante rampas, escaleras y pasarelas que enlazaban todo el edifico de una vez Fue después cuando llegaron los arquitectos y se pusieron a dibujar y construir.
ESPACIO PÚBLICO: punto de partida para la alteridad Fernando Carrión M.
El presente artículo busca colocar en la discusión algunas ideas sobre el espacio público, debido a la importancia que sin duda tiene para producir ciudad, generar integración social y construir el respeto al otro. Adicionalmente, el espacio público ha adquirido un significativo peso en los debates sobre la ciudad y en la agenda de las políticas urbanas; lo cual no es casual: se ha convertido en uno de los temas de mayor confrontación social respecto de la ciudad. Hoy la crisis urbana ha determinado un posicionamiento de los modelos de gestión y de las políticas de intervención urbana que se expresa, finalmente, en dos perspectivas distintas: una que busca la superación de la crisis desde una óptica que tiende a profundizar la vía mercantil privada, en la que el espacio público es vista como un freno, como algo marginal; y otra que pretende atemperar la crisis bajo un enfoque que tiende a darle un mayor significado a lo público y, en especial, al espacio público en la organización urbana. Esta confrontación adquiere creciente importancia, dado el embate privatizador que hace que la ciudad se rija más por el peso del mercado que por efecto de las políticas públicas. Pero también porque el espacio público, debido a los procesos de privatización, fragmentación y segmentación que se vive en la ciudad, termina siendo ámbito de expresión y acción para el mundo popular urbano. Con este trabajo se busca sistematizar este debate y exponer tres tipos de ideas que definen la lógica de exposición del artículo: una primera, referida a ciertos componentes de carácter conceptual que tienden a clarificar el contenido y a definir el concepto de espacio público; una segunda, que intenta encontrar las vinculaciones recíprocas entre el espacio público y la urbanización en la actualidad, porque el espacio público se constituye históricamente y tiene distintas funciones según la ciudad y el momento histórico; y una tercera, dirigida a señalar algunas directrices y estrategias que sería interesante plantearse para la inclusión social a partir del espacio público. 1 ¿QUÉ ES EL ESPACIO PÚBLICO? El contenido atribuido al concepto de espacio público suele o muy general, al extremo de que pierde especificidad, o muy restrictivo dado su marcado carácter espacialista, tributario de las concepciones del urbanismo moderno. Es un concepto difuso, indefinido y poco claro, que puede incluir la plaza, el parque, la calle, el centro comercial, el café y el bar, así como la opinión pública o la ciudad, en general; y que, por otra parte, puede referirse a la “esfera pública”, allí donde la comunidad se enfrenta al Estado, constituyéndolo como un espacio de libertad. En este sentido, el espacio público no se
agota ni está asociado únicamente a lo físico-espacial (plaza o parque), sea de una unidad (un parque) o de un sistema de espacios. Es, más bien, un ámbito contenedor de la conflictividad social, que contiene distintas significaciones dependiendo de la coyuntura y de la ciudad de que se trate. 1.1 Concepciones dominantes Las concepciones dominantes respecto del espacio público son tributarias de las corrientes del urbanismo moderno, ya que sus componentes hacen referencia exclusiva a un lugar físico (espacio) que tiene una modalidad de gestión o de propiedad (pública). Esta concepción se muestra altamente restrictiva cuando se revisa la bibliografía especializada, donde existen tres concepciones dominantes sobre espacio público. Existe, en primer lugar, una concepción proveniente de las teorías del urbanismo operacional y de la especulación inmobiliaria, que lo entienden como lo que queda, como lo residual, como lo marginal después de construir vivienda, comercio o administración, cuando, por el contrario, se puede afirmar que a partir del espacio público se organiza la ciudad. En otras palabras, la estructura urbana esta compuesta de distintos usos de suelo donde el espacio público tiene la función de vincular (vialidad) a los otros (comercio, administración), de crear lugares para la recreación y el esparcimiento de la población (plazas y parques), de desarrollar ámbitos de intercambio de productos (centros comerciales, ferias), de adquirir información (centralidad) o de producir hitos simbólicos (monumentos). Una segunda concepción, predominantemente jurídica y bastante difundida, es aquella que proviene del concepto de propiedad y apropiación del espacio. En ella se distingue entre espacio vacío y espacio construido, espacio individual y espacio colectivo, lo que conduce a la formación del espacio privado en oposición al espacio público. Es decir, se trata de un concepto jurídico en que el espacio público es el que no es privado, es de todos y es asumido por el Estado, como representante y garante del interés general, tanto como su propietario y administrador. Una tercera concepción, más filosófica, señala que los espacios públicos son un conjunto de nodos -aislados o conexos- donde paulatinamente se desvanece la individualidad y, por tanto, se coarta la libertad. En otras palabras, expresa el tránsito de lo privado a lo público, camino donde el individuo pierde su libertad, porque construye una instancia colectiva en la cual se niega y aliena.1 De esta tercera posición surgen preguntas tales como: ¿por qué en la vida cotidiana se piensa que se sale de lo privado para entrar a lo público, y no al revés? O, en su defecto, ¿las fachadas de los edificios son el límite de lo privado o el umbral del espacio público?
¿La fachada pertenece al espacio público o al edificio privado? ¿Se pinta la fachada del espacio privado o del público?2 ¿Es el adentro o el afuera de cual de los dos espacios? 1.2 Concepción alternativa El espacio público no es lo residual, tampoco una forma de apropiación y menos un lugar donde se enajena de libertad. Se trata de superar estas concepciones, para empezar a entenderlo a partir de una doble consideración interrelacionada: por un lado, de su condición urbana y, por lo tanto, de su relación con la ciudad; y, por otro, de su cualidad histórica, porque cambia con el tiempo y en cada momento tiene una lógica distinta, así como lo hace su articulación funcional con la ciudad. Originalmente el espacio público puede cumplir, por ejemplo, una función mercantil (los grandes mercados indios llamados tianguis), posteriormente asumir un rol político (ágora) y luego predominantemente estética (monumento). Esta condición cambiante le permite tener múltiples y simultáneas funciones que, en su conjunto, suman presente al pasado y van más allá de aquí y el ahora. Lo anterior también supone una relación entre la ciudad y el espacio público que se especifica y transforma históricamente. Por ejemplo, si en un momento determinado el espacio público fue el eje de la organización de la ciudad, hoy es más un espacio residual. De aquella ciudad organizada desde el espacio público a la que hoy existe hay un verdadero abismo. Por ello se puede afirmar, sin temor a equivocación, que la plaza organizadora de la ciudad es un producto urbano en vías de extinción. Dentro de las nuevas corrientes de la urbanización en América Latina, la plaza ha perdido funcionalidad y, con ello, estamos viviendo su forzosa desaparición. Hoy la ciudad se organiza desde lo privado, y ciertos espacios comunitarios -como las plazas- terminan siendo a la vez un desperdicio para la lógica económica de la maximización de la ganancia, y un mal necesario para cumplir con las normas del urbanismo. De espacio estructurante ha pasado a ser un espacio estructurado, residual o marginal o, incluso, a desaparecer por la pérdida de sus roles o por la sustitución por otros espacios más funcionales al urbanismo actual (el centro comercial o el club social). También puede darse una mutación en el sentido de que el espacio público pase a ser un no lugar:3 el Zócalo en México hoy es una inmensa glorieta por la cual pasan al día cientos de miles de vehículos. Si el espacio público se define en relación a la ciudad, es necesario partir entonces de una definición de ciudad, para lo cual se puede recurrir a dos de los clásicos del urbanismo moderno, Louis Wirth (1988) y Gideon Sjoberg (1988). El primero plantea que “una ciudad puede definirse como un asentamiento
relativamente grande, denso y permanente de individuos socialmente heterogéneos”. El segundo, que “una ciudad es una comunidad de considerable magnitud y de elevada densidad de población, que alberga en su seno una gran variedad de trabajadores especializados, no agrícolas, amén de una elite cultural, intelectual”. Se trata de conceptos que revelan la heterogeneidad de la ciudad en varias de sus dimensiones o, más aún, que es la construcción social con la mayor diversidad. Hoy estas definiciones tienen más sentido, vigencia y significado gracias al cambio que introduce la globalización en la democracia: el paso desde el respeto a la igualdad, al respeto a la diferencia. Este punto de partida es importante, porque si la ciudad es el espacio que concentra la heterogeneidad social de un grupo poblacional grande y denso, se requiere espacios de encuentro y de contacto, tangibles (plazas) o intangibles (imaginarios), que permitan a los diversos reconstruir la unidad en la diversidad (la ciudad) y definir la ciudadanía (democracia). Esos lugares son justamente los espacios públicos. En otras palabras, el espacio público es un componente fundamental para la organización de la vida colectiva (integración, estructura) y la representación (cultura, política) de la sociedad,4 que construye su razón de ser en la ciudad, y es uno de los derechos fundamentales en la ciudad: el derecho al espacio público como derecho a la inclusión. Si la ciudad es el espacio de la heterogeneidad, es factible encontrar dos posiciones concurrentes, referidas al espacio público. Para una de ellas, el espacio público es la esencia de la ciudad o, incluso, según algunos autores, es la ciudad misma, o, dicho de otra manera, la ciudad es el espacio público por excelencia (Bohigas 2003). Y lo es porque hace factible el encuentro de voluntades y expresiones sociales diversas, porque allí la población puede converger y convivir y porque es el espacio de la representación y del intercambio. La ciudad es el espacio de la heterogeneidad y la diversidad; es decir, que en la ciudad se encuentran los diversos -porque los iguales no tiene sentido que se encuentren-, lo cual conduce a la posición de que la totalidad de la ciudad es espacio público. Desde una segunda perspectiva, la de Borja y Muxi (2003), la ciudad es un conjunto de puntos de encuentro o un sistema de lugares significativos, tanto por el todo urbano como por sus partes. Es decir, que la ciudad tiene que tener puntos de encuentro y lugares significativos operando en un sistema para que pueda existir como tal. En otras palabras, el espacio público no existe si no es en relación a la ciudad operando como un sistema o porque el conjunto de la ciudad lo entiende como tal.
