5 minute read

Los productores brasileños se ponen la camiseta de los bioinsumos

Los productos de origen biológico ganan cada vez más peso en los cultivos extensivos de Brasil. La experiencia de éxito de un productor que marca camino en el desarrollo de estas alternativas.

Una de las exposiciones ofrecidas en el último Congreso Aapresid permitió conocer la experiencia del uso de productos biológicos en los cultivos extensivos en Brasil. El Ingeniero Agrónomo, Mg. en Producción Vegetal y director del Grupo Floss, Luiz Gustavo Floss, analizó las dos últimas décadas de producción de soja y mostró la creciente adopción del uso de biológicos en el país vecino con su consecuente aumento de rendimiento, pasando de 2.800 a 10.000 kilos por hectárea.

Según datos recientes, alrededor del 5% del área cultivable del sur de Brasil y un 10% en la zona de Mato Grosso se volcó al uso de este tipo de productos, especialmente Azospirillum. Resultados de estudios realizados junto con Embrapa, mostraron incrementos de rendimiento entre 60 y 180 kilos por hectárea.

Floss aclaró que algunas regiones de Brasil suelen tener hasta tres cultivos por año. El ciclo inicia con soja sembrada en septiembre y cosechada a fin de diciembre o enero, y en los meses siguientes continúan con maíz y frijol (poroto). En todos los casos se usan variedades tempranas y se optimiza el desarrollo de la raíz con Azospirillum, aunque también se adoptó Bradyrhizobium. “Vemos crecimiento año tras año”, resaltó.

Refiriéndose a la conducta de los productores, sostuvo que “necesitan ver para creer. A los microorganismos no los ven, pero sí ven los resultados y por eso crece la aceptación del uso de productos biológicos”. Al igual que como se hizo con la Siembra Directa, “para estos productos debemos mostrar investigación y cómo mejora la productividad, la nutrición y la sanidad de los cultivos. A partir de que el productor puede comprobar que a mediano plazo tiene todas esas mejoras, el uso de los biológicos aumenta. En Brasil tenemos un mercado muy fuerte para el uso de productos biológicos y se está virando a eso”, citó Floss.

El aumento de la productividad está relacionado con el suelo, la genética de los cultivares y el manejo, particularmente darle a la planta la densidad necesaria para que tenga más luces y pueda tener una óptima fotosíntesis (no menos de 60 centímetros entre planta es la regla que ellos observan). Los productos biológicos -se usan bioestimulantes- completan el ciclo y aportan más productividad y reducen los riesgos de enfermedades y plagas.

Cuando se trata de buscar el equilibrio biológico del suelo, que es un desafío por el régimen de lluvias, usan Trichoderma y Bacillus.

En tal sentido, el investigador remarcó: “Varios microorganismos son responsables de procesos químicos y físicos que benefician el desarrollo de culturas productoras de grano. La agricultura de hoy necesita conocer más profundamente muchos de estos microorganismos para convertirse en tecnologías eficientes en el manejo de la soja”.

Apoyado en imágenes, describió algunos microorganismos con los que ya tienen experiencia de trabajo en Brasil y que siguen usando actualmente: Bradyrhizobium japonicum; Azospirillum brasiliensis; Micorrizas; Bacillus; Trichoderma; Pochonia chlamydosporia; Pseudomonas; Beauveria.

“Una condición para crear un entorno favorable para la multiplicación de microorganismos benéficos es, sin ninguna duda, la rotación de cultivos. Ese es el primer paso”, remarcó.

Floss es también Coordinador de la Academia de Alta Productividad, donde luego de años de ensayos, desarrollaron “la escalera de alta productividad” que incluye el equilibrio físico y químico del suelo, la fertilización adecuada, la genética adecuada, el manejo fitosanitario, el equilibrio fisiológico, y el equilibrio biológico. Así lograron duplicar los cultivos comerciales.

“Para favorecer el equilibrio del suelo, además del uso de microorganismos benéficos, hay que hacer rotación de cultivos”, apuntó.

Sobre el final de la exposición aseveró que “en el futuro, la base de la producción será con productos biológicos. Y no es que esté en contra del uso de químicos, pero deben ser para complementar lo biológico y no a la inversa”.

“Hoy en Brasil hay un incremento de hasta un 25% de uso de productos biológicos y será de un 40% en los próximos años, porque los productores pueden comprobar los resultados. Sí, es muy importante hablar de largo plazo, algo a lo que el productor brasileño no está acostumbrado. Los jóvenes, las nuevas generaciones, tienen la cabeza más abierta y sabemos que con ellos podemos avanzar mejor con estos cambios culturales”, evaluó Floss.

A modo de aclaración y conclusión planteó bioestimulantes y microorganismos, diciendo que los bioplaguicidas incluyen sustancias naturales que controlan las plagas (pesticidas bioquímicos), microorganismos que controlan plagas (pesticidas microbianos) y sustancias pesticidas producidas por plantas que contienen material genético añadido (protectores incorporados a las plantas) o plantas modificadas genéticamente.

Actualmente en los laboratorios del Grupo Floss trabajan con dos equipos de microbiólogos en ensayos para hacer mezclas de productos biológicos con químicos y minerales para usar en tratamiento de semillas y aplicaciones en suelo. “En el uso de los biológicos está la base del futuro de la producción de soja en Brasil”, concluyó Floss.

This article is from: