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Revista Red de Innovadores - Aapresid Nº 185
Un encuentro virtual que reafirmó la importancia de estar juntos
Nada detiene a las Regionales Aapresid que, en medio de un contexto difícil, llevaron adelante su encuentro anual de forma virtual. En esta nota te contamos todo lo que nos dejó este EAR virtual 2020.
Como todos años, y ya como una tradición en Aapresid, el pasado 21 y 22 de Mayo se llevó adelante el Encuentro Anual de Regionales Aapresid. A pesar del contexto y la realidad que nos toca este año, el equipo de Regionales decidió fomentar la unión y el trabajo en conjunto, es por eso que el EAR de este año se realizó en formato virtual.
Alejandro Petek, presidente de la institución, tuvo a su cargo la apertura del encuentro y remarcó que los tiempos de crisis, como el actual, son una oportunidad para pensar el rol de cada uno y poner a prueba nuestra actitud ante las dificultades. “Esto es válido también para las instituciones. Es la actitud de búsqueda de soluciones la que hace que el resultado finalmente llegue. La naturaleza Aapresid es ir para adelante. En un primer momento, se propuso hacer frente a problemas del sistema de producción, como la erosión. Con el tiempo, entendimos que había cuestiones vinculadas a la sustentabilidad, no solo físicas, químicas o biológicas, sino humanas. Y acá todavía tenemos mucho que aprender. Es hora de repensar el rol de Aapresid dentro de la comunidad”, dijo.
Petek destacó que la virtualidad ofrece oportunidades desafiantes y auspiciosas. “Nuestro reconocido y ya instaurado Congreso este año se hará en forma virtual. Esto permitirá llegar a más gente, tanto disertantes como asistentes. Apostamos por un Congreso que ofrezca un espacio para el intercambio del saber en el agro, fundamental para la producción, y con diversas miradas que permitan elaborar nuevos caminos y horizontes sustentables”, destacó.
Alejandro Petek, Presidente Aapresid, dió inicio al Encuentro Virtual de Regionales 2020.
Este año, la mira del EAR estuvo puesta en el compromiso con la acción colectiva, hacia adentro y hacia afuera de la institución, y también en la motivación. “Qué nos motiva a actuar y cómo podemos potenciar nuestro valor. Esos serán los ejes del EAR 2020”, explicaron el director adjunto de Regionales, Hernán Dillon, y el gerente de Programa, Matías D’Ortona, antes de dar inicio al primer panel del encuentro.
(arriba) Hernán Dillon, Director Adjunto del Programa Regionales Aapresid.
(debajo) Matias D'Ortona, Gerente del Programa
PONIENDO EN VALOR AAPRESID: EXPERIENCIAS DE SOCIOS
El primer panel abordó experiencias de socios regionales. Santiago Guazzelli, quien contó desde su propia experiencia personal y de una manera muy emotiva, como el trabajo en equipo, el compromiso y la necesidad de salir adelante lo marcó desde su juventud. Muchos años después fue el mismo compromiso el que logró dar impulso en 2018 a conformar esta Regional (Tandilia). Fue con la ayuda del staff de Aapresid, de su ATR Javier y de algunos de sus miembros, pero sobre todo fue gracias al gran trabajo en equipo.
Hoy Tandilia es una regional abierta que reúne 51 miembros, sin restricciones en cantidad de personas ni profesión: “Además de ingenieros agrónomos, participan empleados de banco, un ingeniero industrial y un ingeniero electrónico, que se autodefine como contratista de agricultura de precisión”, confiesa. Esa pluralidad, reconoce Santiago, trajo buena sinergia en el grupo y abrió puertas en diferentes lugares: “Hacia afuera, trabajamos con el Concejo Deliberante y con intendentes impulsando Municipio Verde, y con los colegios llevando el mensaje de Aula Aapresid”.
(de arriba hacia abajo)
Poniendo en valor Aapresid. Santiago Guazzelli, Regional Tandilia. Mauro Rabozzi, Regional Villa María. Andres Garciarena, Regional 25 de Mayo.
En Tandilia están convencidos del trabajo en redes que promueve Aapresid, tanto con diferentes Chacras así como las universidades de Azul, de Tandil y de Balcarce. “Esta vinculación nos potencia y, si sumamos a cada socio, logramos generar un montón de información seria y confiable sobre diversos temas: cultivos de servicios, maíz de segunda, maíz temprano y tardío, manejo de crucíferas, resistencias cruzadas y modos de acción, resistencia de mancha amarilla, entre otros”, enumeró.
Mauro Rabozzi, miembro de la Regional Villa María y coordinador del Nodo Oeste, explicó el rol de las crisis como oportunidades de innovación y de la acción colectiva como herramienta para llevar una idea a buen puerto. “Los grandes cambios ocurren de forma caótica, como el Big Bang. El Big Bang de la Regional Villa María fue en 2016. Habíamos logrado conformar un grupo, pero no teníamos un norte claro”, recordó.
Los informes técnicos fueron clave para definir objetivos. “Al principio todo iba bárbaro, pero los buenos informes necesitan de buenos datos e información precisa, y esto depende del aporte y compromiso de todos. Nosotros teníamos dificultades con la recopilación de información. Entonces decidimos crear un grupo de WhatsApp y resultó ser una solución ágil e innovadora, que nos ayuda en la elaboración de cada informe”, contó. Los distintos reportes técnicos les sirven para diferentes objetivos de trabajo y también para relacionarse.
