4 minute read
El Nodo Litoral también tuvo al trigo como protagonista en la última campaña fina
Al igual que los Nodos Centro y Oeste, el trigo fue la gran estrella de la campaña de fina 2019 en el Nodo Litoral. Repasamos algunos datos del análisis de campaña: fechas de siembra, ciclos y variedades más elegidas, rendimientos y adversidades.
En su reunión virtual del 19 de junio, el Nodo Litoral presentó el análisis de campaña 2019 de cultivos de invierno. El mismo surge de la información que brindaron los socios de cuatro de las seis regionales que conforman el nodo: Paraná, Rafaela, Rosario y Videla.
El trigo fue la estrella de la campaña al ocupar un 91.4 % de la superficie sembrada en 2019 (12.492 has). Sin embargo, mostró una caída del 22 % respecto del área sembrada en la campaña 2018. Estuvo seguido muy de lejos por arveja amarilla (3.6 %), colza (2.8 %) y Brassica carinata (0.4 %). Por su parte, los cultivos de servicios ocuparon un 1.8 % del área sembrada.
En la Figura 1 se muestran las variedades más sembradas, que en esta campaña tuvieron al semillero DonMario a la cabeza, con su DM Ceibo y DM Algarrobo, y que a su vez fueron las variedades de mayor rendimiento promedio (Figura 2).
FIgura 1 Variedades más sembradas.
(arriba izquierda) FIgura 2 Rinde según variedad.
(arriba derecha) FIgura 3 Rindes promedio según ciclo.
Los ciclos más elegidos fueron los cortos e intermedios-cortos (57 % de la superficie), seguidos de los intermedios (34 %). Con una ventana de siembra más acotada, los ciclos cortos comenzaron a sembrarse los primeros días de junio y hasta mediados de julio. Mientras que los intermedios arrancaron alrededor del 20 de mayo y se terminaron de sembrar a mediados de julio. En la Figura 3 se muestran los rindes promedio que tuvo cada ciclo, con los intermedios a la cabeza.
Al analizar los rindes por fecha de siembra dividiendo los meses en tres decenios de diez días, se observa que los mayores rindes se obtuvieron con siembras del 2do decenio de junio (entre el 10 y el 20/6) y, a partir del 2do decenio de julio, fueron cayendo (Figura 4).
Figura 4 Rindes según decenio de FS por Regional.
FIgura 1 Variedades más sembradas.
Estos trigos fueron antecedidos en su mayoría por barbecho/soja 1era (52 % de la superficie), seguido por trigo/soja 2da (18 %) y barbecho/maíz 1era (14 %). En la Figura 5 se muestra la evolución de los rendimientos del trigo según cada antecesor.
FERTILIZACIÓN
15Si bien hubo un fuerte incremento en la decisión de hacer análisis de suelo (52 % de la superficie vs. 13 % en 2018), sólo en el 5.9 % de la superficie se hizo fertilización completa con N, P, S y micronutrientes. El aporte más frecuente fue la combinación de N y P (47 %). En promedio, se aplicaron 82.2 kg/ha de N, 33.8 kg/ha de P2O5 y 5.5 kg/ha de S. El aporte de N se realizó en general con una única aplicación en estado vegetativo. Solo en el 16 % de la superficie se eligió particionar el aporte de N entre pre-siembra y vegetativo o siembra y vegetativo.
ADVERSIDADES
En general, el cultivo se mantuvo libre de adversidades climáticas, salvo algunas zonas (nunca superiores al 6 % de la superficie) que sufrieron anegamiento, sequía y/o helada.
En cuanto a enfermedades, en el 88 % de la superficie se realizaron entre 1 y 2 aplicaciones fungicidas en estadios vegetativos tardíos y reproductivo temprano, especialmente para roya. La doble mezcla de triazoles+estrobilurinas fue la opción fungicida más elegida.
Las malezas no fueron un problema mayor: solo el 14 % de la superficie tuvo dificultades, siendo Capiquí la más problemática, seguida de Raigrás y Rama negra.