Rafael Tomás Hernández: La ciudad del hombre

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RAFAEL TOMÁS HERNÁNDEZ

Rafael Tomás Hernández

La ciudad del hombre

Colección del Banco Central de la República Dominicana Departamento Cultural

Colección del Banco Central de la República Dominicana

Volumen 302

Serie Ciencias Sociales

Número 46

Rafael Tomás Hernández [texto] : la ciudad del hombre / editor Gustavo Luis Moré. –

Primera edición. -- Santo Domingo : Banco Central de la República Dominicana, 2023.

238 páginas : ilustraciones, dibujos, fotografías a color y a blanco y negro ; 23 cm. -- (Colección del Banco Central de la República Dominicana, 2811-499X ; volumen 302. Serie ciencias sociales, 2811-4906 ; número 46)

ISBN 9789945629286

1. Hernández, Rafael Tomás, 1932 – Entrevistas. 2. Desarrollo urbano –Fotografías.

I. Moré, Gustavo Luis, editor. II. Serie.

LC NA815.H47R3 CDD 927.7293

CEP/BCRD

© 2023 Primera edición

Publicaciones del Banco Central de la República Dominicana

Comité de Publicaciones:

José Alcántara Almánzar, Presidente

Luis Martín Gómez Perera, Miembro

Letty Gutiérrez Bonilla, Miembro

Miguel A. Pichardo García, Miembro

Miguel A. Frómeta Vásquez, Miembro

Elvis Francis Soto, Secretario

Coordinación de la edición: José Alcántara Almánzar y Elvis Francis Soto

ISBN 978-9945-629-28-6

ISSN 2811-499X (Colección)

ISSN 2811-4906 (Serie)

Impresión: Subdirección de Impresos y Publicaciones Banco Central de la República Dominicana

Av. Dr. Pedro Henríquez Ureña esq. Av. Leopoldo Navarro, Santo Domingo de Guzmán, D. N., República Dominicana

Director/Editor

Gustavo Luis Moré

Coeditor

Marcos A. Blonda

Directora de arte

Chinel Lantigua

Asistentes gráficos

María del Mar Moré / Manuel Flores

Fotografía portada

Revista Mercado

Diseño de portada

Luis Nova

Fotografías

Gustavo José Moré

Ricardo Briones

Retoque fotos de archivo

Chinel Lantigua

Corrección de estilo

Marcos A. Blonda

Gustavo Luis Moré

Raquel Pellerano

Gerente administrativa

Madeline Espinal

Gerente de ventas y mercadeo

Patricia Reynoso

Consultora de mercadeo

María Elena Moré

Asistente

Luis Checo

AAA agradece de manera especial la enorme colaboración de Ana Rosa

Hernández, Alejandro Hernández y Rosanna Lerebours del estudio del Arq. Rafael Tomás Hernández, en la concepción y desarrollo documental de este proyecto. Esta edición ha sido producida por los Archivos de Arquitectura Antillana, dentro de la serie AAA/ Pro_Files, AAA/Pro_File 011.

CONTENIDO

9. Presentación

Gustavo Luis Moré

10. Prólogo: Rafael Tomás Hernández mi profesor de dibujo, mi maestro, mi amigo

Pedro José Borrell

12. Agradecimientos

14. Abrazando Samanes 1932-1949

16. Recuerdos: Mi padre

18. Tamboril, la juventud, la escuela

21. Decisiones cruciales

28. Entrevista

Rafael Tomás Hernández y los caminos de la memoria

Gustavo Luis Moré

46. Vivienda popular, casas económicas prefabricadas

1961-1966, casas mínimas

- El Ensanche Luperón, 1957

- Matahambre, 1966

- Plaza La Trinitaria, 1966-1967

- Guachupita, 1966-1967

58. Renovacion urbana período 1986-1988

- Av. Jiménez Moya, 1967

- Los Guandules Av. Francisco del Rosario Sánchez, 1968

- Villa Duarte 1968

- Avenida 27 de Febrero 1975

- Plazoleta Independencia 1975 -1978

84. Desarrabalización, renovación y vialidad

- Honduras 1969

- Loma del Chivo 1969

- Villa Estela, Barahona 1970

- Los Minas

- Heralva 1955

- Edificio ARAH

- Casiohogar

114. Jornada extra II

- El Caliche 1986

- Parque del Este, Los Mameyes 1987

- Puerto Isabela (Hoyo De Chulin) 1987

- Avenida de los Reyes Católicos 1987

- La Zurza 1988

- Ortega y Gasset 1990

- Cementerio Cristo Salvador 1992

- CONAU, Consejo Nacional de Asuntos Urbanos, 1987

- El Cinturón Verde

- Plan Indicativo para el Desarrollo de la Zona Norte, 1987

- PNMN, Parque Mirador Norte, 1992

- Avenida Mirador Norte 1992

- Nueva Isabela - Guarícano 1993

201. Apéndice

- Catálogo de obras

- Palabras Frank Marino

- Ingeniero al Servicio del Presidente

- Ingeniero ayudante del Asesor del Poder ejecutivo

- A la opinión pública nacional

- Crimen laesae patriae

- Ciudadanos comprometidos con la defensa de la cultura urbana

- De la nada… nada

- La madre y la tierra fuerza y substancia de la esperanza

- La Pausa Verde

- Día 1 de Septiembre de 2019

- Periódico el Caribe, Junio 22 del 1961

- Periódico Listín Diario, Junio 08 del 1982

- The Green Pause

- Equipo de Ingenieros y Arquitectos colaboradores

- Perspectivas de proyectos

- Reconocimientos

- Fotos con el Expresidente Joaquín Balaguer

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Presentación

Rafael Tomás Hernández.

La ciudad del hombre

Las ciudades son entidades complejas, producto de la imaginación humana y del ejercicio de su poder sobre la geografía. No existe una ciudad trascendente en el inventario de asentamientos humanos de la historia, que no posea algún elemento geográfico de relevancia; la relación entre las fuentes marinas o fluviales son generalmente indispensables para la subsistencia de la ciudad; la orografía demarca sobre todo el carácter de la misma, y las riquezas subyacentes que la sostienen como aparato de producción económico fundamental.

Como toda creación humana, cada ciudad posee una forma particular, cuyos orígenes se diluyen en el tiempo, y va adquiriendo patrones racionales o aleatorios, en la medida en que se va desarrollando. Durante este proceso, suelen destacarse hombres que actúan sobre el territorio, definiendo huellas de diverso impacto en el futuro de las mismas. Si bien suelen atribuirse estas marcas a las acciones del poder de los políticos en el tiempo, la participación de hombres dedicados a componer la morfología de lo urbano, de hombres que actúan con mayor fuerza y por más tiempo que otros, suelen identificarse en cada ciudad. Estos hombres están generalmente dotados de grandes conocimientos, y tienen personalidades afines a las maniobras del poder, permitiendo de esta forma, alineamientos de alta productividad sobre la ciudad, que se transforma día tras día, año tras año, siglo tras siglo.

La ciudad de Santo Domingo, fundada por Bartolomé Colón en 1498 y escrita en los anales de la historia urbana en el 1502 por Nicolás de Ovando en el lado oeste del río Ozama, es actualmente un conglomerado habitado por más 4 millones de capitaleños, el asentamiento más populoso del Gran Caribe. En los últimos 50 años ha duplicado su territorio, producto de la migración rural iniciada en los años 60 –a partir del ajusticiamiento del dictador Rafael Leonidas Trujillo- y consolidada desde entonces con muy escasa planificación y limitadísimo equipamiento, a pesar del enorme esfuerzo de 18 gobiernos constitucionales, democráticamente elegidos.

A partir del 1961, el ex presidente Joaquín Balaguer realiza 5 gobiernos (en 22 años), durante los cuales se dedicaron recursos extraordinarios en estructurar a Santo Domingo como una mayor ciudad, y prepararla para el futuro. Balaguer se valió de un nutrido grupo de profesionales arquitectos, ingenieros, urbanistas planificadores, casi todos dominicanos, quieres transformaron cuantitativamente el territorio, pero en verdad, implantando una huella indeleble que hoy se manifiesta todavía con vigor, desde los predios de la ciudad fundacional, cuyos barrios y monumentos fueron intensamente restaurados, hasta la periferia urbana, que llegó a traspasar las 3 fronteras fluviales de los ríos Ozama, Isabela y Haina.

Dentro de este memorable grupo de profesionales se distingue por su afable personalidad y poderoso impacto en la ciudad, el Ing. Arq. Rafael Tomás Hernández. Este libro mostrará, como su carrera se inicia desde sus estudios universitarios en el 1955, y como la suerte, su capacidad profesional y su calidad de ser humano integral, lo hizo responsable principal de muchas de las más determinantes intervenciones urbanísticas desde entonces, casi siempre de la mano de la ejecución de múltiples proyectos de viviendas para la población menos favorecida. Como podrá comprobarse en estas páginas, el simple hecho de haber creado, producido, defendido y diseñado el Cinturón Verde que protege y organiza el crecimiento periférico de la ciudad, es mérito suficiente para alabar su obra y agradecer su proceder profesional.

Este volumen pudo tener más del doble de contenido, si el Arq. Hernández hubiera sido exigente con su inventario de obras, tanto públicas como privadas. Aún así, su estudio comprueba la labor cabal de mas de 65 años de profesión, y relata las obras más importantes de su prolija trayectoria. Para AAA , ha sido un verdadero honor trabajar junto a este coloso, sus familiares y colaboradores, en este primer recuento de su vida profesional.

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Prólogo

Rafael Tomás Hernández mi profesor de dibujo, mi maestro, mi amigo

En el momento en que la República Dominicana se abrió al período inmediatamente posterior a la dictadura, me tocó comenzar mis estudios de arquitectura en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Era octubre de 1961. Después de asistir a un preparatorio que era común a aquellos que cursaríamos arquitectura con los estudiantes de ingeniería civil entramos en 1963 al primer año de la carrera y allí conocí a mi profesor de dibujo arquitectónico, el arquitecto Rafael Tomás Hernández Ramos.

Desde el primer momento tuvimos una conexión especial a través de la mesa de dibujo; yo venía de la Escuela de Bellas Artes de Santiago y él era un excelente dibujante. Creo que la pasión y la dedicación al dibujo nos unió. Al final de ese año me invitó a trabajar con él en su firma de arquitectura. Yo apenas empezaba los estudios y tenía pocos conocimientos de dibujo arquitectónico. En los primeros días tuve el temor natural del que se enfrenta a lo nuevo, pero la bondad natural de Rafael Tomás me sirvió de guía.

Su despacho estaba en las afueras de la ciudad, en la calle Roberto Pastoriza 453, en el mismo solar donde se localizaba su casa. En el jardín del frente, él había construido una casita prefabricada, una especie de estructura modelo donde estaba la oficina. Con apenas 25 metros cuadrados de superficie disponía de una salita comedor, tres habitaciones y un baño, tenía de todo. Estaba erigida con muros de cinco centímetros de espesor de hormigón armado, vaciados sobre papel de periódico en el terreno. Esos paneles eran levantados y unidos con perfiles de hierro y se les colocaba un techo, también prefabricado. Esa era la vivienda! No se trataba de un mero divertimento ni de un experimento personal. La razón de este ensayo se encontraba en un deseo muy profundo que para Rafael Tomás ha sido casi un credo: el de que cada dominicano tenga su propia casa.

En principio mis labores fueron de delineante y eventualmente me fui involucrando en el diseño de pequeños encargos. Al producirse la revolución de abril de 1965 y cerrarse la oficina, partí hacia México, donde traté, infructuosamente, de seguir los estudios que habían sido interrumpidos por la guerra. Al regresar, me reintegré a las labores en la oficina y poco tiempo después Rafael Tomás me ofreció participación como socio de la empresa. Para mi sorpresa, a los pocos días me dijo que me tenía un empleo con otro arquitecto. En principio fue algo que no entendí, pero con los años pude comprender lo que me quiso decir, como el maestro que siempre ha sido: “ya yo no tenía nada que aprender a su lado’’. Esa decisión me abrió nuevos horizontes.

Rafael Tomás nunca fue un jefe sino un compañero, más avanzado que nosotros en el andar profesional. En ese sentido actuaba con una bondad

sincera, preocupándose más por nuestro tiempo de estudios que por el trabajo de la oficina. Prefería postergar una entrega de un proyecto a que faltáramos a nuestras obligaciones académicas. Siempre se interesó mucho por mi carrera y por mis horas de estudios.

Rafael Tomás ha vivido bajo un imperativo moral de humildad, que se refleja en su arquitectura: “un principio de economía de recursos que no admite desperdicios”. Esa casita modelo es la esencia misma de una práctica que si bien es austera en su factura es refinada en gestos y soluciones sencillas. Cada vez que entro en un espacio pequeño diseñado de manera eficiente, un baño de un avión, por ejemplo, pienso en Rafael Tomás y sus soluciones arquitectónicas. Nunca permitió el desperdicio ni siquiera de un centímetro cuadrado de superficie en un diseño.

En 1966 el país se abrió a una dinámica acelerada de construcciones estatales y Rafael Tomás se integró a una agenda de trabajo que incluyó varios proyectos habitacionales, donde puso en práctica sus ideas acerca de la vivienda económica, a través de la implementación de los llamados multifamiliares, generando no solamente soluciones urbanas y habitacionales sino participando de manera activa en la transformación de la ciudad de Santo Domingo mediante la introducción de una densificación media en base a edificios de cuatro niveles.

A pesar de que al finalizar la carrera me había mudado a Santiago a laborar en el diseño del campus de la PUCMM, me mantenía observando su obra, visitaba sus oficinas, opinaba sobre los proyectos y Rafael Tomás, siempre receptivo, acogía cualquier sugerencia en algún aspecto que hubiese pasado por alto. Nunca se cerró a la discusión abierta de su trabajo. A pesar de que ya no laborábamos juntos, ya se había cimentado una gran amistad que perdura hasta estos días.

En más de una ocasión, a lo largo de mi carrera profesional, me he detenido a pensar sobre su obra. En este texto me ha tocado referirme a ella y no encuentro palabras para definirla. Es una arquitectura de una sencillez casi monacal, es una obra austera de una economía de recursos radical pero que a la vez posee todo lo necesario para satisfacer todas las necesidades físicas y hasta espirituales de quienes la habitan. Creo que, a pesar de los cambios en estilo, materiales y formas de construir, se trata de una arquitectura profundamente necesaria hoy día.

Rafael Tomás actuó en un momento histórico muy definido e importante, interviniendo la ciudad en varios lugares muy problemáticos y

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emblemáticos: la Plazoleta La Trinitaria, Honduras, el Hoyo de Chulín y Mata Hambre entre otros y luego el Proyecto de la 27. Era en ese entonces una empresa de gran escala y sobre todo muy complicada. Sus remodelaciones urbanas cambiaron la manera de leer la ciudad y mi generación fue fuertemente impactada por sus certeras intervenciones. En 1969, cuando planificábamos la ampliación del barrio Bella Vista en Santiago, utilizamos los conceptos que pudimos extraer de su experiencia. No sólo aprendimos de él en las aulas y en la oficina, sino también, más tarde, observando sus soluciones habitacionales de carácter colectivo.

Su obra más conocida e influyente es sin duda la que ha realizado para el estado. Sin embargo, su labor privada, aunque menos extensa que la pública, guarda características similares que atestiguan esa búsqueda constante del gesto mínimo portador de la gracia que adjudica lo sencillo. Durante mi paso por su oficina diseñamos varias casas en el entonces incipiente ensanche NACO y en otros lugares de la ciudad, así como también en Santiago. A finales de la década de 1970 fue pionero al construir el primer aparta hotel de Santo Domingo. Nunca abandonó la búsqueda de soluciones prefabricadas que minimizaran el problema de la escasez de viviendas económicas y uno de sus muchos sistemas experimentales le valió un reconocimiento del Banco Nacional de la Vivienda.

La edad nos confiere la facultad de analizar el pasado de manera sosegada, de valorar la experiencia, de sopesar lo aprendido y sobre todo de agradecer. En alguna ocasión creo haber expresado estar satisfecho con el trabajo que he realizado como arquitecto, pero este texto no se trata de mí, versa sobre un maestro a quien reconozco la positiva influencia que tuvo sobre mi formación profesional, Rafael Tomás Hernández Ramos.

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Agradecimientos

Dispuesto a organizar mis recuerdos he buscado en mis archivos datos, escritos, notas de prensa, conteniendo críticas y comentarios de algunas intervenciones o actuaciones de mi vida, y como resultado de esa labor, encuentro la oportunidad de agradecer a las primeras personas que hicieron posible este libro en Mignón Troncoso, Magaly Anderson y Rafaela Brito, colaboradoras desde hace años, que hicieron esfuerzos cuando archivaron durante mucho tiempo de manera organizada este material.

Las arquitectas Rosanna Lerebours y Ana Rosa de Ramos merecen reconocimiento aparte y especialmente, por como han recogido esa documentación; me han alentado durante mucho tiempo para producir un libro que recoja y organice toda esta documentación cargada de relatos, informaciones y vivencias de mi vida como profesional.

Finalmente, a toda mi familia que alienta y aporta entusiasmo para que esta idea se haga realidad, ofreciendo asesoría en el lenguaje y la sintaxis. Cecil Oquet, en diagramación y la presentación mi nieta Ana Ivonne Hernández y especialmente a Frank Marino Hernández que hace dieciséis años me regaló una libreta para que escribiera mis memorias.

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14 © Iris de Mondesert

Abrazando samanes

Vuelvo a Tamboril, con la memoria abierta y el recuerdo fresco; feliz y agradecido. Gracias a la amabilidad generosa de Elsa Brito de Domínguez, regreso por su luminoso “Camino de Bendiciones” que ella nos regala en su libro Velada de la Vida y en su nuevo libro, dedicado a Tamboril; los dos me han conmovido profundamente. Cuantas veces puedo, dilato mi paso por la aldea-ciudad, y dejo que mi espíritu se ensanche y renueve esos recuerdos, recorriendo esos caminos; los he recorrido a pie, a caballo, en carros y puedo sentir vivamente su fuerza telúrica energizante. Escenarios como el que muestra la casita rural con el flamboyán florecido, que aparece en el libro, recuerda a Yoryi Morel que la inmortalizó, pero que todavía se nos aparece con vidas humanas. Esa imagen regresa con olores y realismo. Al contemplarla nos invade la ternura porque junto a la congoja, me mueven las precariedades y la humildad de los recursos aparentes que nos oprimen y llenan de angustia. En esos recintos hemos visto muestras que nos llenan de respeto y admiración. Un piso encalado, asombrosamente limpio, un jarro de hojalata y un agua de tinaja ofrecida con tantos deseos de ser amables, que hacen que nuestra pena se rinda y le de paso al respeto más profundo. Otra de las sorpresas que nos regalaban esos hogares rústicos y sencillos, era que muchas veces anidaban las criaturas más bellas del mundo.

En cierta oportunidad, (yo tendría unos nueve años), estaba afanado con una soguita de cabuya, dándole vueltas al primero de los tres samanes que menciona tiernamente Elsa en su libro. Mi padre (Rafael Tomás Hernández Almánzar), que cruzaba desde la casa hacia la pequeña fábrica que tenía al otro lado de la calle, se acercó preguntándome: “¿Qué estás haciendo?”... “Midiendo el samán, le contesté, ¿y eso es para qué?... para saber cuántos hombres se necesitan para darle un abrazo a este samán”. Papa dijo: “Bueno…” se encogió de hombros y fue a sentarse en la butaca que ponía siempre en la pequeña galería de la fábrica.

Esta fábrica es la misma Flor de Licey que doña Elsa menciona en su libro Tamboril , que luego pasó a ser propiedad de Don Julio Ramos.

Hace setenta y cinco anos de esa anécdota. A veces he pensado que si papá hubiera insistido, queriendo saber para qué yo hacía esto, ya que yo tampoco lo sabía… pero es que esos samanes crecieron y daban sombra imponente llenos de majestuosidad. Le hubiera dicho yo a papá si me hubiera preguntado para que hacia esto… porque en ese tiempo yo tampoco lo sabía. Ahora pienso que era simple curiosidad, o quizás para afirmar mis recuerdos. Se que se necesitaban tres hombres y faltaba un poquito o cinco muchachos como yo, para darle un abrazo al samán; puedo recordar su corteza, a veces húmeda y musgosa, y otras áspera y seca. Recuerdo las raíces de estos árboles poderosos saliendo del terreno un pie y medio, convirtiéndose en bancos naturales que se adosaban al tronco central aumentando su diámetro. En el libro aparece una cita de algo que mi hermano Tomas Hernández Franco, escribió: ”vio el crepúsculo detenido entre sus manos sembrando esos árboles”.

Como dice la autora: “¡Oh! Samanes centenarios, como están en mi recuerdo, son verdaderos monumentos que se traducen en enigmas de la naturaleza y en la historia de esta pintoresca aldea”.

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Arquitecto Rafael Tomás Hernández Octubre 2021

Recuerdos: Mi padre

Noviembre 1938: (Memorias de Rafael Tomás Hernández Almánzar).

“Quiero exponer en este libro pensamientos, que hablados no tendrían la fuerza de lo escrito, por aquello de que “las palabras se las lleva el viento”.

“Nací el 29 de septiembre del año 1868 según consta en el archivo del primer Distrito de Santiago, en el libro No. 2 folio 110(1). Tengo pues cumplidos setenta años. Raro es que en estos trópicos se llegue a esta edad sin sentir divagaciones, astenia u otras debilidades cerebrales que me parece no sufrir aún…, no así mi estado físico donde día por día se aumenta un considerable desgaste que lógicamente me indica que puede ser muy corto el tiempo que me resta de vida, y esa idea dominante en mi cerebro es la que me impulsa a dejar consignados en este libro pensamientos e ideas sin ilación ni concierto”.

Así escribía mi padre Rafael Tomás Hernández Almánzar en unas notas que escribió con el propósito de orientar su familia, compuesta en ese momento por su esposa María Altagracia Ramos Abréu, con cuatro niños, dos niñas, dos varones: Mirta, Alejandro, Melba, y Rafael Tomás. Años más tarde otra niña, sería bautizada Maricruz.

Asumía que sus hijos mayores, Tomás y Marino Hernández Franco tenían edad y conocimiento de su vida que no tendríamos los pequeños.

Seguía escribiendo:

“No tengo ningún temor a la transición de la vida a la muerte, esta me parece, se opera suavemente, sin dolor físico, del mismo modo que cuando nos quedamos dormidos… sobre todo en ciertas enfermedades”.

“El ‘más allá’ no me inquieta. Me inquietaría tener algo en mi conciencia, algún acto en mi vida que avergonzara mañana a mis hijos… Siempre hice esfuerzos para vigorizar mi carácter para no caer en debilidades, ni acciones deshonrosas. A ese esfuerzo debo el haber llegado al final de mi vida siendo generalmente estimado”.

“El recuerdo en conocidos y amigos del que muere es corto, vago recuerdo. Recuerdo que perdura algo más cuando el desaparecido deja rastros delictuosos, hizo vida desordenada, etc.

“Al escribir estas líneas me impulsa un solo pensamiento, una sola idea… Indiscutiblemente para los hijos sobrevivientes o sus progenitores, sin haber llegado a la madurez de la razón”.

En el libro aludido dice que me llamo Tomás Rafael, cosa que ignoró siempre mi familia; y así mismo para toda mi familia y para mi, yo había nacido el 29 de diciembre no de septiembre.

“Han de interesarle conocer rasgos, carácter, vida, en fin de ellos, de sus progenitores… Por eso pues escribo para ellos, ya que para mis hijos formados ya (Tomás y Marino) no puede haber ningún interés en conocer de mi vida… Suficientemente conocida por ellos”.

“Ni para ellos los consejos y las enseñanzas que puedan extraerse de estas notas… Consejos y enseñanzas que jamás escatimé, consejos que sin duda, alguna vez causarán risa, como cosa sin importancia, emanados de un cerebro gastado, o influenciado por ideas rancias”.

“Sólo de vez en cuando escribiré en este libro largo o corto, pues a pesar de lo dicho, ningún indicio que me haga sospechar mi inmediata desaparición siento. Esto unido a mi esfuerzo para alargar mi vida, útil todavía y necesaria por razones que huelga explicar, me dan la esperanza de vivir, no el tiempo suficiente para mirar la muerte tranquilamente, pero si para llenar en parte aspiraciones, que daré a conocer en este libro”.

Papá escribió hasta siete años transcurridos desde 1938. Murió el 21 de enero de 1945, Día de la Altagracia, que Tamboril celebraba con una fiesta religiosa que atraía fieles devotos de todos los parajes aledaños; a esto se sumó el cortejo funerario, que fue multitudinario.

El día 20 inició el día haciendo un recorrido, regresó para trabajar en la galería de la casa, a las 11:00 a.m. hizo llamar al alcalde del pueblo que hacía las funciones de notario público, para aclarar algunos asuntos relativos a sus últimas voluntades y en la tardecita a las 6:00 p.m. fue al baño… Sólo… Para volver a la casa… Y pasar al más allá como él lo había previsto o deseado.

Yo Rafael Tomás, su tocayo, tenía once años. Por la tarde del mismo día me hizo llamar… Apretándome las manos me habló del comportamiento, quería decir mucho pero lo resumió todo en un apretón de manos y Jadeante y fatigado resumió: “-estudie… a usted le toca vivir con familiares. Pórtese bien. ¡Hágase un hombre!”.

Expiró a la media noche. Con su muerte cambió todo el escenario de nuestra vida familiar.

Tomás y Amparo asumieron las responsabilidades paternas aun cuando ellos tenían serios problemas con la salud de Tomás, y en los aspectos económicos. Yo estaba terminando en la escuela Sergio A Hernández de Tamboril, y Villón que tenía la vena poética de nuestro hermano Tomás. cursaba el bachillerato en la escuela Normal de Santiago.

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Tamboril, la juventud, la escuela

Cuando la “guagua” de Palé se detuvo en el cruce de Tamboril, serían las nueve de la noche. A esa hora, la pulpería de la esquina había cerrado, y por las hendijas de las tablas de madera se advertía la luz de una lamparita, pero no había señales de gente despierta; sólo se oía el murmullo en el silencio de la noche.

Las enormes matas de almendras que flanqueaban el inicio del camino, lucían imponentes y lúgubres.

Cuando me apearon la pequeña maleta del techo de la guagua y esta hubo arrancado, quedé completamente sólo. Frente a mí, los cinco kilómetros que me llevarían a casa en Tamboril.

Miro hacia atrás, buscando en la memoria, cuando se inició en mí la idea de ser ingeniero o arquitecto y no encuentro un punto de partida exacto.

Recuerdo la fascinación que me producían los artefactos de la ingeniería, desde los cartabones hasta los teodolitos y todo lo referente a mediciones topográficas y replanteos.

Siendo muy niño, me acercaba a las cuadrillas para tratar de ser útil y tener la oportunidad de tocar esos instrumentos, que me parecían las cosas mejor hechas y más precisas del mundo, y adentrarme en ese universo de precisiones matemáticas.

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Decisiones cruciales

Deduzco que la fecha sería 17 ó 18 de diciembre del año 1949. Concluía el primer trimestre de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura en la Universidad de Santo Domingo. Yo preparaba mi regreso a Tamboril por las vacaciones de navidad.

El transporte era relativamente fácil en la Ciudad Trujillo. Yo vivía con mi hermano Tomás en la carretera Sánchez km 7½.

Cuando llegué al Parque Independencia para viajar a Santiago, había perdido la mejor guagua, la Estrella Blanca de Luis Sued, y tuve que abordar la guagua de Palé de menor categoría, pero la única disponible.

Un viaje en guagua de esa época era una aventura que parecía de un relato fantástico. 40 ó 45 pasajeros con las cargas más insólitas que llenaban el techo de la guagua, que era un armatoste en madera de confección criolla con asientos y carrocería de madera, apretados para un viaje que en el mejor de los casos duraría 5 horas, si no sucedían algunos de los frecuentes percances, pinches o reparaciones que hacían bajar a los pasajeros hasta que se reparara la avería.

La carretera Duarte cruzaba Villa Altagracia, Bonao, La Vega, Moca, Licey al Medio, Pontezuela y Santiago.

Mi destino era Tamboril y debía estar atento al pasar Licey, para detener la guagua en el cruce.

A las nueve de la noche llegamos. El cruce estaba desierto y oscuro. Ni un alma... Ni una luz. Sólo la sombra gigantesca de las grandes almendras y el silencio del almacén de la esquina y del comercio cerrado enfrente.

Cuando me apearon la maleta y la guagua hubo partido, quedé completamente sólo. Sólo el impresionante silencio de la noche, las ideas y fantasmas de la juventud, que relataban historias de apariciones misteriosas.

Una de esas historias decía que a lo lejos aparecía una dama con bata blanca y una luz y que desaparecía y se ponía detrás al uno caminar hacia ella.

Otra, que en monte adentro se oían gritos de enajenados mentales, condenados a estar en cepo. Los parajes los tengo grabados en la memoria: La Ceiba, Monte Adentro, Don Pedro, Guazumal; hitos del camino que se adueñaban del trayecto de los cinco kilómetros de la recta que conectaba la Duarte con el parquecito, la iglesia y la sabana de los samanes, que eran el corazón del pueblo.

Recuerdo con vergüenza ahora que cuestioné mentalmente la decisión de papá -que influyó decisivamente- para que la carretera no pasara por el corazón del pueblo. Si hubiera sido así, yo me hubiera apeado de la guagua frente a mi casa. Hoy entiendo que esa decisión preservó algunos años la paz del pueblo, y fue adoptada por otras ciudades que han sacado la carretera Duarte de su trama, por ejemplo.

Cuando había recorrido unos dos kilómetros, “un automóvil” pasó despacio, y pude reconocer a un tío político, quien sin embargo pasó de largo, sin notar mi presencia.

Un día ajetreado, de preparación del viaje, seis horas en la guagua y ahora en la carretera sólo, elucubrando como iba a enfrentar la situación para el próximo trimestre, ¿qué debía hacer?, mientras buscaba algún trabajo.

Al llegar a la casa en Tamboril, encontré al tío que me dijo: “¿tú me viste?, si como no – ¿y me reconociste? Si - ¿y que pensaste? Solo que usted no me había visto”.

“Yo te vi… Pero te dejé a propósito”: cosas como esta hacen que te curtas y te preparen para la vida”.

Reconozco que necesité mucho tiempo para asimilar la experiencia, pero hay situaciones que nos hacen crecer, si las miramos constructivamente. Tuve unas vacaciones excelentes.

Las empecé como siempre recorriendo la calle “larga y polvorienta” como diría mi hermano Villón, primero hacia el oeste pasando por la sabana de los samanes; los encuentros en el parque debajo de la enorme mata de laurel que acogía los usuales- amigos, -saludos para Antonia y Julio Ramos los

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invariables amigos de mamá- y siguiendo calle arriba hasta la parada obligada donde el primo Víctor (Hernández Espaillat) -que no sé cómo siempre me detectaba desde lejos para recibirme con los brazos en alto, exuberante y entusiasta... me saturaba de preguntas desde lejos- “¿Cómo estás? ¿qué estás haciendo, ¿qué te propones hacer?.”

No había respuestas que dieran base a grandes emociones; pero en aquellos tiempos en la aldea, cualquier novedad era bien recibida.

Terminábamos dentro de la farmacia y entre atender clientes y preparar algunos paquetes, transcurría una jornada grata e inolvidable salpicada por las gracias, a veces mordaces o irónicas...

En cierta oportunidad entró un campesino extremadamente mal oliente, y él exclamaba: “mira Rafael Tomás, este amigo no conoce el jabón Heno de Pravia, de la perfumería Gal de Madrid, pero yo le voy a recetar este sobre de litargirio que lo hará pensar mejor en que va a conseguir, lo que quiere”.

Entre citas cultas, ironías y afectividad, pasan buenas horas repasando historias. Entre cosas serias y banalidades.

Seguir esas caminatas hasta el final llegando al cruce de Licey, que corría serpenteando; era toda una aventura recorrerlo en los tramos que era posible; con agua siempre y con una vegetación primaria exuberante y rica.

Entre las lecciones que guardo del río, recuerdo que cuando había crecidas, sentíamos el ruido estruendoso e impresionante de las aguas desbordadas, que arrastraban todos los árboles y troncos secos, animales muertos y árboles que no resistían el empuje majestuoso de esas aguas. Al bajar las aguas, el lodo que cubría las palmeritas, las cuales aparecían reverdecidas y erectas como si no les hubiera pasado nada.

Su flexibilidad les proporcionaba un medio de supervivencia. Dios a través de Yco Martínez y su familia ha protegido el “último testigo vegetal viviente de la primera aldea bajo los cuales viví la juventud de entonces. Todavía era capaz de recitar con frecuencia a Tavaré , al compás de las notas del riachuelo. Era el himno de un pueblo pequeño, tan grande que parecía

inalterable, inviolable, fijado en el tiempo para siempre. Permanente, invencible como aquellos aguerridos hombres del Cibao de los tiempos de las luchas fratricidas.

Son palabras de Villón que recordando “aquella larga y polvorienta calle de la aldea” evocó los versos de Tomás Morel, cantándole a su amiga cuando esta abandonó Santiago: “Amada mia, tu calle ya no es tu calle… Es una calle cualquiera”. Ese Tamboril de mis recuerdos, tenía sus hitos que yo entiendo venerables en el recuerdo.

La peñita, fuente de agua y manantial inagotable que nos hacía sentir el orgullo de ser tamborileños, hasta el punto de hacer una frase para afirmar que no es tamborileño quien no ha bebido de esas aguas. Aguas que salían nítidas y frescas de las entrañas de la tierra.

Esa cordillera que nos fascinaba con sus historias de ciguapas, sus cuentos de personajes mágicos y sus fiestas violentas que muchas veces terminaban trágicamente; recuerdo el traslado de heridos gravemente que eran bajados en literas (catres de lona o fuerte azul) amarrado a largas varas que eran llevados por cuatro hombres.

Las jabillas podían marcar el inicio de un recorrido por el río hasta el patio de mi casa, donde estaba una mina de cascajo que formaba una barranca al terminar el platanal. Ah! recuerdo que los años agrandan o disminuyen...

El Tamboril de los años cuarenta del siglo veinte tenía sus héroes, para un adolescente de doce años. Recuerdo los emigrantes, hoy Dominican Yorks; los de esa época eran unos personajes; algunos regresaban positivamente evolucionados. No importa que hubieran sido de Tamboril o de algún campo aledaño, ni tampoco su grado cultural: volvían a la aldea impresionantemente bien vestidos y con un talante cultural que inspiraba admiración y respeto. Hablaban de las maravillas que habían visto con una fascinación que prendía la imaginación de quienes lo oíamos.

Por ejemplo, oir hablar de Radio City, Broadway, Macy’s o el Empire State Building, magnificado por sus memorias entusiasmadas... Esas descripciones calaban tan hondo en los oyentes que voy relatar una experiencia vivida por mí:

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Le pregunté a Persio “¿Que tan grande es el Empire State?” Y la respuesta fue… “Tú no puedes imaginar… Es imposible verle el fin para verlo entero hay que acostarse en una acera…”

Con una respuesta así… Con trece años todavía sentía la decepción que sufrí quince años más tarde, cuando llegué por primera vez a Nueva York: Llegué por autobús desde Búffalo- En ese tiempo la estación Greyhound estaba en la calle 8 con 33; la guagua salió del túnel y fue a estacionarse en la estación cercana.

Al salir a la calle alcancé a ver nítidamente la silueta del famoso edificio, lo reconocí de inmediato… Pero me defraudó en cuanto a lo que en mi imaginación habían sembrado, quienes me lo habían descrito.

Cuantas dimensiones, paisajes, o escenarios urbanos no han vivido con nosotros y la realidad los ha modificado, desmitificado, disminuyéndolos, agrandándolos o sencillamente tornándolos reales; con razón decía un sabio amigo: “De los viajes se habla de acuerdo a la cultura y la sensibilidad de quien viaja y relata… Hay quien va a Florencia y solo ve el sucio de las estatuas, otros se conmueven hasta en sus fibras más íntimas al ver las piedras el mármol, convertido en encajes y la piel y músculos como si estuvieran vivos”.

Esos emigrantes acusaban progreso económico social y cultural. Eran de la cultura de esa época, pero también los había en otros órdenes.

Cuando el coronel Juan Antonio Minaya volaba sobre Tamboril, llegó a rozar los samanes (tal vez fue la imaginación o el ventarrón de la hélices que desprendían ramitas de la copa de los samanes, que caían en la sabana...

Juan Antonio era querido y admirado. Un accidente automovilístico en Guazumal lo dejó en coma y su hermana Finetta escribió una página histórica al mantenerlo con vida durante diez y ocho años, con una dedicación amorosa admirable.

Añorar la sabana y los tres samanes solo refuerzan la admiración y gratitud a Yco Martínez y su esposa Yolanda, que han protegido el samán solitario del alto de Bejorón. Se yergue como un símbolo. Tamboril es la villa de los samanes. Parece que los 220 ms. de altitud sobre el nivel del mar proporcionan las condiciones climáticas adecuadas, para que estos colosos verdes que han inspirado poetas, como también escritores -como Manuel Mora Serrano- plantea su señorío y testimonian el paso del tiempo con su imagen de fortaleza que desafía la gravedad y la mecánica, tejiendo una silueta increíble, bella y poderosa.

Un tronco que no pueden abarcar tres hombres con los brazos abiertos, unas raíces sobresaliendo de la tierra convirtiéndose en asientos naturales y unas ramas poderosas que se extienden en un radio de veinte o treinta metros, hacen de este regalo de la naturaleza, una obra de arte que denota fuerza y poder; acogerse a su sombra tiene un efecto mágico que eleva el espíritu.

Recientemente he leído algo escrito por mi hermano Tomás (Tan) quien decía que: “no hay un lugar en el mundo donde los árboles sepan tantas cosas como en este pedazo de corazón de la tierra, que es nuestra aldea”.

Amores y leyendas, que es casi como decir leyendas y leyendas, complicidades del follaje y de la noche, con la luna prisionera mariposa de la luz en la telaraña del ramaje, lo antiguo y lo nuevo y lo cotidiano y lo triste también, los árboles lo saben todo.

Cada uno podrá ser al mismo tiempo testigo, parte y juez en yo no sé qué complicados conflictos subconscientes; por eso añoro el viejo roble caído cuyas ramas se precipitaron por las ventanas para bañarse en las cañadas extasiado, el cual dejara escapar de sus barbas fluviales, utópicas profecías de optimismo aquel Don Eugenio María de Hostos, cuando corría el segundo mes del primer año de este siglo (XX), como hubiese dicho él mismo de su prosa forjada en frio y al martillo sobre el recio yunque corrantino.

Aquel roble tan viejo, florecía todavía; supo tener tener optimismo suficiente para aguantar las tempestades.

No sé cuánto se ha dicho de todos los maestros del mundo. Quizás murieron por ambición de saberlo todo.

Quizás somos los únicos profetas que anunciamos la próxima Babel, pero presiento, que en el día de la confesión final, habrá hombres mansos que meditarán tranquilamente todavía en los últimos peldaños de la eternidad; serán aquellos que tuvieron el corazón apacible como un campo de trigo, que amasaron con sus propias manos el pan de la bondad y que siempre tuvieron gestos de sembrador y sonrisas de iluminados. Quizás entonces en la misma Babel que yo presiento, voces como clarinadas del más allá, habrán de ser oídas y entendidas todavía, porque serán las últimas y las primeras en hablar el mágico lenguaje de la verdad.

Cuando Villón escribió “El samán de Tamboril” produjo una descarga, añorando con disgusto los tres samanes que se enseñoreaban en la sabana frente a nuestra casa y exaltando la majestuosidad de los samanes de Yco Martínez.

Yo oriento mis emociones hacia la gratitud y el reconocimiento, a la tenacidad de Yco, que hace que Tamboril tenga su “catedral arbórea”, y en el recuerdo siempre pensé que ese espacio más que un predio familiar privado, era un pulmón del pueblo que tenía allí un verdadero parque, un campo de juegos deportivos y unas sombras propicias a los encuentros de todo tipo. Un samán daba sombra, cobijo y paz interior que elevaba el espíritu.

Con dolor emocionado lo recuerda Alba Iris Collado, la hija de Don Juan Antonio Collado, el director de la escuela primaria Sergio A. Hernández… Que sobre el sonido de los tractores al derribarlos, ella con el corazón lacerado clamaba con desesperación: “¡Tomás… Tomás… Tus samanes..!”

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Las máquinas se dañaban... A los tres días se repetía la escena... Con igual resultado… Finalmente se derribaron los enormes troncos, y se abrió paso a obras que al decir de Bolívar Capellán, taciturno, profundo, pensador y ciudadano excelente:

“Tumbaron los samanes… Construyeron esos negocios… A mí me han tapado la vista de las montañas”.

Porque desde la galería de su casa podía ver los “samanes de la sabana” y los cerros de la falda de la cordillera Septentrional: ”La montaña no era azul”... era un título que Tomás tenía en carpeta para desarrollarlo.

Cuando voy a Tamboril me gusta recorrer los caminos interiores... Llegar vía San Víctor y Canca la Piedra, o por Licey al Medio y Guazumal, buscando esos tramos que todavía conservan la arquitectura popular espontánea que poblaba esos campos; hoy desaparecen rápidamente al impulso del “progreso” que se enseñorea sobre las mejores tierras del mundo.

Campos agrícolas, platanales, conucos, vegas tabaqueras ocupadas por urbanizaciones... Yucas, batatas...

No puede medirse el revés agrícola y la pérdida de esos recursos naturales.

Tamboril, era una faja de terrenos que se desarrolló a lo largo del cruce del Arroyo Licey; y más tarde en los años cuarenta del siglo XX, entre las Jabillas de Bejarán y el Arroyo Nigua cerca de Canca la Piedra.

Su altura promedio, 220 ms. sobre el nivel del mar, fue propicia para que el pueblo tuviera atractivos turísticos y vacacionales. Recuerdo en mi niñez, personas buscando los “aires de Tamboril”. Recorriendo el camino de Guazumal que discurre entre el cruce de Guazumal y Licey al Medio puede verse que este camino tiene vistas sobre el pueblo hacia las montañas. Es decir, Tamboril está literalmente, en la falda de la loma.

Tenía fama el tío Rodolfo... pionero que “inventó” un transbordador de piedra que consistía en un cajón de madera colgado de un cable anclado en

“Cerro Gordo” para bajar unas hermosas piedras que allí había. Se recuerda que el aparato solo hizo un viaje… Le falló el freno de emergencia y arrasó con la estación donde debía descargar.

Escribiendo esto me he enterado de que se le está dando tratamiento de boulevard a la avenida Horacio Vásquez, que corre por la antigua trocha del ferrocarril entre la calle Real y el camino de Guazumal.

Esa es una decisión correcta. Tiende a descongestionar la calle Real, que es espina dorsal del pueblo, y abre posibilidades de recreación y circulación peatonal y vehicular en una vía más amplia.

Recuerdo el primer convite en que participé cuando se pavimentó la vía ,y el pueblo colaboró con materiales acarreados por animales, regando cascajo para hacer una “avenida en los rieles”, ahora erradicados definitivamente.

El Ferrocarril Central Dominicano, que funcionó regularmente en los años treinta y cuarenta del siglo XX era una importante presencia. Sus estaciones interconectadas telegráficamente, primero y telefónicamente después, despertaban la imaginación de la muchachada que hacia temeridades con aquellos poderosos gigantes de hierro, movidos a vapor. Ah máquinas poderosas relucientes y siempre funcionando con precisión y eficiencia!

Así también los “rodillos” lentos y sonoros, que duraban varios días en su recorrido desde la capital para apisonar una vía en Tamboril.

Viajar a Santiago en tren era una oportunidad excelente de cruzar por sitios agrestes llenos de verdor. Conucos espléndidos que acortaban distancias y nos introducían desde Tamboril por “La Hoya del Caimito” (donde hoy está el Centro León) y rápidamente a la estación cercana al Cementerio Municipal de Santiago (donde hoy se encuentran el cuartel de Bomberos y el Ateneo Amantes de la Luz. Hacer este recorrido en tren era un lujo, aparte de algunos días con celebraciones patrióticas o políticas, en los que el transporte era gratuito.

La escuela primaria transcurrió fácil. Mi primera maestra era mi tía Rosaura (Tata) quien nos enseñó a leer a mí y a todos mis hermanas y nos preparó de forma que entramos a la escuela en el 3ero. o 4to. curso.

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“Tata” leía inglés y francés; era una lectora apasionada, a pesar de su edad y alojaba en su casa a una prima, Graciela, casada con un americano, John T. Patrick, veterano de la primera guerra mundial, que se negaba a volver a su país mientras Roosevelt gobernara.

Esa pareja recibía revistas norteamericanas. Así que desde niño tuve acceso a publicaciones como National Geografic Magazine, Readers Digest y numerosas revistas y ediciones norteamericanas, que mi maestra Tata y mi prima Tulia leían y comentaban alegremente.

En 1940 había un Tamboril con un ambiente de cierta inquietud cultural. Recuerdo haber tenido acceso a libros como el Tesoro de la juventud, Las mil y una noches; en casa de mi tía había varias cajas con libros de cuentos de Calleja, Corazón y por supuesto las obras de Alejandro Dumas –Corazón de Edmundo D’amicis y otras más clásicas como las obras de Shakespeare y El Quijote de Cervantes y otras obras clásicas de la literatura española.

Esas parientes ocupaban su vida con la lectura, con los deleites de la música y con el intercambio intrafamiliar con parientes igualmente cultos y bien relacionados.

Tamboril (Peña, cuando nació) era una comunidad que tenía con sus secciones -Amaceyes, Los Cocos, Canca la Piedra, Guazumal, Cebroco-, unos 15,000 habitantes, aproximadamente. Era residencia de algunas familias importantes y numerosas, emplazadas en el pueblo con empresas o industrias, ejemplos de creatividad y esfuerzo. Desde una sencilla panadería (la de Gengo Espinal) que fabricaban pan y galletas -que no he vuelto a probar nada igual- hasta importantes empresas cárnicas, como la salchichería de Don Adolfo Cabrera “Llave” o “Cándido“ que era otra de Don Jaime su hermano. En Tamboril había una cancha de tenis en los predios de Juan Bautista Ariza (Tita) padre de Marino Ariza Hernández, Lisa y Víctor. Este último murió al lanzarse desde un trampolín en Long Beach, Puerto Plata, lo que dio oportunidad a mi hermano Tomás a decir en su oración de despedida: Víctor Ariza Hernández… Era un ángel… Que en un salto de juventud… El sol de la tragedia le quemó sus alas...

También un parque industrial… como el de Don José Espaillat, dinámico y trabajador hombre de negocios que yo recuerdo siempre ensimismado en sus

proyectos, pero efectivo haciendo mercadeo a sus productos “Estrella”. Así, salchichones, chocolates, dulces, panadería, era toda una gama de productos variados que ocupaban un rústico complejo al final del pueblo, hacia el este.

Una página histórica de este conglomerado fue cuando el pueblo entero fue convocado para recibir “La casa rana Estrella”, tres carretones tipo el “lejano oeste” de los Estados Unidos, que regresaron una noche después de un exitoso recorrido por la línea noroeste.

Don Aníbal Capellán, propietario de una factoría de café y un almacén de empaque de tabaco, era otro ejemplo de iniciativa empresarial y tronco familiar respetado y apreciado.

Don Horacio Vázquez vivió en Tamboril. Su casa, sencilla y abierta, debería ser declarada patrimonio histórico de Tamboril y convertida en un museo.

Como decía antes, el tiempo ajusta las distancias. Cuando niño sentía la casa de Don Horacio muy lejos de casa; hoy veo que éramos vecinos. Nos separaban solo siete casas. Ahora hay más del doble pero aún así la distancia no alcanza a un kilómetro.

Recuerdo una anécdota de mi padre, que también ahora parece increíble: Papá tenía una vaca, “Negrita”… que producía 20 botellas de leche en un solo ordeño. Eso se comentaba en el pueblo porque lo normal, era la mitad o menos.

Un día de acuerdo a su costumbre, mi padre se levantó de madrugada y al llegar al corral de ordeño vio la silueta de un hombre sentado en una piedra. Se acercó y se encontró con Don Horacio que le explicó: “es que yo oigo decir que usted tiene una vaca que produce veinte botellas y eso… tengo yo que verlo”.

Papá era amigo de Don Horacio, cuñado y pariente de Don Federico Velázquez Hernández. No me puedo imaginar cómo lo harían sentir la mordacidad de los escritos de Tomás, que era un opositor encarnizado de estos dos políticos. Por lo demás, papá declara en sus notas que lo vinculaba a Don Ramón Cáceres, una amistad materna. Además de la casa de Don Horacio, propondría lo que queda de la escuela Sergio A. Hernández como

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monumento salvable y rescatable para la memoria tamborileña, el Club Primavera, el samán de Yco, la peñita, y el Ayuntamiento.

Sobresale la necesidad de declarar el Cruce de Licey área protegida, zona verde, preservar las especies sobrevivientes, impidiendo la ocupación de estas áreas por viviendas con motivo de su peligrosidad extrema. La misma naturaleza ha dado muestra clara de sus reclamos por sus derechos para seguir sus crecidas periódicas sin avisos y sin ninguna piedad, al arrasar con los que violen su derecho natural para usar ese cauce desahogando su poderoso torrente.

Consta la fecha de mi graduación de primaria en un impreso que guardaba Alba Iris con foto y todo. Mi madrina era Antonia de Moya, la sobrina de Doña Trina de Moya de Vázquez, la noble dama que fue la esposa de Don Horacio.

La casa de Don Horacio era un caserón de madera y zinc. Mirándola de frente desde la calle Real, tenía una galería abierta y recuerdo que por el lado izquierdo era fácil pasar, al amplio patio de los corrales de ordeño y hasta el río, que en esa zona era especialmente ancho y pedregoso, con muchos árboles duros y espinosos.

Recuerdo la casa, que inspiraba respeto y privacidad. En el flanco derecho había una galería con un jardín sembrado con astromelias, donde acostumbraba sentarse a meditar la distinguida señora. Ese jardín privado lo conocí muy bien... aún lo recuerdo difusamente (yo tendría seis o siete años). Yo era bien recibido por Toñita que en 1944, teniendo ya 12 años, fue mi madrina de investidura.

También con su hito empresarial de esos años han inspirado siempre en el doctor Guillermo Santana, ideas emocionadas acerca de estos años que se amplifican en el tiempo, dándole fama al municipio por sus tabaquerías, sus fábricas de productos cárnicos, salchichón, panaderías.

Mis vacaciones resultaban cortas porque era fácil acompañar algunos “vendedores” amigos, que agradecían una compañía sobre todo porque se beneficiaban de un asistente gratuito.

Inolvidable resultó un viaje a Jarabacoa con el Dr. Rafael Cabrera. Subíamos con el enorme carro Plymouth de Don Bocho (su padre) cargados con 12 quintales de salchichón. Subiendo la cuesta que teníamos que atravesar antes de llegar a la montaña, el automóvil que rugía por la carga, se calentó. Hubo que buscar agua y demorar el viaje. Pero en esos años el olor de los pinares era más intenso y el estar ahí hacia grato el sabor de la mercancía.

Eran tiempos sencillos pero con lujos inolvidables. Uno de esos lujos era Viro. Un campesino de Pontezuela agricultor, a quien se le había tostado la piel asando cerdos. Desde que se rumiaba una ocasión importante, contactar a Viro era imprescindible. A mí me gustaba ir a caballo hasta Pontezuela. Viro vivía cerca de “El puente”. Lo digo así porque ese era el único puente techado que conocía. Era de madera y estaba al finalizar el pantanal de los Betemit.

Un tramo del camino Tamboril –Guazumal– Pontezuela, Hoya del Caimito (donde hoy se levanta el Centro León) Santiago, y finalmente la junta de los dos caminos.

El día acordado, Viro llegaba silenciosamente, armaba sus estacas y su gran vara de madera y preparaba su asador. Preparaba su cerdo y a partir de ahí era una sombra que se movía alrededor de la hoguera calladamente, solo se dejaba sentir cuando su exquisitez hacia que tratáramos de arrancar, antes que él lo entregara convertido en trocitos de obras de arte.

Viajaba a Guazumal a pie. Si era un viaje donde los parientes en Guazumal, acompañado a mi tía Tata, que le gustaba visitar a tía Aurora, era una caminata por caminos rurales desiertos; a ambos lados estaban flanqueados por conucos de yuca, plátanos, tabaco, frijoles, batatas y maíz.

Los cercados eran de alambres de púas, los menos, de mallas los más. Arboles de piñón cubano; un tránsito apacible sin vehículos y pocas personas caminando o montados sobre burros o caballos. Tengo el cuadro en la memoria… La viejecita maestra y el sobrino discípulo acompañándola y llevándole los bultos.

Esos caminos de Licey y Pontezuela me traen recuerdos de recorridos a pie o a caballo. No eran frecuentes pero sus impresiones quedaron para siempre. No sé cómo la muchachada tamborileña, sabía de los traslados de Trujillo a Santiago. Y algunas veces iba al cruce para ver el espectáculo.

Realmente el tráfico mayor siempre fue en la Duarte; a veces sólo íbamos a ver automóviles. En Tamboril había algunos y muy llamativos. Por ejemplo Don Felipín Reynoso que tenía un auto Nash muy bello, o Don Baduí Dumít con su Packard, o los carros de Odalis Hernández mi primo, que fueron los primeros autos públicos de servicio. Pero hay un carro que recuerdo borrosamente, que era el Cadillac de Don Horacio Vázquez, que terminó debajo de una mata de tamarindos a orillas del río, en el patio de la casa de Juan Bruno, que fue su chofer y a quien le correspondió el desmantelamiento de aquella joya mecánica.

Frecuentes eran las visitas a nuestra casa de personajes que iban montados en automóviles, como Don Rafael Tolentino, o su hermano Don Vicente, que tenía un La Salle imponente, negro y elegantísimo, que recuerdo gratamente, porque una vez lo envió a casa para llevarnos a Santiago, de forma que pudimos ver una función de la compañía teatral Jacinto Bonavente, la que agotó una temporada haciendo presentaciones en el teatro Apolo de esa ciudad.

¡Que regalo inolvidable! Yo estaba tan contento que en un salto que di atrás, rompí la mica de la luz interior del carro. Las caravanas del traslado presidencial eran un espectáculo. Trujillo lo hacía adrede, para impresionar en todo el trayecto -habría de comentar un enterado de la época-, primero los flanqueadores en dos lanchas anfibios motores Honda y otros de tierra y mar. Enseguida, camiones militares con la ropa y alimentos. Después los grandes Cadillacs donde se trasladaba el jefe. No recuerdo que se incluyeran

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ambulancias, pero era un espectáculo ver a las velocidades que se movían estos vehículos en la estrecha vía de esa época y la aparatosidad de ese desfile.

La escuela primaria transcurrió sin incidencias mayores y cuando empezó la escuela Normal, debí trasladarme a Santiago, todos los días. Lo hicimos un grupo de tamborileños que nos ingeniámos para hacer el viaje con el escaso presupuesto que teníamos.

Recuerdo a Yiyo Guzmán, inspector de Rentas Internas, que tenía una motocicleta Indian o Harley Davidson, con un asiento detrás. El regreso a Tamboril por la tarde, en la guagua Estrella Blanca que manejaba Aníbal Cerda, que hacía el servicio regular, viajando de Tamboril a Santiago por quince centavos. Viajábamos unos seis estudiantes diariamente; nos aliviamos cuando un emprendedor, Pablo Franco, irrumpió en Tamboril e hizo unas guaguas pequeñas sobre chasis de camiones, llamada la “Línea Cheita”, que devino en las voladoras que todavía se usan.

Estos vehículos se guardaban en Tamboril y de madrugada iban a Santiago para hacer turnos y viajar a Santo Domingo. Como venían vacíos de Tamboril a los estacionamientos en el Parque de los Chachases, teníamos transporte seguro puntual. Llegaban a Santiago una hora en que la escuela no había abierto sus puertas, y hacíamos tiempo estudiando en el Parque Colón de Santiago.

El regreso lo hacíamos por las tardes con Aníbal. Así fue en el 1945 y 1946; ya en los finales, pasé tiempo donde mi tía Emelinda que nos acogió a Villón y a mí para completar la Escuela Normal. En una reunión amistosa donde agotaba un turno para exponer algunas experiencias de mi vida, deslicé la frase: -“siempre he sido muy feliz…”.

Al terminar va un joven y brillante amigo que es un orador con facilidad para exponer sus ideas, comentó mis palabras y anotó que no estaba de acuerdo con lo que dije que había sido muy feliz… Porque la felicidad no existe.

Como es lógico esto me hizo meditar sus razones y pensar detenidamente que, realmente no ha sido ni es fácil recorrer tantos caminos y vivir también conflictos con una sensación de alegría y felicidad. Hay tantas penas que contar... Tanto dolor a nuestro derredor y tantas y tantas brumas

en lo por venir que ¿de dónde habrá de venir la energía que aliente la alegría y nos pueda permitir hablar de felicidad… Porque si lo hago...

Puede estar contenida la explicación en la frase de confusión que dice: “Encuentra una ocupación que te guste… Y no trabajarás un solo día de tu vida… O lo que es parecido, los hindúes en el Dharma: Encuentra tu propósito de vida y tu vida estará acoplada a la ley natural”.

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Entrevista

GLM: ¿Hay algún precedente profesional en su familia? Hablemos primero de sus orígenes en Tamboril.

RTH: Lo que me precede naturalmente es mi padre, -dice señalando un retrato en la pared- que fue Rafael Tomás Hernández Almanzar, y nació en Tamboril, en 1868. Murió a los 76 años, ayer hizo 75 años…

GLM: ¿Y su madre?

RTH: Mi madre, María Ramos Abréu, era una niña de Guazumal; papá enviudó y se casó con ella. De ahí vino esta última familia.

GLM: ¿Cuántos hermanos son ustedes?

RTH: De papá y mamá somos 5, ya que murió Villón.

GLM: ¿Usted era el mayor?

RTH: No, Villón era el mayor, era todo un campeón, para mi es un mérito extraordinario ser muy influido por mi hermano Tomás, que al morir papá era el guía familiar; Tomás lidereaba la familia; el ya venia con ese prestigio de poeta con cierta fama desde París, pero al mismo tiempo, ya estaba un poco enfermo y con problemas de adicción al alcohol. Su enfermedad era terrible, contraída allá en ese mundo de París en los años 20. Es intrañable el Tomás de esa época. Su educación no obedecía a lo que papá le había enseñado y le había propuesto. Pero Tomás tenía una influencia grande y gravitaba mucho sobre todos nosotros, con todo ese prestigio, todo ese carisma; era un hombre que se desbordaba en todo. Cuando Papá tenía 76 años, Tomás tendría ya unos 30 años, cuando vino al país, ya con su adicción tremenda que no pudo resistir; y mira que se hizo; tenía muchos buenos amigos. Me siento a veces muy apenado porque eso fue algo verdaderamente destructivo. Por ejemplo la Pajiza Aldea, La Aldea de los Poetas, eran sitios donde iban a retirarse a meditar poetas de cierto renombre: Frank Hilari, profesores y maestros de cierto renombre; visitaba también a Eugenio María de Hostos, Juan Bosch. En mi casa, para darte un ejemplo, siendo mi papá un hombre de cierta edad y teniendo casa aparte, nosotros disponíamos de una casita… fíjate en esta foto donde estaba papá, Don Angel Liz, Federico Brache Hernández, que era sobrino de papá y Vicepresidente de la República; se hacían unos coloquios de los cuales yo llegué a vivir algunos. Vicente Tolentino Rojas y César Tolentino también iban, eran visitas frecuentes en Tamboril. Tomás estaba casado, primero con una prima de nosotros que se llamaba Thelma Díaz, pero se divorciaron y luego el casó con Amparito, la de los pastelitos, hermana de Hugo Tolentino, hija de Don Vicente, una mujer maravillosa; esa fue su compañera final. Villón tiene para mi un mérito extraordinario.

GLM: ¿Villón, es un apodo?

RTH: Si porque papá ve cuando sale este muchacho, luego de pensar que había terminado su vida procreativa, nace este muchacho con 12 libras! Después de haber muerto tres. Y dijo: -este muchacho vale un millón de pesos!-; a Villón nunca le gustó ese apodo y terminó cambiándolo por Villón, como el poeta francés (Francois Villon).

GLM: ¿Y quién de su familia le orienta profesionalmente? ¿Su papá no era ingeniero?

RTH: Mi papá era un hombre con aspiraciones; aún guardo algunas notas con una letra muy fluída. Le gustaba leer; en mi casa aparecían libros para muchachos, Las mil y una noches , los Cuentos de Callejas , de Saturnino Callejas, Las Comedias de Shakespeare. Papá recibía fijo las Selecciones que era el gran libro de la época y llegaba a Tamboril a 10 cheles! Tenía artículos estupendos y condensaciones de libros que eran bastante respetables, tu quedabas bien imbuido de lo que el libro trataba.

Fue una época de muchas cosas agradables; yo recuerdo esos años de Tamboril con mucho agrado, recuerdo esa etapa en la que abrazaba samanes, por una anécdota que me sucedió un día entre mi casa y (busca un dibujo) y esos árboles que eran tan vigorosos que la había sembrado mi papá. Ahí estaban las casas, ya papá se la había dejado a mamá, aquí estaba el Club de Tamboril y también una pequeña fábrica de cigarros que tenía. –describe el dibujo del entorno pueblerino familiar-. Mi papá era un embrión de empresario. Sus tabacos se llamaban la Flor del Licey, que existen todavía; no se si unos de los León la compró.

G LM: ¿Así se llamaba la fábrica, la Flor del Licey?

RTH: Si y tenía también alcohol, pero en ese tiempo no era ron…

GLM: Sí, aguardiente

RTH : Papá tenía también terrenos, varias fincas que se repartió: a Tomás la casa, y una finca que tenía detrás; a Marino, papá de Frank Marino Hernández que era mi sobrino, le dio otro pedazo de tierra, y a mamá.

Te decía que un día, cruzando papá de la fábrica a la casa que estaba aquí, (señalando el dibujo) me ve a mi con unos 7 años en la mata que se ve aquí, queriendo poner aquí un lazo militar al samán alrededor, amarrando una soguita en la cáscara, la corteza. “Me dice -¿qué esta usted haciendo?

Viendo cuantos como yo se necesitan para darle un abrazo al samán-… Me dijo, -bueno, esta bien-. El cruzó sonreido y no dijo más nada”.

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Rafael Tomás Hernández y los caminos de la memoria

Por eso la primera parte de mi vida podría ser así: Abrazando samanes... Como te decía, ayer hubiera cumplido 75 años.

GLM: ¿En qué fecha nace usted?

RTH: 19 de octubre de 1932.

GLM: Mi mamá nació ese año. ¿Ud. Nació allá en Tamboril?

RTH: Yo nací en Tamboril. Los primeros 3 muchachos que mamá tuvo los perdió; muchos niños morían porque las atenciones eran muy precarias, hechas en mesas de comedor y con parteras. Cuando vino Villón, mi padre dijo -“Ud. No va a nacer aquí sino en Santiago”-. Hubo que hacerlo en Santiago.

GLM: ¿Hasta que edad estuvo estudiando en Tamboril?

RTH: Yo estudié en Tamboril los primeros años. Teníamos aquí en este barrio una tía que se llamaba Rosaura que nos alfabetizó, nos enseñaba los principios de las ciencias naturales, la historia y todo eso, y cuando yo entré en la escuela, me pusieron en 4to curso; eran 8 en aquella época. Después de esos 4, los 4 siguientes los tuve que hacer en la escuela con mucha precariedad; era una escuela inolvidable por las condiciones de esa época; yo destaco el proceso del cambio desde la parte arquitectónica de la escuela física, que es muy relevante, ni decir del sanitario: porque la letrina era una joya !que tu te encargues de diseñar eso hoy! Aquello era increíble e indescriptible. Los muchachos usaban hasta las soleras para limpiar con los bombillos iluminando; eran asquerosas… digo que los cambios de escuelas que yo registro con más impacto son los sanitarios. Cuando yo fui a estudiar a Santiago, el Liceo lo habian cogido para un hospital que iban a hacer; lo dieron para la escuela Luis Francisco Espaillat. Yo entraba y veía esos sanitarios organizados, limpiecitos, con su papel… eso fue un impacto. Cuando llegué aquí a la universidad, fue la misma historia; te cuento algo que un día me pasó llegando con mucha premura al baño; halé una puerta…

GLM: y había una mujer...

RTH: No, estaba Andrés Avelino y estaba sentado; había amarrado la puerta con su correa y al llegar yo lo halé con todo. El estaba sentado en la bacineta con los pies arriba de la bacineta. Y me dice, pero “-ya en este país no se puede ni siquiera c…r!”-.

GLM: Cuando Ud fue a Santiago, a la escuela, ¿cuántos años tendría?

RTH: Papá muere en el 1945… El día de su muerte a todos los muchachos nos sacaron de la casa; fue un día muy dramático. El había estado enfermo, muy enfermo, con una pulmonía o algo así… había sido un fumador pero no era un hombre bebedor, tomaba con mucha prudencia y siempre le regalaban

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whisky, cognac. La parte más fresca de la casa era la parte trasera de la tinaja y siempre guardaba una botella ahí, pero nunca lo vi tomarse un trago. Él se cuidaba. El día de su muerte se había recuperado de una enfermedad y recuerdo que ese día empezó como siempre; se levantaba temprano e iba a la cocina de la casa. Ahí se reunía con dos o tres trabajadores que le empezaban a contar los temas del día. Había una señora, Tomasina, una haitiana que era como una madre para nosotros. El se sentaba ahí, conversaba, se tomaba su café. Ese día salió a un pequeño corral de ordeño que había ahí para dos vaquitas y debajo de una mata de higüero estaba Tomás que le dice: -“¿y para quién es caballo?”- Y él contestó, “-para mí-” a lo que Tomás le replica “-pero tú no puedes montar a caballo!.. Eso es lo que tú dices, pero yo me voy a ir en mi caballo-”. Se lo dijo tan categóricamente que Tomás se quedó callado; papá salió en su caballo a hacer su recorrido, que le tomaba una hora o dos horas y cuando regresó a la casa no se sentía bien… entonces me llama y me dice, que vaya a buscar al alcalde, Salvador Rodríguez. En aquel entonces los alcaldes hacían las veces de notarios públicos. Lo fui a buscar e hizo una pequeña reunión para firmar papeles, todo eso antes de mediodia. A la una de la tarde estaba muy mal y estaban sacando a los muchachos de la casa y comenzó a llegar gente… a nosotros nos sacaron para una casita que había cerca por la cantidad de gente. Empezó a llegar gente, hasta de Santiago, los parientes. Como a las cuatro y media o cinco de la tarde me llamó, “-a Rafael que venga-” me dijo: “-Rafael, usted va a tener que ir a estudiar a Santiago y probablemente tenga que ir a la casa de un pariente mío que tiene hijas, sea respetuoso, pórtese bien, ¡hágase un hombre carajo!!!-” Muchas veces me pregunto si habré cumplido…

GLM: Emocionante… Usted se fue a Santiago entonces. ¿Dónde vivió?

RTH: Fui a casa de una tía en Santiago que vivía en condiciones muy precarias, en el sentido de que no tenía facilidades. Era una casa pequeña, con sus hijas… ahí pasé dos años en los que yo llegaba los lunes y me iba los viernes a Tamboril.

GLM: ¿Usted estudió allá La Escuela Normal?

RTH: Si, en el Ulises Francisco Espaillat. Los últimos años, el tercero y el cuarto, había que irse orientando hacia donde uno quería dedicarse… si eran matemáticas, si eran lenguas, o humanidades. Para esa época ya me fui a Tamboril, porque abrieron un servicio de guaguas que se llamaba La Cheíta, lo que hoy sería una voladora. Esas guaguas dormían en Tamboril pero se iban a Santiago a las cuatro de la mañana. Es decir que yo llegaba a Santiago a las

cinco, aprovechando ese viaje; éramos como cinco estudiantes. Nos íbamos y ya tu sabes como, deambulando por esos parques; si le daba a uno por hacer una necesidad, lo hacia en cualquier lado, en el Palacio de Justicia, si estaba abierto, con muchas dificultades…

GLM: ¿Qué compañeros de escuela tuvo, que recuerde, ya sea ingeniero o arquitecto? ¿no se acuerda de ninguno?

RTH: Dilcia Peralta, la madre de Fernando Aníbal Capellán, aquel famoso en temas haitianos; el fotógrafo Fausto Germosén, y la mamá de Domínguez Brito! Si Elsita, un personaje, famosa, trabajadora, nítida, siempre muy bien vestida y muy activa en todo lo cultural, lo mismo que ha hecho toda su vida. El tiempo la ha convertido en una gran madre, pues tiene cinco hijos que son todos profesionales destacados.

Ese paso por Tamboril fue muy enriquecedor y firme y además yo le agradezco lo de Tomás; hice la tumba de Tomás. ¿Tú sabes quien fue Tomás?

GLM: No sé quien fue, bueno, ¿un hermano de ella? Había oído hablar de él.

RTH: Como poeta, fue embajador en Haití y en Centroamérica, cónsul en Cánada. Tuvo un papel relevante en una época; ahora que estoy leyendo el libro de Vargas Llosa, me reafirma el recuerdo de toda esa época.

GLM: ¿Esa tumba la hizo ud?

RTH: Si, tenía otra idea, pero más costosa. Era de que su tumba debía de ser como una cárcel, una prisión vacía. Por más que lo pienso, un cadáver no es un trono, ni un altar desierto, sino una prisión vacía. El decía algo que también lo decía Santa Teresa de Jesús: “la vida es tostarse entre los hierros en que esta metida, el paso del tiempo son barrotes de una jaula en la que el pájaro esta metido esperando que el tiempo, el paso de los años, los mueva para que el espíritu pueda salir”.

El tenía eso muy consciente, de que después vendría un reconocimiento por sus aportes, algo que realmente yo admiro mucho. Estas cosas te golpean, aunque no tengas un espíritu poético; ver el carácter visionario del poeta. Decía Juan Bosch que el poeta ve cosas que los hombres normales no ven… La pregunta entonces es, ¿para que sirven los poetas y para qué sirve la poesía? Realmente desde ese punto de vista, la poesía es válida por sí misma.

GLM: Imagínese, sin la poesía no hay amor, el enamoramiento es un acto poético.

RTH: Te voy a enseñar este libro, Yelidá , que pena, no lo encuentro…

GLM : Papá lo tenía, no se preocupe.

RTH: Ese poema lo compruebas cuando vas a Sosúa, por ejemplo, y ves una canadiense enamorada de un negrito dominicano con los ojos azules; gente

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con una belleza increíble… es aquel poeta lleno de angustia, visualizándolo todo, no con maldad, sino con realismo. En el libro él tenía este muchacho de Noruega que tenía alma de flor y corazón de niebla, que apenas sospechaba en su larga avalancha de horizonte, la boreal estirpe de la sangre; le cantaba caminos en la siembra.

Agarra el muchacho -existía un conflicto entre los negros y los navegantes de Noruega- Se los llevaban hacia Port Liberte y allí bebían ese ron, y enloquecían... Este poema esta lleno de los sentimientos por las negras que habitaban allá; el se vuelve loco con cosas que nunca se imaginó en la vida, enamorao de ese blanco con cosas a las que nunca había sido sensible en la vida. Todo esto esta descrito con una belleza que hasta perfuma, diría yo. Un gran trabajo, admirado por mucha gente.

Yo recuerdo que cuando Memé Cáceres estuvo como Embajador en Noruega, me escribió pidiéndome con urgencia esos libros, porque allá estaban interesados en él. Hace poco que se celebró como recordatorio en un evento internacional a la poesía dominicana de Tomás; pero Tomás como símbolo ensalza mucho a todos los poetas. No sé que decirte, yo no tengo ese don de poeta…

GLM: Pero a usted le gusta…

RTH: Si, a Villón también pero desgraciadamente, fue víctima de un enamoramiento con las ideas de su hermano. Villón sobrepasó y venció la adicción al alcohol y esto fue su gran logro. Villón fue un pionero en temas de autoterapia y ayuda. Hay que saber que para los años 70 yo oi al hermano de Freddy Beras Goico, siquiatra, decir en la televisión que al adicto habia que matarlo, que no tiene cura. Porque lo más grande que hay entre las cosas es una redención a las adicciones.

GLM: Si, una redención, es la palabra correcta.

RTH: Luego Villón lo logró, se fue a los Estados Unidos a los 14 años, escribió un libro que ni yo he podido leerlo porque me llegó de una manera milagrosa; eso no lo saben ni los hijos; yo creo que lo voy a quemar...

Un libro muy duro, demasiado terrible, aún no lo he hecho porque no he querido ser el dueño de esa idea y pienso que no lo voy a traspasar porque es terrible, muy honesto, muy claro...

Lo que pasó mamá hasta que Villón cumplió 30 y pico de años, no tiene nombre. El terminó siendo pastor evangélico, docto en temas bíblicos y con un modelo de ventas exitoso en México. Y también creó Amway en RD, que llegó a ser una empresa importante.

Un día quería publicar algo de él y lo llevé a Radhamés Gómez Pepín. Cuando él lo leyó, dijo “-esto hay que publicarlo, para Villón todo aquí; quiten lo que haya que quitar.”

GLM: ¿Cuál era el nombre de Villón?

RTH: José Alejandro Hernández; se casó 7 veces y dejó un hijo, un tolete de hombre que trabaja en una de esas empresas petroleras de Venezuela y Colombia; ya esta retirado en los Estados Unidos. Un buen hombre con una gran familia y una niña que murió a los 17 años; fue un golpe mortal para él.

GLM: Me gustaría volver al momento en que usted está en Santiago, en la Escuela Normal. Decide venir de inmediato a la capital o al año siguiente, ¿cuándo usted viene a estudiar la ingeniería?

RTH: Desde chiquito, me veían como un ingeniero. Me preguntaban, ¿qué tu vas a ser Ingeniero? Desde Tamboril me gustaban las tierras, los talleres

de carpintería de Tomás del Orbe, un moreno genial, artesano, artista, de todo, ebanista, constructor de casas. Era de los inmigrantes que se habían form ado en Puerto Plata, gente muy preparada; esas casas de maderas eran una maravilla y los muebles eran de caoba, eran una joya. Los muebles de sala de todo el mundo aquí eran de caoba dominicana.

Era una paradoja porque eran muebles dominicanos de fábrica dominicana, pero también venían unos muebles -no se si eran yugoeslavos o búlgaros- de Europa. Eran unos muebles de un material particular. Esos muebles duraban mucho; los apilaban en los clubes y en las casas no faltaba una mecedora de esas, comodisímas…

GLM: ¿De diseño moderno?

RTH: No, tradicionales, yo diría que Art Deco con espaldares adornados con incrustaciones de bajo relieve.

GLM: ¿Usted viene a Santo Domingo a estudiar inmediatamente se gradúa de la Normal?

RTH : No, tuve que esperar que se abriera la universidad. Vine aquí a vivir con Tomás, que era Sub-Secretario de Agricultura. Viví en su casa, mientras trabajaba con Pedro Contín, que eran muy amigos. Hay un trabajo de Tomás, La Dominicanización Fronteriza

GLM: Si yo lo conozco , sé cual es…

RTH - Me tocó ir a la Secretaría a ver a Severo Cabral, -el que mataron-. Tomás me instruyó “-dile que tu eres hermano mío, que te ponga a hacer algo, no que te nombrara, sino en el taller-”. Ahí me topé con un muchacho que se llamaba Pelegrín Guerrero, un ingeniero muy acucioso, de contar claro; las casitas que se hacían eran de madera. Esas casitas las calculábamos por la cantidad de clavos que llevaban, precisamente, unas casitas muy económicas, a veces trabajaba sin sueldo ni nada.

GLM: Usted estaba estudiando entonces...

RTH: Si, estaba inscrito en la universidad, que costaba 50 pesos. Ahí tuve la suerte de conocer -y lo puse en un articulito, hace mucho- a Don Humberto Ruiz Castillo. Eso fue una grandísima suerte: resulta que estoy un día parado frente al Parque Independencia esperando carro público para ir a la universidad, con mi regla T y mi rollo de planos, etc., y se para ese carro negro, un Ford Mercury del 49. Quien va adentro es un señor con saco, corbata y chaleco y me dijo: “-suba ingeniero que yo quiero saber donde usted va-”. Era Don Humberto Ruiz Castillo; lo reconocí de una vez, ya que acostumbraba a darle bola a los estudiantes camino a la universidad. Esto fue de mucha ayuda para mi! Don Humberto me dió muchas oportunidades para conversar con él. En ese mismo diciembre del 49, yo fui a Tamboril a pasar unos días de Navidad y me acuerdo que cuando me voy, en guagua, había una parada detrás del Hotel Presidente que iba para Santiago; eran dos o tres categorías de guaguas, la más infeliz, la Estrella Blanca era la estrella, pero habían otras -ahora no recuerdo el nombre.- Uno sabía cuando salían pero no cuando llegaban. Era un viaje de 4 o 5 horas para Santiago. Consigo montarme en una guagua de esas con mi maletica para traer mis regalos de Navidad; después de haber pasado pinches de gomas -a los que les ponían parchos, que tenían que bajarse todos los pasajerosfinalmente llegamos al cruce de Tamboril, que era un callejón oscuro, sin una luz, en el que sólo se veían nimitas volando. Me bajo y bajan mi maleta de arriba, conde estaba La Ceiba de ese Cristo famoso, antes de Don Pedro, solito. En esa época habían muchos leyendas sobre unas brujas que salían

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por esos lugares; yo seguí caminando; entonces me acuerdo de que en ese momento pasa un carro despacito, que yo reconozco porque es de un tío político mío; evidentemente pasó despacio para reconocerme y yo me quedé pensando ahí sólo, si me recogería. No lo hizo. Cuando llegué a Tamboril me encontré a esa persona de visita en la galería de mi casa y me dijo, “-tu me reconociste, y que pensaste?”, oh! que usted no me había visto- El me dijo -“yo te vi pero te dejé porque eso te hace bien para que te curtas”-.

En ese momento tomé la decisión terrible de no volver donde Tomás porque vivir con Tomás no era fácil, tenía el mérito y el prestigio y el amor pero como estudiante no podía estar en un sitio donde a las 10 de la noche se solía tener amigos bebiendo tragos al lado tuyo. Fue difícil, pero tuve que cambiar. Después, cuando vuelvo a la capital, voy a donde otra tia mia y ahí fue que me relacioné más o menos con tu familia, Cuquito, porque yo vine a la esquina de Faty, que estaba a una esquina de un sobrino mio que tiene una agencia de cambio de dólares, en una farmacia. Esa esquina, Lope de Vega con San Martín, hay una pulpería de un tío mío que me dijo que se sentía feliz de que yo viniera; ahí yo pasé la mayoría de los años, casi la carrera entera.

