EDITORIAL CALENDARIO AAPRESID
Cultivos de Servicios: una herramienta ¿de moda?
NOTAS DESTACADAS
Eventos del mes
MANEJO DE CULTIVOS
Todo lo que querías saber sobre Cultivos de Servicio y no te animaste a preguntar
MANEJO DE CULTIVOS
Hablemos de Camelina, un cultivo que intensifica rotaciones y cuida el suelo
GANADERÍA
Pastoreo de Cultivos de Servicio: ¿lo mejor de los dos mundos?
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SUMARIO
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Reducción de la huella de Carbono en la agricultura: un desafío con soluciones científicas
INSTITUCIONAL
Encuentros que transforman: Crónica del EAR 2024
MANEJO DE CULTIVOS
Cebada cervecera argentina: 40 años de avances genéticos impulsan rendimiento y calidad
Red de Cultivos de Servicios de Aapresid: sinergias para una agricultura sustentable
¿Cuándo incorporar los Cultivos de Servicio en una secuencia con maíz tardío?
PRODUCCIONES ALTERNATIVAS
Carinata en pista: aviación sostenible con biocombustibles 2G
GANADERÍA
Pastoreo de Cultivos de Servicio: ¿lo mejor de los dos mundos?
TENDENCIAS Y DESAFÍOS GLOBALES
El comercio agropecuario argentino: respuestas estratégicas frente a los nuevos riesgos geopolíticos
BIOTECNOLOGÍA
Un laboratorio biotecnológico único en el país para mejorar la competitividad de la industria semillera
Todo lo que querías saber sobre Cultivos de Servicio y no te animaste a preguntar
Hablemos de Camelina, un cultivo que intensifica rotaciones y cuida el suelo
SD - SOCIO DESTACADO
Un argentino en África: la historia del productor que llevó la siembra directa al continente africano
Cultivos de Servicios para más carne y menos metano
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CIENCIA Y AGRO 26 38 52 64 76 92 106 120 100 114
EDITORIAL
Cultivos de Servicios: una herramienta ¿de moda?
En un mundo donde la preocupación por el medioambiente se ha convertido en una prioridad innegable, la búsqueda de prácticas agrícolas sostenibles que no solo alimenten a la población mundial, sino que también protejan y regeneren los recursos naturales es más urgente que nunca. Desde sus inicios, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) ha estado a la vanguardia, buscando alternativas para mejorar el sistema de producción agrícola, siempre con un enfoque primordial en el cuidado de los suelos y el ambiente.
Producir alimentos, fibras y biocombustibles manteniendo un equilibrio entre las variables económicas, éticas, ambientales y energéticas de nuestra sociedad es un desafío monumental. Aapresid ha construido su agricultura sobre cuatro pilares fundamentales: Siembra directa, agricultura siempre verde, diversidad y nutrición balanceada. Estos pilares representan una filosofía que busca integrar la producción agrícola con la conservación del medioambiente.
Una herramienta crucial para fortalecer estos pilares son los Cultivos de Servicios, los cuales aportan una amplia gama de servicios ecosistémicos. Uno de los servicios más destacados es el aumento del carbono y nitrógeno del suelo, esencial para su fertilidad y salud a largo plazo. Es interesante notar que la idea de los Cultivos de Servicios no es nueva; desde hace más de un siglo, visionarios como George Washington Carver en 1920 hacían referencia a la importancia de los cultivos de cobertura para proteger el suelo contra la erosión, mejorar su estructura y fertilidad, y reducir la dependencia de fertilizantes químicos. "El mejor amigo que un agricultor puede tener es una capa de cobertura vegetal en el suelo”. En trabajos científicos, McCully Russell en Oregon (1909) y Pieters en Australia (1938) han explorado y demostrado los beneficios de estos cultivos para modificar y mejorar las condiciones físicas y químicas del suelo.
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Sin embargo, a pesar de su probada eficacia y de los avances científicos que respaldan su uso, los Cultivos de Servicios aún no han sido adoptados a gran escala. En cambio, los barbechos siguen siendo la norma, a menudo malentendidos como una herramienta que consume agua, en lugar de reconocer su potencial para aumentar la eficiencia en el uso del agua. Además, se critica a los Cultivos de Servicios por inmovilizar nitrógeno, sin considerar su capacidad para fijarlo y reciclarlo de manera más efectiva que los barbechos convencionales, evitando pérdidas del sistema.
Se habla del costo de producción de estos elementos, sin considerar su valor como inversión. En muchas ocasiones, asignamos el 100% de su costo al cultivo que precede, en lugar de distribuirlo proporcionalmente en el ciclo de rotación. Tememos que se conviertan en maleza, pero pasamos por alto su potencial como una valiosa herramienta para reducir la presión de selección de malezas resistentes. También nos preocupa la posible presencia de plagas como la chicharrita, sin reconocer que estos elementos proporcionan refugio y alimento para insectos benéficos.
Es crucial superar los temores y prejuicios que rodean a los Cultivos de Servicios. En lugar de verlos como una amenaza, debemos reconocerlos como una inversión en la salud a largo plazo de nuestros suelos y ecosistemas agrícolas. Es hora de dejar de lado las etiquetas y los nombres cambiantes y abrazar de manera integral la práctica de los Cultivos de Servicios en la agricultura moderna.
En conclusión, los Cultivos de Servicios representan una oportunidad inigualable para mejorar la sostenibilidad y la resiliencia de la agricultura. Es responsabilidad de los agricultores, los investigadores, las instituciones gubernamentales y la sociedad en su conjunto trabajar juntos para promover e implementar el uso de estos cultivos como parte integral de un enfoque holístico hacia la agricultura sostenible. Es hora de mirar hacia el futuro y aprovechar al máximo las herramientas disponibles para proteger y regenerar nuestros recursos naturales para las generaciones futuras.
Marcelo Arriola Comisión Directiva Aapresid
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Reducción de la huella de Carbono en la agricultura: un desafío con soluciones científicas
La ciencia pone al alcance algunas herramientas clave para reducir la huella de carbono en la agricultura. Suelos sanos, exudados de la rizósfera y modelos predictivos son algunos ejemplos que se profundizan en esta nota.
Por:
Dr. Hugo Permingeat
Comité de Prospectiva Tecnológica de Aapresid
El término huella de carbono se ha convertido en un término ampliamente discutido a medida que el planeta ha sido testigo de los efectos del cambio climático. Se interpreta como la cantidad de emisiones gaseosas relevantes para el cambio climático y asociadas a la actividad de producción o consumo humano. La huella de carbono es, por tanto, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de todas las fuentes y procesos relacionados con un producto, individuo o sistema en particular, desde su fabricación hasta su eliminación.
Inicialmente, sólo se tenía en cuenta el CO2 para calcular la huella de carbono. Sin embar-
CIENCIA Y AGRO CIENCIA Y AGRO
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go, en la actualidad, se tienen en cuenta los principales GEI emitidos (CO2, CH4 y N2O) en términos de CO2 equivalente (CO2-e). La huella de carbono es un componente del análisis del ciclo de vida (ACV), que mide los GEI, mientras que el ACV evalúa todo el impacto ambiental asociado con un producto. El potencial de calentamiento global (GWP) de todos los niveles aumenta la huella de carbono.
En una revisión reciente, Ozlu y col. (2022) demostraron el efecto de los factores ambientales, el uso de la tierra y las prácticas agrícolas en la gestión de la huella de carbono. El estudio destaca que, para reducir la huella de carbono, los suelos sanos tienen un rol clave al promover la estabilidad y resiliencia, la resistencia a la erosión, proporcionar un buen hábitat para los microorganismos del suelo, y alentar la formación de suelos fértiles con buena estructura y secuestro de C.
La labranza es perjudicial para la estructura del suelo ya que oxida el C y provoca emisiones de GEI. Por este motivo, se recomienda la siembra directa y el mantenimiento de una humedad óptima. Los cultivos de producción que son buenos para la estructura del suelo pueden ayudar a secuestrar C. Los sistemas de cultivo diversos son mejores para el suelo que los monocultivos. Minimizar las operaciones con maquinaria puede ayudar a prevenir la compactación del suelo. Buscar un carbono orgánico en la forma más estable es la práctica más eficiente para una producción agrícola sostenible.
Otro aspecto novedoso, más allá del secuestro de carbono, lo plantean Lu y col. (2024). Estos autores discuten la búsqueda de una reducción en la pérdida de nitrógeno y una disminución de la huella de carbono por exudados de la rizosfera vegetal. Estos exudados son moléculas pequeñas presentes en la rizosfera que regulan componentes clave de los procesos microbianos del ciclo del N y pueden hacer contribuciones sustanciales a las prácticas de sustentabilidad en la producción.
Así, los autores discuten exudados de la rizosfera específicos de plantas y microorganismos, así como los mecanismos mediante los cuales estos exudados reducen la pérdida de N y la posterior contaminación de N en ambientes terrestres. Entre estos mecanismos se incluyen los inhibidores de la nitrificación biológica (BNI), los inhibidores de la desnitrificación biológica (BDI) y los promotores de la desnitrificación biológica (BDP).
Es alentador que la actividad BNI/BDI/BDP de las plantas se pueda mejorar alterando la síntesis y secreción de los exudados de la rizosfera. Esto abre la posibilidad de desarrollar plantas más respetuosas con el medioambiente, con una capacidad mejorada de BNI-BDI-BDP mediante mejoramiento genético o ingeniería genética. El progreso en esta área podría mejorarse identificando los genes candidatos y los mecanismos involucrados en la síntesis y liberación de BNI/BDI/BDP habilitadas por la tecnología PANOMICS, como el análisis de asociación de todo el genoma (GWAS), la metatranscriptómica y la metabolómica.
Sin embargo, se deben considerar los efectos y concentraciones deseables de BNI/BDI/BDP, ya que la aplicación excesiva de exudados tam-
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bién puede inhibir el crecimiento de las raíces de las plantas, amenazar la diversidad de microorganismos beneficiosos en el suelo y aumentar los costos de carbono de las plantas. Por ejemplo, un ACV sugiere impactos positivos del BNI en trigo, con una inhibición de la nitrificación del 40% para 2050. La plantación de trigo-BNI podría permitir una reducción del 15% en la aplicación de fertilizantes nitrogenados, una disminución del 15,9% en las emisiones de GEI durante el ciclo de vida y un aumento del 16,7% en la eficiencia en el uso del nitrógeno a nivel de finca. Por lo tanto, se podría lograr un
La señalización química de los organismos asociados con la rizosfera también se extiende a las interacciones bilaterales entre las raíces y los microorganismos, cruzando fronteras entre especies y entre reinos. Un estudio reciente demostró que la liberación de sorgoleone del sorgo (un BNI), no solo inhibe las bacterias nitrificantes, sino que también se asocia con el establecimiento de una red más intensa de micorrizas y hongos. Además de los impactos
Es importante comprender mejor la naturaleza de los circuitos de retroalimentación en los que participan los exudados de la rizosfera. Esta comprensión sentará las bases para una regulación precisa de las emisiones de N mediante las señales de la rizosfera en el futuro (Lu y col., 2024).
Aunque se ha identificado una serie de exudados de la rizosfera como sinérgicos clave para el desarrollo de fertilizantes y agentes "verdes", hasta la fecha la evaluación de su impacto ambiental se ha basado en tipos de suelo o especies de plantas limitadas. Falta evidencia sólida sobre la eficacia de los exudados de la rizosfera y su capacidad para predecir reducciones en las emisiones de N en una variedad de condi-
ciones temporales y espacialmente variables, especialmente en el campo. Estos estudios son necesarios para obtener una imagen más precisa de dónde y cómo los exudados de la rizosfera influyen en las emisiones de N en los ecosistemas terrestres. Además, es necesario considerar el costo y la estabilidad de los exudados de la rizosfera para que sean competitivos en el mercado en el futuro. Se espera que las tecnologías de biosíntesis verdes de exudados de la rizosfera reduzcan los costos de producción y aplicación.
Además de reducir las emisiones de N2O, los exudados de las raíces también podrían contribuir a la eliminación de dióxido de carbono y
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metano de la atmósfera mediante el secuestro de carbono en el suelo. Por lo tanto, se espera que los exudados de la rizosfera contribuyan a la neutralidad de carbono de diversas maneras, preservando al mismo tiempo el rendimiento y la calidad de los cultivos.
En general, una comprensión más profunda de los mecanismos subyacentes mediante los cuales los exudados de la rizosfera reducen las emisiones de N y la contaminación, así como la idoneidad regional y las medidas de aplicación, serán beneficiosas tanto para la productividad futura de los cultivos como para el desarrollo de estrategias bajas en carbono que garanticen la sostenibilidad ambiental basada en la naturaleza (Lu y col., 2024).
Es importante desarrollar modelos para estimar la huella de carbono en el sector agrícola. Algunos de estos modelos utilizan propiedades fisicoquímicas del suelo, datos de cultivos y de insumos agrícolas para proporcionar información sobre la dinámica del carbono orgánico y las emisiones de GEI. Sin embargo, estos modelos no solo deberían utilizarse para calcular la huella de carbono, sino también como herramientas para prever los efectos positivos de las prácticas de gestión (Jaiswal y Agrawal, 2020).
En síntesis, la reducción de la huella de carbono en el sector agrícola es fundamental para abordar los desafíos del cambio climático y garantizar la sostenibilidad ambiental y económica a largo plazo. La implementación de prácticas
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agrícolas más sostenibles, como la agricultura regenerativa, la diversificación de cultivos y el uso de tecnologías más eficientes, nos permite mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y promover la salud del suelo, la biodiversidad y la seguridad alimentaria.
Además, al reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y mejorar la eficiencia en la cadena de suministro agrícola, podemos contribuir significativamente a la lucha contra el cambio climático y construir un futuro más resiliente y equitativo para las generaciones futuras.
REFERENCIAS
Consulte las referencias ingresando a www.aapresid.org.ar/blog/revista-aapresid-n-229
El comercio agropecuario argentino: respuestas estratégicas frente a los nuevos riesgos geopolíticos
Los cambios geopolíticos globales amenazan la evolución de las exportaciones agropecuarias argentinas, las cuales tienden a estar concentradas en pocos productos y mercados. El último informe del Grupo de Países Productores del Sur (GPPS) analiza el posible impacto de los riesgos sistémicos en el comercio agroalimentario y propone una estrategia de diversificación para mitigarlos
Por Martin Piñeiro, Nelson Illescas y Jimena
Vicentin Masaro
Las exportaciones agropecuarias de Argentina son de vital importancia macroeconómica, representando más del 65% de las exportaciones de bienes del país. Sin embargo, dichas exportaciones se basan en pocos productos y tienden a concentrarse en unos pocos mercados, lo que genera vulnerabilidad ante fluctuaciones en la demanda de esos países importadores. Esta dependencia se ve agravada por cambios
DESAFÍOS GLOBALES
TENDENCIAS Y
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NOS ACOMPAÑAN
geopolíticos globales, lo que destaca la necesidad de analizar los distintos riesgos sistémicos que están presentes y sus posibles impactos sobre el comercio agroalimentario. El objetivo es definir una estrategia de inserción internacional del país que busque garantizar su estabilidad y promover su crecimiento, diversificando los productos y mercados de destino.
El contexto global, la creciente fragmentación económica y los riesgos sistémicos que afectan al comercio agroalimentario
Las principales transformaciones geopolíticas de la última década están asociadas a una creciente conflictividad, fragmentación del comercio y el incremento de implementación de políticas comerciales.
Aunque esta fragmentación de la economía global ha afectado sólo marginalmente a los flujos comerciales de materias primas agrícolas y alimentos, progresivamente se está haciendo evidente que el comercio global agroalimentario y, consecuentemente la seguridad alimentaria global, está amenazado por estas nuevas condiciones geopolíticas. Además de estos riesgos, es necesario considerar las crecientes dificultades que han surgido con relación a la construcción de un comercio internacional más abierto en el marco de reglas multilaterales del comercio y la creciente imposición de estándares ambientales que también limitan y condicionan al comercio agroalimentario.
Estas dimensiones, pueden sintetizarse en los siguientes cinco riesgos sistémicos que afectarán al comercio agroalimentario en el futuro cercano:
a) Conflictos regionales
La guerra del Mar Negro generó una primera disrupción de las cadenas de logística, evidenciando la sensibilidad de los mercados agrarios a los conflictos bélicos y sus efectos sobre las cadenas de suministro de alimentos. Además, resaltó las dificultades para construir vías de logística alternativas y el alto costo de hacerlo.
b) Potenciales impactos directos e indirectos de las políticas de nearshoring y friendshoring
Las políticas de nearshoring y friendshoring buscan reducir los riesgos de abastecimiento que surjan de la nueva geopolítica. El nearshoring prioriza la seguridad ambiental y de abastecimiento, mientras que el friendshoring se basa en la confianza y cercanía cultural y política con países “políticamente amigos”.