Hoy la acción colectiva va más allá de lo técnico y se extiende a la comunidad con el programa CUCURVITA (por Curcuvitaceas), que lleva alimentos a comedores escolares. “Después de una no muy buena experiencia con nuestra primera chocleada solidaria, que por el clima se nos hizo muy difícil la recolección, pensamos en el zapallo cuya maduración es más lenta y nos permitiría además ofrecer un gran alimento”, explicó.
En línea con el lema de Sistema Chacras, que es “aprender produciendo”, la innovación ante la crisis surge de repensar la forma en que vemos las cosas. Ante las malezas resistentes, la Chacra Bandera nació como iniciativa colectiva para buscar nuevos enfoques, yendo más allá de las soluciones convencionales. Ante la degradación de los sistemas, la Chacra Pergamino adoptó una visión sistémica que le abrió las puertas a la biología de suelos, motor de buena parte de los procesos del agroecosistema.
“Si pensamos todos juntos y salimos de la caja, encontramos nuevas formas de producir haciendo un mejor uso de nuestros recursos y siendo sustentables en el tiempo. No hay que abandonar ni retroceder, sino ajustar nuestras miras y reorientar nuestros objetivos”, cerró Mauro.
La búsqueda de conocimiento por la siembra directa (SD) llevó a Andrés Garciarena (Regional 25 de Mayo), quien se encontraba cursando la carrera de ingeniera agronómica, a participar de las primeras UPA's de la Regional Bolivar. Invitado por un amigo cercano se sumaba a estas reuniones (UPA's) donde iniciaban a trabajar y a hablar del sistema de SD. “De ahí empecé a ir a los congresos. Cada congreso me abría la cabeza. Recuerdo uno en el que se habló de que había que darle de comer a las lombrices. En otro de los cultivos de servicios, una herramienta que iba en contra de lo que había aprendido en la facultad sobre la necesidad de barbechos largos, sin nada que consuma agua o nutrientes. Y en otro congreso aprendí la palabra desaprender, con todo lo que eso significa”, dijo.
Aprovechando este impulso que le daban los congresos, Garciarena se juntó con amigos y comenzaron a convocar gente para formar la regional. Fue así como en 2011 se fundó la Regional 25 de Mayo, conformada por una productora, un abogado, un Lic. en Economía Agraria, un veterinario y productores, lo que aseguraba una visión plural.
Ese mismo año apareció la Rama Negra. “Siempre decimos que si no hubiésemos estado juntos, la Rama Negra nos hubiese pasado por encima. Y esto me recuerda lo que alguna vez dijo Alejandro Petek: el conocimiento que no se comparte es conocimiento que se pierde”, reafirmó.
Los compromisos implican obligaciones, y en el caso de Garciarena, viajes a Rosario para asistir a reuniones de Comisión Directiva: “Me di cuenta de que en ese rol institucional, que nada tenía que ver con lo agronómico, aprendía de lo humano: a resolver problemas respetando la mirada de los otros, valorando el intercambio de ideas. Entré a Aapresid buscando conocimiento técnico, pero me dio mucho más. En cada viaje al oeste que hago, sé que cada 100 km hay algún socio amigo con el que puedo contar. Ese también es el valor de Aapresid”. Y agregó: “Uno le dedica mucho tiempo y esfuerzo a Aapresid, pero la institución siempre te retribuye con mucho más de lo que uno le da. El saldo sin dudas va a ser siempre positivo”.
Poniendo en valor Aapresid. Los Socios Regionales contaron en primera persona sus experiencias de vida, y como ello los llevo a la construcción y al trabajo en la Regional, y que experiencias te devuelve ser parte de Aapresid.
CAMPO LIMPIO: GESTIÓN INTEGRAL DE ENVASES VACÍOS
Campo Limpio es una organización que canaliza el aporte de diferentes actores para recuperar, reciclar, reducir y reutilizar los envases vacíos de fitosanitarios, generando una economía circular para el cuidado del medioambiente. La coordinadora general de Campo Limpio, Nieves Pascuzzi, participó de este EAR 2020 y contó algunas de las acciones que están llevando adelante desde la organización.
La salida de la Ley 27.279 en 2016, implementada en 2018, brindó un paraguas y un contexto de normas para el desarrollo del sistema de gestión de envases, y las empresas registrantes deciden hacerlo bajo Campo Limpio. “Buscamos representar a las compañías que producen productos fitosanitarios, y hoy ya son 100 las empresas adheridas”, contó.
Entre los principales desafíos de la organización, se destacan: implementar un sistema de recuperación de envases vacíos que cubra todo el país; sumar a toda la comunidad agropecuaria a las diferentes acciones que llevan adelante; e impulsar un cambio de hábito en las personas para el cuidado del medioambiente.
Son varios los principios rectores de la normativa actual para el manejo de envases vacíos, aunque uno de los más importantes es el de la responsabilidad extendida y compartida para todos los actores de la cadena.
Los registrantes (industria) deberán operar un sistema de gestión, haciéndose responsable de la logística y destino final de los envases (reciclado o disposición) y elaborar e implementar programas de capacitación y concientización sobre manejo adecuado de envases vacíos de fitosanitarios. Por su parte, los comercializadores (distribuidores
y/o agronomías) deberán entregar toda la información referida al sistema de gestión al usuario y colaborar con el registrante en lo que respecta a la administración y gestión de los Centros de Almacenamiento Transitorios (CATs). Mientras que los usuarios (productores y/o aplicadores) garantizarán la realización de triple lavado o lavado a presión, la devolución del envase (a partir de la fecha de compra, tienen hasta un año), y la entrega obligatoria de todos los envases en los CATs.