GLM: Cuando usted entró en la universidad, recuerda quienes eran los profesores, quienes le dieron clase a usted?

RTH: Don Humberto Ruiz Castillo, Don José Antonio Caro, Don Mario Penzo y creo que el Ing. Thomén.

GLM: ¿Y de sus compañeros de curso? ¿Gente notable que recuerde de su promoción?

RTH: El más notable y entrañable, Carlos Marranzini.

GLM: ¿Entonces Ud entra en la universidad viviendo con su tia y ahí se pasa los 4 ó 5 años de la carrera completos?

RTH: Si, pero ya tu sabes, yo trabajaba…

GLM: ¿Dónde usted trabajó después de Agricultura?

RTH: Don Vicente Tolentino Rojas, padre de Hugo Tolentino y de Vicentico, me quería conseguir trabajo en el Instituto Cartográfico, que él había fundado; pero recuerdo este señor, que no recuerdo el nombre, muy atildado, muy buen profesor; fue muy desagradable el rechazo, era buscando una garantía de 60 pesos, algo así para tener un vehículo como moverme. Eso me hizo tener que conseguir una bicicleta que fue una maravilla. Me compré una bicicleta nueva Phillips en 60 pesos nueva! Eso era una joya. Esa Phillips cuesta ahora 7,000 euros más o menos. Un día fui a Reid & Pellerano y vi que tenían Phillips, Hércules, otras marcas. En esa bicicleta yo di ruedas, caminaba todos los días 30 y 40 kilómetros, porque

tenía la cachaza de montar y bajar a visitar a una amiga para conversar y dar una vuelta desde el kilometro 4 ½ por donde esta el cruce.

GLM: Sí, el 4 ½ y luego el 5 por donde estaba la IMCA.

RTH: Esa cercanía de grupo de gente los Munné, los Álamo de la fundición, don Angel Lavandero, hombre de mucho carácter. Lavandero fue el miembro original de la fundición.

GLM: Entonces vamos a hablar de su primer trabajo, la ayudantía en el Cartográfico, ¿la consiguió?

RTH: No, todo eso fue infructuoso. don Vicente Tolentino Rojas, era Presidente del Partido Dominicano, pero no quería nada de nepotismo. Un día fue de visita Eduardo Rodríguez Schad a don Vicente. Rodríguez Schad era un hombre extraordinario, con don de gente, simpático y buenmozo, arquitecto también; llegó al país con su esposa que era una joven destacadísima.

Don Vicente me lo presenta; él estaba en el Partido Dominicano como jefe de la Comisión de Ingeniería porque estaban haciendo unos Palacios del Partido Dominicano y en ese programa lo habían puesto a él. Me lo presentó, y ahí acordamos para que yo fuera a trabajar con él, sin que se especificara sueldo. El primer sueldo que me salió fue de 60 pesos. Eso fue increíble; porque a los pocos meses trabajando ahí, habían más personas, como Papito Vallejo, Harry Smith y estaba también Félix María Germán, papá de Milagros, como también José Ramón Martínez Burgos.

Trabajando con muy buena voluntad porque sí me gustaba, y me era muy fácil porque era muy trabajador; así empezó la cosa, eran personas de muy buena voluntad.

Luego me nombran y aumentan el sueldo a 120 pesos, ya eso me daba una comodidad y estaba con mi tía muy bien establecido y con mi bicicleta para el trajín. Recuerdo que a los dos años Pérez Bernal y Amable Frómeta fueron a la oficina a hacer el diseño del Palacio del Partido Dominicano que está frente a donde yo vivía, en la San Martín con Lope de Vega.

GLM: El Partido Dominicano con la concha acústica.

RTH: Ese mismo. La llegada de Amable ahí fue un acontecimiento, tenemos que sacarle su comida aparte.

GLM: Era famoso ya como arquitecto.

RTH: No estaba graduado pero con mucho talento, era un artistazo, y qué simpatía! Amable Frómeta era un ser excelente, veo que un hijo de él trabaja contigo.

GLM: Si Guy, y también José Amable, somos muy buenos amigos por nuestra afición musical.

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RTH: Fue un arquitecto muy talentoso, sin arrogancia, simpático, inteligente. Amable estaba interesado en todo lo que fuera teatro, música; la colección de música de él era impresionante, asequible, le gustaba la parte bohemia pero nunca lo vi pasado de tragos. Ya tú sabes, viviendo en esta sociedad con tantas cosas difíciles, eso no era nada fácil.

GLM: El fue a eso, a trabajar en ese edificio. ¿Y en qué proyecto trabajó usted en esa oficina, Ud recuerda algún edificio?

RTH: En todos, inclusive, el más nefasto, al que le pusieron una cosa en la nariz, al edificio viejo.

GLM: Una marquesina...

RTH: Una cosa horrible, porque al principio lo que tenía era una especie de lona, como un toldo, pero a alguien se le ocurrió cambiarlo. Félix Germán y yo comentábamos que en los sitios cuando se fuñen, eso se jodió.

GLM: ¿Y usted recuerda un edificio que estaba detrás del Palacio del Partido que era donde estaba Radio Caribe?

RTH: Si.

GLM- ¿Quién hizo ese edificio?.

RTH: Antonio Ocaña.

GLM: ¿ Ud se acuerda del edificio? porque yo no lo recuerdo.

RTH: Más o menos. Tenía los murales de Vela Zanetti.

GLM: ¿Entonces Ud. estuvo en esa oficina un tiempo mientras estudiaba?

RTH: Ahí fue que conocí personalmente a Guillermo González, que hizo unos edificios detrás, en la Danae, y en la Crucero Ahrens, que me gustaban muchísimo.

GLM: ¿Dígame como conoció a Guillermo González? .

RTH: Ahí en el patio, oía sobre él, pero lo veía por detrás de la oficina donde me tomaba un té y un pancito a las 10 de la mañana. Guillermo le daba la vuelta al edificio y yo me sentaba al lado de él a oírlo y observar su elegancia. A una de las personas que Guillermo más admiraba era a Raymond Loewy; vivía hablándome de como revolucionó el diseño industrial. Me gustaba escucharlo. Recuerdo un día en la esquina, en la calle que baja a donde está el Jaraguita, y el estaba en la marquesina mirando las proporciones, con una corbata. Ver su elegancia me encantaba.

GLM: ¿Cómo se hizo el traspaso de empleo al proyecto de la Feria de la Paz?

RTH: En el proyecto de la Feria ya estaban, además de Guillermo González, Marcial y Leo Pou, Virgilio Pérez Bernal, José Antonio Caro, Amable Frómeta, Manolito Baquero y Gai Vega. Yo entré específicamente a asistir al Ing. Carles

Buigas, autor del proyecto del Agua y Luz. Cuando ese señor llegó de Barcelona, estaba maniatado porque no tenía cómo dibujar; le buscaron una mesa en la oficina para que pusieran las ideas que tenía en orden. Yo fui involucrado en esto y le hice la primera planta del Agua y Luz, pero justo ahí llegó un señor, Antonio Spiago, que era su mano derecha en España. Fui desplazado del proyecto, pero me quedé en la Feria con un sueldo mejor al que tenía en el Partido. Con ese grupo de eminencias me sentía muy bien. Teníamos muy buen entendimiento con Guillermo, tanto que hubo modificaciones en el Palacio del Ayuntamiento producto del parecer del equipo. En el 1955 se inauguró la Feria…

GLM: ¿Ud estuvo trabajando en ella en la oficina de la Benito Monción?

RTH: Sí, ahí yo estaba hasta que eso se terminó; me había ganado unos pesitos, 18 mil o 20 mil pesos que para mií era mucho dinero. Como había pospuesto la terminación de mis estudios, me dije que no iba a trabajar más, hasta graduarme.

GLM: Mientras estuvo trabajando en la Feria, Guillermo no fue a dar clases. ¿Usted estaba en ese grupo?

RTH: Si, yo estaba en ese grupo, pero imediatamente terminé con la Feria, me di el gustazo de terminar mi carrera, con un carro que había comprado de segunda mano aunque no era tan bueno, pero con un buen diseño. Estudiando pude graduarme en el 56.

GLM: ¿ Ud entonces se gradúa en el 56, sigue trabajando todavía en el Partido Dominicano o comienza a independizarse?

RTH: Me nombran en el partido de Jefe de la Oficina trabajando con América, de la cual tengo muy buenos recuerdos. Tenía tantas cosas buenas y dibujaba bien, tenia buenas ideas, era gentil… Entonces me nombran de jefe y estoy sentado asi como estamos tú y yo, y como una tromba se abre la puerta y entra don Humberto Ruiz Castillo; me dice, “-Venga conmigo, te vas conmigo para el Palacio, vas a ser mi ayudante.-”.

Yo estaba pensando que trabajaría en la Presa de Taveras u otro proyecto civil. Me dijo que fuera de inmediato. Fue un momento de mucha duda pero ¿qué iba a hacer? Don Humberto fue siempre para mí un mentor, la gente nada más piensa en sus proyectos para González Ramos, para La Metralla, pero don Humberto fue un hombre de muchas obras de gran calidad, de mucho prestigio; también trabajó en teatro. Amable también estaba con él, pero quien llevaba las cosas era él mismo. Cuando me lleva a trabajar con él, ya estaba involucrado en los proyectos del Alma Mater y del Colegio Santo Domingo;

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la oficina entera la sacaron del Palacio; luego me nombraron Jefe de Diseño en la Secretaría de Obras Públicas.

GLM: ¿En qué año fue eso?

RTH: En el año 58, por ahí, o 59. También estaban Amable Frómeta, Gai Vega…

GLM: ¿Los Pou?

RTH: Me parece que los Pou no estaban en Obras Públicas. Era un taller de dibujo y de diseño. En ese lugar Erwin Cott, posteriormente, construyó una escuela en Ciudad Nueva; eran proyectos serios! Después de ahí pasé como en trampolín y me nombraron Sub-director pero luego me quitaron de ahí. En el 59 me cancelan y pasé unos momentos difíciles, con una situación económica muy precaria. Simplemente me fui.

GLM: ¿Quién era el Ministro en ese momento?

RTH: José Antonio Caro. Le atribuyo a Caro que yo fuera entonces Jefe de Planificación del Ayuntamiento. Todo se hizo muy bien acordado.

GLM: O sea, ¿mientras estuvo Polín Espaillat Ud. estuvo también como Jefe de Diseño? Cuando entró Caro en el 59 Ud fue al Ayuntamiento. ¿Quién era el Alcalde en el Ayuntamiento en esa época, Cucho Álvarez?

RTH: No, Tomás Báez Díaz.

GLM: ¿Estuvo ahí en Planificación; quienes más estaban con Ud?

RTH: El Jefe de Obras Públicas Urbanas, que así era que se llamaba Don Chepe Almonte (José Benedicto Almonte).

GLM: ¿había otros arquitectos con usted?

RTH: Yo era el Jefe de la oficina, ahí teníamos a Bromelia,estaba Pupo Piñeyro que era el Jefe el de la construcción de alcantarillas y otras cosas y estaba Federico Medrano Basilis, que era el jefe de topografía. De ahí venían muchos muchachos excelentes que venían de la época de Orlando Haza del Castillo, que ya habían venido antes, con Rafaelito Pellerano… después nos juntamos involuntariamente en un proyecto importante que no ha sido muy valorado, que fue el Ensanche Luperón.

GLM: ¿Quién lo diseñó? ¿Pablo Mella?

RTH: No creo, ahí estaban Bienvenido Sánchez Romel y un grupo de muchachos que tenían mucha destreza en las cuestiones de vialidad. Hicieron aportaciones muy buenas como la de crear alrededor de la avenida Duarte, una faja comercial y detrás una calle de desahogo, muy bien planeada, con áreas verdes y sus casitas, que las diseñé yo. Eran unos chalecitos en solares

de 20 x 20 metros, de tres dormitorios. Ese diseño mío fue elegido con un concurso de la Presidencia para su construcción. Estábamos buscando casas que costaran 50 pesos el metro cuadrado.

GLM: Sí, eran muy lindas las casitas.

RTH: Bueno, hacemos el plano y recuerdo que fue Teofilito Carbonell quien cogió la planta y la midió y le dije: -¿tú no vas a hacer un presupuesto?- y me dijo -no, porque si me da más lo bajo, y si me da menos lo subo-. Teofilito era un gran personaje de la construcción, extraordinario profesional. Era muy trabajador. Bueno, hacemos el plano y me hacen un presupuesto y me da $4,200 pesos las casas, y se lanza el concurso; la gente está muy necesitada, estábamos en el 1957.

GLM: Ud. estaba en el Palacio en ese entonces.

RTH: Si Yo estaba en el Palacio. Participamos muchísima gente, como 500 ó 600. Entre los presupuestos se destacaba Ramón Trueba, con un presupuesto de $3,300 o 3,400; yo me acuerdo que Don Humberto, dice -bueno, aquí hay muchos números, pero esto lo respeto yo porque Benigno Trueba tiene solvencia, experiencia que había que respetar-. Se elige el número y se le lleva a Balaguer y dijo: -usa $3,500 de referencia y escoge de ahí para abajo y para arriba, porque no se lo vamos a dar sólo a Trueba. Vamos a fraccionar eso para que la gente trabaje, este país esta muy necesitado. Y se dividió en 40 contratos. Ahí trabajó cantidad de gente.

G LM: ¿Cuántas casas eran?

RTH : Mil casas. Hubo gente que no las pudo hacer, no le dio el dinero… y los contratos no eran nada, ya tú sabes, 25 casitas a $3,000.00.

GLM: $75,000 pesos. ¿Fue ese el proyecto más importante durante el tiempo que estuvo en el Palacio?

RTH: Sí, claro.

GLM: ¿Algún otro proyecto que se recuerde de ese período?

RTH: Hubo muchos, algunos Palacios de Justicia…

GLM: Estamos cerrando el tiempo en que Ud. trabajó en el Palacio. ¿En algún momento tuvo contacto con el Presidente Trujillo? ¿O siempre se mantuvo con don Humberto? ¿Ud. terminó ahí hasta que murió Trujillo?

RTH: No recuerdo. A nosotros nos sacaron del Palacio a la Dirección de Presupuesto, afuera. Había también otro ingeniero americano que no recuerdo el nombre. Don Humberto ganaba $1,000 pesos y al ingeniero le entraban $10,000.00, ya que era un experto en casas económicas.

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GLM: ¿Qué estaba haciendo Ud. a la muerte de Trujillo?

RTH: Yo estaba en el Palacio del Ayuntamiento como jefe. Asistía a la oficina regularmente y recibí una llamada de Marino Ariza Hernández, que era mi primo y cuando llego arriba, a su oficina, cierra la puerta. Me dice: “-Han matado a ese hijo de la gran puta!- Pero feliz!” Me voy discretamente para casa, bueno, ya tenía la estructura de la casa en construcción.

GLM: Ya estaba haciendo su casa aquí.

RTH : Entonces cuando vengo me dicen que Polín Espaillat estaba allá abajo…

GLM: Que estaba de Ministro en ese momento

RTH: Si, en Obras Públicas. Me abraza y me dice, “¡-Mataron a ese hombre tan grande, lo tiraron como un saco de papas-!” ¡Que momento tan dramático!..

GLM: Estaba sorprendido, como es de esperarse.

RTH: El trabajo desde ese momento hasta después de la guerra del 65, fue muy fuerte.

GLM: Ud. no tuvo casi trabajo, me imagino…

RTH: Tenía trabajo con Juan Bernal; habíamos tenido intermitentemente pleitos. Juan era un hombre muy especial.

GLM: ¿Ud le hacia todos los proyectos a él de viviendas? Pero ese no era el de Bernal & Bonnet, ¿el socio era Luis Bonnet?

RTH: Sí, ese era el de Bernal & Bonnet. Juan era un hombre creativo, hizo el Hotel Embajador en una época muy dura. Ese hombre se levantó solo, ese monstruo. Eran tiempos difíciles, porque no había entrenamiento. Como promotor, él se fajó intuitivamente ahí.

GLM: ¿Qué hizo Ud con ellos, recuerdo un bello edificio de apartamentos en la avenida Bolívar, y otras obras domésticas de ese tipo?

RTH: Muchas cosas de esas; las primeras de Juan, porque él me usaba más bien como dibujante; era muy especial. Un día frente al Hotel Presidente me aterrorizó, le dijo a Papito Vallejo: “-No le des tanta importancia a esa fase de dibujo, ese plano te lo haría cualquiera en el Parque Independencia por 5 pesos.-” Juan me llamó por un conflicto con el Edificio Menéndez, situado en la manzana que ocupa la George Washintgton, la Santomé, y la José Gabriel García. Un edificio grande que esta ahí, en la curva del Malecón. Juan hizo ese edificio, interesante por su diseño conceptual, pero no tenía columnas; todos los muros estaban paralelos de una manera que no se necesitaban columnas ni apoyos. El diseñó eso y le sacó el jugo a toda esa manzana. Estaba usando un dibujante que se llamaba Rafael Soler, quizás muy talentoso, pero dibujante al fin. No tenía fachada, no tenía nada y decidió

llamarme para diseñar sólo la fachada, pagándome 25 pesos mensuales y para que le dirigiera el equipo que estaba trabajando ahí. Eso era un tollo. Pero es mejor ni hablar de eso, porque de ahí vino el primer pleito. En esa época me compré un carrito que era una joya, y resulta que el carro se me quedó sin gasolina, me dejó en la calle. Cuando Juan me ve detenido, se para y me pregunta que me pasaba? Le digo que me quedé sin gasolina… me dijo burlonamente “-sin gasolina? Y tú estas así tan apretao?”- Fue algo muy incómodo, vergonzoso para mi. Después al poco tiempo fue a mi casa a llevarme 3 cheques adeudados. Más adelante volvimos a trabajar juntos en la época de la guerra, en el 66, en el Ensanche NACO, con unas casitas de $2,000 a $6,000 pesos. Me pagaba con órdenes de compra del Supermercado NACO, que estaba relacionado de alguna manera con él y con la Constructora NACO. Yo que tenía una casita en Licey al Medio, hacía mi compra y me la llevaba para Santiago. Yo me sentí muy feliz en estos días; estando donde mi hermano el Dr. José Plácido Montero, estaba cumpliendo años, vive en el piso 11 de un edificio en la calle Roberto Pastoriza, casi llegando a la Tiradentes, por detrás del Nacional, salimos al balcón desde donde se ve el mar, eran casi las 7 de la noche, y me dice, -Don Juan Bernal sí era un hombre grande!- Porque se veía todo el Ensanche NACO, con una vista urbana majestuosa.

Yo participé con Juan en varios proyectos durante muchos años.

GLM: ¿A que otra persona Ud le trabajó en ese período que Ud recuerde?

¿Usted siguió los pasos del desarrollo de NACO en el año 58, 59…?

RTH: Yo fui de los que auspicié el desarrollo. Lo primero que hice fue ayudar a Juan, porque estando allá en el Ayuntamiento, el problema de Juan era conseguir la aprobación para subir la Tiradentes, conectar con la San Martín y...

GLM: …llevarla hasta la Alma Mater. Entonces ¿Ud. trabajó en ese proceso de interconectar la Tiradentes?

RTH: No con él, yo estaba en el Ayuntamiento. Había que cruzar ese farallón desde la Pedro Henríquez Ureña hacia arriba.

GLM: Si, yo recuerdo cuando abrieron eso en los años 60s.

RTH: Fue antes de la revolución, yo recuerdo tomar conciencia de lo que era la piedra negrita de la capital, ahí. Trabajó ahí un muchacho Delgado Billini, que le decían “el amarillo”, que era socio de Jochy Beras y estaba casado con una hermana de Jochy. Era un hombre muy fuerte y me impresionaba mucho. Yo conocí algunas obras de él, por ejemplo, la de los hermanos Escofet, de la librería Escofet. El diseño era suyo, una maravilla, en 10 metros sacó unas

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escaleras muy bien hechas. Y también hizo otra en la Arzobispo Meriño y otra en la Isabel La Católica, con una fachada de edificios de dos o tres pisos. Yo pasaba para ese entonces todos los días en bicicleta en el año 49 y 50 camino a la universidad, ya casi viviendo donde la tía mía y veía ese hombre, que tenía que romper la piedra; ahí usó el pico, compresores, gomas de carros quemadas, una multidud de cosas; como era contratista del Ayuntamiento por algunos pesitos, -aunque era un arquitectazo el tipo, y lo que sabía era lo otro, trabajaba con esa piedra y yo veía la lucha que le daba demolerla.

De ahí surgió para mí la idea del reto que esa piedra les proporcionó a los ingenieros, fue tremendo y ayudó mucho a controlar la altura de los edificios, porque tres pisos eran normales con el parqueo afuera, pero después, cuando llegó la solución de los parqueos soterrados, había que trabajar con esa piedra, proceso que dio paso después, a las “comesolas”.

GLM: Sí, con el proyecto del Metro. Pero sígame con NACO; debemos ver el período desde antes de la revolución hasta que sube Balaguer; fue un período muy difuso.

RTH: Entre una cosa y otra volví a trabajar con Juan, haciendo casitas de $8 o 10,000 pesos.

GLM: ¿Ud recuerda cuáles hizo?

RTH: Fueron varias, yo no recuerdo dónde; él tomaba esas casas y las reproducía. Ahí Amable Frómeta se lució con el Hospital de las Fuerzas Armadas, el Colegio San Judas Tadeo, Plaza Naco, la gran obra de ese momento que abrió las luces a ese tipo de comercio, y el Teatro al Aire Libre, que era el autocinema. Entonces ahí estabamos con Amable, que tenía su casa al lado, al igual que Sarah Olimpia, que estaba frente a Presupuesto de la Nación; allí estaba su casa. Como trabajé con José Ramón Martínez Burgos, le hice los planos de la casa de José Manuel. También la casa de González Cuesta, esa la construyó Matos y Paiewonsky; Julio Matos y Miguelito hacían muy buenos trabajos...

GLM: Yo lo escuché hablar una vez de que Balaguer le habia encomendado ir a México a ver parques. ¿En qué momento ocurre esto y en qué momento Ud. da el paso de ser un funcionario del Ayuntamiento -y estar como arquitecto trabajando libre y privado-, a entrar dentro del ámbito de proyectos del Presidente Balaguer?

RTH: Eso sale reseñado en el Periódico El Caribe, el 21 de junio de 1961 por Manuel de Jesús Javier.

GLM: ¿Ah a usted lo mandan tan temprano?

RTH: Ya Trujillo estaba muerto, caliente en San Cristóbal. Yo recibo una llamada de Juan Tomás Báez Diaz, que ya no era don Juan Tomás sino Pedro Adolfo Cambiaso, quien estaba en el Ayuntamiento. Entonces le llama el Síndico, que ya era Pedro Eduardo Cambiaso Lluberes. Yo estaba trabajando con Tomás Báez Díaz, que era el papá de este muchacho Carlos Báez Brugal. Pedro Adolfo Cambiaso Lluberes nos llama y nos dice que teníamos que ir al Palacio para ver al Presidente Balaguer; vamos para allá, y Balaguer nos recibe. Una cosa que destaco es que Balaguer nunca me recibió sentado, él se paraba, me daba la mano y se sentaba. Increíble porque viví momentos en los que Balaguer no se podía parar, por temas de salud. Pero cuando yo iba se paraba siempre. Entonces nos dice, -“yo quiero hacer un parque en el General Andrews, el aeropuerto, convertirlo todo en un gran parque. Quiero además arreglar la entrada de la ciudad, eso esta mugroso, ahí esta la Vicente Noble y la José Martí, donde está la curva; es una barbaridad entrar así a la ciudad, y también quiero empezar a arreglar los barrios, Guachupita y otros-”…

GLM: ¿Y esa entrevista en la prensa se la hicieron a Ud desde que supieron que estaba en eso?

RTH: No, desde que Balaguer llegó al Palacio mandó a llamar al Ayuntamiento siendo el Síndico Cambiaso Lluberes, que era medio dinámico y alocao… Allí estábamos don Chepe Almonte, que era Director de Obras Públicas Urbanas, y a yo que estaba en Planificación; pero no me llamó a mi, a Rafael Tomás, sino a los representantes reales del Ayuntamiento. Así fue como conocí a Balaguer, por pura coincidencia, asi como también había caído en el Palacio con Ruiz Castillo. En aquel entonces, por cierto, fue que le dibujé la casa a Balaguer, que le hizo Ruiz Castillo en la Máximo Gómez.

Don Humberto diseñó una casa copiando a la de al lado, hecha por Gilberto González, muy relacionado con la familia de Trujillo, que era militar. En fin, vamos a ver a Balaguer, quien quería hacer la conexión entre la avenida Máximo Gómez y la entonces llamada Tiradentes, del lado norte de la San Martín… Don Chepe hace su exposición, y me cede la palabra a mí. Cuando me toca hablar, le digo: - “mire Sr. Presidente, conectar esas avenidas tiene un único problema, esta prohibido por los militares que custodian la casa de Doña Julia Molina, madre de Trujillo-, hoy APEC”.

Balaguer me dice, - “eso no será problema, yo resuelvo eso”-.

G LM: ¿Y Ud fue quién preparó el plano?

RTH: Ya la idea existía, incluso Moncito Báez la había previsto. No habia más que prolongar y enlazar las líneas. Ante esta oportunidad, el equipo de nosotros en el Ayuntamiento lo hizo de una vez; el trazado no coincidió perfecto, tiene un pequeño…

GLM: ¿Lo hicieron de una vez?

RTH: Tan rápido que incluso no se pudo pavimentar con asfalto; nosotros hicimos un simulacro de asfalto, en base a rodillo, cascajo, piedra picada, arena... En ese momento había unas sanciones en la OEA que impedían el uso del hormigón asfáltico.

Entonces ese no fue problema; respecto a las otras peticiones de Balaguer, lo de la cabeza del puente ocurrió porque precisamente yo tenía una estudiante que se llamaba Arsenia Faustina -quien murió recientemente-, que estaba trabajando en el diseño urbano para comunicar Guachupita, los Guandules, etc. Esto cayó como anillo al dedo. El trabajo consistió en limpiar todo eso, mudar esa gente de ahí y habilitar todo con los cruces de calles.

GLM: ¿Hacer el edificio de frente donde esta el letrero de Montecarlo, eso lo hizo Ud. también?

RTH: Sí, y los otros que están a la izquierda; fuimos autores de todos los edificios que cualificaron ese nuevo entorno.

GLM: ¿En qué año fue eso?

RTH: Eso fue entre el 66 y 69.

GLM: ¿Entonces Ud recibe esas ideas en el 61 y se pasa 5 años sin hacer nada?

RTH- Bueno yo estaba al salto de la pulga, dando brincos…

GLM- …pero sin hacer nada del Ayuntamiento en ese período.

RTH- Balaguer había retomado el tema del área verde en los terrenos al sur del aeropuerto General Andrews, del Plan Vargas Mera original del 55. Ese farallón que tenía toda la vocación de espacio público verde al norte de la Francia, posteriormente urbanizado por Haza y Pellerano, originalmente sería una parte del parque ideado por Vargas Mera y deseado por Balaguer en esa

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reunión que tuvimos en el 61. En ella además de lo ya mencionado, Balaguer me preguntó - “Ingeniero usted puede hacer ese parque?”- Le respondí que el parque más grande que yo había visto en mi vida era el Parque Independencia de aquí que tiene 10,000 m 2, y el Duarte de Santiago que en una manzana de 100 x 100 metros.

Me dijo jocosamente - “Jaja, prepárese a hacer un viaje a México, a ver La Alameda, a Jamaica, New York, para que vean el Central Park y a Washington para que vea la distribución de la ciudad”-. Así se originó ese viaje de estudios. El Síndico se pegó y el viaje fue en el mes de julio o agosto del 61; fue un viaje angustioso pues Pedro Adolfo Cambiaso Lluberes vivía llamando a ver cómo estaban las cosas, que si venían, que si Petán, que si esto, que si lo otro. Una agonía, ya tú sabes este hombre con esta prepotencia. Muy inteligente, muy bien dispuesto, pero alocao. Imagínate el período postdictadura que se estaba viviendo en el país… El viaje se hizo mientras se fue haciendo la conexión con la Máximo Gómez, se empezaron los trabajos en Guachupita, en la Albert Thomas y todas esas calles; nos pusimos en función, de renovación y cosas de esas.

GLM: A través de Obras Públicas Urbanas del Ayuntamiento…

RTH: Ahí sucedió una cosa muy interesante en la que participaron Orlando Haza, Eugenio Pérez Montás y Roberto Bergés; estando yo allá se empezaron a otorgar contratos raros a través del Ayuntamiento.

GLM: ¿En ese momento estaba Orlando Haza en Planeamiento Urbano?

RTH: No, Orlando estaba trabajando en Molinos, haciendo cosas privadas. A mí me consignan 10 contratos, 10 contratistas, para supervisar las obras. Les daban $42,000 pesos por contrato y les quitaban $4,000 por ahí mismo... una situación antes ignorada por mí. Cuando yo vi ese asunto, me dije, yo no sirvo para esto! Además yo tampoco tenia la capacidad humana de brigadas para ponerlas en función de ese trabajo. En el momento que vi que tenía 10 contratos y que Salvador me estaba pidiendo que lo hiciera mandándome gente, ahí tomé la decisión y renuncié del Ayuntamiento.

GLM: ¿Ud. recuerda en que fecha?

RTH: Después del viaje, sería a finales del 61.

Cuando yo hice la carta de renuncia recibí la visita de Orlando, de Eugenio y de Roberto Bergés, como te dije, personas impecables, que querían que yo les permitiera la carta para publicarla. Yo les dije, -“Le voy a dar la carta a Orlando en su oficina, si quieren vayan allá”-. Voy a donde Orlando que tenía la oficina frente al Palacio, y le dije, -“Orlando, yo no podía contestarte al lado

de Eugenio y de Roberto Bergés que son dos angeles impolutos. Tú sabes como son porque han trabajado aquí, yo no puedo darte luz verde a que esa carta se publique”-.

GLM: Pero esa carta era para renunciar, no era para más nada.

RTH: Sí, pero tenía un transfondo histórico. Yo nunca he tenido esa agresividad. No podia permitir que eso se publicara pero, simpaticé con la idea. Me fui de alli sin tener nada seguro.

GLM: ¿En qué año Ud. entró a dar clases en la universidad?

RTH: En el año 54 ó 53. Yo asumo que pasé once años en la UASD, como hasta el 66; entonces el cúmulo de trabajo que tenía no me permitía seguir, era muy fuerte.

GLM: ¿Qué materias daba Ud.?

RTH: Yo llegué a ser Jefe del Taller y ayudante de don Humberto para terminar en la Composición.

GLM: ¿Nunca llegó a dar clases con don Guillermo?

RTH- Si, y a trabajar con Guillermo también. Era una etapa en la que Guillermo estaba ya al final de los 60, una pena; ya no era igual, es como cuando a un barco de le aflojan las tuercas. ¿Tú sabes lo que representaba ese hombre para mi? Piensa tú, el Centro Social Obrero, no tenía un precedente, no tienes nada de referencia. ¿Tú sabes lo que es ver a ese hombre construir toda la obra que construyó? Eso fue muy serio, todavía a mí me impresionan el Cuartel de Bomberos, el Edificio Copello, el Jaragua.

GLM: Hay muchas buenas, el Country Club, el Hamaca, la Feria...

RTH: Hay que ver la documentación que él recibía. En la Feria, las dos entradas establecen dos criterios… Porque fíjate tú lo del Pabellón de las Naciones, una cosa fácil, tan cándida, pensar en una paloma como metáfora a la libertad, los brazos de los países americanos, la paz, la fraternidad… tiene la fantasía de una arquitectura de poesía.

GLM: Vamos a retomar el tema; cuando Balaguer sube en el 66, que gana las elecciones, ¿Ud. había tenido algún acercamiento con él previo a eso o él se comunica con Ud. después de que sube al gobierno?

RTH: Yo me comunico con él. ¿Recuerdas los ciclones Inés y Flora, a los pocos días de él tomar posesión? Pero primero déjame decirte algo; durante toda mi carrera he perseguido el desarrollo óptimo para una vivienda económica; se han configurado muchas ideas arquitectónicas, muchas posibilidades; mi verdadero afán ha sido la vivienda económica, popular. En ese sentido tengo algunos experimentos, que publicaremos aquí lo mejor posible.

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Una de ellas llegó a ser el gran premio BNV de la arquitectura económica, que se llamaba “Premio la Ciudad”. Ahí participó Rafael Calventi, esas son unas viviendas con una estructura metálica…

GLM: ¿Ud llegó a hacer un prototipo?

RTH: ¡Varios! Pero tengo que irlas a ver cómo están, ya eso tiene 60 años, uno nunca sabe! Hice otra de regalo a la Academia de Educación de Enriquito Sánchez.

GLM: ¿En la Prolongación Bolívar verdad?

RTH: No, esos eran unos edificios hexagonales, buscando la manera de aprovechar más el terreno; se hicieron en la Bolívar y en Puerto Plata. Pues bien, me acerco a Balaguer con la intención de proponerle casas económicas.

GLM: ¿Ud. fue donde Balaguer a hablar sobre esas casas? ¿Balaguer lo reconoce? ¿Después del viaje del 61 Ud. volvió a hablar con él? ¿Le dio algún informe?

RTH: Si, yo le escribí un informe, pero ya la situación estaba tan confusa que no trascendió.. Fui donde Bebecito Martínez, a hablarle de las casas. Era mi amigo, y él es quien me lleva a hablar con Balaguer.

GLM: No le dio mucha importancia al informe.

RTH- La avenida Máximo Gómez se inauguró y la Plaza de la Trinitaria se comenzó; se comenzó Guachupita, como te dije. Pero ya no tengo más contacto ni con Palacio ni con ninguna otra institución. Seguí con mi universidad y mi chiripeo. Y mi vida privada, con Doy Gautier, Frank Hatton, y con Nani Reyes.

GLM: ¿En qué proyecto Ud trabajó con Nani?

RTH: Nani me llamó para hacer unas casitas en la Basílica, un proyecto de 100 casas de mil y pico de pesos. Nani me pidió que lo ayudara en eso, ya que mis diseños eran perfectos para este proyecto. Y me ayudaron porque cuando la revolución arrancó, con esas casitas y las compras del Supermercado NACO, pude vadear la situación. Yo habia hecho una casita pre-fabricada en Licey al Medio, en una finca que tenía mi suegro, que debe estar ahí todavía; yo llevaba a los muchachos a jugar allá. Para entonces yo me habia mudado para allá pero venía a la capital a buscar los chequecitos y otras diligencias; la universidad inclusive dejó de pagar, hasta que Balaguer dio otras instrucciones. Entonces Bebecito me llevó directo donde Balaguer; Balaguer me reconoce y me dice que hay que hacer 200 casas, al precio más barato posible. Cuando ya estábamos a punto de empezar, me llama y me dice que la OEA es quien va a financiar esas casas y que deben ser hechas por administración; que quieren que quien maneje eso sea Angiolino Pezzoti. Le digo, de todas maneras - “Presidente muchas gracias, estoy a sus órdenes”-. Eso quedó ahí; pero al poco tiempo me llama y dice - “de todas maneras vamos a hacer 200 más nosotros, aunque me luce que 200 son muchas casas para un solo contratista, vamos a dividirlas, búsquese un socio”-. Yo busque a Mondesí, de lo cual no me arrepiento jamás, era una persona excelente; yo lo conocía bien desde el Partido Dominicano. También a Carlos Marranzini, mi socio, con quien mantengo frecuente comunicación. Esas casas serían hechas en las zonas devastadas por los ciclones, cerca de Paraíso, en el Sur Profundo, después de Barahona. Ya teníamos listos los planos, presupuesto y todo, cuando Balaguer nos dice: - “He cambiado de idea; tengo que hacer 5 edificios en la zona de Matahambre, quiero comenzar

a quitar todos esos arrabales; yo vi un plano que Usted le hizo a Luis de Pol y a Manuel Pittaluga, en el BNV, hagamos ese plano”-. Yo les había diseñado a ellos unos apartamentos en la avenida Independencia, frente a la Lotería Nacional, unos edificios en la Urbanización La Feria. Balaguer me dijo que dispondría de los solares y que quería hacer edificios de 12 apartamentos a $3,000 cada uno. Le contesté que sí, que era factible. Nos ordenó hacer 3 frente a la Lotería, y dos más en la Abraham Lincoln esquina José Contreras, donde había un arrabal. Están ahí todavía…

Para hacer la mudanza, que contó con todo el apoyo personal de Balaguer, quien incluso se apersonó al lugar; hicimos unos barracones de madera en la isleta al frente del Archivo General de la Nación, donde estuvieron los 126 ocupantes desalojados hasta volver a sus nuevos edificios. Concluimos bien… Entonces ese proyecto se completó, Mata Hambre. En el interim, 66, 67, 68, se van produciendo nuevas ideas, entre ellas varias para interconectar la ciudad; hubo una producida por un técnico alemán que vinculaba la San Martín con la Barahona, hasta la Vicente Noble. Ese proyecto se haría progresivamente, por medio de un decreto de expropiación para la ampliación de calles. Moncito Báez tenía planeado varios proyectos así, por ejemplo la prolongación de la Duarte hasta el Malecón.

GLM: Y usted me dice que en ese entonces ya se habían proyectado varias cosas, en 1968 por ahí…

RTH: Se estaba hablando ya de otras cosas; son proyectos cuyos orígenes históricos han caído por así decirlo, en un limbo… Mucho más tarde, en el 86, me topo yo con una sorpresa: en un evento que hicieron Omar Rancier y Emilio Brea allí surge alguien que explica que la avenida 27 de Febrero tenía orígenes militares…

GLM: Si recuerdo de esa polémica. ¿En qué momento inicia usted el proyecto de la 27 de Febrero y cómo ocurre esa iniciativa?

RTH: No fue algo que ocurrió de repente, habíamos estado trabajando mucho en eso…

GLM: ¿Desde cuándo?