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Aunque estas políticas no han sido ampliamente aplicadas a la agricultura debido a que la producción agroindustrial está asociada a los recursos naturales agrícolas -lo cual impone restricciones importantes en cuanto a la localización geográfica de la producción-, la creciente conflictividad podría alterar esta situación.
c) Weaponizing - Utilización del comercio de alimentos como instrumento de presión o contención política
A pesar de que hasta ahora el comercio de alimentos no ha tenido ninguna restricción de carácter político, una situación global cada vez más conflictiva podría propiciar la imposición de restricciones explícitas al comercio dirigido a países “no amigos”, lo que otorgaría un posicio-
namiento internacional particularmente especial a los países exportadores netos de alimentos.
d) Crisis del multilateralismo y aumento del proteccionismo
Las negociaciones comerciales multilaterales en el ámbito de la Organización Mundial del Comercio (OMC) han estado estancadas en los últimos veinte años, especialmente en lo que respecta al sector agroalimentario. Esto genera riesgos crecientes que afectan la posibilidad de construir un sistema multilateral que flexibilice el comercio agroalimentario, jerarquizando la importancia de acuerdos plurilaterales y bilaterales en la estrategia de inserción internacional.
e) Estándares ambientales y restricciones al comercio de alimentos
La preocupación creciente por el calentamiento global y otras cuestiones ambientales ha llevado a la implementación de estándares ambientales que regulan la producción y el comercio agroalimentario. Al respecto, los estándares ambientales impulsados por la UE -principalmente a través del Pacto Verde Europeo (Green Deal)- y su esfuerzo por internacionalizar dichos estándares, afectan tanto al comercio agroalimentario con el bloque como a nivel global.
Estos riesgos sistémicos se expresarán de manera diferente en los principales mercados agroalimentarios en los que participa Argentina. La posible profundización de estos riesgos en los próximos años, resalta la importancia de definir una estrategia exportadora que considere de manera explícita estos cinco riesgos sistémicos asociados a cada uno de los distintos mercados importadores, además de la potencial expansión de estos mercados.
Flujos actuales de las exportaciones agroindustriales argentinas: principales destinos y productos
Como se mencionó, las exportaciones agroindustriales representan una parte significativa del total de exportaciones del país, caracterizadas por una marcada concentración en unos pocos productos y destinos relativamente limitados.
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Al analizar este panorama en términos de las distintas categorías de productos, se pueden hacer las siguientes observaciones:
a) En cuanto a los productos de origen animal, los tres principales destinos representan el 65% del total de las exportaciones, y diez países reciben el 100% de las exportaciones argentinas en este rubro.
b) Los productos de origen vegetal muestran una concentración menor, ya que los seis primeros países importadores representan el 50% de las exportaciones.
c) En el caso de los productos alimenticios, los cinco principales países receptores abarcan el 50% de las exportaciones.
Estos niveles de concentración implican un riesgo para Argentina y reflejan el grado de debilidad ante posibles dificultades en las exportaciones a cualquiera de estos destinos. Ya sea por una decisión económica/política del gobierno de dicho país, por la evolución de la geopolítica global o por disrupciones temporales de las cadenas logísticas, cualquier situación de este tipo tendría un impacto negativo en la economía argentina en su conjunto.
Estrategias de diversificación de mercados y productos en respuesta a los nuevos riesgos geopolíticos
En este contexto, dado la actual situación geopolítica y la creciente importancia de los riesgos sistémicos, es clave avanzar en la definición de una política comercial y productiva que aborde cuatro aspectos considerados fundamentales:
1 El desarrollo de una estrategia de desarrollo productivo que fortalezca la producción y productividad de una amplia gama de productos exportables de origen agroindustrial, y que contemple el desarrollo pleno de la bioeconomía.
2 La realización de un esfuerzo de inteligencia comercial para evaluar los mercados de productos agroindustriales más promiso-
rios, tanto en la actualidad como en el futuro, incorporando un análisis de la evolución de la población, de los ingresos y de los riesgos sistémicos asociados a cada mercado.
3 Un esfuerzo sostenido y a largo plazo para desarrollar y ampliar relaciones comerciales con un mayor número de países.
4 El diseño de una estrategia de inserción internacional flexible, informada y que tenga en cuenta la demanda potencial de la mayor cantidad de países posible, así como las nuevas condiciones geopolíticas y los crecientes riesgos sistémicos que se están desarrollando en el mundo actual.
Informe publicado el 28/02/2024 por el Grupo de Países Productores del Sur (GPPS). GPPS es un conjunto de especialistas e instituciones que comprometieron su voluntad para contribuir a la construcción de un polo sudamericano capaz de responder a las nuevas demandas alimenticias en forma sostenible, generando además riqueza, empleo y capital social en la región.
El informe completo se encuentra disponible en el portal web www.grupogpps.org.
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Encuentros que transforman: Crónica del EAR 2024
El Encuentro Anual de Regionales (EAR) de Aapresid recibió en Chapadmalal a cientos de socios de todo el país para disfrutar de un ciclo de capacitaciones y actividades recreativas
Durante dos días a puro contenido e intercambio de experiencias entre los socios de Aapresid, cientos de miembros regionales se dieron cita en la localidad de Chapadmalal, en Buenos Aires, los días 2 y 3 de mayo. Con la participación de las sedes de 25 de Mayo, Bahía Blanca, Bolívar, Coronel Suárez, Cuenca del Salado, Del Campillo, Guaminí-Carhué, Henderson Daireaux, Justiniano Posse, La Pampa, Laboulaye, Las Encadenadas, Lincoln, Los Surgentes, Mar del Plata, Montecristo, Necochea, Paraná, Ro-
sario, Tandilia, Trenque Lauquen, Tres Arroyos y Vicuña Mackenna, los asistentes tuvieron la oportunidad de participar de diversas charlas, así como de actividades recreativas.
Con una trayectoria de más de 32 años en el sector agropecuario, Albor, main sponsor de esta edición del Encuentro Anual de Regionales (EAR), se destaca como la empresa líder en gestión de sistemas para el campo, contando con más de 4.000 usuarios en Argentina y Latinoamérica.
INSTITUCIONAL
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En el acto de apertura, Martín Marino, director Adjunto del Programa Regionales de Aapresid, quien estuvo acompañado por el subdirector, Daniel Cotorás, expresó que el EAR es el espacio donde se manifiesta al máximo la noción de trabajo en red, empuje conjunto y dinámica en equipo.
Por su parte, el presidente de la institución, Marcelo Torres, se mostró muy contento de recibir en “su casa", el Nodo Sur, a los socios regionales del país: “Quiero agradecerles a todos por haberse trasladado unos cuántos kilóme-
tros para compartir estos días. Sabemos que el EAR es el espacio para hacer crecer nuestro compromiso dentro de la institución y tenemos el desafío de llevar nuestra misión a lugares donde todavía necesitamos crecer en sustentabilidad y en sistemas productivos de primera línea tecnológica y científica. Tenemos mucho para contar al respecto y me alegra contar con personas como ustedes para seguir difundiendo la voz de los productores en cada una de nuestras regiones y zonas de influencia, así como en el mundo”.
Acto seguido, miembros de Aapresid joven y Aula Aapresid, realizaron una representación del trabajo a campo realizado en las aulas con niños y jóvenes del país. Esta presentación buscó contagiar a los productores a expandir el proyecto en sus respectivas áreas.
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Perspectivas sobre el agro que se viene
En cuanto al contenido técnico presentado, el Dr. Fernando Andrade, ex investigador del INTA e investigador del CONICET, y Florencia
Accame, Ing. Agr. y coordinadora del Instituto
Aaprender, abrieron la jornada hablando sobre sustentabilidad y cómo prepararse para los desafíos del futuro.
En esta línea, Andrade mencionó que la agricultura enfrenta el desafío de desacoplar la producción del impacto ambiental para responder de forma sostenible a una demanda creciente, manteniendo al mismo tiempo la rentabilidad del productor: “Para lograrlo, es
necesario aumentar la producción por unidad de área y de tiempo, y en este camino es clave impulsar modelos interactivos de innovación, donde investigadores, extensionistas, instituciones, empresas y productores articulan visiones y disciplinas de manera virtuosa, y colaboran para innovar y crear sociedades que aprenden.
Por su parte, Accame destacó el rol de los Grupos Regionales en la adaptación de los sistemas de producción a cada ambiente, otro gran desafío en el camino de la sustentabilidad.
Instituciones que nos acompañan
Aapresid conecta
Otra de las novedades reveladas durante el encuentro fue “Aapresid Conecta”: una plataforma integral a disposición del productor para encontrar información útil y de fácil análisis, con un enfoque basado en la sustentabilidad. Los presentadores hicieron foco en que no
Un nuevo Congreso se acerca
Durante el transcurso de la cena, el presidente de Aapresid, Marcelo Torres, la directora Adjunta y el líder del Programa Prospectiva Aapresid, Paola Diaz y Rodrigo Rosso, ofrecieron un adelanto del XXXII Congreso Aapresid: “Todo está conectado”.
“Este año contaremos con más de 300 disertantes nacionales e internacionales, 9 salas que funcionarán en simultáneo con charlas de alto nivel técnico y con una mirada prospectiva necesaria para no perder el foco como productores agropecuarios y ser parte de un engranaje clave dentro de la mitigación del cambio climático a nivel mundial”, comentó Díaz.
Por su parte, Torres destacó que el Congreso Aapresid es, por excelencia, el espacio para
basta decir lo que se hace, sino que también es importante tener la capacidad de mostrarlo con datos fehacientes y concretos: “Aapresid Conecta es una herramienta para mostrarle al mundo quiénes somos y qué estamos haciendo”, aseguraron.
mostrarle al mundo lo que los socios saben hacer como productores, tanto en experiencia, liderazgo en innovación en red y sustentabilidad.
Respecto a la alianza con Exponenciar, Torres agregó que para el XXXII Congreso Aapresid, se asumió el desafío de llevarlo al Predio Rural de Palermo en CABA. “Aliarnos con Exponenciar amplía las fronteras y la visibilidad de un evento que ya hace punta en innovación para el agro”.
Para finalizar, Rosso destacó que desde 2023 se está trabajando en un proceso de co-creación de los contenidos para definir el abordaje de cada uno de los 4 ejes de la sustentabilidad: productivo-ambiental, económico, social y tecnológico.
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Un recorrido por el día 2
En el tramo final del EAR 2024, el economista y empresario Gustavo Lazzari realizó un diagnóstico de la economía argentina y su vinculación con el agro, en el panel: “Perspectivas a partir de la reforma y el ajuste. Escenarios para lo que viene".
En su presentación, Lazzari comenzó advirtiendo que, de la inviabilidad, se sale con instituciones adecuadas, como ocurrió entre 1880 y 1910, cuando Argentina logró cuadruplicar el PBI per cápita.
Según Lazzari, el marco actual, donde el gobierno propone ajuste y reforma con el objetivo de lograr una economía libre, siendo uno de los puntos clave la firma del “Pacto de Mayo”, podría traducirse en un escenario de crecimiento, precios y salarios que recuperan sus valores en dólares, entre otros indicadores positivos, si se logra una implementación exitosa de las medidas que lo contemplan.
En lo que respecta al sector agropecuario, el economista consideró que es necesario que éste asuma un rol activo, invirtiendo en el entorno, pensando a largo plazo y “desnaturalizando” un contexto de sobrerregulación y exceso de trabas.
Para dar cierre a la jornada, Rebeca Borrell, abogada, facilitadora y coach ontológica, realizó un taller participativo junto a las Regionales para identificar herramientas y estrategias que hagan frente a los desafíos más frecuentes del funcionamiento de los grupos. Acto seguido, también se lideró la primera capacitación a asesores técnicos regionales, bajo el título: “Liderazgo y comunicación. El desafío de construir equipos comprometidos”.
Durante todo el EAR 2024, las empresas Albor, Atanor, LDC, NK Semillas, Agro 24, Alltec Bio, Spraytec, Volkswagen, Ceres Tolvas, Gleba y Orbia acompañaron el evento.
Un laboratorio biotecnológico único en el país para mejorar la competitividad de la industria semillera
El Laboratorio de Genómica y Marcadores Moleculares de la FAUBA es una plataforma de genotipado de alto rendimiento que asiste a pymes en sus programas de mejoramiento para aumentar el rendimiento de sus materiales comerciales.
Por Juan Manuel Repetto (FAUBA)
BIOTECNOLOGÍA
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El Laboratorio de Genómica y Marcadores Moleculares (LGMM) de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) trabaja asesorando a más de 20 pymes semilleras e instituciones públicas argentinas para asistir, mediante una plataforma biotecnológica de última generación, a sus programas de mejoramiento vegetal y ofrecer a los agricultores semillas con mayor potencial de rendimiento y resistentes a las principales adversidades biológicas (enfermedades) y ambientales.
Esta plataforma tecnológica, puesta en marcha por la Cátedra de Bioquímica de la FAUBA, permite realizar análisis de genotipado a gran escala y de forma rápida. El objetivo es identificar, a través de marcadores moleculares, genes que mejoren el rendimiento y la calidad de cultivos de interés agronómico.
El proyecto comenzó en 2015, con la participación de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) y la gestión de UBATEC, la empresa de la UBA dedicada al desarrollo de la ciencia, innovación y tecnología, lo que le permitió presentarse ante el Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR) y acceder a financiamiento.
Para su concreción se conformó un consorcio integrado por seis semilleros que postularon sus proyectos de desarrollo, que serían asistidos por los laboratorios de las cátedras de Bioquímica de las facultades de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario (que propuso estrategias de transgénesis y edición génica) y de Agronomía de la UBA (cuyas propuestas fueron orientadas al mejoramiento asistido por marcadores moleculares).
“Un proyecto de tal envergadura también podría ser aprovechado para lograr una iniciativa original para Argentina, que consiste en crear un laboratorio de biotecnología para que las pymes sin capacidad de montar sus propias capacidades, puedan acceder a este tipo de herramientas a un costo razonable”, explicó Eduardo Pagano, director de LGMM, y recordó que desde la cátedra ya venían trabajando previamente en un proyecto con el semillero Don Mario enfocado en el desarrollo de marcadores moleculares para cultivos extensivos. “Esta empresa nos ayudó a conocer el sistema productivo más allá de los papers para llegar al campo con soluciones concretas”, agregó.
Con los fondos provenientes del FONTAR, la cátedra de Bioquímica levantó una plataforma tecnológica que se inauguró en 2022 y que consta de un laboratorio modelo de 100 metros cuadrados con una línea de genotipado que se denomina SNP line™, provisto por la firma LGC del Reino Unido, que permite detectar hasta 200.000 marcadores tipo SNP (Polimorfismo de un Solo Nucleótido) por día. Se trata del único laboratorio del país que cuenta con esa capacidad.
Un envión para las empresas locales
El laboratorio LGMM fue el primero habilitado por el Instituto Nacional de Semillas (INASE) para evaluar los marcadores moleculares para hacer el control de comercio. Hoy, se brinda este servicio al INASE y a URUPOV, la cámara uruguaya que agrupa a criaderos del país vecino para proteger la propia intelectual de las semillas. “Además, desarrollamos una importante labor para ayudar a las pymes semilleras a que
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creen sus propios programas de mejoramiento asistidos por marcadores moleculares. Es un avance tecnológico fundamental para que las empresas se tornen competitivas a escala internacional”, dijo Pagano.
“En nuestro laboratorio podemos asistir a los breeders en un abanico de necesidades, que incluyen análisis genómicos profundos y la detección rutinaria de marcadores moleculares”, destacó el investigador, y señaló que el objetivo fundamental del proyecto es generar beneficios para los productores, quienes van a disponer año a año de mejores materiales. “Hoy, el mejoramiento molecular permite llegar al mercado con productos competitivos con un ahorro significativo en insumos y recursos de infraestructura, y en la mitad del tiempo”, agregó.
“En nuestro laboratorio podemos asistir a los breeders en un abanico de necesidades, que incluyen análisis genómicos profundos y la detección rutinaria de marcadores moleculares”
Andrés Zambelli, gerente de Proyectos del laboratorio, afirmó: “Utilizamos las herramientas de la genética molecular para contribuir a aumentar la ganancia genética de los cultivos, es decir a incrementar los rendimientos en menor tiempo. Todas las herramientas moleculares que utilizamos están aplicadas al mejoramiento genético para el desarrollo de variedades comercializables”.
“Además, mediante la utilización de las herramientas de genética molecular podemos caracterizar el germoplasma de una empresa, conocer qué diversidad genética tienen, cómo están formados los grupos heteróticos, en los casos de empresas que producen híbridos, las relaciones de parentesco y, si se incorpora material licenciado de otras empresas, cómo está relacionado genéticamente con el material de base”, dijo Zambelli, e indicó: “Toda esta información es fundamental para el mejorador, porque permite saber qué tipos de poblaciones de mejoramiento tiene para trabajar, apuntando a generar materiales superiores y aprovechando la diversidad genética con que se cuenta”.
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Pagano advirtió que en el laboratorio no se hace transgénesis ni edición génica, sino que su aporte es facilitar la incorporaciones de rasgos o atributos de interés agronómico a otros materiales. Por ejemplo, es posible incorporar un rasgo desde un genotipo editado para la resistencia a una enfermedad o a un herbicida, a una línea élite de un criadero nacional, a un costo accesible y en un tiempo acotado. “Hoy empezar a incursionar en un programa de mejoramiento molecular implica un costo razonable que puede afrontar una pyme”, aseguró.
Esta metodología de trabajo generó buenas experiencias con los semilleros que formaron parte de la etapa inicial del laboratorio, y hoy ese grupo se amplió a unas 20 empresas, que abarcan diferentes cultivos tradicionales, como soja, girasol, maíz, sorgo, trigo y arroz, emergentes como camelina y forrajeras como festuca y raigras. En definitiva, el mejoramiento molecular se puede aplicar a cualquier especie, se conozca o no su genoma.
“Utilizamos las herramientas de la genética molecular para contribuir a aumentar la ganancia genética de los cultivos, es decir a incrementar los rendimientos en menor tiempo.
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Recursos altamente capacitados
Actualmente el laboratorio LGMM está integrado por 18 técnicos con una alta formación. En este sentido se destaca que, al ser una dependencia de la universidad, allí se forman profesionales de excelencia que además de trabajar en la plataforma, avanzan en sus estudios e investigaciones académicas, y algunos desarrollan sus actividades mientras cursan sus carreras de posgrado y realizan sus tesis.
“Uno de los valores que tiene el laboratorio es actuar como una unidad generadora de recursos humanos con elevada capacitación. De hecho, nueve ex integrantes de la cátedra hoy están trabajando en empresas del sector”, subrayó Pagano. “Los profesionales que se forman aquí son altamente requeridos porque enriquecen sus formaciones de base, como ingeniería agronómica, ciencias ambientales y agroalimentos, que se dictan en la Facultad, lo que los posiciona como candidatos de alto valor para las empresas y la sociedad en su conjunto”.
“Asimismo, en la cátedra se brinda la posibilidad de trabajar en problemáticas reales desde un punto de vista científico, lo que también permite que los profesionales que se forman puedan seguir la carrera de investigador en el ámbito público, en la universidad y en el CONICET”, concluyó.
“Uno de los valores que tiene el laboratorio es actuar como una unidad generadora de recursos humanos con elevada capacitación.
Cebada cervecera argentina: 40 años de avances genéticos impulsan rendimiento y calidad
Argentina experimentó un importante progreso en la producción de cebada cervecera. El mejoramiento genético permitió aumentar el rendimiento y mejorar atributos clave como el peso y número de granos, el extracto de malta y la friabilidad.
Autores: Giménez V.¹, Ciancio N.¹, Gerde J.², Ibañez C.¹, Comacchio J.1, Abeledo L.G.¹,³, y Miralles D.J¹,³ (miralles@agro.uba.ar)
¹Cátedra de Cerealicultura Facultad de Agronomía UBA; ²Universidad Nacional de Rosario, Facultad de Ciencias Agrarias, ³IFEVA-CONICET
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Importancia de la producción y exportación de cebada maltera en Argentina
A nivel mundial, la producción de cebada se destina principalmente a la alimentación animal y en menor medida a la industria maltera. En Argentina, se producen cerca de 1.4 millones de hectáreas de cebada, mayormente destinadas a la industria maltera. El país es un exportador neto de cebada para malta, con 669.506 toneladas exportadas durante el año 2022/23, representando más de U$S 387 millones de dólares (Fuente: argentina.gob.ar).
Actualmente, Argentina es el quinto exportador mundial de malta, con el 8% del mercado de exportación, luego de Francia (11%), Bélgica (10%), Australia (9%) y Alemania (9%) (Fuente: Observatory of Economic Complexity). Por otro lado, Brasil es el principal país importador de malta (15%), seguido por México (8%) y Estados Unidos (6%). Los destinos principales de la malta argentina son Brasil (80%), Chile (10%) y Bolivia (2%) (Fuente: cebadacervecera.com.ar).
La provincia de Buenos Aires es el principal área de producción de la cebada destinada a malta, concentrando aproximadamente el 90% de la producción, seguida por La Pampa, Córdoba y Santa Fe.
¿Cuál fue el progreso en la producción y el rendimiento en cebada maltera en el país?
La producción del cultivo de cebada en Argentina puede dividirse en tres etapas:
En una primera etapa, que abarca desde 1960 a 1985, se observa un estancamiento de la producción e incluso una leve caída de poco más de 20 toneladas por año.
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Posteriormente, entre 1986-2000, se registró un crecimiento de la producción a una tasa de 29 toneladas por año.
Mientras que el mayor incremento en la producción de cebada se observó entre los años 2000 y 2020, con una tasa de aumento en la producción de 256 toneladas por año (https://datosestimaciones.magyp.gob.ar/) (Figura 1).
Figura 1. Producción de cebada cervecera en Argentina desde 1960. Las líneas verticales delimitan tres períodos temporales y se indican sus respectivas tasas de producción. Fuente: FAO (2024).
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Cuando se observa el rendimiento por unidad de área a nivel nacional, la tendencia muestra un incremento creciente desde el año 1960, aunque con diferentes tasas de progreso (Figura 2). La tasa de progreso del rendimiento por unidad de área en el periodo 1960-1980 fue de 13 kg/ha.año, incrementándose de manera significativa a partir de ese año y alcanzando una tasa de progreso en el rendimiento de 64 kg/ ha.año (Figura 2).
Figura 2. Rendimiento de cebada cervecera en Argentina desde 1960. La línea vertical delimita dos períodos temporales y se indican sus respectivas tasas de ganancia en rendimiento. Fuente: FAO (2024).
Hasta 1990, en Argentina predominaban las variedades desarrolladas por la empresa Cervecería y Maltería Quilmes, enfocadas principalmente en aspectos de sanidad y uniformidad de calibre, siendo este último aspecto clave para la industria maltera. Sin embargo, como se observa en la Figura 2, a partir de principios/ mediados de los años 80, también se incrementó el rendimiento.
Hacia finales de los años 90, comenzaron a ingresar al país materiales provenientes de Europa, principalmente de Alemania, que mostraban un importante potencial de rendimiento. Estos materiales europeos, empezaron a sustituir gradualmente a los materiales originados en nuestro país debido principalmente a su mayor potencial de rendimiento. El primer material europeo ampliamente utilizado fue la variedad Scarlett, cuyo obtentor fue el semillero Breum (Alemania), inscripta en Argentina en 1996. Scarlett llegó a ocupar cerca del 80% del área de siembra gracias a su adaptabilidad a una amplia región productiva de Argentina, su alto potencial de rendimiento y su adecuada calidad para los requerimientos de la industria.
A partir de la introducción del material Scarlett, se han incorporado diferentes materiales de origen europeo que han ido reemplazando gradualmente a esta variedad (por ejemplo, Shakira, Andreia, Montoya, Charles, etc.). Es importante destacar que en Argentina existe una red de ensayos comparativos de rendimiento de materiales de cebada cervecera en la que participan empresas del sector privado y organismos públicos. Esta red está coordinada por el INTA Bordenave (https://repositorio.inta. gob.ar/xmlui/handle/20.500.12123/17359).
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Progreso genético en cultivares liberados en los últimos 40 años en Argentina
Para determinar cómo fue el progreso genético de los materiales de cebada utilizados y liberados en Argentina, es importante caracterizarlos en iguales condiciones ambientales y de manejo (Giménez et al., 2024a). Esto se debe a que, si bien es posible calcular el progreso genético de los cultivares con estadísticas a nivel nacional, dicho análisis incluye aspectos no solo genéticos, sino también ambientales y de manejo.
El estudio más reciente que analizó el progreso genético en el rendimiento de la cebada en Argentina (Giménez, 2017) evaluó materiales liberados hasta el año 2007. Para actualizar esta información, nuestro grupo de trabajo llevó a cabo una serie de experimentos tendientes a evaluar el progreso en el rendimiento y la calidad maltera en cultivares liberados en Argentina entre 1982 y 2019 (ver Giménez et al., 2024a).
Para ello, se realizaron ensayos en condiciones hídricas y nutricionales no limitantes en el campo experimental de la Facultad de Agronomía UBA (FAUBA). Se utilizó un diseño completo al azar, donde se evaluaron once cultivares comerciales de cebada cervecera liberados en el periodo mencionado (Quilmes Alfa , Quilmes Paine, Scarlett, Shakira, Carisma, Andreia, Traveler, Charles, Montoya, Alhué y Yanara) en dos fechas de siembra (16 julio de 2020 y 10 junio de 2021).
Como variables de respuesta, se midió el rendimiento, sus componentes numéricos y fisiológicos así como variables de calidad maltera mediante análisis de micromalteo (ensayo 2020),
que fueron gentilmente realizados por la empresa Boortmalt (Lic. Luis Ramírez). Una vista general del ensayo llevado a cabo se puede observar en la Figura 3, que muestra las parcelas experimentales sembradas con cultivares de cebada, indicando los números de sus respectivos años de liberación en el mercado argentino.
Los números indican el año de liberación de los mismos que corresponden a las parcelas.
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Figura 3. Vista del ensayo en la FAUBA en las parcelas con los diferentes cultivares de cebada cervecera evaluados.
Los resultados del estudio mostraron que el mejoramiento modificó la duración de la fase entre emergencia y la antesis del cultivo, medida como la aparición de las artistas sobre la hoja bandera. Se observó una tendencia creciente en la duración del periodo entre emergencia y la antesis, tanto en días como en unidades térmicas, con los años de liberación de los cultivares. Sin embargo, los materiales no modificaron la longitud del ciclo entre la floración y la madurez fisiológica (periodo de llenado de los granos) (Figura 4).
Figura 4. Duración de las etapas pre antesis (a, c) y post antesis (b, d) en función del año de liberación para los cultivares liberados al mercado en diferentes años en Argentina, en los ensayos de 2020 (E1) y 2021 (E2). La duración se midió en días (a, b) y en unidades térmicas (c, d). Las líneas llenas corresponden al análisis de regresión.
El atributo altura de planta mostró una ligera reducción con el año de liberación, a razón de 0,22 cm/año, mientras que el diámetro del tallo se incrementó desde 1980 hasta el año 2000. Sin embargo, las nuevas variedades liberadas después del año 2000 no mostraron incrementos en el diámetro del tallo (Figura 5).
Figura 5. Altura de planta (a) y diámetro de los tallos (b) en función del año de liberación para los cultivares liberados al mercado en diferentes años en Argentina, en los ensayos de 2020 (E1) y 2021 (E2). Las líneas llenas corresponden al análisis de regresión.
El rendimiento se incrementó con el año de liberación a una tasa de 69 kg/ha.año, lo que representó una ganancia genética, en términos relativos, del 0,9 %/año. Estos valores son promisorios, ya que representan una ganancia del 10% en el rendimiento en 10 años debido al progreso genético. Estas mejoras, combinadas con una mejora en el manejo del cultivo, podrían duplicar dichos valores (Figura 6).
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Figura 6. ARendimiento por unidad de área (expresado en g/m2, a) y rendimiento relativo (respecto a la media de cada ambiente, b) en función del año de liberación para los cultivares liberados al mercado en diferentes años en Argentina, en los ensayos de 2020 (E1) y 2021 (E2). Las líneas llenas corresponden al análisis de regresión.
Considerando los dos componentes numéricos del rendimiento (número de granos por unidad de área y peso de los granos), el mejoramiento genético produjo un aumento en ambos componentes cuando se los contrasta con el año de liberación. En este sentido, no sorprende que el mejoramiento haya incrementado el número de granos por unidad de área, ya que este componente está positivamente asociado al rendimiento (Miralles et al.,
2020; Giménez et al, 2024b). Sin embargo, lo realmente auspicioso es que el mejoramiento haya incrementado también el peso de los granos, en concordancia con los incrementos en el número de granos. El calibre es un componente sumamente relevante en el marco de la calidad maltera, por lo que es muy relevante que, a pesar del aumento en el rendimiento a través del número de granos, también se haya logrado este avance a través del peso de los granos (Figura 7).
Figura 7. Número de granos por unidad de área (a) y peso de los granos en función del año de liberación para los cultivares liberados al mercado en diferentes años en Argentina, en los ensayos de 2020 (E1) y 2021 (E2). Las líneas llenas corresponden al análisis de regresión.
En cuanto a la calidad, se observó una leve reducción en el contenido de proteína en los granos cuando se lo contrastó con el año de liberación, probablemente como consecuencia de los incrementos en el rendimiento que generaron un efecto de dilución (Figura 8).
Con respecto al perfil de hordeinas que componen las proteínas de la cebada, la mayor proporción fueron las β + γ, con una leve tendencia positiva a aumentar este tipo de hordeinas con el mejoramiento, aunque no estadísticamente significativo. Por otro lado, la proporción de hordeinas de tipo C y D no se vio afectada por el mejoramiento, siendo ambos tipos de hordeinas los de menor proporción (Figura 8).
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Figura 8. Porcentaje de proteína en los granos (a) y proporción de los diferentes tipos de hordeinas (b) en función del año de liberación para los cultivares liberados al mercado en diferentes años en Argentina, en los ensayos de 2020 (E1) y 2021 (E2). Las líneas llenas corresponden al análisis de regresión.
Finalmente, el mejoramiento genético incrementó el extracto de malta (Figura 9). Este atributo representa el porcentaje de sustancias solubles de malta (en % s/s) obtenidas a partir de una maceración a tiempos y temperaturas determinados. Además, la friabilidad, que mide la capacidad del grano de ser molido/ partido y es indicativo de la intensidad de modificación del endosperma, también se incrementó con el año de liberación (Figura 9).
Figura 9. Extracto de malta (a) y friabilidad (b) en función del año de liberación para los cultivares liberados al mercado en diferentes años en Argentina, en los ensayos de 2020 (E1). Las líneas llenas corresponden al análisis de regresión.
Conclusiones
El mejoramiento genético en Argentina produjo incrementos en el rendimiento en los últimos 40 años a razón de aproximadamente 70 kg/ha.año, lo que representa una tasa de progresión en el rendimiento de casi 1% anual.
Durante este proceso de mejoramiento, la altura de la planta se redujo, mientras que el diámetro de los tallos se incrementó hasta los años 2000 debido a la introducción de variedades europeas. Los incrementos en el rendimiento producto del mejoramiento estuvieron vinculados con aumentos tanto en el número de granos por unidad de área como con en el peso de los granos. De este modo, no se ob-
servó una compensación entre ambos componentes, lo que sugiere la posibilidad de seguir incrementando ambos subcomponentes del rendimiento en el futuro
En términos de calidad comercial e industrial, el mejoramiento redujo el contenido de proteína, sin modificar significativamente el perfil proteico, y produjo mejoras en el extracto de malta y la friabilidad.
Por consiguiente, el proceso de mejoramiento genético en Argentina durante los últimos 40 años ha sostenido aumentos en el rendimiento con mejoras en la calidad maltera.
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14º Simposio Internacional de Genética de Cebada
Sesiones: 28, 29 y 30 de octubre
Salida a campo: 31 de octubre Rosario - Santa FeArgentina
Más info en https://ibgs14.agro.uba.ar/
REFERENCIAS
Consulte las referencias ingresando a www.aapresid.org.ar/blog/revista-aapresid-n-229
IBGS 14
Red de Cultivos de Servicios de Aapresid: sinergias para una agricultura sustentable
En cuatro años, la Red de Cultivos de Servicios de Aapresid continúa demostrando su impacto transformador: reducen costos, aumentan rendimientos y disminuyen el impacto ambiental. Un resumen de sus logros y próximos desafíos
Pensar y abordar la sustentabilidad de la agricultura es clave para un desarrollo armónico de nuestro país. En este contexto, la Red de Cultivos de Servicios (RCS) de Aapresid, con el apoyo significativo de BASF, CONICET, la Universidad de Buenos Aires y una gran lista de empresas nacionales, se ha dedicado desde 2018 a implementar y evaluar una variada lista de Cultivos de Servicios y prácticas de
manejo agronómico. El objetivo es mejorar la sostenibilidad y eficiencia de los sistemas agrícolas mediante prácticas innovadoras. A través de múltiples ensayos realizados en distintas regiones del país, la RCS ha generado una gran cantidad de información, ampliando nuestro conocimiento y acercando los Cultivos de Servicios a los productores de todo el país.
Autores: Gervasio Piñeiro¹, Andrés Madias², Lina Bozas², Tomás Della Chiesa¹, Priscila Pinto¹, Paula Berenstecher¹, Viviana Bondaruk¹ y Suyai Almiron² ¹ FAUBA, ² AAPRESID, Sistema Chacras.
MANEJO DE CULTIVOS
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Los cultivos de servicio han demostrado ser capaces de producir grandes cantidades de biomasa, dependiendo del año y la región (Figura 1). Por ejemplo, las gramíneas y las leguminosas han demostrado una buena capacidad para producir biomasa en los periodos que antes eran barbechos, con promedios de alrededor de 6000 kg/ha y 4000 kg/ha respectivamente, pero alcanzando máximos de 18000 y 10000 kg/ha, respectivamente. Estos altos niveles de producción no sólo son fundamentales para mejorar la salud del suelo mediante la adición de materia orgánica, sino que también ofrecen una solución eficaz para el control de malezas, la fijación de nitrógeno del aire, el control de la erosión, entre otros beneficios que los Cultivos de Servicios nos brindan.
Producción de biomasa y mejora del suelo
NOS ACOMPAÑAN
Figura 1. Variabilidad de la producción de biomasa de distintos Cultivos de Servicios puros y en mezcla, sembrados en distintas regiones del país. La línea horizontal representa la media, las cajas representan el 50% de las observaciones y los bigotes el 90%.
Control natural de malezas
El control de malezas ha sido otro beneficio destacado de los Cultivos de Servicios. En muchos casos, los Cultivos de Servicios han logrado suprimir completamente las malezas (Figura 2), ofreciendo un nivel de control comparable al de los métodos tradicionales pero sin los efectos no deseados asociados con los tratamientos químicos. Este control efectivo es crucial para mantener la productividad agrícola y reducir las pérdidas económicas.
La cobertura densa de biomasa de los Cultivos de Servicios ha demostrado, a lo largo de es-
tos años de ensayos, que niveles de cobertura altos (que se logran con Cultivos de Servicios de aproximadamente 4000 kg de biomasa) inhiben de manera significativa el crecimiento de malezas, reduciendo así la dependencia de herbicidas y disminuyendo los costos de manejo. Por otro lado, también se ha observado que, en muchos años, coberturas bajas de Cultivos de Servicios (menores a 2000 kg/ha) igualmente han logrado un buen control de malezas, posiblemente debido a una competencia indirecta (efectos alelopáticos, etc.).
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Figura 2. Porcentaje de control de malezas y su relación con la producción de biomasa de los distintos Cultivos de Servicios (C=crucíferas, G=gramíneas y L= leguminosas).