Según contó Nieves, al momento tienen sistemas operando en Buenos Aires, La Pampa y Salta, y tienen planes en proceso en las provincias de Corrientes y Entre Ríos. El plan de trabajo, incluye algunos elementos como análisis teórico técnico de la zona a cubrir y análisis de distribuidores, y de ahí surge una propuesta integral de CATs.
Luego se plantea la logística y campaña, para llevar adelante el sistema de Campo Limpio. Este plan se comparte con diferentes cámaras, red de BPAs, entre otras instituciones, para ser evaluado por todos. “Una vez que esté el ok, se comienza con la implementación del sistema”, detalló.
Al momento, lograron retirar 239 tn en 2019 y este año llevan recolectadas 211 tn. “Lamentablemente el parate por el CO- VID-19 limitó esta operatoria, pero según estimaciones, este número se hubiese multiplicado por 4”, afirmó Nieves. “Cuantas más provincias sumemos, más envases se recuperarán”, agregó.
MOTIVANDO EL CAMBIO: UNA MIRADA DESDE LA NEUROCIENCIA
El último bloque del día estuvo a cargo del reconocido especialista en Neurociencia, Estanislao Bachrach, quien participó del EAR virtual de Aapresid con una charla sobre motivación para el cambio.
Según el especialista, existen diferentes tipos de inteligencias: Inteligencia intelectual (IQ, por sus siglas en inglés), inteligencia emocional (EQ) e inteligencia espiritual (SQ). Sin embargo, una de las que suele dejarse afuera es la inteligencia de cambio (CQ), que es cuán inteligente somos para poder cambiar. “Al cambiar, se pueden lograr muchas más cosas”, afirmó.
Para saber cambiar, Bachrach dijo que debemos plantearnos tres preguntas: “Primero, ¿somos conscientes de que el que tiene que cambiar es uno? Cuando uno quiere hacer algo distinto, el cambio arranca por uno. La segunda pregunta es, ¿quiero cambiar?. Si uno no tiene ganas de cambiar pero estamos obligados a hacerlo y nos empujan a eso, es posible el cambio pero es más complicado. Y la última pregunta es ¿sabemos cómo cambiar? Hay métodos, técnicas distintas. Yo les voy a hablar desde la neurociencia”, planteó al inicio de su charla.
Para saber qué tan inteligente somos para cambiar, la neurociencia muestra que las personas funcionan bajo un modelo de iceberg (Figura 1). La performance se refiere a cómo nos va, qué resultado tienen nuestro comportamiento o forma de actuar. A su vez, nuestra forma de actuar tiene que ver con las emociones, con el cómo nos sentimos. “No le damos mucha atención al cómo nos sentimos, y cuando estamos mal, tristes o angustiados, solemos echar culpas al resto, a lo externo, y no pensamos en nosotros mismos”, señaló Bachrach.
Detrás de esas emociones están los pensamientos, es decir, la forma de interpretar la realidad. “Son los pensamientos, la forma que tenemos de interpretar día a día lo que sentimos. Con esto no quiero decir que están los pensamientos antes que las emociones, sino que ambas trabajan conjuntamente”, explicó.
Estas etapas no son lineales, sino que pueden fluir en ambos sentidos. “Por tanto, una forma de cambiar nuestro comportamiento es cambiando nuestra forma de pensar: si pienso diferente, puedo sentir diferente, hacer diferente y tener mejores resultados o performance”, resumió. Pero, además, esta estrategia permite cambios a largo plazo. Según Bachrach, “cambiando nuestra forma de pensar y sentir es posible modificar la estructura anatómica del cerebro y el funcionamiento de las neuronas”.
En este sentido, remarcó que nunca es tarde para cambiar la forma de pensar: “Siempre se puede hacer, no importa la edad, el momento de vida o crisis que se atraviese. Podés cambiar tu cerebro y cambiás vos”.
Para lograr estos cambios, el autoconocimiento es clave. La neurociencia descubrió que las áreas del cerebro están relacionadas con la motivación. Según explicó, existen dos sistemas de motivación: Promoción y prevención. Lo que debemos hacer es conocer nuestra ‘actitud’ ante las cosas y saber qué nos motiva: si el desafío y el riesgo (Promoción) o el ‘no perder lo ganado’ (Prevención). También conocer nuestra mentalidad: si tendemos a no creer en que podemos cambiar y que esforzarnos no ayuda (mentalidad fija), o si tendemos a creer que es posible cambiar y aprender de los demás (mentalidad de crecimiento).
“Como el cerebro no diferencia entre realidad y fantasía, es clave lo que le hagamos creer”, explicó. ¿Qué impacto tiene nuestra creencia a la hora de tomar una decisión?
Para poder mejorar, seguir aprendiendo y cambiar son necesarias tres cosas: creer que es posible el cambio, querer hacerlo y practicar. “Aquí es clave la motivación, y para mantenernos motivados, debemos hacer foco en el progreso que hicimos, el esfuerzo que le pusimos y entender el proceso para darnos cuenta que cosas cambiar”, agregó.
Foto (arriba) Estanislao Bachrach, especialista en Neurociencia.
Figura 1 (debajo) Modelo del iceberg para representar nuestra experiencia cotidiana como personas, en la que diferentes capas ocultas y no ocultas se relacionan estrechamente.
Bachrach compartió algunos tips para facilitar el cambio. Lo primero que recomendó es potenciar la mentalidad de crecimiento: “Si tiendo a creer que no puedo cambiar, debo dejar de hablar de problemas y pensar en desafíos. Buscar cosas que podrías hacer distintas. ¿Qué hice bien? ¿Cómo aplicar lo que hice bien? ¿Con quién puedo hablar?”.