RTH: Desde fines del 1968, principios del 69… porque no se trataba exclusivamente de la 27 de Febrero, lo que se estaba tratando era la forma de hacer viable la conexión del centro de la ciudad y la parte este. Ese era el objetivo principal. Pudo haber sido por la George Washington, por la Mella o por donde fuera. Se llegó a hacer un estudio donde trabajó Luis Sosa Baudre que estaba ligado a MenDar, Mendoza y Armenteros, una importante firma de ingenieros que tenían experiencia en presas y cosas de esas. Y yo le hablé a Luis Sosa de ese proyecto y le gustó tanto que me dice que eso hizo historia en la universidad, ya que ellos presentaron un proyecto que consistía en subir la George Washington hasta la Vicente Noble, pasándole por el frente al Alcázar; había que hacer unos puentes y unos elevados por ahí…

GLM: Algo así como lo que se hizo con la Avenida del Puerto…

RTH: Ajá, pero no para el puerto sino para cruzar por el puente… En ese debate de ese estudio Balaguer desestimó la propuesta, porque costaba cuatro millones y medio de pesos, y eso se quedó así. Pues un día, y esto parece hasta ingenuo y dio paso a que se rieran mucho los muchachos de Nuevarquitectura: viniendo con Balaguer en un helicóptero desde Higüey, yo me di cuenta de que el paso de la 27 desde la Leopoldo Navarro hasta la Braulio Álvarez, donde estaba la Farmacia Amparo, era un paso, apenas

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unos doscientos metros, pero doscientos metros a través de una zona muy consolidada. Pero -esto es un paso, pensé yo- y se lo señalé al presidente Balaguer desde el aire… “estudien eso…” me dijo. Mondesí y yo nos entusiasmamos e hicimos el proyecto, inclusive hicimos levantamientos; Rafael Sánchez Coiscou se llamaba el topógrafo nuestro, una estrella! Ponía todos los detalles, hasta las matas de guayaba que había en el lugar… hicimos un levantamiento de eso. Habían construcciones colosales en San Juan Bosco, inclusive allí había un colegio… Fellito Lorenzo fue que hizo la parte nueva del colegio. Nosotros lo buscamos para que hiciera la remodelación y se negaron porque ellos eran ariscos con Balaguer… les dije: - “ustedes los van a hacer, no hay mordida, no hay problema, es para que ustedes lo hagan”- José no quiso y Fellito tampoco… Entonces se hizo ese proyecto que le quitaba una parte al colegio. “Presidente, esto se puede hacer así y así”… ya estamos hablando de los años 70, en verdad a finales del 1974. Ya Balaguer conocía el proyecto, ya había hasta una maqueta, hecha por Gregorio Zapata, que era una estrella.

Balaguer preguntó: - “¿En cuánto se puede hacer esto? El estimado de esto debe incluir las demoliciones, las construcciones que hay que hacer para reubicar la gente. Hagamos el presupuesto”.- En eso llegamos a finales del 73 y no se hizo más nada. Pero en la campaña del 74, para la reelección del 74…

GLM: Él lo prometió…

RTH: No sólo que lo prometió, sino que nos llamaron de Palacio aquí, a Hernández y Mondesí para que fueramos de inmediato. Cuando vamos al Palacio nos dicen: - “vengan esta noche con los planos, ustedes van a exponer en televisión qué es lo que ustedes pretenden hacer…”- ¡Nunca había ido yo a la televisión a decir nada y Mondesí menos!!! Tengo la cinta por ahí de esa presentación. Fuimos los dos y enseñamos los planos, que fueron bien comentados por un lado y criticadísimos por otro: -estos dos magnates con los plátanos a cinco cheles y venir a ofrecer esta fantasía…- En esa temprana etapa, ni siquiera teníamos un presupuesto. Yo recuerdo gratamente a don Rafael Herrera, excelente director del Listín Diario , quien se portó como un amigo. En una ocasión me dijo… -“Rafael Tomás, estará muy bien todo lo que tu quieres hacer, pero mira los plátanos están a cinco centavos y no es posible que se esté gastando dinero en cosas así…”- Luego de que hablamos en la televisión y explicamos todo, se criticó en cantidad, a favor algunos, otros en contra. Empezó el año 75, Balaguer nos dijo un sábado, -yo los veía todos los sábados-: “Prepárense que vamos a empezar la 27, ¿Qué es lo

primero que hay que hacer?…” Bueno, tasar las casas y hay que ir donde los curas de San Juan Bosco. Eso arrancó con buen pie pero fue la obra más criticada del mundo. Ahí había cien mil críticos; eso fue grande! Estos dos infelices metidos en ese rollo, y digo estos dos infelices porque nunca fuimos arrogantes ni prepotentes y era un proyecto que tenía trascendencia porque era una obra que derivó en temas políticos… Entonces empezamos. Al final duramos dos años.

Balaguer tenía un grupo de ingenieros y arquitectos que se reunía los sábados; también iba el director de Bienes Nacionales, nosotros y cualquier persona que tuviera que ver con las obras en proceso. A mí me resulta simpático lo que comenta este muchacho Barinas: Marcos Barinas cuando dice que le molesta que se hable de un Balaguer tan activo, y que ¿Qué actividad podría tener un hombre que era invidente? Bueno, en ese tiempo veía perfectamente y yo creo que tiene algo de razón en pensar así, si yo fuera él, pensaría igual… pero yo no puedo pensar así porque yo lo vi actuar de otra forma. Vi a Balaguer haciendo cosas increíbles. ¡Esos sábados, eso era una cosa del caraj..!

Estábamos allá abajo en Honduras. Arrancamos primero con las tasaciones. Creamos una oficina para las tasaciones. Arrancamos tasando las casas. Farmacia Amparo… El día que yo vi esa fachada de Farmacia Amparo demolida…

GLM: ¿Se asustó?

RTH: Más se asustó Balaguer un día que fue a ver las obras y encontró tractores trabajando en la segunda planta de algunas casas de la calle Barahona. Ese día dijo él allá en la obra: - “!esto es una devastación, están tumbando la ciudad!!!”- Cuando Font Bernard me dijo que él había reaccionado así, yo cogí para el Palacio y le dije: - “Yo vine aquí a poner mis manos arriba, yo estoy a su disposición, si usted quiere que eso se acabe se acaba… !siga, siga, siga… siga haciendo su cosa!!!”- así me dijo…

Óyeme, Gustavo, nadie sabe la enormidad del trabajo que se hizo ahí. Porque nadie sabe lo que se pasó ahí…esos apartamentos, esas calles, esas avenidas… me jacto de decir que pocas avenidas están tan bien construidas; a José Espaillat le apretamos los tornillos y sacamos de él lo que él no sabia que podía dar. Está hecha con macadam, como está hecho el aeropuerto y como estaba hecha la casa de Trujillo allá en la Av. Independencia, donde está la Cancillería. Todo ese tramo está hecho con tierra picada, asfalto y pavimento, una cosa estupenda. Así hizo José esa avenida, ahí no puede haber

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un hoyo. Produjimos dos vías de tres carriles y las aceras de cinco metros. Se construyeron dos kilómetros y pico de avenidas, se construyó el paso a desnivel… posteriormente desafortunadísimo…

GLM: Sí, murió alguien, ¿no?

RTH: Sí, ahí nos salvó Rafael Herrera; una familia se ahogó al cruzar en su vehículo por el fondo anegado debajo del puente. Las bombas de drenaje estaban dañadas. Cuando se produce la catástrofe, entonces empiezan a buscar culpables y nosotros habíamos preparado, con Acueductos y Alcantarillados un sistema doble que funcionaba por gravedad y funcionaba con máquinas; tenían las dos soluciones. Pero las cosas que no se atienden, cuando dejaron que se llenaran los depósitos y que las máquinas se dañaran…

GLM: Ocurrió la desgracia… yo recuerdo que le afectó a Emilio Almonte que trabajó mucho en eso. ¿En qué año fue eso? Creo que fue después en la década de 1980.

RTH: Yo tengo la fecha por ahí porque tengo los papeles… Recuerdo que don Rafael Herrera escribió: “Los orígenes de la tragedia…”.

GLM: ¿Ese proyecto se terminó en el 78?

RTH: Nosotros terminamos como en el 77. Es un tour de force, uno de los proyectos de los que me siento más contento. Me dio la oportunidad de darle trabajo a mucha gente; ahí trabajaron Giovanni Pérez Linval, Elías Cornelio… desarrollamos un modelo de edificio muiltiuso y multifamiliar, con comercio, oficinas y tres pisos de apartamentos destinados a vivienda. Se cumplieron todos los compromisos: teníamos nueve farmacias, doce bufetes de abogados, consultorios médicos…

GLM: ¿Usted recuerda cuántas personas se mudaron ahí, cuántos apartamentos en total?

RTH: Cerca de 500 apartamentos.

GLM: ¿Qué impacto usted cree que tuvo ese proyecto en la ciudad?

RTH: Creo que es cierto que hubo un respiro. La gente que yo he visto, algunas que fueron desalojadas y movilizadas, están agradecidos. Muchos me han reconocido, pero mientras hacía el proyecto yo me iba en bicicleta a las cinco de la mañana a la iglesia de San Juan Bosco y mi petición al Señor era: “Ayúdame a creer que yo voy a terminar esto”… ya sabes la presión que hubo.

GLM: ¿Nunca le faltó dinero para el proyecto, el presidente siempre fue solidario con eso?

RTH: Nunca nos faltó. Inclusive cuando perdemos en el 78, los primeros que supimos que sí, que se iba Balaguer, fuimos nosotros. Fue el día 18 de mayo que estaba todo el mundo creyendo que se iban a revisar las elecciones y que

no nos íbamos y había muchísimos inventos de golpe de estado. Balaguer nos dijo a nosotros, a mí y a Mondesí: - “prepárense que nos vamos, vamos a resolver…”-.

GLM: Otra cosa arquitecto ¿El proyecto de Honduras, se da después del de Mata Hambre?

RTH: Casi concomitantemente.

GLM: ¿Cómo ocurre eso?

RTH: Honduras era un terreno ocupado por militares. No era un recinto militar propiamente dicho. Aquí los militares ocuparon varios sitios durante la guerra civil de 1965. Ese de ahí lo ocuparon las fuerzas de Honduras. Balaguer utilizaba esos sitios para remodelarlos y tener algún desahogo.

GLM: ¿Y él le llama a usted o ustedes hicieron el proyecto y se lo llevaron?

RTH: Eso surgió de las conversaciones en el Palacio. Él deseaba seguir haciendo iniciativas altas y esa torre que tu ves ahí y que parece un despropósito, él la mandó a hacer, pero no estaba conforme. Él quería hacer un edificio más lucido, más grande… pero nosotros quizás por timidez en ese momento…

G LM: ¿Ustedes empezaron a ir al Palacio los sábados desde el proyecto de Mata Hambre o fue una rutina que se dio después?

RTH: Resulta que el día 21 de septiembre de 1968 Mondesí y yo llegamos al Palacio, a las siete de la noche como todos los sábados, y vemos que está todo apagado y entramos. Me dice el militar que está ahí en la puerta y que nos conocía: - “Hoy no creo que haya nada, el presidente no está ahí… no ha llegado, es más, él avisó que está por La Vega”-. Nosotros oímos y seguimos… vamos a ver allá arriba. Subimos y cuando llegamos al despacho nos dicen: - “No, no, ustedes pueden irse porque el presidente anunció que estaba en La Vega porque en Santiago murió Daniel Espinal que es su amigo” -por eso tengo las fechas claras- y él quería ir al entierro…- Ya Mondesí y yo estábamos felices de tener un sábado libre porque ya se había establecido que todos los sábados estábamos yendo allí…

GLM: ¿A qué hora ustedes iban, por la noche?

RTH: A las siete de la noche, ese era un ritual. El sábado de nosotros iniciaba a las siete de la mañana y a las doce de la noche estábamos en el Palacio todavía. Entonces cuando ya nos vamos, estamos casi llegando al carro, al parqueo que estaba detrás, viene el guardia corriendo: -“ ¡Que no se vayan que él viene, que piensa aterrizar aquí en el Palacio!!!”- Esa noche nos recibió como siempre. Una cosa te diré: siempre se puso de pie para recibirnos, era algo así como el ejercicio de una disciplina… era un hombre de una disciplina impresionante… a un

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dominicano común una actitud así tiene que perturbarle porque nosotros somos medalaganarios… y no por eso dejaba de darse sus gustos! La cuestión es que cuando llegamos le digo: presidente, antes de usted llegar Mondesí y yo calculábamos que nosotros hemos estado viniendo aquí desde el cinco de noviembre de 1966 y que usted no ha fallado nunca. Esos son ya 90 sábados… pudo haber fallado Mondesí o yo pero usted no falló… se reclinó en su asiento, sonrió y dijo… -“A partir del año 56 pasaron cinco años en los que yo hasta sábado y domingo venía aquí al palacio…”- Al final de los doce años llegamos a totalizar seiscientos y pico de sábados, y cada sábado había por lo menos 10 entrevistas a ingenieros y profesionales afines, aparte de las que podía tener cualquier otro día. Con nosotros eso fue así. Al final de los diez años de 1986 a 1996, que también se suman, hubo 1,050 sábados… eso como que se dice muy rápido, pero piensa tú en Las Mil y una Noches, que es una cosa como de fantasía…

GLM: Dejemos de hablar de arquitectura por un momento y deme su opinión de Balaguer el hombre; usted que tuvo esa vivencia, cuentenos de esa cercanía con él; Deme su opinión tanto del estadista, del político, casi del superhombre, como del Balaguer más humano…

RTH: Ese ser humano, era un hombre normal y corriente con una disciplina poderosa. Una cosa que me ha tomado mucho tiempo entender es que de verdad se puede conquistar un rango casi casi de nobleza o de prestigio en el servicio público. Es difícil de entender, yo pude hacerlo leyendo a Mariano Lebrón Saviñón. Él dice que el hombre que se ejercita en hacer el bien a los demás a costa de su propio bienestar y en detrimento de su propio bienestar, eso le produce una gratificación que supera la nobleza… dice Lebrón Saviñón que el hombre que vive en esa condición es egregio; esas son palabras mayores! Yo a Balaguer le oí decir una vez: -!Yo soy político de los pies a la cabeza y la compensación de la persona que se dedica a esto de la manera que yo lo siento, es la gloria!!!- Balaguer era celoso en su trabajo, cuando lo cuestionaban acerca de esos afanes de poner estatuas aquí y allí, una estatua de Isabel la Católica por ejemplo, citaba una anécdota de la antigüedad clásica de Praxíteles a quien criticaron una vez por adornar de manera excesiva una obra y dijo: -¡ya que no puedo hacerla más hermosa, la hago más rica!!!-.

GLM: ¿Usted realmente cree que él tenía una visión de la ciudad, una visión urbanística de lo que él quería que fuera Santo Domingo. O fue eso el producto de ese juego entre las ideas de ustedes que estaban alrededor de él y las propias suyas?

RTH: Balaguer en su alma, tenía poesía, tenía idealismo, tenía fantasía y tenía un profundo conocimiento de la historia. Si lees a Víctor Hugo en Nuestra Señora de París y en esos capítulos perdidos, -yo tuve la suerte de comprar un ejemplar que tenía aparte los capítulos perdidos y otros capítulos en los que él se refiere a París-, aquello era un desastre. Cuando allí se emprendió la obra de remodelación de Haussmann, eso creó muchos problemas, aquello fue de guerrillas y el París de hoy tiene una estructura que es bélica, que es de defensa. Balaguer conoció todas esas cosas.

GLM: Toda la idea de los parques, de la Zona Colonial, de las nuevas obras de arquitectura…

R TH: Y la infraestructura urbana, todo eso lo conocía Balaguer y mira en las zonas verdes, no fue sólo Cristian Martínez… Cristian es inteligente, brillante es un tipo muy especial. Me acuerdo haber encontrado a Bebecito un día, sentado cabizbajo en el Palacio y le digo: -Bebé- ¿Y qué tú haces aquí?- Me dice -“Quiero ver al presidente; Rafael Tomás, yo estoy aquí en una situación que no la puede entender nadie: Balaguer quiere que Cristian venga que quiere hacer algo… ¡Y Cristian no me hace caso!!!” “Y yo sé que si cualquiera me ve aquí cree que yo le estoy pidiendo una obra para mi hijo… y yo vengo aquí a ver si él mismo le escribe la carta a ver si lo motiva a venir”- Cristian tiene o tenía esa conducta, él es así y trabajó con Balaguer hasta que se metió lo de la Cueva de los Indios y Balaguer no quedó conforme con el Parque Independencia. Si tú lees a Jacinto Gimbernard, la descripción que hace del panteón…

Volviendo al tema de balaguer como hombre, una vez me dijo Payo Ginebra, hablando así como estamos hablando nosotros: -“Primo, le voy a confesar algo, Balaguer no es santo de mi devoción, pero oyéndolo a usted hablar y sabiendo que usted le ha visto hacer milagros…ahí yo me detengo…”- Porque él sabe lo que yo viví. Cuando yo veo estos muchachos en la efervescencia de la juventud molestados porque se recuerde lo que este hombre hizo, realmente molesta. Pero el que ha visto lo que yo he visto con estos ojos, y ha participado en lo que yo he participado, piensa diferente.

GLM: La relación de Balaguer con otros arquitectos… su relación con otras obras, con obras importantes como el Banco Central o el Huacal, por ejemplo ¿tenía él algún tipo de influencia en la escogencia del estilo, el tipo de arquitectura, la modernidad o no, o se lo dejaba al arquitecto?

RTH: No, no, ese Banco Central de Calventi, ahí él no se metió con eso ni con el mismo edificio (el “Huacal”) de Cucho (Borrell). Balaguer participó en

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la organización del concurso. Algo con lo que no quedó conforme fue que el quería llevarse la Policía de Gazcue a Herrera, tenía el sitio y todo, incluso tenía contrato de la obra. El prefería hacer los parqueos y hacer las cosas que se necesitaban en el entorno de las oficinas públicas en Gazcue.

GLM: Alguna anécdota interesante que usted quiera agregar de Balaguer… algo que no se conozca… ¿Usted le vio alguna debilidad alguna vez?

RTH: Balaguer era un individuo fuera de serie. Mira si puedo hablar de debilidad sería por exceso de olvido… yo tengo dos cartas ahí que para mí son importantes; resulta que un día en 1992 entré a verlo, tuvimos la entrevista y cuando yo me voy… me dice “¡HERNÁNDEZ!” en un tono que nunca en la vida había usado… en nuestra relación no hubo nunca un tropiezo. Ese día le dije: - “Yo me voy cuando usted quiera porque yo no estoy aquí medrando, yo estoy aquí haciendo un servicio y cuando a usted le convenga yo estoy o no estoy”-… pues ese día del 92 yo me devolví… y le dije: “Señor”… entonces se quedó medio turbado y me dijo… - “He hecho todo lo posible por ese parque que usted está haciendo”… (el Parque Mirador Norte, nota del editor)... “Señor presidente, pero yo no me he quejado… me conturba eso que usted me dice pero yo no he tenido queja ninguna, estamos trabajando…”- Bueno, le digo y me fui. Pero ya tú sabes, eran las doce de la noche y me fui muy perturbado. Al otro día fui a su casa a la hora que él salía y le dice Pérez Bello: -está Hernández aquí… “¿Y qué busca Hernández aquí hoy sábado?”- La entrevista había sido viernes… yo le dije, - “yo he venido porque yo sigo mortificado con eso de anoche, a mí me preocupó mucho haberlo visto así”- Entonces me dio unas palmaditas en el brazo y me dijo - “no importa, no importa, no me haga caso…”- y me fui… Pero, no obstante eso me quedó maquinando, porque esas entrevistas con Balaguer tenían la peculiaridad de que tú te excitabas tanto en medio de la vorágine del trabajo que si te iba bien no dormías, y si te iba mal dormías menos. Entonces vine aquí a la oficina e hice una carta; la tengo ahí, son dos cartas muy importantes… diciéndole que me había preocupado mucho el verlo como le vi y la expresión que dijo, porque sí, es verdad que estoy preocupado con el parque, con el financiamiento y esas cosas; lo que más me alienta es tenerlo a él en apoyo y en el respaldo… y que eso sí me preocupa y le señalé… Honorable Señor Presidente, querido amigo… en dos tonos… que por favor que se dejara ayudar. La carta la llevé el lunes pero ya Balaguer se había ido a Miami a aquel famoso viaje que duró un mes, después yo fui a Miami también. Un mes y pico duró Balaguer por allá operándose las venas esas… un problema de unas várices. Yo fui a Miami a verlo, ver a

Balaguer en cuidados intensivos en ese hospital fue muy lamentable. Bueno, cuando vino, me llegó una carta con todos los sellos del Palacio, diciendo que había recibido mi carta y que me agradecía los conceptos que yo había emitido en ella y quería advertir que su salud, su bienestar y su integridad estaban subordinados a sus compromisos y sus deberes con el país y que en ese sentido él es inquebrantable… un boche con el que me dijo: no te metas en esto, como quien dice “estoy haciendo esto y lo estoy haciendo”… eso fue en 1992… yo tengo las dos cartas y las voy a publicar las dos para que conste que está escrito…

RTH: Hablando del invierno de la vida, presenta ilustraciones, paisajes con bellas frases enjundiosas, pretendiendo poner luces en un camino difícil, pero inevitable; la alternativa para no llegar a viejo es morirse joven.

Mi hermana querida Melba, que ha pasado años difíciles, todos los hemos pasado, me reclama- y donde están los años dorados que tú decías, porque lo que soy yo, no los veo-. Están aquí, vinieron cargados y fueron en mi memoria tan fascinantes como alguna bella forma de las Mil y una Noches , el cuento de Aladino y su lámpara maravillosa o las lecturas del Tesoro de la juventud , libro que tuve la suerte de tener impreso en papeles satinados y con ilustraciones litográficas que son un verdadero tesoro. Era un lujo insuperable. Tendido en el parque Colón miro hacia arriba las copas de los árboles, están verdes y frondosas, me llevan mágicamente a los samanes, a aquellas catedrales verdes y grises de nuestra niñez en Tamboríl, pero también al día en que tendido en un banco del Duomo en Milán, contemplé su techo en alabastro translúcido, con luces y colores como con el asilo de niños nacidos y degollados de trabajar. Tumbado en un banco contemplé los murales de los siete mil de Orozco, tan dramáticos y expresivos que te angustiaban y movían descarnados para que no te gotearan la sangre azteca derramada por conquistadores armados con lanzas y armaduras. Historias y libros que se vieron a los confines de la nueva década que nos induce a la condición del amor, del perdón que nos permita iniciar cada día con optimismo.

GLM: Ese texto esta muy bueno para cerrar el libro, una especie de colofón, eso es bucar el motivo de la vida, a mi me esta pasando desde hace tiempo.

RTH: Para mi, tu tienes una aureola de paz de serenidad, que se proyecta en tus ojos y en tu manera de ser.

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GLM- ¡Ay Dios!, gracias arquitecto.

RTH: Tu me impresionaste mucho cuando regresaste y trabajaste con Plácido Piña, Rafael Calventi. Rafael y yo tuvimos una amistad que no se como calificar, conociendo su talento y capacidades. A veces el mismo día salian artículos de él y mios, una vez hablando del aeropuerto del Cibao buscando una cosa y otra, él hablando del parque Mirador de la herencia verde y él criticando de que se hiciera un parque Mirador al norte de la Ciénaga. Cosas así que tenían ciertas chispas. En definitiva convivimos, una vez el fue a jugar tennis conmigo, yo tenía una canchita en mi casa y yo lo lleve a 5 -0 en un set y yo no se pero hizo un esfuerzo tan grande que llegó a empatar y me dijo, vamos a arreglar esto y asi se quedó.

GLM: Déjeme confesarle algo, mi relación con Calventi fue muy ambigua. El nunca me entendió cuando la Fundación Corripio dio un premio de Arquitectura, en el cual estaban él y Eugenio Pérez Montás como finalistas. Erwin Cott y yo éramos jurados, nos llevó a crear una situación incómoda, le dije arquitecto, a nosotros nos pareció que el aporte de él era más acorde en relación al premio de Corripio, eso fue lo que nos pareció a Erwin y a todos los miembros del jurado. Su muerte me sorprendió y me entristeció mucho.

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Leyenda

1. Honduras

2. Mata Hambre

3. Jimenez Moya

4. Jose Contreras

5. Abraham Lincoln

6. Ortega Y Gasset

7. El Caliche

8. Puerto Isabela

9. Ave. Paseo De Los Reyes

Católicos

10. La Zurza

11. La 40

12. Ensanche Luperon

13. Loma De Chivo

14. Incineradora Lbert Thomas

15. Los Guandules

16. Guachupita

17.- Los Mina

18.- Plazoleta La Trinitaria

19.- 27 De Febrero

20.- Ensanche Ozama

21.- Villa Duarte

22.- Los Mameyes

23. Parque Mirador Norte

24. Ave. Mirador Norte

25. Guaricano

- La Vivienda Popular

- El Ensanche Luperón, 1957

- Matahambre, 1966

- Plaza La Trinitaria, 1966-1967

- Guachupita 1966-1967

- Renovación Urbana periodo 1986-1988

- Av. Jiménez Moya, 1967

- Los Guandules Av. Francisco del Rosario Sánchez, 1968

- Villa Duarte 1968

- Av. 27 de Febrero 1975

- Plazoleta Independencia 1975 - 1978

- Honduras 1969: Desarrabalización, renovación y vialidad

- Loma del Chivo 1969

- Villa Estela, Barahona 1970

- Heralva 1955

- Edificio Arah

- Casiohogar

- El Caliche 1986

- Parque del Este, Los Mameyes 1987

- Puerto Isabela (Hoyo De Chulín) 1987

- Av. De Los Reyes Católicos 1987

- La Zurza 1988

- Ortega y Gasset 1990

- Cementerio Cristo Salvador 1992

- Conau

- El Cinturón Verde

- Plan Indicativo para el Desarrollo de la Zona Norte

- PNMN, Parque Mirador Norte, 1992

- Av. Mirador Norte 1992

- Nueva Isabela - Guaricano 1993

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La vivienda popular

Plan de renovación urbano del gobierno constitucional

El día 3 de noviembre de 1966 el Señor Presidente de la República, Dr. Joaquín Balaguer, anunció por un discurso el inicio de un Plan de Construcción de Viviendas de Interés Social en la ciudad de Santo Domingo. El día 5 del mismo mes se inició el Plan cuya meta inmediata fue la erradicación del arrabal que se había formado en la intersección de las avenidas Abraham Lincoln y José Contreras -Matahambre-: seguido inmediatamente por el rescate de los terrenos aledaños al Centro de los Héroes y la urbanización que se denomina Honduras del Este. Simultáneamente se volvió a poner vigente el proyecto de la Av. Cardenal Spellman hoy Jiménez Moya que ya estaba desechado como imposible de realizar por la ocupación ilegal de los terrenos y la realidad contundente de más de 50 casas importantes que la obstaculizaban. Posteriormente se iniciaron los trabajos de La Fuente, los alrededores del Puente Duarte, Guachupita y Los Minas en Santo Domingo, así como en Villa Estela, en Barahona. Estos trabajos se realizaron después de movilizar aproximadamente 800 familias, en una labor que merece mencionarse por la forma respetuosa a la dignidad humana, como se realizó. Acuerdos individuales previos al desalojo, permitió que no hubiera necesidad del uso de la fuerza pública en ningún caso.

Con la entrega de las viviendas terminadas en Honduras del Este y La Fuente, 794 familias dominicanas pasaron a vivir en hogares propios, decorosos y dignos.

A fines del año 1968 se habrán completado 1928 viviendas, realizadas a un costo de RD$6,855,014.08.

Características comunes en todos los proyectos, fueron la preocupación continua por el confort y la seguridad de la vivienda. Siendo digno de citarse el hecho de que en la vivienda promedio, el área por persona es de 11M2, mayor incluso que en países más adelantados que el nuestro y las áreas de ventilación nunca habían sido igualadas en proyectos similares. Además en todas las urbanizaciones se les proveyó los mejores servicios públicos, áreas verdes, juegos infantiles, salones para comercio y escuelas. El más importante proyecto realizado en nuestro país hasta el año 1966, que fue el Ensanche Luperón de Santo Domingo. Su planeamiento fue técnicamente correcto en los aspectos urbanos y habitacionales; contribuyó positivamente en el ámbito económico y como aporte a la solución del problema de la vivienda. Las mil viviendas que lo componen fueron edificadas en un lapso de 2 años. El costo de dichas viviendas fue de RD$4,000,000.00 aproximadamente. Se emplearon más de 3,000 obreros en la realización de las obras, que han devengaron salarios para la fecha que sobrepasaron $1.6 millones de pesos. Estas cifras muestran la contribución del Plan en el alivio del desempleo.

Cuando se menciona el renglón vivienda surgen ideas y opiniones. El déficit anual acumulado (500,000 desde que empezamos a oír hablar de el en 1962) las viviendas construidas, las viviendas de interés social, o de clase media, y su planificación, se hacen cumpliendo los estimados y los programas. Las obras contaron siempre con especificaciones sencillas, sin variaciones en cuanto al nivel más exigente de seguridad, calidad de materiales, acabados y terminaciones.

Se lograron resultados que aún conservan prestancia en lugares de grandes asentamientos que conservan su buena apariencia.

Santo Domingo había mantenido un recato encantador (sólo Borojol, Jobo Bonito y algunos patios indeseables, considerados como “barrios problema”, era una ciudad bucólica y limpia con sólo 250 mil habitantes.

Después de la Feria de 1955 aparecieron los “ranchos”. Primero en Faría (Ensanche Luperón) pero impactaron con mayor crudeza cuando pudieron verse desde el puente Duarte en Guachupita, porque rompían la tranquilidad de las riberas del Ozama y la tranquilidad de quienes viviendo de mejor forma, no concebían como se podía vivir allí.

Hasta 1966 la población creció hasta 600 mil habitantes, que llevaron la ciudad a una crisis que hacía temer su colapso. Los ranchos que eran una curiosidad en 1956, se exhibían en Matahambre y en la avenida Independencia. La “cabeza” occidental del puente Duarte, se estrechaba con tarantines que amenazaban cerrarlo definitivamente.

Muchos techos de materiales inverosímiles, gomas, latas, cartones, zinc, desechos… en un caserío, pobre y desorganizado, era lo que despertaba la curiosidad.

Entre 1961 y 1965 se hicieron pequeños asentamientos en Bonao. De 1966 a 1978 se construyeron 84,000 viviendas en toda la nación, a un ritmo de 7,000 anuales.

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Planta arquitectónica vivienda duplex

Elevación frontal

Elevación lateral

Elevación vivienda duplex

Sección

Planta arquitectónica vivienda duplex

Elevación vivienda duplex

Sección

Planta arquitectónica vivienda económica unifamiliar

Sección

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48 Perspectiva Perspectiva
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Ensanche Luperón, 1957

Hasta 1966 el logro mayor de gobierno alguno en el campo de la vivienda en nuestro país era el Ensanche Luperón.

En esta obra el Arq. Hdez. solo participó como Ing. ayudante del asesor del Presidente que era Ing. don Humberto Ruiz castillo.

A Trujillo no se le regatean méritos como constructor. Sin embargo, su obra más ambiciosa en el campo de la vivienda popular, fue el Ensanche Luperón, antiguamente Faría. Un asentamiento de mil viviendas que se realizó entre los años 1956 y 1960, 250 casas por año. Las mil viviendas que lo componen fueron edificadas en un lapso de dos años, el costo de dichas viviendas fue de RD$ 4, 000,000.00 aproximadamente.

Otras urbanizaciones de esa época, como los Barrios Obrero y Mejoramiento Social, no pasaban de unas docenas de casas, por comparación a otros periodos, Guachupita, Guaricano, Los Guandules, Los Mameyes, sobrepasan cada una mil unidades).

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Matahambre, 1966

Con el proyecto Mata Hambre se logró erradicar un foco que prometía extenderse, arrabalizando una buena zona residencial de la ciudad. Se eliminó un sucio mercado de vegetales, 120 familias fueron trasladadas a casa definitivas y se eliminaron cabarets y centros de juego.

Viviendas multifamiliares, 5 edificios con 85 apartamentos de 3 dormitorios, con área promedio de 85 m2, 8 salones comerciales, áreas verdes y plaza.

Costo total del proyecto: RD$ 363,304.92. Este proyecto incluyó el diseño y construcción del Mercado de Matahambre.

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Antes 1966 Vista general 1967 Parque Vista edificación hacia la José Contreras
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Abraham Lincoln esq. José Contreras
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© Gustavo José Moré © Gustavo José Moré

Plaza La Trinitaria, 1966-1967

La plaza fue diseñada por el Arq. Benjamín Paiewonsky en conjunto con el Arq. Rafael Tomás Hernández, quien trabajó en el contexto inmediato de los edificios multifamiliares y la solución vial que la rodea. Este espacio público fue inaugurado por el Presidente Balaguer en 1966, con su apertura se buscó honrar a la sociedad secreta independentista La Trinitaria, como precursora de la libertad del pueblo dominicano. Consistió en la remodelación y el embellecimiento de la entrada a la ciudad de Santo Domingo con un monumento en homenaje a los padres de la patria, construcción de edificios y mejoramiento considerable del tránsito urbano.

Los edificios están concebidos de manera tal que las familias propietarias de los apartamentos en las plantas altas, dispongan de áreas de talleres en la primera planta. Estos talleres logran que los centros de trabajo queden cerca del hogar y a la vez promueven la actividad económica del lugar.

La Trinitaria fue una sociedad secreta concebida por Juan Pablo Duarte y otros dominicanos, creada el 16 de julio de 1838 con el objetivo de independizar la parte este de “La Española” de la ocupación haitiana y formar el estado independiente que llamarían República Dominicana. El nombre de La Trinitaria le fue puesto en honor a la Santísima

Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo; por otra parte la Trinitaria hace alusión al método de reclutamiento, en el cual cada uno tenía como misión reclutar a otros dos miembros adicionales, y estos a su vez no daban a conocer la identidad de los demás.

La plazoleta La Trinitaria esta constituída por una imponente escultura en hormigón armado de 16 metros de altura realizada por el escultor Antonio Prats Ventós, que le otorga grandiosidad y simbolismo al conjunto, conformando un pedestal que en su diseño original poseía una caída de agua a modo de fuente, y que desde 1966 recibe al viajero que llega desde el este a la ciudad de Santo Domingo; así también, llegó a ser escenario de grandes manifestaciones políticas y patrióticas entre 1965 y 1990; lugar de espectáculos de orden municipal, celebraciones de la cultura popular dominicana, y un lugar de encuentro y recreación nacional. Elevado hacia el cielo como expresión de libertad, sólido en sus materiales (hormigón armado y mármol), se levanta firme desde el suelo como tributo a la tierra dominicana.

Juramento Trinitario

“En nombre de la Santísima Augustísima Trinidad de Dios omnipotente: juro y prometo, por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano y a implantar una república libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera, que se denominará República Dominicana; la cual tendrá su pabellón tricolor en cuartos encarnados y azules, atravesados con una cruz blanca. Mientras tanto seremos reconocidos los Trinitarios con las palabras sacramentales: Dios, Patria y Libertad. Así lo prometo ante Dios y el Mundo. Si tal hago, Dios me proteja: y de no, me lo tome en cuenta, y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición si los vendo”.

Sector La Fuente

El 5 de mayo de 1968 fue inaugurado un proyecto de viviendas en el ensanche La Fuente, en esta ciudad capital, con un total de 52 apartamentos, construidos dentro de un programa que se denominó Renovación Urbana. Además de las casas, fueron entregados 20 talleres artesanales.

También se construyeron siete edificios de viviendas medianas y talleres de dos plantas. Cada vivienda con un área de 73 metros cuadrados, incluidos tres dormitorios, sala, comedor, cocina, lavadero, baño, balcón y espacio para closets.

De igual forma, seis edificios de viviendas de dos plantas con el mismo número de habitaciones, de 46 metros cuadrados; cuatro casas dúplex con dos viviendas cada una, con igual número de habitaciones, y un parque infantil en el patio interior de los edificios. Esta sería la primera parte del plan, que contemplaba dos etapas; la segunda fue inaugurada en agosto de ese mismo año.

En total 16 edificios multifamiliares con 217 apartamentos y 26 salones comerciales. Costo total: RD$ 1, 454,532.41.

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Guachupita, 1966-1967

El proyecto Guachupita contempló la remodelación de uno de los sectores arrabalizados más antiguos de la ciudad de Santo Domingo; la solución planeada incluyó la construcción de la avenida Francisco del Rosario Sánchez, que circunvala la ciudad por la margen oeste del río Ozama y que es eje básico.

Una zona de aproximadamente 70,000 m 2 sirve para completar una gran parte de la urbanización que va desde la avenida Teniente Amado García Guerrero hasta la calle Manuela Diez. Para iniciar los trabajos fueron movilizadas las familias

residentes en el sitio que ocuparían las nuevas viviendas. Las obras que se realizaron comprendieron: 52 edificios multifamiliares, 7 casas dúplex y unifamiliares con 200 apartamentos, y 27 salones comerciales.

Todas las viviendas constan de sala comedor, tres dormitorios, cocina, baño, closets, galería, terraza y marquesina.

En total fueron ejecutados 112 apartamentos, con un costo total de RD$ 297,161.24.

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Renovación urbana, 1966-1978 / 1986-1994

El importante proyecto de renovación urbana fue auspiciado por el entonces Presidente de la República Dr. Joaquín Balaguer, con propósito de hacer en poco tiempo, viviendas económicas para aliviar el grave problema que representaba la escasez habitacional en Santo Domingo. Ese plan de renovación urbana en marcha abarcaba a los barrios Matahambre, Honduras y La Fuente. En estos sectores de nuestra ciudad se construyeron cuarenta y un edificios multifamiliares; estos edificios eran de 12 y 9 apartamentos y 160 viviendas individuales, que sirvieron para alojar unas 600 familias aproximadamente.

En poco tiempo se realojaron más de cien familias de escasos recursos económicos, que fueron desalojadas del sector denominado Matahambre de esta ciudad. Estas viviendas tenían mucho más comodidades y capacidad que la mayoría de las viviendas de Santo Domingo para ese momento. Se construyeron teniendo en cuenta todos los requisitos técnicos, al diseñarlas se tuvo presente la composición de los grupos familiares que se beneficiarían con esas casas.

Se pensó que el proyecto en sí alcanzaría nuevos objetivos en la meta de cubrir la deficiencia habitacional que existía en Santo Domingo. Se observa en estas urbanizaciones que las técnicas empleadas son el producto de una verdadera conciencia urbanística y arquitectónica, ajustada a los lineamientos exigidos por nuestra legislación sobre viviendas y urbanismo.

De lo expuesto resulta bien claro cuál sería la influencia social de este proyecto en la vida familiar de los beneficiados, pues el gobierno dominicano buscaba algo más que facilitar una casa; se deseaba reforzar la participación de esas personas marginadas en grupos sociales que comprendan sus problemas comunes.

Renovación Urbana período 1986-1988

El alto índice de natalidad y Ia falta de una adecuada planificación familiar provocaron un crecimiento alarmante de la población de Santo Domingo, en especial durante los últimos años. Uno de los factores que incide directamente en el crecimiento de Santo Domingo es que diariamente nacen más de 300 niños, según las estimaciones para entonces.

La natalidad es uno de los problemas básicos para la ciudad, pues el volumen de habitantes crece de tal manera que cada día agrava más los problemas de hacinamiento, en especial en los barrios marginados.

Durante el período comprendido entre la fundación de Santo Domingo hasta el año 1990, el número de habitantes era apenas 12 mil personas, que estaban concentrados en un área de 0.7 kilómetros cuadrados.

Ya en el año 1920 ese número se elevó a 50 mil habitantes: en 1930 era de 57 mil 700 personas y durante los 30 años de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, Ia población se elevó a 369 mil 980 habitantes.

Durante los cinco años siguientes a la caída de Trujillo, la población se incrementó a 476 mil personas; durante los primeros doce años del presidente Joaquín Balaguer, Santo Domingo vio crecer su población a 1,112.171 habitantes.

Para 1991, Santo Domingo tenía una población que se acercaba a los dos millones de habitantes y con un promedio de crecimiento que oscilaba entre las 50 mil y 75 mil personas al año.

Plan Regulador

En 1955 se realizó un Plan Regulador. Ni ese ni otros se han cumplido; es mejor actuar sin un plan que no actuar y permitir que la ciudad se convierta en un gran arrabal.