En síntesis, la ciudad es un conjunto de espacios públicos, o la ciudad en su conjunto es un espacio público a partir del cual se organiza la vida colectiva y donde hay una representación de esa sociedad. De allí surge la necesidad de entenderlo como uno de los derechos fundamentales de la ciudadanía: el derecho al espacio público, porque permite reconstruir el derecho a la asociación, a la identidad y a la polis. Este derecho al espacio público se inscribe en el respeto a la existencia del derecho del otro al mismo espacio, porque no solo necesitamos un espacio donde encontrarnos, sino un espacio donde construyamos tolerancia, que no es otra cosa que una pedagogía de la alteridad. O sea, la posibilidad de aprender a convivir con otros de manera pacífica y tolerante. Para que el espacio público opere como espacio para la pedagogía de la alteridad deben coincidir las múltiples voces, manifestaciones y expresiones de la ciudad -porque solo es posible encontrar la heterogeneidad de la urbe en el espacio público- y hacerlo armónicamente en un ámbito de tolerancia y respeto. Pero, además, se requiere de una institucionalidad y políticas (urbanas, sociales) que procesen las diferencias y construyan la integración en ese contexto. Por eso, más ciudad es aquella que optimiza y multiplica las posibilidades de contacto de la población, es decir, aquella que tiene buenos espacios públicos. 1.3 Funciones del espacio público El espacio público es “un lugar” en los términos de Augé (1998): “Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un no lugar”. Y señala adicionalmente que “la sobremodernidad es productora de no lugares”. Si esto es así, podríamos concluir que el espacio público cumple dos funciones dentro de una ciudad: le da sentido y forma a la vida colectiva, y es elemento de representación de la colectividad. El espacio público le da sentido y forma a la vida colectiva bajo dos modalidades: la primera, mediante un tipo particular de urbanismo donde lo público define su lógica y razón de ser, y no como en el modelo vigente, para el cual lo público es un “mal necesario”, por tener un costo con bajo retorno o porque se construye después de que se definen las actividades de vivienda, comercio e industria, entre otras. De ahí que el espacio público por excelencia sea la centralidad urbana, lugar desde donde se parte, adonde se llega y desde donde se estructura la ciudad. El eje de la ciudad es el espacio público y no el privado, lo colectivo y no de lo individual, y la centralidad urbana es el elemento fundamental de todos los espacios públicos; es el espacio de
encuentro por excelencia, de la representación.5 Un ejemplo interesante de lo anterior es la fundación de las ciudades españolas en el Nuevo Mundo. En 1523 el Rey Carlos I de España dictó una ordenanza que determinaba que la estructura urbana debía ser definida por sus plazas, calles y solares, comenzando desde la Plaza Mayor. De allí y hacia ella convergían las calles que unían a otras tantas plazas y plazuelas, y a partir de las cuales se distribuían los solares, de manera que el crecimiento de la población pudiera siempre proseguir la misma forma y lógica. Otro ejemplo es el llamado “Parque de la 93” en Bogotá, que le da nombre al conjunto de las actividades de socialización que se desarrollan de manera circundante, la mayoría de las cuales son lugares de encuentro privados, como cafeterías, bares, restaurantes, discotecas, etc. Este caso ilustra no solo cómo el espacio público organiza un conjunto de actividades privadas, sino también cómo las actividades privadas tienen la posibilidad de generar espacio público; cómo mediante el uso colectivo del espacio público, la población se apropia de la ciudad, la hace suya y viva en sociedad. Por otra parte, decíamos que el espacio es elemento de la representación de la colectividad, porque es desde allí que se construye la expresión e identificación social de los diversos. La representación logra trascender el tiempo y el espacio de dos formas: por la apropiación simbólica del espacio público, que permite, a partir de la carga simbólica del espacio, trascender las condiciones locales hacia expresiones nacionales o, incluso, internacionales; y por construcción simbólica, donde se diseña expresamente el espacio pública con la finalidad de representar a la comunidad y hacerla visible. La apropiación simbólica del espacio público se puede ilustrar con los casos del movimiento zapatista en México, de las Madres de Mayo en Argentina o del movimiento indígena en Bolivia, que tuvieron que recurrir al espacio público para proyectarse hacia escenarios nacionales e internacionales.6 En los tres casos hay una apropiación simbólica que no requiere de la presencia de personas que esté en ese lugar y en el mismo momento para que se representen en ese espacio y ese tiempo; hay un sentido de trascendencia que termina por desbordar lo circunstancial, que permite superar el hoy y el aquí, el yo y el ellos, para pasar al mañana y al allá del nosotros. Hay también otra óptica de la apropiación simbólica del espacio público con elementos que lo identifican, como la nomenclatura. El hecho dar nombre, aparentemente sin mucha importancia, tiene gran relevancia para la vida de la urbe y sus gentes y produce un cambio en la percepción de los signos,
significados e imaginarios urbanos; y, por lo tanto, modifica las relaciones comunicacionales de la población. En América Latina hemos pasado de una nomenclatura costumbrista, que surge de la vida cotidiana de sus habitantes y que expresa una ciudad integrada por la suma de visiones parciales y segmentadas -las partes de un barrio, de una cuadra, de una de calle, de una esquina o de una tradiciónhacia una conmemorativa, que busca recuperar la historia oficial. Es el concepto de memoria urbana que se sustenta en la urbanización de la posteridad, a través de un espacio público que legitima y oficializa eventos históricos oficiales. Representa la imposición de un cierto orden surgido no desde la sociedad, como en el período costumbrista, sino desde el poder local. Con la nomenclatura conmemorativa se legitima un orden social, gracias a que la ciudad y su espacio público son instancias de socialización fundamentales. En cuanto al espacio público como construcción simbólica, tenemos los casos emblemáticos de la Plaza de la Revolución en La Habana, construida expresamente para generar una simbología que se multiplica y se reproduce por otras ciudades. También están los ejemplos de las plazas Cívica en Brasilia, de San Marcos en Venecia, la de San Pedro en el Vaticano o la de Chandigard de Le Corbusier, diseñadas y construidas explícitamente como representación simbólica de un poder que tiene que expresarse en un espacio público para existir. 2 QUÉ PASA CON EL ESPACIO PÚBLICO EN EL NUEVO URBANISMO Si el espacio público es histórico, es pertinente preguntarse respecto de la función que cumple en el contexto del nuevo urbanismo en América Latina y cuáles son sus características. 2.1 El contexto de la urbanización en América Latina. La ciudad en América Latina ha cambiado notablemente este último tiempo, al extremo de que se podría decir que estamos viviendo en otra coyuntura urbana. Es el patrón de urbanización el que ha entrado en un franco proceso de transformación: si desde la década de los cuarenta la lógica de la urbanización se dirigió hacia la expansión periférica, en la actualidad lo hace hacia la ciudad existente, produciendo una mutación en la tradicional tendencia del desarrollo urbano, exógeno y centrífugo, hacia uno endógeno y centrípeta, desde una perspectiva internacional. En otras palabras, una de las características del proceso de urbanización y de globalización en América Latina es que este regreso a la ciudad construida tiene como contraparte una cosmopolitización e internacionalización de la ciudad. Esto es, una fase de introspección cosmopolita (Carrión 2002), de la que no está ausente el espacio público, que tiende a superar el tradicional concepto de ciudad como frontera, para
transitar a uno de ciudad abierta vinculada en red, y que también permite pasar de la urbanización de la cantidad hacia una ciudad de la calidad. Con esta vuelta a la urbe construida en un contexto de internacionalización,7 el espacio público cobra un sentido diferente, planteando nuevos retos vinculados a las accesibilidades, a las centralidades, a las simbologías existentes y a las relaciones sociales que le dan sustento, a su capacidad de inclusión e integración social. Las determinantes principales de este proceso tienen que ver con los impactos que produce la globalización, los cambios demográficos y el incremento sostenido de la pobreza. Se vive a escala planetaria un proceso de globalización de la economía, la política y la cultura, que tiene como contrapartida la localización de sus efectos en lugares estratégicos: las ciudades (Sassen 1997). Es decir, la globalización no es un fenómeno externo, sino parte constitutiva de lo local, ya que el uno existe en relación con la otra. En otras palabras, estamos asistiendo a un proceso de glocalización (Robertson 1992) que, para el caso que nos ocupa, produce tres efectos significativos: primero, reduce la distancia de los territorios distantes, con lo cual los conceptos principales del desarrollo urbano -accesibilidad, centralidad, velocidad- se modifican; segundo, acelera y multiplica la historia en espacios distintos y distantes, y tercero, el espacio principal de socialización queda circunscrito al ámbito de las nuevas tecnologías de la comunicación.8 En el caso concreto del espacio público, este proceso de glocalización se evidencia en tres aspectos interrelacionados: en términos económicos, el espacio público es un elemento fundamental de la competitividad, porque a partir de él se desarrolla la infraestructura (servicios, tecnología), las comunicaciones (telefonía, vialidad), los recursos humanos (consumo, producción) y la administración (pública, privada). En términos culturales, es el lugar de la integración social y cultural como proyección internacional y como mecanismo de mantenimiento y fortalecimiento del sentido de pertenencia a las culturas locales. Y en términos políticos, se vive el proceso de desnacionalización identitaria por los procesos de localización y privatización, así como de internacionalización, propios de los procesos de reforma del Estado (apertura, privatización y descentralización). El proceso de urbanización de América Latina también puede leerse desde sus impactos demográficos. Si en 1950 el 41 por ciento de la población residía en ciudades, en el año de 2000 esa cifra había subido a 78 por ciento. Sin embargo, esta creciente concentración de la población en