¿Qué podemos hacer en estos casos? “Puedo trabajar mi emoción, esa ansiedad o ese miedo, bajando la intensidad de esos sentimientos. De esta manera voy a poder pensar mejor, subiendo así la performance, bajando la incertidumbre y reduciendo la amenaza”, recomendó.
Entre la gente de mayor edad, suele pensarse que es malo hablar de sentimientos y se les enseñó que es mejor ocultar. Sin embargo, según afirmó el especialista, está comprobado que es más sano expresar lo que uno siente, aunque esa emoción no sea placentera.
Al respecto, otra herramienta que sugirió es etiquetar los sentimientos con palabras: enojo, miedo, angustia. Este es el primer paso para cambiar lo que se experimenta por nuevas sensaciones en el futuro: “Esta situación me provoca miedo, la próxima vez que me pase trataré de visualizar coraje”, ejemplificó.
Otra estrategia es no pensar en el pasado, aunque pensar en problemas siempre lleva al pasado. Aquí Bachrach advirtió: “Hay que obligarse a dejar la queja y buscar espacios en la semana para pensar en soluciones: identificando una situación y lo que se puede hacer diferente”. En ese camino, es clave reemplazar la pregunta ¿por qué?, por ¿qué tengo que hacer para…? “En vez de preguntarse ¿por qué vendo poco?, más vale pensar ¿qué puedo hacer para vender más?”, graficó.
El feedback negativo baja nuestro potencial. Es bueno reconocer errores, pero no debe llevar más que algunos minutos. Mejor reconocer los aciertos propios y de los demás. “Esto es clave para mantenerse motivado cuando las cosas no salen como esperamos, haciendo foco en el progreso que hicimos, el esfuerzo que le pusimos, sin dejar de analizar el proceso que nos llevó a ese resultado para saber si es el adecuado”, insistió. También ayuda recurrir a personas que nos reconozcan y valoren.
Otra herramienta es anticipar nuestro camino emocional: ante un cambio es previsible sentir miedo. Anticiparse y prepararse, ayuda a que ese miedo se sienta menos.
Por último, cada vez que se ponga en práctica esta estrategia para el cambio hay que recompensarse, sin importar el resultado. “El cerebro relaciona lo nuevo, en este caso el intento de cambio, con algo agradable, facilitado el proceso en el futuro”, concluyó.
THE WALL, ABRIENDO PUERTAS
Liderada por Aula Aapresid, la segunda jornada del EAR virtual, que se llevó adelante el día 22 de Mayo, apuntó a la búsqueda de herramientas para traspasar las tranqueras y vincularnos con los demás.
Luego de las palabras de apertura del director Adjunto del Programa Regionales, Hernán Dillon, tomó la palabra Pablo Guelperin, coordinador del Proyecto Aula Aapresid, iniciativa orientada a estrechar lazos entre el campo y la sociedad: “Estamos atravesando un momento distinto, pero atravesarlo juntos reconforta. En la primera jornada de este EAR, la idea fue mirar hacia adentro. Hoy proponemos mirar hacia afuera de la tranquera. Pensar en derribar las paredes que nos separan de la comunidad”.
Pablo Guelperin, Regional Paraná. El futuro de aula, se contruye desde hoy.
SALIR DE LA ZONA DE CONFORT Y ROMPER MUROS
El primer panel se enfocó en compartir experiencias de vinculación con la comunidad y estuvo a cargo de tres socios regionales.
Estíbaliz Cuesta es antropóloga y miembro de la Regional Rosario, y contó la experiencia de vinculación que llevan adelante desde la Regional, en la que toman a cada aula como equipo. “No vamos como un equipo, sino vamos como varios”, contó. Específicamente compartió el caso que vivieron con la Escuela Técnica Nuestra Señora de Fátima, ubicada en el barrio La Tablada de Rosario, a la que llevaron el proyecto Aula Aapresid: “¿Cómo fue que nos acercamos y cómo generamos el vínculo? Para lograrlo hay ciertas herramientas que no pueden faltar”, dijo.
La primera es elegir un campo y hacer un recorte de la realidad que vamos a analizar. La segunda es abordar ese campo con mirada objetiva. Para entender cómo piensa el otro, lo primero que hay que hacer es entenderse a uno mismo, analizar la forma propia de ver esa realidad y la de ese otro al que deseamos acercarnos. “En este sentido es clave preguntarse ¿cómo son las personas con las que vamos a trabajar? ¿qué saben del agro? ¿les interesa? ¿Qué piensan de mí como actor del agro? ¿Qué me preguntarán?”, enumeró Estibaliz.
La tercera clave que mencionó es evitar que los prejuicios nos ganen, que nos impidan ver y aprender. “Las emociones nos dicen que nos está pasando, pero hay que prestar atención a las emociones que transmitimos durante la comunicación con el otro, que suelen expresarse a través del cuerpo. En muchas ocasiones esa expresión corporal también se cuela y puede boicotear la comunicación”, advirtió.
La última clave para entablar un vínculo que mencionó Estibaliz es encontrar campos en común, problemáticas compartidas, unir sentidos comunes. “La cultura es el sentido común, por ende, cuando unimos este sentido, generamos cultura”, dijo.
A su turno, Nicolás Bronzovich de la Regional Mar del Plata habló de la importancia de relativizar los prejuicios para entender otras realidades. Nicolás fue uno de los técnicos elegidos para liderar un proyecto internacional de desarrollo de la SD en Guinea, África.