A la muerte de Trujillo, el límite de la ciudad era la Abraham Lincoln; se pensaba en Villa Mella como una futura ciudad satélite. Sin embargo, la ciudad creció desproporcionalmente hacia Villa Mella y al oeste, convirtiendo en centro de la ciudad a los barrios de la parte norte. En vista del crecimiento poblacional de Santo Domingo, fue una necesidad el utilizar las viviendas multifamiliares.

Este sistema de construcción se implementó durante el período 1966-1978, pese a que el primer intento fue en 1959 con un proyecto realizado por el ingeniero Leopoldo Espaillat Nanita.

Para enfrentar el crecimiento poblacional que experimentaba Santo Domingo, las viviendas multifamiliares fueron la respuesta más adecuada y es la que se ha implementado en las grandes ciudades del mundo. Los ingenieros dominicanos no tenían formación académica para este tipo de construcciones, por lo que tuvieron que ir aprendiendo sobre la práctica. Al finalizar el período de los doce años, la ciudad tenía un millón cien mil habitantes, con más de 100 kilómetros cuadrados, y ocho años más tarde tenía cerca del doble de esa población y de ese tamaño. En este período la ciudad creció seiscientos mil habitantes. Esta cantidad de personas habrían requerido inversiones en la infraestructura urbana, similares a las de los doce años, para acoger ese aumento. Sin embargo, no se hizo nada significativo para paliar ese déficit.

El enorme reto que suponía encarar un problema de esa magnitud no arredró al Presidente, que lo acometió, con decisión y firmeza, contra vientos y mareas, sin importarle las críticas interesadas, para lograr sus metas, con estricto apego a las disponibilidades económicas del erario público.

Haciendo honra a la frase de José Martí: “La mejor forma de decir es hacer”.

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Av. Jiménez Moya, Matahambre, 1967

La urbanización situada en la Av. Jiménez Moya esquina Av. Independencia, constituye un proyecto piloto compuesto de edificios multifamiliares y casas individuales de distintos tipos y áreas. Consta además de un parque infantil, centro comunal, escuela, dispensario médico y canchas deportivas.

Tiene 13 edificios multifamiliares con 132 apartamentos y cuatro salones comerciales, más 60 casas unifamiliares.

El edificio tipo X tiene 3 plantas, 12 apartamentos de 75 m 2, con sala, comedor, 3 dormitorios, baño, cocina y balcón.

El edificio tipo T con módulos tipo A frente a la Av. Enríque Jiménez Moya. Este edificio consta de 9 viviendas y dos salones comerciales en la primera planta. Cada apartamento tiene un área de 100 m 2, y consta de sala, comedor, 3 dormitorios, baño, cocina y balcón. También forma parte del conjunto, el edificio tipo H con las mismas características, de tres y de cuatro plantas.

El costo total del proyecto fue de RD$ 740,385.75.

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Planta arquitectónica tipo A Elevación Elevación
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Planta arquitectónica tipo 2do - 3er nivel Planta arquitectónica 1er nivel - Salones comerciales Plano de conjunto av. Jimenez Moya - Proyecto Mata Hambre
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© Gustavo José Moré © Gustavo José Moré

Los Guandules, Av. Francisco del Rosario Sánchez, 1968

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Villa Duarte, 1968

Lo interesante de Villa Duarte fue el cruce puente, resultando unos edificios muy bonitos.

Una cadena de edificios en calle real de Villa Duarte que le pasaban por arriba la 25 de febrero. La integración de la 25 de febrero se hizo a través de una rotonda, resultando los edificios curvos que le gustaron mucho al presidente.

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Es una vía que cruza la capital de este a oeste, y al mismo tiempo comunica todos sus barrios y zonas principales, así como también enlaza a otras regiones del país. Se realizó con una planificación cuidadosa, una acción coordinada, perseverancia y tenacidad poco comunes, aparte de una construcción que debió vencer múltiples y complejos problemas, para ser llevada a la realidad.

En el tramo de la avenida 27 de Febrero que empalma con la avenida de las Américas, desde la avenida Presidente Ríos hasta el Puente Duarte, hubo que movilizar más de 400 familias, 32 bufetes profesionales, docenas de tiendas y negocios, operación que se hizo con estricto apego a las normas y a evitar injusticias impidiendo que cada quien quisiera realizar su deseo, al movilizarlo para iniciar las demoliciones necesarias y darle paso a la vía. Una verdadera cirugía urbana con resultados extraordinarios, coordinada para que los servicios de la ciudad no se alteraran, y asi construir la obra sin entorpecer el desenvolvimiento del tráfico de la ciudad. Todo se logró y la calidad de la obra final puede sentirse al pasar de los años después de su inauguración, funcionando sin ningun tipo de problema. Esa obra, cuyo costo se paga anualmente por la reducción en el recorrido de los automóviles, y por las facilidades y ordenamiento que aporta para la vialidad de Santo Domingo, es una espina dorsal que no se puede valorar. Hoy día su costo hubiera sido muy superior.

Fueron construidos edificios mixtos para reubicar familias, oficinas y comercios para dar paso al empalme de las avenidas. La tipología asumida fue de:

- 1er piso comercios

- 2do piso oficinas

- 3ro, 4to y 5to viviendas

En alguna parte he oído decir que todo lo que se dice queda como verdad si no se desmiente. A veces se trata de cosas tan obvias, que entendemos tan claras, que se resiste uno a abordar un tema que nos parece irrelevante.

Tal es el caso de los orígenes de La Veintisiete, su trazado y construcción.

Hace muchos años recibí la visita de unos estudiantes de arquitectura y urbanismo, que deseaban conocer algunos datos de esta obra. Por la conversación que sostuvimos me enteré:

1ero.- Que ellos aceptaban como válida la tesis de que el trazado de la avenida obedecía a propósitos militares, antisubversivos; y 2do.— Que los edificios construidos en esta avenida tipo pantalla, se diseñaron con el objetivo de crear un escenario falso y esconder la pobreza que había detrás.

Conozco los orígenes de La Veintisiete desde su conceptualización inicial en el BHD 1961 por parte del Presidente Balaguer, cuando ordenó ejecutar el

primer tramo sobre la pista este—oeste del aeropuerto General Andrews, hasta la ejecución de los tres tramos siguientes, comprendidos entre la Tiradentes y la Isabel Aguiar, Presidente Ríos y el Puente Juan Pablo Duarte y entre la Isabel Aguiar y la Autopista Duarte a finales del 1978.

La historia de La Veintisiete se puede desglosar en cuatro partes:

El Tramo I: Comprendido entre la Ave. Máximo Gómez y la Ave. Tiradentes, que aprovechó la pista del aeropuerto General Andrews (el Presidente Balaguer había determinado que se construyera un gran parque en junio del 1961), por ser más económico y expedito aprovechar la pista de aterrizaje.

Tramo II: En 1966 el Presidente decidió prolongar La Veintisiete hacia el oeste hasta la Isabel Aguiar. Debe recordarse que en esa fecha solo existía un acceso pavimentado, cuyo destino hacia el oeste era el Colegio Carol Morgan, y que el farallón había sido ocupado por construcciones de alguna importancia. Al mismo tiempo el Presidente Balaguer consideraba la prolongación de la Ave. George Washington, lo que es hoy la Ave. del Puerto, la prolongación de la Ave. Kennedy hasta la Vicente Noble y la Prolongación de La Veintisiete como alternativas para establecer un eje este-oeste en la ciudad, que facilitara un corredor de tráfico organizado para la misma.

Tramo III: Desde que el Presidente conceptualizó este tramo hasta que lo ejecutó transcurrieron siete años; porque estableció comparaciones económicas y de factibilidad para su ejecución entre la prolongación de la Ave. George Washington, la Ave. Kennedy y La Veintisiete, que fue la que finalmente eligió.

El Tramo IV: Empalmaba La Veintisiete desde la Isabel Aguiar hasta la Autopista Duarte, pasando por Manoguayabo.

En cierta oportunidad pronuncié una charla ante arquitectos y urbanistas explicando todo esto, y al terminar la misma, uno de los jóvenes asistentes me hizo llegar un dibujo que había realizado mientras yo hablaba, donde destacaba la ubicación de las instalaciones militares: Aeropuerto San Isidro, Base Sans Soucí, Policía Nacional, Embajada Americana, Secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas, etc. expresando así, que él creía también en la motivación militar como finalidad de la construcción de esta importante obra, a pesar de mis explicaciones.

Somos un pueblo de poca memoria, y a veces ingenuos para creer algunas cosas, sobre todo si se nos presentan con matices políticos que nos resulten convincentes. Es verdad que La Veintisiete pasa cerca de esas instalaciones, edificios y cuarteles mencionados, pero por encima de todo, es una vía que empalma con dos carreteras tan importantes como la Duarte y la Autopista de Las Américas, que van a otras ciudades.

72 Av. 27 de Febrero, 1975
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Plazoleta de la Independencia, 1975-1978

Plazoleta de grandes dimensiones que define un espacio icónico en el eje de La Veintisiete, en la intersección con la avenida Luperón, como eje norte sur. Los edificios en su entorno fueron creados para ubicar oficinas públicas y producir un contexto a la Plaza de la Bandera.Cada edificio costó $300,000.00 a excepción del de Fomento que costó cuatrocientos mil, porque tenía cuatro pisos. Los edificios realizados fueron: La Junta Central Electoral, INESPRE, la Corporación de Fomento, la Secretaría de las Fuerzas Armadas. Hoy aloja al Tribunal Constritucional.

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Desarrabalización, renovación y vialidad Honduras, 1969

El proyecto de Honduras era una urbanización nueva, realizada dentro de los terrenos que ocupaba el Escuadrón de Caballería de la Policía Nacional. Con un área de 300,000 mts2 fue planeado para ubicar 1,000 familias. El proyecto consta de edificios multifamiliares, casas dúplex y casas unifamiliares de distintos tipos y tamaños, escuela, iglesia, oficinas, parques, salones comerciales, áreas recreativas y deportivas.

Su ubicación urbana relacionada con la urbanización de la avenida Jiménez Moya y Matahambre, por las avenidas Independencia, Correa y Cidrón y José Contreras, dio continuidad y renovó un sector de un kilómetro cuadrado de la ciudad.

El sector Honduras del Este fue inaugurado en fecha 21 de julio del 1963 con la entrega de 288 viviendas y 2 salones comerciales a personas de escasos recursos económicos y familias desalojadas de Matahambre. Las viviendas unifamiliares constan de sala-comedor, tres dormitorios, cocina, baño, closets, galería, terraza y marquesina. Consta además de:

El edificio tipo X con módulo especial de 2 plantas y 4 apartamentos de 100 metros cuadrados de área cada uno.

45 edificios multifamiliares.

176 casas dúplex y unifamiliares.

696 viviendas construidas y en construcción.

El costo total del proyecto fue RD$ 2, 613,824.83. Este proyecto incluyo el diseño y la construcción del Mercado de Honduras.

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Loma del Chivo, 1969

En el terreno de la Loma del Chivo se destruyeron 80 casuchas y se construyeron terrazas, para edificar las obras escalonadas en el borde de la loma. Los taludes de las terrazas están forrados con piedras y jardines, acompañados de aceras y escalinatas.

Descripción del proyecto: 66 apartamentos y 3 salones comerciales. Costo total del proyecto: RD$263,810.62.

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Villa Estela, Barahona, 1970

En Barahona se incorporó el trazado urbano de la ciudad a la barriada arrabalizada de Villa Estela, por medio de la Avenida Luperón. Las casuchas fueron destruidas y en su lugar fueron levantados nuevos edificios multifamiliares y casas unifamiliares. Los edificios de tres y cuatro plantas fueron localizados frente a la avenida Luperón y el edificio tipo T en esquina, de 9 apartamentos y 3 salones comerciales.

Fueron ejecutados:

17 edificios multifamiliares

67 casas dúplex y unifamiliares con un total de 245 viviendas, 14 salones comerciales, parques, avenidas y calles. Costo total del proyecto RD$ 1,283,664.14.

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Los Minas, 1968

El 12 de mayo de 1968 se entregó un total de 124 casas a los habitantes del barrio San Lorenzo de Los Minas, quienes antes vivían en casas destartaladas del mismo sector. La obra correspondió a la primera etapa de un proyecto inspirado en la transformación del sector, el cual incluía 14 edificios de dos plantas, tipo viviendas medias, 34 casas dúplex, dos tipos C y una tipo especial; tres salones comerciales y un parque infantil.

Los edificios de dos plantas constaban de cuatro viviendas medianas. Tenían salacomedor, cocina, baño, lavadero, tres dormitorios y espacios para closets. El área de cada vivienda era de 70 metros cuadrados y el costo por edificio ascendió a RD$12,746.97.

Las casas dúplex constaban de dos viviendas, con sala-comedor, cocina, tres dormitorios y galería. Cada vivienda tenía una área de 45 metros cuadrados a un costo de RD$ 3, 604.19.

Las casas tipo “C” estaban localizadas en un área de 60 metros cuadrados y constaban de los mismos apartamentos que las primeras. Su costo fue de RD$2,327.77. La condición en la que vivían los residentes de Los Minas era pésima y carecían de los principales servicios públicos que una familia necesita.

La foto muestra una vista parcial del proyecto habitacional en Los Minas, donde se observa el parque infantil dotado de juegos para los niños.

Los Minas (Segunda etapa)

La segunda etapa del proyecto de viviendas fue inaugurado el 15 de diciembre de 1968, en el mismo sector de Los Minas, en donde se entregó las llaves de las residencias a 86 familias de escasos recursos económicos.

Las casas entregadas, fueron dos edificios de tres plantas cada uno, para 22 familias, y 52 edificios de diversos tipos para 64 familias. Además de dos edificaciones comerciales. Las viviendas eran tipo B, C, L y dúplex.

Para las viviendas unifamiliares se usaron dos tipos de casas: planta casa tipo B de unos 57 metros cuadrados y planta casa tipo C de unos 70 metros cuadrados. Ambas constan de tres dormitorios, sala- comedor, cocina y baño, agregando unos armarios o closets en la más grande.

Fueron ejecutados:

16 edificios multifamiliares

90 casas unifamiliares y dúplex

Un total de 209 viviendas, 5 salones comerciales y un parque infantil Costo total del proyecto RD$ 607,008.72.

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Es un proyecto privado de un edificio de apartamentos para alquiler.

Su construcción empezó en 1955 y a través de los años ha tenido varias remodelaciones con un diseño arquitectónico que le ha permitido mantenerse vigente hasta hoy.

Consta de salones comerciales y para oficinas en la primera planta y nueve apartamentos distribuidos en cuatro niveles superiores: dos estudios de una habitación (70 mt 2), y luego otros de dos y tres habitaciones (110 y 165 mt 2).

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Heralva, 1955
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Edificio ARAH

Primer aparthotel en Santo Domingo (6 niveles, 30 apartamentos) Ubicado en la avenida 27 de Febrero en el tramo entre las avenidas Abraham Lincoln y Winston Churchill. Se caracterizaba por el uso innovador de bloques de ladrillo vistos en los balcones que contrastaba con paños de cemento color blanco.

Su área total de construcción era de 2,700 mts2 dentro de un solar de 1,220 mts2 y tenía un solar anexo de 1,000 mts2

La planta baja constaba de dos locales comerciales de 175 mts2 cada uno.

Los apartamentos estaban repartidos de la siguiente manera:

6 apartamentos de 79.12 mt2 de 2 habitaciones

3 apartamentos de 81.22 mts2 (2 habitaciones)

6 apartamentos de 58.17 mts2 de 1 habitación

3 apartamentos de 69.47 mts2 (1 habitación)

4 penthouse tipo loft de 102.14 mt2

4 estudios de 90.89 mt2 con terraza.

4 estudios de 30 mt2

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Casiohogar

Existe una larga historia en el mundo de la construcción de viviendas. Con la Casa Domo, de Módulos y Cúpula Geodésica, (esta última ampliamente difundida por el reconocido Ing. Buckminster Fuller y aprobada como “la estructura más resistente que se conoce a la presión interna y externa”). Se han obtenido muchas realizaciones.

Ha sido, pues, basados en los datos conocidos de esos tipos de construcciones, que emprendimos una larga tarea de ensayos, cálculos, estudios de materiales en distintas fórmulas y diferentes armaduras. Consecuentemente, CASIOGAR no pretende ser la materialización absoluta de un ideal jamás soñado por el hombre.

CASIOGAR, más que una forma de construcción convencional, es un novedoso sistema arquitectónico que combina la sólida estructura de las cúpulas geodésicas con un hormigón especial cuya composición se ha obtenido a través de la experiencia de muchos años practicada por un personal capacitado y entrenado técnicamente.

El resultado ha sido la obtención de un logro que confirma nuestro objetivo original de alcanzar un sistema aplicable a múltiples usos con ciertas características extraordinarias: en viviendas confortables, cabañas vacacionales, terrazas, oficinas, anexos, etc.

De ahí que nuestra patente de invención tenga más propiedad en este sentido que en lo referente al aspecto de terminación, aunque esta última también difiere mucho de los acabados con intenciones similares.

Por su forma de polígono, la cúpula geodésica utilizada como techo, facilita la construcción poligonal hasta la base de cada sección produciendo un aspecto original y pintoresco que se agrega a las demás ventajas del Sistema CASIOGAR, como lo es la sensación de amplitud espacial que se percibe en su interior.

CASIOGAR, pues, no es una vivienda típica, es un sistema nuevo .

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Sección Dibujo Modelo dos niveles Esquema Elevación modelo I Planta arquitectónica modelo I Planta arquitectónica modelo II Planta arquitectónica modelo A Elevación modelo II Esquema Esquema Esquema Sección
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Jornada extra II El Caliche, 1986

El proyecto El Caliche consiste en 105 apartamentos del tipo HCH, realizados para reubicar familias que fueron afectadas por la construcción de la Avenida Paseo de Los Reyes Católicos. Este asentamiento fue posible gracias al aprovechamiento de una meseta situada enfrente del Jardín Zoológico, que fue utilizada para la edificación de 7 módulos de 5 pisos, de bloques y hormigón armado. Facilitaron el alojamiento definitivo de 105 familias de la zona, a quienes se les prometió reubicarlos en el lugar.

Cada apartamento de 67 metros cuadrados tiene tres dormitorios, sala, comedor, baño, cocina y balcón, dotados de muy buena ventilación, y de un magnífico emplazamiento que le permite disfrutar de espléndidas vistas.

Las obras además incluyeron muro de contención, encaches de piedra para proteger los taludes, escaleras de acceso, pozos sépticos y filtrantes, cisternas y bombas para el abastecimiento de agua.

Este proyecto tuvo un valor aproximado de RD$7,576,221.99.

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Parque del Este Los Mameyes, 1987

Esta obra es un asentamiento humano que en su primera etapa acogió 1,400 familias, con un total de 10,000 personas aproximadamente. Fue la primera etapa de la movilización de familias necesaria para realizar el reordenamiento territorial urbano y paisajístico del entorno de Parque del Este. La obra ocupa el centro de un área que está limitada al norte por la Av. 25 de Febrero, al sur por la Av. España y el litoral del mar Caribe, al oeste por la calle Real de Villa Duarte y al este por el ensanche Isabelita. En esa área se inauguraron dos asentamientos: “Los Farallones” y “Parque del Este el Pensador”, así como los importantes edificios situados en la Av. del Faro bordeando el barrio “Maquiteria” y las importantes avenidas 26 de Enero y Eduardo Brito.

El proyecto está resuelto en un terreno de 150,000 m 2 de los cuales se han reservaron 50,000 m 2, un 30% del total para la ubicación de las viviendas provisionales (barracones).

La obra se compone de 61 edificios, 37 tipo “Y”, 10 tipo “PE” y 14 tipo “P”, con un total de 1,410 apartamentos para viviendas y 184 Salones comerciales, que satisfacieron todos los compromisos contraídos con los moradores del sector que han sido afectados por el reordenamiento.

Las obras contribuyeron a mejorar el entorno del Parque del Este desde el punto de vista urbanístico (mejoramiento de la vialidad y de los servicios), y al mismo tiempo constituyen una infraestructura de extraordinario valor para la zona que es turística por naturaleza, para su desarrollo en el futuro inmediato por disponer de grandes áreas sin edificar por su proximidad al litoral Caribe, por la Playa Sans Souci , por el Muelle Turístico de la ciudad, por el Acuario Nacional, por el Parque del Este, por el Parque de los Tres Ojos, y finalmente por el Faro a Colón, monumento impresionante, que es una de las más importantes atracciones turísticas de todo el país.

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Elevación edificio tipo Y

Sección edificio tipo Y

Elevación edificio tipo Y

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Elevación frontal

Elevación posterior

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Sección

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Puerto Isabela (Hoyo de Chulín), 1987

Cuando se inauguró Puerto Isabela y se entregaron los 600 apartamentos a las personas movilizadas del Hoyo de Chulín, ese hecho tuvo repercusiones en todos los medios de comunicación.

Puerto Isabela fue el primer paso para la realización de la avenida de circunvalación interna que atraviesa los barrios de la parte alta de la ciudad, comprendidos entre el Jardín Zoológico y el Mercado Nuevo, cuya realización hizo necesario canalizar las aguas de tres cañadas importantes (Goya, Hoyo de Chulín y La Zurza) y la movilización de dos mil familias aproximadamente, que habitaban en viviendas temerarias o suicidas, alojándolas provisionalmente en barracones y finalmente trasladándolas a viviendas definitivas.

El proyecto consiste en 15 edificios tipo H-CH con 560 apartamentos y 40 salones comerciales, una iglesia con aproximadamente (300 mt 2), con salones parroquiales, centro comunal con oficinas para el Consejo Comunal-, farmacia Promese, biblioteca, dispensario médico, oficina de Bienes Nacionales, biblioteca, mercado, canchas deportivas, zonas verdes, alumbrado, acueducto, desagüe sanitario y además 1,147.5 mt 2 de calles, conformados de la siguiente manera: Guayacán, Yarey, Caimito, Jagua, Caoba, La Ceiba, Los Almaceyes y Copey, a todas éstas se agrega la Avenida Paseo de Los Reyes Católicos.

Costo del proyecto:

Calles: RD$ 1,256,306.59

Abastecimiento de agua potable: RD$ 1,422,551.77

Red de distribución eléctrica: RD$ 2,582,800.6O

Alcantarillado sanitario RD$ 1,188,195.69

Edificios: RD$ 15,220,330.98

Centro comunal: RD$ 211,749.63

Mercado de oportunidades: RD$ 18,639.54

Iglesia: RD$ 253,416.47

Canchas: RD$ 38,000.00

Costo total: RD$ 22, 191,991.27

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Perspectiva y elevaciones frontal y lateral Elevaciones y secciones
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Av. Paseo de los Reyes Católicos, 1977

En el año 1977 se dispuso la construcción de la Avenida de Circunvalación Interior que se proponía empalmar la Avenida Luperón desde el paso a dos niveles (trébol de 4 hojas) que existe en el Km.9 de la Autopista Duarte, con la Avenida Duarte, que atraviesa el barrio de Villa Francisca y penetra en la Zona Colonial.

La construcción de esta vía establecía un circuito vial que intercomunicaba sectores industriales y comerciales, con áreas verdes, zonas residenciales, establecimientos de salud y públicos, y al mismo tiempo produciría el descongestionamiento de vías como la Avenida de Los Mártires, la Nicolás de Ovando y la Pedro Livio Cedeño.

La Avenida de Circunvalación Interior es doble vía con 22 metros de ancho promedio, con isleta central de 2 metros, y cuatro carriles pavimentados de 3.25 metros cada uno, y aceras laterales de 2.50 metros. La longitud del primer tramo construido fue de 2.6 kilómetros, que iban desde el puente del Zoológico hasta el Mercado Nuevo, y se completó con 2 kilómetros más, circunvalando el mercado entre la Respaldo María Montés, Avenida de Los Mártires y Avenida Duarte, por el extremo Este de la avenida, y otro kilómetro adicional desde el puente del Zoológico hasta la rotonda de Camino Chiquito en Arroyo Hondo. Con estos adicionales la longitud total es de 4.688 kilómetros.

La vía puede ponderarse principalmente en 5 aspectos

1. Es una colectora de tráfico

2 y 3. Interrelación de sectores y barrios

4. Desarrabalización, rescate de terrenos, y dotación de servicios

5. Una obra para presente y el futuro

Constructores

Secretaria de Estado de Obras Públicas y Comunicaciones

lng. José Espaillat Urbanizaciones Nacionales, C. x A. Construger y/o Ing. Agustín Germán Ing. Eladio Victoria y/o asfaltos del Caribe

Valor: RD$57,866.677.80

Longitud: 7.3 Kms.

Carpeta Asfáltica: 2” y 3” de espesor

Ancho asfáltico: l8.40Mts. y 6.85Mts. C/carril

Proyecto Paseo de los Reyes Católicos

áreas que resultaron después de construirse la via. El proyecto vino a constituir una medida preventiva porque ocupó los terrenos de una forma adecuada, contribuyendo al ornato de la avenida y a su preservación futura.

Los edificios están distribuidos de la siguiente forma:

Seis edificios Tipo M-B frente a la planicie africana del Jardín Zoológico, con vistas hacia el río Isabela y su cuenca hidrográfica.

Dos edificios Tipo B-1 en El Caliche.

Dos edificios B-1 en los antiguos terrenos de la Fábrica de Tuberías y Materiales Plásticos

Dos edificios frente al Proyecto Puerto Isabela, Dos más en la parte norte de la avenida.

Los edificios M-B corresponden a clase media baja, constan de cuatro apartamentos con tres dormitorios, sala-comedor, balcón, baño y cocina. Tienen pisos de granito y azulejos en los baños, además closets en dos dormitorios, gabinetes en las cocinas, y lavaderos aparte. El área total de cada apartamento es de 94.99 m 2, y el costo por apartamento fue de RD$240,962.85 Estos apartamentos suman veinticuatro.

El apartamento Tipo B-1 para personas de bajos ingresos, consta de tres dormitorios, sala-comedor, baño, balcón y cocina. Tiene pisos de granito y un área de 94,33 m2; el costo por apartamento ascendió a la suma de RD$193,141.10. En el proyecto existen 32 apartamentos de este tipo, de los cuales se entregaron 30. De los dos restantes, uno es para el Destacamento de la Policía Nacional, y el otro para la Sociedad para el Desarrollo de El Caliche (SODECA). El costo de la instalación eléctrica asciende a RD$527,497.69. Los servicios de agua potable tuvieron un valor de RD$416,632.15.

Las obras complementarias en las áreas exteriores tienen un valor de RD$865,429.

El costo total del proyecto fue de RD$13,773,193.07.

El proyecto habitacional realizado en la Avenida Paseo de Los Reyes Católicos, está compuesto por catorce edificios de dos plantas, con cuatro apartamentos cada uno, y se ha desarrollado a lo largo de la avenida, en el tramo comprendido entre El Caliche y el Proyecto Puerto Isabela, ocupando algunas Planta tipo

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El proyecto La Zurza, situado en la Avenida Máximo Gómez, entre las calles San Juan de la Maguana y la Avenida de Los Mártires, fue el segundo paso (después de Puerto Isabela) en el proceso de reordenamiento urbano que se realizó en Cristo Rey, La Setenta, El Caliche, La Zurza y en los alrededores del Mercado Nuevo.

La gran cañada de La Zurza no tuvo la trágica fama del Hoyo de Chulin, pero las condiciones de vida en ese sector eran tanto o más graves que las de aquel. Aquí se produjo un asentamiento casi irracional en las cañadas y en las laderas de las mismas, en terrenos donde los deslizamientos y derrumbes produjeron numerosas muertes y donde las aguas tenían un nivel de contaminación peligrosa y dañino para la salud.

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La Zurza, 1988
Planta conjunto
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En una extensión de 40,000 mt 2 se construyeron 18 edificios de cuatro pisos con 280 apartamentos y 22 salones comerciales, área de juegos infantiles, zonas verdes, parqueos y accesos, rodeados por una verja preservando su privacidad.

El proyecto habitacional construido en la manzana que ocupaba la Transportación del Ejército Nacional en la avenida Ortega y Gasset esquina Pedro Livio Cedeño, tiene una extensión de 40,000 m2. Es un sitio llano en el cual se preservó la vegetación existente y se construyeron 18 edificios de cuatro pisos, con 280 apartamentos y 22 salones comerciales; área para juegos infantiles; zonas verdes; parqueos y accesos, rodeados por una verja que preserva la privacidad del conjunto realzándolo.

El conjunto está limitado por la avenida Ortega y Gasset al este, Pedro Livio Cedeño al sur, la calle 28 al norte y la calle 37 al oeste. En todo ese perímetro se ha desarrollado una verja ornamental que protege los edificios privacidad de los edificios, dándole un carácter de exclusividad y al mismo tiempo garantizando que las áreas verdes existentes, grama, árboles y arbustos puedan ser mantenidos adecuadamente.

Las entradas tienen muros recubiertos de ladrillos que las destacan, y la altura de la verja ha sido elegida de forma tal que cumple su misión de aislamiento, pero al mismo tiempo armoniza con el conjunto habitacional realzándolo.

La entrada principal situada en la esquina Ortega y Gasset con Pedro Livio Cedeño es la misma antigua entrada de la Transportación, remodelada y actualizada para que armonice con el conjunto habitacional que se construyó en ese sitio.

Conjunto Urbanistico

Este proyecto está ubicado en un sector de características variadas entre el Hipódromo (ahora conjunto Plaza de la Salud), el Barrio de Cristo Rey, la Sociedad Industrial Dominicana, el Hospital Salvador B. Gautier, la cárcel Preventiva del Ensanche La Fé, así como algunas residencias privadas. Esta diversidad en el uso de la tierra nos motivó el concepto de diseño que se realizó, un nuevo patrón en los edificios multifamiliares.

Se ha logrado una alta densidad 450 habitantes / hectárea, manteniendo una gran cantidad de espacios abiertos, jardines, áreas verdes, espacio para juegos infantiles, calles y parqueos. En este conjunto que se integra armoniosamente a la variedad del sector, elevando toda su categoría al representar un modelo que cumple con todos los requisitos para vivir dentro de las normas más exigentes para ese tipo de edificaciones.

El proyecto tiene 351 parqueos, más de uno por apartamento, que sumados a las calles totalizan una área de 11,621 m 2 de calles interiores, y en toda su distribución se ha logrado una privacidad absoluta para cada apartamento, de forma que el vecino más cercano es el que está en el piso superior o inferior, pero en el orden de los linderos laterales la distancia es regularmente mayor de 6 metros de pared a pared.

Esta disposición permite además que el asoleamiento y ventilación de los apartamentos sean óptimos.

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Ortega y Gasset, 1990
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Elevación frontal Planta conjunto Planta
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Cementerio Cristo Salvador, 1992

El moderno cementerio Cristo Salvador, se construyó a Ia altura del kilómetro 18 de la carretera Mella, satisfaciendo una imperiosa necesidad de los habitantes de la parte Oriental de Ia ciudad de Santo Domingo. Esta pujante zona de la capital está integrada por más de 100 urbanizaciones y barrios cuyos moradores demandaban sin ningún tipo de tardanza esta necesaria obra, en vista de que el antiguo cementerio de Los Minas se encontraba completamente Ileno desde hacia tiempo.

Las edificaciones, construcciones y facilidades que forman esta importante obra son las siguientes: La iglesia, de original y hermoso diseño arquitectónico rodeada de áreas verdes y Ia cual tiene en su entrada una bella escultura de Nuestro Señor Jesucristo en Ia Cruz, la que ha sido donada por la firma italiana ARRIGHINI al pueblo dominicano. En su interior se halla un mural de Ia Santísima Trinidad pintado por el artista Camilo Carrau.

El cementerio propiamente dicho está rodeado por una verja ornamental de bloques y hormigón armado con un gran portón monumental. La obra ocupa un área de 716,797 m 2 y tiene una capacidad prevista para 29,505 tumbas y diez módulos de nichos con un total de 840 unidades. Cuenta además con oficinas administrativas; módulos de servicios y una edificación para alojar un destacamento policial. Está dotado de acueducto, iluminación y drenaje pluvial.

El presupuesto de esta obra ascendió a la suma de RD$9, 591,732.90 y su construcción estuvo a cargo de la firma constructora Urbanizaciones Nacionales, C. por A. La supervisión y fiscalización fue responsabilidad de la Secretaria de Estado de Obras Públicas y Comunicaciones. En Ia parte frontal de los terrenos del cementerio se realizaron los trabajos de infraestructura de calles, aceras y contenes para una futura urbanización. El área de este proyecto es de 202,246 m 2

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CONAU: Consejo Nacional de Asuntos Urbanos, 1987

En el año 1987 se creó la Comisión de Asuntos Urbanos que fue un honor presidir, trabajando en una primera etapa en un salón cedido por el Banco Nacional de la Vivienda. Allí se efectuaron coordinaciones entre departamentos del Gobierno Central con el Ayuntamiento del Distrito Nacional, así como con instituciones privadas. Las buenas experiencias obtenidas representaron un camino factible y económico para hacer que los esfuerzos que realizamos para mantener y mejorar nuestra ciudad, resultaran más eficaces.

Luego la Comisión fue ubicada en el edificio de Oficinas Administrativas, situado al norte del Palacio Nacional, logrando coordinaciones efectivas y buenas experiencias con:

El Ayuntamiento del Distrito Nacional, Secretaria de Estado de Obras Públicas y Comunicaciones, Secretario Técnico de la Presidencia, Secretario de lndustria y Comercio, Secretaria de Estado de las Fuerzas Armadas, Instituto Cartográfico Militar

Policía Nacional

Dirección Nacional de Parques, Corporación Dominicana de Electricidad, Corporación de Acueducto y Alcantarillado

Oficina Técnica de Transporte, Comisión Dominicana para la Celebración V Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América.

Representantes del Sector Privado

Compañía Dominicana de Teléfonos

Allí se efectuaron reuniones y trabajos con participación de algunos departamentos oficiales, destacándose el Ayuntamiento del Distrito Nacional, el Instituto Cartográfico Militar, la Comisión Permanente para la Celebración del V Centenario, la Dirección General de Parques, la Secretaria de Obras Públicas, la Corporación Dominicana de Electricidad, la Dirección de Tránsito Terrestre, Transporte Urbano, la Secretaría de Industria y Comercio, La Compañía Dominicana de Teléfonos.

Las metas a corto plazo eran:

A) Contribuir a actualizar el Plan Regulador de la Ciudad que se realizaba en el Ayuntamiento, así como la zonificación de la ciudad.

B) Las coordinaciones para al establecimiento definitivo de corredores urbanos.

C) Estudio de algunos proyectos para mejorar al tránsito de Santo Domingo.

D) Participación en la Campaña de Amor a la Ciudad de Santo Domingo y las labores del Ayuntamiento.

E) Preparación del Proyecto para la preservación de la cuenca del Río Isabela, y el proyecto CEA- Santo Domingo Norte.

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El Cinturón Verde

En la preparación del Plan Regulador que estaba en proceso se destacaron cuatro prioridades:

1) EI medio ambiente.

2) La disposición de las aguas pluviales y servidas.

3) El transporte urbano.

4) La reestructuración barrial.

En todos estos temas se avanzaron en disposiciones -Decretos- a las cuales se les dio seguimiento, desde el Ayuntamiento del Distrito Nacional y la Comisión Nacional de Asuntos Urbanos. Decretos del Poder Ejecutivo que establecían normas relativas a la implementación del proyecto Regulador:

Decreto 155-87: Creación Comisión del Medio Ambiente.

Decreto 312-92: Parque Nacional Mirador del Norte.

Decreto 183-93: Cinturón Verde.

Decreto 76-94: Plan de Acción Coordinadora interinstitucional para la Reestructuración Social, Urbana y Ecológica de los barrios marginados que bordea los ríos Ozama e Isabela.

EI Decreto 183-93 establece el Cinturón Verde para protección ecológica y ambiental. En primer Iugar, estuvo en proceso Ia integración de la oficina y el personal que completó Ia disposición oficial, preparando todo Io relativo a la implementación de esta medida, integrada por planificadores, urbanistas y ecologistas, abogados, ingenieros y arquitectos que participaron en la preparación de este plan para futuro que debia ser un proyecto de todos.

En el Decreto, se ordena Ia creación de un Cinturón Verde que rodea el entorno urbano existente, y establece las regulaciones del uso de la tierra dentro de ese perímetro.

Las motivaciones están encaminadas hacia la preservación del medio ambiente, al mantenimiento de un banco genético de las principales especies forestales, y a la conservación de los ecosistemas forestales, fluviales, y lacustres de la zona.

También considera urgente la preservación del bosque húmedo tropical, existente en el Distrito Nacional, y establece normas para garantizar el control de su ocupación y evitar su degradación y aniquilamiento.

La localización de las áreas comprendidas a Io Iargo de las corrientes fluviales que forman el río Haina y el Arroyo Manzano hasta el río lsabela siguiendo el cauce del lsabela para Ilegar hasta su confluencia con el río Ozama, que nace al norte de la ciudad, extendiéndose entre Sabana Perdida y La Victoria pasando la confluencia con el río lsabela, hasta desembocar en el Mar Caribe.

AI este y desde el norte hasta el sur se proyecta la gran área verde que rodea la base de San lsidro, como regulación militar, pero conveniente desde el punto de vista ambiental, para completar el Cinturón Verde terminando en el parque del litoral, al sur. La longitud de cauce de los ríos que abarca el decreto es de 80 Kilómetros lineales y las áreas afectadas son de aproximadamente 24 Km2, de los cuales 4 Km2 están comprendidos en el Parque Mirador de Norte que se encontraba en etapas de terminación.

En adición a la promulgación y seguimiento que se le dio a este Decreto del Cinturón Verde se ha produjeron avances en las disposiciones complementarias.

l.- Se concretaron los planes para construir una planta de tratamiento para aguas residuales procedentes de los barrios de Ia zona norte.

II.- Se produjo el Decreto 76-94 (23-1) para la “Acción Coordinada interinstitucional para la reestructuración social, urbanas y ecológica de los barrios marginados que bordean los ríos Ozama e lsabela en la ciudad de Santo Domingo.

lll.- Se estableció un fondo para la implementación coordinada de las medidas que estaban en franco proceso.

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Plan Indicativo para el Desarrollo de la Zona Norte, 1987

En 1987 se aprueba el Plan Indicativo para la Zona Norte de Santo Domingo, cuyo objetivo era “identificar y perfeccionar los grandes lineamientos de una política orientada a un desarrollo urbano ordenado a corto plazo (1988-1990), a mediano plazo (hasta fin de siglo) y a largo plazo (hasta 2030) para la ciudad de Santo Domingo”. El término “desalojos” fue utilizado para designar la política de renovación urbana aplicada por el gobierno de Balaguer después de su regreso al poder en 1986. Esta política de reestructuración urbana fue propuesta en el marco del proyecto de construcción de un gran eje vial en la parte norte de la ciudad de Santo Domingo (Avenida de Circunvalación). Este proyecto, a través de la incorporación de las zonas de Sabana Perdida (al este) y de Guarícano (al oeste) propiedad ambas del Estado, debía unir el este y el oeste de la ciudad atravesando la zona norte. Al mismo tiempo debía permitir un aumento de los terrenos en que podría construirse, propiciando una mejor integración de la zona norte, y daría una solución a los problemas del sistema vial de la ciudad, de los servicios y de transporte; permitiría igualmente la creación de espacios verdes, cuyo ambiente sería conservado. Según los argumentos oficiales ese proyecto sería “la ocasión única” de aplicar un plan de desarrollo urbano integral en beneficio de los sectores más pobres de la capital.