áreas urbanas tiene su contraparte en la reducción significativa de las tasas de urbanización, que se expresa en el hecho de que si en 1950 Latinoamérica tenía una tasa promedio de 4,6, para al año 2000 se redujo a la mitad (2,3). Y esta disminución es lógica, porque hay cada vez menos población residente en el campo y también menor decisión a la migración. Si partimos del hecho de que la migración es un proceso finito, tenemos que en 1950 había un 60 por ciento de la población potencialmente migrante, situación que en la actualidad se reduce a una cifra cercana al 20 por ciento. Esto significa que en la región se cerró el ciclo de la migración del campo a la ciudad y el crecimiento vertiginoso de las urbes, que produjo una lógica de urbanización sustentada en la periferización y la metropolización. Y, paralelamente, se abrió un nuevo proceso migratorio, esta vez dirigido hacia el exterior de los países e, incluso, de la región: la migración internacional, con la cual -según algunos autores- se regresa al nomadismo. Hoy, muchos de nuestros países tienen, demográficamente, sus segundas y terceras ciudades fuera de los territorios nacionales e, incluso, continentales;9 económicamente, la región recibe anualmente alrededor de 25 mil millones de dólares, y se proyecta que de continuar con las tasas de crecimiento actuales, el valor de las remesas acumuladas para la siguiente década (2001–2010) podría alcanzar los 300 mil millones de dólares (Ávalos 2002);10 políticamente, la formación de “ciudadanías múltiples”;11 y culturalmente, la conformación —como dice Beck (1998)— de “comunidades simbólicas” configuradas en “espacios sociales transnacionales”.12 En términos urbanos, empieza a ocurrir un enlace de la Ciudad de México con Los Ángeles, de La Paz con Buenos Aires, de Lima con Santiago, de Quito con Murcia, porque tienden a reproducir la cultura del lugar origen en el de destino y también a establecer lazos interurbanos tremendamente significativos, que hacen repensar respecto del continuo urbanourbano. En esa perspectiva, el espacio público tiende a ser el lugar de encuentro del migrante con sus coterráneos, así como el enlace con su lugar de origen. El Parque del Retiro en Madrid permite vincular a los ecuatorianos de afuera con los de adentro, tal cual ocurre en la Plaza de Armas en Santiago de Chile donde se reúnen los peruanos, o el Parque de la Merced en San José de Costa Rica, donde se juntan los nicaragüenses. Esta doble determinación demográfica -reducción de las tasas de migración ruralurbanas e incremento de las migraciones por fuera de los territorios nacionales, en un contexto de globalización de la sociedad- plantea una contradicción propia de la urbanización actual: el regreso a la “ciudad construida” o la introspección y la internacionalización (introspección cosmopolita). En el marco de los procesos descritos, en América
Latina la pobreza se ha convertido en una problemática fundamentalmente urbana. En la actualidad, el 37 por ciento de los habitantes urbanos es pobre y el 12 por ciento, indigente. A fines de los años noventa, el 61,7 por ciento de los pobres vivía en zonas urbanas, cuando en 1970 era el 36,9 por ciento, lo cual significa que ha habido un proceso acelerado de urbanización de la pobreza que lleva a que en la actualidad haya más de 130 millones de pobres viviendo en nuestras ciudades (Cepal 2001). Si esto es así, no solo la mayoría de la población urbana es pobre, sino que las ciudades también lo son. Esto daría lugar a pensar que hemos pasado de las “ciudades de campesinos” -que nos mostrara Roberts (1978)- a las “ciudades de pobres”. Es decir, estamos asistiendo a un proceso de urbanización de la pobreza, de incremento de la exclusión social y de la precarización del empleo, expresado en la informalización y el agravamiento de las tasas de desempleo. Las ciudades de pobres son pobres, porque así como todo lo que toca el rey Midas se convierte en oro, donde llega la pobreza todo se encarece y erosiona. Son varios los estudios que muestran que la pobreza resulta ser más cara que la riqueza. Ejemplos de tal afirmación son varios el acceso al agua potable por tanque cisterna es más costoso y de menor calidad que por la tubería del sistema formal; el abastecimiento de víveres es de peor calidad y de mayor precio en las comunidades urbanas distantes que en los supermercados; la vivienda, el transporte y el crédito también tienen un comportamiento similar; la pobreza social concentrada en el hábitat tiende a degradarlo, y este hábitat erosionado se convierte a su vez en factor adicional de la pobreza. Es decir, un círculo sin fin de la pobreza. Las ciudades de pobres son ciudades con baja capacidad de integración social y espacios públicos muy débiles, los cuales se convierten en un ámbito clave para el “mundo popular urbano”, tanto en sus posibilidades de estrategia de sobrevivencia, como en cuanto ámbito de socialización, integración y visibilización. 2.2 El acoso al espacio público En la actualidad el espacio público se encuentra acosado por las nuevas modalidades del urbanismo. Hay una especie de “agorafobia”, asedio, rechazo o desprecio por los espacios públicos, al extremo de que la población los considera peligrosos y les tiene miedo, porque no protegen ni son protegidos. Son un territorio abandonado, incluso, de la disputa social. Su mantenimiento prácticamente no existe o es escaso. Se ha convertido en guarida y no en hábitat (Borja y Muxi, 2003). Como resultado de este asedio al espacio público, tenemos que la ciudad pierde las posibilidades de construcción y de cohesión sociales, se reduce la participación, se restringe la ciudadanía y se ausenta el estimulo a las prácticas de tolerancia. De allí que los espacios públicos en el nuevo urbanismo de América Latina estén en peligro por: Fragmentación. La ciudad empieza a vivir una nueva
forma de segregación urbana caracterizada por la fragmentación. Se hace obsoleta la segregación caracterizada por la existencia de espacios unifuncionales y estancos (usos de suelo) para la industria, el comercio, la vivienda, la administración bajo el instrumento del “zoning”, donde la unidad urbana no se diluye y la ciudad como totalidad no desaparece, porque las partes integran el todo. Y se desarrolla la fragmentación a través de la desarticulación de cada una de los componentes del conjunto urbano, produciendo la ruptura de la unidad urbana. Castells (1999) llega a proponer que las ciudades son “constelaciones discontinuas de fragmentos espaciales”. De esta manera, la ciudad se convierte en un mosaico de espacios inconexos, que tienden a diluir el sentido de unidad desde la perspectiva de las identidades, de la funcionalidad de sus componentes y del gobierno13. La fragmentación lleva al habitante de la ciudad a ser visto como extranjero, porque cuando no camina por los senderos habituales hacia el lugar de trabajo o de residencia y sale de su territorialidad (barrio), se le exige identificación, como si fuera necesario un pasaporte para ir de un barrio hacia otro. Ahora nuestras ciudades no son de ciudadanos sino de forasteros. En otras palabras, la fragmentación ha dado lugar a la foraneidad en la ciudad, así como a la pérdida de los espacios referenciales para la construcción social (espacio público) y la pérdida del sentido de pertenencia. Las “constelaciones discontinuas” que menciona Castells se expresan en distintos tipos de urbanización en lugares diferenciados de la centralidad y la periferia. En la centralidad se vive un doble fenómeno: por un lado, de gentrificación, pero no bajo el esquema clásico del reemplazo de la población de bajos ingresos por la de altos ingresos, como ocurre en Estados Unidos o Europa, sino más bien por el recambio de la población por negocios de prestigio14; y por otro, de tugurización, a partir de la estrategia popular del pago entre muchos de los costos que la localización central demanda, o sea, mediante el hacinamiento y la densificación. Y en la periferia existen los tradicionales barrios piratas, favelas, villas miseria, pueblos jóvenes, así como los de autosegregación, que son grandes urbanizaciones cerradas y autárquicas con escuelas, supermercados y servicios públicos para los sectores de altos ingresos económicos. Segmentación. Ahora como nunca la ciudad se encuentra segmentada, al extremo de que el espacio público no genera el encuentro de los diversos, porque se ha llegado a la situación en que los ricos y los pobres ya no se encuentra en ningún lado. La mayor expresión de este fenómeno