“Recuerdo que en Kankan el primer muro fue el idioma: 15 idiomas y dialectos locales diferentes. A eso se sumaron otros: religiosos, culturales y vinculados a la concepción que se tiene de cosas fundamentales de la vida, como la familia”, contó.
(de arriba hacia abajo)Estibaliz Cuesta, Regional Rosario. Nuestro ambiente social, miedo o parte.Nicolas Bronzovich, Regional Mar del Plata.
Salir de la zona de confort para romper muros. Revitalizar los prejuicios para entender otras realidades.
Alberto Balbarrey, Regional Tandilia, trabajo en red, eje del vínculo con la comunidad
Es inevitable que esas diferencias dividan. Pero Nicolás estaba ahí para cumplir un objetivo, una tarea que se le había confiado. “Yo estaba en África en el marco internacional de Aapresid, para transmitir conocimiento y tecnología. Hubo que dejar de lado las diferencias y creo que una de las claves es la tenacidad. Ser porfiados para seguir conversando e intercambiando aún a pesar de las diferencias”, afirmó.
A pesar de esas diferencias, nunca se perdió el diálogo y se siguió siempre con esa conversación, algo que destacó Nicolás.
Por su parte, Alberto Balbarrey de la Regional Tandilia habló del trabajo en red como eje del vínculo con la comunidad: “Arrancamos trabajando con algunas escuelas rurales y terminamos armando una mesa de redes rurales, con universidades y otras instituciones”.
Esto les abrió las puertas para acercarse a la comunidad mediante acciones concretas y mucho más profundas: acceso al agua, vacunas, salud, etc. Así, el vínculo no se buscó a través de una charla sino a partir de la escucha y la empatía y fue lo que dio paso a nuevas interacciones.
Este vínculo les dejó muchas historias, como la emoción de una maestra a la que le consiguieron agua potable, chicos que quieren que los alcen para trabajar, el agradecimiento de cada director. “Hoy esa gente no nos ve con prejuicios, sino como un aliado, como parte de esa misma comunidad. Esta red nos permitió vincularnos con todos ellos. Ese vínculo, nos hace ser parte de la comunidad y ser escuchados. La clave está en unirnos y trabajar en red para llegar mejor y más lejos”, cerró.
EL FUTURO DE “AULA” SE CONSTRUYE DESDE HOY
El segundo segmento de la mañana estuvo a cargo de Laura Lukasik, emprendedora de UPL, y David Wilson, fundador de Ceibo Digital, una consultora en estrategia y transformación digital. Mediante una activación en vivo con los asistentes, ambos panelistas junto a Pilar Viazzi y Daniel Pérez de Aapresid Joven apuntaron a pensar estrategias que permitan mejorar el Proyecto Aula Aapresid.
La primera actividad invitaba a describir en palabras la percepción que tiene la sociedad respecto al agro, cómo nos sentimos ante estas opiniones y también cuáles son las palabras claves para construir vínculos y abrir puertas. Apertura, empatía, cercanía, comunicación, paciencia y diálogo, fueron algunas de las palabras “puente” que se propusieron.
También se destacó la importancia que los asistentes le dan al proyecto Aula Aapresid en el contexto actual (4.2 en una puntuación del 1 al 5). La interacción permitió además identificar a las escuelas, docentes y políticos como los primeros actores de la comunidad a abordar.
Se destacaron algunos canales como Instagram, WhatsApp y YouTube como herramientas y canales digitales claves para llegar con Aula. Por último, muchos de los asistentes remarcaron la ‘capacitación’ como la primera barrera para involucrarse como “auleros”, seguida por las ‘herramientas digitales/gráficas/otras’ y ‘equipos’. Y entre las palabras que los asistentes eligieron para que se identifiquen al Aula, se destacan ‘sustentabilidad’, ‘empatía’, ‘encuentro’, ‘responsabilidad’, ‘amigos’, ‘compromiso’ y ‘futuro’.
Sobre el tema digitalización y transformación digital, David Wilson habló de repensar el modelo de negocios. “Existen tres elementos que obligan a priorizar la transformación digital. Uno es el nuevo escenario competitivo que nos exige estar atentos a la competencia, otro son los consumidores y las nuevas demandas, y por último las nuevas tecnologías que permiten trabajar con mayor eficiencia y mejorar la experiencia con el cliente”, sostuvo.
(de arriba hacia abajo) Aapresid Joven Daniel Pérez. Pilar Viazzi.
Entre las tecnologías, mencionó al análisis de datos, la inteligencia artificial o machine learning, la automatización de procesos, internet de las cosas y el blockchain. “No se trata de tecnología versus humanidad, sino que son herramientas que permiten potenciar a la humanidad o a personas que lideran una organización”, afirmó.
La fórmula del éxito de varias empresas digitales se basa en tecnología + datos. “Las capacidades de digitales de estas empresas hacen foco en 5 aspectos: focalizan en el cliente y arman propuestas de valor segmentadas, dinámicas y de multicanalidad; operan simple, con pocos pasos, poco papel e inmediatez; automatizan procesos; tienen un estilo ágil y rápido basado en una cultura de probar y aprender; y por último, toman decisiones basadas en datos”, explicó.
A su turno, Pilar Viazzi de Aapresid Joven, aseguró que espacios como Aula y Regionales permiten generar nuevos lazos y conexiones, generando desafíos constantemente.
“Desde Aapresid Joven buscamos nuevas formas de ingresar al sector, ofreciendo oportunidades. Este contexto de pandemia y aislamiento, nos acercó aún más y la modalidad virtual nos permitió acercarnos a pesar de las distancias”, destacó.