Impacto en la fijación y conservación del Nitrógeno
Los Cultivos de Servicios de leguminosas demostraron un impacto significativo también en la fijación de nitrógeno atmosférico, así como en la captura de nitrógeno del suelo (Figura 3), aumentando significativamente la disponibilidad de nitrógeno para las plantas. Considerando todos los años y sitios evaluados, estimamos que las leguminosas aportarían entre 20 y 30 kg de N atmosférico por tonelada de biomasa aérea producida, es decir, nitrógeno nuevo incorporado al ecosistema. Por lo tanto, cultivos de leguminosas con una producción de biomasa aérea de 4000 kg/ha podrían fijar al menos unos 100
kg/ha de nitrógeno (equivalentes a 200 kg de Urea aproximadamente).
Estos resultados son particularmente relevantes, ya que sugieren que los Cultivos de Servicios pueden desempeñar un papel esencial en la reducción del uso de fertilizantes nitrogenados sintéticos, proporcionando beneficios tanto económicos como ambientales. A su vez, observamos que la correcta inoculación y nodulación de las distintas especies de leguminosas son un desafío importante en la actualidad, clave para el aporte de nitrógeno de estas especies.
Figura 3. Aportes de nitrógeno por fijación biológica de nitrógeno (NFB) o tomados desde el suelo (Nsuelo) de distintos Cultivos de Servicios de leguminosas.
Por otro lado, los Cultivos de Servicios de gramíneas y brásicas, si bien no fijan nitrógeno atmosférico, han demostrado ser especies eficientes para la captura y retención de nitrógeno y otros nutrientes (P, K, Ca, Mg, etc) en los agroecosistemas, evitando pérdidas y contaminación atmosférica y de los cursos de agua. Por otro lado, en los cultivos de servicio de gramíneas, se han registrado altas relaciones carbono/nitrógeno (C/N cercanas a 40), lo que indica una lenta disponibilidad (alta retención) de nutrientes, mientras que las crucíferas mostraron valores intermedios y las leguminosas mostraron relaciones C/N muy bajas (C/N
cercanas a 15) durante todo su ciclo, ofreciendo una rápida disponibilidad de nitrógeno para los cultivos subsiguientes (Figura 4).
Por último, en los Cultivos de Servicios de gramíneas mediante el manejo de la duración del ciclo, la fecha de secado o la fertilización, se puede modificar su relación C/N al momento de su terminación, ya que esta aumenta significativamente a lo largo del ciclo del cultivo (Figura 4). Por el contrario las leguminosas mantienen una C/N baja durante todo su ciclo, mientras que las brásicas mostraron valores intermedios pero relativamente menos variables que las gramíneas.
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VICIAS
MEZCLAS
CENTENOS
4. Relación Carbono/Nitrógeno de distintos Cultivos de Servicios en función de la duración de su ciclo de crecimiento.
Figura
Gestión eficiente del agua
Un punto clave para el uso de los Cultivos de Servicios es la gestión del agua. Los resultados obtenidos sugieren que, en promedio, los barbechos largos de invierno consumen alrededor de 190 mm de agua, mientras que los Cultivos de Servicios alrededor de 240 mm (Figura 5). Esto representa un costo hídrico promedio de los Cultivos de Servicios de aproximadamente 50 mm. Sin embargo, a pesar de esta disminución en la humedad del suelo al momento de secar los Cultivos de Servicios, en muchas situaciones, la disponibilidad de agua para los cultivos estivales sucesivos no se vio comprometida. La clave para esto es realizar una correcta duración del barbecho (período entre el secado del cultivo de servicio y la siembra del cultivo estival). Esto es especialmente importante en áreas donde la conservación del agua es fundamental para la sostenibilidad agrícola a largo plazo.
Nuestros resultados sugieren también que los Cultivos de Servicios logran una mejora en la infiltración y la retención de agua durante el barbecho en muchos años y sitios. Por esto se observó una relación entre el costo hídrico de los Cultivos de Servicios y el cambio en el rendimiento de los cultivos de soja y maíz sucesores (Figuras 6 y 7). En muchos casos, no hubo un costo hídrico, sino un aumento en la retención de agua luego de los Cultivos de Servicios, lo que provocó un aumento en los rindes de los cultivos estivales.
Nuestros resultados sugieren también que los Cultivos de Servicios logran una mejora en la infiltración y la retención de agua durante el barbecho en muchos años y sitios.
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Figura 5. Uso consuntivo de agua de distintos lotes con barbechos largos o Cultivos de Servicios (CS), en distintos años y zonas de Argentina. Cada punto representa un lote, la media es el punto rojo, la mediana se muestra mediante una línea horizontal y la caja representa el 50% de las observaciones.
Figura 6. Relación entre el rendimiento relativo de maíz y el costo hídrico de los Cultivos de Servicios antecesores, a la siembra del cultivo estival.
Figura 7. Relación entre el rendimiento absoluto de soja y el costo hídrico de los Cultivos de Servicios antecesores, a la siembra del cultivo estival. Los círculos claros corresponden a datos proporcionados por Diego Hugo Perez y los oscuros a datos de la red de Cultivos de Servicios.
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Sinergias en mezclas de Cultivos de Servicios
Finalmente, las sinergias observadas en las mezclas de Cultivos de Servicios han demostrado ser más productivas, alrededor de un 20%, que las especies en monocultivo (Figura 8). Estas mezclas aprovechan interacciones beneficiosas entre diferentes especies, maximizando la eficiencia en el uso de recursos.
Este enfoque no solo mejora la biodiversidad y la salud del suelo, sino que también puede aumentar los rendimientos de los cultivos subsiguientes, mostrando cómo la diversidad dentro de un sistema agrícola puede conducir a una mayor resiliencia y productividad.
Figura 8. Producción de biomasa de Cultivos de Servicios puros y en mezclas. La línea punteada representa la producción esperada en función de la producción de los cultivos puros. La cruz representa la media de producción, la línea horizontal representa la mediana, las cajas representan el 50% de las observaciones y los bigotes representan el 90% de las mismas.
El futuro
Los avances y resultados de la RCS de Aapresid en los últimos años subrayan el potencial de los Cultivos de Servicios para revolucionar nuestra agricultura y tornarla sustentable. Estos hallazgos apuntan hacia un futuro donde las prácticas agrícolas no solo sean sostenibles sino también más productivas y armónicas con el medioambiente. A medida que estos métodos continúen perfeccionándose y expandiéndose, podrían transformar significativamente la agricultura convencional, ofreciendo un modelo más sostenible para el futuro.
Durante estos años hemos aprendido mucho de los Cultivos de Servicios, cambiando nuestras preguntas de investigación constantemente. Nuestro resultados sugieren que los Cultivos de Servicios estarían reduciendo los costos de producción (costos privados), pero
también potencialmente aumentando los rendimientos de los cultivos de renta sucesores (Figura 9). Por otro lado, los Cultivos de Servicios también estarían contribuyendo a la reducción de costos públicos, impactos colaterales o externalidades de la producción (Figura 9).
En los próximos años, la Red se centrará en contestar preguntas particulares de cada región, así como mejorar las siembras al voleo, o la introducción de nuevas especies (a veces subtropicales), entre otros desafíos. Para lograr un cambio transformador de nuestro sistema agropecuario, creemos que es clave aunar los esfuerzos públicos y privados de investigación y producción, para fomentar el desarrollo sustentable, siendo la red de Cultivos de Servicios un claro ejemplo de esto.
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Figura 9. Esquema de los principales impactos de los Cultivos de Servicios.
¿Cuándo incorporar los Cultivos de Servicio en una secuencia con maíz tardío?
Un grupo de investigadores argentinos desarrolló un modelo que predice el impacto de los cultivos de servicio en el rendimiento del maíz tardío en la región pampeana
Por Claudio Jesús Razquin¹,², Horacio Videla-Mensegue³, Andrés Madias4 y Lina Bozas⁴
¹RTD Chacra Justiniano Posse, ²Universidad Nacional de Villa María, ³INTA Laboulaye, ⁴AAPRESID, Sistema Chacras.
En un contexto de creciente demanda de alimentos, la intensificación de cultivos puede ser una alternativa para aumentar la eficiencia en el uso de recursos (por ejemplo, radiación solar, agua y nutrientes) y mitigar las externalidades negativas en diferentes regiones del mundo. La intensificación con doble cultivo o cultivos de servicio, en comparación con secuencias de baja intensificación, puede ser una herramienta adecuada para mejorar la eficiencia en el uso de radiación y agua en regiones con una extensa estación de crecimiento.
MANEJO DE CULTIVOS
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La región pampeana argentina es una de las principales zonas productoras de commodities como soja, maíz y trigo. Los sistemas de producción se caracterizan por una baja intensificación, con la soja como cultivo anual. Estas secuencias de baja intensificación mostraron una baja productividad en el uso del agua, la radiación solar y los nutrientes, así como un aumento en la degradación del suelo y del agua, y desequilibrios en el balance hídrico.
En consecuencia, un aumento en la intensificación de los sistemas de producción, a través de la incorporación de cultivos de servicio, puede ser una alternativa viable para mejorar la eficiencia en el uso de recursos y mitigar los impactos negativos de la producción agrícola. Sin embargo, en regiones como la pampa argentina, caracterizada por una alta variabilidad en las precipitaciones, el aumento de la intensidad de los cultivos por cambios en la secuencia de
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siembra requiere una evaluación exhaustiva para evitar perjuicios en el rendimiento del cultivo de cosecha.
Los cultivos de servicio, también conocidos como cultivos de cobertura, son plantas cultivadas con un propósito o servicio distinto a su cosecha. Numerosos estudios documentaron los beneficios de los cultivos de servicio, que incluyen la reducción de la degradación química, física y biológica del suelo, así como el aumento de la actividad y biodiversidad de los microorganismos. También ayudan a reducir la erosión, favorecen el reciclado de nutrientes y aumentan la captación de agua.
A pesar de todos estos beneficios, la adopción de los cultivos de servicio como una práctica de intensificación en muchas regiones del mundo es limitada. Algunas de las razones que esgrimen los productores para no adoptar los cultivos de servicio son los potenciales riesgos para el cultivo de cosecha (e.g. pérdida de rendimiento) y el aumento de los costos de producción.
La evaluación de sistemas de cultivos intensificados a través de cambios en la configuración de la secuencia de cultivos requiere un largo periodo de tiempo y una gran cantidad de experimentos de campo. Una aproximación alternativa es el uso de modelos de simulación de cultivos que permitan recrear múltiples escenarios ambientales y de manejo agronómi-
co. Algunos modelos de simulación de cultivos mecanísticos, como DSSAT, APSIM, Aquacrop y SWB, han sido utilizados para modelar secuencias de cultivos intensificadas, obteniendo resultados satisfactorios. Sin embargo, estos modelos de simulación requieren un extenso registro de datos de campo, así como de un intenso trabajo de calibración y validación previo a su aplicación. Otra alternativa son los modelos de simulación de cultivos estadísticos desarrollados a partir de técnicas de machine learning, como algoritmos ajustados con la metodología de random forest (RF). Las técnicas de machine learning se basan en el entrenamiento de los algoritmos para encontrar patrones y correlaciones en una amplia base de datos, y a partir de su ajuste, lograr mejores estimaciones de la variable en estudio.
En función de lo expuesto, la adopción de secuencias de cultivos más intensificadas con cultivos de servicio en regiones agrícolas (e.g., la pampa argentina) requieren una ampliación del conocimiento sobre el impacto de los cultivos de servicio en el rendimiento del cultivo de cosecha, así como el desarrollo de herramientas de modelación simples que faciliten la toma de decisiones a los productores en escenarios climáticos erráticos.
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Nuestra investigación tuvo como objetivos a) identificar las variables ambientales y de manejo agronómico que afectan el rendimiento de maíz como predecesor de un cultivo de servicio, b) desarrollar un modelo de machine learning capaz de predecir el rendimiento del maíz a partir de variables ambientales y manejo agronómico en una secuencia de cultivo de servicio – maíz, y c) evaluar escenarios de simulación que integren la variabilidad climáti-
Metodología
La base de datos utilizada en el análisis comprende 16 ensayos realizados en una extensa región de la llanura pampeana argentina (Figura 1). La amplia dispersión geográfica de estos
ca y el manejo agronómico en la secuencia de cultivo de servicio – maíz, en las condiciones ambientales de la pampa argentina. Nuestro trabajo se llevó a cabo utilizando una amplia base de datos de ensayos de campo de cultivos de servicio generada por la Red de Cultivos de Servicio de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) en numerosas localidades de la región pampeana.
ensayos permitió abarcar una gran variedad de condiciones climáticas, edáficas y de manejo de cultivos de servicio y cultivos de cosecha (i.e. condiciones hidrotérmicas, fechas de siembra, interrupción del cultivo de servicio, duración del período entre cultivos, presencia o ausencia de capa freática). La base de datos abarca tres ciclos agrícolas, desde 2018 hasta 2021. Los ensayos se llevaron a cabo utilizando un diseño en franjas, con un testigo (barbecho) y distintos cultivos de servicio, tanto puros como en mezclas (gramíneas + leguminosas).
Figura 1. Área de estudio y sitios de experimentación de la Red de Cultivos de Servicio de Aapresid.
A partir de la base de datos de cultivos de servicio, se aplicó una metodología de machine learning para desarrollar un algoritmo capaz de estimar el rendimiento del maíz a partir de cambios en la fecha de siembra y momento de secado del cultivo de servicio, así como la probabilidad de lluvias durante el período entre el secado del CS y la siembra del cultivo de cosecha. Las variables incluidas en el desarrollo del algoritmo fueron las siguientes (Tabla 1): tipo de cultivo de servicio (vicia, vicia+centeno), fecha de siembra y secado del CS (días), fecha de siembra del cultivo de cosecha (días), duración del período entre el secado del CS y la siembra del cultivo de cosecha (días), influencia de la capa freática (presencia o ausencia), lluvia acumulada durante el período de CS (mm), lluvia acumulada durante el período entre el secado del CS y la siembra del cultivo de cosecha (mm), y agua útil a la siembra y secado del CS (%).
Una vez calibrado y validado el modelo, se realizó un análisis de escenarios para evaluar el efecto de cambios en variables ambientales y de manejo agronómico sobre el rendimiento del maíz. Los escenarios simulados representan situaciones convencionales que los productores y técnicos enfrentan al decidir las prácticas de manejo agronómicas en secuencias de cultivos intensificados con Cultivos de Servicios en la región pampeana.
Los escenarios simulados incluyeron 216 situaciones en las que se combinaron variables ambientales y de manejo agronómico. Se consideraron tres situaciones de intensificación: a) barbecho, b) cultivo de servicio de vicia y c) cultivo de servicio de mezcla vicia + centeno. Además, se simularon tres momentos de secado del CS: 1 de agosto, 20 de septiembre y 10 de octu-
Variable Definición
Tipo de CS Los CS evaluados fueron Vicia, Vicia/Centeno y el barbecho
FS_CS
Fsec
FS_CE
Fecha de siembra del CS
Fecha de secado del CS
Fecha de siembra del cultivo de renta
duracion_barbechito Duración del barbechito
Napa_Influ Influencia o no de napa si la misma se encuentra hasta los 2 m de profundidad
pp_cicloCS Precipitaciones durante el ciclo del CS
pp_barbechito
AU_inicial_prop
AU_Fin_prop
Precipitaciones durante el período del barbechito
Porcentaje de agua útil al momento de la siembra del CS
Porcentaje de agua útil al momento de la fecha de interrupción del CS
Tabla 1. Variables utilizadas para el ajuste del algoritmo random forest para estimar la fecha de siembra y momento de secado de cultivos de servicio y el rendimiento de maíz.
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bre. Las variables ambientales simuladas fueron las siguientes: condiciones climáticas durante el ciclo del CS, cuatro condiciones de agua acumulada en el perfil del suelo a la siembra del CS, y presencia o ausencia de capa freática.
Efecto del cultivo de servicio sobre el rendimiento de maíz tardío
La Figura 2 muestra los resultados de la distribución de frecuencia del rendimiento relativo (rendimiento del cultivo de cosecha sobre el tratamiento de cultivo de servicio) de maíz para diferentes tipos de cultivos de servicio. El rendimiento relativo mostró una distribución normal, con variaciones en el grado de asimetría.
El impacto de los cultivos de servicio en el rendimiento en grano en maíz es alto, con valores máximos de pérdida de rinde del 80%. A su vez, cuando se generó un beneficio del cultivo de servicio en el rendimiento de maíz, también fue muy importante, con una ganancia máxima de rinde del 65%.
Figura 2. Histogramas de frecuencia del rendimiento relativo (RR) de maíz sembrados sobre cultivos de servicio puros o consociados. La línea punteada se ubica sobre el rendimiento relativo = 1, indicando que el rendimiento sobre cultivo de servicio es igual al rendimiento sobre la franja barbecho. En cada gráfico se muestra la cantidad de casos analizados para cada situación de la Red de Cultivos de Servicio de Aapresid, así como el porcentaje de casos con rendimiento relativo >1 y <1.
En segundo lugar, el centeno puro o cuando éste participó en la mezcla vicia/gramínea y vicia+graminea+crucífera generó un mayor porcentaje de casos (aproximadamente del 66 al 74%) con rendimiento relativo <1, en comparación con la vicia pura o en la mezcla vicia villosa+Tpersa+centeno, donde el porcentaje de casos con impacto del CS sobre el de cosecha no superó el 43% (Figura 2).