tiene que ver con el hecho de que mientras los ricos viven el tiempo, los pobres lo hacen en el espacio; es decir que los pobres se localizan mientras los ricos viven el tiempo real15. Ilustrando la afirmación, por ejemplo, ya no hay posibilidad de que en el sistema escolar puedan encontrarse el rico con el pobre, porque la persona que empezó estudiando en escuela privada terminará en universidad privada, y la que empezó en escuela pública terminará en universidad pública. En la salud ocurre exactamente igual: hoy, con los sistemas de seguro, es imposible que en una clínica particular pueda ser atendida una persona que no pague. En la fábrica tampoco se encuentran, porque la unidad productiva está disociada de la parte gerencial. Al centro comercial solo pueden llegar los que tienen vehículo, por las autopistas urbanas circulan los que pagan peajes, a los clubes sociales y deportivos -que recrean el espacio público en el ámbito privado- únicamente pueden asistir los socios, a las nuevas tecnologías de la comunicación acceden los que están en red y a las urbanizaciones cerradas solo la demanda solvente. Con esta segmentación, el espacio público queda circunscrito al uso de los pobres, lo que resulta en que hoy el espacio público sea el ámbito de expresión de lo popular. Por eso también se ve acosado. Difusión. Hoy tenemos una urbanización periférica con baja densidad, centralidades débiles y espacios discontinuos (red global de ciudades) o continuos (áreas metropolitanas), que hacen pensar que estamos pasando del espacio de los lugares al de los flujos, gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación (Castells). En la ciudad de la dispersión o expansiva se hace difícil construir el sentido de pertenencia y de reconocimiento de su unidad, porque la centralidad urbana, como espacio público, se desvanece como factor integrador. Inseguridad. Las ciudades en América Latina se han hecho altamente inseguras. La violencia impacta a la ciudad en tres de sus condiciones esenciales: reduce el tiempo de la urbe (ciudades y sectores urbanos no de 24 horas: hay horas en que no se puede transitar por ciertos barrios o calles, considerados “peligrosos”), disminuye el espacio (lugares por donde no se puede ir) y reduce las posibilidades de ciudadanía (desconfianza, pérdida del sentido de lo colectivo). De allí que lo que existe es una población temerosa frente a la ciudad y, especialmente, de su espacio público, y la proliferación de lugares cerrados (urbanizaciones, comercios), monofuncionales y especializados. Se generalizan los enclaves como búsqueda de seguridad (Giglia 2001)16. Privatización. Se vive la gestión privada del espacio público, que se expresa en que el uso de las calles urbanas y autopistas sea previo pago de peajes, o que en los parques y plazas cerradas se reserve el
derecho de admisión o su uso esté sujeto al pago de una tasa a empresas privadas de servicios, que son las que finalmente los administran. Y junto a esto, se vive la privatización del espacio público, tendencia que se expresa en el cine, el trabajo, la comida, los malls, las urbanizaciones y los clubes. Vivimos el tránsito hacia una “cultura a domicilio”. Al respecto, García Canclini (2000) señala que la mayoría de los migrantes que llegan a la ciudad de México no migran para vivir la ciudad y su espacio público: “Una quinta parte de los habitantes de la ciudad de México parecemos habernos reunido en la capital del país para no usar la ciudad (...). Las seis actividades más mencionadas por los encuestados se realizan dentro de casa. (...) Parece que los capitalinos —cuando pueden elegir qué hace— prefieren evitar el contacto con la vida pública de la urbe” (p. 152). Este proceso que, siguiendo al mismo García Canclini (1997), implica que “el espacio público entregado a la hegemonía del mercado —formado por la concurrencia de actores privados— deviene semipúblico, mientras que el espacio privado se publicita públicamente” (p. 221). 3 EL ESPACIO PÚBLICO PARA EL NUEVO URBANISMO El espacio público debe recobrar el lugar que le corresponde dentro de la estructura de la ciudad, más aún si la ciudad es sinónimo de urbe, lugar de civismo y espacio de la polis. Es un espacio de dominio público, uso social y colectivo, multifuncional, estructurador de la actividad privada y locus privilegiado de la inclusión. Es el espacio que le otorga calidad a la ciudad y el que define su cualidad, de allí que sea un eje estratégico en la nueva ciudad o el nuevo urbanismo. Hay que defender y transformar el espacio público existente y construir un nuevo espacio público para el nuevo urbanismo, que satisfaga simultáneamente varias funciones y que sea de alta calidad estética17. Lo primero es que el espacio público debe recobrar el lugar que le corresponde dentro de la estructura de la ciudad, siguiendo las cuatro condiciones que definen al espacio público: lo simbólico, lo simbiótico, el intercambio y lo cívico. Simbólico. En su condición de simbólico, el espacio construye identidad bajo dos formas, la de pertenencia y la de función, que muchas veces se dan en contradicción. Así, por ejemplo, un residente tiene identidad de pertenencia y un inversionista, de función (obtención de ganancia), lo cual puede producir -en este espacio simbólico
constructor de identidades- un conflicto por el tipo de identidades, que si es procesado adecuadamente, puede canalizar la contradicción. Pero también el espacio público puede tener carácter simbólico de representación (lo patrimonial) múltiple y simultánea, porque es un espacio donde se representa la sociedad y es un espacio representado por ella, que permiten resignificar lo público y fortalecer las identidades más allá de su ámbito específico y del tiempo presente. De allí que, según Monnet (2001:132), el espacio público tenga una definición “comunicacional” y otra “funcional” simultáneas, gracias a su condición de soporte múltiple de simbologías y roles18. La centralidad urbana –como el espacio público por excelenciaes el lugar que mayor carga simbólica tiene19. Simbiótico. Los espacios públicos son lugares de integración social, de encuentro, de socialización y de la alteridad; son lugares de simbiosis donde las relaciones se diversifican, la diferencia se respeta (no la igualdad, porque allí desaparece su sentido) y donde se encuentra la población. Se trata del “espacio de todos”, que le da el sentido de identidad colectiva a la población que vive más allá del lugar y del presente. Esto significa que su condición pública produce un legado transgeneracional y transespacial que define una ciudadanía derivada. Las políticas de simbiosis son de transporte, de nomenclatura, de mobiliario urbano, de comunicación, donde no se trata de disminuir la diferencia, sino de respetarla mediante la inclusión de los diferentes. No se trata de que desaparezcan las diferencias, porque lo que hace la ciudad como espacio de la heterogeneidad es potenciar la diversidad mediante el encuentro. Intercambio. El espacio público es un lugar donde se intercambian bienes (por ejemplo, tianguis, ferias libres), servicios (por ejemplo, comercio), información (por ejemplo, museos) y comunicación (por ejemplo, propaganda). Es espacio de flujos que llevan a mejorar las accesibilidades, velocidades, calidades, tecnologías (Internet). Aparte de eso están las bibliotecas, universidades, colegios y los símbolos del poder fundamental (político, bancario), elementos importantes de la circulación de la información, el conocimiento y de las lógicas disciplinarias. Civismo. Finalmente, el espacio público es un espacio cívico, donde se forma ciudadanía, donde se forma la polis. Las marchas y concentraciones empiezan o terminan en una plaza pública, aunque hoy la plaza pública ha sido sustituida por la televisión. El lleno de una plaza en las campañas electorales no es, como antes, una expresión de la masividad del candidato, sino una estrategia que lleva a filmar la marcha para reproducirla por la televisión, porque lo que no está en los medios no existe. Aún así, es un espacio de formación de ciudadanía y conciencia social que nos