Si bien reconoció que lo digital no reemplaza lo presencial, el conocimiento y las experiencias compartidas quizás sean la esencia de una agricultura sustentable. “Esta realidad virtual forma parte de nuestra normalidad a partir de hoy, pero todos queremos volver a trabajar juntos. Los jóvenes estamos esperando volver a juntarnos y seguir aprendiendo”, dijo.
Por su parte, Daniel Pérez, también de Aapresid Joven, se hizo la pregunta de cómo ser aulero puede cambiarnos. “El verdadero cambio comienza por uno mismo. Cuando nosotros cambiamos, las relaciones cambian. Tenemos capacidad de potenciarnos con los demás”, destacó y agregó: “Se trata de cuestionar procedimientos, pensamientos y formas, ahí está la semilla del cambio”.
Daniel también invitó a tener empatía, a aprender a sacarse la camiseta y a interpretar al que tenemos enfrente. “Tenemos que ser autocríticos y llegar a lugares que nos toca explorar”, afirmó.
TRASCENDER LAS FRONTERAS Y TENDER PUENTES DE DIÁLOGO
Lalo Creus es concejal en el partido de La Matanza, en el conurbano bonaerense, e integrante de diversas organizaciones sociales. Se trata de un partido donde el 50 % de la gente sufre irregularidades y precariedad. “Me crié en un barrio muy humilde. Estaba marcado por prejuicios con sectores como el agropecuario”, contó.
Según Lalo la integración social es el camino. “Yo rompí mis prejuicios cuando me acerqué al sector, en el contexto de la crisis del campo en 2008. Esto me acercó a muchas personas con las que hoy tengo vínculos de amistad y que hoy colaboran con proyectos en La Matanza”, contó.
También aprendió a mirar las cosas desde otra perspectiva. “Vi a las 12.000 hectáreas de La Matanza con un potencial productivo enorme, con gran capacidad de trabajo y de desarrollo de la bioeconomía. 3.000 has de soja en La matanza tienen rindes como los de Pergamino”, dijo.
La interacción fue lo que le permitió ver todo esto. “Aquellos que buscamos la integración social, vamos contra la corriente. Es inevitable, no podemos hacernos los distraídos”, agregó. Lalo está convencido de que la principal grieta que nos afecta como país es el resentimiento social y es la que dificulta tener un proyecto común. “Estamos en el camino correcto que es el camino de la integración social, es un camino difícil, pero sumamente necesario”, cerró.
Sonia Abadi es médica especialista en Innovación y Redes Humanas. Explicó que para construir redes humanas no basta con voluntad, sino que se necesitan habilidades transversales.
“No se trata de saltar muros o romper muros, sino hay que permeabilizarlos para que esos muros se puedan atravesar”, dijo.
Las redes humanas tienen lazos formales e informales. Los primeros son fuertes, predecibles y determinan cualidades como el orden, la coordinación, el esfuerzo, la confianza. Por ejemplo, este EAR fomenta lazos formales. Los segundos son débiles y azarosos y se tejen cuando nos vinculamos con personas diferentes, que tienen otras capacidades y virtudes. Estos lazos determinan cualidades como el dinamismo, la diversidad y la expansión. “Esta última capacidad, la de expansión, es clave para hacer crecer proyectos como Aula”, explicó Abadi.
La conexión por fuera de las redes formales favorece además la innovación abierta y expansiva. “Innovar dentro de un equipo cerrado tiene limitaciones. Esto cambia cuando llega alguien de afuera, de otra disciplina. Por eso es clave sumar a la red a personas de distintas disciplinas y formas de pensar”, afirmó.
(de arriba hacia abajo) Trascender las fronteras para tender puentes de diálogo. Lalo Creus. Es integrante de agrupaciones sociales y actual concejal de la Matanza.
En el fortalecimiento de redes humanas, las habilidades transversales son aspectos claves. Según explicó, hay tres tipos de personas que afectan a la red y se los llama polinizadores de las redes: por un lado están los ‘enterados’, que son personas dispuestas a compartir información. Cada vez que encuentran algo que ayuda a otro lo cuentan, lo comunican, lo mandan por mail, lo suben a redes sociales, y de esta manera generan vínculos. También están los ‘conectores’, que son personas que aman conectar a la gente, y por último están los ‘motivadores’, que son personas que le ponen entusiasmo a lo que hacen y esto lleva a que los demás quieren trabajar con ellas.
“Estos aspectos son claves para crear redes expansivas e innovadoras. Son habilidades que las agencias de RRHH miran hoy con atención”, sostuvo.
En este sentido, recomendó correrse de lo técnico y lo específico para cultivar relaciones con gente diversa: “Esto permite potenciar las ideas y las redes. Se trata de tener mentes y vocación colectiva, vínculos y mentes en red, para lograr resultados valiosos para nosotros y la comunidad”.
Respecto a cómo crear valor en una red, sostuvo que se crea valor aportando conocimiento, recursos, ideas. “Cuanta más gente conecto, más tiempo y conocimiento invierto, más ayudo a la comunidad, y más me voy transformando en un polinizador”, cerró.
FIN DE UNA GRAN JORNADA
Pablo Guelperin dio cierre a esta gran jornada que reunió a más de 100 asistentes de manera virtual. “Esto demuestra lo útil y, sobre todo, afectuoso que fue este trabajo en conjunto. Los invito a ser creativos, a participar y a hacer un grupo cada vez más numeroso”, señaló y dejó abiertas las puertas para seguir creciendo.