Relación entre el rendimiento relativo del maíz y el consumo de agua
La relación entre el rendimiento relativo y el costo hídrico (diferencia entre el agua acumulada en el suelo en el tratamiento de cultivo de servicio menos el barbecho) a la siembra de cada cultivo de cosecha (Figura 3) muestra una mayor proporción de casos con un costo hídrico negativo, lo que explica la caída relativa del rendimiento en granos sobre los CS (cuadrante 2). Este fenómeno es más pronunciado en el centeno o en las mezclas que incluyen este cultivo, en comparación con la vicia, incluso en ambientes con presencia de capa freática. Es decir, la vicia pura o en mezcla genera menos casos con costo hídrico negativo.
Por otro lado, la vicia pura o en mezcla permite un mayor incremento porcentual en la cantidad de casos con rendimiento relativo > 1 en situaciones de costo hídrico negativo (cuadrante 1). El cuadrante 3, representa experimentos con rendimiento relativo > 1 y costo hídrico positivo, se limita a aquellos casos donde la interrupción del CS se realizó a tiempo y la duración del período entre el secado del CS y la siembra del
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cultivo de cosecha fue adecuada. En estos casos, no se observaron grandes diferencias entre los CS.
Por último, el cuadrante (abajo a la derecha), que describe contenido hídrico positivo pero caídas del rendimiento relativo, está representado principalmente por los casos en los que se utilizó centeno puro.
Variables que explican el rendimiento de maíz en una secuencia con CS
El análisis de Random Forest (RF) mostró que ocho variables ambientales y de manejo agronómico son de alta importancia relativa para la estimación del rendimiento de maíz (Figura 4). Estas variables son: fecha de secado del cultivo de servicio, agua útil inicial, lluvia en el periodo de cultivo de servicio, duración y lluvia entre el periodo de secado del CS y la siembra de cultivo de cosecha, fecha de siembra del cultivo de cosecha, fecha de secado del CS y agua útil al secado del CS (Figura 4).
Figura 3. Relación entre el rendimiento relativo y costo hídrico del cultivo de servicio.
Importancia de las variables para predecir el RTO
Figura 4. Importancia relativa de las variables agronómicas y ambientales para predecir el rendimiento de maíz con y sin cultivo de servicio
A partir de las variables de mayor importancia relativa, se desarrolló un modelo para la estimación del rendimiento de maíz tardío. Cabe aclarar que todas las variables seleccionadas como input del modelo son simples de medir u obtener de fuentes de datos convencionales.
La calibración del modelo mostró resultados muy satisfactorios (RMSE=972 kg ha-1 y RRMSE= 13%, Figura 5A), abarcando un amplio rango de rendimientos (aproximadamente de 2000 a 14.000 kg ha-1) y condiciones ambientales.
La validación del modelo, también mostró un ajuste muy satisfactorio, con un RMSE= 1298 kg ha-1 y un RRMSE=16% (Figura 5B). En función de los resultados de calibración y validación, podemos afirmar que el modelo es una herramienta adecuada para simular el rendimiento de maíz a partir de variables ambientales y de manejo agronómico en una secuencia cultivos de servicio – maíz.
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Figura 5. Capacidad predictiva del algoritmo para predecir el rendimiento de maíz en la etapa de calibración (A) y validación (B).
¿Cuándo es factible incluir cultivos de servicio en la secuencia cultivo?
Aplicamos el modelo para analizar escenarios ambientales y agronómicos factibles de ocurrir en la región pampeana argentina, donde los productores y técnicos pueden utilizar esta herramienta de modelación para facilitar la toma de decisiones (Figura 6).
A B
Figura 6. Rendimiento de maíz según tipos de cultivos de servicio, fecha de siembra del cultivo de servicio, influencia de la capa freática, condición climática y recarga del perfil a la siembra del cultivo de servicio. Círculos= barbecho, triángulo= cultivo de servicio.
El análisis de escenarios muestra que el rendimiento del maíz fue afectado por los cambios en las variables ambientales y de manejo agronómico (Figura 6). En todos los escenarios, el rendimiento del maíz disminuye a medida que se retrasa la fecha de secado del CS, especialmente en situaciones climáticas sin influencia de la capa freática. La presencia de la capa freática y la condición de agua acumulada al inicio del CS influyen notablemente sobre el rendimiento del maíz, especialmente en condiciones de recarga media a alta.
En general, las diferencias de rendimiento de maíz entre la situación de barbecho y CS, tanto positivas como negativas, se observan en situaciones puntuales. Las diferencias positivas de rendimiento se observan en años húmedos y con fecha de secado del CS en septiembre,
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independientemente del nivel de recarga del perfil de suelo al momento de la siembra. Por otro lado, las diferencias negativas de rendimiento del maíz ocurren principalmente en años secos y fechas de secado tardías.
En síntesis, los cultivos de servicio son una herramienta muy efectiva para intensificar la secuencia de cultivos y mejorar los servicios ecosistémicos. Sin embargo, es necesario analizar las condiciones ambientales y el manejo agronómico para su inclusión, a fin de no causar perjuicios al cultivo de cosecha. Nuestro trabajo contribuyó a desarrollar criterios de decisión para la inclusión de CS en una secuencia con maíz tardío. Además, identificamos las variables ambientales y de manejo agronómico principales que explican la variación de rendimiento de maíz tardío en la región pampeana. Este hallazgo nos permitió desarrollar un modelo predictivo para evaluar escenarios factibles de ocurrir en la región de estudio y cuantificar su impacto en el rendimiento de maíz, constituyéndose en una valiosa herramienta para facilitar la toma de decisiones de productores y técnicos.
Todo lo que querías saber sobre Cultivos de Servicio y no te animaste a preguntar
Más especies, beneficios y usos se suman al portafolio de cultivos de servicio. Para que no te quedes afuera del tren “Siempre
Verde”, dos socios referentes de Aapresid comparten su visión y experiencias en sistemas intensificados de rotación y dan respuesta a muchos interrogantes
Por: Ing. Agr. María
Eugenia Magnelli
Prospectiva Aapresid
MANEJO DE CULTIVOS
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El
se
Ser productor agropecuario no sólo se trata de poner una semilla en condiciones de germinar, esperar que el cultivo crezca, se desarrolle y cosechar. Tampoco consiste únicamente en alimentar un rodeo hasta alcanzar el peso de faena, obtener un ternero, producir leche, etc. Ser productor agropecuario implica o debería abarcar mucho más que eso. Producir alimentos, fibras y bioenergía representa una responsabilidad con nuestros agroecosistemas.
En ese sentido, necesitamos diseñar una agricultura basada en una sucesión de procesos que permitan a los ecosistemas agropecuarios ser lo suficientemente productivos, eficientes, sustentables y estables en el tiempo, donde la fotosíntesis constituye el punto de partida esencial en la transformación de la energía y la productividad del sistema. El diseño de esa agricultura se debe basar en la aplicación de ciertos principios ecológicos básicos que propicien el sostenimiento de la capacidad
productiva, realizando un uso racional y eficiente de los recursos naturales e insumos.
Bajo este contexto, los Cultivos de Servicios (CS) son una herramienta que permite al productor intensificar y diversificar el sistema. Son cultivos cuyo fin no necesariamente es ser cosechados sino que se incorporan a las rotaciones para brindar una amplia variedad de beneficios, principalmente en la conservación y protección del suelo. A pesar de que inicialmente se empezaron a usar con fines de cobertura de suelo y abonos verdes, con el tiempo se descubrió que ofrecían otros servicios ecosistémicos (de ahí su denominación) muy útiles para sostener el sistema productivo, tales como mejorar el manejo integrado de las malezas y otras plagas, la provisión de nutrientes e incluso la regulación de las napas. Además, contribuyen al mantenimiento de la calidad del aire y tienen otros fines estéticos y recreativos.
que
autopercibe Productor Agropecuario que levante la mano
Principios ecológicos básicos para sostener la capacidad productiva de los CS
Aumentar la producción de biomasa y mantener la actividad biológica del suelo
Aportar suficiente carbono al suelo para lograr un equilibrio adecuado de materia orgánica en relación con el ambiente
Promover una estructura de suelo estable
Optimizar la disponibilidad y el reciclado de nutrientes
Mantener una vegetación viva la mayor parte del tiempo posible para que la principal vía de salida del agua del campo sea la transpiración
Fomentar las interacciones biológicas y sinergias entre los componentes del sistema
Diversificar el agroecosistema en el tiempo y el espacio
Para entender mejor este andamiaje y llevar los conceptos a la práctica, conversamos con Navier Picco y José “Peco” Alonso, dos socios referentes de Aapresid del centro norte de la provincia de Santa Fe. A partir de sus experien-
cias y visión, dan respuesta a numerosas inquietudes sobre manejo, potencialidad de uso y beneficios en los cultivos de servicio apalancados en la agricultura “Siempre Verde”.
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¿Cualquier especie utilizada como CS se ajusta a todos los sistemas?
Un latiguillo que usamos frecuentemente en agronomía es “depende” y en este caso aplica a la perfección. Según explica Navier Picco (ATR Regional Aapresid Videla), la elección de especies depende principalmente del objetivo que busquemos con el cultivo de servicio, ya sea control de malezas, mejora de la infiltración, prevención de la erosión, aumento de la dotación de nitrógeno (N) en el suelo, etc.
Para ejemplificar, Picco señala: “Si buscamos control de malezas, en principio, debemos identificar cuál es nuestra maleza driver”. Abonando el tema, agregó: “Según el análisis de campaña la Regional Aapresid Videla, aparecen tres malezas principales: Sorgo de Alepo, Yuyo Colorado y Rama Negra. En el caso de que nuestra especie problemática sea el sorgo de Alepo de rizoma (el que genera problemas, ya que el que proviene de semilla es relativamente fácil de controlar), apuntamos a retardar su emergencia. Para lograrlo, al momento en el que comienza a emerger (para esta zona es finales de agosto, principios de septiembre), debemos asegurarnos de que el suelo esté 100% cubierto con al menos 4000 kg MS aérea/ha”.
Picco aseguró que esto se puede lograr fácilmente con una vicia, o una mezcla en base a vicia, sembradas lo más temprano posible (para el centro de la provincia de Santa Fe, la fecha de siembra del CS debería ser entre finales de febrero, marzo y abril). “La biomasa alcan-
zada impedirá que el rizoma emerja y solo podrá hacerlo cuando la cobertura se seque o se siembre nuevamente. Esto nos permite evitar aplicaciones tempranas de graminicidas y/o imidazolinonas, reduciendo así la presión de selección, los costos y mejorando el EIQ (Coeficiente de Impacto Ambiental, por sus siglas en inglés).
Esta misma estrategia sería efectiva para Yuyo Colorado y Rama Negra, ya que sabemos que con más de 4000 kg MS aérea/ha se reducen notablemente las emergencias de estas especies con semillas pequeñas. Además del control de malezas, con esta estrategia estaremos incorporando una gran cantidad de raíces que mejorarán la infiltración, aumentarán la vida en el suelo, mejorarán los niveles de materia orgánica (MO) a mediano plazo, y la cobertura aérea protegerá al suelo del impacto directo de las gotas de lluvia, reduciendo la erosión, la ruptura de agregados y, por consiguiente, el encostrado, así como también lo protegerá de los rayos directos del sol.
“Otra decisión importante, además del objetivo del CS, es el cultivo posterior y la rotación general del lote, ya que también influye en la especie o mezcla a elegir y, fundamentalmente, en el momento de secado”, sumó Navier.
¿Qué es mejor, especies puras o consociadas?
“Hemos visto que las especies consociadas, las llamadas mezclas, son mejores en todo punto de vista. Aportan una mayor cantidad de materia seca (tanto aérea como radicular) y nos permiten combinar distintos tipos de raíces, por lo que se pueden obtener distintos servicios a la vez”, destacó el socio de Aapresid.
En la práctica, explicó que un nabo aporta una raíz gruesa y profunda, lo que le permite romper capas duras del suelo y mejorar la infiltración hídrica. Por su parte, la vicia suma más raíces en los primeros centímetros del perfil y fija nitrógeno (N). Además, la combinación de ambas especies mejora el balance C/N, adiciona distintos exudados radiculares y proporciona soporte mutuo.
A pesar de las numerosas ventajas de la consociación de especies, Picco advirtió que las mezclas pueden tener algunos inconvenientes. “Si mezclamos avena con vicia, la primera tiene ciclo más corto que la segunda. Por lo tanto, cuando sequemos el CS, la gramínea ya estará semillada, lo que puede generar problemas en lotes destinados a trigo, ya que es posible que la tengamos como maleza. Sabemos que controlar gramíneas en trigo es difícil y caro”, aclaró. Para este caso, recomendó sembrar vicia con nabos en lugar de avena. “Aunque la crucífera también semilla, su control es más sencillo, al menos en la zona de Videla, donde todavía no tenemos crucíferas resistentes”, indicó.
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¿Cuál es la humedad indicada para sembrar CS?
Navier explicó que la humedad mínima necesaria para sembrar un CS es la misma que para cualquier otro cultivo. La cama de siembra debe brindar condiciones hídricas óptimas para que el cultivo pueda emerger y establecerse.
¿Cuáles son los cultivos antecesores que potencian los servicios de los CS?
Según la experiencia del Ingeniero santafecino, los cultivos antecesores más recomendados para los CS son las gramíneas, como maíz o sorgo. “Vemos que los CS en base a vicia se establecen, crecen y producen mejor biomasa que sobre soja. Además, estamos sembrando algo que aportará N (vicia), sobre algo que nos deja mucho C (maíz o sorgo), por lo que mejoramos la relación C/N, favorecemos la actividad de los microorganismos, potenciamos la conversión de ese C en MO y disminuimos la cantidad de C que se va como CO2”.
Otro punto a favor de las gramíneas en comparación con la soja como cultivo antecesor de CS es que las siembras aéreas tienen más éxito. “Nosotros usamos CS voleados con avión o dron sobre maíz tardío y sorgo, principalmente para después sembrar soja. Con esto logramos diversificar, intensificar y mantener el suelo con cobertura viva todo el año, es decir, “Siempre Verde”, reforzó.
Raíces de vicia con buena dotación de nódulos, esencial para potenciar la captura de N atmosférico.
¿Cuál es la fecha de siembra ideal para los CS?
“La fecha de siembra recomendada para vicia, o mezclas que la incluyan, es lo más temprano posible”, precisó Picco. Para el centro de Santa Fe, lo ideal es sembrar a finales de febrero/marzo/abril. Durante estas fechas, el suelo presenta condiciones óptimas de temperatura y humedad para que el cultivo se establezca y crezca rápido, entrando al invierno con una buena cobertura.
En las siembras de mayo tuvieron buenos resultados, pero las temperaturas comienzan a disminuir. En junio, los resultados son dispares y dependen de las condiciones meteorológicas invernales. “Si el invierno es húmedo y no tan frío (con pocas heladas), normalmente los resultados son buenos; pero si es seco y muy frío, puede haber pérdida de plantas (manchoneo) con el consiguiente enmalezamiento en esas zonas. También dependemos de cómo avance agosto, ya que la vicia comienza su crecimiento exponencial. Si agosto es húmedo y sin heladas, el avance de los CS es rápido”, explicó.
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Siembra terrestre o aérea: ¿cuál es mejor?
Antes de optar por una u otra modalidad de siembra, es importante tener claro que la elección del sistema de siembra depende de nuestro objetivo. “Con una sembradora terrestre, lograremos que los CS se establezcan más rápido y con mejor logro, por lo tanto, requeriremos menos cantidad de semillas/ha. En el caso de utilizar siembras aéreas, el logro es menor por lo
que debemos aumentar como mínimo un 50% la densidad, y el establecimiento demora más. Sin embargo, el éxito está prácticamente asegurado; hace muchos años que hacemos mezclas de vicia con nabos sobre maíces tardíos o sorgos y, tanto en años secos como húmedos, siempre el resultado fue positivo. Lo ideal es volearlo siempre antes de una lluvia”, aclaró.
Siembra aérea de Carinata sobre maíz y emergencia de las plántulas.
Un punto no menor que mencionó el Ingeniero es que las siembras aéreas nos permiten tener otra logística, ya que en un día con un avión podemos sembrar diez veces más de lo que sembraría una sembradora terrestre. Otra ventaja es que, al mismo tiempo que estamos cosechando soja, podemos estar sembrado CS, algo que no podríamos hacer con la sembradora terrestre debido a la falta de personal. La contracara son los costos: se necesita más
semillas/ha y hay que considerar el costo del servicio del avión.
Ya sea que sembremos con avión, dron o de forma neumática, es crucial la calibración del equipo. Un mal ajuste de la densidad de siembra o del ancho de pasada puede generar zonas sin sembrar, y esas áreas serán ocupadas por malezas, complicando el manejo posterior.
¿Cuál es la producción de materia seca y fijación de N a la que se puede aspirar?
La producción de materia seca (MS) de los CS varía según los años y la composición de las mezclas. Compartiendo resultados, Navier declaró: “Logramos obtener vicias de hasta 8000 kg MS aérea/ha y mezclas de vicia+nabos+avena de 14000 kg MS aérea/ha. Estos números son realmente altos, pero se pueden alcanzar cuando se dan las condiciones adecuadas y se realiza el manejo correcto”.
En cuanto al aporte de N por parte de la vicia, el socio de Aapresid señaló que esto siempre está garantizado, ya que el suelo queda mejor provisto de N después de la leguminosa. “Los kg de N que deja la vicia varían y hay muchos trabajos sobre el tema. En la práctica, hemos observado que todos los cultivos posteriores responden favorablemente; no necesariamente tiene que ser una gramínea, la soja que sigue a una vicia es excelente, y en el trigo posterior a esa soja, también seguimos viendo respuesta residual de la vicia”, destacó.