lleva a los ejemplos señalados del zapatismo, las Madres de Mayo o los indígenas ecuatorianos y bolivianos. 4 LA CENTRALIDAD COMO ESPACIO PÚBLICO Los espacios públicos son de diversa índole y tienen distinta escala (barrio, ciudad, región), funcionalidad (centralidad urbana, histórica), tecnología (TIC), siendo el más importante la centralidad urbana, porque contiene la mayor escala, la mayor funcionalidad, la mayor población y la mayor conflictividad. La centralidad es, a escala urbana, el espacio público por excelencia. Se trata de un espacio que debe ser reconocido no por sus partes aisladas (visión monumentalista) o por las calles y plazas (visión restringida), sino por el gran significado que tiene como un todo para la ciudadanía. Esta condición lo convierte en un espacio distinto y particular respecto del resto de la ciudad y, en algunos casos, de la humanidad. Adicionalmente se trata del espacio de todos, puesto que le otorga el sentido de identidad colectiva a la población que vive más allá del centro (espacio) y más allá del presente (tiempo). Esto significa que su condición pública va más allá del tiempo (antiguomoderno) y del espacio (centroperiferia), produciendo un legado transgeneracional y transterritorial, que produce una “ciudadanía derivada” (por herencia). La centralidad urbana es espacio público privilegiado también por ser ámbito de relación y de encuentro, donde la población se socializa, se informa y se expresa cívica y colectivamente. Ello es factible por su ubicación geográfica, funcional y simbólica dentro de la urbe, y por la heterogeneidad de funciones, gentes, tiempos y lugares que contiene. Su cualidad de espacio público también se explicita porque no existe otro lugar de la ciudad que tenga un orden público tan definido y desarrollado. Allí están las particularidades del marco legal compuesto por leyes, ordenanzas, códigos e inventarios particulares20 y las múltiples organizaciones públicas que conforman el marco institucional. La centralidad urbana se ha convertido en el lugar privilegiado de la tensión que se vive en la ciudad respecto de las relaciones Estadosociedad y públicoprivado. Lo es, porque se trata del lugar que más cambia en la ciudad, es decir, el más proclive a mutaciones. Y hoy la principal tendencia de cambio que vivimos es la privatización de la gestión pública en todos sus órdenes. Con la entrada del sector empresarial privado (nacional e internacional) hay una tendencia de cambio en los marcos institucionales y en las modalidades de gestión y políticas. Estas nuevas modalidades de
gestión conducen a nuevas formas de construcción de identidades, que llevan a preguntas como las siguientes: ¿Se pulveriza el sentido de lo nacional en lo local? ¿Se fragmenta la integración social por tipos de mercados? La globalización, ¿homogeneiza las políticas de renovación? Con la tendencia a la privatización no solo de la gestión de la urbe, sino de la vida misma de la colectividad en todos sus ámbitos, la centralidad urbana empieza a ser víctima del abandono de lo cívico, de la pérdida de su condición de espacio público y su ocupación -como hemos indicado- de sectores populares. En la centralidad urbana, junto la concentración de la propiedad y la penetración de capitales transnacionales en desmedro del pequeño capital nacional, se observa la reducción del compromiso de la población con la zona; es decir, la erosión del sentido de ciudadanía. Por otra parte, las privatizaciones plantean, por primera vez, la discusión entre lo público y lo privado alrededor de la centralidad, lo cual puede llevar a fortalecer su carácter público, a establecer nuevas relaciones de cooperación entre lo público y lo privado, a incentivar el significado que tiene el “pequeño patrimonio” para el capital y a definir una sostenibilidad económica y social de todo emprendimiento, entre otros. Esta temática comporta preocupaciones y discusiones muy importantes, que vinculan las relaciones de la sociedad y el Estado en la perspectiva de reconstruir el espacio público de la centralidad. Por otro lado, tal como lo expresa García Canclini (2000:171), se vive un cambio de la ciudad como espacio público, porque es “‘en los medios masivos de comunicación donde se desenvuelve para la población el espacio público”. Los circuitos mediáticos ahora tienen más peso que los tradicionales lugares de encuentro al interior de las ciudades, donde se formaban las identidades y se construían los imaginarios sociales. En esa perspectiva, los centros históricos sufren un impacto significativo por la competencia que enfrentan por parte de las redes comunicacionales. Para superar esta anomalía deben actuar como uno de ellos; esto es, operar como un medio de comunicación que potencie su esencia y que, en la necesaria búsqueda de referentes que tiene la población, la lleve a acercarse a las centralidades urbanas e históricas. Si la centralidad es el espacio público por excelencia, que se homogeniza porque queda como reducto del mundo popular, es desde allí que se debe actuar. Así como en un momento de la historia nuestras ciudades le dieron la espalada a sus orígenes -el río, el mar, el cruce de caminos-, hoy hay que darle la vuelta a la ciudad para ponerla
de cara a su pasado, no de espaldas a él, a partir del espacio público. Los ejemplos de esto en la región son interesantes y aleccionadores: están las transformaciones urbanas de Guayaquil con su Malecón, Buenos Aires con Puerto Madero, Bogotá con Transmilenio, Lima con la Costa Verde. En ese contexto, hay que devolverle la plaza a la ciudad para que la ciudad vuelva a ser un espacio público, un lugar de y para todos. La sucesión de plazas, calles y solares deberá convertirse en un sistema de lugares significativos para que le otorguen orden a la ciudad y permitan el encuentro e integración de la población. En otras palabras, para que la ciudad vuelva a ser un espacio público, un conjunto de puntos de encuentro, un sistema de lugares significativos, donde la sociedad puede representarse y visibilizarse. Es allí donde se puede hacer más ciudad para más ciudadanos y más ciudadanos para más ciudad. 1 Espacios “destinados por su naturaleza, por su uso o afectación, a la satisfacción de las necesidades urbanas colectivas que trascienden, por tanto, los límites de los intereses individuales de los habitantes” (León 1997). 2 En realidad cuando se pinta una fachada se define la frontera del espacio público, porque desde allí se la ve y no desde el espacio privado. Por eso, la reglamentación de la fachada debe dirigirse más hacia lo público (armonía, escala) que a lo privado, porque desde esta perspectiva el propietario lo único que busca es la individualidad. 3 “Los no lugares son tanto las instalaciones necesarias para la circulación acelerada de personas y bienes (vías rápidas, empalmes de rutas, aeropuertos) como los medios de transporte mismos o los grandes centros comerciales, o también los campos de tránsito prolongado” (Augé 1998). 4 “Lo que es importante, a mi entender, es la misma intención, la voluntad de crear, de poseer esos espacios, de tener un lugar donde reunirse para las más disímiles ocasiones, un lugar que no es de nadie y es de todos, la esencia misma de un valor público. Y también de tener algo representativo, que hable con la voz de todos y que exprese la singularidad de la comunidad que lo ha hecho suyo, no importa si ha surgido de la voluntad popular o del gesto autoritario del monarca” (Baroni 2003:63). 5 Sin embargo, en América Latina hay un proceso de despoblamiento de la centralidad, tal como lo ilustran los casos de Bogotá, Quito, Santiago, Ciudad de México y Lima, entre otros. Contrariamente a este proceso, existe una marea de población que va diariamente hacia los centros: en Quito, Lima y México van alrededor de ocho veces más personas de las que viven ahí. Ello porque la centralidad es un espacio público que concentra información, formas de
representación, mercados, además de organizar la vida colectiva. 6 El movimiento zapatista en México, para convertirse en un movimiento nacional, tuvo que salir de Chiapas y recorrer algunas ciudades para finalmente llegar al Zócalo. Las Madres de Mayo se reunían frente a la Casa Rosada para protestar por los desaparecidos de la dictadura militar, lo cual las convirtió en un símbolo con ribetes continentales. Y el movimiento indígena en Bolivia se representa en la Plaza de San Francisco en la protesta que llevó al derrocamiento del presidente Sánchez de Losada y la legitimación social del presidente Carlos Mesa. 7 Que exige políticas y acciones urbanísticas dentro de las ciudades, es decir, de urbanización de la ciudad o, en otras palabras, de reurbanización, así como de conectividad, importaciones y exportaciones. 8 Mientras en épocas pasadas la socialización se hizo en la ciudad (ágora o polis) o en el aula de la escuela, en el presente se la hace en los medios de comunicación. García Canclini (2000). muestra que el 28 por ciento de los migrantes que llegan a Ciudad de México no llegan para vivir el espacio público urbano, sino para recluirse en el mundo doméstico, para ver la televisión. Y ven básicamente lo mismo que en el campo: las noticias, el fútbol y las telenovelas. 9 La quinta parte de los mexicanos y la cuarta de los cubanos viven en Estados Unidos; Buenos Aires es la cuarta ciudad de Bolivia, Los Ángeles la cuarta de México, Miami la segunda de Cuba, Nueva York la segunda de El Salvador. Quito puede ser la segunda otavaleña, México la mayor mixteca o La Paz la más grande aymara. 10 México recibe 10 mil millones de dólares anuales por remesas, en El Salvador es la primera fuente de ingresos y en el Ecuador la segunda. El fenómeno es similar en los países caribeños de Cuba o República Dominicana, centroamericanos, como Nicaragua o Panamá; y andinos como Colombia o Perú. En Brasil las remesas equiparan a las exportaciones de café. 11 Reconocimiento a la doble y triple nacionalidad, el otorgamiento del derecho al voto al migrante y en Chile la propuesta (no materializada) de reconocimiento a una región extraterritorial. 12 Esta sería la forma privilegiada de articulación de la “ciudad en red” desde América Latina, que si bien se apoya en las nuevas tecnologías de la comunicación (NTIC), no experimentaría tanto el peso del determinismo tecnológico, como ocurre con las “ciudades globales”. 13 Quizás el caso más interesante sea el de Santiago en Chile, en que el gobierno de la ciudad se encuentra dividido en 36 comunas, todas ellas