YARA SE SUMÓ AL EAR 2020 CON INNOVACIONES PARA LA NUTRICIÓN DE CULTIVOS Y PRÁCTICAS SUSTENTABLES
Fundada en 1905 con el fin de contribuir al desarrollo de soluciones ante la crisis producida por la falta de alimentos en Europa, Yara se transformó rápidamente en la primera empresa global de nutrición de cultivos.
Con más de 17.000 empleados y operaciones en más de 60 países, la compañía noruega ha construido una trayectoria basada en fertilizantes que potencian rendimientos, brindan confiabilidad y son ambientalmente responsables.
Yara continúa innovando en la actualidad, como lo reflejan sus soluciones nutricionales MásMaíz, CerealPlus y PuraCaña, que reúnen los conocimientos y las herramientas necesarias para incrementar la rentabilidad de los cultivos mediante prácticas respetuosas del medioambiente. Con ese compromiso, además de productos de alta calidad, sus investigadores han desarrollado diversas herramientas digitales para facilitar el diagnóstico, el monitoreo y la prescripción de nutrientes para asegurar una óptima nutrición durante todas las etapas del cultivo.
La determinación de qué nutrientes aplicar, en qué partes del campo, con qué dosis y en qué momentos, se traduce en una fertilización de precisión que genera mayor productividad y rentabilidad, con menor impacto ambiental. Como ejemplo de estas herramientas disponibles para los productores dentro de las soluciones nutricionales de Yara, se puede mencionar a la plataforma Atfarm, capaz de monitorear la biomasa del cultivo en base a imágenes satelitales y generar prescripciones de dosificación variable; al N-Tester, un dispositivo para determinar el nivel de necesidad de nitrógeno del cultivo; y al Sistema de Recomendaciones Nutricionales Yara, que brinda al productor un plan nutricional a medida, incluyendo qué nutrientes aplicar, en qué momento y con qué dosis.
En la misma línea, cabe destacar el reciente lanzamiento de “Productores Para El Futuro”, un programa ambientalmente responsable que apunta a promover el reemplazo progresivo de fertilizantes convencionales por fuentes más amigables con el medioambiente, como los nitratos.
Con soluciones integrales que incluyen fertilizantes a base de nitratos de eficiencia probada, herramientas tecnológicas de última generación que simplifican la toma de decisiones y el respaldo de la compañía líder mundial en fertilizantes minerales, la posibilidad de contar con cultivos sanos y productivos a partir de una nutrición balanceada está actualmente a disposición de todos los productores.
TERBYNE: LA HERRAMIENTA IDEAL PARA EL CONTROL DE RAMA NEGRA EN CEREALES DE INVIERNO, CULTIVOS DE SERVICIO Y LEGUMBRES
Terbyne® es el novedoso herbicida residual desarrollado por Sipcam Argentina que este año amplía sus registros de uso. Fue lanzado al mercado en 2019 con registro en barbecho químico largo y pre-emergencia de maíz.
Desde la actual campaña 2020, Terbyne® cuenta con nuevos registros para utilizarse en cereales de invierno (trigo y cebada), cultivos de servicio (vicia, avena y centeno) y legumbres de invierno (arveja, garbanzo y lenteja).
TERBYNE: LA HERRAMIENTA IDEAL PARA EL CONTROL DE RAMA NEGRA EN CEREALES DE INVIERNO, CULTIVOS DE SERVICIO Y LEGUMBRES (cont.)
Terbyne® cuenta con la molécula Terbyx-H® y una exclusiva formulación sólida WG (gránulos dispersa bles en agua) con Tecnología Lixiv Technology Control®. Estas características hacen de Terbyne® una herra mienta fundamental para un manejo integrado de malezas con casos de resistencias y para lograr una agricultura sostenible. Como Terbyx-H® se encuentra dentro del grupo de las clorotriazinas, Terbyne® ofrece un modo de acción para controlar malezas como Rama Negra, con casos de resistencia a inhibidores de ALS y como Yuyo Colorado, con casos de resistencia cruzada a ALS, hormonales y glifosato.
Terbyne® también controla otras malezas difíciles como Parietaria, Ocucha y Cerraja. Además, la combinación de Terbyx-H® con la tecnología Lixiv Technology Control® le permiten penetrar el rastrojo, retenerse en el suelo y no lixiviar hacia las napas. De esta manera, se potencia su poder residual y se logra una agricultura sostenible.
Respecto a sus nuevos registros de uso en cultivos invernales, hay una serie de recomendaciones a seguir para que la aplicación de Terbyne® y su eficacia de control sean exitosas. En los cultivos de trigo y cebada, avena y centeno se recomienda 1 kg/ha de Terbyne® hasta 10 días previos a la siembra. En vicia, la dosis recomendada es de 1-1,4 kg/ha hasta 10 días antes de la siembra. En legumbres se puede aplicar Terbyne® hasta 10 días pre-siembra o en pre-emergencia, según el cultivo. En pre-siembra de arveja, lenteja y garbanzo se recomienda 1-1,4 kg/ha y en pre-emergencia de garbanzo y/o arveja, 0,7-1 kg/ha.
Para todos los cultivos, es muy importante que la semilla esté cubierta por 4 cm de suelo y preferentemente 6 cm, para asegurar un nacimiento uniforme del cultivo y reducir riesgos de fitotoxicidad. En suelos con pH >8 no es recomendable aplicar dosis mayores a 1 kg/ha de Terbyne®. Por último, como todo herbicida de acción pre-emergente, es necesario que llueva después de su aplicación.
VENTAJAS
• Máxima residualidad en el control de rama negra (conyza spp.) y malezas invernales dentro dd ciclo del cultivo.
• Muy buena selectividad.