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¿Qué factores inciden a la hora de definir el momento óptimo de secado?
El objetivo del secado es suprimir el CS. Definir el momento oportuno es crucial y depende principalmente de las precipitaciones y/o recarga hídrica del perfil, así como de la fecha de siembra del cultivo posterior. “En caso de sembrar una soja (a mediados/fin de noviembre), en un año con precipitaciones normales, deberíamos secar entre finales de septiembre y principios de octubre. Si vamos a sembrar un maíz tardío (a finales de diciembre), podemos
retrasar el secado un poco más”, explicó Picco. Además, resaltó la importancia de analizar la humedad del perfil y trabajar con pronósticos.
“Si anuncian Niño, podemos jugarnos a dejar el CS algunos días más; en caso de ser Niña, como parece será la próxima campaña, es fundamental adelantarse al secado, de lo contrario corremos el riesgo de perder rendimiento en el cultivo posterior”, reforzó.
Así de simple es sembrar sobre un CS, en este caso se está implantando soja sobre vicia.
¿Puedo
cosechar un CS sin resignar servicios?
Para dilucidar este interrogante, José “Peco” Alonso (Regional Aapresid Videla) compartió su experiencia con las crucíferas en el departamento San Justo, en el centro de la provincia de Santa Fe.
El camino hacia la intensificación de las rotaciones y la agricultura “Siempre Verde” comenzó para Pecco en el año 2008, cuando todos los lotes estaban con doble cultivo de manera permanente. La no venta de trigo debido a las restricciones de exportación en 2011 lo llevó a considerar otras especies alternativas, como el garbanzo, la arveja y la colza. Lo cierto es que se decidieron por la colza, y a partir de ahí comenzaron a aumentar la superficie destinada a las crucíferas (colza, carinata e incluso camelina en los últimos 3 años). “Hemos cambiado la idea del CS tradicional por cultivos que gene-
ren ingresos, cubriendo todo el invierno y el verano con colza, camelina, carinata, girasol y maíz de primera, y durante el verano con soja sobre crucíferas, maíces de segunda sobre trigo, maíces de tercera sobre girasol y poroto mung de servicio sobre maíz de primera ”, explicó.
Dado que colza, camelina y carinata son todos specialities, Alonso aclaró que establecen convenios exclusivos con empresas que los comercializan. A diferencia de un commodity como trigo, hay que trazar el lote, hacer un acuerdo con el semillero, sembrar y estar sujetos a un seguimiento periódico por parte de la compañía. Advirtió que existen restricciones en el uso de fitosanitarios y es necesario cumplir con ciertos parámetros para alcanzar el objetivo de calidad del producto final.
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La gran ventaja de sembrar soja después de las crucíferas es que la leguminosa obtiene entre 500 y 600 kg/ha más de rendimiento en comparación con un trigo antecesor.
Dando más detalles, explicó que la siembra de colza y carinata se extiende del 20 de abril al 15 de mayo, dependiendo del ciclo de los materiales. La sembradora se ajusta para implantar 6,2 kg de semillas/ha con el objetivo de lograr 75 plantas/m2. En el caso de camelina, la siembra se concentra alrededor del 20 de junio, apuntando a 13 kg semillas/ha y 250 plantas por m2.
Ahora bien, ¿qué pasa con los servicios que brindan estas especies si se las cosecha? “Obviamente, detrás de cada especie hay un servicio. Lo interesante de estas crucíferas es que mejoran la estructura del suelo debido a sus importantes raíces pivotantes. Son subsolado-
res naturales que aflojan el horizonte, permitiendo una mayor infiltración de agua de lluvia en comparación con otros cultivos. Además, liberan el lote antes, entre la última semana de octubre y primeros días de noviembre, versus el trigo que lo desocupa a fines de noviembre. Esta ganancia de tiempo nos permite sembrar una soja de 2°, pero con rendimientos similares a los de una soja de 1°. La gran ventaja de sembrar soja después de las crucíferas es que la leguminosa obtiene entre 500 y 600 kg/ha más de rendimiento en comparación con un antecesor de trigo”, aseguró Peco.
La raíz pivotante de las crucíferas favorece la formación de macroporos, mejorando así la infiltración del agua de lluvia y la aireación del suelo.
En la tabla a continuación, se presentan las comparaciones agronómicas y los servicios de colza, carinata, camelina y trigo observados en la zona de Videla. Es interesante ver las ventajas y los nichos de cada uno de los cultivos para ubicarlos en el invierno.
Comparaciones Agronómicas/ Servicios
Familia botánica
Raíz / Exploración radicular
Plantas logradas
Colza/Carinata Camelina Trigo
CruCíferas
CruCíferas
Gramíneas
Pivotante/ Profunda Pivotante/ Profunda Cabellera/suPerfiCial
75 Pl/m2
Suelo post trilla mullido, suelto
Altura a cosecha 150 a 175 Cm
250 Pl/m2
280 Pl/m2
muy mullido, totalmente suelto mullido
a 60 Cm
a 65 Cm
Cobertura durante el cultivo muy bueno muy bueno muy bueno
Cobertura luego de la trilla
Fecha de siembra según ciclos
Palos parados verdes 60 - 80 cm
al 15/05
Densidad de siembra (con Semeato) 6,2
Plantas logradas por m2
Agua acumulada a 2 m base
Desocupa el lote
mm
1ra semana de noviembre
Palitos secos 15 cm
Tallos parados secos 40 cm
mm
Última semana de octubre 4ta semana de noviembre
Recarga del perfil en años normales al 1/11 +70 mm +70 mm Seco generalmente
Competencia con malezas
Muy buena/raro post emergente
Control de Rama negra Clopyralid
Presencia de Orugas
Muy buena/raro post emergente
Buena/ post emergente 35%
Metsulfuron, hormonales
Siempre Plutella No Raro
Aplicación de Fungicidas No No Sí
Cosecha
Fecha de siembra en soja 2da
Cultivo posterior/ rendimientos
Directa sin desecar/ Diquat
Temprano, como soja de 1ra
Soja VI 15/11
Rto = que soja 1ra
Diquat Directa sin desecar
Temprano, como soja de 1ra
Soja VI 15/11
Rto= que soja 1ra
COMPARACIONES COMERCIALES
Fechas de 2da
Soja 2da Rto -25%, 5 QQ base
Convenio previo venta y trazabilidad del lote Si Si No
50
55
20/04
20/06 15/05
Peso
3,3 gr 2 gr 37 gr
13
139
al 1/07
de mil semillas
kg/ha
kg/ha
kg/ha
75 pl/m2 250 pl/m2 300 pl/m2
160-180
100-120
200-240
mm
Humedad límite de
8,5% 9% 20% según acopios REVISTA AAPRESID 88
recibo
Tal como se deslizó anteriormente, un punto a favor de las crucíferas es la pata económica y comercial, dada la seguridad de venta de los granos a cosecha. Además, ofrecen las siguientes ventajas en la rotación:
Ventajas de camelina, colza y carinata en la rotación:
Resultados iguales a trigo, diversificando y bajando riesgos.
Mejor uso de la maquinaria durante la siembra y la cosecha.
Aumento en el número de especies y rotación de principios activos de fitosanitarios.
Mejora la exploración radicular profunda y la infiltración de agua.
Desocupa los lotes antes que el trigo, favoreciendo la recarga del perfil.
La soja posterior rinde como una soja de primera.
Posibilidad de siembra inmediata después de la cosecha de soja, en línea con el objetivo “Siempre verde”.
“Mi fuerte es la intensificación del sistema”, asegura Peco Alonso.
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¿Se pueden utilizar los CS como recurso forrajero?
Este tema ha generado un gran interés en los planteos ganaderos. Al respecto, Navier Picco disparó: “Creo que es una muy buena opción.
Hemos realizado algunos ensayos de pastoreo que han dado buenos resultados. Sin embargo, habría que ver si obtenemos todos los beneficios que nos brindan los CS sin pastoreo, ya que el animal estaría consumiendo la cobertura. Acá
surge el debate sobre si realmente siguen siendo CS o terminan siendo un verdeo más”. Agregó que la vicia funciona muy bien tanto para pastoreo como para silo, y que si es consociada con avena, es aún mejor ya que aporta fibra. “Hemos realizado análisis de calidad del silo de vicia y los resultados han sido muy buenos. Hay mucho que evaluar todavía”, sentenció.
Para obtener más información sobre este tema, te recomendamos que avances un par de páginas y leas la nota “Pastoreo de cultivos de servicio: ¿lo mejor de los dos mundos?”, escrita por nuestro columnista experto en producción ganadera, el Dr. José M. Jáuregui.
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Una y mil veces digamos SÍ a los CS y a los sistemas de siembra directa
Desde Aapresid observamos con mucha preocupación el avance de la labranza. El control de malezas, la reversión de la compactación, la introducción de nuevas herramientas para mover el suelo, la influencia entre productores y técnicos y, fundamentalmente, el desconocimiento, son algunas de las razones que traccionan esta práctica no sustentable.
Atento a ello, Navier Picco subrayó: “En el centro norte de Santa Fe, alrededor de un 40% de la superficie presenta algún tipo de labranza sin un diagnóstico, lo cual es muy grave”. Reforzando su punto de vista, llamó a la reflexión y agregó: “Invitamos a todos a que se sumen al uso de cultivos de servicio. Cuando se manejan correctamente, son una herramienta fundamental para la sostenibilidad del sistema, así como para el aumento y la estabilidad de los rindes.
En los lotes donde hace varios años que los venimos usando y manejando adecuadamente (con rotaciones intensificadas y diversificadas, con fertilización balanceada y bajo siembra directa), tenemos medido que aumenta el porcentaje de materia orgánica, los rendimientos se vuelven estables en el tiempo y aumentan paulatinamente, independientemente de las campañas”.
Las cartas están sobre la mesa. Ahora te toca a vos diseñar la mejor jugada para garantizar el sostenimiento de la capacidad productiva, utilizando de manera racional y eficiente los recursos naturales e insumos disponibles.
“El secreto está en intensificar y diversificar, teniendo siempre como base la siembra directa”, afirma Navier Picco.
Agradecimientos:
Agradecemos muy especialmente a Navier Picco y “Peco” Alonso por sus valiosos aportes en esta nota.
Hablemos de Camelina, un cultivo que intensifica rotaciones y cuida el suelo
La Camelina Sativa se posiciona como una alternativa para intensificar rotaciones y reemplazar barbechos. En ensayos realizados en 2023, se observó su respuesta ante residualidad de herbicidas, el impacto de la fertilización en su rendimiento y sus beneficios al suelo.
Por Ing. Ana Paula Canu¹, con la colaboración de Martín Beaudeant²
¹1 Breeder y Gerente de R&D de Chacraservicios SRL; ² Gerente de producción de Chacraservicios SRL.
MANEJO DE CULTIVOS
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La Camelina Sativa se presenta como una opción para el reemplazo de nuestros barbechos, aumentando la intensificación de nuestras rotaciones. Si bien es un cultivo que la empresa Chacraservicios viene investigando y desarrollando desde el año 2013 en Argentina, en estos últimos años, debido a la alta demanda de su aceite para su uso como biocombustibles avanzados, ha experimentado un crecimiento muy importante en diferentes zonas del país, lo que nos obliga como compañía a seguir investigando y adaptando el cultivo a diferentes ambientes y necesidades. Esto implica no solo el desarrollo de nuevas variedades que proporcionen mayor rendimiento y estabilidad al cultivo, sino también la generación de información disponible para que el manejo agronómico sea el ideal en cada situación, permitiendo así que la Camelina exprese su mayor potencial.
A continuación, se detallan los resultados de algunos de los ensayos realizados durante la campaña 2023.
Respuesta de la camelina a la presencia de herbicidas residuales en el suelo
En un ensayo sembrado en la localidad de Acevedo (Bs. As.) con un suelo Argiudol típico de la zona, se sembraron parcelas de camelina previa aplicación de dosis bajas de herbicidas para simular una residualidad: Sulfentrazone (1 y 10% de la dosis usada), Diclosulam (1 y 10% de la dosis usada) e Imazapir + Imazapic (5% de la dosis usada).
Gráficos 1 a 4. Porcentaje (%) de plantas con síntomas 44 días después de la siembra (DDS), 51 DDS, Prefloración (Estadío 3) y 50% de Floración Plena (Estadío 6). Letras distintas expresan diferencias significativas.
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Como se muestra en los gráficos 1 a 4, a medida que progresa el desarrollo del cultivo, los síntomas visuales de fitotoxicidad (clorosis y necrosis) se hacen menos evidentes, excepto en el tratamiento con Diclosulam 10%, que mantuvo un porcentaje de plantas afectadas significativamente mayor que el testigo hasta la floración plena. En el caso de los tratamientos con Sulfentrazone, si bien hubo un porcentaje de plantas con síntomas, este nunca difirió considerablemente del testigo.
Los tratamientos aplicados no causaron la muerte de plantas, ya que los stands no difirieron. Sin embargo, todos los tratamientos redujeron significativamente la altura promedio de la planta en comparación con el testigo, siendo los dos tratamientos de Diclosulam los que mostraron la mayor reducción (Gráfico 5).
Gráfico 5. Altura promedio de las plantas a madurez. Letras distintas expresan diferencias significativas.
Al medir el rendimiento de los diferentes tratamientos, se observó que tanto el tratamiento con 1% de Sulfentrazone como el de IMI 5% no difirieron considerablemente del testigo. Sin embargo, el resto de los tratamientos mostró una reducción en el rendimiento, siendo el tratamiento con Diclosulam 10% el que presentó la mayor diferencia con respecto al testigo (Gráfico 6). Esto demuestra que, si bien la fitotoxicidad puede ser revertida, puede tener una penalidad de rendimiento.
Gráfico 6. Rendimiento en kg/ha de los tratamientos. Letras distintas expresan diferencias significativas.
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Respuesta de camelina a la fertilización
Extraído de Informe Técnico del INTA “Intensificación tecnológica en un nuevo cultivo invernal. Respuesta a la fertilización en camelina sativa” (Ferraris, Gustavo).
Gráfico 7. Rendimiento de Camelina sativa según fuente y dosis de fertilizante agregado: Urea (N) y Sol Mix (N & S). Letras distintas expresan diferencias significativas.
En un suelo Argiudol típico de Pergamino (Bs. As.), se realizó un experimento cuyo objetivo fue evaluar la respuesta de Camelina sativa a la fertilización con nitrógeno (N), azufre (S) y fósforo (P) en la región norte de Buenos Aires. Por un lado, se evaluó la respuesta a N y S mediante cuatro dosis, dos fuentes y un testigo, totalizando nueve tratamientos. La respuesta al fósforo se evaluó mediante un contraste entre el testigo y las parcelas fertilizadas.
Los rendimientos mostraron diferencias significativas (p<0,05) para N (Gráfico 7) y P (Gráfico 8). La respuesta a P fue notable, tanto en productividad (Gráfico 8) como en biomasa. En cuanto al N, las fuentes mostraron un comportamiento dispar. La Urea mostró un aumento
sensible hasta la dosis de N60, pero disminuyó en adelante, sin explicación aparente. SolMix, en cambio, mostró un aumento sostenido en todo el rango de dosis evaluado (Gráfico 7). Un ajuste conjunto de ambas fuentes situó el rendimiento máximo en N80, pero con valores cercanos a los de N60, lo que indicaría el óptimo económico para cultivos de alto rendimiento. Es importante señalar que este comportamiento se observó en un sitio con niveles moderados a altos de N en suelo, como resultado de la magra cosecha de la campaña anterior.
Gráfico 8. Rendimiento de Camelina sativa con y sin fertilizante fosforado. Letras distintas expresan diferencias significativas.
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Evaluación del impacto de Camelina sobre las propiedades físicas del suelo
(Facultad de Agronomía – UBA)
En Coronel Pringles (Bs. As.) se llevó a cabo un ensayo donde se comparó un barbecho enmalezado versus un cultivo de camelina realizado en siembra directa bajo riego. Al finalizar el cultivo, se evaluaron las propiedades físicas del suelo para ambos tratamientos.
Se observó un efecto positivo significativo del cultivo de la Camelina sativa sobre las propiedades físicas edáficas superficiales (0-5 cm), tales como: a) disminución de los agregados de mayor tamaño (Gráfico 9), b) aumento de la infiltración (Gráfico 10), c) disminución de la densidad aparente (Gráfico 11) y disminución de la resistencia mecánica (Gráfico 12).
Gráfico 9: % agregados de suelo
Gráfico 11: Efecto sobre densidad aparente
Gráfico 10: Efecto sobre infiltración
Gráfico 12: Efecto sobre Resistencia mecánica
Carinata en pista: aviación sostenible con biocombustibles 2G
Los biocombustibles de segunda generación encontraron en la carinata una aliada para la aviación sostenible. Argentina lidera la producción de este cultivo estratégico que, además, permite diversificar sistemas de producción y aporta rentabilidad a los productores.
Por: Ing. Agr. Antonella Fiore Prospectiva - Aapresid
PRODUCCIONES ALTERNATIVAS
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Los combustibles de segunda generación (2G), que se obtienen a partir de materia seca vegetal, podrían representar una solución alentadora para el futuro energético y ambiental. En este contexto, existe una crucífera destinada a volar y cuidar el medioambiente. Se trata de Brassica carinata, comúnmente conocida como Carinata, que se presenta como una alternativa prometedora.
Esta crucífera invernal no solo permite diversificar los sistemas de producción, sino que también ofrece rentabilidad y es utilizada para la elaboración de biocombustibles de segunda generación, cada vez más preferidos por las operadoras de transporte aéreo.