autónomas entre sí. Hoy Santiago no existe como ciudad, como unidad urbana, siendo, más bien, una constelación de fragmentos autárquicos. 14 En la Candelaria en Bogotá se cambia la población por universidades, centros culturales, restaurantes de prestigio; en La Habana sale la población de bajos ingresos y entran negocios de prestigios (Beneton) y servicios turísticos. 15 Hay una polarización entre ricos y pobres que hace que “la relación de dependencia, o al menos de compasión, que subyacía hasta ahora bajo todas las formas de de desigualdad se despliegue ahora en un nuevo ‘ningún lugar’ de la sociedad mundial” (Beck 1998). 16 “Diversas encuestas sugieren que el miedo al crimen constituye un factor central en la explicación de por qué ciertos grupos de población están constantemente abandonando los espacios públicos y privilegiando la seguridad de los espacios cerrados” (Dammert 2002). 17 El caso del Transmilenio en Bogotá es interesante como estructurador del desarrollo urbano, articulador del sistema central de espacios públicos, emisor de un mensaje de modernidad de la ciudad y solucionador del problema funcional del tránsito, entre otros. 18 “Los supermercados y los hipermercados, inicialmente presentados como puramente funcionales, son portadores de un proyecto comunicacional; esta pretensión de formar un público se vuelve evidente en los centros comerciales” (Monnet 2002:133). 19 La centralidad urbana, como espacio público, es un medio de comunicación especial que tiene un alto rating de sintonía, porque mucha gente va a los centros de la ciudad a informarse, a intercambiar información, construir imaginarios y opinión pública. No es casual que en estos lugares haya mayor concentración de publicidad e información. 20 “El espacio público es un concepto jurídico: es un espacio sometido a una regulación específica por parte de la administración pública, propietaria o que posee la facultad de dominio del suelo y que garantiza su accesibilidad a todos y fija las condiciones de su utilización y de instalación de actividades” (Borja 1998:45).
FUCK THE PROGRAMME? Kees Christiaanse Quaderns d’arquitectura i urbanisme, ISSN 1133-8857, Nº 2001, 2001 , págs. 87-89
Quaderns d’arquitectura i urbanisme, ISSN 1133-8857, Nº 2001, 2001 , págs. 87-89
Durante la presentación del proyecto Pakhuizen en el Oostelijke Handelskade de Amsterdam, se le preguntó al arquitecto Felix Claus la razón por la cual su proyecto para un bloque de apartamentos no parecía un bloque de apartamentos. «He diseñado un edificio de oficinas ocupado», respondió. Más o menos en la misma época, yo presentaba el nuevo edificio para la Rotterdam Polytechnic y le comentaba al cliente que en realidad lo habíamos planteado como si se tratase de un almacén reconvertido. Este hecho le inspiró la idea de encargarnos un edificio como una escultura espacial cuyo programa se pudiera determinar en un estadio posterior. Un almacén reconvertido es el lugar perfecto para alojar una asesoría de comunicaciones. Tan perfecto que un nuevo edificio proyectado de acuerdo con un programa cuidadosamente preparado nunca podría alcanzar un carácter y una calidad comparables. Lo mismo sucede con el Hotel New York en las antiguas oficinas centrales de la Holland America Line en Kop van Zuid, Rotterdam; con nuestras oficinas en una antigua central depuradora en el DWL de Rotterdam y con el Café Amsterdam en el GWL de Amsterdam. Asimismo sucede con los numerosos apartamentos situados en almacenes abandonados de las zonas portuarias o a lo largo de los canales. El éxito de esta forma de reciclaje cultural reside no sólo en el componente histórico y en la ubicació n, sino también en el fuerte carácter arquitectónico y en una cierta generosidad en las dimensiones (que no ha de ser confundida con el ingenuo concepto de «flexibilidad», que siempre da como resultado una cons- trucción insípida). Los edificios a los que me refiero deben su atractivo a la resistencia que el nuevo usuario tiene que vencer. Evidentemente, los edificios se transforman mejor cuando no eslAn proyectados para un programa específico, y uno se ve forzado a realizar reajustes radicales entre el edificio y el programa. Algunas veces esto tiene como consecuencia un enorme derroche de energía. Ocasionalmente el edificio sucumbe ante tal proceso. Tenemos un buen ejemplo de esta especie de pelea entre amantes en el almacén de Willem de Zwijger en Amsterdam, que pretendía simbolizar la relación entre el centro y el área portuaria del este. Primero se le atribuyó un carácter histórico, posteriormente se planificó que el puente Java atravesara justo por en medio de donde se ubicaba el edificio y finalmente se le destinó un enorme programa cultural. Amvest Insurance tenía que haberse
dado cuen- ta de la evidente inviabilidad de esta combinación. A finales de mayo del año 2000, tras una batalla que había durado varios meses y antes de que nadie le hubiera echado mano, el edificio se vino abajo. ¿Quizá secretamente volado por la empresa Amvest o por el concejal responsable preocupado por el futuro del edificio? ¿O quizá por el arquitecto Ton Venhoeven en el papel de un moderno Howard Roark? El reciclaje y el cambio en la tipología de los proyectos es un fenómeno frecuente en la historia. Cuando era un niño y vivía en el sur de Amsterdam estaba firmemente convencido de que era posible ver la Estación Central desde De Lairessestraat y más tarde descubrí que el Rijksmuseum estaba en la orilla del río IJ. Hasta bien entrado el siglo XIX era muy normal proyectar bloques urbanos y edificios públicos como construcciones tipológicamente identificables mientras se relegaba el programa a un papel secundario. Las Europoint Towers de Rotterdam de Skidmore, Owings & Merrill son clones del WTC planeado originariamente para Leuvehaven. Después de haber estado vacías durante bastante tiempo, el Ayuntamiento decidió alojar ahí su Oficina de Planeamiento Urbano y de Vivienda Pública. Esto a su vez le sugirió una idea brillante a Riek Bakker, a la que le faltaba acabar de definir el programa de su proyecto para Kop van Zuid. Permitió que los promotores se perdiesen en su proyecto vacío de programa y lo ocuparan con organismos oficiales, como las oficinas de hacienda o el palacio de justicia. El carácter temporal de los contratos de alquiler hizo surgir un nuevo fenómeno, el de edificios proyectados pensando en una función ulterior. En los años ochenta, por ejemplo, la Oficina de Edificios Gubernamentales encargó una serie de salas de justicia que podían ser usadas como casinos o cines cuando expirase el contrato de arrendamiento vigente. A finales del pasado año, Rem Koolhaas presentó en Berlín, ante un público formado por más de 1.200 personas, su proyecto ganador para un teatro en Oporto. Este edificio es una versión ampliada de un proyecto anterior para una casa. La filosofía «que se joda el contexto» de Koolhaas, que aplicó al proyecto presentado al concurso para el teatro Luxor de Rotterdam, consistente en una versión revisada de su proyecto para la Cardiff Opera House, se ha extendido evidentemente a «que se joda el programa». El hombre que durante treinta años
ha dejado que los parámetros programáticos guiaran sus proyectos ha llegado finalmente a la lobotomía que tan bellamente describió en su Delinous New York Al día siguiente de la presentación de Koolhaas, Peter Eisenman explicó, también en Berlín, ante menos de 400 personas su proyecto ganador para un museo en la terminal de transbordadores de Staten Island, una estructura «morfeada-deformada». Un estadio de béisbol había sido añadido al proyecto y luego eliminado por orden de un cliente caprichoso. Durante la presentación del proyecto, el alcalde de Nueva York había preguntado: «~Qué hay en el interior?» «Un museo», respondió Eisenman, «pero, ¿le importa?» «~Que si me importa? ¿Qué quiere decir?», preguntó el alcalde. «~Conoce Bilbao?» preguntó Eisenman. «Sí», replicó el alcalde. «~Piensa que realmente importa si hay o no un museo en el interior?», inquirió Eisenman con una mueca en los labios, a lo que el alcalde respondió, «Eh, mm... ¡no!..., de acuerdo construyamos también un BallBuy-O». Por lo tanto, es posible construir sin un programa. Siento vergüenza cada vez que recuerdo una discusión que mantuve con Ben van Berkel (hace más de diez años, dicho sea de paso) y en la que, ante mi observación de que era necesario tener al menos tres buenas razones para dibujar una curva, me informó sutilmente de que él no permitía que su arquitectura se viera constreñida por motivos cartesianos. ¡Tenía toda la razón! Actualmente, los proyectos de Van Berkel están determinados no sólo por la construcción, sino también por muchos otros parámetros, como por ejemplo los psicosociológicos, que implican un esfuerzo completo de proyecto. Espero por el bien de Van Berkel que sus programas posean la suficiente lógica confusa para igualar lafrÉihliche Wissenschaft nietzscheana a la hora de resolver tareas comple jas. Como mínimo puede dormir tranquilo sabiendo que sus edificios funcionarán aun mejor en su próxima encarnación. La persona que lo sabía todo sobre esto era Kasimir Malevich, que afirmaba que sus Architektons tenían que ser conquistados por una civilización que los mereciera. «Los Architektons simplemente existen, sin función, construidos con vidrio opaco o transparente, hormigón, tela asfáltica, con calefacción eléctrica.., accesibles por todas partes a los ocupantes, que, si hace buen tiempo, pueden sentarse en el exterior sobre su superficie.»