• Único herbicida de la familia de las triazlnas registrado en los cultivos de trigo y cebada en aplicaciones de pre-siembra (herramienta indispensable dentro de un programa de manejo de resistencia de malezas).
• Permite la siembra conjunta de vicia + avena y/o centeno.
• Versatilidad de uso insuperable: dada su selectividad probada, luego de la aplicación de Terbyne® en lotes durante el periodo de barbecho permite la siembra de trigo, cebada, avena, vida, centeno, arveja, lenteja, garbanzo, soja, sorgo, maíz, algodón, girasol.
CORTEVA: RAMA NEGRA, LEJOS DE SER UN PROBLEMA SOLUCIONADO, NOS OBLIGA A REPENSAR NUEVAS ESTRATEGIAS DE CONTROL ANTE SU DINÁMICA DE RESISTENCIA
Por: Ing. Agr. Rafael Frene (Proyectos Herbicidas para Cono Sur, Corteva Agriscience).
Rama negra (Conyza sumatrensis) es una maleza presente hoy en prácticamente todos los campos agrícolas de nuestra pampa húmeda.
Esta se ha convertido en una de las especies resistentes más importantes, no sólo por la dimensión del área que ocupa sino también por su capacidad competitiva, que llega a reducciones de hasta 50 % del rendimiento en el cultivo de soja. Y se suma la dificultad que representa para el productor, tanto en el manejo agronómico como en el costo por hectárea para su control. También presenta una sorprendente adaptación a la siembra directa. Es decir, encontró un ambiente muy favorable en los sistemas agrícolas sin remoción de suelo, y su dispersión evolucionó bajo una alta presión de selección impuesta por el fuerte uso de glifosato. Como consecuencia de esto, las poblaciones actuales son altamente resistentes al herbicida glifosato y ocupan algo más de 10 millones de hectáreas de los fértiles campos de la pampa húmeda.
Como maleza, rama negra es el nombre común de varias especies del género Conyza spp., aunque la especie ampliamente dominante en nuestros sistemas agrícolas de Argentina y Uruguay es Conyza sumatrensis.
La dinámica de los sistemas agrícolas nos lleva a cambios permanentes y de eso no están exentas las malezas. En el caso de rama negra, una vez instalada la dificultad de su control sobre poblaciones resistentes a glifosato, se generalizó la estrategia de control basada en otro grupo de herbicidas que actúan de modo diferente a este. Estos pertenecen a los denominado inhibidores de la enzima ALS. Estos herbicidas son muy eficaces en un principio, pero van perdiendo eficacia y hoy enfrentamos nuevamente el problema de su control debido a que la maleza desarrolló la capacidad de ser resistente no solo a glifosato, sino también a este otro grupo de herbicidas. Esta resistencia de una población a dos modos de acción diferentes se denomina resistencia múltiple. Esta nueva resistencia en rama negra ha tomado notoria visibilidad en la zona núcleo durante la actual campaña 2019/20. Numerosos campos que han basado la estrategia de control en presiembra solo en herbicidas ALS llegaron a las etapas de llenado y maduración con importantes escapes. Esto fue muy evidente en el mes de febrero, cuando los cultivos exhibían plantas de Conyza a altas densidades.
En busca de soluciones, se deben diseñar estrategias que aborden a la problemática en forma sustentable. Respecto a la problemática de resistencia de malezas, una de las formas de hacerlo es mediante la adopción de “programas de control”. Estos se basan en el uso alternado de mezclas de dos herbicidas que actúan en forma simultánea pero de modo diferente dentro de la planta. Son la herramienta clave que asegura la “sustentabilidad” de las tecnologías evitando procesos evolutivos de resistencia y la pérdida de las herramientas disponibles.
Volviendo al desafío que hoy nuevamente nos impone la maleza rama negra, y su capacidad de seguir acumulando resistencia a diferentes grupos de herbicidas, Corteva está desarrollando nuevos productos basados en formulaciones que contienen dos herbicidas que actúan eficazmente y en forma simultánea sobre la maleza, pero que lo hacen en forma diferente dentro de la planta. Esta estrategia resulta clave para evitar la aparición de resistencia, dado que se evita que plantas individuales que podrían estar adquiriendo la habilidad de tolerar uno u otro herbicida, serán controladas por el otro y así no podrán transmitir dicha habilidad a la siguiente generación, es decir, no dejarán descendencia.
Un ejemplo de estos nuevos productos es Pixxaro. Se basa en una formulación lista para usar de fluroxypyr 250 g ae/L + halauxifen-methyl 16.25 g ae/L. Si bien está clasificado dentro de los herbicidas auxínicos por su modo de acción, halauxifen-methyl (ArylexTM active) representa una nueva clase química, Arylpicolinato. Estudios moleculares revelaron que Arylex exhibe una fuerte afinidad de unión por las proteínas AFB5, en lugar de TIR1, como lo hacen todos los demás herbicidas auxínicos. Esto revela que está asociado a un sitio de acción diferente en comparación con el resto de los herbicidas hormonales (Bell et al., 2015; Jeschke 2015; Napier 2016). Arylex demostró ser altamente activo en especies del género Conyza spp.
Desde el punto de vista del manejo de la resistencia, el hallazgo descripto representa una enorme ventaja para las mezclas de herbicidas auxínicos que involucren Arylex. Este es el caso del concepto de Pixxaro, que al combinar Arylex + Fluroxypyr, otorga alta eficacia herbicida sobre Conyza sumatrensis y a su vez minimiza el riesgo de generar poblaciones resistentes al actuar simultáneamente sobre dos sitios de acción diferentes.