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La entrada a la naturaleza en el cinturón verde de la ciudad

El Parque Mirador del Norte es una inmensa área recreativa, establecida en el mismo seno de la naturaleza y en el centro del Cinturón Verde de la Ciudad de Santo Domingo, donde se integran armoniosamente, la creatividad del ingenio humano y la exuberancia del entorno natural.

En realidad, este parque constituye la entrada a la naturaleza a través del Cinturón Verde de la ciudad, y “solamente se han ido colocando cosas para poder valorar el verde que debemos ahorrar para eI futuro”, que es la convicción y lo que le ha transmitido a los constructores el verdadero promotor, el Dr. Joaquín Balaguer.

Ubicación y naturaleza del parque

El Parque Mirador del Norte está ubicado en la margen norte del Río Isabela, a su paso por la parte septentrional de la ciudad de Santo Domingo, entre las Avenidas Máximo Gómez al oriente y Charles De Gaulle al occidente.

Es una amplia franja verde, matizada por colinas y vegas ribereñas, con una extensión superficial de 4 millones de metros cuadrados, entre el Río Isabela y la Avenida Mirador Norte, donde solamente se han realizado intervenciones en una tercera parte del área, para crear las condiciones necesarias que permitan a la ciudadanía el pleno disfrute de la naturaleza en su libre expresión.

Este parque tiene una ubicación privilegiada con relación a la geografía urbana, pues su accesibilidad está facilitada por diferentes vías y a través de avenidas que brindan o hacen conexión con los principales asentamientos humanos de la ciudad de Santo Domingo, y poblados periféricos.

Es una concepción moderna de lo que debe ser un parque urbano de cara a los nuevos tiempos y a las exigencias de una humanidad que paso a paso, va despertando conciencia de que la naturaleza es su verdadera casa.

Biodiversidad es la palabra mágica que mejor resume el contenido del parque: diversidad florística, diversidad faunística, diversidad paisajística, diversidad eco sistémica y diversidad artística.

Bosques y praderas, manglares y humedales, ríos y arroyos, hondonadas y colinas, aves y reptiles, peces y anfibios, senderos y avenidas, miradores y estaciones, lago, monumentos y fuentes, luces y sombras, colores y trinos, para recrear el espíritu, para elevar las ideas, para exaltar la mente, para evadir el estrés, para superar las preocupaciones, para danzar al ritmo de la vida, para acercarse a Dios y crecer por dentro.

Todo este patrimonio natural, artístico y cultural, será para disfrute de todos, adultos y niños.

La expresión de la naturaleza

La naturaleza dentro del Parque Mirador del Norte se expresa con una amplia gama de ecosistemas especiales, entre los que se destacan: el bosque húmedo subtropical, los cursos de agua, los manglares, los humedales y una conformación geomorfológica muy singular, conformada por colinas multiformes, llanuras aluvianales, vegas ribereñas y hondonadas que le permiten al visitante apreciar la arquitectura del paisaje natural, desde los miradores panorámicos; descansar debajo de las catedrales verdes en terrazas y paradores especiales colocados al amparo de las sombras de los árboles de amplia corona; o navegar en el lago de la Yaguaza.

La recreación y el deporte son esenciales para la salud; y la salud es imprescindible para la vida. Son aspiraciones legítimas del ser humano en el devenir de los tiempos.

Ordenamiento espacial

Estos criterios fueron los que primaron entre los arquitectos e ingenieros que concibieron esta obra y así la plasmaron en este espacio natural, uno de los más privilegiados por la naturaleza dentro del Cinturón Verde. En este sentido, todas las intervenciones realizadas se sustentan en una adecuada ordenación del espacio, atendiendo a la ubicación de los principales ecosistemas y los lugares donde se deberían colocar infraestructuras de apoyo para la recreación, de tal manera que se pudiera conjugar dos factores fundamentales la máxima protección de la naturaleza, con el pleno disfrute de los visitantes.

De esta manera, toda la superficie del parque ha sido dividida en tres sectores principales: Este, Centro y Oeste, cada uno con ambientes y recursos naturales particulares y obras de ingeniería, artísticas y de servicios, orientadas al uso público y con la debida señalización, para que los visitantes tengan todas las facilidades posibles, y no poner una frontera entre sus sentidos y la naturaleza, la cual debe ser respetada y cuidada por todo aquel que llegue al parque, con el mismo celo con que ha sido preservada hasta el presente.

Esta es la mejor garantía que podemos ofrecerle a nuestros hijos y a las generaciones futuras, que tienen el mismo derecho que nosotros y que son los verdaderos dueños de la tierra y de todas las riquezas que hay en ella.

Infraestructuras y servicios a) Zona Este

El Parque Mirador del Norte se abre al visitante con una primera unidad recreativa que cuenta con las siguientes facilidades:

1.- Una plaza-jardín, adornado con plantas ornamentales, el símbolo universal del deporte, la estatua de un espartano lanzando un disco, todo alrededor de la sombra del árbol central.

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PNMN, Parque Mirador Norte,

2.- Dos canchas de basquetbol para la práctica del deporte más popular entre los jóvenes de nuestros barrios.

3.- Terrazas, bancos, baños y cafetería.

4.- Un sendero-mirador que bordea la cima de la colina y que le permite al visitante apreciar las cuencas visuales que se abren hacia los humedales del Isabela y las Cañadas hermosamente forestadas que descienden desde las inmediaciones de la colina que nos acoge en su meseta.

5.- La naturaleza se engalana además con la Caoba el Memiso, el Campeche, y el Córbano entre otros árboles que se destacan para llamar nuestra atención.

En la segunda unidad recreativa de la Zona Este es donde más recursos y facilidades de esparcimiento encuentra el visitante:

1.- La Exaltación a la Naturaleza, obra artística extraordinaria, con detalles y elementos que simbolizan todo el contenido del parque, delicadamente realizada con piedras, mosaicos y cerámica por la artista Marianela Morales.

2.- Panel a la Biodiversidad que atesora el parque, el cual se levanta imponente entre fuentes de agua en la parte nororiental de la primera colina que encontramos.

3.- Juegos infantiles a la sombra de árboles típicos del parque y en medio de una alfombra verde de gramíneas.

4.- Conjunto de módulos destinados a la administración, mantenimiento y a la vigilancia de la zona.

5.- Plazas y terrazas habilitadas con bancos para el descanso y la contemplación.

6.- Cafetería y baños, dos servicios esenciales que todo el tiempo están hábiles para la mayor comodidad del visitante.

7.- En medio de la pradera y como una exaltación o un reconocimiento a la primera institución humana establecida en la tierra, encontramos el “Monumento a la Familia”.

8.- Paseos peatonales.

9.- Sendero de la Ribera que va directamente desde la entrada hasta el Muelle del río Isabela, para abordar cualquier embarcación.

10.- Sendero que recorre todo el pie de monte de las colinas de la Zona Este, alrededor de los humedales más grandes del parque: Isabela y la Yaguaza, construido especialmente para los que les gusta pasear en bicicletas.

11.- La naturaleza nos habla de la Javilla Criolla, la Gina, Framboyán, Almendra, Higo, Samán y Anacahuitas, entre otros.

En la tercera unidad recreativa de la Zona Este del Parque encontramos una colina bifurcada y muy singular, con vistas extraordinarias que se pueden apreciar desde las facilidades.

1.- Terrazas abiertas debajo de los árboles.

2.- Terrazas techadas.

3.- Senderos peatonales.

4.- Un restaurante a dos niveles con terrazas, que brinda una vista hermosísima del Lago La Yaguaza y de las colinas circundantes, también hermosamente forestadas con especies nativas y endémicas.

Por último, la zona Este u oriental concluye con el Lago La Yaguaza, una obra de extraordinaria belleza que rodea una colina que conserva su floresta natural.

Este espejo de agua para navegar a remos ha sido adecuadamente habilitado con muelles especiales para tomar los botes o pequeñas embarcaciones y un puente, para que el cruce del lago no sólo se haga con la mente.

b) Zona Central

La parte céntrica del parque ha sido destinada fundamentalmente a las unidades de Administración y Seguridad.

La administración principal dispone de sala de conferencia, educativa y de orientación para el público que demande este tipo de servicio.

Como unidad cultural, en los alrededores de la Plaza Principal, hermosamente acondicionada y donde se levanta imponente el monumento Alegría de Vivir, también se construyeron juegos infantiles para la sana recreación de los niños.

Aislada y en la cima de una colina contigua, se levanta otra obra de arte muy singular y de gran transcendencia. Se trata del Monumento al Trabajo. A su alrededor, un sendero peatonal permite al visitante recrear su vista con la exuberancia del bosque tropical que rodea el entorno.

Toda esta zona céntrica conserva su naturaleza prácticamente intacta, pero como base para la restauración de las pequeñas áreas que han sido perturbadas, también se ha construido un vivero de plantas nativas, para nunca violentar la naturaleza de los ecosistemas existentes.

c) Zona Oeste

La zona Oeste del parque tiene como atracción principal la Plaza Los Casabitos, que resalta los valores de la cultura de nuestros aborígenes y las riquezas de sus expresiones culturales. Varias esculturas, representando escenas o dramas especiales, sirven de entrada al sendero que conduce a los módulos administrativos.

También se levanta en el borde nororiental de la colina principal, el Monumento a las Aves, esta vez, el elemento que se destaca son las aves. Este monumento también está acompañado de fuentes de agua y de luces que por las noches crean un ambiente muy singular para el deleite de los visitantes. Como en todas las instalaciones principales del parque, esta zona también dispone de terrazas, baños, senderos, miradores, parqueos y juegos infantiles.

El logotipo

El Logotipo del Parque Mirador del Norte, consiste en la silueta de un árbol con follaje visto “en planta” (desde arriba) con tres tonalidades de verde, en diferentes niveles, con los bordes terminados en forma tal que transmiten una idea dinámica. “El verde presente hacia el futuro”. En su simplicidad se encierra un mensaje de gran fuerza y contenido. La naturaleza expuesta en tres diferentes planos, considerada como un bien mayor, un capital de inestimable valor que debemos conservar y promover.

Exhortación final

El Parque Nacional Mirador del Norte es un espacio donde la naturaleza es pródiga; proporciona oportunidades para el disfrute y la meditación, así como para el estudio de nuestra flora y nuestros suelos. Tiene importancia fundamental para la ambientación ecológica dentro de la zonificación de la ciudad y constituye una “fábrica de aire puro” para beneficio de Santo Domingo, cuidando su integridad y velando por su mantenimiento recibiremos los beneficios de su naturaleza imponente.

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Parque Nacional Mirador Norte

Características fundamentales e influencia ambiental y ecológica de esta Obra.

1.- Medio ambiente y preservación de recursos naturales

El Parque Nacional Mirador del Norte influirá en todo el medio urbano, preservando nuestros recursos naturales y produciendo efectos ambientales positivos.

Ubicado en el centro del Cinturón Verde de Santo Domingo, es un bastión enclavado en esta muralla ecológica. Este territorio tiene suaves colinas, hondonadas pantanosas y una red de riachuelos y cañadas en toda la extensión que lo compone.

II.- Recreación y deporte

El Parque cuenta con facilidades para la recreación activa y pasiva, así como para los deportes, básquetbol, trote, tenis, etc. Recreación y deporte son esenciales para la salud y la vida.

III.- Banco genético, extensión cultural y formación ecológica

La flora del Parque incluye zonas de vegetación primaria, verdaderos bancos genéticos propicios al estudio y al interés científico. El Parque estará orientado hacia la difusión de una profunda y verdadera conciencia ecológica por parte de la población.

IV.- Extensión

El Parque Nacional Mirador del Norte abarca una amplia faja de terrenos de impresionante belleza natural establecida por el Decreto No. 18393. Constituyendo el más grande parque peri-urbano de Santo Domingo. Cuenta con un área de cuatro millones de m 2 que protege una extensión de cinco kilómetros, paralelo al rio Isabela, entre la carretera a Villa Mella y la avenida Charles De Gaulle. Al norte lo limita la avenida Mirador del Norte, y al sur el río Isabela.

V- Ahorrando verde para el futuro

El Parque Nacional Mirador del Norte es un ahorro verde para Santo Domingo; lo que se ha invertido en su construcción constituye un capital o patrimonio de enorme importancia cuyo valor se multiplicará constantemente en el transcurso del tiempo.

VI.- Vialidad

La Ave. Mirador del Norte es una vía de gran belleza panorámica, ofrece acceso al Parque y facilita la comunicación entre dos importantes ejes viales la Ave. Charles De Gaulle y la Ave. Máximo Gómez; al mismo tiempo abre las posibilidades a nuevos asentamientos humanos en una zona privilegiada.

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La Ave. Mirador del Norte es una vía que Iimita al Parque por el Iado norte proporcionando acceso a los diferentes sectores del mismo (este, central y oeste), así como a los diversos asentamientos que se producirán entre la avenida y los barrios existentes actualmente.

EI trazado de esta vía se ha producido en al ámbito de los terrenos enmarcados en el Decreto No. 312-92 y las diferentes alternativas para su trazado han sido ponderadas considerando los siguientes criterios:

1.- El Decreto No. 312-92.

2.- Límites del Parque Mirador del Norte.

3.- El disfrute escénico o panorámico de los terrenos del Parque desde la vía.

4.- Acceso a diferentes sectores del Parque, así como a los diversos asentamientos que se producirán en toda la Iongitud de la vía.

5.- La viabilidad urbana.

6.- El acuerdo con los actuales propietarios para Ia adquisición final de los terrenos.

1.- EI Decreto No. 312-92. EI Decreto que declara de utilidad pública los terrenos del Parque proporciona un ámbito suficiente para que se cumplan los propósitos que originan ésta obra por su naturaleza accidentada, Cañadas, colinas, ciénagas, arroyos, etc., tiene condiciones que propiciaron diferentes posibilidades de diseño para elegir el trazado planimétrico de Ia vía manteniéndola dentro del perímetro determinado por el Decreto Presidencial.

2 y 3. Límites del Parque Mirador del Norte y disfrute escénico o panorámico del mismo Al delimitar el Parque físicamente se ha procurado que el diseño de Ia vía logre las mejores posibilidades escénicas o panorámicas del mismo, haciendo su trazado a través de puntos claves en el territorio, suficientemente altos para que Ia vía sea un verdadero mirador y resolviendo el cruce de las cañadas con terraplenes, dotados de taludes suaves de forma tal que una vez que estén recubiertos de césped vuelvan a integrarse a la naturaleza de su entomo con las mismas pendientes existentes. Ese mismo criterio se seguirá en los cortes y taludes también tendrán pendientes suaves.

4.- Acceso a diferentes sectores del Parque, así como a los diversos asentamientos que se producirán en todo la longitud de la vía

El Parque Mirador del Norte estará compuesto por tres sectores principales:

Sector Este

Comprendido entre Ia Ave. Máximo Gómez y el río Yaguaza.

Sector Central Comprendido entre el río Yaguaza y Ia Cañada Central, y

Sector Oeste

Entre la Cañada y la Ave. Charles De Gaulle.

En cada uno de estos sectores existen diferentes facilidades para el uso público, así como algunas oficinas relacionadas con Ia vigilancia y el mantenimiento del Parque.

La avenida es el acceso hacia estos sectores y al mismo tiempo será el acceso para los asentamientos que se producirán en las áreas particulares existentes entre la vía y los barrios aledaños.

5.- Vialidad Urbana

La vía que considaramos tiena carácteras paisajístico, rocreativo, principalmenta por ello su recorrido se especifica como Vía de paseo. De baja velocidad. Para velocidades que no deban sobrepasar a los 30 Kms/hora; no obstante también tiene funcionalidad y se enlaza al trazado vial de Santo Domingo proporcionando alivio al congestionado puenta sobre al río lsabela que en hora de Ia mañana (7:00 a 9:00 am.) y en horas de la tarde (4:00 a 7:00 p. m.) tiena momentos muy críticos, dificultando la comunicación Villa Mella - Santo Domingo.

6.- El acuerdo con los actuales propietarios para Ia adquisición final de los terrenos

El trazado de la vía tomó en consideración a los propietarios respetando algunas instalaciones de forma que al proceso para la reubicación de los establos y Ia ganadería no resultara traumático y además que las partes de Ios terrenos no afectada, resulten adecuada para asentamientos que armonícen con el Parque y garanticen su entorno protegiéndolo de ocupaciones indeseables.

La preservación del medio ambiente, es idea plasmada en los Decretos No. 183/93 del Presidente Joaquín Balaguer, que delimita el Cinturón Verde de Protección Ambiental de la ciudad de santo Domingo, y No. 155/87 que crea la Comisión para el Medio Ambiente, establecen Ia protección de las cuencas fluviales lsabela y Ozama de nuestra ciudad, que incluyen el parque Mirador del Norte y regulan el uso de Ia tierra que lo integra, así como otras zona de la ciudad afectadas por el peligro de la contaminación.

El lema “Ahorrando Verde para el mañana”; es una verdad demostrada en las grandes áreas verdes que existen en Santo Domingo: Parque Mlrador del Sur, jardín Botánico, jardín Zoológlco, parque mirador del Este, Acuario, Nacional y La Caleta.

Estas áreas construídas por disposición del Presidente Joaquín Balaguer, corresponden a su preocupación por Ia preservación del equilíbrio y armonía en Ia ciudad. Así expresa: “La ciudades esperan que nosotros, Io que vivímos en ellas, también vivamos por ellas; esperan que plenos de cariño las Ilevemos dentro del corazón, las defendamos, las mantengamos sanas. Esa actitud Ie corresponde tanto a los gobiernos como a los ciudadanos”. Por eso ha mantenido - el Señor Presidente - a pesar de los críticos, contra vientos y mareas, una disposición firme y perseverante encaminada a hacer de nuestra capital una ciudad mejor, que puede ser orgullo de todos los dominicanos.

EI Iogotipo es una creación de Young & Rubicam Damaris, C. por A., realizado con los propios auspicios, de esa importante empresa, que Io incluyó dentro de sus programas que favorecen Ia preservación del medio ambiente y la defensa de nuestros recursos naturales.

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Nueva Isabela - Guarícano, 1993

Esta obra está ubicada en la parte Norte de Santo Domingo, hacia el Este del poblado de Guarícano, que está formado por edificios de dos y tres niveles, con apartamentos de dos y tres dormitorios destinados para familias provenientes de los desalojos que fue necesario realizar para las distintas obras de interés público, en la ciudad de Santo Domingo.

En la primera etapa, se entregaron 164 apartamentos, ubicados en 12 edificios. Los 98 apartamentos de tres dormitorios tienen sala, comedor, baño, cocina y balcón. Los 66 apartamentos de dos dormitorios tienen sala, comedor, balcón, baño y cocina.

El proyecto cuenta con un Centro Comunal donde funciona un Centro de Salud, Policía Nacional y el Consejo Comunal.

Existen áreas dentro de la urbanización que se reservaron para escuela, iglesia, centro comercial y parque.

El conjunto está provisto de un acueducto y un campo de pozos con bombas sumergibles para abastecer de agua la urbanización.

El valor de estos edificios asciendió a la suma de RD$7,798,665.09.

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Planta 1er nivel
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APÉNDICE

- Catálogo de obras

- Palabras Frank Marino

- Ingeniero al Servicio del Presidente

- Ingeniero ayudante del Asesor del Poder ejecutivo

- A la opinión publica nacional

- Crimen laesae patriae

- Ciudadanos comprometidos con la defensa de la cultura urbana

- De la nada… nada

- La madre y la tierra fuerza y substancia de la esperanza

- La Pausa Verde

- Día 1 de Septiembre de 2019

- Periódico el Caribe, Junio 22 del 1961

- Periódico Listín Diario, Junio 08 del 1982

- The Green Pause

- Equipo de Ingenieros y Arquitectos colaboradores

- Perspectivas de proyectos

- Reconocimientos

- Fotos con el Expresidente Joaquín Balaguer

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Catálogo de obras

Rafael Tomás Hernández nació en Tamboril, Provincia de Santiago. En su pueblo realizó los estudios primarios y los secundarios en Santiago. A los 16 años se trasladó a Santo Domingo, en ese entonces Ciudad Trujillo, para estudiar Ingeniería y Arquitectura en la Universidad de Santo Domingo.

En 1949, al iniciar sus estudios universitarios, empezó a trabajar como dibujante en el taller del Arq. Eduardo Rodríguez S., quien construía algunos conjuntos de viviendas económicas, que tenían mucha importancia. Su primer trabajo consistió en dibujar el trazado, concebido por don José Ramón Báez López Penha, para el Barrio María Auxiliadora, un proyecto avanzado para la época, por ser la primera vez que la trama urbana deja de ser recta y cuadriculada, para asimilar curvas y adaptarse a la topografía del terreno. Como el diseño de las viviendas era muy pintoresco, las casas, aunque económicas, tenían ciertos gestos ornamentales, techos de tejas inclinados y presentaban un aspecto doméstico tradicional que hicieron que el barrio se conociera como “La Ciudad Jardín”.

En 1954 pasó a trabajar como asistente en el Directorio Técnico de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, con los arquitectos Guillermo González, José Antonio Caro, Amable Frómeta y un distinguido grupo de profesionales responsables del diseño y construcción de ese conjunto urbanístico, construido de 1954 a 1956. En esas funciones tuvo la responsabilidad directa de algunas obras menores, como los pabellones de la Sociedad Industrial Dominicana (Manicera), La Industrial Lechera, la Compañía Anónima Tabacalera y la puerta del Parque de Diversiones; participó además en la confección de los planos para el edificio de las Fuerzas Armadas que construyeron los ingenieros Luis Abréu, Heriberto de Castro y Andrés Gómez Dubreil.

Terminada esa etapa, obtuvo el título de Ingeniero Arquitecto en 1956, y fue designado profesor de Dibujo y Composición en la USD; al mismo tiempo desempeñó algunos cargos públicos relacionados con su profesión: Asistente del Ingeniero Asesor del Poder Ejecutivo (don Humberto Ruiz Castillo), Encargado de la Sección de Diseños en la SEOPC y Subdirector de Edificaciones, en la misma secretaría.

En 1959 fue designado subdirector de Obras Públicas Urbanas, y Encargado de la oficina de Planificación del Ayuntamiento del Distrito Nacional.

Experiencia Profesional

Entre 1962 – 1966:

• 100 casas sistema Piezas Muro Prefabricadas, en Cuesta Colorada, Santiago.

• 60 casas sistema Piezas/Muro Prefabricadas, en Simón Bolívar, Santo Domingo.

• 100 casas sistema hierro y hormigón en Higüey.

• 10 casas sistema hierro y hormigón en el Leprocomio, Nigua.

• 30 casas sistema hierro y hormigón en Los Minas, Santo Domingo.

• Designado Ingeniero al Servicio del Presidente de la República en el lapso 1966 -1978 y junto al ingeniero José Miguel Mondesí, planeó y construyó algunas obras de mejoramiento y renovación en diferentes ciudades del país, entre las cuales se destacan:

• Empalme de la Av. 27 de Febrero con la Autopista de las Américas.

• Edificios Multifamiliares en la Plaza Trinitaria.

• Edificios para Dependencias del Estado en la Plaza de la Independencia.

Entre 1967 – 1978:

• Urbanización Jiménez Moya, 200 casas y apartamentos, escuela y parque, salones comerciales.

• Urbanización Honduras, 900 casas y apartamentos, salones comerciales, iglesia y escuela.

• Urbanización Mata Hambre, 84 casas y apartamentos, salones comerciales, iglesia y escuela.

• Plaza Trinitaria, Guachupita, Los Minas, Villa Duarte, Cristo Rey, también en Santo Domingo.

• Villa Estela Barahona, apartamentos en Higüey, en el Seybo, incluyendo la construcción de la Av. Manuela Diez.

Entre 1978 – 1986:

• Diseño y construcción del Apartahotel ARAH, en Santo Domingo.

• Supervisión del Hotel Costatlántica, en Puerto Plata.

1 Entre 1986 – 1996:

• Puerto Isabela, 600 apartamentos, iglesia, centro comunal, dispensario y salones comerciales.

• Avenida Paseo de los Reyes Católicos

• Complejo Los Mameyes,1,500 apartamentos que ayudaron a reubicar familias que ocupaban los terrenos del Parque del Este.

• Guarícano, 400 apartamentos, centro comunal y salones comerciales.

• El Parque Nacional Mirador del Norte, fue la última obra de ese período y quizás la de mayor relevancia, porque está enclavado en el centro del Cinturón Verde de Santo Domingo, que es fundamental para la protección de los ríos Ozama, Isabela y Haina.

El Arq. Hernández ha desarrollado algunos sistemas de prefabricación como: Casiogar, Tabco, Hierro Hormigón, Piezas/Muro Prefabricadas y Ecocemento; actualmente es gerente de AXISA, S.A. que es una compañía dedicada a la construcción y a los bienes raíces, localizada en la Roberto Pastoriza #453, Santo Domingo, D.N.,

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República Dominicana

Teléfono: (809) 566-2611

Fax: (809) 566-8267

Durante los cincuenta y nueve años que trabaja en el ámbito de la construcción, el arquitecto Rafael Tomás Hernández ha asistido a congresos de vivienda, construcción y urbanismo en Caracas, México, Vancouver, Bahía, Madrid y Miami y ha sido distinguido con los siguientes reconocimientos:

• Gran Premio B.N.V. de Investigación sobre la Vivienda Banco Nacional de la Vivienda (1983).

• Premiación Empresa del año en el Sector Vivienda, Cámara Dominicana de la Construcción (1986-1987).

• Reconocimiento y honor al deber Cumplido CODIA (1988).

• Placa de Reconocimiento Fundación Dominicana de Desarrollo (1989).

• Medalla al Mérito Urbano CONAU (2001).

• Presea ORDECCCAC, Organización Regional de Cámaras de la Construcción Centroamericanas y del Caribe (2005).

1966 Matahambre

Abraham Lincon

José Contreras

1966-67 Plaza Trinitaria, Guachupita

Av. Jiménez Moya

1968 Los Guandules

Av. Francisco del Rosario Sánchez

La Incineradora Albert Thomas

Villa Duarte

Calle París

La 40

La Caleta

1969 Honduras

Loma del Chivo

Cristo Rey

1970 Villa Estela

Mercado Moca

Mercado Matahambre

1972 Las Enfermeras (en la Venezuela)

Ramón Matías Mella, Lengua Azul (Ens.Ozama)

1975 Av. 27 de Febrero, empalme autopista de las Américas

1986 El Caliche

1987 Hoyo de Chulín, Puerto Isabela

Av. Paseo de los Reyes Católicos

Parque del Este (Simonico)

1988 La Zurza

1990 Av. Ortega y Gasset

1992 Cementerio Cristo Salvador

PNMN (Parque Mirador del Norte)

1993 Guarícano

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Palabras Frank Marino

Querido Tío:

Este es un regalo envenenado, como decía Peña Gómez, pues esta libreta es una invitación descarada, para que, si no lo has hecho, comiences a escribir tus memorias como arquitecto de la capital.

Esta tarea debes asumirla como una obligación para contigo, con tu familia, tus colegas y tus admiradores y tal vez hasta detractores, porque tal vez pueda decirse que en nuestro país hay pocas oportunidades de que una obra de bien quede impune.

Tú has sido un benefactor como profesional competente, inteligente, sencillo y honesto más allá de los parámetros tradicionales con que se juzga a la gente buena.

Bueno, aquí está esta mascota para desafiar tu haraganería bien merecida.

¡Te quiero mucho y felices pascuas de navidad!

Tu sobrino que te quiere con sano y petulante orgullo.

Nov. 25 / 2005.-

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Ingeniero al servicio del presidente

Yo tendría unos doce años, transcurría la década de los años cuarenta, cuando oí mencionar su nombre por primera vez. Sucedió en mi casa de Tamboril, donde estaban reunidos un grupo de amigos, entre los cuales se encontraban Rafael César Tolentino, Romeo Rojas, y otros más que no recuerdo, junto a mi hermano Tomás.

Conversaban acerca del futuro del país, y de quien podría ser el sucesor de Trujillo. Fello Tolentino dijo: “a Trujillo lo sucederá el hombre que conozca más historia de la República Dominicana, y esa persona es Joaquín Balaguer”.

Posteriormente lo conocí cuando siendo Secretario de Estado de Educación, eligió un terreno propiedad de mi madre para construir la escuela pública de Tamboril; ese hecho inició una amistad entre ellos que duraría hasta la muerte de mi madre. En lo profesional, establecimos un vínculo en 1961, cuando después de la muerte de Trujillo, asumió plenamente las responsabilidades del gobierno, y se ocupó de facilitar el tránsito por el camino hacia la democracia, que habríamos de recorrer.

Conservo recortes periodísticos, que contienen el anuncio de algunas de sus principales ideas. Todavía a treinta años de distancia, me asombro de que pudiera ocupar su mente con ideas tan importantes, cuando las circunstancias lucían tan sombrías, y el panorama político estaba tan cargado de emociones que presagiaban situaciones sumamente adversas para nuestro país. Yo era a la sazón, encargado de la Oficina de Planeamiento Urbano del Ayuntamiento del Distrito, y en esa función tuve oportunidad de hablar con él varias veces, y de ser partícipe de sus ideas urbanísticas.

El presidente quería que el millón de metros cuadrados que ocupaba el antiguo aeropuerto General Andrews fuera preservado, y que allí se construyera un gran parque. Me dijo, “encárguense ustedes de eso”. Yo recuerdo que le contesté, que no conocía parques más grandes que el Independencia de Santo Domingo y el Duarte de Santiago. Se rio, y me dijo: “prepárese un viaje para que vea el Royal Botanic Garden de Jamaica, el Bosque de Chapultepec en Ciudad México, y las Avenidas y Plazas de Washington”.

El viaje se hizo, y como resultado del mismo, se produjo de primer intento: el empalme de la Avenida Máximo Gómez con la antigua Tiradentes, el inicio de las Avenidas Kennedy y 27 de Febrero, que ocuparon en parte las antiguas pistas existentes en el viejo aeropuerto, y la preservación de lo que es hoy el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte. El trapecio que está limitado al norte por la Kennedy, al sur por la 27 de Febrero, al este por la Av. San Martín, y al oeste por la Av. Máximo Gómez, que hubiera completado el millón de metros cuadrados que se proponían para el parque, fue reclamado por sus propietarios en el lapso 1962—1966 quedando definitivamente edificado.

En esa misma época (fines de 1961), se dio inicio al Plan de Renovación Urbana en La Fuente y Guachupita, con el inicio de la Avenida Francisco del Rosario Sánchez, la calle Albert Thomas, y las otras vías del sector, cuya construcción se estimó imprescindible para la realización de esos trabajos. Las obras se iniciaron, y más de cuarenta contratistas recibieron los avances para diferentes trabajos en la zona, que iban desde cortes y terraplenes hasta construcción de contenes y asfaltados.

He leído recientemente Los Últimos Días de la Era de Trujillo de Miguel Guerrero, el cual ha refrescado en mi memoria ese tiempo agitado, lleno de incertidumbres y de ansiedad para todo el país, y crece mi admiración por el presidente que podía conceptualizar proyectos tan importantes, en medio de aquellas circunstancias.

Cierto día en uno de los informes que le rendíamos el presidente, me dijo: “Quiero hacer un edificio para la sociedad Amantes de la Luz de Santiago, prepárenme un proyecto”. Cuando lo presenté, se propuso ordenar su realización de inmediato. No hubo tiempo, sin embargo, la demora favoreció la obra, y cuando Balaguer volvió a sus funciones en 1966, acometió nuevamente la idea realizándola con mucha mayor envergadura que la propuesta original.

Estos incidentes me hacen pensar en la etiqueta que le han pretendido endilgar, cuando lo tildan de improvisador. Improvisa quien hace “de pronto” alguna cosa, pero yo no he conocido a nadie que madurara tanto una idea como el expresidente Balaguer.

Hay proyectos que lo tuvieron ocupado por muchos años, antes de que se decidiera a ejecutarlos. Cuando tomaba una decisión en firme, nada lo detenía hasta finalizar lo que se había propuesto. La avenida 27 de Febrero y la avenida del Puerto constituyen dos ejemplos.

A finales de 1966, algunas semanas después de haber asumido la Presidencia, el presidente me expresó su interés por algún proyecto que mejorara el flujo del tránsito entre la parte central de la ciudad y el sector este, compuesto por Villa Duarte y el Ensanche Ozama. En principio, ordenó un estudio para la prolongación de la avenida George Washington (lo que es hoy la avenida del Puerto), para facilitar el acceso al Puente Duarte. Ese estudio lo realizó el Ing. Luis Sosa Baudré y la firma Mendoza y Armenteros; al mismo tiempo nos pidió que actualizáramos el proyecto que empalmaba la avenida John F. Kennedy con la calle Vicente Noble, mediante la ampliación de la avenida Barahona; proyecto existente desde hacía algunos años. Estos proyectos fueron sustituidos por un tercer plan que consistía en empalmar la avenida 27 de Febrero con la autopista de las Américas, a través de los ramales París y Amado García Guerrero que finalmente fue el se que eligió para darle ejecución inmediata.

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Entre el inicio de esas conversaciones en 1966, y la fecha en que finalmente se produjo el compromiso por parte del presidente, frente al pueblo, para ejecutar esa importante obra, mediaron ocho (8) años, durante los cuales se realizan numerosos estudios, levantamientos, planes, censos, tasaciones, etc., que determinaban la conveniencia de elegir esa ruta para realizar el plan.

Dice don Hilario Cardozo, senador venezolano, que un político debe ser sincero y veraz. Ser sincero es fácil, porque basta con expresar lo que se siente, que puede ser un sueño, o una ilusión, pero que lo segundo se contrae a las posibilidades de que la realidad no quede como una propuesta demagógica. En ese sentido, él decía, que el político consciente debe ser un constructor de sueños.

El presidente ofreció la construcción del empalme de la Avenida 27 de Febrero con la Avenida de las Américas en los discursos de la campaña electoral de 1974, todavía habría de aguardar ocho meses para dar la orden del inicio de los trabajos, e inaugurarla felizmente 18 meses después. Esa obra, que atraviesa a Santo Domingo por su corazón, representó un esfuerzo colosal por parte de todos los que intervinimos en ella; Para su realización había que demoler 400 inmuebles tradicionales, y movilizar numerosas familias, oficinas, y establecimientos comerciales, que representaban un importante núcleo urbano cuyo destino fue preocupación constante para el presidente, mientras se ejecutaban los trabajos.

El edificio compuesto de cinco plantas con salones comerciales en la planta baja, oficinas en la segunda planta, y viviendas en la tercera, cuarta y quinta, viene a ser la solución de ese sector, porque permitió el traslado de las farmacias, consultorios médicos, bufetes jurídicos, laboratorios, etc., que fueron desplazados para la ejecución de los trabajos. Esta obra constituyó un aporte vial de primera importancia, y su construcción una verdadera cirugía urbana. Años después, el presidente, coherente con sus pensamientos del año 1966, ordenó la construcción de la Avenida del Puerto, esta vez considerablemente mejorada en su concepción, porque incluyó en su alcance el rescate arqueológico e histórico de la zona, al aspecto puramente vial, y con la John F. Kennedy que en su prolongación hacia el Expreso V Centenario empalma con la Padre Castellanos, en una modificación que incluyó la renovación urbana de Villa Juana y Villa Consuelo, y un corredor urbano que se extendió desde la Autopista Duarte hasta la Avenida de las Américas enlazando sectores como el Ensanche Luperón, Los Minas y el Ensanche Alma Rosa.

Estas obras junto a otras como la prolongación de la Avenida México, que alivió considerablemente el tráfico de la Avenida 27 de Febrero, el túnel de la Avenida Núñez de Cáceres, la Avenida Paseo de los Reyes Católicos y la Avenida Charles de Gaulle, y la prolongación de la Avenida 27 de Febrero

hacia San Cristóbal, completan la conceptualización por parte del Presidente de una red de corredores urbanos de enorme trascendencia para el desarrollo de nuestra ciudad, que ha pasado de 1.1 millones de habitantes que teníamos en 1978 a 3.3 millones estimados para esta fecha.

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Algunas reflexiones acerca de la vivienda de interés social

Decía don Bernardo Quintana, presidente de la Federación Americana de Cámaras de la Construcción, que “La construcción es la industria del bienestar humano”; a esta afirmación yo añadiría que nos ennoblecemos cuando ese bienestar atañe a personas de escasos recursos, en circunstancias dramáticas y entiendo que los empeños generosos en esa dirección merecen todo el apoyo que podamos prestar. Me referiré a algunas experiencias en las que he tenido participación personal desde diferentes posiciones entre las que cuento: Ayudante del Ingeniero asesor del Poder Ejecutivo, Encargado de Planificación del Ayuntamiento del Distrito Nacional, Ingeniero al Servicio del Presidente de la República. En esas calidades tuve la oportunidad de participar en diversas obras en las que se incluyen:

I.- Proyectos De Desarrabalización Y Saneamiento

- Proyecto habitacional en Matahambre (1966)

- Guachupita II que incluyó la renovación urbana de ese sector además de los barrios de Gualey y los Guandules.

- Edificios de apartamentos frente a la Lotería Nacional (1966)

- Puerto Isabela (antes conocido como el Hoyo de Chulín) (1986)

Ii.- Urbanizaciones Y Nuevos Asentamientos

- Proyecto Honduras (1966)

- Parque Del Este (Los Mameyes) (1986)

Iii.-Proyectos Viales

- Av. 27 De Febrero (1966-1974)

- Av. Enrique Jiménez Moya (1966)

- Av. Eduardo Brito (1988)

Cuento además con experiencias anteriores a la década de 1960. Los gastos extraordinarios de 1955 destinados a la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre ocasionaron una profunda recesión económica, y para paliarla se generó lo que para la época sería un programa masivo de construcción de viviendas: mil unidades en el Ensanche Luperón de Santo Domingo.

En el año 1966 el Huracán Inés afectó amplias zonas costeras entre Barahona y Pedernales. En esa zona me tocó asumir responsabilidades al frente de acciones dictadas por el Estado Dominicano destinadas a mejorar los aspectos habitacionales, económicos, sociales de las poblaciones afectadas. Se implementaron soluciones a situaciones críticas con resultados exitosos que resultaron en beneficio de esas comunidades.

Transcurridas cuatro y hasta cinco décadas de estos acontecimientos, puede decirse, que estas obras cumplieron el propósito que las motivaron y más que esto, en lo personal y profesional, nos proporcionaron una base para la formación de criterios constructivos que redundarían en:

1.- El abaratamiento de los costos de las obras.

2.- La rapidez en el proceso constructivo.

3.- La ocupación de mano de obra.

4.- La activación de la economía nacional.

Las situaciones de emergencia son propicias para estimular la creatividad de proyectistas y constructores y nos exponen soluciones que pueden parecer soluciones mágicas; pero nos dejan secuelas tan difíciles como el problema original. En cambio, hay soluciones conocidas sobre las cuales podemos volver con una visión crítica, y ponderando los criterios anteriores, lograremos resolver o por lo menos atenuar, más de un aspecto del conflicto que se nos presenta.