Repensando la movilidad Manuel Gausa Gausa Quaderns n°220 Topografias Opertivas,1998
Se pretende plantear aquí el potencial propositivo de la movilidad relacionándolo con un nuevo utillaje proyectual y conceptual hoy emergente, así como una cierta épica optimista-ambiciosa-de lo global implicada en los profundos cambios de escala y estructuras propios de las nuevas formas metropolitanas; favoreciendo una mirada positiva y al mismo tiempo critica . No se trata de seguir describiendo el paisaje “mítico” de la periferia como escenario paradigmático de un posible modelo de ciudad. Tampoco cabe confundir el interés por analizar la lógica interna de los procesos de autoorganización que caracterizan la mayoría de las actuales nebulosas urbanas con una aparente celebración del caos y el desorden propiciados desde el escepticismo o la renuncia disciplinar. Por el contrario, la preocupación por intentar comprender los procesos internos que se dan en esas nuevas realidades heterogéneas nace de una voluntad activista: la de concebir nuevos mecanismos de orden capaces de articular eficazmente los desarrollos de unos organismos evolutivos, constantemente reajustados y recuperados. Sistemas tácticos capaces de transformar aquellas situaciones mas conflictivas respondiendo, al mismo tiempo, a los principales retos a los que estos se enfrentan: la reorganización estratégica del territorio, la redefinición formal de sus nuevas áreas de desarrollo, la propia restructuración de los trazados infraestructurales, la eficaz instrumentalización del paisaje, la definición de una adecuada relación con el entorno, etcétera. Repensar la movilidad implica, pues, ahora: 1. Repensar la propia noción de tropismo más como un factor objetivo que como un tópico deslumbrador. Un requisito relacionado con la progresiva libertad de relación y opción implícita en todo desarrollo social y traducida en una mayor capacidad de comunicación, de intercambio y de acceso y, por tanto, de ocupación y apropiación de un espacio territorializado, infraestructural. Un territorio definitivamente inacabado, en continua mutación, reciclaje y cambio; lejos ya de la aparente continuidad “armónica” de la ciudad clásica. 2. Repensar la propia estructura de ese nuevo espacio (urbano y territorial a la vez) en progresiva disolución y fractalidad, y que se evidenciaría no ya como forma-una figura literal, reconocible, enmarcada-sino como un
sistema progresivamente abstracto definido desde la relación, combinatoria y abierta, de flujos y capas. Acontecimientos entramado materiales e inmateriales: redes infraestructurales y lugares de relación, en su dimensión más física. Un sistema complejo, multiescalar y destipificado, tan solo orientable, de modo eficazmente cualitativo, mediante ordenes táctico flexibles, “infiltrados” y no “impuestos”; con capacidad de evolución y distorsión; dispositivos abiertos, concebidos desde la superposición, mas que composiciones cerradas hechas desde la agregación. 3. Se precisa repensar la propia dimensión articuladora de unas infraestructuras entendidas como dispositivo estratégico, independiente de toda prefiguración: mallas donde las cosas se cruzan y se entrecruzan: canales para el intercambio y la sorpresa. Directrices neutras a plantear, en cualquier caso, mas desde la eficacia de las relaciones que desde la proliferación de unos trazados convertidos, a menudo, en marañas absurdas nacidas de múltiples decisiones coyunturales y que deberán dejar paso a futuras operaciones de restructuración. 4. Se quiere repensar también la propia noción de escala y el cambio producido tanto en la propia estructura urbana como en la forma del objeto; una escala desplazada, en efecto, de lo edilicio a lo infraestructural en una doble dimensión dicotómica similar a la que se produce en la propia percepción metropolitana, en la que continuamente lo cotidiano se funde con lo extraordinario, lo domestico con lo global, lo general con lo particular, lo edificado con lo ausente. 5. Repensar, entonces, la fuerza del vació intersticial no tanto como residuo o reserva bucólica sino como instrumento operativo, “junta” articuladora de posibles secuencias capaces de ritmar los acontecimientos en alternancias sucesivas, equilibrando la fuerza de las volumetrías con el valor de las superficies: desarrollos “urbanos”-nuevos y viejos, “tectónicos” y densos- y “horizontales” en los que recuperar experiencias relacionadas con la dimensión del cielo, la conciencia del suelo, los colores y la vegetación, etcétera. 6. Repensar, en este marco, la idea de lugar no como fragmento evocador de un “todo” coherente, sino como acontecimiento especifico y autónomo dentro de un abanicoun patchwork- estratégico y heterogéneo de
estratos, situaciones y bellezas potenciales encadenadas a partir de esa progresiva capacidad de desplazamiento que permite, en un mismo lapso de tiempo, no solo llegar cada vez mas lejos sino llegar cada vez a mas lugares: lugares tradicionales-naturales y artificiales- y “nuevos lugares” relacionados, en ultimo termino, con los propios escenarios de la movilidad: circuitos y atractores (cintas conectoras mas que trazados; referentes mas que hitos);secuencias y signos (ritmos y contraritmos marcados por un compás atonal de señales, mensajes y trazas…)nodos e intersticios(cruces, trasferencias, solapes pero también pliegues, márgenes, infieles residuales que hay que revitalizar);o vacíos y suelos (“campos”, espacios vacantes, ”topos” mas que “tectos”. Una ciudad como “lugar de lugares”, caleidoscopio de oportunidades a valorar y preservar, unas, a reestructurar y transformar, otras, desde el uso y desde la forma. 7. Repensar, por ultimo, la propia estructura y la forma del objeto desde una asunción de lo topológico más que desde lo tipológico. Una forma nacida de procesos directos con lógicas internas. De datos operativos mas que de mecanismos de elección relacionados con el gusto o la prefiguración. Formas y estructuras mas ajustadas, a decisiones de estrategia mas que de estética,;a procesos dinamitos mas que a la suma de “detalles” coyunturales. A una manipulación directa de programas, y técnicas, planteadas no solo como meros enunciados o simples “transmisores”, sino como agentes comprometidos con el propio diseño de una nueva especialidad, sensible, al mismo tiempo, a la fuerza de la percepción y a la conciencia de entorno. Una especialidad de membranas, circuitos y espacios fluctuantes, de maclas, cruces y disoluciones; abierta a la transgresión de los limites semánticos, funcionales, superficiales, tipológicos…, remitibles a estructuras de soporte cada vez mas heterodoxas y solapadas entre si; en las que lo reticular y euclidiano deja paso a lo heterogéneo y fractal; nuevas formas convertidas, a su vez, en “multi-scores” insólitos relacionados con el propio universo de la movilidad. Nuevas formas concebidas, pues, como nuevos paisajes operativos.