La industria aeronáutica es responsable del 3% de las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) a nivel mundial. Los máximos exponentes de la industria se comprometieron a reducir el 50% de sus emisiones para el año 2030 y a alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2050.
Esta aliada de la aviación, que desempeña un papel estratégico en la reducción de la huella de carbono, es la protagonista de nuestra columna de este mes.
Brassica carinata: beneficios y estrategias
Brassica carinata -también conocida como colza etíope, mostaza etíope o mostaza abisinia, además de carinata-, es una especie perteneciente a la familia Brassicaceae. Su inclusión en la rotación puede resultar muy beneficiosa, ya que sus raíces pivotantes contribuyen a mejorar la estructura del suelo y aportan carbono al sistema edáfico.
Además, su rápido crecimiento la convierte en una buena competidora con las malezas, lo que reduce la necesidad de aplicaciones y promueve planteos productivos más sustentables.
Otras ventajas estratégicas de este cultivo incluyen la desocupación temprana del lote. La carinata se implanta entre abril y mayo y se cosecha en noviembre, lo que permite la realización anticipada del cultivo estival.
Con respecto a la cantidad de semillas necesarias para su implantación, el Ing. Agr. Gerardo Andreo, en una entrevista para Aapresid, comentó que se utilizan alrededor de 5 kg/ha de semillas. Asimismo, destacó que en ésta etapa, las exigencias técnicas son similares a las de la alfalfa, siendo necesaria una siembra muy superficial con un buen nivel de humedad, debido al pequeño tamaño de la semilla.
Este paso se debe realizar con eficiencia para lograr una densidad de siembra de aproximadamente 80 plantas/m2. Una vez que la carinata pasa el estado de roseta, alcanza un buen desarrollo de hojas que cubren bien el suelo, dejando lotes limpios y libres de malezas.
Otro factor clave para el éxito es tener mucho cuidado con los pulgones e isocas de las coles, por lo que es imprescindible realizar el monitoreo para prevenir su aparición y, de ser necesario, recurrir al uso de insecticidas.
Continuando con el ciclo del cultivo, Andreo mencionó que la floración ocurre alrededor del 20 de septiembre. Para definir el momento de secado, se evalúa el grano, cuando el grano cambia de color verde a ocre en el tercio medio de la planta.
Los granos, que son el producto cosechable, contienen un aceite no comestible de alta calidad, lo que los convierte en una alternativa ideal para la producción de biocombustibles de segunda generación.
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Además, la carinata también se utiliza como harina para alimentación animal debido a su alto contenido proteico y bajo contenido de fibra, que la hace fácilmente degradable por las bacterias del rumen. Esto la convierte en una aliada estratégica en las dietas animales en planteos agrícola-ganaderos.
La particularidad de este cultivo alternativo hace que la formación de precios sea diferente (más elevada) a la de los cultivos agrícolas de renta tradicionales. Esto, junto con el bajo uso de fitosanitarios, hace que su rentabilidad sea considerablemente mayor.
En cuanto a las secuencias agrícolas, Andreo destacó que la fecha de cosecha de la carinata permite incluirla en una rotación de maíz temprano–carinata–maíz tardío, o bien como cultivo antecesor de la soja. A su vez, sugirió que “la siembra aérea de carinata sobre el cultivo antecesor en pie es una buena idea y muy posible”.
El boom de la carinata
La producción de carinata en Argentina está experimentando un significativo crecimiento, proyectándose alcanzar las 80.000 hectáreas en 2024 para satisfacer la creciente demanda de la industria aeronáutica.
La producción de carinata en Argentina está experimentando un significativo crecimiento, proyectándose alcanzar las 80.000 hectáreas en 2024.
REFERENCIAS
Consulte las referencias ingresando a www.aapresid.org.ar/blog/revista-aapresid-n-229 Argentina lidera la producción de este cultivo, seguida por Uruguay. En Francia, la empresa Saipol, líder europeo en el procesamiento de semillas oleaginosas, es hoy el principal comprador de carinata, siendo Nuseed su principal proveedor en Argentina.
Carinata: un cultivo estratégico para la aviación sostenible
Reducción de la huella de carbono: El uso de biocombustibles a base de carinata reduce las emisiones de CO2 en comparación con los combustibles tradicionales.
Argentina es el principal productor de carinata a nivel mundial. Se proyecta alcanzar 80.000 hectáreas sembradas en 2024.
Aporta nuevas opciones a la rotación de cultivos, mejorando la salud del suelo y la rentabilidad agrícola.
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Crecimiento rápido que la convierte en una excelente competidora con las malezas, reduciendo la necesidad de herbicidas
Uso en alimentación animal: la harina de carinata se utiliza en dietas animales por su alto contenido proteico y bajo contenido de fibra.
Rentabilidad superior: La particularidad de este cultivo alternativo genera una formación de precios más elevada y un menor uso de fitosanitarios, lo que se traduce en mayor rentabilidad.
Un argentino en África: la historia del productor que llevó la siembra directa al continente africano
Jorge López Menéndez vivió 8 años en África, donde impulsó mejoras en los sistemas de producción y fundó una empresa desde cero. Gracias a un tweet, conectó con Aapresid, estableciendo la primera Regional en el continente. A pesar de atravesar situaciones difíciles -uno de sus hijos estuvo internado con malaria y su hermano fue secuestrado- asegura: “No hay plata que pague por dedicarle años de tu vida a ayudar a esta realidad”.
Por: Lucía Cuffia
SD - SOCIO DESTACADO
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Ficha personal
Nombre: Jorge López Menéndez
Profesión: Ingeniero agrónomo
Lugar de nacimiento: Bahía Blanca (Buenos Aires)
Familia: Casado con Candelaria, papá de Felipe, Silvestre y Clemente.
Hobbies: El rugby, las actividades al aire libre y los caballos -los entrena para jugar al polo.
Comida favorita: “Nunca fui de comer arroz, pero cuando me mudé a Sierra Leona -donde comen 120 kilos de arroz por habitante por año-, me hice fan; allá lo preparan con salsas y mi preferida era una con hojas de Cassava. En Argentina, cualquier comida que tenga carne, me hace feliz”.
Jorge siempre sintió un profundo interés por África. A pesar de no tener ninguna conexión personal ni laboral previa, devoraba libros y documentales, sin imaginar la experiencia que le tocaría vivir. En 2015, se le presentó la oportunidad de viajar al continente africano y no dudó en subirse al avión, imaginando muchas cosas que después no fueron tan así y muchas que sí. La crudeza de África, como él la describe, existía.
Allí vivió 8 años, específicamente en Sierra Leona y en Ghana, aunque también hizo trabajos en Costa de Marfil, Liberia, Guinea y Kenya. En la primera consultoría que hizo, pensó “qué fácil se puede revertir esto”. Las condiciones parecían ideales: suelos fértiles, presencia de
lluvias y temperaturas favorables. Creyó que replicar el modelo argentino sería sencillo. La realidad africana se encargó de demostrarle que iba a ser todo, menos fácil.
“Ahí empezás a valorar el ecosistema que hay en Argentina, donde es mucho más sencillo poner en marcha un campo, aún con todos sus desafíos. Tenemos contratistas, proveedores de insumos y toda una red que te ayuda. En África no tenés nada de eso y es el primer cachetazo que recibís; no hay que subestimar nada porque se pueden perder campañas enteras por una pavada que te olvidaste”.
Decir que sos productor agropecuario en África
es sinónimo de pobreza, afirma Jorge. “Si sos productor allá es porque te diste por vencido a vivir para comer y mantener a tu familia”. Por eso insiste en la importancia de tener siempre presente esta realidad. “Vos podes financiar a un productor para que produzca más arroz, pero si esa persona pasó hambre, aunque haya cosechado 10 veces más arroz, difícilmente te quiera vender. Entonces, ¿cómo financias a una persona que no está dispuesta a venderte la producción?”.
Cuando se pierde una campaña, es muy duro, pues hay que esperar hasta el próximo año para volver a intentarlo y el aprendizaje termina saliendo caro. Pero cuando te va bien, “es buenísimo”, se entusiasma. “Poder ayudar a estas familias a que puedan pensar más allá de comer, porque pudieron guardar algo de alimento; e incluso que empiecen a pensar más allá de la subsistencia y pasar a algo comercial, es muy enriquecedor”, resalta y agrega: “Una vez que se descubre una fecha de siembra nueva o una densidad que da mejores resultados, difícilmente se vuelve a lo que se hacía antes. No hay plata que pague por dedicarle años de tu vida a ayudar a esta realidad”.
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El desafío de fundar una empresa desde cero
Jorge no oculta su orgullo al contar que logró fundar una empresa en África. Warc es una empresa social que aporta tecnología a la agricultura de subsistencia en África, con el objetivo de transformar los medios de vida rurales, impulsar un crecimiento económico consciente y aportar al crecimiento de los agricultores africanos.
“La armamos junto con un socio desde cero”, cuenta. Esta experiencia le demostró la importancia de trabajar en red. “No sirve ir una semana, hacer un asesoramiento y volver. Hay que involucrarse 100% y generar redes como las que hay en Argentina”, reconoce.
“Que la empresa haya sobrevivido, me hace sentir recontra orgulloso. Hoy, con el diario del lunes, lo haría 10 veces mejor y no me llevaría 8 años. Si alguien va a hacer lo mismo, me encan-
taría ayudarlo para que le cueste menos años que a mí”, dice.
Jorge está casado con Candelaria y tienen tres hijos: Felipe, Silvestre y Clemente, de tan solo 9 meses. Si bien los tres nacieron en Argentina -”nos veníamos un par de meses antes y nos quedábamos hasta después del parto”-, Felipe y Silvestre se criaron en África. “Una experiencia super enriquecedora como familia y, al mismo tiempo, muy dura”, reconoce. Y es que les tocó pasar por situaciones muy difíciles. “Uno de mis hijos estuvo internado con malaria, con riesgo de vida, y mi hermano estuvo secuestrado. Son cosas que no te las olvidás más”. Pese a todo, el balance siempre es positivo. “Mis hijos me siguen hablando de África, tienen amigos allá y me piden ir de paseo”, cuenta
Un mensaje de Twitter que lo acercó a Aapresid
En su búsqueda de soluciones que puedan mejorar la realidad africana, Jorge le escribió un mensaje via Twitter a “Pilu” Giraudo, que en ese momento era presidenta de Aapresid. “Justo estaba en Argentina y le dije: ‘Pilu, te quiero contar lo que estoy haciendo’. No pasaron ni 2 minutos que me respondió preguntándome dónde estaba y diciéndome ‘Juntemonos ya’”, cuenta.
“Siempre me gustó la visión de Aapresid, es una organización con un potencial enorme para salir al mundo”, destaca. Después de esa charla con Pilu, Jorge se hizo socio y se dieron los primeros viajes a África. “Vinieron Pilu, Pedro Vigneau, Nicolás Bronzovich y junto con otros socios empezamos a charlar sobre qué se podía hacer”, cuenta.
La siembra directa es un sistema que puede transformar África, por eso es tan importante el rol de Aapresid en este territorio y que va más allá de lo productivo: “Ir a producir a suelos distintos, a realidades distintas, te lleva a pensar y a ser creativos”.
Gracias a este impulso, se formó la primera Regional Aapresid en África, de la cual hoy Jorge es su presidente. Además de compartir ensayos y resultados, se comparten los problemas y se buscan soluciones de forma conjunta. “Hoy, si alguien quiere ir a producir a África, podemos aportar un montón como Regional”.
Si bien hoy la regional está integrada sólo por socios argentinos, se propusieron sumar a productores africanos. “Es clave tener la pata local. Por eso nos gustaría como regional hacer de puente para que se den esas asociaciones, entre las empresas que quieran instalarse allá y los socios africanos”, señala.
Jorge es un convencido del potencial que tiene Argentina, y en particular Aapresid, para salir al mundo. “La historia de Aapresid es muy fuerte, tenemos mucho para aportar y debemos estar orgullosos de todo lo que logramos como productores argentinos. Estamos en condiciones de salir de manera profesional a buscar los fondos y los programas internacionales que nos ayuden a seguir creciendo”.
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Y agrega: “La voz del productor tiene que estar en aquellos lugares en los que se toman las decisiones. Hay que salir tranqueras afuera, contar lo que está pasando y ser generadores de políticas amigables con el sector y con la sociedad en su conjunto”.
De jugar al rugby a entrenar caballos de polo
El CV de Jorge también incluye un apartado especial: el rugby. Durante sus años en Buenos Aires jugó en el San Isidro Club y estiró su carrera como jugador hasta los 40 años. Incluso jugó cuando estuvo en Ghana. “Me encanta el espíritu de equipo y sentido de pertenencia que tiene el rugby. Y también que incluye a todos, porque necesitás al que tiene 100 kilos, al rápido, al que sabe patear, al que tiene fuerza. Todo jugador es importante”.
Lo que se aprende en el deporte, se suele ver reflejado en otros ámbitos. “Al igual que en el rugby, en un equipo de trabajo es importante identificar las habilidades de cada uno y apro-
vecharlas al máximo. Hay uno al que le va a gustar más ir al campo, otro al que le va a gustar más trabajar en la computadora, y ahí está el desafío del sector”, entiende.
Jorge sostiene que el agro debe encontrar nuevas formas de atraer a los jóvenes profesionales. Las nuevas tecnologías, las posibilidades de la agricultura regenerativa y la oportunidad de contribuir a un futuro más sostenible son algunos de los aspectos que, según él, pueden resultar atractivos para las nuevas generaciones.
Además del rugby, hace un tiempo empezó a incursionar en el polo, algo que le permite jun-
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tar dos pasiones: deporte y caballos. La parte que más disfruta es la preparación de los caballos. “Me gusta entrenarlos para el juego, y también la posibilidad de compartir la experiencia con mis hijos”.
Desde el 2022, Jorge y su familia viven en Argentina. “Hay días en que extraño todo y días que no extraño nada de África. Argentina es un país espectacular. Además yo soy muy familiero y tengo muchos amigos, y eso lo extrañé muchísimo. Si tuviera un vuelo de dos horas y pudiera pasar los fines de semana en mi casa acá, lo haría toda mi vida”, asegura.
Actualmente, combina su trabajo como productor agropecuario en el norte argentino con el desarrollo de un nuevo proyecto, "Numen.Bio". El objetivo es crear una empresa que resulte atractiva para las nuevas generaciones, con un enfoque en la agricultura y ganadería regenerativa que va más allá de producir alimentos. “Numen.Bio busca ofrecer soluciones a desafíos nuevos y generar redes de colaboración con diversos sectores”, cuenta.
Todo esto, desde una visión que integra la sustentabilidad social, económica y ambiental. De esta manera, su experiencia en África, donde la importancia del agro en el desarrollo de comunidades se hizo evidente, se vuelve a hacer presente en este proyecto que lo tiene muy entusiasmado.
Pastoreo de Cultivos de Servicio: ¿lo mejor de los dos mundos?
El pastoreo de cultivos de servicio emerge como una estrategia rentable y ecológica para integrar la producción agrícola y ganadera de manera sostenible. Aunque no es una solución universal, un manejo adecuado puede maximizar beneficios y minimizar riesgos.
Por: Dr. Ing. Agr. José
Martín Jáuregui
Profesor Adjunto- Cátedra Forrajes (FCA - UNL).
En los sistemas agropecuarios argentinos, los cultivos de servicio han ganado una creciente relevancia como herramienta para mejorar la sostenibilidad. Inicialmente concebidos como una forma de bajo costo para incorporar nutrientes al sistema agrícola, principalmente nitrógeno a partir de leguminosas anuales, su uso se ha diversificado para abordar diferentes necesidades específicas de los lotes.
Hoy en día existen cultivos "descompactadores" (como algunas crucíferas), cultivos "constructores" de suelo (principalmente gramíneas) y cultivos fijadores de nitrógeno (mayormente leguminosas anuales, entre las que predomina la Vicia). También existen algunos blends comerciales de cultivos que combinan características de varios (Imagen 1).
GANADERÍA
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A pesar de los múltiples beneficios ecológicos para el sistema agropecuario, cimentados fundamentalmente en mejoras de las propiedades físicas y químicas del suelo que se trasladan al cultivo agrícola siguiente (maíz o soja general-
Pastoreo de cultivos de servicio
Una estrategia que ha ganado creciente interés para abordar esta preocupación es el pastoreo de los cultivos de servicio. Esta práctica permite aprovechar la biomasa aérea de los cultivos como fuente de forraje para el ganado, reduciendo así los costos de alimentación y generando un ingreso extra para el produc-
mente), algunos productores han cuestionado el elevado costo de oportunidad de mantener un sector del campo "improductivo" durante seis meses.
tor. Al mismo tiempo, se mantienen gran parte de los beneficios ecológicos de los cultivos de servicio para el suelo.
De hecho, una reciente revisión en el Agronomy Journal (Blanco-Canqui et al., 2023) reveló que el pastoreo de cultivos de servicio puede ser una opción viable sin efectos adversos significativos en las propiedades del
Imagen 1. Novillos en pastoreo de cultivos de servicio polifíticos en ensayos realizados en la EEA Pergamino (Gentileza Ing. Agr. Ezequiel Pacente).
suelo y los rendimientos de los cultivos posteriores, siempre que se realice un manejo adecuado. En este sentido, resulta clave evitar el sobrepastoreo y pastorear cuando el suelo esté en condiciones apropiadas para minimizar la compactación. Efectivamente, según datos recabados por Planisich et al. (2021) en el
Beneficios económicos
Existen diversas maneras de cuantificar los posibles beneficios económicos del pastoreo de cultivos de servicio. Las más complejas son aquellas asociadas a parámetros físicos de suelo, que tendrán impactos muy grandes en lo que es porosidad, absorción y retención de agua, y también en los rindes del cultivo siguiente. Sin embargo, y en pos de simplificar estas variables, se presentará un análisis que
campo experimental J. Villarino de la Facultad de Ciencias Agrarias (UNR), los mejores resultados en términos de ganancia animal y servicios ambientales se obtienen con pastoreos moderados (12-18 cm de altura remanente), lo cual difiere de la típica recomendación de pastorear verdeos dejando remanentes de “1 puño” (5-7 cm).
solo tendrá en cuenta aspectos productivos (kg de N y carne aportados al sistema).