Cuando hablamos de viviendas estamos aludiendo a una necesidad primaria. Pero las formas de encarar la solución, la elección de la tipología, los métodos constructivos, las especificaciones y los estimados de costos, la selección de contratistas, pueden hacer que estos programas dirigidos básicamente a resolver un problema habitacional tengan incidencia o alivien otros aspectos. Se trata de soluciones habitacionales -construcción de viviendas- pero al mismo tiempo activan la economía, proporcionan trabajo a una gran cantidad de técnicos y personal administrativo y emplean millares de obreros. Las industrias relacionadas, fábricas de bloques, puertas y ventanas, fábricas de bloques y de cemento también se activaron. Su efecto no es sólo sobre la vivienda en sí sino sobre toda la sociedad.

Se ha dicho que “cuando el albañil trabaja se mueve la nación”. En nuestra labor creimos firmemente en esta premisa y a partir de ella nos planteamos una serie de criterios que mantuvimos en todo momento y de manera firme:

a.)- Calidad de los materiales de construcción.

b.)- Respeto absoluto a todas las normas de seguridad estructural.

c.)- Materiales y obras inspeccionadas rigurosamente por los supervisores y las autoridades regulares.

Las experiencias de los años 57, 66 del siglo pasado fueron válidas en 1986 y siguen siendo válidas en este siglo que ya se adentra en su tercera década.

Paseo De Los Reyes Catolicos - Hoyo De Chulin

En 1967 logramos viviendas de RD$3,000.00 en un momento en el que peso y el dólar tenían casi el mismo valor. En 1987 costaban aproximadamente diez veces más (no he realizado el ejercicio de calcular los precios actuales, pero los criterios que originaron los bajos costos siguen válidos).

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Vale la pena reiterar que obras que fueron originalmente proyectadas como soluciones habitacionales en su momento, cumplieron su cometido y además aportaron un fuerte impulso a la reactivación económica nacional.

Es decir que el problema original de la vivienda fue abordado con soluciones que aportaron asentamientos para miles de familias, proporcionaron trabajo a miles de personas y reactivaron todo el sector económico al tiempo, que se producía un entrenamiento en la fuerza laboral. Para lograr esos objetivos nos concentramos en trabajar de manera óptima los siguientes aspectos:

a.)- Los diseños, la selección de los prototipos, plantas de distribución, materiales para la obra, especificaciones, terminaciones.

b.)- El ajuste de las cargas fijas en los costos de las obras para incluir Costos de los proyectos, Administración, Supervisión, Seguros y Fianzas. Transportes… etc.

c.)- Incluir materiales locales.

d.)- Tratamos de mantener por lo menos una tercera parte del costo de las obras utilizando obreros nacionales

e.)- Redujimos al mínimo el uso de grandes equipos.

Trabajar de esta manera nos llevó a optimizar costos, lo que necesariamente refleja lo que debe ser una actitud constante, en el sentido de que las soluciones habitacionales deben mantener un equilibrio adecuado entre costo y calidad. A grandes rasgos logramos la siguiente distribución de porcentajes en la inversión realizada en viviendas gestionadas por el estado:

I.- Mano de obra……30-36%

II.- Materiales…………40-50%

III.-Cargas fijas………18-23%

Especificaciones y terminaciones.

Las obras contaron siempre con especificaciones sencillas. Sin variaciones en cuanto al nivel más exigente de seguridad y calidad de materiales, pero mucho menos en cuanto a acabados o terminaciones sofisticadas. Sin embargo, se lograron resultados que aún conservan prestancia en lugares de grandes asentamientos sin deslucir por su apariencia.

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Migraciones internas, déficit habitacional y construcción de viviendas

Una tarde de domingo del año 1956 Arturo Grullón, esposo de mi prima Milagros, me dijo a la vez que me invitaba a subir a su viejo Plymouth: “Vamos a ver algo que te puede interesar como ingeniero”. Subí y arrancamos seguido. Me llevó a María Auxiliadora, la ciudad Jardín. Esto lo conozco –le dije- Cuando Eduardo Rodríguez Schad lo construyó yo trabajaba y aprendía dibujo con él. Es lo mejor como barrio que se ha hecho hasta ahora. José Ramón Báez López Penha diseñó la urbanización aprovechando la topografía del terreno, y Eduardo hizo unas casas muy apropiadas.

Yo lo sé –me ripostó el pariente- pero no es esto que venimos a ver, espera un poco. Dobló algunas curvas y subió a un pequeño alto en la calle Domingo Savio, allí se detuvo, varios vehículos habían hecho lo mismo, y los pasajeros curiosos miraban por el borde del farallón hacia abajo.

Muchos techos de materiales inverosímiles, gomas, latas, cartones, zinc, desechos se apiñaban abajo en un caserío, pobre y desorganizado. Eso era lo que despertaba la curiosidad de los que habíamos realizado el extraño ‘tour’ para ir a ver Guachupita.

Hasta entonces Santo Domingo había mantenido un recato encantador, (sólo Borojol, Jobo Bonito y algunos patios indeseables eran considerados como ‘barrios problema”) era una ciudad bucólica y limpia con sólo 250 mil habitantes, pero después de la Feria de 1955 aparecieron los “ranchos”, primero en Faría (Ensanche Luperón) pero impactaron con mayor crudeza cuando pudieron verse desde el Puente Radhamés (hoy Puente Duarte) en Guachupita, porque rompían la tranquilidad de las riberas del Ozama y sorprendían a quienes viviendo de mejor forma no concebían como se podía vivir allí.

Hasta 1966 la población creció hasta 600 mil habitantes, que llevaron la ciudad a una crisis que hacía temer su colapso. Los ranchos que eran una curiosidad en la década de los 50 se exhibían en Matahambre y en la avenida Independencia. La “cabeza” occidental del puente Duarte, se estrechaba con “tarantines” que amenazaban cerrarlo definitivamente. Hasta ese año el mayor logro de Gobierno alguno en el campo de la vivienda en nuestro país era el Ensanche Luperón. 1,000 casas construidas entre los años 1956 – 1960. 250 casas por año. Esa fue la primera gran oleada poblacional que llegó a Santo Domingo.

La segunda de 600 mil también ocurrió en el período de los Doce Años (1966-1978) motivada por las inversiones que había realizado el gobierno dominicano, porque en ese lapso se construyeron viviendas, calles, áreas verdes y jardines, áreas deportivas y culturales, industrias y comercios, edificios administrativos, etc. Se rescató el patrimonio cultural como no se había hecho antes, ni se hizo después. Se completó la ciudad y se llevó a una situación de metrópoli adulta y digna, que podíamos mostrar con orgullo.

La tercera Oleada, los últimos 600 mil llegaron en los últimos ochos años. ¿Dónde están? Ahora el “tour” del 56 habría que hacerlo a Cancino, a Sabana Perdida, al Hoyo de Manhattan o al de Chulín.

“Un milagro es lo que necesitamos”, decía Frank Marino Hernández, y yo pienso que están las condiciones para que se realice, si lo entendemos y trabajamos todos para lograrlo.

Ocho años se necesitaron para que se entienda el poder ecuánime que impulsó a Santo Domingo para acomodar su segunda oleada. La selección de prioridades y la oportunidad de las acciones, criticadas muchas veces, hoy representan la única base para que la tercera oleada, marginada totalmente, pueda ser incorporada a los beneficios de servicios y accesos, mejoramiento de sus viviendas, y la importante oportunidad de producir su sustento de una manera digna.

El Aspecto Vivienda

Cuando se menciona el renglón vivienda surgen ideas y opiniones. El déficit anual acumulado es de 500,000 desde que empezamos a oír hablar de él en 1962. Entra la planificación, se hacen los estimados y los programas y hasta aquí el proceso lógico, pero ¿Como han resultado los hechos? A Trujillo no se le regatean méritos como constructor. Sin embargo, su obra más ambiciosa en el campo de la vivienda popular fue el Ensanche Luperón, (antiguamente Faría), un asentamiento de mil viviendas que se realizó entre los años 1956 y 1958; otras urbanizaciones de esa época, como el Barrio Obrero y Mejoramiento Social no pasaban de unas pocas docenas de casas. En comparación a los tiempos actuales, Guachupita, Guaricano, Los Guandules, Los Mameyes, sobrepasan cada una mil unidades.

Entre 1961 y 1965 se hicieron pequeños asentamientos en Bonao. De 1966 a 1978 se construyeron 84,000 viviendas en toda la nación, un ritmo de 7,000 anuales. Entre 1978-1986 se pretendió construir 25,000 viviendas por año. Resultando los proyectos Invivienda, que eran una bandera del gobierno que los emprendió con los resultados conocidos.

En 1986 con la desarrabalización del Hoyo de Chulín, el Proyecto Los Mameyes, y cientos de asentamientos más se iniciaron masivamente las construcciones de viviendas de interés social y para la clase media en todo el país. A la fecha podemos hablar de una cifra de cuarenta mil viviendas construidas, aproximadamente.

Criticar los proyectos habitacionales del presidente Balaguer enfocando sólo el aspecto vivienda, es erróneo, porque en la conceptualización de este estadista priman, además del aspecto urbanístico, el aspecto económico por las fuentes de trabajo y la dinamización que proporcionan estos proyectos al sector

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construcción y afines, además de la parte social y humana por la redención o alivio que le produce a la familia beneficiada.

Los proyectos de viviendas han sido una orientación y una escuela. Los primeros multifamiliares del presidente han sido un patrón que ha orientado el sector privado hacia ese tipo de construcción, desde los primeros que popularizaron tres o cuatro pisos. El edificio compuesto o mixto de la Avenida 27 de Febrero, con cinco pisos, comercios en la primera planta, oficinas en la segunda, y viviendas en la tercera, cuarta y quinta, constituye un patrón para obras urbanas que ha sido repetido con éxito en diferentes proyectos:

• Los edificios de las inmediaciones del Hotel Embajador, algunos de diez pisos, fueron en su momento un aliento y estímulo a la construcción en altura lo que es importante por aumento de la densidad poblacional que incide el área urbana y una escuela donde adquirieron destreza en ese tipo de obras, ingenieros, obreros y técnicos.

• Los multifamiliares de cinco pisos, de los cuales hay sectores completos en Puerto Isabela, Guachupita, Los Mameyes, El Caliche, La Zurza, Cristo Rey, en Santiago y otros lugares. Las viviendas de clase media, como el proyecto Ortega & Gasset, José Contreras, Plaza Independencia.

En todos estos proyectos hay soluciones que enriquecen el aspecto de la ciudad y proporcionan alivio importante al déficit habitacional.

Consideraciones Finales

El programa se inició como se sabe, con la construcción del Jardín Botánico, que es hoy uno de los sitios más hermosos en parques de ese género. El segundo paso consistió en la construcción del parque Zoológico, y el tercero, en la construcción de la serie de avenidas monumentales que han expandido el radio urbano y sobre todo que han establecido las bases para la organización de su desarrollo futuro.

En la parte Sur-Oeste de la ciudad el Gobierno ha continuado embelleciendo la zona que se inicia en los alrededores del Hotel Embajador y se extiende hasta Los Alcarrizos en el norte y el kilómetro 12 de la Carretera Sánchez. Esa parte culmina con la avenida construida desde la Plaza Independencia hasta la ciudad de San Cristóbal, con cuatro puentes de hormigón armado y una amplitud de 4 y 6 carriles, con su rodadura de cemento asfáltico. En la parte Este se han construido los extensos paseos que bordean el Faro erigido a la memoria del Descubridor de América y que se extenderán sobre una faja de una longitud de hasta 30 kilómetros, para terminar en el grandioso mirador natural de La Caleta, y que es uno de los espacios mas hermosos y de vista más imponente de la isla más hermosa.

En el Norte, además de la avenida del Puerto y de la avenida Charles de Gaulle, el Gobierno construye el puente metálico de 600 metros de longitud sobre el río Ozama, y los vastos complejos habitacionales para la clase media-baja de Guarícano y de Sabana Perdida. En esa parte, la obra de modernización que realiza el Gobierno en la capital de la República, culminará con el Parque Mirador Norte que ocupa un área de 4 millones de metros, con un extenso lago, con hermosos jardines; un sitio de esparcimiento que será -estoy seguro de ello- el más bello de la región, porque en ese lugar se darán cita, todo lo que puede nacer del sentimiento estético del hombre, para asociarse con los prodigios y con las maravillas que en ese lugar han creado por adelantado las manos de la naturaleza.

Lo que se ha hecho en la capital la República, se repite en otras ciudades, en menores proporciones desde luego, como en Santiago, en Samaná, en Barahona. En los pequeños municipios como el de Guayubín, el de Villa Vásquez en la línea noroeste, el de Duvergé y Jimaní en la provincia Independencia, se procede a la pavimentación de las calles y a otras obras de embellecimiento que muchos califican de suntuarios. Disiento de paso de ese criterio, porque creo que el ánimo del hombre se eleva, se ennoblece, se agranda, cuando el entorno en que habita es decoroso y limpio, y se rebaja y hasta se degrada cuando entorno suyo lo que predomina es la mugre y la suciedad.

Para terminar estas palabras, copio la expresión de un joven arquitecto para Joaquín Balaguer; “Nunca antes las intervenciones urbanas habían alcanzado el desarrollo que registran en la actualidad. La madurez del trabajo profesional y el auspicio del Estado a través de su persona, han hecho que Santo Domingo salude el nuevo siglo enmarcado en un ropaje de modernidad elocuente, y preparada para otros siglos de existencia urbana de primer orden”.

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A la opinión pública nacional

La Noticia 17 de Mayo de 1991/ Ultima Hora 17 de Mayo de 1991

Unas declaraciones públicas firmadas por un grupo de arquitectos pretenden confundir y distorsionar la realidad al expresar que en el diseño y construcción de las obras públicas, se improvisa y se margina a los profesionales de éstas áreas. A esto se atribuye la difícil situación por la que atraviesa el país actualmente.

Deliberada e interesadamente se deja de lado que quienes han actuado en la ejecución y planes de las obras del Gobierno tienen credenciales profesionales, experiencia y prestigio como para decir Io contrario, si nos encontrásemos en la posición contestataria de quienes han patrocinado las declaraciones a que hacemos referencia.

El pueblo ha visto, ha juzgado, y la historia reciente así Io registra, que las grandes obras realizadas en los gobiernos del Dr. Balaguer, han pasado, casi sistemáticamente, desde la más aguda crítica, oposición y rechazo, hasta los más encendidos elogios cuando las obras se han visto terminadas.

Así se ha manifestado, con su veredicto, la sabiduría popular. El resto ha sido inconformidad, pesimismo coyuntural de algunas personas, producto de sus posiciones políticas que los inclina a juzgar las cosas, desde sus aspectos más negativos. El Gobierno Dominicano presidido por el Dr. Joaquín Balaguer y los funcionarios relacionados con el área de la construcción realizan un esfuerzo extraordinario, honesto y patriótico para que las obras públicas se terminen adecuadamente y cumplan a cabalidad con sus funciones.

Los firmantes dejamos constancia de que hemos trabajado en las obras que se nos han confiado sin compromisos ajenos a nuestra profesión; presionados únicamente en el sentido de que nuestros trabajos se realicen de acuerdo a las mejores normas, y que satisfagan a cabalidad los propósitos de servir al país que es lo que anima a quien las patrocina.

Eugenio Pérez Montás - Pedro Mena - Rafael Tomás Hernández R. – Pedro Haché - Manuel Benoit U. -Teófilo Carbonell - Angel Arias - Pablo Jiménez -Esteban Prieto

Vicioso - Marisela Crespo – Efialto Castillo - Emilio Carreras - Blenvenldo Peña –

Fred Goico - Alejandro Montás - Mauricio Estrella D. -Diana Duran - Ingrid del

Castillo - Francisco López Rodriguez - Tamara Lagares - Leonidas Garcia -Jorge

Mesa - Octavio Kidd - Diego Velasquez G.- Lil Guerrero - Manuel Garcia DuvalMirna Florentino de Castro - Miguel llodras - Pedro José Borrell – Maria Santos P.

· José Manuel Batlle Pérez - Leonel Estrella- Virgilio Veras - Antonio Tavares N.Lidia Acosta -Naun Santana - Adoris Martinez de Corominas -Gustavo Ubri - Olga

Padilla - Ligia Calero Chavier -Luis Eduardo Delgado - Pablo Molineaux – Nilda

Núnez D. José Ramón Prats.

Listín Diario 17 de Mayo de 1991

El siglo17 de Mayo de 1991

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Crimen laesae patriae

Cuando en este país enfrentamos algo que nos indigna sobremanera, exclamamos:. “¡Eso no tiene madre!”. En el caso de la conversión del Parque Mirador del Este, importante sector del Cinturón Verde de la ciudad de Santo Domingo, en un complejo de construcciones, hay que exclamar: “¡Eso no tiene Patria!”.

Se trata de disminuir lo que es el Bien Común, atentando contra la justicia social. Es comparable al acto de traición de quienes destruyen manglares o arrecifes, exponiendo la costa a la erosión por las olas, y de esta manera disminuyendo paulatinamente el territorio nacional. Los piratas contemporáneos proponen erosionar legalmente los arsenales de aire puro de la muralla verde protectora de los habitantes de la Capital, en su mayoria campesinos sin tierra refugiados en la gran metrópolis. Ofrecen construir (no sin fines de lucro) canchas y otras facilidades deportivas para un evento de prestigio intemacional que se proponen realizar con préstamos externos, endeudando todavía más a la nación empobrecida.

Esto es incongruente frente a los compromisos oficiales del gobierno con los convenios sobre la biodiversidad y con el dramático calentamiento del clima global. Es también contrario a los códigos de conducta del CODIA y de otros organismos nacionales e internacionales relacionados con la planificación urbana. Lo que se propone hacer con el Parque Mirador del Este viola los principios de la bioética que aboga por la supevivencia digna de la humanidad, protegiendo a la Naturaleza. Si separamos la ética de las actividades “desarrollistas”, estamos colocando este país en la categoría tercermundista donde algunos consideran que la moralidad y la bioética son actividades de lujo.

Disminuir la superficie verde de la Capital es condenar a sus habitantes a un sinnúmero de problemas de salud y progresiva pauperización. El compromiso sagrado con el ideal de la ciudad saludable no es negociable, tampoco lo es la reserva vegetal, el “capital verde” de los dominicanos. Se calculan unos pocos metros cuadrados de terrenos verdes protegidos por cada morador de esta urbe, unos 25 metros cuadrados... La sustitución de cualquier área verde de la ciudad de Santo Domingo por construcciones para apaciguar a los necesitados o legitimizar el lucro de unos cuantos, es esencialmente inmoral ya que no se puede recuperar el capital verde que estas áreas representan, una vez destruída su capa vegetal y eliminado el suelo.

Los que con insensible rapacidad quieren convertir todo terreno verde en alguna forma de construcción, están buscando ahora su justificación con una actividad sana como lo es el deporte. En vez de enriquecer la vegetación del complejo olímpico existente, haciéndolo más saludable para los deportistas y los moradores, éstos piratas contemporéáneos prefieren incursionar en terrenos todavía intactos como el Parque Mirador del Este, y promisorios en términos de buenos contratos.

Prostituir áreas verdes reservadas convirtiéndolas en cualquier tipo de construcción es como prostituir a nuestras madres y nuestras futuras generaciones. Es un crimen Laesae Patriae y es un robo del “Capital Verde”, que una vez intervenido jamás podrá ser recuperado, y sólo contribuirá a enriquecer a una minoría despreciable.

Frente a este atentado contra el Parque Mirador del Este, toda persona que valore su propia supervivencia debe exclamar: “¡Ni un solo metro cuadrado para construcción dentro del Cinturón Verde de Santo Domingo!”.

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Ciudadanos comprometidos con la defensa de la cultura urbana

Rechazo a la Transformación del Parque Mirador del Este en un “complejo deportivo”

La noticia publicada en varios medios de prensa anuncia la transformación del Parque Mirador del Este en un complejo multideportivo, con motivo de la celebración en la Capital Dominicana de los Juegos Panamericanos del año 2003.

Los redactores deportivos que se han hecho eco de esta información señalan como voceros de esta Iamentable idea a miembros ligados a la organización del evento.

El Parque Mirador del Este, así como el Parque Mirador del Sur, fueron concebidos como gigantescos miradores, que aprovechan el llano costero intermedio y ofrecen oportunidades panorámicas del litoral marino de Santo Domingo. Son, pues, elementos fundamentales en el sistema de áreas verdes boscosas, para mejorar el Medio Ambiente de la ciudad Capital.

La programación para estas realizaciones data de muchos años. Ha sido una linea cuidadosamente estructurada para dotar la ciudad de un sistema de áreas verdes que alivie la congestión urbana, aprovechando las características topográficas de nuestro territorio.

A éstos se le adicionaron los parques temáticos, educativos y recreacionales Botánico (flora), Zoológico (fauna) y Acuario (peces), culminando con el Parque Mirador Norte que es un área de Cinturón Verde. Este último es una franja protegida por medidas oficiales a lo largo de los cauces de los rios Isabela, Ozama y Haina.

El litoral de Santo Domingo hasta La Caleta, incluyendo los Tres Ojos. completam ese sistema, que debe ser apreciado por cada dominicano como un ahorro verde, un capital de inestimable valor, cuyo acopio ha necesitado inversiones, y esfuerzos continuados durante largo tiempo.

El compromiso sagrado con la ciudad de proteger ese patrimonio no es negociable. Areas deportivas para competencias, que atraerán multitudes durante una semana, dejarían una secuela de degradación que las convertirían en poco tiempo en dominio de grupos sin control, perturbadores de la paz.

EI convenio para que el país sirva de anfitrión en la celebración del evento deportivo del año 2003, no puede ser una excusa para agredir una obra como ésta, existiendo extensas áreas de terrenos baldíos aledañas al Hipódromo y al Autódromo en la Autopista Las Américas o en la Zona Norte de la Capital.

Usar el Parque Mirador del Este para canchas o construcciones es erosionar esa reserva verde, precaria considerando nuestro crecimiento

poblacional. AI usarla con fines aparentemente saludables nos disminuimos como país, porque vamos a contradecir principios de Bioética que abogan por la supervivencia digna de la humanidad, protegiendo la naturaleza.

Es también un acto contrario a los códigos de Etica de organismos nacionales e internacionales.

No se debe mermar ni un solo metro cuadrado del sistema de áreas verdes protegidas de Santo Domingo. Al contrario, debemos sembrar más.

Defendamos estas ideas con fe religiosa porque ellas están encaminadas a salvar los bienes supremos de la naturaleza, que son obra de Dios, y constituyen un bien común de los dominicanos que estimula nuestro patriotismo, porque en nuestra isla compartida somos los únicos que no hemos destruído todo lo bueno y sano de la tierra y tenemos una esperanza bien fundada de que podremos mejorar la calidad de vida para futuras generaciones.

Rafael Tomás Hernández Joaquín Balaguer Ricardo

Eugenio Pérez Montás Pedro Morales Troncoso

Guillermo Carém Herrera Ricardo Bello Cardona

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De la nada… nada

El profesor relató anécdotas de su vida, y reconoció a los personajes que estimularon su vocación y lo orientaron a su filosofía de la vida.

Al recordar con gratitud, los personajes de la vida, (todos ilustres dominicanos) el profesor dijo ”... además del regocijo y agradecimiento que siento quiero hacerlos copartícipes de este acto recordando la simple frase “De la nada... nada”, o sea que somos parecidos a la piedra preciosa bruta, que requiere la talla y pulimiento de los personajes de nuestras vidas”.

Así habló Leonte Bernard Vásquez ante la concurrencia invitada por la Cámara Dominicana de la Construcción, reunida para tributarle un homenaje en compañia del Arq. Edgardo Vega Malagón y del Ing. Pascal Santoni.

Con prosa llana, sencilla, cautivó a los presentes porque salpicó su relato con vivencias nítidas de su niñez en Barcelona, donde su padre fué Consul General y él estudió en el Colegio Balmes de Padres Esculapios, durante cinco años. Describió su regreso a Santo Domingo, convertido en adolescente, pero aún con pantalones cortos, y su sorpresa al ingresar a la Escuela Normal que dirigía Don Osvaldo García de la Concha, porque sus hábitos rígidos esculapios, chocaban con las costumbres de nuestro país, que él no podía imaginar.

El ciclón de San Zenón y el inicio de la Era de Trujillo, fueron acontecimientos que impresionaron su adolescencia y en la edad adulta Ia aparición de personajes, cuyos rasgos sobresalientes reseña con admiración, respeto y gratitud.

Conocí personalmente la mayoría de esos personajes; algunos no están con nosotros, y puedo asegurar que aquí o en el más allá su prestigio sólido y bien ganado permanece a través de obras físicas trascendentes y en la formación de profesionales de la talla del expositor.

“Oí esa charla con deleite…”, me comentó el Arq. Eugenio Pérez Montás, y el Ingeniero Moya Canaán decía... “Leonte, es una leyenda viva, es un filósofo dedicado a la ensenanza y al diseño estructural que se proyecta como un gran ejemplo”. Para nosotros, ha sido una vida discreta casi enigmática, que ha discurrido con mucha profundidad o mucha altura. En su charla nos mostró su intimidad y muchos de sus pensamientos a través de sus personajes.

Máximo Vásquez Gautier; su tío que lo familiarizó con el trabajo y la constrrucción y haciéndole más interesante la adolescencia, porque compartió con él su afición por el campo, los aviones y el ajedrez.

Don Niño Alfonseca, que lo “graduó” en el oficio de construir, lo hizo partícipe de su sentido musical, en las fiestas tradicionales de su familia, llenas de buen gusto y refinamientos.

Mario Penzo Fondeur; que lo dirigio en su primer empleo publico y lo oriento haeia la catedra universitaria.

José Antonio Caro Alvarez; para quien trabajó y le unió una amistad larga y fructífera, que le amplió sus horizontes y le diversificó su cultura.

Don Humberto Ruiz Castillo; su socio en algunas obras importantes de la Ciudad Universitaria, a quien respetó y admiró por su devoción religiosa, su seriedad y su competencia profesional.

Guillermo González; que excitó su sensibilidad estética ejercitando su imaginación creativa que luego habría de traspasar a su trabajo estructural; y finalmente Pedro Delgado Malagón; que lo entusiasma por su cultura enciclopédica y por la soltura con que se mueve en las disciplinas que domina.

En cierta oportunidad oí a Guillermo González hacer elogios muy elocuentes de Leonte, por sus trabajos estructurales... “Pero”... decía el gran maestro, “es mejor todavía como persona” Entonces pasó a relatar emocionado, algunas anécdotas muy íntimas que reflejaban la enorme gratitud que sentía por nuestro personaje.

En fin, la charla sencilla que pronunció Leonte Bernard V. la noche del 14 de noviembre de este año, honra a CADOCON, a todos sus miembros y es un testimonio de que Ia honradez, el estudio, el trabajo, son los verdaderos atributos que el hombre necesita para darle a la vida sentido perdurable.

Inspirémonos en ese ejemplo, para que podamos sentir la satisfacción merecida por todos los homenajeados de CADOCON.

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Listín Diario , Sábado, 28 de diciembre de 1996 Asuntos de Hoy

La madre y la tierra fuerza y substancia de la esperanza

26 de Mayo de 1996

Por tener una madre viva, (la de mi esposa) necesitada de alguna asistencia para ir a votar, pude contemplar un escenario conmovedor con ejemplos de amor y responsabilidad, que nos dan motivaciones, y nos alientan la alegría de vivir.

Ella, se había preparado; como no sabíamos de qué forma se estaría desenvolviendo el proceso, decidimos ir temprano.

En el Club Paraíso había señoras desde las tres y media de la mañana. Cuando llegamos a las 7:00 A.M había una multitud de señoras, porque en ese centro funcionarían varias mesas.

Entramos con facilidad; fuimos ayudados siempre, pudimos acceder a un espacio cubierto, donde a treinta o cuarenta señoras con diferentes problemas se les habían proporcionado sillas, y se le había permitido pasar con sus familiares para que le dieran apoyo.

“¿Eres delegado?...” le pregunté a un amigo.

“No... no... estoy aquí por mi mamá... ¿y tú?”

“Yo estoy por Ia misma razón”.

A mamá le dije, hace un rato que me sentía contento de ver su entusiasmo por votar... y me respondió preguntándome:

- “¿Lo dices porque vengo a votar por tu candidato?...”

- “No mamá. no es por eso... yo sé que tu voto no va a variar... Es por el ejemplo que le estás dando a tus nietos, y a nosotros mismos. A veces cuando estás cansada, adolorida o sintiéndote muy sola te preguntas: ¿Y qué hago yo viva?...” Pregunta que siempre comentaré con distintas expresiones dependiendo del ánimo propio. “Tu carácter, tu vida y tus ejemplos son una fuerza de cohesión familiar y de proyección hacia la esperanza; que nada puede reemplazar, tu presencia, no es recuerdo, sino vida y compromiso.”

Mirando alrededor, saludamos una hija resplandeciente, feliz de su madre viva, con cien años y seis meses; con su cabeza blanca, gesto reposado y ojos vivos y despiertos, actores en el acto electoral pero espectadores agudos, interesados en el resultado de aquella obra dándonos ejemplo. Y tantas otras con artritis o molestias inenarrables, que estuvieron contentas y entusiastas aún dentro de las expectativas del evento que tenía algunas novedades.

¡Ah ... la madre dominicana ...! con su amor y su entereza, es la fuerza más potente sobre este país nuestro tan cargado de problemas. A don Virgilio Díaz Ordóñez le atribuyen esta anécdota; un día estaba hojeando un álbum con fotografías de la república y el comentó:

“¡Que tierras tan hermosas,que país tan bello, lástima que esté habitado...!!!”

Puede haber verdad en este comentario, pero me atrevo a decir que los dominicanos tenemos las madres más bellas, más dulces, más abnegadas, y que su “amor de madre” es la fuerza más grande que nos sostiene como nación.

Por otra parte, hace algunos meses le relataba a la Dra. Sophie Jakowska, que alrededor de veinticinco tareas de tierras habían sufrido un incendio que las devastó al norte de Santo Domingo, pero que habían pasado sólo cuatro semanas y todo estaba verde y era difícil saber dónde había ocurrido el fuego.

“Aquí tenemos una tierra fértil y maravillosa” -me contestó- “Hace algún tiempo planté unos arbolitos en Polonia y pasan años y apenas crecen. Aquí en cambio... crece todo y se multiplica…” (hasta la maldad, dice con gracia, tapándose la boca y bajando la voz para seguir diciendo con energía: “¡Hay que cuidar esta tierra!, tenemos que amarrarnos el Cinturón Verde (como si fuera de castidad) para preservar ese bien divino. Y amarla sobre todas las cosas”.

Palabras, de una madre trasplantada a nuestra tierra por amor a sus hijos.

Tierra y Madre o Madre y Tierra. Substancia y fuerza de nuestras mejores esperanzas para la Paz y el progreso de la nación.

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La pausa verde

El autor invitado -Arq. Rafael Tomás Hernández R. - por “The Saint Augustine Sisters Cities Association” habla del Establecimiento del Cinturón Verde de Santo Domingo, y del impacto urbanístico que han producido en la ciudad, la creación de áreas verde, de gran tamaño, que han dado a la palabra “Parque” nuevo contenido, Hace solo treinta años “Parque”, la plaza mayor o el parque municipal, ahora se refiere, además a territorios que tienen propósitos ecológicos y ambientales en adición a los aspectos recreativos, deportivos o culturales tradicionales.

Me siento muy honrado y agradecido por la invitación de “The St. Augustine Sisters Cities Association”, que me permite conocer esta histórica ciudad e intercambiar ideas con los ciudadanos distinguidos que nos honran con su presencia.

Al principio, pensé, que las diferencias de extension entre St. Augustine y Santo Domingo, así como Ia ubicación geográfica y las condiciones sociales y económicas de nuestras comunidades, harían difícil establecer un dialogo útil para todos nosotros, pero ha bastado que nuestra amiga Ia doctora Sophie Jakowska, nos invitara para visitar la exposición de esta ciudad en el Faro a Colón, y una vez allí nos señalara la similitud entre nuestros fuertes históricos, -San Gerónimo y San Marcos- para superar esa inquietud. Estamos vinculados por nuestros orígenes en el pasado, y por un interés común, que nos une a todos, el amor por la ciudad que habitamos

Ahora recuerdo una frase del doctor Joaquín Balaguer, que ha sido protagonista en la creación y desarrollo las áreas verdes urbanas en nuestro país: “las ciudades esperan que nosotros, los gue vivimos en ellas, también vivamos por ellas; esperan que llenos de cariño, las llevemos dentro del corazón, las defendamos, las mantengamos sanas. Esa actitud le corresgonde tanto al gobiemo como a los ciudadanos. Cuando la ciudad forma parte de nuestro vivir, cuando habita en nuestro corazón, ya no es una ciudad cualquiera. El cariño y el amor la transforman en un modelo estético e ideológico que respeta y enaltece los valores ambientales, armonizando las relaciones humanas”.

En el año 1998, Santo Domingo celebró el quinto centenario de su fundación, hecha en 1498.

La muralla de la ciudad protegía un área de aproximadamente, 0.8 Km2. y fué construída hacia 1560, es decir, coincidiendo con Ia fundación de St, Augustine, por Don Pedro Menéndez de Avilés.

Al transcurrir cuatrocientos años desde su fundación, a fines del siglo pasado, Santo Domingo tenía una población de quince mil habitantes, que

empezaban a desbordar Ia muralla, formando barrios periféricos, que muy pronto se integrarían a la trama urbana. Lo que ha ocurrido en las últimas décadas, en el crecimiento poblacional y en la extensión del área metropolitana, ha sobrepasado los parámetros previsibles, y nos ha colocado frente a situaciones, sui generis, que han requerido actuaciones muy vigorosas, para rescatar algunos viejos proyectos e implantar nuevas ideas, de cara al futuro. Algunos gráficos y planos nos ayudarán a comprender el dramatismo de estos sucesos, y al mismo tiempo apreciar la magnitud de las acciones emprendidas.

Desde su fundación en 1498, hasta fecha relativamente reciente, pero a partir de 1960 la situación cambia violentamente; entre los años 1940-1948 el crecimiento aumentaba sin alteraciones muy notables. Algunas fechas con los datos poblacionales, y las áreas correspondientes de la ciudad servirán para establecer comparaciones.

La implantación de estas áreas verdes ha resultado de un esfuerzo mantenido durante muchos años, patrocinado desde la Presidencia de la República. Se han coordinado acciones entre el Ayuntamiento del Distrito Nacional, La Dirección de Parques a través de Ia Comisión Nacional de Asuntos Urbanos.

Actualmente se ha creado el Cinturón Verde, muralla ecológica, con propósitos ambientales, que además define zona urbanas y establece regulaciones en una Iarga faja a lo largo de los rios Haina, lsabela y Ozama.

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Fecha Población Area 1900 15000 Habs. 4,00 Km2 1920 30943 “ 20,00 “ 1930 57708 “ 30,00 “ 1935 71091 “ 35,00 “ 1950 181553 “ 50,00 “ 1960 369980 “ 55,00 “ 1966 487000 “ 60,00 “ 1978 1112171 “ 120,00 ” 1986 1705836 “ 160,00 ” 1990 2169877 “ 200,00 ” 1994 2400000 “ 240,00 ”

Me siento muy honrado y agradecido al poder hablar en este acto, que recuerda el ciento trece aniversario del nacimiento del Doctor Joaquín Balaguer.

El día 21 de Septiembre, Hace 44 años llegué junto a mi compañero José Miguel Mondesí a los parqueos traseros del Palacio Nacional, eran aproximadamente las siete de la tarde, pero nos sorprendió que las luces estuvieran apagadas, solo había iluminación en algunos puestos de vigilancia. Los militares de servicio (que nos conocían), saludaron advirtiéndonos... “creemos que hoy no habrá entrevista”… nos avisaron que el Señor Presidente se enteró cuando volaba sobre La Vega, que don Daniel Espinal, había fallecido en Santiago y el Señor Presidente había decidido asistir al sepelio,… “difícilmente vendrá al Palacio”.

No obstante decidimos subir hasta el Despacho Presidencial para confirmar la información.

Efectivamente, en el Despacho nos confirmaron lo que se nos había dicho. Volvimos al parqueo.

El Presidente, había tomado posesión de su mandato en Julio de 1966, pero en Noviembre de ese año, nos había encomendado algunos trabajos, de los que José Miguel y yo rendíamos cuentas los sábados por la noche.

Cuando íbamos a subir al carro, llegó el ordenanza corriendo… “Que se devuelvan, el Señor Presidente… viene, y dice que lo esperen” Volvimos. Ya en el Despacho y después de los saludos decimos: Ya nos íbamos Señor Presidente… pero en lo que esperábamos, calculamos que desde que empezamos a trabajar con usted, han transcurrido 93 sábados… y usted no ha faltado a ninguno.

Ahh, en los años cincuenta, pasé cinco años sin faltar nunca a la oficina. Añadiendo… sin importar que fueran Sábados o Domingos. La Entrevista discurrió con normalidad.

Esas reuniones alcanzaron el numero de MIL CINCUENTA, incluyendo los dos periodos de 1966-1978 y 1986-1996, descontando el tiempo pasado en Miami en 1992, con el señor Presidente hospitalizado. Con el paso del tiempo, hubo variaciones en el día, que algunas veces fue Viernes, en la extensión, (en veces se prolongaron hasta las una de la Madrugada y el Presidente nos pedía que nos quedáramos en el Despacho, mientras el recibía por lo menos nueve o diez ingenieros.

Entre los dos periodos, en 1982 ocurrió la partida de José Miguel (padre), continuando José Miguel, (hijo) con quien compartimos, hasta 1996, dándole final a obras de gran importancia Social y Urbana.

Mirando atrás estas experiencias reunirían material para una bitácora llena de anécdotas, ver el Señor Presidente, en veces agobiado por algún padecimiento, dando seguimiento con interés a todos los procesos que incluían obras en todo el País. Que memoria prodigiosa, siempre tenía el dato.

Una medianoche uno de los ayudantes se presentó para decirle que había un desacuerdo entre dos ejecutivos, responsables de fondos públicos… conminándolo a una decisión. El Presidente se irguió diciendo: Mi respuesta es esta… son las doce de la noche… y yo estoy aquí… trabajando para el país como lo que soy… “un empleado público”… esa es mi respuesta, el ejemplo de trabajo y el espíritu de servicio para mejorar las condiciones de nuestro país, que lo necesita tanto.

Perfiles de Balaguer, es una compilación de Semblanzas, juicios, opiniones y presentación de facetas de ese hombre extraordinario que fue el Presidente Balaguer, compilados por el poeta periodista y escritor, Ramón Lorenzo Perelló. La semblanza que firma el doctor Mariano Lebrón Saviñón, se aproxima al carácter del doctor Balaguer diciendo más o menos… “cuando alguien es capaz de sacrificar su bienestar, para beneficiar a otros más necesitados, y lo hace a gusto, se ennoblece en el gesto e inscribe su nombre en la gloria”.

Esta plaza que conmemora el Centenario de Balaguer, nos trae a un sitio elegido por el Presidente Balaguer para dar paso a su espíritu incansable en el afán de preservar y aumentar las áreas verdes de Santo Domingo, esta vez enriquecidas con la bellísima fuente de la poesía, creada por el afamado escultor español Juan de Avalos, obra que fue elegida y aprobada por el mismo Doctor Balaguer. Atravesada diagonalmente por el paso de los poetas y circunvalada por la Senda de Balaguer que esta dividida en dos partes: por la derecha cuatro estaciones del intelectual... El Maestro, el Historiador, el Orador y el Poeta. Por lado izquierdo mirando de Sur a Norte Se ubicaran los monumentos al Constructor, el Agrarista, el Medio-Ambientalista, y el Político. Al pie de una replica del monumento a Duarte.