El paisaje y la arquitectura del yo Aaron Betsky Quaderns n°218 Mobility,1997
Quaderns n°218 Mobility,1997
La inestabilidad del paisaje. Aprendemos conociendo el terreno en el que vivimos. Construimos trazando ese terreno. La arquitectura es una forma de concienciarnos de cómo nos situamos en este terreno y como hacemos nuestros propios espacios en el. A pesar de que lo experimentamos como algo inmutable, el terreno en el que habitamos es inherentemente inestable. Es precisamente la capacidad que tiene dicho terreno de cambiar de forma instantánea y cataclismica mediante terremotos, volcanes, inundaciones o tormentas, y su gradual transformación a través de la sedimentación y la erosión, lo que crea las diferencias-el cambio en la elevación, los materiales y la dirección-y produce las riquezas que excavamos para crear lo que percibimos como una cultura cambiante. Al tomar conciencia de esto me di cuenta también de la diferencia entre como pensamos la arquitectura y como pensamos sobre el paisaje. Asociamos nuestro entorno construido a aquello que puede medirse y, por consiguiente, a aquello que puede conocerse. Cualquier otro intento de intuir o sentir que hay mas allá de nuestro alcance será siempre un débil y místico intento de adentrarnos en el territorio de lo desconocido, de lo inmensurable. No obstante , si vemos tanto los edificios como nuestro paisaje como el resultado de los mismos procesos de acumulación, esta disyunción empieza a desvanecerse. La tierra en la que habitamos, entre interrupciones caóticas, evoluciona mediante la sedimentación, alcanzando una realidad a través de la continua acumulación de material. Del mismo modo, nuestras ciudades alcanzan su apariencia a través de la acumulación continua de la riqueza basada en la realidad de la tierra que ocupan, agrupan y transforman en estructuras complejas. Con el tiempo, esta riqueza y el carácter del lugar se sedimentan en edificios. Las sociedades urbanas construyen su propia geología con el tiempo, al igual que los elementos naturales actúan para consolidar la realidad densamente estratificada de la naturaleza. La cristalización de la arquitectura Entonces tenemos un segundo paisaje, el paisaje humano. La pregunta es de que modo la arquitectura puede cristalizar o contribuir a transformar nuestras ciudades en paisajes que nos liberen en su belleza y en su potencial para la exploración, del mismo modo que “el aire de la ciudad libera”.¿Puede la arquitectura hacernos ciudadanos libres? En física, cuando un sistema alcanza un punto en el que pasa a ser altamente inestable y esta a punto de cambiar a otro estado, se da un máximo de energía, de diversidad y de potencial para un posible desarrollo. La arquitectura del yo Toda nuestra existencia como seres humanos esta
orientada a recrearnos a nosotros mismos mediante la construcción de un interior en relación con un exterior, intentando hallar el camino que debemos seguir en el mundo y definirnos a nosotros mismos a través de la creación de una estructura mas o menos estable. No es mi intención aquí presentar una analogía entre la arquitectura del yo y la arquitectura de los edificios, sino plantear los edificios ni mas ni menos como una continuación social y conciente del acto de construcción del yo. Cualquier buena arquitectura, por lo tanto, tiene que plantear escenarios que nos arraiguen al mismo tiempo en el yo y en el lugar y que nos permita explorar nuevos territorios. La mayoría de nosotros, sin embargo, entendemos el mundo como una realidad antagonista contra la cual la arquitectura se transforma en una postura defensiva. Puede ser interesante pensar, por el contrario, en la arquitectura como algo que nos permita crear una relación clara con ese terreno, una apertura en lugar de una defensa que nos permita construirnos en el mundo real. La arquitectura , por lo tanto, tiene que abrirnos a nuestro paisaje, tiene que cristalizar este paisaje y establecer posibles paisajes alternativos. Así podemos situarnos entre el absoluto de la naturaleza y el absoluto del artificio humano como moldeadores y reveladores del paisaje que nos hace a medida que nosotros lo hacemos a el. Debemos desarrollar códigos de interpretación para este paisaje, formas de reconstruirnos y de reinterpretarnos continuamente en nuestro paisaje. Expansión Urbana El paisaje actual posee una característica predominante: la de su expansión o dispersión. La expansión incontrolada de las ciudades en aglomeraciones urbanas que podemos ver en el paisaje físico en todo el mundo es solo un síntoma, al igual que la dispersión de información que engloba a Internet y a los flujos globales de capital. Esta expansión constituye también la completa difusión de información por todo el planeta. Tanto la expansión física como la virtual son sintomáticas de la ruptura de todas las estructuras estables-tanto si se trata de edificios o ciudades como de libros- que habíamos fijado como los monumentos absolutos que debían permitirnos entender nuestra relación con el terreno que nos rodea. Al mismo tiempo, las estructuras políticas se están expandiendo en formas tribales de gobiernos. Las estructuras empresariales se están desmoronando a medida que las empresas se convierten en aglomeraciones flexibles de subdivisiones distintas o incluso en entidades independientes, altamente especializadas. Las relaciones sociales están pasando de la antigua familia nuclear a redes de relaciones mucho mas informales, con la emergencia de tribus y triadas y todo tipo de otras posibilidades de combinatoria social. Los científicos incluso están empezando a dudar –si es no hace ya tiempo que lo hacen- de la solidez de nuestro cuerpo físico.¿Como comprender este paisaje particular? Yo diría que existen al menos tres modelos distintos que podemos utilizar como bloques constructivos para una arquitectura del yo en un paisaje en expansión. El
primero es la narrativa. Una de las formas con las que el individuo da sentido a este mundo es mediante la narración de una historia: un mito, una falacia, un discurso propagandístico. Nuestra esperanza es que la narrativa de sentido al mundo de modo seductor y global. Las narrativas tambien pueden ser construidas, aunque se resisten a la solidez que tendemos asociar con la construcción. Las narrativas, de hecho, son la realidad que se despliega frente a nosotros cuando caminamos sin rumbo. Siguiendo el pensamiento situacionista, en lugar de construir edificios bastaría con deambular por la ciudad. Las narrativas también son personales. Pueden ser las composiciones del interior que nos rodea con alusiones a nuestro pasado, a otros lugares y otros tiempos. Pueden ser escenarios lógicos que dan sentido de forma estática, mientras que afuera todo lo demás va cambiando. Tenemos que aprender del diseño de interiores para saber como hacerlo. El segundo modo de dar sentido a la expansión es a través de lo que denominamos interconexiones. Las interconexiones son mecanismos por medio de los cuales entendemos y establecemos una relación activa con las estructuras informativas que moldean las fuerzas complejas que, a su vez, están moldeando el paisaje. Una interconexión puede ser cualquier cosa, desde la pantalla de un ordenador a los impresos de la declaración de la renta, pasando por los teléfonos o la publicidad que responde a nuestros deseos al mismo tiempo que los genera. Tenemos que aprender de los diseñadores gráficos como transformar nuestros edificios en interconexiones de este tipo. El tercer modo es lo que denomino iconos. Por icono entiendo un objeto que ha sido puesto a punto (reducido a sus formas esenciales) para su perfección producida en masa, un objeto que condensa mucha tecnología y mucha historia en algo simple, un objeto que actúa también como mediador entre la tecnología y nuestro cuerpo. Podemos considerar el icono como un imán de significado, un objeto que es un deposito para nuestros recuerdos, nuestros miedos y expectativas. Es también un monumento que fija la memoria y el lugar. Los iconos pueden ser tan simples como unos tejanos o tan complejos como un edificio entero. Tenemos que aprender de los diseñadores industriales y de productos para saber como realizar tales iconos. Conclusión Mi propuesta es que la forma mediante la cual podemos dar sentido a nuestro paisaje no pasa por preocuparnos sobre como construir edificios, sino por pensar los modos con que podemos emplear las técnicas de la narrativa, las interconexiones y los iconos para crear estructuras que nos permitan reconstruirnos continuamente en relación con el mundo que nos rodea. Esas técnicas nos permitirían hacer edificios que sean cristalizaciones de un paisaje mas alla de las ciudades, un paisaje de expansión. Las necesitamos para ser capaces de seguir abriendo y explorando continuamente nuestros paisajes. No deberíamos aceptar la solidez como el objetivo final de nuestra obra, sino deambular por( y cuestionarnos) los nuevos espacios y lugares de nuestro mundo y de nuestras vidas que tenemos que ir abriendo continuamente como un acto esencial de arquitectura.
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