Se evaluará así la conveniencia de utilizar Vicia para aportar N al sistema o bien hacer Vicia con Avena para pastoreo. Los supuestos que se utilizaron para construir el Gráfico 1 son los siguientes:
Precio Urea: U$$650/tn
Costo aplicación Urea: U$$25/ha
Costo implantación Vicia o Vicia con Avena: U$$291/ha (incluye alquiler de 5 QQ Soja/ha- considerando 6 meses de ocupación del lote)
N aportado por Vicia pura: 3% del total de biomasa
N aportado por Vicia consociada: 1,5% del remanente post pastoreo (50% del total producido)
Costo rolado/secado Vicia: U$$40/ha
Índice de conversión de pasto a carne: 10:1
Eficiencia de cosecha del cultivo en pastoreo: 50%
Precio de la carne: U$$2/kg
Gastos asociados a los animales (personal, sanidad, etc): 40% del ingreso por carne
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Gráfico 1. Ingreso neto simulado (U$$/ha) en función de la producción de biomasa (kg MS/ha) de un cultivo de Vicia puro y un cultivo de Vicia con Avena en pastoreo.
Según este gráfico, podemos observar que para obtener un resultado neto positivo haciendo Vicia sola, debemos lograr rendimientos de más de 7 toneladas de MS/ha, mientras que si hacemos Vicia consociada y la pastoreamos, logramos resultados netos positivos cuando se alcanzan las 5 toneladas.
Beneficios ambientales
Además del beneficio económico de utilizar los cultivos de servicio como forraje, el pastoreo puede aportar otros beneficios al sistema de producción. El bosteo del ganado puede mejorar el ciclado de nutrientes y aportar materia orgánica al suelo. Asimismo, el pastoreo
puede ayudar en el control de malezas y plagas, reduciendo la necesidad de herbicidas y pesticidas. Por otro lado, la evidencia apunta a que los cultivos de servicio en pastoreo pueden incrementar la producción de biomasa total en más del 50%, aumentando así el posible input de carbono al suelo (y generando kilos de carne en el proceso).
Los cultivos de servicio en pastoreo pueden incrementar la producción de biomasa total en más del 50%, aumentando así el posible input de carbono al suelo
Consideraciones a tener en cuenta
Una de las principales preocupaciones del pastoreo de cultivos de servicio es la posible compactación del suelo por el pisoteo del ganado. Sin embargo, diversas revisiones de la literatura han demostrado que, manejado correctamente, el pastoreo de cultivos de servicio
no aumenta significativamente la compactación del suelo en comparación con los cultivos de servicio no pastoreados. Factores como la carga animal, la duración del pastoreo y las condiciones del suelo (humedad, textura, etc.) son, por supuesto, ejes fundamentales a considerar para evitar la compactación excesiva.
Imagen 2. Toritos en pastoreo de un cultivo de servicio compuesto por Achicoria y Cebadilla en Nogoyá, Entre Ríos.
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Por otro lado, también es cierto que para poder pastorear los cultivos de servicio es necesario disponer de animales e instalaciones acordes (alambrados, aguadas, personal, etc). Esto hace que la decisión muchas veces sea un poco más compleja que lo que se puede abordar en esta nota. En algunos casos, los productores que son netamente agrícolas y no disponen de animales cerca (o bien carecen de instalaciones y personal para atenderlos) pueden recurrir a la confección de rollos o fardos para generar un ingreso adicional para el campo. También existe la posibilidad de realizar contratos de engorde con productores cercanos y así generar un ingreso adicional sin incurrir en gastos de compra y venta de animales.
Asimismo, es importante tener en cuenta que el pastoreo de cultivos de servicio no es una solución universal y su implementación dependerá de las condiciones específicas de cada establecimiento. Factores como el tipo de sue-
lo, el clima, las especies de cultivos de servicio utilizadas y las prácticas de manejo deben ser evaluados cuidadosamente. En años secos, por ejemplo, los cultivos de servicio pueden incrementar el déficit hídrico y comprometer el rinde del cultivo siguiente. Por otro lado, el manejo adecuado del pastoreo será crucial para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos. Esto incluye determinar la carga animal apropiada, la duración del pastoreo y el momento óptimo para realizar esta práctica, teniendo en cuenta las condiciones del suelo y el estado de los cultivos de servicio.
El pastoreo de cultivos de servicio no es una solución universal y su implementación dependerá de las condiciones específicas de cada establecimiento.
Conclusión
En resumen, el pastoreo de cultivos de servicio puede ser una estrategia valiosa para integrar la producción de cultivos y ganado de manera sostenible. Al aprovechar la biomasa de los cultivos de servicio como forraje, se pueden obtener beneficios económicos y ecológicos, siempre que se implemente un manejo adecuado para evitar impactos negativos en el suelo y los rendimientos de los cultivos posteriores.
Esta práctica representa una oportunidad para optimizar el uso de los recursos y mejorar la resiliencia de los sistemas agropecuarios argentinos.
REFERENCIAS
Consulte las referencias ingresando a www.aapresid.org.ar/blog/revista-aapresid-n-229
Cultivos de Servicios para más carne y menos metano
Un estudio analizó cómo el pastoreo de cultivos de servicio afecta la producción de forraje, de carne y la emisión de metano en sistemas agrícolas. Los resultados sugieren que esta práctica podría mejorar la productividad y reducir las emisiones.
Equipo de trabajo:
De INTA Pergamino: Dr. Juan Mattera, Dra. Silvina Restovich, Ing. Agr. M.Sc. Ezequiel Pacente, Ing. Agr. M.Sc. Omar Scheneiter, Ing. Agr. M. Sc. Isabel Cattoni. Ing. M.Sc. Jonatan Camarasa. De INTA Castelar: Dra. María Cerón-Cucchi, Dr. Abimael Ortiz-Chura, Ing. Ricardo Bualó. De UTN: Dr. José Ignacio Gere; de Gentos: Ing. Agr. Lucas Garro.
En secuencias agrícolas, el uso de Cultivos de Servicios contribuye a la captura de carbono, mejora la circulación de nutrientes en el suelo, entre otros servicios ecosistémicos, e impacta en la productividad de los agroecosistemas. Las gramíneas se destacan por aportar carbono al suelo, las leguminosas por incorporar nitrógeno a partir de la fijación biológica, mientras que las crucíferas por la descompactación del suelo.
Además, el consumo de la biomasa aérea de los cultivos de servicio por parte de los animales puede ofrecer otro servicio adicional al productor agropecuario. El aprovechamiento de los cultivos de servicio para pastoreo puede amortiguar los costos asociados al mismo me-
GANADERÍA
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diante el ingreso derivado de la producción de carne y contribuir así a una mayor difusión de esta tecnología en la región.
En lo que respecta a las emisiones de gases de efecto invernadero, el bovino es una fuente significativa de metano entérico dentro de los sistemas agropecuarios. Este se produce durante la fermentación de los alimentos, principalmente en el rumen del bovino, y se libera a la atmósfera mediante la eructación.
El objetivo de este trabajo fue cuantificar la producción de forraje, la ganancia de peso diaria, la producción de carne y la emisión de metano entérico en un cultivo de servicio pastoreado en un sistema de recría. El estudio se llevó a cabo durante cuatro años en el INTA Pergamino, utilizando una mezcla de cultivos de servicio incluidos en una secuencia soja-maíz bajo siembra directa, y comparando los sistemas con y sin pastoreo.
Detalles del experimento
El trabajo se desarrolló durante los años 2018, 2019, 2020 y 2021 en un experimento ubicado en INTA Pergamino, donde se evaluaron dos tratamientos: con y sin pastoreo de cultivos de servicio en la secuencia soja-maíz. El diseño fue en bloques completos al azar con tres repeticiones.
El tipo de suelo es un Argiudol típico (según la taxonomía de suelos del USDA) de la serie Pergamino, con un horizonte A franco limoso sin fase erosionada (<0,3% de pendiente) y un fuerte horizonte B argílico. El clima en el área de estudio es templado húmedo, sin estación
seca. La temperatura media anual es de 16.5 °C (Soriano et al., 1991, Hall et al., 1992) y la precipitación promedio anual es de 975 mm (según datos de la red Agroclimatológica del INTA).
Al inicio del experimento, los valores en el suelo a una profundidad de 0-20 cm fueron los siguientes: 3,3% de materia orgánica, Pe: 16 ppm y un pH de 5.9. El cultivo de servicio consistió en una mezcla compuesta por raigrás anual tetraploide, vicia villosa, trébol persa y nabo forrajero. En la Tabla 1, se detallan las lluvias durante cada estación de crecimiento.
Lluvias (abril - octubre)
durante el período de crecimiento de los CS en los diferentes años bajo estudio.
Tabla 1. Lluvia acumulada (mm)
2018 586,0 2019 294,5 2020 288,0 2021 275,7 REVISTA AAPRESID 122
Manejo de los animales
La eficiencia de pastoreo objetivo fue del 60%, lo que representa una eficiencia moderada, un valor inferior al aprovechamiento usual de los verdeos invernales. Esto se hizo con la finalidad de permitir la acumulación de biomasa remanente al momento del secado del cultivo de servicio, manteniendo así los beneficios aportados por este tipo de recursos.
En todos los años evaluados, previo al inicio del primer ciclo de pastoreo, los novillos fueron acostumbrados a la dieta durante 7-8 días en una parcela adicional al ensayo con el mismo cultivo de servicio. El pastoreo consistió en tres franjas (0,5 ha) por bloque (1,5 ha) que fueron pastoreadas sucesivamente en cada ciclo de
pastoreo (pastoreo rotativo). Cada año se realizaron dos ciclos de pastoreo, siendo el tiempo de pastoreo de cada franja variable según las condiciones de crecimiento de cada año. Se contó con un período de pastoreo (entre 7 a 14 días) y un periodo de descanso (entre 14 a 28 días) (Tabla 2).
La carga animal se ajustó en base al forraje disponible en cada franja, con una asignación forrajera del 3% de peso vivo. Se utilizaron novillos británicos (200 a 300 kg de peso vivo). La carga promedio varió entre ciclos de pastoreo, asociada a la disponibilidad de forraje, siendo en promedio de 7 animales ha-1, con un rango entre 4 y 12 animales ha-1.
Fecha inicio pastoreo
Fecha fin pastoreo
Fecha de secado químico
Tabla 2. Fechas de pastoreo de los cultivos de servicio incluidos en una secuencia soja-maíz.
2018 06/09 23/10 29/10 2019 31/07 16/09 08/10 2020 18/08 16/10 12/11 2021 27/07 17/09 19/10
Mediciones
Para medir el forraje disponible en cada franja, antes de iniciar el pastoreo, se midió la producción de forraje utilizando tres marcos (1 m2) y se tomaron muestras para cuantificar el porcentaje de materia seca y la composición botánica del CS. La altura de muestreo fue de 5 cm sobre el nivel del suelo.
Se pesaron los animales al inicio del ensayo, antes de iniciar el segundo ciclo de pastoreo y al finalizar el mismo. Se estimó la ganancia diaria de peso vivo (GDPV) como el cociente entre el aumento de peso en cada ciclo y la cantidad de días. La producción de carne se estimó como el producto entre la ganancia diaria de peso y la carga animal promedio de cada ciclo de pastoreo, y la duración de cada ciclo de pastoreo.
En el año 2021, durante el primer ciclo de pastoreo del cultivo de servicio, se determinó la emisión de metano entérico. Esta medición se realizó colocando cabezales en los animales durante 5 días completos consecutivos con un gas marcador (hexafluoruro de azufre). Además, se determinó el consumo de alimento individual de cada animal para poder relacionarlo con la emisión de metano entérico. Para estimar el consumo individual, se utilizó como marcador el óxido de titanio, el cual se le suministró a cada animal y posteriormente se cuantificó su dilución en las heces.
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Por último, antes del secado del cultivo de servicio para proceder con la implantación del cultivo de renta posterior, se midió la biomasa aérea remanente en las situaciones con y sin pastoreo del CS.
Resultados obtenidos
La producción de forraje fue diferente entre años y entre ciclos de pastoreo (p<0,05), sin interacción entre ambos. Se observó un mayor producción de forraje en los años 2021 y 2019, una producción intermedia en el año 2018, y una producción inferior en el año 2020 (Figura 1), probablemente asociada a las condiciones climáticas.
Figura 1. Producción de forraje (Kg MS ha-1) de una mezcla de cultivos de servicio por ciclo de pastoreo (1° y 2° ciclo) para cada año experimental.
La ganancia diaria de peso vivo (GDPV) promedio fue de 1,20 kg (Figura 2). En el año 2020, fue superior a los otros años (p<0,1) y también mayor en el ciclo de pastoreo 1 con respecto al 2 (datos no mostrados). En el caso del ciclo de pastoreo 1, la mayor ganancia podría estar asociada al estado vegetativo en que se encontraban las especies componentes del cultivo de servicio. En cambio, al final del ciclo de pastoreo 2, las especies pasaron al estado reproductivo, con la consecuente disminución de la calidad forrajera. De todas formas, en todos los ciclos de pastoreo se alcanzaron ganancias ≥1 kg animal-1 día-1, lo cual indica un recurso forrajero de elevado valor nutritivo.
Figura 2. Ganancia diaria de peso vivo (GDPV) (Kg animal-1 día-1) de novillos en un sistema de recría pastoreando una mezcla de cultivos de servicio para cada año experimental.
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La producción de carne presentó una interacción entre el año y el ciclo de pastoreo, siendo notablemente superior en el ciclo 1 del año 2019 debido a la elevada producción de forraje, carga intermedia y alta ganancia de peso (Figura 3). La producción de carne de cada año surge de la sumatoria de ambos ciclos de pastoreo y varió entre 314 y 493 kg de carne por año.
En cuanto a la emisión de metano entérico por los animales que consumieron los cultivos de servicio fue de 119 gramos animal-1 día-1. Este valor fue relativamente bajo si se expresa como factor Ym (metano entérico en función de la energía bruta consumida) (Ym = 0,04) en comparación con el valor de referencia que se utiliza para el cálculo de inventarios nacionales (Ym = 0,065).
Figura 3. Producción de carne (Kg carne ha-1 año-1) de novillos en un sistema de recría pastoreando una mezcla de cultivos de servicio en dos ciclos de pastoreo para cada año experimental.
En relación a la biomasa remanente pos-pastoreo, al momento de secado del cultivo de servicio, se observó interacción entre el año y el ciclo de pastoreo (Tabla 3). En general, en el cultivo de servicio pastoreado, la biomasa remanente fue menor, excepto en el año 2021, donde no difirió significativamente con el cultivo de servicio no pastoreado.
Si bien la biomasa remanente en el CS pastoreado fue menor en comparación con el no pastoreado, no se observaron cambios en las
concentraciones de C y N orgánicos del suelo (Restovich et al., 2022). En cambio, cuando se pastoreó el CS, se observó un incremento del fósforo (P) total en la superficie asociado a un aumento del P inorgánico (Giannini et al., 2022). Estos resultados podrían estar relacionados con el aporte de P por parte de las excretas, las cuales contienen entre un 55 y 75% de P en formas inorgánicas (Fontanetto et al., 2011).
El P inorgánico es fuente de fracciones solubles de P, las cuales están involucradas en la nutrición de los cultivos. Si bien el uso y reciclado de las excretas del ganado representan una valiosa fuente de nutrientes, materia orgánica y microorganismos que mejoran la fertilidad del suelo, su impacto sobre las reservas de C y N podría observarse a más largo plazo.
Letras distintas en las columnas indican diferencias p<0,05
Biomasa aérea al momento del secado (kg/ha) con pastoreo sin pastoreo
Tabla 3. Biomasa aérea remanente al momento de secado de los cultivos de servicio incluidos en una secuencia soja-maíz.
2018 3320 c 8898 a 2019 2039 c 6471 b 2020 2585 c 5692 b 2021 5800
6868
b
b
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Conclusión
El aprovechamiento forrajero de una mezcla de cultivos de servicio resultó en una alta producción de carne debido a las elevadas ganancias diarias de peso y cargas animales. El tiempo de uso de los cultivos de servicio por parte de los animales resultó una variable determinante en la producción de carne, ya que permitió una menor o mayor duración del período de pastoreo. Dicha duración podría verse limitada por la necesidad de disponer del lote para la posterior siembra de los cultivos de cosecha.
La integración de la ganadería en sistemas agrícolas a través del uso de cultivos de servicio representa una oportunidad para diseñar sistemas de producción sustentables y productivos en el corto y mediano plazo.
El financiamiento de esta investigación fue otorgado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA, Argentina) a través del proyecto 2019-PE-E1-I011-001 y del convenio INTA-GENTOS. Los autores agradecen a Juan Ceballos, Sandro Pansecchi, Pablo Barletta, Sergio Gallo, Diego Colombini y Fabio Villalba por la asistencia de campo. Las semillas de las distintas especies forrajeras fueron provistas por la empresa Gentos SA.
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