Este acto mueve la fé y enardece los ánimos, reivindicando valores que dieron ejemplos.

218 Día
1 de septiembre de 2019

Periódico El Caribe, junio 22 de 1961

Periódico Listín Diario, junio 08 de 1982

219

The Green Pause

The author, Rafael Tomás Hernández R., invited by ’The Sister Cities Association of St. Augustine, speaks of the establishment of the Green Belt of the City of Santo Domingo, and the urbanistic impact that the creation of large green areas has had on the city, giving a new meaning to the word “park”. Only thirty years ago the word park meant a city square or municipal park, now it applies to large areas which have ecological and environmental significance, in addition to the traditional aspects such as recreation, sports and culture.

I am greatly honored and pleased with the invitation from the Sister Cities Association of St. Augustine which gives me the oportunity to see this historic city and to exchange views with the distinguished citizens who honor me with their presence.

At first, I thought that the differences in the size of St. Augustine and Santo Domingo, as well as the geographic location and the socio-economic conditions of our communities, would make it difficult to establish a useful dialogue. However it was sufficient for me to visit with our friend, Dr. Sophie Jakowska, the exhibit that St. Augustine contributed to the Columbus Lighthouse, and see so many comparable issues, eg. the similarity of our fortresses, the San Gerónimo and San Marcos... We have common bonds of our past origin and of our common interest which we share, the love for the city in which we live.

A phrase by doctor Joaquín Balaguer, who has been the protagonist in the creation and development of green urban areas in our country, comes to my mind:

“The cities expect that we who live in them also should live for them; they expect that affectionately, we keep them close to our heart, defending them and keeping them healthy. This is the attitude proper not only of the authorities but of all the citizens. When a city is part of our life, when the city lives in our heart, it is no longer just any city. The affection and love transform it into an esthetic and ideologic model that respects and exhalts the environmental values, thus harmonizing human relations”.

In 1998 Santo Domingo will celebrate five hundred years since its founding in 1498. The Santo Domingo city walls were protecting an area of approximately 0.8 km2 and were built about 1560, that is, coinciding almost with the time of the founding of St. Augustine, by Pedro Menéndez de Avilés.

Four hundred years since its founding, at the end of the past century, Santo Domingo had a population of 15,000 inhabitants, which began to cross over the city walls, forming peripheral “barrios”, which soon became part of the city.

What has happened in the last decades, as far as population growth and the extension of the metropolitan area, has gone beyond any predictable parameters, and has placed us in situations sui generis that have required vigorous action, in order to rescue some old projects and to bring in new ideas to face the future. Some graphs and blueprints help us understand the dramatic aspects of such situations, as well as to appreciate the magnitude of the actions that were taken.

Since its foundation in 1498, until a relatively recent time, but surely starting with 1960, the city conditions changed drastically. We can see this in the table showing the population and the area of the city in square kilometers corresponding to the years listed.

We can see in the next graph the curve of population growth in Santo Domingo, taking into consideration such aspects of the city as the cultural heritage, streets and avenues, parks for education and recreation, housing, areas reserved for sports, cultural activities and administration, hospitals, schools and polytecnic institutes, and services of water, electricity, city transport and garbage collection.

Problems such as delinquency, insecurity, deficiency in public services, diseases, poverty and crowding had to be considered.

The green areas which have been established were the product of a sustained effort during many years, sponsored directly by the Presidency of the Republic. The joint coordinated actions involving the City Administration (Ayuntamiento del Distrito Nacional) & the Direction of Parks has been channeled through the National Commission on Urban Affairs (CONAU)

This has resulted in the creation of the Green Belt, an “ecological city wall”, with environmental purposes, which, besides, pemits to define urban zones and establishes regulations in a big fringe along the rivers Haina, Isabela and Ozama.

The Green Belt

In preparing the Regulatory Plan, which is being implemented, four priorities are outstanding:

- The environment

- The disposal of rain and waste water

- Urban transport

- Restructuring of neighborhoods (barrios).

In each of these instances specific dispositions have been established and are beeing implemented, from the Municipal Government and the National Commission of Urban Affairs. A number of Decrees emanating from the Executive Branch establish the norms for the implementation of the Regulatory Plan. These are:

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30/03/97-98

- Decree 155-87 Creation of the Comission for the Environnent

- Decree 312-92 Parque Nacional Mirador Norte

- Decree 183-93 Green Belt for Santo Domingo

- Decree 76-94 Plan for Coordinating Interinstitutional Action for the Social, Urban and Ecologic re-structuring of the neighborhoods (barrios) located on the borders of the rivers Ozama and Isabela.

The Decree 183-93 establishes the Green Belt for Ecological and Environmental Protection. In the first place it involved the process of integration of an office with its personnel to complete the official order, preparing all that was needed for implementation of the same, including city planners, urbanists and ecologists, lawyers, engineers and architects who collaborate on the preparation of this plan for the future, which must be a project involving all of them.

In this decree the Green Belt is created around the existing urban area and regulations are established for the use of land within this perimeter.

The motivations are oriented towards the preservation of the environment, the maintenance of the genetic bank of the major forest species, and the conservation of forest, river and lake ecosystems of the zone.

It was also considered urgent to preserve the tropical humid forest which exists within the National District, and to establish norms to guarantee that its “occupation” will be controlled, and its degradation and disappearance will be avoided.

Some of the more interesting areas are found along the rivers that flow into river Haina and Arroyo Manzano towards the river Isabela, following the course of the Isabela up to its junction with the river Ozama, which starts North of the city, extending between Sabana Perdida and La Victoria, passing the junction with the river Isabella up to where it flows into the Caribbean sea.

At the East, and from Nortn to the South, there is a large green area. that surrounds the San Isidro Air Base, which although it is a military installation, is convenient from the environmental viewpoint, as it completes the Green Belt, teminating in the Shore Park in the South.

The length of the rivers included in Decree, involves 80 linear km and the affected area is of approximately 24 km2. Of these 4 km2 represent the Parque Nacional Mirador Norte, inaugurated in July of 1996.

In addition to the promulgation and implementation given to the Green Belt decree, there has been progress in complementary dispositions.

l. Plans are finalized to build a treatment plant for residual waste waters coming from the barrios in the North (Planta y la Zurza 22-3).

lI. The decree 76-94 (23-1) promotes the coordinated interinstitutional action for social, urban and ecologic restructuration of those barrios located along the rivers Ozama and Isabela in the city of Santo Domingo.

III. There is a special funding established for coordinated implementations of these measures which are actively pursued.

Two recent events give us a measure of the level of attention given to the problems which we have commented upon; these are the cases of

- La Iaguna de Arroyo Hondo(24-3) and

- El Cachón de la Rubia (25-4).

In both cases measures were initiated that promoted official action and the solution of the problems is still in progress; however there are some ominous signs that the process must continue without postponing or renouncing certain actions. In that we must all be united, because we shall all suffer as a result.

Engineer Báez in his book Why Santo Domingo is the way it is, which Arch. Pérez Montás characterizes in the prologue as “collection of memories‘ of incalculable value, stated that “the entire process of Santo Domingo has been long but continuous succession of events which, (according to him) have not stayed away to the least, from the economic, social and political factors prevailing during the life of the city, colonial or republican; in all that, Santo Domingo was not precisely the principle or the premise, but on the contrary, the resultant direct, unmistaken consequence of the above factors”.

We can review our past and our errors, as well as our progress and our successes in this big job of seeking adequate solutions, in order to reach an equilibrium and harmony that would mean peace and wellbeing for the citizens.

In 1930 Santo Domingo had 70,000 inhabitants, and in 1961, 390,000. That means that in terms of population it grew six—fold. Until 1955 land occupations practically did not exist. During _the last six years of Trujillo, first shy attempts were noted in building ranchos on government land. In the years that followed, the political events had great repercussion on the urban structure.

First, between 1962 and 1966, squatters occupied lands in such way as to disrupt the possibility of following the official city plans of 1956. In 1966 the situation changed and important interventions occurred in terms of road planning, contruction of housing, renovation and modification of the density in some areas etc. In 1978 the planning project Borrell / Padco was presented and new guidelines and regulations for urban growth were promoted.

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From 1966 to 1994 one can differentiate the following periods in the life of the city: 66-78, 78-86, and 86-94. From that time, 1966, the city has grown four-fold in population and surface area.

During the above periods all sorts of actions were taken, some of them at times criticized, but finally accepted because they represent the trend to maintain the environment calm and worthy of a city with major proportions.

Parque Mirador del Norte

This Park consists of more than 4 million square meters with the following limits:

- To the east, Ave. Máximo Gómez, Carretera Santo Domingo-Villa Mella.

- To the south, River Isabela

- To the west, Avenida. Charles de Gaulle, and

- To the north, Avenida Mirador del Norte.

This great extension of land, approximately 5 kilometers long and 1 kilometer wide, will be always remembered as part of the important group of green areas which President Joaquin Balaguer has reserved for the city of Santo Domingo.

From the very beginning of his government, in 1966, this President determined the creation of the Park Mirador del Sur, the Park del Este -Los Tres Ojos, the Botanical Garden, the Zoological Park, the Olimpic Center and the Park of La Caleta, besides ordering the transformation into a park of the whole lineal extension of the Autopista de las Americas, which connects the capital with the airport, among others.

Considering that the population of Santo Domingo in 1975 was of 1,100,000 inhabitants, the total of all these green areas would have provided 4 square meters per person.

Fifteen years later, with the addition of this new Park Mirador del Norte this ratio becomes more favorable.

The Park itself protects 5 km of the basin of the River Isabela which is about 14 km long. It has a very privileged position as far as the city is concerned, because it may be reached through different routes and is located at a relatively short distance from the most important human settlements of Santo Domingo.

The park is important for those who want to use it for excercise and their wellbeing or, simply using the facilities and installations it offers. Besides that, even for those that do not visit it, the Park is of great environmental and ecological importance, a natural reserve which benefits nearby areas.

The land selected for this park has natural conditions that are not commonly found: a rolling hill type with plateaus, brooks and ravines, low land, wetlands, etc, all filled with a mixed forest which will eventually represent an exuberant genetic heritage, offering opportunities for education on all levels, as well as for research, while available for the enjoyment of all the inhabitants of the city.

Criteria used in the design of the Avenida Mirador Norte

This Avenue Mirador del Norte is a route which lies at the North border of the Park limits, permitting access from different sectors, East, Central and West, as well as from different urban areas which are rising between this Avenue and the existing “barrios”.

The draft of this route was designed within the space allotted in Decree No.3I2-92, taking into consideration different criteria:

l. The Decree No.312-92

2. The limits of the Park Mirador del Norte

5. Scenic and panoramic values of the Park from this very route

4. Access to different sectors of the Park, as well as to the different future human settlements that would arise along this route.

5. Urban street plan

6. The agreements with the actual owners for acquisition of the land to complete the plans.

1 . The Decree No . No.312-92

This declares as public utility the land of the Park, giving it sufficient amplitude to fulfill the purposes which give rise to this area for its interesting topography, brooks, hills, wretland, canals, etc, with conditions that offer different possibilities of design in order to select the planimetric lines of the way, while keeping it within the perimeter determined by the presidential decree.

2 and 3. Limits of the Park and the scenic and panoramic values

While fixing the limits of the Park in physical terms it was tried to give the design of the avenue the best scenic and panoramic possibilities, tracing from key points of the terrain, high enough to make this route a true “mirador” and resolving the crossing of canals with embanknents with soft slopes in such way that once they would be covered by grass they would reintegrate within natural surrounding of the existing slopes. The same criteria will apply to short slopes and berms so they would also have soft shoulders.

4. Access to different sectors of the Park, as well as to different settlements that will rise along the entire route.

There are three major sectors in the Parque Mirador Norte: East Sector, between the Avenue Máximo Gómez and the River Yaguaza, Central

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Sector, between the River Yaguaza and the Central Cañada, and West Sector between the Cañada and the Avenue Charles De Gaulle.

In each one of these sectors there are different facilities for the use by the public, as well as some office installations related to the security vigilance and the maintenance of the Park.

The avenue represents the chief access to those sectors and at the same timeit will serve the future settlements arising between it and the existing barrios.

5. Urban street plan (transit plan)

The route under consideration has landscape and recreative qualities, hence for these reasons its length is the scenic route, for low speeds, that is of not more than 30 kms per hour. Nevertheless it is functional and it connects to the street network of Santo Domingo permitting reduction of congestion in the bridge over the River Isabela which in the morning hours (7 to 9 am) and the afternoon (4 to 7 pm) has critical moments, making the transit between Santo Domingo and Villa Mella very difficult.

6. Agreements with the actual owners for final acquisition of the land.

In the planing of this route we have taken into consideration the actual owners respecting some of the intallations in a way that the process for relocating the stables and barnes for cattle would not be traumatic, and besides, so that the land outside the park, not affected by the relocation, would harmonize with the Park and garantee that its surroundings should not be affected by squatters.

The preservation of the environment is the chief idea within the Decree No.l83-93 of President Joaquin Balaguer, which sets the limits of the Green Belt of Environmental Protection of the city of Santo Domingo and No- 155/87 which creates the Commission for the Environment, both establishing protection for the river basins of the Isabela and Ozama rivers of our city, which include the Park Mirador Norte and regulate the use of land which forms part of the park, as well as of other parts of the city which are under threat of pollution.

The slogan “Saving green for tomorrow” is a truth demostrated by the great green areas which already exist in Santo Domingo: Park Mirador Sur, Botanical Garden, the Zoological Garden, Park Mirador East, National Aquarium and Ia CaletaPark.

These areas established and built by order of President Joaquín Balaguer, follow his concern for the preservation of balance and harmony in the city.Let us repeat as himself states: “The cities expect of us,who live in them, that we should also live for them; they expect that with affection, we should carry them close to our heart, that we should defend them and

keep them healty. And this attitude isproper not only of the authorities, but of all citizens as well”.

For this reason, in spite of criticisms, President Balaguer maintained this ideology, firmly and perseverantly leading our capital towards being a better city, which can be the pride of all the Dominicans.

The logotype of the Park Mirador Norte is desiged by Young & Rubicam Damaris,C porA. under their auspices; end this important firm includes the Park in its programs, meant to preserve the environment and to defend our natural resources.

Conclusion

Once I was looking at a Roman bridge, in the city of Córdoba in Andalucía, over the river Guadalquivir, slow, stony and with muddy waters. I was taken aback by a stone slab with verses attributed to Góngora, wich said as follow:

“To Córdoba

Oh, sublime wall, oh, towers crowned with honor, majesty, and bravery. Oh great river, great king of Andalucia of noble sand, if not made of gold !!!”

I have a strong memory of this occasion because it moved me deeply, as the imagination of the poet, who could not hide the reallty of the poverty of the river, brought out, instead, its noble and historic values.

Santo Domingo has been also exhalted in verses of the poet Joaquín Balaguer:

“It is not your old ground that is worthy of praise because in it Hispanic great deed began with Cortez, with Pizarro,with Balboa. It is rather, because in this more-than—human venture that your name appeared on the ship’s prow, opening towards American history”.

But, besides that, one can truly say that Santo Domingo is one of the most beautiful cities of the world as seem from the fourth floor level.

May she be beatiful, though conflict ridden, also within its streets.

And it does have its part of hell’s misery... Our poet does not bring out the misery and rather proposes correcting it by facing the situation, gaining space in time to permit that we should become aware enough to do all that we must do in order to enjoy the opportunities of a city in harmonious equilibrium.

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Equipo de ingenieros y arquitectos colaboradores

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Perspectivas de proyectos

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Reconocimientos

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Fotos con el expresidente

Joaquín Balaguer

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Colección del Banco Central de la República Dominicana

SERIE ARTE Y LITERATURA

Acosta, José

La tormenta está fuera (Ed. 2016)

Alcántara Almánzar, José

La aventura interior (1ra. ed. 1997; 2da. ed. 2008)

Catálogo de la colección del Banco Central (en colaboración con Luis José Bourget) (Ed. 2008)

Pedro Henríquez Ureña. Antología mínima (prólogo, selección y apéndices) (1ra. ed. 2004; 2da. ed. 2012) Catálogo de la colección del Banco Central 2008-2018 (en colaboración con Luis José Bourget) (Ed. 2018)

Almánzar R., Armando

Concerto grosso. Cuentos (Ed. 2006)

Arquímedes y el Jefe y otros cuentos de la Era (1ra. ed. 1999; 1ra. reimp. 2008)

Thanksgiving Day (Ed. 2010)

El elegido y otras historias desconsoladas (Ed. 2016)

Álvarez, Soledad

De primera intención. Ensayos y comentarios sobre literatura (Ed. 2009)

Amiama Castro, Octavio

Xavier Amiama, pintor de la noche de Haití. Biografía novelada (Ed. 2000)

Banco Central de la República Dominicana. Departamento Cultural (Editor) 50 aniversario Banco Central de la República Dominicana. Artistas dominicanos. Los tesoros artísticos del Banco Central (catálogo) (Ed. 1997)

Pinacoteca (1ra. ed. 1999; 1ra. reimp. 2001; 2da. reimp. 2003; 2da. ed. 2005; 3ra. ed. 2009)

Dos coloquios sobre la obra de Juan Bosch (Ed. 2010)

Beiro Álvarez, Luis

El criterio ejercido (Ed. 2007) Nadie te vio morir (Ed. 2019)

Belliard, Basilio

El imperio de la intuición. Ensayos literarios (Ed. 2013)

Octavio Paz. Temporalidad y soledad (Ed. 2021)

Berroa, Rei

Aproximaciones a la literatura dominicana, 1930-1980 (Ed. 2007)

Aproximaciones a la literatura dominicana, 1981-2008 (Ed. 2008)

Blonda, Máximo Avilés

Cuaderno de la infancia (1ra. ed. 1998; 2da. ed. 2007)

Bonnelly de Díaz, Aída En torno a la música. Guía para la apreciación musical (Ed. 2001)

Collado, Miguel

En torno a la literatura dominicana. Apuntes literarios, bibliográficos y culturales (Ed. 2013)

De Maeseneer, Rita

Seis ensayos sobre narrativa dominicana contemporánea (Ed. 2011)

Delmonte Soñé, José E. Alquimias de la ciudad perdida. Relatos breves para compartir en sobremesa bajo lluvia (Ed. 2009)

Di Pietro, Giovanni Quince estudios de novelística dominicana (Ed. 2006)

Díaz Fernández, Aída Laureles y pájaros. (Ed. 2022)

Espaillat Cabral, Arnaldo La tumba vacía (Ed. 2008)

Fernández Pequeño, José M. Se cortan chazo (Ed. 2022)

Font Bernard, R.A. Crónicas elementales (Ed. 2003)

García, José Enrique La palabra en su asiento. Análisis poético (Ed. 2004) Estas historias (Ed. 2021)

García Guerra, Iván La guerra no es para nosotros (Ed. 2022)

Gautreau de Windt, Eduardo Relatos de un silbo (Ed. 2018)

Gimbernard, Jacinto Narraciones de vuelta al mundo (Ed. 2000)

Gómez Beras, Carlos Roberto Sólo el naufragio. {Poesía} (Ed. 2018)

Gómez Rosa, Alexis La mirada imantada. Antología poética (Ed. 2014)

232

Gutiérrez, Franklin

Manuel de Jesús Galván. Vaivenes de una existencia revuelta (Ed. 2020)

Hernández Caamaño, Ida

El amor todos los días (Ed. 2001)

Hernández, Edith

Manual de estética musical (Ed. 2018)

Hernández Núñez, Ángela Onirias. Poesía e imagen (Ed. 2012) Escribir sobre una ola (Ed. 2015)

Herrera, Jochy

Estrictamente corpóreo (Ed. 2018)

Jorge Mustonen, Pablo Mar de recuerdos (Ed. 2012) Primavera (Ed. 2016)

Lantigua, José Rafael

Un encuentro con el Comandante. Letras racionadas (Ed. 2016)

León David

Cálamo currente. Ensayos sobre cultura, literatura y arte (Ed. 2003)

Llort, Julio y Marianne de Tolentino Julio Llort, una vida por el arte (Ed. 2019)

Macarrulla, Dulce

Por los lugares del recuerdo (Ed. 2001)

Manera, Danilo

Los hermanos de la costa. Incursiones en la literatura dominicana (Ed. 2022)

Marion-Landais, Jeanne y María Mercedes Rodríguez Vásquez de Ornes Testimonio de acoso y resistencia durante la tiranía (Ed. 2021)

Marizán, Narda

Con ojos de mariposa. Cuentos (Ed. 2018)

Martínez, Cristian

Tureiro, areyto de la tierra y el cielo, mitología taína (Ed. 2007)

Mieses, Juan Carlos

Caminos sobre la mar (Ed. 2015)

Miller, Jeannette

Fredy Miller. Realidad y leyenda. Cuentos, poemas y otros escritos (Editora) (Ed. 2005)

María Ugarte. Textos literarios (Editora) (Ed. 2006)

Textos sobre arte, literatura e identidad. Ensayos (Ed. 2009) Polvo eres. Poemas (Ed. 2013)

Testigo de la luz. Poemas, 1964-2016 (Ed. 2017)

Montás, Onorio, Pedro José Borrell y Frank Moya Pons Arte taíno (1ra. ed. 1983, 1ra. reimp. 1985, 2da. reimp. 1999, 3ra. reimp. 2003, 2da. ed., 2011)

Moré, Gustavo Luis, Omar Rancier, Marianne de Tolentino y Roberto Segre Banco Central. 60 años de historia, arquitectura y arte = Central Bank. 60 Years of History, Architecture and Art (Ed. 2007)

Munnigh, Fidel Huellas del errante (Ed. 2002) Pensar la imagen, pensar la mirada (Ed. 2017)

Núñez, Apolinar Seis asedios a la literatura latinoamericana (Ed. 2005)

Núñez Cedeño, Rafael A. Desarrollos y procesos lingüísticos en el español dominicano (Ed. 2021)

Ossers, Manuel A. Estudios literarios dominicanos (Ed. 2014) Escritoras hispanoamericanas. Ensayos críticos (Ed. 2019)

Perdomo, Miguel Aníbal Cornalina (Ed. 2012) Ensayos al vapor (Ed. 2014)

Pereyra, Emilia Resistencia cultural en la dominación haitiana (Ed. 2020)

Pérez de Cuello, Catana Sinfonía de ideas en 4 movimientos (Ed. 2006)

Piantini Munnigh, Luis Manuel Luz encarcelada (Ed. 2000)

Prida Busto, Juan Manuel En la luz de la noche (Ed. 1999)

Reyes Sánchez, Miguel Sombreros para un viajero. Antología de ensayos sobre cultura y literatura (Ed. 2004)

Risco, Minerva del Te llamé tantas veces (Ed. 2021)

Rivas, Sara María (Editora) A toda lágrima y a toda sed. Conversaciones con René Rodríguez Soriano (Ed. 2017)

Rodríguez, Néstor E. Crítica para tiempos de poco fervor (Ed. 2009)

Rodríguez Demorizi, Emilio Cartas a Silveria (Ed. 2006)

Rodríguez Fernández, Arturo El sabor de las hormigas. Cuentos (Ed. 2008)

233

Rodríguez Soriano, René

Voces propias. Conversaciones (Ed. 2018)

Rosario, Fari

Los espejos asesinos y otras minificciones (Ed. 2017)

Rosario Candelier, Bruno

El aspirar del aire (Ed. 2015)

Rueda, Manuel

Imágenes del dominicano (Ed. 1998)

Las metamorfosis de Makandal (1ra. ed. 1998; 2da. ed. 1999)

Sánchez Beras, César

Con las voces del otro (Ed. 2016)

Un mundo chiquito que cabe en un sueño. Textos infantiles (Ed. 2022)

Solano, Rafael

Música y pensamiento. Crónicas y reflexiones de un músico dominicano. (Ed. 2015)

Stanley, Avelino

La novela dominicana 1980-2009. [Perfil de su desarrollo] (Ed. 2010)

Toirac, Luis

La hiedra interior (Ed. 2003)

Las ramas del viento (Ed. 2011)

Acantilados distantes (Ed. 2017)

Tolentino, Marianne de Otras miradas. Obras de arte del Banco Central (Ed. 2004)

Mi primer museo (Ed. 2005)

Pieza del mes 2007 (en colaboración con Vladimir Velázquez Matos) (Ed. 2008)

Ángel Haché en escena (Ed. 2009)

Pieza del mes 2008-2010 (en colaboración con Vladimir Velázquez Matos) (Ed. 2011)

Voces de Aída. Selección de textos críticos sobre música (Editora) (Ed. 2015)

Valdez, Diógenes

La noche de Jonsok. (Un antes) (Ed. 2000)

Valdez, Pedro Antonio

Dominicanos (Ed. 2019)

Valdez Albizu, Héctor

La cultura en el Banco Central (Ed. 2008)

La cultura en el Banco Central. Discursos 2008-2011 (Ed. 2012)

La cultura en el Banco Central. Discursos 2012-2014 (Ed. 2014)

La cultura en el Banco Central. Discursos 2014-2016 (Ed. 2016)

La cultura en el Banco Central. Discursos 2016-2018 (Ed. 2018)

La cultura en el Banco Central. Discursos 2018-2020 (Ed. 2020)

La cultura en el Banco Central. Discursos 2020-2022 (Ed. 2022)

Vallejo de Paredes, Margarita y Alexandra Paredes de Fernández Diccionario de refranes (Ed. 2002)

Vásquez, Felicia

Bajo el sol de Guabatico (Ed. 2019)

Vega, Máximo

Era lunes ayer. Cuentos (Ed. 2014)

La vida de las estrellas (Ed. 2021)

Velázquez Matos, Vladimir Líneas alternas (Ed. 2006)

Villanueva, Rafael Ensayos sobre música (Ed. 2001)

Windt, Julio de Testimonios de un director de orquesta (1ra. ed. 2000; 2da. ed. 2007)

Zapata, César Augusto Persistencia del ángel (lugares comunes en la vida de Claudio Cruz) (Ed. 2017)

Zimmermann del Castillo, Silvia Manuel y la lluvia (Ed. 2006)

SERIE BIBLIOGRAFÍA ECONÓMICA

Banco Central de la República Dominicana. Departamento Cultural (Editor)

Bibliografía económica dominicana 1978-1982 (Ed. 1983)

Bibliografía económica dominicana 1983-1986 (Ed. 1986)

Bibliografía económica dominicana 1947-1987 (Ed. 1991)

Bibliografía económica dominicana 1988-1996 (Ed. 1998)

Bibliografía económica dominicana 1997-1998 (Ed. 2000)

Bibliografía económica dominicana 1999-2000 (Ed. 2002)

Bibliografía económica dominicana 2001-2002 (Ed. 2004)

Bibliografía económica dominicana 1947-2004 (CD-ROM) (Ed. 2005)

Bibliografía económica dominicana 1947-2004 (Ed. 2006)

Bibliografía económica dominicana 2005-2006 (Ed. 2007)

Bibliografía económica dominicana 2007-2008 (Ed. 2009)

Bibliografía económica dominicana 2009-2010 (Ed. 2011)

Bibliografía económica dominicana 2011-2012 (Ed. 2013)

Bibliografía económica dominicana 2013-2014 (Ed. 2015)

Bibliografía económica dominicana 2015-2016 (Ed. 2017)

Bibliografía económica dominicana 2017-2018 (Ed. 2019)

Bibliografía económica dominicana 2019-2020 (Ed. 2021)

SERIE CIENCIAS SOCIALES

Alemán, José Luis

Una interpretación de la política monetaria y bancaria dominicana 1984-1999 (Ed. 2000)

Andújar Scheker, Julio G.

Macroeconomía aplicada. Economía política de las reformas en República Dominicana (Ed. 2012)

Economía de lo inusual (Ed. 2020)

Ayala Lafée de Wilbert, Cecilia, Werner Wilbert y Ariany Calles

Juan Pablo Duarte en la Venezuela del Siglo XIX. Historia y leyenda (Ed. 2014)

234

Balcácer, Juan Daniel Vicisitudes de Juan Pablo Duarte (2da. ed. 2011)

Banco Central de la República Dominicana. Departamento Cultural (Editor) Duarte revisitado [1813-2013]. (en colaboración con José Chez Checo, Jorge Tena Reyes, Orlando Inoa, José Miguel Soto Jiménez) (Ed. 2012) Cronología del BCRD, 1947-2017 (Ed. 2017)

Brache Batista, Anselmo Constanza, Maimón y Estero Hondo. Testimonios e investigación sobre los acontecimientos (3ra. ed. 2008)

Brea García, Emilio José El último monumento (Ed. 2013)

Cabral de Poladura, Atala Museo de las Casas Reales. Apuntes de un recorrido 1976-1988 (Ed. 2010)

Canahuate, Mildred (Editora) Presencia de la cultura precolombina en el arte caribeño contemporáneo (1ra. ed. 2000; 2da. ed. 2009)

Capellán Costa, Rafael E., Víctor Miguel García y Amarilis Altagracia Aquino (Editores)

Análisis de la coyuntura internacional. Ensayos acerca del impacto de la economía mundial sobre el sector externo dominicano (Ed. 2018)

Chez Checo, José La independencia nacional. Su proceso (Ed. 1999)

Cuello Nieto, César La compleja existencia de la tecnología. Tecnología, ciencia, desarrollo, sociedad y medioambiente (Ed. 2012)

Del Castillo, José Agenda de fin de siglo (Ed. 2004)

Deive, Carlos Esteban Rebeldes y marginados. Ensayos históricos (Ed. 2002) Los dominicanos vistos por extranjeros (Ed. 2009)

Federación Internacional de Sociedades Científicas (Editores) Culturas aborígenes del Caribe (Ed. 2001)

Ferrán, Fernando I. Los herederos. ADN cultural del dominicano (Ed. 2019)

Fuentes Brito, Frank, Víctor Miguel García y Amarilis Altagracia Aquino (Editores)

Análisis de la coyuntura internacional. Ensayos acerca del impacto de la economía mundial sobre el sector externo dominicano (Ed. 2014)

García de Brens, Lilliam Cultura indígena y educación natural (Ed. 2004)

Gautier, Manuel Salvador

El encanto de la arquitectura. Papeles sobre restauración de monumentos y otros temas (Ed. 2011)

Guiliani Cury, Hugo Pensamiento y acción de Hugo Guiliani Cury (Ed. 2010)

Landolfi, Ciriaco Evolución cultural dominicana 1844-1899 (2da. ed. 2012)

Lebrón Saviñón, Mariano Cultura y patología (Ed. 2000)

Lozano, Wilfredo

Los trabajadores del capitalismo exportador. Mercado de trabajo, economía exportadora y sustitución de importaciones en la República Dominicana, 1950-1980 (Ed. 2001)

Moré, Gustavo Luis Rafael Tomás Hernández . La ciudad del hombre (Editor) (Ed. 2023)

Pérez Brown, Marcelle O. Gascue. Jardín urbano (2da. ed. 2011)

Pérez-Ducy, Ellen. La obra del Dr. José Luis Alemán, S.J. Revisión y análisis de su pensamiento económico, 1968-2007 (Ed. 2012)

Pérez Guerra, Irene Historia y lengua. La presencia canaria en Santo Domingo. El caso de Sabana de la Mar (Ed. 2022)

Pérez Memén, Fernando Ensayos sobre historia social, política y cultural de la República Dominicana y México (Ed. 2015)

Piantini Munnigh, Luis Manuel Apuntes de economía y política (Ed. 2000)

Pichardo Muñiz, Arlette 12 ensayos de futuro sobre economía y sociedad (Ed. 2004)

Polanco Brito, Hugo Eduardo Exvotos y “Milagros” del Santuario de Higüey (1ra. ed. 1984)

Exvotos, Promesas y Milagros de la Virgen de la Altagracia (Título a la 2da. ed. 2010)

Prazmowski, Peter A., José R. Sánchez-Fung, Amelia U. Santos Paulino (Editores)

Ensayos sobre macroeconomía en la República Dominicana y países en vías de desarrollo (Ed. 2004)

Essays on Macroeconomics in the Dominican Republic and Developing Countries (Ed. 2004)

235

Valdez Albizu, Héctor

Un camino hacia el desarrollo I (Ed. 2007)

Un camino hacia el desarrollo II (Ed. 2007)

Un camino hacia el desarrollo III (Ed. 2018)

Vanderplaats de Vallejo, Catharina Anacaona. La construcción de la cacica taína de Quisqueya. Quinientos años de ideologización. (Ed. 2015)

Veloz Maggiolo, Marcio Antropología portátil (Ed. 2001)

Veloz Molina, Francisco

La Misericordia y sus contornos. 1894-1916 (narración de la vida y costumbres de la vieja ciudad de Santo Domingo de Guzmán) (Ed. 2003)

SERIE COMPOSITORES DOMINICANOS (Música en CD-ROM)

Banco Central de la República Dominicana Cinco décadas (1ra. ed. 1998; 2da. ed. 2008)

Bustamante, Bienvenido

Compositores dominicanos. Bienvenido Bustamante (Ed. 2007)

Orquesta Sinfónica Nacional Julio de Windt (Director)

Geraldes, María de Fátima

Compositores dominicanos. Música para piano (1ra. ed. 1999; 2da. ed. 2008)

Peña Comas, Evelyn, Nathalie Peña Comas y Nicole Peña Comas Entre cantos y danzas (Ed. 2021)

Sánchez Acosta, Manuel Manuel y sus amigos (Ed. 2002)

Taveras, Jorge Contigo (1ra. ed. 1998; 2da. ed. 2008)

Tayson, Pura

Compositores dominicanos en la voz de Pura Tayson (Ed. 2021)

Troncoso, Manuel Sígueme (Ed. 2005)

SERIE CUENTOS VIRGILIO DÍAZ GRULLÓN

Banco Central de la República Dominicana Departamento Cultural (Editor)

Vendimia Primera. Concurso de Cuentos Virgilio Díaz Grullón 2001 (Ed. 2002)

Vendimia Segunda. Concurso de Cuentos Virgilio Díaz Grullón 2002 (Ed. 2004)

SERIE EDUCATIVA BCRD

Almonte Diloné, Henry ¿Qué es un banco central? (Ed. 2006)

¿Qué es el dinero? (Ed. 2007)

¿Qué es la inflación? (Ed. 2008)

SERIE NUEVA LITERATURA ECONÓMICA

Banco Central de la República Dominicana Departamento Cultural (Editor)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 1996 (Ed. 1997)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 1998 (Ed. 1999)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 1999 (Ed. 2001)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2000 (Ed. 2001)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2001 (Ed. 2002)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2002 (Ed. 2003)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2003 (Ed. 2004)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2004 (Ed. 2005)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2005 (Ed. 2006)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2006 (Ed. 2007)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2007 (Ed. 2008)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2008 (Ed. 2009)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca” Juan Pablo Duarte” 2009 (Ed. 2010)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2010 (Ed. 2011)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2011 (Ed. 2012)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2012 (Ed. 2013)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2013 (Ed. 2014)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2014 (Ed. 2015)

Nueva literatura económica dominicana 2014. Menciones de honor (Ed. 2015)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2015 (Ed. 2016)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2016 (Ed. 2017)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2017 (Ed. 2018)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2018 (Ed. 2019)

236

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2019 (Ed. 2020)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2020 (Ed. 2021)

Nueva literatura económica dominicana. Premios del Concurso

Biblioteca “Juan Pablo Duarte” 2021 (Ed. 2022)

SERIE NUMISMÁTICA Y FILATÉLICA

Álvarez Rey, Avelino

Introducción a la numismática (Ed. 2000)

Banco Central de la República Dominicana

Departamento Cultural (Editor)

Catálogo de la Sala Filatélica (Ed. 2001)

Billetes dominicanos 1947-2002 (Ed. 2002)

Catálogo del Museo Numismático (1ra. ed. 1997; 2da. ed. 2004)

Exposiciones temporales en el Museo Numismático y Filatélico (Ed. 2010)

Exposiciones temporales en el Museo Numismático y Filatélico 2011-2014 (Ed. 2014)

Exposiciones temporales en el Museo Numismático y Filatélico 2014-2016 (Ed. 2016)

Exposiciones temporales en el Museo Numismático y Filatélico 2016-2018 (Ed. 2018)

Exposiciones temporales en el Museo Numismático y Filatélico 2018-2020 (Ed. 2020)

Exposiciones temporales en el Museo Numismático y Filatélico 2021-2022 (Ed. 2022)

Machado de Sosa, Sinthia Conozcamos nuestro dinero (Ed. 2005)

Gráficas del papel moneda en la República Dominicana (Ed. 2010) Coleccionismo y billetes dominicanos 1947-2009 (Ed. 2011)

Mueses, Danilo A.

Emisiones postales dominicanas 1865-1965 (Ed. 1999)

República Dominicana : los sellos clásicos = Dominican Republic : The Classic Stamps (Ed. 2001)

Ravelo A., Oscar E.

El correo en Santo Domingo. Historia documentada (reimpresión facsimilar) (Ed. 2000)

Utrera, Cipriano de (Fray)

La moneda provincial de la Isla Española. Documentos (reimpresión facsimilar) (Ed. 2000)

SERIE OBRAS PREMIADAS

Banco Central de la República Dominicana Departamento Cultural (Editor)

Obras premiadas. Primer Concurso de Arte y Literatura Bancentral 1995 (Ed. 1996)

Obras premiadas. Segundo Concurso de Arte y Literatura Bancentral 1996 (Ed. 1997)

Obras premiadas. Tercer Concurso de Arte y Literatura Bancentral 1997 (Ed. 1998)

Obras premiadas. Cuarto Concurso de Arte y Literatura Bancentral 1998 (Ed. 1999)

Obras premiadas. Quinto Concurso de Arte y Literatura Bancentral 1999 (Ed. 2001)

Obras premiadas. Sexto Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2000 (Ed. 2001)

Obras premiadas. Séptimo Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2001 (Ed. 2002)

Obras premiadas. Octavo Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2002 (Ed. 2003)

Obras premiadas. Noveno Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2005 (Ed. 2006)

Obras premiadas. Décimo Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2006 (Ed. 2007)

Obras premiadas. Decimoprimer Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2007 (Ed. 2008)

Obras premiadas. Decimosegundo Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2008 (Ed. 2009)

Obras premiadas. Decimotercer Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2009 (Ed. 2010)

Obras premiadas. Decimocuarto Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2010 (Ed. 2011)

Obras premiadas. Decimoquinto Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2011 (Ed. 2012)

Obras premiadas. Decimosexto Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2012 (Ed. 2013)

Obras premiadas. Decimoséptimo Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2013 (Ed. 2014)

Obras premiadas. Decimoctavo Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2014 (Ed. 2015)

Obras premiadas. Decimonoveno Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2015 (Ed. 2016)

Obras premiadas. Vigésimo Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2016 (Ed. 2017)

Obras premiadas. Vigésimo primer Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2017 (Ed. 2018)

Obras premiadas. Vigésimo segundo Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2018 (Ed. 2019)

Obras premiadas. Vigésimo tercer Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2019 (Ed. 2020)

Obras premiadas. Vigésimo cuarto Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2020 (Ed. 2021)

Obras premiadas. Vigésimo quinto Concurso de Arte y Literatura Bancentral 2021 (Ed. 2022)

237

Esta primera edición de quinientos (500) ejemplares de Rafael Tomás Hernández. La ciudad del hombre, de Gustavo Luis Moré (editor), se terminó de imprimir en la Subdirección de Impresos y Publicaciones del Departamento Administrativo del Banco Central de la República Dominicana, en el abril de 2023.

238

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